La historia sigue su curso y el esperado encuentro entre Noelia y Gabriel se con una espectadora secreta. Ya no quiero pedir disculpas por la demora porqué se ha vuelto inevitable con tantas ideas, relatos y ocupaciones, simplemente no tengo el tiempo de antes y los relatos tardan más en terminarse.
De todas formas la historia sigue en pie, firme y de marchando a un desenlace, no va a ser abandonada y en 2 o 3 capítulos más tendrá un final.
La musa de esta historia es la ucraniana Alexandra Kroha, trabajo para diversas compañías como Met-Art, Teen Funs, 18 Only Girls o Fleexy Teens, bajo los seudónimos de Isabella Kalinka, Isabella A, Grace, Mary… nació en 1988, de 1, 65 mts de altura y 87, 64, 90 de medidas.
Necesidades básicas cubiertas
A veces uno no sabe cuánto necesitaba algo hasta que se reencuentra con ello, en el caso de Gabriel, ni siquiera sabía que necesitaba con tanta fuerza un revolcón hecho y derecho. Había vivido en el paraíso con Majo, teniendo experiencias únicas en su tipo, sin embargo, como todo hombre de necesidades, a veces lo que el cuerpo pide a gritos es meterla sin reparos.
- Ah, ah, ah, ah, sí, ahí, más, más, más, más… - Gemía la rubia con las manos apoyadas en el placard, el mismo en el que tras una delgada puerta de madera acanalada Majo respiraba, observaba, escuchaba, sentía, olía. Gabriel le daba de pie, chocando su cadera contra las pulposas nalgas de la helénica sin reparos, haciendo un sonido terrible, hasta la madera de la puerta crujía con cada empellón y ella estaba tan cerca que podía sentir el delicioso tufillo a sudor y sexo en la habitación.
Cada vez que el pene de su hermano hacía tope se escuchaba un golpe húmedo, como el golpe de una piedra cayendo al agua, como el casco de un caballo galopando en la lluvia, le estaba dando caña de una forma que nunca había visto y que ella, estaba segura de no poder resistir.
La castaña lo había visto todo como habían planeado y estaba sorprendida del despliegue de ambos. Sin dudas había tensión en aquella amistad, había capítulos inconclusos, deseos postergados, necesidades irresueltas, en definitiva, muchas ganas de parte de ella hacia él, cosa extraña ya que era más normal que se dé a la inversa.
Tras comerse las facturas, tocar los temas clave como la separación de Noe, la pandemia, y por puesto, el Onlyfans de Majo (momento en el que Gabriel eludió admitir que había evolucionado a otra cosa y dijo solo tomar fotos soft con desnudes parcial) Noe tomó las riendas y fue por aquello que tanto tiempo deseo: la verga de Gabriel.
- ¿Seguís teniendo esas figuras de Star Wars en tu pieza o tenes algo mejor que mostrarme? – Dijo levantándose, sin dudas pidiendo a gritos ser arreada como ganado a su habitación.
- ¿Te acordás? Bueno, no las tengo, las vendí para sacar unos pesos en la pandemia y…
Aunque no lo vio, Majo escucho como las palabras de su hermano mayor se interrumpieron por un beso. Los escuchó impactar contra la pared varias veces, sin dudas entrelazados en un ósculo apasionado, luego escucho lo mejor, un pete. La castaña se golpeó su mano con su frente, su hermano no podía ser tan ligero con ella y tan lento con la rubia, ni siquiera había sido capaz de dar el primer paso teniendo las balizas, las luces de aterrizaje y hasta un par de bengalas encendidas indicando que era el lugar indicado para aterrizar.
Noe aceleró, y para acelerar había que manipular la palanca. En cuclillas, (casi rasgando su jean de tiro alto con su inmenso culo), le bajo el pantalón, el bóxer y comenzó a cabecear en una mamada tan ruidosa como desesperada, quería hacer eso desde hace mucho tiempo.
- Glup, mmm slurp, mmm glup, mmm glup, mmm slurp, slurp… - Hizo la rubia mirándolo a los ojos con la cara delgada y estirada debido a que se la chupaba como si quisiera succionarle el semen directo de los huevos. Los sonidos que hacía solo los había escuchado en el porno y podían describirse como los jadeos de placer de una bebota al ser amantada.
- Ufff, Noe, perdóname por ser tan gil, no pensé que… - Se disculpó por los años de desidia quitándole los cabellos amarillos del rostro, ella volvió a interrumpirlo.
- Sabia que la tenías grande, se te notaba bajo el pantalón cuando te agachabas a tomar fotos, se te veía un bulto hermoso, tenes unas pelotas grandes también, justo como me gustan. – Admitió en una pausa para tomar aire. Gabriel no podía creerlo. Que Noe, a la que siempre considero su amiga, con la que hizo montones de trabajos prácticos, su mejor amiga, estuviera allí abajo en cuclillas mamándole la verga como una puta cualquiera, eran cosas que nunca pensó ver, justo él, que últimamente les obsequiaba a sus ojos las mejores visiones.
- Con razón se te sentaba tu hermanita siempre que iba, le debía de gustar sentir tu verga gorda latir contra su conchita.
- Eh… eso fue raro, mantengamos a Majito fuera de esto.
- Sí, fuera de esto, claro que sí campeón.
- ¿Por qué tan sarcástica? - Que mencionara a Majo en aquella situación le encendió todas las alarmas. Al parecer su relación incestuosa siempre había sido más obvia que las ganas que ella le tenía a él.
- Nunca te la sacabas de encima cuando iba a tu casa, me sorprende que no la haya encontrado en tu falda hoy cuando llegue.
- Mejor dejémoslo ahí. – Apaciguó Gabriel, que sabía que si se mostraba perturbado por su comentario podía estar dando un indicio clave sobre su segunda vida incestuosa.
- Me parece perfecto, sigo chupándote la vergota entonces, permiso…
Envalentonado por las palabras de su amiga y para distraer el foco de atención, Gabriel tomo a la rubia de los pelos formando una cola de caballo y controlo los tiempos de la mamada, dominando su cabeza hacia atrás y hacia delante. Ella lo gozó manteniendo el rostro chupado y formando un cilindro perfecto con su boca, también, haciendo sonido de jadeo muy sensuales, sin dudas lo estaba dejando todo.
Noe pasó a oler y lamer sus bolas, como una presa recién liberada, cada vez que respiraba contra su piel Gabriel podía sentir que lo olía con fuerza, quería sentirlo, comerlo, masticarlo. Cuando retomó el pete, la hizo cabecear por varios minutos hasta que recordó que se suponía que su hermana debía de poder ver el espectáculo.
-Vamos a mi habitación, no te voy a mostrar mis figuras de Star Wars pero te voy a comer bien el culo.
- Que desilusión. – Dijo con sorna. – ¡Hasta que me tocas un pelo, hijo de puta, podríamos haber hecho esto hace años!
- Ya sabes, es que soy lento.
Entrelazados nuevamente, mandándose lengua hasta sus gargantas, frotándose las narices con cada giro de sus rostros, Gabo la posicionó donde quería para preparar el espectáculo de manera que Majo pudiera disfrutarlo. Encendió la luz porque dijo que le gustaba ver todo con lujo de detalle y dejándola de pie frente al placard, le bajó el jean con dificultad hasta liberar su enorme culo. Como todo culo de rubia, era blanco teta, el suyo además era enorme, no sabía cómo ella podía hacer pasar el jean por sus enormes nalgotas.
- ¿Y? ¿Te gusta lo que ves? Con lo que me hiciste esperar más vale que sepas como chupar concha y todo.
- Ya vas a ver si sé o no. – Expresó viendo el culo entangado desde atrás a la altura de su rostro. A su derecha, Majo se suponía que estaba semidesnuda tocándose en silencio. Como antes, podía ver a su hermano haciendo cochinadas con sus consortes ocasionales.
Gabriel corrió el hilo de la tanga y le separó los cachetes para verle la concha y el culo. Tenía un corte de salmón tan delicado y rosado que parecía ilegal de no ser que estaba unido a un cuerpo de hembrón, su ano como era de esperarse, era un asterisco crema muy apretado, parecía hasta decolorado, aunque quizás solo sean sus genes más arios de lo normal.
Sin más preámbulos, hundió su rostro en toda la vulva de su amiga desde atrás, casi hasta levantarla. Era curioso degustar una vagina que no sea la de Majo después de tanto tiempo, se sentía correcto, natural, casi como si lo prohibido y lo legal tuvieran sabores distintos, como quien pide en la heladería crema del cielo con chocolate picante (sí, eso existe).
- Uuuuuy, sí, hasta el fondo, mándame lengua hasta el útero, dale, dale, mmmmm. – Disfruto del batir de su boca y lengua en todo el corte rosado. – Por fin, por fin te tengo donde quiero comiéndome la concha…
Gabriel no tardó en sentirle el juguito de concha bañándole los labios y dejándole ese sabor tan característico como erótico, ya la traía bastante lubricada y al finalizar la dejo hecha un revoltijo de sustancias.
No supo si también lo quería comiéndole el asterisco, para su suerte cuando le abrió las nalgas con fuerza y comenzó a besarle el culo no hizo ninguna objeción, al contrario, Noe se tomó las carnes y se las abrió dejando que su amigo le llenara el anastasio de besos y chupones muy sonoros y profundos, hundiéndose con ahínco entre sus portentosas nalgas, mucho más grandes y blanditas que las de Majo.
- No es lo que esperaba, pero estoy muy satisfecha, mmm se siente bien. – Aceptó Noelia, sacando un poco de cola al inclinarse, notando que era algo que su amigo disfrutaba tanto como ella. – El pelotudo de mi novio no me atendía ahí, le pasaba la lengüita como si fuera remedio y listo.
- Bueno, él se lo perdió. – Dijo despegándose del culo separándolo con los pulgares, observando cómo había quedado húmedo y enrojecido. – Yo no lo entiendo, una colita así es para comer a todas horas, encima la vendes en Onlyfans, es carne de exportación y el pelotudo no aprovechaba.
- Bueno, hay tipos más fifí que otros. – Admitió rompiendo filas. – Lo importante es que por fin te tengo, la figurita difícil de la colección.
Noe tiro al hombre a su propia cama y ella se ubicó para hacer un 69. Por fortuna, aún frente al armario, por lo que María José podría ser espectadora de cómo le chupaban la pija.
- Ya te dije, soy un poco lento, deja de echármelo en cara y echame en la cara otra cosa, Dios, sí. – Jadeo viendo a la rubia posicionarse con su deliciosa concha sobre él. Ni bien estuvo en posición ambos se pusieron en su respectiva labor, él con el cunnilingus, ella con la fellatio.
Noe hasta se sacó todo de la cintura para arriba para sentirse más cómoda. Majo pudo ver que tenía pechos discretos de pezones rosados, mucho más delicados que los de ella. Agradeció que no tuviera las gomas grandes como su culo o su hermano no iba querer tocar a otra mujer que no sea ella en su vida.
Gabriel disfrutó de como la rubia le apresaba el grueso tronco con los labios y cabeceaba como posesa y, también, de saber que a escasos centímetros con la iluminación adecuada su hermana de 18 años estaba viendo como le chupaban la pija y las bolas otra mujer, como en los viejos tiempos, aunque esta vez su intromisión había sido planeada. Y como si todo hubiera sido parte del plan, Majo tuvo una clase de perversión inédita que Gabriel agradeció a los cielos.
Tras degustar los testículos del hombre juntándolos con la mano como si sostuviera un racimo, la blonda bajó aún más su rostro y aunque Majo no podía verlo con claridad, era obvio que le estaba lamiendo el culo a su hermano.
- Uuuh, Noe, sí que sos… valiente, seguí, seguí. – La alentó Gabriel, extasiado por el anilingus. Es alengua introduciéndose y retorciéndose en el centro de su ano era como un interruptor de placer que no sabía que tenía.
Majo no supo cómo nunca se le ocurrió hacerle eso, él se lo había hecho tantas veces y ella no había tenido la consideración de devolverle el gesto, se sentía desconsiderada, lenta como su hermano. Tras tantas oportunidades venía Noelia de la nada y le daba lecciones de perversión dejándola como una mojigata. Esos jadeos, ese goce que Garbiel sentía debieron ser despertados por ella y se arrepentía de que no fuera así.
Para ese entonces, los dedos de majo comenzaban a frotarse entre sus pequeñas alas de mariposa, húmedas y ardientes como el aceite en el borde de un sartén. Enfrente de ella, la previa estaba finalizando, a diferencia de ella con Gabriel, no habían pasado ni veinte minutos desde que Noelia inicio su oral y pasaron al 69 con lamida de culo incluida. La previa era tan solo eso, una previa y el plato fuerte estaba siendo servido.
Noelia se giró sobre Gabriel y tras una suave frotada de su vagina contra el glande, se dejó caer haciendo el truco de magia más delicioso de la historia: la desaparición del pene.
María José tuvo un baño de realidad. Nunca había cogido con su hermano, tan solo seguían jugando como antes, se trataron mutuamente como dos juguetes, coger era lo que los dos amigos hacían frente a ella, impactando sus carnes de súbito, con penetración húmeda y ruidosa y gemidos que desgarraban el silencio del departamento. Si los vecinos se molestaban con el ruido que solía hacer ella en ese instante debían de estar caminando por las paredes.
Cambiaban de posición como dos lombrices quemándose en el asfalto, se retorcían tanto en la cama contra las paredes. Aunque siempre, pero siempre, el portentoso miembro la penetraba hasta hacer tope entre las piernas de su amiga. Nunca se despegaron, nunca amainaron la intensidad, Majo supo además que no podría resistir ni cinco minutos algo así… y ellos llevaban como veinte.
- Ah, ah, ah, ah, hijo de puta, te tenías todo esto guardado, ah, ah… - Chilló Noe contra el placard, chocando su rosto contra la rejilla de madera hasta dejarse marca. Desde atrás, Matías le daba caña tomándola de la cintura sin perder de vista el ano, observándolo casi con bronca. Por su cabeza saturada de pensamientos sucios podía escucharse: “¿Qué es esto? ¿Lo puedo romper?”.
Lo que Majo pensó que sería un cumpleaños se tornó en un baño de realidad. No solo se dio cuenta de que esa mujer llamado Noe le sacaba años luz de experiencia, sino también de que su hermano era demasiado dotado para ella. Lo notó en la última posición, tras darle contra el placard tomándola de la cintura y luego levantándole una pierna, la arrojó a la cama y se dejó caer sobre ella ensartándola como un mendigo a un bife de chorizo.
- ¡Aaaah, ah, ah, ah, bestia, ah, ah, me matas, animal!
Nunca vio algo tan intenso en vivo, a su hermano con su corpulenta humanidad cayendo como en la lucha libre sobre ella, al falo entrando y saliendo al completo, húmedo de sustancias sexuales. También vio como nunca por tenerlos justo en frente a los enormes testículos y su culo recién lamidos subiendo y bajando a velocidades vertiginosas, era un espectáculo tan sexual como grotesco, ella juraría que su querido Gabo hasta se había olvidado de su presencia. Estaba poseído, de verdad parecía una bestia en celo.
- ¡Ah, ah, uuuh, que vigor por favor, uuuuh, me partís al medio, aguanta Conan el Bárbaro! - Exclamó la rubia arañando la espalda musculosa del hombre. - Al final me tenías más ganas a mí que yo a vos…
- No doy más, me tengo que correr ya, ya, uuuh, ah, ah… - Majo vio cómo su hermano puso un cambio más que no sabía que tenía y eyaculó sin ningún reparo en la vagina de Noe, abierta y dilatada como una flor primaveral. La castaña no daba crédito de lo que veía, el muy cabrón se había venido adentro ¿Y si eso traía consigo una complicación mayúscula en 9 meses? ¿Y si en esa noche de lujuria toda la aventura que habían construido se terminaba? ¿Si ese fatídico juego en el que ella era una espectadora pasiva era el último?
Al sacarla haciendo un ruido de destape de corcho, se vio un hilo grumoso de semen emergiendo del tajo, pasando por el ano abierto como un respiradero y llegando a las sábanas, justo en su lado de la cama, ese semen que viajaba como rio desde la vagina de ella había desembocado justo en su sitio favorito como la lava acumulándose al pie del volcán.
- Claro, echame los pibes crudos adentro nomás, total la que se tiene que empastillar para matarlos soy yo. – Le reprochó dándole un golpe de puño en el hombro, bastante doloroso por lo visto.
“Al menos piensa tomar la píldora del día después, que alivio la puta madre.” Pensó Majo, relajándose, sintiéndose demasiado joven como para ser tía.
- Perdón… es que… no podía, no podía más… ¿Valió la pena la espera? – Preguntó agitado sentándose en el pie de la cama, mirando fijamente al armario.
- Cada maldito segundo, me alegro de que haya salido tan bien, seguro que si lo hacíamos antes no salía así de espectacular. – Noe desde atrás tomó a Gabriel del mentón y le estampo un beso. Los amigos juguetearon un rato hasta que de a poco abandonaron el rol de amantes y volvieron a ser ellos. – Huy la puta madre, cierto que me chupaste el orto, no pensaba volver a besarte. – Gabriel rio sin saber que decir.
- No te preocupes, si tengo mal sabor es todo tuyo.
- ¡Guácala! – Lo amonestó golpeándolo con el corpiño antes de ponérselo. - Bueno, debo irme, mi planeta me necesita, como decías vos siempre que te tenías que ir. Necesito una ducha y un cambio de ropa urgente, capaz meta alguna fotito para mi Onlyfans.
- Que raro que no aprovechaste a sacar alguna recién para el negocio.
- Sobre el negocio… - Mientras Noelia hacía fuerza para ponerse el jean le dijo algo revelador, tan obvio que hacia quedar a Gabriel como retrasado: - Cuando te conté sobre mi Onlyfans mi idea era que te postularas para fotografiarme, hasta te conté que me costaba un Perú sacarme fotos a mí misma desde ángulos atrevidos, ni te disté cuenta salamín. En lugar de sacarme fotos a mi te pusiste a desnudar a tu hermana, degenerado.
- Ya te pedí perdón, no siempre fui bueno para ver las señales. – Se excusó con mucha sinceridad. Por momentos su cerebro parecía sufrir de lagunas de inocencia.
- Cuando querías levantarte a una mina eras infalible, me acuerdo de la gordita de pelo súper corto, conmigo no veías un burro adentro de un baño de obra, tu atención es bastante selectiva.
- No sé qué más decir, lo de hoy estuvo tan bueno que pensé que me dejaría de echar en cara esas cosas.
– En fin, voy saliendo, dejémoslo ahí, la pase bien y es lo que me importa. Tenía miedo de que fueras gay así que no puedo quejarme.
- Yo voy a contactar a María José para ver en donde anda, no está bueno que se junte con mucha gente con esta pandemia de mierda, no quiero que traiga el virus. – Disimulo mirando de soslayo el escondite.
Los amigos siguieron charlando como si no hubiera pasado nada, María José comprendió que no tenían por qué sentir remordimientos, ni culpa, ni guardarlo en secreto. En eso tampoco podía competir con ella, irremediablemente la relación que tenía con su hermano nunca podía ser oficial ni pública, siempre debía ser un secreto bajo 7 llaves.
Lo que para ella iba a ser revivir uno de sus viejos fetiches no salió como lo esperaba. Por algún motivo no disfruto de ver a su hermano en la intimidad como antes. Ya no era esa chiquilla revoltosa ávida de satisfacer su curiosidad, ahora comprendía que no se podía satisfacer a su cuerpo de 18 años con solo mirar, más cuando descubrió que quería a su hermano para ella sola, para que la preparase para todo lo que Noelia había soportado.
La espera de que Noe se fuera se le hizo eterna, la blonda era habladora como pocas y no dejaba de sacar temas de conversación. Se la notaba estallando de felicidad, sin dudas deseaba encamarse con su hermano más que con nadie. Cuando por fin Gabriel regresó de acompañarla a la puerta del departamento, entró a la habitación y abrió el placard.
Majo estaba seguía ahí, de frente entre la ropa de las perchas, sin bombacha, más sexy que nunca, vistiendo tan solo una blusa holgada de dormir. Sus pezones estaban erectos y se notaban por debajo de la tela. Ni el ropero a Narnia obsequiaba un paisaje mejor.
- ¿Y? ¿Te gusto? – preguntó Gabriel observándola desde los ojos a la vagina. – Mostrale a tu hermano mayor si lo disfrutaste. – Exigió viendo su conchita humedecida.
Majo le siguió el juego, complacida de tenerlo para ella una vez más. Levanto una de sus torneadas piernas, puso sus deditos dentro del tajito y separo ambos labios, desplegando sus pequeñas alitas de mariposa que tenían dulce néctar entre medio.
- Tocate un poquito, quiero ver que tanto te gusto. – Frente a él, Majito se frotó los dedos índice y medio por toda su vagina mientras la mantenía abierta para que Gabriel la admirase. Tras unos segundos de franeleo, le tomó la misma mano y le chupo los dedos dedicándole una mirada lujuriosa: - Esperaba que estuvieras empapada, me parece que no te gustó el…
La castaña no lo resistió más, saliendo del cubículo como un espectro, se abalanzó a su hermano besándolo como nunca, comiéndole la boca como en una porno japonesa, mandándole tanta legua adentro que Gabriel sintió que tenía una lengua bífida El hombre comprendió todo de inmediato: eran celos.
Tan extrañado como complacido por la reacción de su hermana, la abrazó pasando sus gruesos brazos por debajo de la blusa y acaricio su cuerpo mientras le daba batalla a la lengua invadiendo su boca como si ambas jugaran un juego de tire y afloje. Toda la humedad que debía de tener su vagina estaba en su boca, sin dudas ver un espectáculo pornográfico por tanto tiempo sin poder participar le había provocado una inundación que Gabriel ahora disfrutaba empapando su boca en ella.
Tomándola de la quijada, le mando lengua dentro de su boca tan profundo como pudo, casi hasta hacerse doler la nariz de la presión que ejercía contra su rostro mientras le batía toda la baba. “Sluck, sluck, sluck…” hizo mientras la besaba pasando la lengua dentro de su boca como un perro bebiendo de su cuenco con agua, prácticamente hacía el mismo ruido y obtenía el mismo resultado mientras se acariciaban como posesos.
No necesitaron palabras, no necesitaron nada más que sus cuerpos desatados para expresarse cuanto se querían y que tan inseparables se habían vuelto. Majo no había obtenido lo que esperaba, él no pensó nunca que se tomaría la intimidad con Noelia con semejante celotipia.
El beso fue solo el anticipo de una nueva etapa. La castaña se arrodillo dispuesta a rendirle tributo a su deidad fálica y lo hizo con toda la práctica y devoción que la caracterizó en los últimos episodios sexuales. Ni siquiera le importo que Noelia le dejara impregnada su fragancia vaginal y su sabor por todo el rabo.
- Majito, Dios, me volvés loco, te pegó re mal la travesura, pensé que te gustaría. – Expresó acariciando su mejilla, sintiendo su glande raspando el interior de la misma cuando su hermana se la mamaba cruzada.
- Me gusta más tenerte para mi solita. – Confesó lamiéndole las bolas como una gata, moviendo su cabeza como un péndulo. - ¿Te gusta hermanito? Esto es lo que tanto querías, volver a tu hermanita tu puta, ahora lo conseguiste y vas a tener que lidiar con las consecuencias. – Dijo Majo antes de lengüetear el orificio del glande, donde unas gotas perezosas de presemen se deslizaban rezagadas, eran los resabios que no pudieron emerger hacia la vagina de Noe.
- Bueno, quería enseñarte y disfrutarte en el proceso, sabes muy bien cuanto me gustas. – Le dijo con los ojos cerrados, disfrutando del interior de la boca de su hermanita rozando su glande. – Te notó más competitiva, hiciste un “click”. – Reveló notando como de un segundo para otro Majo parecía poseída. – Aunque me gusta, no es necesario, siempre vas a ser mi hermanita y te voy a dar mi trato especial de hermano mayor…
Acto seguido, la tomó de los cabellos castaños y la hizo cabecear viéndola a sus hermosos ojos, le encanaban tanto como su amplia frente de bebota: - Mostrame las tetas, quiero verlas todo el tiempo. – Ordenó sin dejar de hacerla cabecear. Majito se subió la blusa hasta tenerla enrollada sobre sus senos. – Eso es, quiero el combo de hermanita completo, pete, mirada de putita y tetas al aire, como me gustas por Dios…
- Demostrámelo, demostrame que tanto me queres. - Exigió la castaña con la boca repleta de verga familiar.
Esa felación terminada en una prominente eyaculación fue como la firma de un documento de desafío, la frente y el rostro de María José fue el papel que recibió la jugosa y espesa tinta blanca, escurriéndose gracias a la gravedad por los costados de su nariz y desde las cejas a los ojos, tan enlechada quedó que algo de lefa cayó directo a sus tetas, acaramelando sus pezones marrones.
- En esto ya sos una experta. – Le dijo sacándole el semen de los ojos y las mejillas. – Lamento decirte que si queres superar a Noe me vas a tener que entregar tu virginidad.
- Si prometes ser gentil y tenerme compasión por ser mi primera vez, te la voy a dar cuando quieras. No te olvides que hasta siento tus dedos grandes… con ese monstruo me vas a romper toda.
Acto seguido, así como él le había chupado los dedos embadurnados en flujo, ella le tomó la mano y le chupo el semen de los dedos antes de relamerse los colgajos de esperma que pasaban cerca de la comisura de sus labios: - Hay comprar ananá. Me gustaba ese toque dulzón que tuviste.
- Me extraña que desconfíes de mí, por supuesto que voy a ser gentil. Tenemos un trato. Te voy a hacer debutar. – Resolvió Gabriel observándola limpiarse la cara con los dedos sin saber que su hermano mayor tenía un plan secundario por si su debut vaginal no se concretaba.
Los celos de Majo
Los días siguientes Gabriel descubrió la piedra filosofal de la lujuria eterna: los celos. Básicamente cada vez que hacía un comentario sobre Noe o recibía una foto de la rubia desnuda, preguntando si tenía la aprobaba para su Onlyfans, se la mostraba y decía algún comentario para desencadenar la hecatombe.
“Mira, tenes competencia, vas a tener que esforzarte o te va a robar lo suscriptores y a tu hermano.” o “Acaba de subir algo, no perdamos terreno y tirémosle un hueso a los perros” o su favorita: “Deberíamos probar esta posición, es muy atrevida y les va a encantar.” Sea una frase u otra desencadenaba un berrinche y luego nuevas fotografías. Con el correr de los días el Onlyfans de ÁngeLolita se llenó de fotos más “informales” desde fotos en la cama con su pijama revelando algún agujerito (o ambos) o alguna de ellas vistiendo alguna calza negra en nuestras salidas recreativas, las favoritas de nuestros suscriptores.
Como era de esperarse, después de cada fotografía, tenía que atender esos orificios como más le gustaba, de sorpresa y a la mañana. Disfrutaba del sabor que la noche le confería al sexo de Majo, las horas de sueño lo dejaban al natural, con el sabor, olor y textura que debían tener, sin ningún agregado que contaminara la experiencia como el jabón, el perfume o la sequedad. Ese día, antes del desayuno tenía ganas de degustarla al completo.
Por el momento, esperábamos que los planetas se alinearan para concretar su anhelado debut sexual incestuoso y seguíamos caldeando el ambiente.
- Mmmm Hermano, déjame dormir, es temprano. – Se quejó la muy remolona revisando su celular justo mientras le tomaba una foto de su bombachia color cian siendo devorada por su culo. Tener la prenda pegoteada entre la raja la volvía un afrodisíaco.
- ¿Temprano? Son las nueve y media, mi hora de desayunar. – Sin mediar más palabras, le corrí la bombachita, le fotografíe el culito y la vagina, admirando sus obras de arte con devoción. Era una burla del destino que justo la más hermosa tentación haya resultado ser su propia hermana, legal desde apenas hace unos meses.
No tarde en estirarle los cantos y preguntarme con cual parte empezar. Por un lado, tenía a la vagina rosada y humectada, con sus dos alitas de mariposa apretujadas en ángulos extraños debido a que durmió apretadita contra su braga… más arriba estaba el ano, un postre más exótico, solo para valientes, con la coloración y textura justa, era la especialidad de la casa. ¿Quién podría decidirse ante semejante predicamento?
Como mis ojos no se decidían, hundí mi nariz primero en su vagina y luego en su culito, respirando de ambos sus fragancias prohibidas para ver con cual me quedaba.
- Hermanito… ya sabes lo que más me gusta. – Me susurró con los ojos cerrados y vi con asombro que relajaba su anito, casi guiñándome el ojo del culo.
- No se diga más, culo será. - Por ende, se lo estiré lo más posible y le metí la lengua hasta sentir su anillo de cuero ceder.
-Oh, oh, hermano, uuuh… si, seguí, seguí, seguí, amo fuerte que me chupes el culito, sí, sí, ah, ah, aaaah. – Lo alentó meneado su cola, dándole empellones con sus nalgas, él la tenía aferrada como un jaguar a un tierno cervatillo, dándole bocados profundos al ano como si se lo quisiera borrar. Estaba a la temperatura justa, calentito, sudado, más natural que nunca.
Gabriel le atacó el agujero de todas formas, haciendo un clásico picaflor, poniendo su lengua tiesa y golpeteando el centro como si fuera un ariete, lamiendo del medio hacia los lados con esmero y profundidad, también con su estilo favorito, besándolo como si fuera una 2da boca. Majo lo tomó de los pelos y le refregó el ano por los labios y la nariz. A él le gustaba ser dominado tanto como a ella dominarlo.
- Mmmm, aaah, aaauh, uuuh, mmm… - Su respiración se agitaba a medida que los gemidos comenzaron a brotar sin control.
Tras quedar satisfecho con el sabor de su culo, pasó a complacerla manualmente. Reunió algo de saliva que quedo alrededor del asterisco, la esparció hacia el centro para improvisar lubricante y le introdujo el índice de forma lenta y profunda.
- Hermano… es algo sucio, no sé cómo estoy en el…
- Shhh, un hombre sabe con lo que está lidiando al hacer estas cosas. – La calmó sin dejar de introducir su dedo, comenzando a masturbarle el culito. – Además te lo deje impecable, tu hermano mayor ya te limpio a fondo, no hay de qué preocuparse.
- Gabo… mmm, no digas cosas cochinas, mmmm. – Su queja era menos creíble que una promesa de campaña, más porque Majito deslizó una mano por debajo de su vientre para frotarse la vagina, todo mientras él le hacía rosca con el dedo y le masajeaba las paredes en cada lado, arriba, izquierda, derecha y por supuesto, abajo, la pared pegada a la vagina y la que le daba más placer.
- Ah, ah, ah, ah, aah, sí, sí ¡Sí, sí, sí! – Comenzó a chillar mientras ensuciaba la sabana con sus flujos, salpicándolo por doquier.
- Así me gusta, buena nena, córrase bien, todo lo que no largaste ayer lárgalo ahora… - La alentó sin dejar de colarle el índice.
El gusto de su hermana por recibir besos negros y que la dedearan le daba al hombre una idea que cada vez latía con mayor vigor. Gabriel separó su boca del culo y lo mantuvo estirado con las manos: - ¿Sabes? Esto te gusta tanto que quizás lo ideal para vos no sea el debut vaginal, sino el anal.
- ¿¡Qué!? ¿¡Estás loco!? – Se alarmó con exageración. – Con la pichula que tenes me vas a dejar usando pañales una semana, no quiero ni imaginarlo.
- No seas bobita amor, me doy cuenta que tu agujero secundario lo tenés mejor preparado, además con lo loquita que te pones que te lo chupe y te cole los dedos de seguro una culeada, con un buen lubricante, te va a dejar tirándote acabadones un año entero.
- Me vas a partir al medio con o sin lubricante. – Razonó Majo. – Te conozco, seguro arrancas suave y después te cebas y me lo dejás como un boquete de prisión.
- ¡Majo! ¡Me extraña que pienses que quiera hacerte mal! Pensa que es menos riesgoso que hacerlo por adelante porque nos ahorramos el miedo a un descuido, si es que sabes a lo que me refiero… – Defendió su argumento con mayor énfasis.
- No sé, no sé, lo voy a tener que…
- ¿Pensar? Ya me dijiste eso sobre entregarme la virginidad, ahora sobre esto, no hay que pensar tanto, hay que disfrutar, con quién o dónde tuviste tu primera vez no es lo importante, eso solo es relevante en las novelas y las películas, en la vida real es un trampolín que nos sirve para llegar más alto después, no es el final del camino, solo estás pagando el peaje.
María José, con todo el carácter que tenía, abrió la boca para replicar y no salieron las palabras. Parecía querer retrucarle sin encontrar las palabras justas. Gabriel quedó satisfecho con su manipulación, parecía nunca perder el toque cuando se trataba de convencer para lograr su cometido.
- Levantate que te hago el desayuno hermanita. – Cedió el hombre dándole un descanso a su atormentada hermana. – Nos tenemos que preparar para una nueva sesión, tus suscriptores quieren arte.
- Sí, mejor. – Aceptó la castaña acomodándose la ropa interior y revisando su celular. – Mucha selfie, mucha foto de mi culo cuando mis suscriptores prefieren las fotos soft que me sacás.
- Bueno, después del almuerzo les damos una buena sesión para que tengan. Hagamos valer el precio de tu Onlyfans– Cambie de tema para no estar meta insistir con lo mismo como un pesado. Además, las sesiones solían elevar su libido, el continuo gatillar de la cámara le levantaba la temperatura interna posiblemente inclinándola a tomar una decisión.
Aunque la gran mayoría estaba agradecida de ver semejantes obras de arte al descubierto en fotos mundanas, sus seguidores eran algo más elitistas de lo común y estaban acostumbrados a sesiones prolongadas con calidad profesional, pedían una nueva, por lo que era hora de estrenar un vestido de tul negro traslúcido y diagramamos un nuevo banquete para sus suscriptores.
- ¿Empezamos? – Le pregunté más que nada por cortesía.
- Con esto solo puesto ya arranco desnuda desde el vamos. – En la página con la chica usando ropa interior no parecía tan transparente.
- Es la idea Majito, pisar fuerte con una nueva sesión, muchas ni se fijan en lo que tiene puesto y se empiezan a sacar fotos…
- ¿Cómo Noe? – Preguntó demostrándome que la espina de los celos seguía enterrada.
- Puede ser, vos con tu sensualidad, belleza y encima de todo ropa reveladora, le vas a pasar el trapo. – La alenté. – Arranquemos, quiero ver si logramos ganar suscriptores.
Por fin arrancamos con la profesionalidad que nos caracterizaba. Ella al principio posó media dura, como un muñeco de playmobil, solo para ir calentando motores y que vean su figura, su revelador atuendo, el escenario elegido.
Luego se dio vuelta para enseñar que ceñido le quedaba ese vestido al cuerpo. Aunque no era tan culona como la rubia con la que competía, su figura esbelta y armoniosa podía plantársele a la de cualquiera. En ese momento de la sesión Majo ya se sabía todos los movimientos y no necesitaba instrucción alguna.
Que se agachaba, que enseñaba la piernita, que sonreía, con toda la experiencia que había ganado modelando Majito demostraba que se sabía todos los trucos antes de que su amo se lo ordenase. Una vez en el suelo, sacando pecho, sus pezones parecían querer brotar desde debajo del vestido como pimpollos, además de que el calor de la sesión la hacía querer empezar a mostrar su vagina.
- Re bien hermanita, jugueteá con ellos como si estuvieran acá, hacelos desear. – La alenté mientras jugaba conmigo, destapando y tapando su conchita rápido, jugando con el gatillar de mi cámara para intentar que no se la capture.
- En realidad quería ir rápido. – Me sorprendió rompiendo el silencio y no solo eso, sino bajándose el escote para enseñar los pezones marroncitos y subiéndose la zona del pubis para mostrar su conchita de quinceañera. – Si lo que quieren es verme desnudita no sé porque jugar con ellos, démosle por lo que pagan.
-Bueno… te entiendo, es un buen punto. – Dijo algo sorprendido por su cambio de estrategia. Más sorprendido me dejó que usara diminutivos como solía hacer yo. – Es que siempre nos funcionó llevar la sesión lento, por ahí tenés razón y podríamos ir al hueso más rápido.
- Pense que era lo que querías, llevarme rápido, mostrarme como se coge a una mujer para tentarme a debutar, chantajearme con el sexo anal por si no me decidía por darte mi virginidad. – Comenzó a decir a medida que me obsequiaba las poses más sugestivas. No sabía si dejar de gatillar, detenerme a escuchar su discurso o sacármela pija afuera para manosearme.
- Me haces quedar como un manipulador, todo el jueguito de las escondidas se nos ocurrió para revivir tu antiguo fetiche, no pensé que te pondrías mal al verme coger con otra. – Le replique con calma sin dejar de fotografiar su cuerpo desnudo, tratando de inspirar calma con mi tono. Lo que menos quería en ese momento era echar el momento a la basura con una discusión.
- Sé que no debí ponerme celosa y que no era tu intención tentarme, también sé cuánto te gustaría desvirgarme por cualquier lado. – Ahora tenía el vestido enrollado entre las tetas y el vientre, enseñándolo todo. En menos de veinte minutos de sesión estábamos como a los 40 de las primeras sesiones.
- Majito, no quiero seguir jodiendo con eso, no pienso volver a tocar el tema, mientras podamos disfrutar de dormir juntos, besarnos y hacernos travesuras soy feliz. – Finiquité la cuestión para poder seguir sacando fotos.
- ¿Es tu nueva estrategia? ¿Dejar de insistir para hacerme creer que ya no te interesa? – Desconfió mientras se levantaba el vestido como una groupie enseñando las tetas a su banda favorita.
- No volvamos esto un capítulo de la Rosa de Guadalupe, por ahora terminemos, después vemos. Yo ya lo dije, no voy a tocar el tema. – Si me distraía, podía perderme algún momento clave de la sesión, por algún motivo Majo estaba apurada.
La sesión continuó su curso con una María José desatada, despojándose de su vestido como si este le quemara la piel, llevándolo de un lado a otro hasta quedar como vino al mundo, con una sensualidad insuperable, una sensualidad que solo las verdaderamente agraciadas podían lucir, así sin maquillaje, ropa, peinado ni producción alguna, solo ella al desnudo y era más que suficiente. No era momento de distracciones ni de palabras, ya que estaba girando para enseñarle su caramelo más dulce a su público, su torneado y fibroso trasero adolescente.
- ¿Qué pasa hermano? ¿Nunca me viste desnuda? – Preguntó desentendiéndose de toda la sensualidad que su piel emanaba.
- Ufff, Majito querida, no sé si existe Dios, ni me importa, solo sé que si existe debe ser como Loki, por que hacerte tan hermosa y encima mi hermana es una broma del destino.
Complacida con mi piropo indebido, siguió mostrándose al desnudo, recogiendo su cabello, mostrando una de las partes más sensuales de su cuerpo cómo sus axilas, y por supuesto, su depilada y virginal conchita, toda expuesta mientras se abría de piernas en el suelo sobre el vestido, ahora abandonado y usado como un trapo de piso. Todo al lado de ella perdía su belleza y valor, todo podía ser opacado.
Mientras la sesión llegaba a su punto culmine, afuera se desencadenaba una segunda tormenta y por estar en un departamento, parecía que el cielo nos quería castigar tanto pecado. Una lluvia pesada como piña de Balboa golpeteaba las ventanas, el viento no tardó en silbar en un idioma digno de Mordor. Majo seguía posando, no obstante, cuando se forman chispazos en el cielo, nosotros que estábamos tan cerca sentíamos una energía flotando a nuestro alrededor.
- Que lindo que esta para cucharear. – Me dijo mientras se daba cuenta y mostraba su preciosa almohada de carne en la que mi entrepierna podría reposar por siempre.
Tuve que bajar la cámara, admirar su culo como si nunca lo hubiera visto y saciar mi vista con el antes de poder seguir fotografiándoselo: - Cuando quieras, terminamos y vamos a cucharear.
- Obvio, no nos olvidemos de darles a los suscriptores lo mejor… - Y sabiendo que era lo mejor, me mostro su asterisco para que sea devorado por la cámara y mis ojos detrás del cíclope.
Afuera el diluvio se desataba y como si aumentará la tensión de nuestros cuerpos, no pudimos contenernos más y nos acercamos como magnetizados. La cámara quedó a un lado y desnuda como una Eva, se acercó a mí y me besó clavándome su mirada. Le devolví el beso con una ternura y pasión solo comparables a nuestros primeros besos. Mi mano la tomo del rostro con delicadeza y continuó disfrutando del sabor de la boca de su hermana. A pesar de la tormenta la habitación se llenó de onomatopeyas húmedas: “Chuick, chuick, chuick…”
- Hermano, como te gusta besarme, pareces enamorado. – Me dijo saboreándose mientras atrás, contra el cristal de la ventana, el cielo nos disparaba proyectiles de agua.
- Amo besarte, nunca me voy a cansar, todavía me parece sentir ese gustito a Nesquik que te sentía cuando eras una ne...
María José lo volvió a interrumpir retomando el beso, dejando que las manos de su hermano mayor le acaricien la piel desnuda, su rostro, su espalda, sus caderas. Ella hizo lo propio introduciendo la mano bajo su ajustada remera, sintiendo su grueso cuerpo de hombre, sabiendo que ese día que por la tormenta había adelantado su noche, se sentía lista para una respuesta.
Gabriel se inclinó un poco por ser más alto que ella y le tomó las nalgas, sintiendo su dureza bajo la piel, pensando en que deliciosa que debía verse su colita abierta por sus firmes manos. Ella intensificó el beso enroscando su lengua contra la de él, rozando su abdomen con su mano hasta llegar a la entrepierna endurecida de su hermano. A pesar de los 10 años de diferencia y ella de tener 18 frescos como fruta de estación, no se quedaba atrás ni en la forma de besar, ni en las partes del cuerpo que decidía manosear.
La mano de Gabriel pasó de atrás hacia adelante sin escalas, acariciando su vagina entre ambos labios vaginales, sintiendo su huequito húmedo y ardiente fundiéndose contra sus yemas, parecía una suave y delicada yema de huevo escurriéndose entre sus dedos, volcando su humedad en sus dedos. Le había apretujado el culo con gusto y ahora atendía su sexo con la delicadeza propia de un cirujano.
- Hermano, vas a tener que elegir. – Susurró por fin Majo, dejando a su hermano sorprendido. Más porque no dejaba de acariciarla la pija por dentro del pantalón.
- ¿Elegir qué hermanita? – Preguntó sin dejar de acariciarle la conchita, incluso animándose a presionar su agujerito virgen, del que brotaba un grueso tapón de excitación.
- No puedo decidirme a qué virginidad darte, no sé si es más sagrado que te de mi himen o mi primer anal, no sé si es peor que mi hermano mayor me desvirgue un lado u el otro así que prefiero que elijas vos el que quieras. Quiero darte el que elijas y dejar el otro para el que considere un novio, si es que algún día conozco a alguien que sea la mitad de hombre de lo que sos. – Soltó sin apuro y dejándolo boquiabierto. Lucia como una deidad mesopotámica olvidada, de la lluvia y la fertilidad, de la belleza y a la vez de la tempestad, con el cristal empañado por la lluvia de fondo enmarcando su figura perfecta.
- Majito, es peligroso que me des a elegir… me gana mi lado más bestial, un lado que no conoces, quiero saber que estás totalmente segura de lo que me des, lo que quieras dar va a ser para siempre, nunca va a cambiar que haya sido yo el que te haya desvirgado de un lado, o del otro. – Expresó sin poder evitar mostrar su lado más histérico… tanto forzarla para llevar a cabo todas sus perversiones, como en una sinfonía “in crescendo”, ahora que le ofrecía la llave del cielo y el infierno, completar su novena sinfonía, se sentía en la necesidad de hacerla recapacitar.
Majo se sonrió complacida de oír a su hermano mostrando su lado más protector, aún con la mano metida en la entrepierna del hombre. – Sos más indeciso que yo, te voy a dar 20 minutos para que te decidas, Gabo…
Majo desnudo el pene del hombre, le bajo los pantalones y frente a la ventana, se puso de cuclillas para entretenerse haciendo aquello con lo que se sentía cómoda, aquello que tanto le gustaba, con quién se sentía más segura, a la espera de un veredicto, sin saber, que Gabriel ya tenía una respuesta.
Continuará…
Gracias por leer, sobre el siguiente capítulo tengo una idea que quizás les guste, ustedes pueden decidir por Gabriel y leer el debut de Majito que quieran ¿Será vaginal o anal?
Es algo que nunca hice, no es indecisión mía, puedo decidirme fácil y escribir con las mismas ganas e intensidad uno u otro, solo que quiero agregarle un sentido más lúdico al siguiente capítulo.
Pueden comentar lo que prefieren, aunque lo más probable es que se decida por dos shout que subiré ni bien empiece el capítulo 11. No los voy a hacer votar por algo que falta para que salga.
Capítulos anteriores:
Capítulo 1:http://www.poringa.net/posts/relatos/4020235/El-Onlyfans-de-mi-Hermana.html
Capítulo 2:http://www.poringa.net/posts/relatos/4027496/El-Onlyfans-de-mi-Hermana-Parte-2.html
Capítulo 3:http://www.poringa.net/posts/relatos/4041501/El-Onlyfans-de-mi-Hermana-Parte-3.html
Capítulo 4:http://www.poringa.net/posts/relatos/4072304/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-4.html
Capítulo 5:http://www.poringa.net/posts/relatos/4103216/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-5.html
Capítulo 6:http://www.poringa.net/posts/relatos/4141400/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-6.html
Capítulo 7:http://www.poringa.net/posts/relatos/4194586/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-7.html
Capítulo 8:http://www.poringa.net/posts/relatos/4213991/El-Onlyfans-de-mi-Hermana-Parte-8.html
Capítulo 9:http://www.poringa.net/posts/relatos/4292370/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-9.html
De todas formas la historia sigue en pie, firme y de marchando a un desenlace, no va a ser abandonada y en 2 o 3 capítulos más tendrá un final.
La musa de esta historia es la ucraniana Alexandra Kroha, trabajo para diversas compañías como Met-Art, Teen Funs, 18 Only Girls o Fleexy Teens, bajo los seudónimos de Isabella Kalinka, Isabella A, Grace, Mary… nació en 1988, de 1, 65 mts de altura y 87, 64, 90 de medidas.
Necesidades básicas cubiertas
A veces uno no sabe cuánto necesitaba algo hasta que se reencuentra con ello, en el caso de Gabriel, ni siquiera sabía que necesitaba con tanta fuerza un revolcón hecho y derecho. Había vivido en el paraíso con Majo, teniendo experiencias únicas en su tipo, sin embargo, como todo hombre de necesidades, a veces lo que el cuerpo pide a gritos es meterla sin reparos.
- Ah, ah, ah, ah, sí, ahí, más, más, más, más… - Gemía la rubia con las manos apoyadas en el placard, el mismo en el que tras una delgada puerta de madera acanalada Majo respiraba, observaba, escuchaba, sentía, olía. Gabriel le daba de pie, chocando su cadera contra las pulposas nalgas de la helénica sin reparos, haciendo un sonido terrible, hasta la madera de la puerta crujía con cada empellón y ella estaba tan cerca que podía sentir el delicioso tufillo a sudor y sexo en la habitación.
Cada vez que el pene de su hermano hacía tope se escuchaba un golpe húmedo, como el golpe de una piedra cayendo al agua, como el casco de un caballo galopando en la lluvia, le estaba dando caña de una forma que nunca había visto y que ella, estaba segura de no poder resistir.
La castaña lo había visto todo como habían planeado y estaba sorprendida del despliegue de ambos. Sin dudas había tensión en aquella amistad, había capítulos inconclusos, deseos postergados, necesidades irresueltas, en definitiva, muchas ganas de parte de ella hacia él, cosa extraña ya que era más normal que se dé a la inversa.
Tras comerse las facturas, tocar los temas clave como la separación de Noe, la pandemia, y por puesto, el Onlyfans de Majo (momento en el que Gabriel eludió admitir que había evolucionado a otra cosa y dijo solo tomar fotos soft con desnudes parcial) Noe tomó las riendas y fue por aquello que tanto tiempo deseo: la verga de Gabriel.
- ¿Seguís teniendo esas figuras de Star Wars en tu pieza o tenes algo mejor que mostrarme? – Dijo levantándose, sin dudas pidiendo a gritos ser arreada como ganado a su habitación.
- ¿Te acordás? Bueno, no las tengo, las vendí para sacar unos pesos en la pandemia y…
Aunque no lo vio, Majo escucho como las palabras de su hermano mayor se interrumpieron por un beso. Los escuchó impactar contra la pared varias veces, sin dudas entrelazados en un ósculo apasionado, luego escucho lo mejor, un pete. La castaña se golpeó su mano con su frente, su hermano no podía ser tan ligero con ella y tan lento con la rubia, ni siquiera había sido capaz de dar el primer paso teniendo las balizas, las luces de aterrizaje y hasta un par de bengalas encendidas indicando que era el lugar indicado para aterrizar.
Noe aceleró, y para acelerar había que manipular la palanca. En cuclillas, (casi rasgando su jean de tiro alto con su inmenso culo), le bajo el pantalón, el bóxer y comenzó a cabecear en una mamada tan ruidosa como desesperada, quería hacer eso desde hace mucho tiempo.
- Glup, mmm slurp, mmm glup, mmm glup, mmm slurp, slurp… - Hizo la rubia mirándolo a los ojos con la cara delgada y estirada debido a que se la chupaba como si quisiera succionarle el semen directo de los huevos. Los sonidos que hacía solo los había escuchado en el porno y podían describirse como los jadeos de placer de una bebota al ser amantada.
- Ufff, Noe, perdóname por ser tan gil, no pensé que… - Se disculpó por los años de desidia quitándole los cabellos amarillos del rostro, ella volvió a interrumpirlo.
- Sabia que la tenías grande, se te notaba bajo el pantalón cuando te agachabas a tomar fotos, se te veía un bulto hermoso, tenes unas pelotas grandes también, justo como me gustan. – Admitió en una pausa para tomar aire. Gabriel no podía creerlo. Que Noe, a la que siempre considero su amiga, con la que hizo montones de trabajos prácticos, su mejor amiga, estuviera allí abajo en cuclillas mamándole la verga como una puta cualquiera, eran cosas que nunca pensó ver, justo él, que últimamente les obsequiaba a sus ojos las mejores visiones.
- Con razón se te sentaba tu hermanita siempre que iba, le debía de gustar sentir tu verga gorda latir contra su conchita.
- Eh… eso fue raro, mantengamos a Majito fuera de esto.
- Sí, fuera de esto, claro que sí campeón.
- ¿Por qué tan sarcástica? - Que mencionara a Majo en aquella situación le encendió todas las alarmas. Al parecer su relación incestuosa siempre había sido más obvia que las ganas que ella le tenía a él.
- Nunca te la sacabas de encima cuando iba a tu casa, me sorprende que no la haya encontrado en tu falda hoy cuando llegue.
- Mejor dejémoslo ahí. – Apaciguó Gabriel, que sabía que si se mostraba perturbado por su comentario podía estar dando un indicio clave sobre su segunda vida incestuosa.
- Me parece perfecto, sigo chupándote la vergota entonces, permiso…
Envalentonado por las palabras de su amiga y para distraer el foco de atención, Gabriel tomo a la rubia de los pelos formando una cola de caballo y controlo los tiempos de la mamada, dominando su cabeza hacia atrás y hacia delante. Ella lo gozó manteniendo el rostro chupado y formando un cilindro perfecto con su boca, también, haciendo sonido de jadeo muy sensuales, sin dudas lo estaba dejando todo.
Noe pasó a oler y lamer sus bolas, como una presa recién liberada, cada vez que respiraba contra su piel Gabriel podía sentir que lo olía con fuerza, quería sentirlo, comerlo, masticarlo. Cuando retomó el pete, la hizo cabecear por varios minutos hasta que recordó que se suponía que su hermana debía de poder ver el espectáculo.
-Vamos a mi habitación, no te voy a mostrar mis figuras de Star Wars pero te voy a comer bien el culo.
- Que desilusión. – Dijo con sorna. – ¡Hasta que me tocas un pelo, hijo de puta, podríamos haber hecho esto hace años!
- Ya sabes, es que soy lento.
Entrelazados nuevamente, mandándose lengua hasta sus gargantas, frotándose las narices con cada giro de sus rostros, Gabo la posicionó donde quería para preparar el espectáculo de manera que Majo pudiera disfrutarlo. Encendió la luz porque dijo que le gustaba ver todo con lujo de detalle y dejándola de pie frente al placard, le bajó el jean con dificultad hasta liberar su enorme culo. Como todo culo de rubia, era blanco teta, el suyo además era enorme, no sabía cómo ella podía hacer pasar el jean por sus enormes nalgotas.
- ¿Y? ¿Te gusta lo que ves? Con lo que me hiciste esperar más vale que sepas como chupar concha y todo.
- Ya vas a ver si sé o no. – Expresó viendo el culo entangado desde atrás a la altura de su rostro. A su derecha, Majo se suponía que estaba semidesnuda tocándose en silencio. Como antes, podía ver a su hermano haciendo cochinadas con sus consortes ocasionales.
Gabriel corrió el hilo de la tanga y le separó los cachetes para verle la concha y el culo. Tenía un corte de salmón tan delicado y rosado que parecía ilegal de no ser que estaba unido a un cuerpo de hembrón, su ano como era de esperarse, era un asterisco crema muy apretado, parecía hasta decolorado, aunque quizás solo sean sus genes más arios de lo normal.
Sin más preámbulos, hundió su rostro en toda la vulva de su amiga desde atrás, casi hasta levantarla. Era curioso degustar una vagina que no sea la de Majo después de tanto tiempo, se sentía correcto, natural, casi como si lo prohibido y lo legal tuvieran sabores distintos, como quien pide en la heladería crema del cielo con chocolate picante (sí, eso existe).
- Uuuuuy, sí, hasta el fondo, mándame lengua hasta el útero, dale, dale, mmmmm. – Disfruto del batir de su boca y lengua en todo el corte rosado. – Por fin, por fin te tengo donde quiero comiéndome la concha…
Gabriel no tardó en sentirle el juguito de concha bañándole los labios y dejándole ese sabor tan característico como erótico, ya la traía bastante lubricada y al finalizar la dejo hecha un revoltijo de sustancias.
No supo si también lo quería comiéndole el asterisco, para su suerte cuando le abrió las nalgas con fuerza y comenzó a besarle el culo no hizo ninguna objeción, al contrario, Noe se tomó las carnes y se las abrió dejando que su amigo le llenara el anastasio de besos y chupones muy sonoros y profundos, hundiéndose con ahínco entre sus portentosas nalgas, mucho más grandes y blanditas que las de Majo.
- No es lo que esperaba, pero estoy muy satisfecha, mmm se siente bien. – Aceptó Noelia, sacando un poco de cola al inclinarse, notando que era algo que su amigo disfrutaba tanto como ella. – El pelotudo de mi novio no me atendía ahí, le pasaba la lengüita como si fuera remedio y listo.
- Bueno, él se lo perdió. – Dijo despegándose del culo separándolo con los pulgares, observando cómo había quedado húmedo y enrojecido. – Yo no lo entiendo, una colita así es para comer a todas horas, encima la vendes en Onlyfans, es carne de exportación y el pelotudo no aprovechaba.
- Bueno, hay tipos más fifí que otros. – Admitió rompiendo filas. – Lo importante es que por fin te tengo, la figurita difícil de la colección.
Noe tiro al hombre a su propia cama y ella se ubicó para hacer un 69. Por fortuna, aún frente al armario, por lo que María José podría ser espectadora de cómo le chupaban la pija.
- Ya te dije, soy un poco lento, deja de echármelo en cara y echame en la cara otra cosa, Dios, sí. – Jadeo viendo a la rubia posicionarse con su deliciosa concha sobre él. Ni bien estuvo en posición ambos se pusieron en su respectiva labor, él con el cunnilingus, ella con la fellatio.
Noe hasta se sacó todo de la cintura para arriba para sentirse más cómoda. Majo pudo ver que tenía pechos discretos de pezones rosados, mucho más delicados que los de ella. Agradeció que no tuviera las gomas grandes como su culo o su hermano no iba querer tocar a otra mujer que no sea ella en su vida.
Gabriel disfrutó de como la rubia le apresaba el grueso tronco con los labios y cabeceaba como posesa y, también, de saber que a escasos centímetros con la iluminación adecuada su hermana de 18 años estaba viendo como le chupaban la pija y las bolas otra mujer, como en los viejos tiempos, aunque esta vez su intromisión había sido planeada. Y como si todo hubiera sido parte del plan, Majo tuvo una clase de perversión inédita que Gabriel agradeció a los cielos.
Tras degustar los testículos del hombre juntándolos con la mano como si sostuviera un racimo, la blonda bajó aún más su rostro y aunque Majo no podía verlo con claridad, era obvio que le estaba lamiendo el culo a su hermano.
- Uuuh, Noe, sí que sos… valiente, seguí, seguí. – La alentó Gabriel, extasiado por el anilingus. Es alengua introduciéndose y retorciéndose en el centro de su ano era como un interruptor de placer que no sabía que tenía.
Majo no supo cómo nunca se le ocurrió hacerle eso, él se lo había hecho tantas veces y ella no había tenido la consideración de devolverle el gesto, se sentía desconsiderada, lenta como su hermano. Tras tantas oportunidades venía Noelia de la nada y le daba lecciones de perversión dejándola como una mojigata. Esos jadeos, ese goce que Garbiel sentía debieron ser despertados por ella y se arrepentía de que no fuera así.
Para ese entonces, los dedos de majo comenzaban a frotarse entre sus pequeñas alas de mariposa, húmedas y ardientes como el aceite en el borde de un sartén. Enfrente de ella, la previa estaba finalizando, a diferencia de ella con Gabriel, no habían pasado ni veinte minutos desde que Noelia inicio su oral y pasaron al 69 con lamida de culo incluida. La previa era tan solo eso, una previa y el plato fuerte estaba siendo servido.
Noelia se giró sobre Gabriel y tras una suave frotada de su vagina contra el glande, se dejó caer haciendo el truco de magia más delicioso de la historia: la desaparición del pene.
María José tuvo un baño de realidad. Nunca había cogido con su hermano, tan solo seguían jugando como antes, se trataron mutuamente como dos juguetes, coger era lo que los dos amigos hacían frente a ella, impactando sus carnes de súbito, con penetración húmeda y ruidosa y gemidos que desgarraban el silencio del departamento. Si los vecinos se molestaban con el ruido que solía hacer ella en ese instante debían de estar caminando por las paredes.
Cambiaban de posición como dos lombrices quemándose en el asfalto, se retorcían tanto en la cama contra las paredes. Aunque siempre, pero siempre, el portentoso miembro la penetraba hasta hacer tope entre las piernas de su amiga. Nunca se despegaron, nunca amainaron la intensidad, Majo supo además que no podría resistir ni cinco minutos algo así… y ellos llevaban como veinte.
- Ah, ah, ah, ah, hijo de puta, te tenías todo esto guardado, ah, ah… - Chilló Noe contra el placard, chocando su rosto contra la rejilla de madera hasta dejarse marca. Desde atrás, Matías le daba caña tomándola de la cintura sin perder de vista el ano, observándolo casi con bronca. Por su cabeza saturada de pensamientos sucios podía escucharse: “¿Qué es esto? ¿Lo puedo romper?”.
Lo que Majo pensó que sería un cumpleaños se tornó en un baño de realidad. No solo se dio cuenta de que esa mujer llamado Noe le sacaba años luz de experiencia, sino también de que su hermano era demasiado dotado para ella. Lo notó en la última posición, tras darle contra el placard tomándola de la cintura y luego levantándole una pierna, la arrojó a la cama y se dejó caer sobre ella ensartándola como un mendigo a un bife de chorizo.
- ¡Aaaah, ah, ah, ah, bestia, ah, ah, me matas, animal!
Nunca vio algo tan intenso en vivo, a su hermano con su corpulenta humanidad cayendo como en la lucha libre sobre ella, al falo entrando y saliendo al completo, húmedo de sustancias sexuales. También vio como nunca por tenerlos justo en frente a los enormes testículos y su culo recién lamidos subiendo y bajando a velocidades vertiginosas, era un espectáculo tan sexual como grotesco, ella juraría que su querido Gabo hasta se había olvidado de su presencia. Estaba poseído, de verdad parecía una bestia en celo.
- ¡Ah, ah, uuuh, que vigor por favor, uuuuh, me partís al medio, aguanta Conan el Bárbaro! - Exclamó la rubia arañando la espalda musculosa del hombre. - Al final me tenías más ganas a mí que yo a vos…
- No doy más, me tengo que correr ya, ya, uuuh, ah, ah… - Majo vio cómo su hermano puso un cambio más que no sabía que tenía y eyaculó sin ningún reparo en la vagina de Noe, abierta y dilatada como una flor primaveral. La castaña no daba crédito de lo que veía, el muy cabrón se había venido adentro ¿Y si eso traía consigo una complicación mayúscula en 9 meses? ¿Y si en esa noche de lujuria toda la aventura que habían construido se terminaba? ¿Si ese fatídico juego en el que ella era una espectadora pasiva era el último?
Al sacarla haciendo un ruido de destape de corcho, se vio un hilo grumoso de semen emergiendo del tajo, pasando por el ano abierto como un respiradero y llegando a las sábanas, justo en su lado de la cama, ese semen que viajaba como rio desde la vagina de ella había desembocado justo en su sitio favorito como la lava acumulándose al pie del volcán.
- Claro, echame los pibes crudos adentro nomás, total la que se tiene que empastillar para matarlos soy yo. – Le reprochó dándole un golpe de puño en el hombro, bastante doloroso por lo visto.
“Al menos piensa tomar la píldora del día después, que alivio la puta madre.” Pensó Majo, relajándose, sintiéndose demasiado joven como para ser tía.
- Perdón… es que… no podía, no podía más… ¿Valió la pena la espera? – Preguntó agitado sentándose en el pie de la cama, mirando fijamente al armario.
- Cada maldito segundo, me alegro de que haya salido tan bien, seguro que si lo hacíamos antes no salía así de espectacular. – Noe desde atrás tomó a Gabriel del mentón y le estampo un beso. Los amigos juguetearon un rato hasta que de a poco abandonaron el rol de amantes y volvieron a ser ellos. – Huy la puta madre, cierto que me chupaste el orto, no pensaba volver a besarte. – Gabriel rio sin saber que decir.
- No te preocupes, si tengo mal sabor es todo tuyo.
- ¡Guácala! – Lo amonestó golpeándolo con el corpiño antes de ponérselo. - Bueno, debo irme, mi planeta me necesita, como decías vos siempre que te tenías que ir. Necesito una ducha y un cambio de ropa urgente, capaz meta alguna fotito para mi Onlyfans.
- Que raro que no aprovechaste a sacar alguna recién para el negocio.
- Sobre el negocio… - Mientras Noelia hacía fuerza para ponerse el jean le dijo algo revelador, tan obvio que hacia quedar a Gabriel como retrasado: - Cuando te conté sobre mi Onlyfans mi idea era que te postularas para fotografiarme, hasta te conté que me costaba un Perú sacarme fotos a mí misma desde ángulos atrevidos, ni te disté cuenta salamín. En lugar de sacarme fotos a mi te pusiste a desnudar a tu hermana, degenerado.
- Ya te pedí perdón, no siempre fui bueno para ver las señales. – Se excusó con mucha sinceridad. Por momentos su cerebro parecía sufrir de lagunas de inocencia.
- Cuando querías levantarte a una mina eras infalible, me acuerdo de la gordita de pelo súper corto, conmigo no veías un burro adentro de un baño de obra, tu atención es bastante selectiva.
- No sé qué más decir, lo de hoy estuvo tan bueno que pensé que me dejaría de echar en cara esas cosas.
– En fin, voy saliendo, dejémoslo ahí, la pase bien y es lo que me importa. Tenía miedo de que fueras gay así que no puedo quejarme.
- Yo voy a contactar a María José para ver en donde anda, no está bueno que se junte con mucha gente con esta pandemia de mierda, no quiero que traiga el virus. – Disimulo mirando de soslayo el escondite.
Los amigos siguieron charlando como si no hubiera pasado nada, María José comprendió que no tenían por qué sentir remordimientos, ni culpa, ni guardarlo en secreto. En eso tampoco podía competir con ella, irremediablemente la relación que tenía con su hermano nunca podía ser oficial ni pública, siempre debía ser un secreto bajo 7 llaves.
Lo que para ella iba a ser revivir uno de sus viejos fetiches no salió como lo esperaba. Por algún motivo no disfruto de ver a su hermano en la intimidad como antes. Ya no era esa chiquilla revoltosa ávida de satisfacer su curiosidad, ahora comprendía que no se podía satisfacer a su cuerpo de 18 años con solo mirar, más cuando descubrió que quería a su hermano para ella sola, para que la preparase para todo lo que Noelia había soportado.
La espera de que Noe se fuera se le hizo eterna, la blonda era habladora como pocas y no dejaba de sacar temas de conversación. Se la notaba estallando de felicidad, sin dudas deseaba encamarse con su hermano más que con nadie. Cuando por fin Gabriel regresó de acompañarla a la puerta del departamento, entró a la habitación y abrió el placard.
Majo estaba seguía ahí, de frente entre la ropa de las perchas, sin bombacha, más sexy que nunca, vistiendo tan solo una blusa holgada de dormir. Sus pezones estaban erectos y se notaban por debajo de la tela. Ni el ropero a Narnia obsequiaba un paisaje mejor.
- ¿Y? ¿Te gusto? – preguntó Gabriel observándola desde los ojos a la vagina. – Mostrale a tu hermano mayor si lo disfrutaste. – Exigió viendo su conchita humedecida.
Majo le siguió el juego, complacida de tenerlo para ella una vez más. Levanto una de sus torneadas piernas, puso sus deditos dentro del tajito y separo ambos labios, desplegando sus pequeñas alitas de mariposa que tenían dulce néctar entre medio.
- Tocate un poquito, quiero ver que tanto te gusto. – Frente a él, Majito se frotó los dedos índice y medio por toda su vagina mientras la mantenía abierta para que Gabriel la admirase. Tras unos segundos de franeleo, le tomó la misma mano y le chupo los dedos dedicándole una mirada lujuriosa: - Esperaba que estuvieras empapada, me parece que no te gustó el…
La castaña no lo resistió más, saliendo del cubículo como un espectro, se abalanzó a su hermano besándolo como nunca, comiéndole la boca como en una porno japonesa, mandándole tanta legua adentro que Gabriel sintió que tenía una lengua bífida El hombre comprendió todo de inmediato: eran celos.
Tan extrañado como complacido por la reacción de su hermana, la abrazó pasando sus gruesos brazos por debajo de la blusa y acaricio su cuerpo mientras le daba batalla a la lengua invadiendo su boca como si ambas jugaran un juego de tire y afloje. Toda la humedad que debía de tener su vagina estaba en su boca, sin dudas ver un espectáculo pornográfico por tanto tiempo sin poder participar le había provocado una inundación que Gabriel ahora disfrutaba empapando su boca en ella.
Tomándola de la quijada, le mando lengua dentro de su boca tan profundo como pudo, casi hasta hacerse doler la nariz de la presión que ejercía contra su rostro mientras le batía toda la baba. “Sluck, sluck, sluck…” hizo mientras la besaba pasando la lengua dentro de su boca como un perro bebiendo de su cuenco con agua, prácticamente hacía el mismo ruido y obtenía el mismo resultado mientras se acariciaban como posesos.
No necesitaron palabras, no necesitaron nada más que sus cuerpos desatados para expresarse cuanto se querían y que tan inseparables se habían vuelto. Majo no había obtenido lo que esperaba, él no pensó nunca que se tomaría la intimidad con Noelia con semejante celotipia.
El beso fue solo el anticipo de una nueva etapa. La castaña se arrodillo dispuesta a rendirle tributo a su deidad fálica y lo hizo con toda la práctica y devoción que la caracterizó en los últimos episodios sexuales. Ni siquiera le importo que Noelia le dejara impregnada su fragancia vaginal y su sabor por todo el rabo.
- Majito, Dios, me volvés loco, te pegó re mal la travesura, pensé que te gustaría. – Expresó acariciando su mejilla, sintiendo su glande raspando el interior de la misma cuando su hermana se la mamaba cruzada.
- Me gusta más tenerte para mi solita. – Confesó lamiéndole las bolas como una gata, moviendo su cabeza como un péndulo. - ¿Te gusta hermanito? Esto es lo que tanto querías, volver a tu hermanita tu puta, ahora lo conseguiste y vas a tener que lidiar con las consecuencias. – Dijo Majo antes de lengüetear el orificio del glande, donde unas gotas perezosas de presemen se deslizaban rezagadas, eran los resabios que no pudieron emerger hacia la vagina de Noe.
- Bueno, quería enseñarte y disfrutarte en el proceso, sabes muy bien cuanto me gustas. – Le dijo con los ojos cerrados, disfrutando del interior de la boca de su hermanita rozando su glande. – Te notó más competitiva, hiciste un “click”. – Reveló notando como de un segundo para otro Majo parecía poseída. – Aunque me gusta, no es necesario, siempre vas a ser mi hermanita y te voy a dar mi trato especial de hermano mayor…
Acto seguido, la tomó de los cabellos castaños y la hizo cabecear viéndola a sus hermosos ojos, le encanaban tanto como su amplia frente de bebota: - Mostrame las tetas, quiero verlas todo el tiempo. – Ordenó sin dejar de hacerla cabecear. Majito se subió la blusa hasta tenerla enrollada sobre sus senos. – Eso es, quiero el combo de hermanita completo, pete, mirada de putita y tetas al aire, como me gustas por Dios…
- Demostrámelo, demostrame que tanto me queres. - Exigió la castaña con la boca repleta de verga familiar.
Esa felación terminada en una prominente eyaculación fue como la firma de un documento de desafío, la frente y el rostro de María José fue el papel que recibió la jugosa y espesa tinta blanca, escurriéndose gracias a la gravedad por los costados de su nariz y desde las cejas a los ojos, tan enlechada quedó que algo de lefa cayó directo a sus tetas, acaramelando sus pezones marrones.
- En esto ya sos una experta. – Le dijo sacándole el semen de los ojos y las mejillas. – Lamento decirte que si queres superar a Noe me vas a tener que entregar tu virginidad.
- Si prometes ser gentil y tenerme compasión por ser mi primera vez, te la voy a dar cuando quieras. No te olvides que hasta siento tus dedos grandes… con ese monstruo me vas a romper toda.
Acto seguido, así como él le había chupado los dedos embadurnados en flujo, ella le tomó la mano y le chupo el semen de los dedos antes de relamerse los colgajos de esperma que pasaban cerca de la comisura de sus labios: - Hay comprar ananá. Me gustaba ese toque dulzón que tuviste.
- Me extraña que desconfíes de mí, por supuesto que voy a ser gentil. Tenemos un trato. Te voy a hacer debutar. – Resolvió Gabriel observándola limpiarse la cara con los dedos sin saber que su hermano mayor tenía un plan secundario por si su debut vaginal no se concretaba.
Los celos de Majo
Los días siguientes Gabriel descubrió la piedra filosofal de la lujuria eterna: los celos. Básicamente cada vez que hacía un comentario sobre Noe o recibía una foto de la rubia desnuda, preguntando si tenía la aprobaba para su Onlyfans, se la mostraba y decía algún comentario para desencadenar la hecatombe.
“Mira, tenes competencia, vas a tener que esforzarte o te va a robar lo suscriptores y a tu hermano.” o “Acaba de subir algo, no perdamos terreno y tirémosle un hueso a los perros” o su favorita: “Deberíamos probar esta posición, es muy atrevida y les va a encantar.” Sea una frase u otra desencadenaba un berrinche y luego nuevas fotografías. Con el correr de los días el Onlyfans de ÁngeLolita se llenó de fotos más “informales” desde fotos en la cama con su pijama revelando algún agujerito (o ambos) o alguna de ellas vistiendo alguna calza negra en nuestras salidas recreativas, las favoritas de nuestros suscriptores.
Como era de esperarse, después de cada fotografía, tenía que atender esos orificios como más le gustaba, de sorpresa y a la mañana. Disfrutaba del sabor que la noche le confería al sexo de Majo, las horas de sueño lo dejaban al natural, con el sabor, olor y textura que debían tener, sin ningún agregado que contaminara la experiencia como el jabón, el perfume o la sequedad. Ese día, antes del desayuno tenía ganas de degustarla al completo.
Por el momento, esperábamos que los planetas se alinearan para concretar su anhelado debut sexual incestuoso y seguíamos caldeando el ambiente.
- Mmmm Hermano, déjame dormir, es temprano. – Se quejó la muy remolona revisando su celular justo mientras le tomaba una foto de su bombachia color cian siendo devorada por su culo. Tener la prenda pegoteada entre la raja la volvía un afrodisíaco.
- ¿Temprano? Son las nueve y media, mi hora de desayunar. – Sin mediar más palabras, le corrí la bombachita, le fotografíe el culito y la vagina, admirando sus obras de arte con devoción. Era una burla del destino que justo la más hermosa tentación haya resultado ser su propia hermana, legal desde apenas hace unos meses.
No tarde en estirarle los cantos y preguntarme con cual parte empezar. Por un lado, tenía a la vagina rosada y humectada, con sus dos alitas de mariposa apretujadas en ángulos extraños debido a que durmió apretadita contra su braga… más arriba estaba el ano, un postre más exótico, solo para valientes, con la coloración y textura justa, era la especialidad de la casa. ¿Quién podría decidirse ante semejante predicamento?
Como mis ojos no se decidían, hundí mi nariz primero en su vagina y luego en su culito, respirando de ambos sus fragancias prohibidas para ver con cual me quedaba.
- Hermanito… ya sabes lo que más me gusta. – Me susurró con los ojos cerrados y vi con asombro que relajaba su anito, casi guiñándome el ojo del culo.
- No se diga más, culo será. - Por ende, se lo estiré lo más posible y le metí la lengua hasta sentir su anillo de cuero ceder.
-Oh, oh, hermano, uuuh… si, seguí, seguí, seguí, amo fuerte que me chupes el culito, sí, sí, ah, ah, aaaah. – Lo alentó meneado su cola, dándole empellones con sus nalgas, él la tenía aferrada como un jaguar a un tierno cervatillo, dándole bocados profundos al ano como si se lo quisiera borrar. Estaba a la temperatura justa, calentito, sudado, más natural que nunca.
Gabriel le atacó el agujero de todas formas, haciendo un clásico picaflor, poniendo su lengua tiesa y golpeteando el centro como si fuera un ariete, lamiendo del medio hacia los lados con esmero y profundidad, también con su estilo favorito, besándolo como si fuera una 2da boca. Majo lo tomó de los pelos y le refregó el ano por los labios y la nariz. A él le gustaba ser dominado tanto como a ella dominarlo.
- Mmmm, aaah, aaauh, uuuh, mmm… - Su respiración se agitaba a medida que los gemidos comenzaron a brotar sin control.
Tras quedar satisfecho con el sabor de su culo, pasó a complacerla manualmente. Reunió algo de saliva que quedo alrededor del asterisco, la esparció hacia el centro para improvisar lubricante y le introdujo el índice de forma lenta y profunda.
- Hermano… es algo sucio, no sé cómo estoy en el…
- Shhh, un hombre sabe con lo que está lidiando al hacer estas cosas. – La calmó sin dejar de introducir su dedo, comenzando a masturbarle el culito. – Además te lo deje impecable, tu hermano mayor ya te limpio a fondo, no hay de qué preocuparse.
- Gabo… mmm, no digas cosas cochinas, mmmm. – Su queja era menos creíble que una promesa de campaña, más porque Majito deslizó una mano por debajo de su vientre para frotarse la vagina, todo mientras él le hacía rosca con el dedo y le masajeaba las paredes en cada lado, arriba, izquierda, derecha y por supuesto, abajo, la pared pegada a la vagina y la que le daba más placer.
- Ah, ah, ah, ah, aah, sí, sí ¡Sí, sí, sí! – Comenzó a chillar mientras ensuciaba la sabana con sus flujos, salpicándolo por doquier.
- Así me gusta, buena nena, córrase bien, todo lo que no largaste ayer lárgalo ahora… - La alentó sin dejar de colarle el índice.
El gusto de su hermana por recibir besos negros y que la dedearan le daba al hombre una idea que cada vez latía con mayor vigor. Gabriel separó su boca del culo y lo mantuvo estirado con las manos: - ¿Sabes? Esto te gusta tanto que quizás lo ideal para vos no sea el debut vaginal, sino el anal.
- ¿¡Qué!? ¿¡Estás loco!? – Se alarmó con exageración. – Con la pichula que tenes me vas a dejar usando pañales una semana, no quiero ni imaginarlo.
- No seas bobita amor, me doy cuenta que tu agujero secundario lo tenés mejor preparado, además con lo loquita que te pones que te lo chupe y te cole los dedos de seguro una culeada, con un buen lubricante, te va a dejar tirándote acabadones un año entero.
- Me vas a partir al medio con o sin lubricante. – Razonó Majo. – Te conozco, seguro arrancas suave y después te cebas y me lo dejás como un boquete de prisión.
- ¡Majo! ¡Me extraña que pienses que quiera hacerte mal! Pensa que es menos riesgoso que hacerlo por adelante porque nos ahorramos el miedo a un descuido, si es que sabes a lo que me refiero… – Defendió su argumento con mayor énfasis.
- No sé, no sé, lo voy a tener que…
- ¿Pensar? Ya me dijiste eso sobre entregarme la virginidad, ahora sobre esto, no hay que pensar tanto, hay que disfrutar, con quién o dónde tuviste tu primera vez no es lo importante, eso solo es relevante en las novelas y las películas, en la vida real es un trampolín que nos sirve para llegar más alto después, no es el final del camino, solo estás pagando el peaje.
María José, con todo el carácter que tenía, abrió la boca para replicar y no salieron las palabras. Parecía querer retrucarle sin encontrar las palabras justas. Gabriel quedó satisfecho con su manipulación, parecía nunca perder el toque cuando se trataba de convencer para lograr su cometido.
- Levantate que te hago el desayuno hermanita. – Cedió el hombre dándole un descanso a su atormentada hermana. – Nos tenemos que preparar para una nueva sesión, tus suscriptores quieren arte.
- Sí, mejor. – Aceptó la castaña acomodándose la ropa interior y revisando su celular. – Mucha selfie, mucha foto de mi culo cuando mis suscriptores prefieren las fotos soft que me sacás.
- Bueno, después del almuerzo les damos una buena sesión para que tengan. Hagamos valer el precio de tu Onlyfans– Cambie de tema para no estar meta insistir con lo mismo como un pesado. Además, las sesiones solían elevar su libido, el continuo gatillar de la cámara le levantaba la temperatura interna posiblemente inclinándola a tomar una decisión.
Aunque la gran mayoría estaba agradecida de ver semejantes obras de arte al descubierto en fotos mundanas, sus seguidores eran algo más elitistas de lo común y estaban acostumbrados a sesiones prolongadas con calidad profesional, pedían una nueva, por lo que era hora de estrenar un vestido de tul negro traslúcido y diagramamos un nuevo banquete para sus suscriptores.
- ¿Empezamos? – Le pregunté más que nada por cortesía.
- Con esto solo puesto ya arranco desnuda desde el vamos. – En la página con la chica usando ropa interior no parecía tan transparente.
- Es la idea Majito, pisar fuerte con una nueva sesión, muchas ni se fijan en lo que tiene puesto y se empiezan a sacar fotos…
- ¿Cómo Noe? – Preguntó demostrándome que la espina de los celos seguía enterrada.
- Puede ser, vos con tu sensualidad, belleza y encima de todo ropa reveladora, le vas a pasar el trapo. – La alenté. – Arranquemos, quiero ver si logramos ganar suscriptores.
Por fin arrancamos con la profesionalidad que nos caracterizaba. Ella al principio posó media dura, como un muñeco de playmobil, solo para ir calentando motores y que vean su figura, su revelador atuendo, el escenario elegido.
Luego se dio vuelta para enseñar que ceñido le quedaba ese vestido al cuerpo. Aunque no era tan culona como la rubia con la que competía, su figura esbelta y armoniosa podía plantársele a la de cualquiera. En ese momento de la sesión Majo ya se sabía todos los movimientos y no necesitaba instrucción alguna.
Que se agachaba, que enseñaba la piernita, que sonreía, con toda la experiencia que había ganado modelando Majito demostraba que se sabía todos los trucos antes de que su amo se lo ordenase. Una vez en el suelo, sacando pecho, sus pezones parecían querer brotar desde debajo del vestido como pimpollos, además de que el calor de la sesión la hacía querer empezar a mostrar su vagina.
- Re bien hermanita, jugueteá con ellos como si estuvieran acá, hacelos desear. – La alenté mientras jugaba conmigo, destapando y tapando su conchita rápido, jugando con el gatillar de mi cámara para intentar que no se la capture.
- En realidad quería ir rápido. – Me sorprendió rompiendo el silencio y no solo eso, sino bajándose el escote para enseñar los pezones marroncitos y subiéndose la zona del pubis para mostrar su conchita de quinceañera. – Si lo que quieren es verme desnudita no sé porque jugar con ellos, démosle por lo que pagan.
-Bueno… te entiendo, es un buen punto. – Dijo algo sorprendido por su cambio de estrategia. Más sorprendido me dejó que usara diminutivos como solía hacer yo. – Es que siempre nos funcionó llevar la sesión lento, por ahí tenés razón y podríamos ir al hueso más rápido.
- Pense que era lo que querías, llevarme rápido, mostrarme como se coge a una mujer para tentarme a debutar, chantajearme con el sexo anal por si no me decidía por darte mi virginidad. – Comenzó a decir a medida que me obsequiaba las poses más sugestivas. No sabía si dejar de gatillar, detenerme a escuchar su discurso o sacármela pija afuera para manosearme.
- Me haces quedar como un manipulador, todo el jueguito de las escondidas se nos ocurrió para revivir tu antiguo fetiche, no pensé que te pondrías mal al verme coger con otra. – Le replique con calma sin dejar de fotografiar su cuerpo desnudo, tratando de inspirar calma con mi tono. Lo que menos quería en ese momento era echar el momento a la basura con una discusión.
- Sé que no debí ponerme celosa y que no era tu intención tentarme, también sé cuánto te gustaría desvirgarme por cualquier lado. – Ahora tenía el vestido enrollado entre las tetas y el vientre, enseñándolo todo. En menos de veinte minutos de sesión estábamos como a los 40 de las primeras sesiones.
- Majito, no quiero seguir jodiendo con eso, no pienso volver a tocar el tema, mientras podamos disfrutar de dormir juntos, besarnos y hacernos travesuras soy feliz. – Finiquité la cuestión para poder seguir sacando fotos.
- ¿Es tu nueva estrategia? ¿Dejar de insistir para hacerme creer que ya no te interesa? – Desconfió mientras se levantaba el vestido como una groupie enseñando las tetas a su banda favorita.
- No volvamos esto un capítulo de la Rosa de Guadalupe, por ahora terminemos, después vemos. Yo ya lo dije, no voy a tocar el tema. – Si me distraía, podía perderme algún momento clave de la sesión, por algún motivo Majo estaba apurada.
La sesión continuó su curso con una María José desatada, despojándose de su vestido como si este le quemara la piel, llevándolo de un lado a otro hasta quedar como vino al mundo, con una sensualidad insuperable, una sensualidad que solo las verdaderamente agraciadas podían lucir, así sin maquillaje, ropa, peinado ni producción alguna, solo ella al desnudo y era más que suficiente. No era momento de distracciones ni de palabras, ya que estaba girando para enseñarle su caramelo más dulce a su público, su torneado y fibroso trasero adolescente.
- ¿Qué pasa hermano? ¿Nunca me viste desnuda? – Preguntó desentendiéndose de toda la sensualidad que su piel emanaba.
- Ufff, Majito querida, no sé si existe Dios, ni me importa, solo sé que si existe debe ser como Loki, por que hacerte tan hermosa y encima mi hermana es una broma del destino.
Complacida con mi piropo indebido, siguió mostrándose al desnudo, recogiendo su cabello, mostrando una de las partes más sensuales de su cuerpo cómo sus axilas, y por supuesto, su depilada y virginal conchita, toda expuesta mientras se abría de piernas en el suelo sobre el vestido, ahora abandonado y usado como un trapo de piso. Todo al lado de ella perdía su belleza y valor, todo podía ser opacado.
Mientras la sesión llegaba a su punto culmine, afuera se desencadenaba una segunda tormenta y por estar en un departamento, parecía que el cielo nos quería castigar tanto pecado. Una lluvia pesada como piña de Balboa golpeteaba las ventanas, el viento no tardó en silbar en un idioma digno de Mordor. Majo seguía posando, no obstante, cuando se forman chispazos en el cielo, nosotros que estábamos tan cerca sentíamos una energía flotando a nuestro alrededor.
- Que lindo que esta para cucharear. – Me dijo mientras se daba cuenta y mostraba su preciosa almohada de carne en la que mi entrepierna podría reposar por siempre.
Tuve que bajar la cámara, admirar su culo como si nunca lo hubiera visto y saciar mi vista con el antes de poder seguir fotografiándoselo: - Cuando quieras, terminamos y vamos a cucharear.
- Obvio, no nos olvidemos de darles a los suscriptores lo mejor… - Y sabiendo que era lo mejor, me mostro su asterisco para que sea devorado por la cámara y mis ojos detrás del cíclope.
Afuera el diluvio se desataba y como si aumentará la tensión de nuestros cuerpos, no pudimos contenernos más y nos acercamos como magnetizados. La cámara quedó a un lado y desnuda como una Eva, se acercó a mí y me besó clavándome su mirada. Le devolví el beso con una ternura y pasión solo comparables a nuestros primeros besos. Mi mano la tomo del rostro con delicadeza y continuó disfrutando del sabor de la boca de su hermana. A pesar de la tormenta la habitación se llenó de onomatopeyas húmedas: “Chuick, chuick, chuick…”
- Hermano, como te gusta besarme, pareces enamorado. – Me dijo saboreándose mientras atrás, contra el cristal de la ventana, el cielo nos disparaba proyectiles de agua.
- Amo besarte, nunca me voy a cansar, todavía me parece sentir ese gustito a Nesquik que te sentía cuando eras una ne...
María José lo volvió a interrumpir retomando el beso, dejando que las manos de su hermano mayor le acaricien la piel desnuda, su rostro, su espalda, sus caderas. Ella hizo lo propio introduciendo la mano bajo su ajustada remera, sintiendo su grueso cuerpo de hombre, sabiendo que ese día que por la tormenta había adelantado su noche, se sentía lista para una respuesta.
Gabriel se inclinó un poco por ser más alto que ella y le tomó las nalgas, sintiendo su dureza bajo la piel, pensando en que deliciosa que debía verse su colita abierta por sus firmes manos. Ella intensificó el beso enroscando su lengua contra la de él, rozando su abdomen con su mano hasta llegar a la entrepierna endurecida de su hermano. A pesar de los 10 años de diferencia y ella de tener 18 frescos como fruta de estación, no se quedaba atrás ni en la forma de besar, ni en las partes del cuerpo que decidía manosear.
La mano de Gabriel pasó de atrás hacia adelante sin escalas, acariciando su vagina entre ambos labios vaginales, sintiendo su huequito húmedo y ardiente fundiéndose contra sus yemas, parecía una suave y delicada yema de huevo escurriéndose entre sus dedos, volcando su humedad en sus dedos. Le había apretujado el culo con gusto y ahora atendía su sexo con la delicadeza propia de un cirujano.
- Hermano, vas a tener que elegir. – Susurró por fin Majo, dejando a su hermano sorprendido. Más porque no dejaba de acariciarla la pija por dentro del pantalón.
- ¿Elegir qué hermanita? – Preguntó sin dejar de acariciarle la conchita, incluso animándose a presionar su agujerito virgen, del que brotaba un grueso tapón de excitación.
- No puedo decidirme a qué virginidad darte, no sé si es más sagrado que te de mi himen o mi primer anal, no sé si es peor que mi hermano mayor me desvirgue un lado u el otro así que prefiero que elijas vos el que quieras. Quiero darte el que elijas y dejar el otro para el que considere un novio, si es que algún día conozco a alguien que sea la mitad de hombre de lo que sos. – Soltó sin apuro y dejándolo boquiabierto. Lucia como una deidad mesopotámica olvidada, de la lluvia y la fertilidad, de la belleza y a la vez de la tempestad, con el cristal empañado por la lluvia de fondo enmarcando su figura perfecta.
- Majito, es peligroso que me des a elegir… me gana mi lado más bestial, un lado que no conoces, quiero saber que estás totalmente segura de lo que me des, lo que quieras dar va a ser para siempre, nunca va a cambiar que haya sido yo el que te haya desvirgado de un lado, o del otro. – Expresó sin poder evitar mostrar su lado más histérico… tanto forzarla para llevar a cabo todas sus perversiones, como en una sinfonía “in crescendo”, ahora que le ofrecía la llave del cielo y el infierno, completar su novena sinfonía, se sentía en la necesidad de hacerla recapacitar.
Majo se sonrió complacida de oír a su hermano mostrando su lado más protector, aún con la mano metida en la entrepierna del hombre. – Sos más indeciso que yo, te voy a dar 20 minutos para que te decidas, Gabo…
Majo desnudo el pene del hombre, le bajo los pantalones y frente a la ventana, se puso de cuclillas para entretenerse haciendo aquello con lo que se sentía cómoda, aquello que tanto le gustaba, con quién se sentía más segura, a la espera de un veredicto, sin saber, que Gabriel ya tenía una respuesta.
Continuará…
Gracias por leer, sobre el siguiente capítulo tengo una idea que quizás les guste, ustedes pueden decidir por Gabriel y leer el debut de Majito que quieran ¿Será vaginal o anal?
Es algo que nunca hice, no es indecisión mía, puedo decidirme fácil y escribir con las mismas ganas e intensidad uno u otro, solo que quiero agregarle un sentido más lúdico al siguiente capítulo.
Pueden comentar lo que prefieren, aunque lo más probable es que se decida por dos shout que subiré ni bien empiece el capítulo 11. No los voy a hacer votar por algo que falta para que salga.
Capítulos anteriores:
Capítulo 1:http://www.poringa.net/posts/relatos/4020235/El-Onlyfans-de-mi-Hermana.html
Capítulo 2:http://www.poringa.net/posts/relatos/4027496/El-Onlyfans-de-mi-Hermana-Parte-2.html
Capítulo 3:http://www.poringa.net/posts/relatos/4041501/El-Onlyfans-de-mi-Hermana-Parte-3.html
Capítulo 4:http://www.poringa.net/posts/relatos/4072304/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-4.html
Capítulo 5:http://www.poringa.net/posts/relatos/4103216/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-5.html
Capítulo 6:http://www.poringa.net/posts/relatos/4141400/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-6.html
Capítulo 7:http://www.poringa.net/posts/relatos/4194586/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-7.html
Capítulo 8:http://www.poringa.net/posts/relatos/4213991/El-Onlyfans-de-mi-Hermana-Parte-8.html
Capítulo 9:http://www.poringa.net/posts/relatos/4292370/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-9.html
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