He aquí iniciando una nueva historia después de muchas historias largas, incluso algunas en emisión ("A Serena..." y "La Fantasía de 18") ¿Será larga? ¿Corta? Aunque siempre tengo un estimado eso lo deciden ustedes, lo que si voy a pedir es que tenga paciencia. Es un primer capítulo y fiel a mi estilo, para mi va a ser la base de todo y sepan disculpar si no se va a los bifes a los pocos renglones. Lo que cuente en el capítulo de hoy, no voy a necesitar contarlo en el de mañana.
En esta historia, casi como en una fotonovela, las fotos van a tener un papel protagónico y las voy a ir intercalando con el relato cuando lo vea necesario, veces van a ser vites y otras veces no tanto.
Este capítulo y los siguientes van a tener varios fakes de amateurs que encuentro por ahí, pero por lo general, la protagonista, mi musa, es Alexandra kroha, una modelo ucraniana de poca trayectoria en el porno pero toneladas de material fotográfico.
Ahora sin más preámbulos, les doy la bienvenida.
Crisis es oportunidad
Eso que suele decir la gente sobre la situación del coronavirus, “que nos golpea a todos”, es mentira. Conozco tanto a personas que ni se cruzaron con el virus en sus círculos familiares y otros que sufrieron pérdidas irremplazables. Luego están los que sobreviven arruinados económicamente y es ahí, donde me encuentro, ante el abismo de vender hasta los muebles o volverme Taxi Boy para pagar lo indispensable. Aunque no perdí a ningún ser querido por fortuna, estoy ante los abismos de la indigencia, a punto de ser absorbido en una situación que jamás pensé que ni siquiera estaría cerca de conocer.
Ser un fotógrafo de eventos y encontrarse sin un solo evento en el que trabajar es una mierda para mí, ya van demasiados meses así y mi billetera no da para más. Para colmo los impuestos no paran de llegar y la situación no parece que fuera a cambiar ni siquiera este año va a repuntar. La desesperación lleva a un hombre a pensar lo impensable cuando ni con las ayudas estatales (que tienen una fecha de caducidad anterior a la del coronavirus) me alcanza para pagar la luz.
No es manera de arrancar el relato de lo que me sucedió, muy lejos de ser un informe noticioso, es la gravedad de mi situación la que me llevó a considerar alternativas muy lejos de ser decorosas. Quizás sin esta crisis no habría ni una página edulcorada de las que están por leer.
La crisis no es lo único que me define, por supuesto, me llamo Gabriel, tengo 28 años y vivo con mi hermana María José de 18, recién cumplidos, tan recién cumplidos que mientras escribo esto estoy descolgando unos globos con forma de 1 y de 8 dorados y una guirnalda de papel maché de la pared, una mera decoración que, tras la espalda de mi hermana prendida a las video llamadas, daban la ilusión de un gran festejo. Toda la tarde estuvo recibiendo saludos, simulando estar con nuestra madre y sus amistades en la misma sala. La bendita tecnología, a la que le debo tanto, permitió, aunque sea, María José (“Majo” desde ahora), inundara el living de risas y el griterío que tanto me gustaba cuando invitaba a sus amigas.
Somos hijos de padres divorciados muy tempranamente, con nuestra madre en la otra punta del gran Buenos Aires y papa, bueno, en alguna oficina turbia de Bielorrusia, de milicia en el Congo Belga o qué se yo dónde, con suerte llamaba para navidad o con suerte dejaba un like en alguna foto de perfil aislada.
Siempre fui independiente y un buen hermano debido a ello, trabajé de pequeño y mantuve el equilibrio entre un trabajo y el deporte. Por primera vez en décadas, ambos aspectos de mi vida que tanto me apasionan están en jaque. Aunque entreno arduamente en casa no es lo mismo que visitar el gimnasio que tanto me gusta, y estar encerrado sin gatillar mi cámara a personas felices posando, comiendo, abrazándose, riendo y viviendo momentos capturados eternamente me genera una depresión que no sabía que podía sentir.
Me metí en la fotografía, mi pasión, a temprana edad como un hobby, como un escape, y a puro pulmón me hice la vida fotografiando quinceañeras y eventos siempre, siempre con resultados satisfactorios tanto para mis clientes como para mí. Llegué hasta a vivir 5 fiestas por semana en mi mejor momento. La vida me sonreía como las personas a las que fotografiaba, de tal manera que invite a mi hermana a que probara las mieles de la independencia en mi gran departamento, céntrico, en lo alto y muy atractivo, una propuesta demasiado tentadora para Majo, cansada de soportar a nuestra autoritaria madre religiosa ultraconservadora que la estaba volviendo loca.
No obstante, mis ahorros no estaban preparados para lo que se venía… era fotógrafo no político o sindical y mi departamento se morfaba una porción de torta demasiado grande… y la torta a esta altura era una torta frita seca.
María José entró en escena sorprendiéndome ensimismado en mi pesimismo y mi desesperación con los globos en la mano.
- ¿Estás bien? Mama me dijo que me va a mandar algo, no lo voy a usar para cambiar el celular. - Se mostró muy madura, haciendo sacrificios a una edad en la que no suelen hacerse.
- No lo voy a aceptar. - Me puse firme. - Ya se me va a ocurrir algo, vamos a salir adelante.
- ¡No seas antiguo Gabi! No tenes que ponerte al hombro todo, no estamos en los 50, con lo que mama me va a dar y lo que saqué vendiendo la bici y el inflador vamos a tirar un poco más.
- Majo, vamos a tener que mudarnos. - Le informe sabiendo que la noticia no le gustaría. Amaba el departamento, su habitación grande, las ventanas a la ciudad a más de 50 metros de altura, la simpleza en el amueblado, teníamos muchas cosas en común y una era que teníamos el mismo gusto por la estética minimalista. – Podemos conseguir un lugar barato y alquilar este, eso nos desataría la soga.
- No, antes de eso me vuelvo con mama. Te estoy arrastrando a…
- ¡Basta, no digas boludeces, no me estas arrastrando a nada! Es lo normal en tiempos así, hay que hacer sacrificios mientras no salga un nuevo trabajo.
- Seamos realistas “Gabo” – Así me decía, como el personaje de los Simpson. - ¿Quién te va a dar trabajo en este momento, un trabajo decente? Ya vendiste casi todas las sillas, tus discos de vinillo, tus libros de Tolkien y de Terramar que tanto te costó conseguir. No quiero verte más perdiendo cosas…
Nos abrazamos por varios minutos, sentí su cuerpo juvenil latir pegado al mío, la suavidad de su piel y el perfume de su cabello, no debería decir esto por el lazo sanguíneo que nos une, el lazo más directo posible, pero los genes la habían beneficiado esos últimos años. Es poseedora de un cabello de seda castaño, ojos color miel, un rostro de nena redondeado en un cuerpo de mujer de curvas pronunciadas, pechos emergiendo orgullosos al mundo y un trasero de gimnasta tan firme que… mejor paro con la descripción acá.
Que mi hermana haya desarrollado un bombón de cuerpo a pesar de haber dejado danza hace dos años me dio la llave a una idea que en un principio era malsana, ahora, me parecía viable. Era abrir la caja de Pandora.
- ¿Me soltas hermanito? – Se quejó intentando liberarse de mi abrazo y en vez de dejarla ir, la apretuje pegándola a mi entre mis brazos, que debo decir con modestia aparte, eran gruesos y fuertes.
En el jugueteo ella giro y sentí sus curvas contra mi cuerpo, rocé sus incipientes pechos, hundí mis manos en su cuerpo sensual mientras ella, absorta en las risas por mi toqueteo, no sospechaba la clase de pensamientos que tenía, en especial al sentir la redondez de su trasero contra mi cuerpo.
- ¡Soltame, ya no somos nenes para estos juegos! – Chilló como una nena, precisamente.
- ¡Ah claro, ahora tenes 18, un montón, guarda, estoy cagado hasta las patas! – La cargoseé como hacíamos desde siempre alzándola como un cavernícola. Para mí que haya alcanzado la mayoría de edad no significaba nada. - ¿Qué vas hacer? ¿Denunciarías a tu hermano?
- ¡Si! ¡Por toquetón y pervertido! ¡Soltame Gabo! – Gritó retorciéndose entre mis brazos hasta que se calmó.
Se hizo un momento incómodo en el que me quede apoyado a ella, abrazándola desde atrás… sentí el perfume de su cabello y sin querer, acaricie sus senos desde atrás mientras en mi entrepierna una reacción inesperada me hizo soltarla.
- Date un baño, mientras tengamos agua aprovechala. – Le sugerí dándole una nalgada suave al liberarla. Desde hace tiempo que nos tratábamos así, como adolescentes revoltosos. Ella era mi conexión con mi juventud, una pequeña porción viviente de una época que ya no vivía.
- No exageres Gabo… me voy a bañar no porque me lo pedís sino para sacarme las marcas de las manos que me dejaste, pervertido.
- Anda acostumbrándote que la próxima para ahorrar agua nos vamos a bañar juntos.
- ¡Basta con eso! ¿¡Otra vez el mismo chiste!? ¡Vivo con un pervertido! – Gritó en su camino al baño meneando esa hermosa colita estrenando legalidad.
Al día siguiente, a las 11 de la mañana mi hermana dormía y me volví a contactar con mi mejor amiga, Noelia, a la que conocí en el curso de fotografía hace varios años y me dijo, hace unas semanas, que había hecho muy buena plata incluso en la pandemia con un método que yo, que soy algo cavernícola, no había considerado.
Fue en una de las primeras video llamadas de la pandemia cuando ella germinó la idea que me robaba el sueño por las noches:
- ¿Hiciste cuánto? ¿Es joda? - Le pregunte muy interesado aquella vez. - Deben ser drogas, seguro, o lo cambiaste a Víctor por un político.
Ese día me comunico, entre varias cosas, la ruptura con su esposo y como ese acontecimiento triggereo un proyecto ambicioso que tenía cajoneado y su esposo no compartía: Exhibirse por internet y ganar plata en el proceso.
Mi amiga, como se preguntarán, es hermosa, de estatura baja, rubia, de ojos azules y muy culona para su estatura. Bastante plana en contraposición, pero eso no es ningún defecto para muchos (en los que me incluyo). Todo no se puede, y siendo un miembro honorario del Team Culos no me parecía que le restara puntos el poco busto.
- No, escuchame, se lo había dicho antes a él y le cayó para la mierda la idea. – Se refería a Víctor, su ex. - Así que ahora que estoy sola me animé y me hice un Onlyfans, es más fácil de lo que pensé, y te digo que cada vez factura más.
- ¿Only qué? – Comúnmente me hacía el boludo, algo sabía de esa plataforma, pero no conocía los detalles.
- Tierra a Gabi, Tierra a Gabi, responda, deje la nube de pedo y regrese al 2021, Tierra a Gabi, lo perdemos, no tenemos noticias de usted desde el 2005, Tierra a Gabi, el mundo no se terminó en el 2012, regrese a la Tierra…
- ¡Bueno ya! - Me fastidié con sus bromas, eran de las que se creían el rey de la comedia y no paraban. - ¿No es una página de desnudos o algo así?
En pocas palabras me explico lo que todos sabemos acá y ahora: uno gana dinero subiendo videos, directos y transmisiones en vivo permitiendo a los creadores de contenido recibir fondos directamente de sus fans con una suscripción mensual, un pago único, o pay-per-view. Aunque el verdadero inconveniente es mi país, que si no se toma medidas se come como el 70% de las ganancias. Noe me dijo aquella vez que había una alternativa. No entro mucho en detalles y la conversación se bifurcó hacia el terreno de la comedia barata, como todos los que nos criamos con American Pie, no tardamos en hacer chistes boludos y deje pasar el tema por alto.
A la primera no le di mucha importancia, bromeamos con que yo me iba a volver su cliente predilecto (como se dice ahora, un simp) y me iba a tener que mostrar el orto sin chistar. Ella me retrucó, con bastante malicia, que solo lo hacía por los dólares y a mí no me mostraría ni el talón porque estaba en la ruina… y precisamente la ruina era el tema principal de nuestra nueva conversación a la mañana siguiente del cumpleaños número 18 de María José.
- Entonces, decime una cosa, digamos que, sí quisiera mostrar el ojete abierto como vos hay una manera de que no me roben los dólares… ¿Eso me dijiste no?
- ¡Jodeme que lo estás pensando! – Se sorprendió tapándose la boca. – ¡Dale, anímate, no hay muchos hombres o al menos no tantos como mujeres! Aunque no esperes conseguir novia así, la mayoría de tus clientes van a ser tipos, es fija. Algún osito o algún que otro cazador te va a volver protagonista de sus pajas y te la vas a tener que bancar si queres la suscripción.
- ¿¡Estás loca nhaaaaaa!? ¿Me viste cara de modelo? – Aunque no tengo problemas de autoestima soy realista, tengo un físico aceptable, nada más, no soy el típico hípster tatuado metrosexual por el que las minas morirían, estoy alejado del “modelo” actual de hombre atractivo. No soy ostentoso, ni tengo un corte de salón de belleza y tatuajes. En mi puta vida me puse una crema o un aro, por ejemplo.
- No jodas Gabriel, estás re bueno, cualquiera sube fotos ahí ¿Sabes los bagres que por mostrar la concha y el culo al Norte ganan buena moneda? Sos Brad Pitt en comparación.
Me sentí halagado e inflé pecho, ella siempre me elogió el aspecto, más desde que arranqué el gimnasio, aunque no significa que pasara algo entre nosotros. Soy de esos raros especímenes que creen en la amistad entre el hombre y la mujer, de los que respetan la amistad y ven un elogio como lo que es, un elogio. Aunque admito que cuando cursábamos, aunque no estaba tan fuerte en ese entonces, le dedicaba mis buenas pajas bastante seguido.
Cuando me enteré que exhibía su cuerpo en Onlyfans nunca le pedí “muestras gratis” ni exploré en el sitio buscándola… soy un templario en algunos aspectos, pero estoy seguro que es mi actitud la que permitió que ella se abriera a mí y me contara y bromeara, sobre todo. Era un intercambio, no ser un baboso a cambio de que sea franca y auténtica conmigo.
- Lo malo es que sos pobre, no basta con ponerse en bolas, sino ponerse en bolas en un lugar lindo, perdón que te lo diga. – Me confesó tan directa como siempre. – De todas formas, deberías intentarlo, tu departamento esta zarpado.
- Estaba, ahora parece medio abandonado, aunque veo con buenos ojos tener un par de paredes limpias para las fotos.
- Otra buena razón para meterle. Es ideal para complementar con otro trabajo, vivir de esto lo veo jodido.
- Mira, si decís que es así de beneficioso voy a tener que ceder. – Acto seguido le conté sobre mi agravada situación económica y las ideas que me aquejaban, desde dejar mi amado departamento comprado con la plata que me dejo papa antes de irse y el fruto de mi trabajo hasta la cantidad de cosas que vendí para cubrir el día a día.
Antes que nada, ella me dijo que podía prestarme lo que sea, cosa a la que me negué.
- Cuentas claras mantienen amistades, no quiero que me prestes, con la información que me diste de Onlyfans es suficiente.
- ¿Lo vas a considerar? Interesante.
- ¿Me guardas un secreto?… Esperame un cacho, abrí el chat de Facebook, te voy a escribir mi idea… no quiero hablarla. - Miré a los lados y atrás mío, comprobé que mi hermana, a pesar de ser las 11 y media de la mañana, dormía plácidamente. Noe se impaciento golpeteando los dedos en la mesa mientras me ponía los auriculares para no hacer escándalo.
- No me veo como modelo, sí como fotógrafo, es a lo que me dedico, es lo que sé y tengo una cámara de la san puta juntando polvo, los programas de edición y retoque originales, pensaba que la que puede hacerse una cuenta es Majo.
Noe quedo boquiabierta y se volvió a tapar la boca, no para ahogar una risa, sino un grito histérico. De ser una escena de película hubiera tenido una taza y la hubiera dejado caer.
- ¡Ojo, material soft, nada de desnudos, nada porno! Capaz ropa traslúcida para que se le distinga un pezón o la formita dela empanada pero nada más, no soy un pervertido… solo mis chistes lo son. - Me apresuré a aclarar haciendo que Noe.exe dejara de funcionar.
- ¡Hey, solo ropa interior algo sugestivo, esta fuerte la guacha y tiene lindas curvas que pueden explotarse…
- ¡Estas enfermo man! ¿¡Le vas a sacar fotos a tu hermana en tanga!? – Chilló, como previne. - No pasaron ni 24 desde que es legal y ya la queres explotar… estás muy, muy desesperado. – Se alarmó reconociendo por fin la gravedad de mi situación, aunque conociéndola, sabía que me iba a entender. Ella era así, solía darse vuelta como media cuando le argumentaba.
- ¿Te pensas que no estoy repartiendo currículums o preguntando por trabajos? Yo quiero, y debo, ser el explotado, no ella. – Me sinceré recordando los rechazos. Me hicieron acordar a mi época de lechoncito en los boliches, rebotando de mina en mina como pelota de pinball. Y encima estoy hablando de trabajos qué, de dármelos, me van a consumir 10 o 12 horas y ni me va a alcanzar para mantener el departamento, así que es lo mismo que nada.
- Necesitas dólares, te entiendo en parte, pero te quiero ver teniendo a tu hermana enfrente pidiéndole que se abra un Onlyfans, no es fácil, y menos empezar a gatillar. Sé que está dura la mano, pero me parece muy extremo sacarle fotos al culo de tu hermana, es más fácil decirlo que hacerlo, debe haber algún trabajo que…
- En realidad, eso es lo más fácil. – Cometí sincericidio agravado por el vínculo y el material fotográfico:
Acto seguido, tras repetirle que me guardara el secreto, pasé a enviarle unas fotos secretas que había tomado y pensaba usar para abrirle la página. Así era, ya había empezado a inmortalizar su cuerpo desde la primera videollamada con Noe… tenía más fotos de las que me gustaba admitir del cuerpazo de mi hermana y ella ni siquiera lo sabía.
Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas
Admito que fueron demasiadas sorpresas para un día, para una mañana incluso, mejor dicho, para una vida. Pedirle asesoramiento sobre Onlyfans, un Onlyfans para mi hermana a la cual ya había empezado a fotografiar en secreto mientras dormía, mientras estaba en el baño con la bata o haciendo tareas cotidianas como lavar los platos.
Por suerte era de las amigas con mente de hombre a las que podía confiarle todo, todo, incluso mi proyecto secreto y desesperado.
- ¿Y bien? Ya te metiste en su cuarto, la destapaste, la fotografiaste, solo te falta lo difícil…
- ¿Qué sería lo difícil…?
- Por lo visto olerle las bombachitas, dedicarle pajas y esas cosas no, hablo de decírselo, pajero. Pagaría por ver cómo se lo toma con el carácter que tiene. Si se lo toma a mal te va a capar con una criollita. – Para el que no sepa, una marca de masita bastante dura.
- Ya se lo voy a decir en su debido momento, primero quería ver si podía subir algunas de las fotos que le saqué para tantear el terreno, ya sabes, quiero saber si nos dejarían plata o es solo otra mala idea…
En eso María José se levantó y casi me da un síncope cuando vi que tenía la carpeta abierta con las fotos de su cuerpo. Alcancé a cerrarla justo a tiempo cuando se asomó en la pc y desconecté el auricular para que se escucharan.
- ¡Hola Majo, tanto tiempo! ¡Feliz Cumpleaños atrasado hermosa, estas hecha una reina! – La saludo con entusiasmo Noelia. – Menos mal que estamos en pandemia sino tu hermano va a salir en los policiales por correrte a escopetazos los novios.
Pense que iba a decir otra cosa y me bajaron los huevos de la garganta.
Mi hermana vestía un top crop musculosa gastado, desabotonado en los pechos y abajo un short fino como piel de cebolla que no escondía el color de su ropa interior. Como hacía habitualmente, la abrace y apachurre contra mi cuerpo mientras la saludaba en su primer día con 18 años, acariciando su vientre, pegado a su espalda, y sentándola en mi falda, sintiendo todo su peso en mí, estirándole el top hasta casi sacarle las tetas afuera…
- ¡Gabriel, basta, deja de meterme mano, Noe decile algo, llama al 911 o a la defensoría de la mujer!
- La nena tiene un punto, ya no podés abrazarla así y si no la soltás llamo a la cana. – Bromeó mientras me dedicaba una mirada cómplice. Ella sabía que mi manoseo era para demostrar que estaba a punto caramelo y bien podía tener una cuenta exitosa en Onlyfans.
Mi rostro cercano a su cabello sintió ese embriagante perfume de recién levantada, olor a almohada, sudor y perfume gastados… son cosas que un hermano normal no debería sentir.
Tranquilamente podía sacarle unas fotos en ese momento porque era el sueño de un pervertido, adjetivo que tenía que admitir, me calzaba cada vez mejor dado que ni bien llegó noté que cualquiera podía encontrar sus curvas como deliciosas y pagar por sus fotos. … ahora que lo pensaba sacarle fotos mientras dormía o cuando usaba bata de baño había sido ir muy lejos.
- Bueno mis hermanos traviesos, los dejos solos… tiene muuuucho de que hablar y me imagino que almorzar. - Se despidió Noe delatando que tenía algo importante que decir.
- ¿Mucho de qué hablar? ¿Qué, paso algo? – Se preguntó Majo aún sentada en mi falda. - ¡Ah ya sé! ¡Oficializaron, yo sabía!
- ¡No ni hablar, no te hagas la novela! – Me apresuré a sentenciar, aunque no pude evitar sonrojarme mientras le tapaba la boca con la mano y silenciaba su carcajada.
- A tu hermano le van otros fetiches, no tiene fantasías conmigo, la verdad, cuando lo conocí pensé que se la comía he, es de los pocos que nunca me tiró los galgos.
- A tu vieja me comía. – Contesté de la manera más argentina posible, provocando una caterva de insultos y risas hasta que dimos por finalizado el reencuentro a distancia antes de que los vecinos se quejaron con nuestros gritos.
- Bueno, ya la escuchaste, deberíamos almorzar algo. Hay fideos y arroz que quedaron de ayer y antes de ayer, hoy toca recalentar. – Expresé acariciando la pierna de mi hermana, aún sentada en mi falda. Me cortaba la circulación y no me importaba.
- ¿Otra vez? – Refunfuñó. - Como extraño pedir pizzas en lo de Romario, por favor.
- No podemos Majo, estamos jodidos, bien jodidos. – Me sinceré cambiando mi semblante. – Mira, sé que no es lindo comer pastas recalentadas con poco queso y encima húmedo, pero estamos a 17 de este mes y tenemos un cuarto de la plata que el 17 del mes pasado y solo hablo de gastar en comida, sin contar algún imprevisto, que siempre hay uno
Para las cuentas siempre fui muy claro, quizás demasiado. No quería ver a mi hermana triste de tan temprano, más después de un día festivo como el de ayer, sentía que le pinchaba la burbuja y como hermano mayor esa no era mi función.
- Entiendo, bueno, es que fideos un día, arroz al siguiente, recalentar lo que quedó, repetir… estamos jodidos como bien decís. – Concilió resoplando como hacía siempre que aceptaba algo que la fastidiaba.
-A la mierda, pidamos una pizza de Romario. – Acepté con decisión. – Solo se vive una vez, carajo.
- Hermano, no, dejá. No lo hagas para complacerme, no vale la pena tirar plata por…
- No es tirar plata hermanita, esas pizzas son riquísimas y nos van a llenar el alma. El arroz y los fideos pueden esperar en la heladera un día más. – Propuse abrazándola con fuerza, llenándole de besos el cuello y los cachetes, ella se dejaba, siempre había sido mi mimosa… - ¿De cuál pedimos? ¿La de huevo y cantimpalo que tanto te gusta o una con anchoas?
- Son todas ricas, elegí vos.
“Siempre es más fácil hablar de asuntos complicados con el estómago lleno.” – Pensé viéndola incorporarse con velocidad para tomar el teléfono antes de que cambiara de idea... el shortcito se le había pegado a la cola y sus nalgas quedaban perfectamente contorneadas bajo la telita. “Mierda, todos mis pensamientos parecen de psicópata de serie o llevan a lugares indebidos”
- Majo, cuando venga el cadete atendelo así como estás vestida, así nos vuelve a dar descuento. – Bromee y ella me sonrió.
Tras llegar la pizza, comimos, nos distendimos y con el estómago lleno de una comida espectacular como la pizza con huevo fritos y cantimpalo, me dispuse a revelarle mi siniestro plan, que, como los planes de villano de película, era siniestro y a la vez necesario. Esta vez me tocó a mí lavar los platos y a Majo secar, cuando terminé, le dije que tenía algo importante que comentarle y me senté en la mesa. Ella prefirió verme desde la pared con un gesto desafiante.
- Noe dijo que teníamos mucho de qué hablar ¿Me vas a decir lo que te tramas?
- Tramas dijiste, justo de eso se trata. Estoy tramando algo que te involucra a vos y a mis dotes de fotógrafo. – Me levanté, y decidido a ser lo más frontal posible le enseñé la carpeta con las fotos que le tomé en secreto.
- ¿¡Esa soy yo!? ¡Soy yo! – Se escandalizó. - ¿¡Estás loco o sos enfermo!?
Mantuve la calma y la miré a los ojos, como si pudiera hipnotizarla y transmitirle mi calma.
- Se me ocurrió una idea tan buena como difícil de digerir para ambos. Estas fotos que te tome de…
- De mi culo, de mi espalda con toalla recién bañada… incluso hay una mía lavando los platos en tanga. – Se tomó la cabeza despeinando sus cabellos castaños. - ¡La cuarentena te pegó mal Gabriel, estas enfermo!
- ¡Sí, me pegó mal a mí y a vos, porque nos está destrozando el bolsillo! – Retruqué levantando la voz sin sonar ni enojado ni nervioso. - ¡Mira tu cuerpo Majo, mira lo que sos, tenes una mina de oro en curvas que nos puede salvar y yo tengo los medios para hacerlo! – Y por fin, se lo revelé: - Abramos un Onlyfans, cobremos en dólares y recuperemos la vida que teníamos.
Majo quedó boquiabierta, sus ojos ya no apuntaban de una foto a otra como una cámara de seguridad descompuesta, ahora estaban fijos en mí y muy de a poco, su respiración se calmó, su boca se cerró y cruzó los brazos en evidente negación. Sentía que trataba con una bomba de relojería.
- Majo, sé que soy tu hermano, lo sé, también sé que tenemos una confianza y una relación que no todos los hermanos tienen, mierda, incluso Noe tiene un hermano al que no ve en 15 años, lo nuestro nos permite tomarnos ciertas libertades, no por nada vivimos juntos hace tiempo.
- Es muy raro Gabo, muy raro. Tiene tintes de incesto que estés sacándome fotos sin avisarme y me quieras abrir un Onlyfans para exhibirme como tu putita. – Sentenció mi hermana. – Sé que necesitamos la plata, me doy cuenta de los sacrificios y sé que muchos son por mi culpa…
- ¡No! Ojo, lo hago para que tengamos una salida económica momentánea, para que podamos darnos gustitos como la flor de pizza de hoy a diario, no lo hago porque pienso que me debes algo o porque quiera explotarte… es solo una idea que no me saco de la cabeza y creo que nos puede ayudar mucho, tenemos todo lo necesario en estas cuatro paredes. – Sentencie esperando lo mejor. – La verdad, no se me ocurre otra idea tampoco que no sea que trabajemos los dos, 8 horas, en trabajos de mierda, si es que conseguimos. Pensa en que si esto funciona puedo tomar cualquier trabajo y vamos a estar bien.
Majo resopló, el hecho de que teníamos todo lo necesario y solo tenía que poner el cuerpo lo volvía un sacrificio plausible. De seguro el gustito de la pizza estaba haciendo lo suyo también.
- Vamos Majo, es cuestión de animarse de a poco, no te voy a fotografiar desnuda.
- Déjamelo pensar. – Susurró como sorprendida de sus palabras, con la mirada perdida. – Me encantaría tener plata y antes que atender una caja registradora 6 días a la semana preferiría hacerlo, aunque no sé si me veo desnudándome frente a vos.
- ¡Bien ahí, vamos con el facilismo y la cultura de ahora!
- ¿El nazismo dijiste?
- Y te aclaro, no es necesario que te desnudes, te repito, podemos hacer lewds, softs, cosas más tranquilas como para tantear el terreno. Pensé que, con unos poquitos dólares, con la situación de mierda del país nos ayudaría un montón. Si nos va bien, podes seguir vos sola y te doy mi palabra, de que te dejo toda la responsabilidad.
Logré por lo menos, que lo planteara, que lo pensara y sus manos no estaba aferradas a mi cuello, ni arrojándome cosas, ni marcando el 911, lo veía como una victoria. Es más, algo me decía que ese gustito delicioso, salado del cantimpalo aún en nuestras bocas dictaminaría un veredicto favorable.
- Yo pondría el cuerpo, vos te ocuparías de todo lo demás ¿No? – Pregunte haciendo rechinar los engranajes morales de su cabeza. – Te ocuparías de la página, la edición, la plata, todo…
- Todo, te lo haría lo más fácil posible, con que pongas tu… hermosura, tu cuerpazo, suficiente. Hasta ya tengo pensando un nombre.
ÁngeLolita
No tuve que rebanarme mucho los sesos para pensar el nombre, siempre mama le dijo que era un ángel salido del Evangelio y yo le decía que era mi lolita (somos hermanos muy raros). Incluso Majo tiene una carita que me hace acordar a la protagonista de Lolita, la película del 97 adaptación de la novela de Vladimir Nabokov. Ínfulas de lector aparte, me parecía que ÁngeLolita era original y lo más importante, no estaba usado. Tengo 0 paciencia para hacer cuentas, niks, etc.
Así quedo el producto final, con la marca de agua, los recortes y el logo, que por suerte, Majo no notó lo sugestivo que era.
- Me gusta, que se yo, es nombre de prostituta soft, diría ¿Así es como me queres vender?
- Exacto. – Contesté en la mañana siguiente tras revelarle nuestro plan, mientras la pava con el agua hirviendo comenzaba a chillar. - ¿Nerviosa por tu primera función?
- ¿Quedó té de boldo o manzanilla? – Preguntó algo fastidiada en la cocina, hacía meses que no se levantaba tan temprano, a las nueve. Quizás era muy pronto para informarle que su cuenta había nacido legalmente y usé, de forma provisional, la foto de su cola mientras dormía.
- Estoy usando por 2da vez este saquito de té común, no hay de los otros. Lo bueno es que quedan masitas y dulce de leche o manteca.
- Y no, no estoy nerviosa. – Me respondió con cierto delay mañanero mientras llenaba su taza. – Estoy ansiosa, quiero ver si es una buena o mala idea para poder tomar una decisión seria.
- ¿Seria? ¿Si lo de hoy va bien te metes de lleno?
- Quizás hasta me anime a hacer nudes. – Me reveló dejándome algo aturdido con la idea. – A no ser que me sobreestimes y termine siendo un fiasco.
- No vas a ser un fiasco, sos hermosa. – Le dije con toda la sinceridad del mundo sentándome a la mesa con ella. – Van a dejarnos un montón de plata con la esperanza de ver algo, los hombres somos así, nos gusta una mujer y abrimos la billetera con tal de ver algo, un pezón, un labio, el culo, lo que sea.
- Lo decís porque sos mi hermano. – Retrucó con una sonrisa nerviosa, esquivando mi mirada y riendo ante mi análisis del género masculino.
- Exacto, los hermanos no solemos decir esto y yo lo digo sin pelos en la lengua, sos hermosa y no se habla más.
- Siempre fuiste mimoso y halagador conmigo, no como otros hermanos… sos como un padre también. – Me confesó dedicándome una mirada risueña. – Soy afortunada de que siempre me cuidaste, sabía cuándo me invitaste a vivir que nos íbamos a entender, aunque odio que seas tan cuida.
Durante todo el desayuno le mencione que me pelee hasta ir a las manos con antiguos amigos míos que hicieron comentaros obscenos sobre ella. Conmigo se podía bromear de cualquier cosa menos de mi hermana, era algo que nunca se los permití y solo mis amigos más fieles lo entendían. Como hombre antes que como hermano, le dejé en claro que tenía las condiciones para volver loco a cualquiera.
Antes de arrancar con la primera sesión, le hable de los precios de la suscripción y los paquetes de seguimiento, le explique cómo funcionaba todo según lo que mi amiga me había dicho parafraseándola. Pensaba aumentar el precio si el plan funcionaba dado que el precio provisorio era algo más bajo: 12$ la suscripción. Los paquetes de seguimiento eran de 25$ por 3 meses para el 45% de material y 40$ por 6 meses para obtener el 60%. Noé me dijo que diera más opciones de seguimiento, pero la verdad, no veía probable que durara más de 6 meses, no quería contar las gallinas antes de que nazcan.
- Vos te ocupas de los aspectos técnicos, yo solo hago las poses. ¿Anoche preparaste el estudio? Te escuché moviendo boludeces. – Menciono ya terminando su té.
- Estudio, ja. Amontoné cosas nomás, llené la biblioteca con los libros del living y hasta colgué el reloj de la abuela. Parece una habitación de viejo con todos los adornos que puse.
Le conté que anoche quede tan manija que arme una pequeña locación frente a la ventana de mi habitación con adornos y libros que no pude vender. Créanme que hay más elementos en esos pocos metros cuadrados que en toda la casa, era lo que me gusta de la fotografía, la magia de la ilusión que genera.
Estaba sin saberlo a punto de descubrir un nuevo tipo de magia en el mundo de la fotografía.
Empezamos después de comer y debo admitir que mi corazón latía como un adolescente en mi primera cita y mis manos mojaban la cámara cuando la seteaba. ¿Qué me estaba pasando? Había cierta tensión, por supuesto, estábamos sumergiéndonos en algo que podía desatarnos la soga o ser una mera anécdota, no obstante, mi nerviosismo iba por otro lado… había ideas que no podía mantener a raya y atacaban las murallas de mi integridad como invasores mongoles.
Mi hermana se cambiaba en su habitación, enfrente a la mía y la puerta estaba entre abierta… mis piernas se acercaron automatizadas, quedando frente a la puerta misma sin saber qué hacer. Un montón de recuerdos y situaciones pasaron por mi mente.
Recordé mis peleas con los que hacían chistes con mi hermana, las travesuras que hacíamos de niños para hacer enojar a mi madre, las groserías que le enseñé para que mamá se escandalizara, recordé por sobre todo una época en la que dormíamos juntos casi a diario y…
- Bueno, me puse esto como para empezar ¿Cómo me veo? – Preguntó Majo saliendo de su habitación, sorprendiéndome. Lucía un look deportivo, vistiendo una musculosa rosa flúor y un short gris. La muy atrevida, como sabiendo que tenía una ratonera en la cabeza, dio una vueltita que me hizo girar los ojos.
- Ideal… estás muy, ejem… linda, se van a volver locos. – Expresé sin contener mi emoción ni un poco, mirándola de arriba abajo. – Mira lo que estás, vas a abrir el cemento.
- Mientras abran la billetera como dijiste me conformo, vamos a hacerlo, te quedo lindo, por cierto, me gusta. – Admitió paseándose por el set, pasando junto a mi perfumada hasta los pies. Era una tarda bastante calurosa y estaríamos encerrados un buen rato. En mí no ayudaba tanto perfume, no hacía más que alborotarme las ideas, me atontaba como un abejorro sumergido en polen.
- ¿Estás lista Majo? – Pregunté posicionándome a un lado, y ni bien giró para contestarme, la sorprendí gatillando. La primera sesión había empezado y esta determinaría que tan lejos volaría la angelical ÁngeLolita.
Gracias por leer, la siguiente parte ya esta en desarrollo y prometo que la "trama" va a avanzar.
Si les gusto les re agradeceria puntos, comentarios, devoluciones, lo que consideren, todo se hace a pulmón y cualquier detalle es tenido en cuenta.
En esta historia, casi como en una fotonovela, las fotos van a tener un papel protagónico y las voy a ir intercalando con el relato cuando lo vea necesario, veces van a ser vites y otras veces no tanto.
Este capítulo y los siguientes van a tener varios fakes de amateurs que encuentro por ahí, pero por lo general, la protagonista, mi musa, es Alexandra kroha, una modelo ucraniana de poca trayectoria en el porno pero toneladas de material fotográfico.
Ahora sin más preámbulos, les doy la bienvenida.
Crisis es oportunidad
Eso que suele decir la gente sobre la situación del coronavirus, “que nos golpea a todos”, es mentira. Conozco tanto a personas que ni se cruzaron con el virus en sus círculos familiares y otros que sufrieron pérdidas irremplazables. Luego están los que sobreviven arruinados económicamente y es ahí, donde me encuentro, ante el abismo de vender hasta los muebles o volverme Taxi Boy para pagar lo indispensable. Aunque no perdí a ningún ser querido por fortuna, estoy ante los abismos de la indigencia, a punto de ser absorbido en una situación que jamás pensé que ni siquiera estaría cerca de conocer.
Ser un fotógrafo de eventos y encontrarse sin un solo evento en el que trabajar es una mierda para mí, ya van demasiados meses así y mi billetera no da para más. Para colmo los impuestos no paran de llegar y la situación no parece que fuera a cambiar ni siquiera este año va a repuntar. La desesperación lleva a un hombre a pensar lo impensable cuando ni con las ayudas estatales (que tienen una fecha de caducidad anterior a la del coronavirus) me alcanza para pagar la luz.
No es manera de arrancar el relato de lo que me sucedió, muy lejos de ser un informe noticioso, es la gravedad de mi situación la que me llevó a considerar alternativas muy lejos de ser decorosas. Quizás sin esta crisis no habría ni una página edulcorada de las que están por leer.
La crisis no es lo único que me define, por supuesto, me llamo Gabriel, tengo 28 años y vivo con mi hermana María José de 18, recién cumplidos, tan recién cumplidos que mientras escribo esto estoy descolgando unos globos con forma de 1 y de 8 dorados y una guirnalda de papel maché de la pared, una mera decoración que, tras la espalda de mi hermana prendida a las video llamadas, daban la ilusión de un gran festejo. Toda la tarde estuvo recibiendo saludos, simulando estar con nuestra madre y sus amistades en la misma sala. La bendita tecnología, a la que le debo tanto, permitió, aunque sea, María José (“Majo” desde ahora), inundara el living de risas y el griterío que tanto me gustaba cuando invitaba a sus amigas.
Somos hijos de padres divorciados muy tempranamente, con nuestra madre en la otra punta del gran Buenos Aires y papa, bueno, en alguna oficina turbia de Bielorrusia, de milicia en el Congo Belga o qué se yo dónde, con suerte llamaba para navidad o con suerte dejaba un like en alguna foto de perfil aislada.
Siempre fui independiente y un buen hermano debido a ello, trabajé de pequeño y mantuve el equilibrio entre un trabajo y el deporte. Por primera vez en décadas, ambos aspectos de mi vida que tanto me apasionan están en jaque. Aunque entreno arduamente en casa no es lo mismo que visitar el gimnasio que tanto me gusta, y estar encerrado sin gatillar mi cámara a personas felices posando, comiendo, abrazándose, riendo y viviendo momentos capturados eternamente me genera una depresión que no sabía que podía sentir.
Me metí en la fotografía, mi pasión, a temprana edad como un hobby, como un escape, y a puro pulmón me hice la vida fotografiando quinceañeras y eventos siempre, siempre con resultados satisfactorios tanto para mis clientes como para mí. Llegué hasta a vivir 5 fiestas por semana en mi mejor momento. La vida me sonreía como las personas a las que fotografiaba, de tal manera que invite a mi hermana a que probara las mieles de la independencia en mi gran departamento, céntrico, en lo alto y muy atractivo, una propuesta demasiado tentadora para Majo, cansada de soportar a nuestra autoritaria madre religiosa ultraconservadora que la estaba volviendo loca.
No obstante, mis ahorros no estaban preparados para lo que se venía… era fotógrafo no político o sindical y mi departamento se morfaba una porción de torta demasiado grande… y la torta a esta altura era una torta frita seca.
María José entró en escena sorprendiéndome ensimismado en mi pesimismo y mi desesperación con los globos en la mano.
- ¿Estás bien? Mama me dijo que me va a mandar algo, no lo voy a usar para cambiar el celular. - Se mostró muy madura, haciendo sacrificios a una edad en la que no suelen hacerse.
- No lo voy a aceptar. - Me puse firme. - Ya se me va a ocurrir algo, vamos a salir adelante.
- ¡No seas antiguo Gabi! No tenes que ponerte al hombro todo, no estamos en los 50, con lo que mama me va a dar y lo que saqué vendiendo la bici y el inflador vamos a tirar un poco más.
- Majo, vamos a tener que mudarnos. - Le informe sabiendo que la noticia no le gustaría. Amaba el departamento, su habitación grande, las ventanas a la ciudad a más de 50 metros de altura, la simpleza en el amueblado, teníamos muchas cosas en común y una era que teníamos el mismo gusto por la estética minimalista. – Podemos conseguir un lugar barato y alquilar este, eso nos desataría la soga.
- No, antes de eso me vuelvo con mama. Te estoy arrastrando a…
- ¡Basta, no digas boludeces, no me estas arrastrando a nada! Es lo normal en tiempos así, hay que hacer sacrificios mientras no salga un nuevo trabajo.
- Seamos realistas “Gabo” – Así me decía, como el personaje de los Simpson. - ¿Quién te va a dar trabajo en este momento, un trabajo decente? Ya vendiste casi todas las sillas, tus discos de vinillo, tus libros de Tolkien y de Terramar que tanto te costó conseguir. No quiero verte más perdiendo cosas…
Nos abrazamos por varios minutos, sentí su cuerpo juvenil latir pegado al mío, la suavidad de su piel y el perfume de su cabello, no debería decir esto por el lazo sanguíneo que nos une, el lazo más directo posible, pero los genes la habían beneficiado esos últimos años. Es poseedora de un cabello de seda castaño, ojos color miel, un rostro de nena redondeado en un cuerpo de mujer de curvas pronunciadas, pechos emergiendo orgullosos al mundo y un trasero de gimnasta tan firme que… mejor paro con la descripción acá.
Que mi hermana haya desarrollado un bombón de cuerpo a pesar de haber dejado danza hace dos años me dio la llave a una idea que en un principio era malsana, ahora, me parecía viable. Era abrir la caja de Pandora.
- ¿Me soltas hermanito? – Se quejó intentando liberarse de mi abrazo y en vez de dejarla ir, la apretuje pegándola a mi entre mis brazos, que debo decir con modestia aparte, eran gruesos y fuertes.
En el jugueteo ella giro y sentí sus curvas contra mi cuerpo, rocé sus incipientes pechos, hundí mis manos en su cuerpo sensual mientras ella, absorta en las risas por mi toqueteo, no sospechaba la clase de pensamientos que tenía, en especial al sentir la redondez de su trasero contra mi cuerpo.
- ¡Soltame, ya no somos nenes para estos juegos! – Chilló como una nena, precisamente.
- ¡Ah claro, ahora tenes 18, un montón, guarda, estoy cagado hasta las patas! – La cargoseé como hacíamos desde siempre alzándola como un cavernícola. Para mí que haya alcanzado la mayoría de edad no significaba nada. - ¿Qué vas hacer? ¿Denunciarías a tu hermano?
- ¡Si! ¡Por toquetón y pervertido! ¡Soltame Gabo! – Gritó retorciéndose entre mis brazos hasta que se calmó.
Se hizo un momento incómodo en el que me quede apoyado a ella, abrazándola desde atrás… sentí el perfume de su cabello y sin querer, acaricie sus senos desde atrás mientras en mi entrepierna una reacción inesperada me hizo soltarla.
- Date un baño, mientras tengamos agua aprovechala. – Le sugerí dándole una nalgada suave al liberarla. Desde hace tiempo que nos tratábamos así, como adolescentes revoltosos. Ella era mi conexión con mi juventud, una pequeña porción viviente de una época que ya no vivía.
- No exageres Gabo… me voy a bañar no porque me lo pedís sino para sacarme las marcas de las manos que me dejaste, pervertido.
- Anda acostumbrándote que la próxima para ahorrar agua nos vamos a bañar juntos.
- ¡Basta con eso! ¿¡Otra vez el mismo chiste!? ¡Vivo con un pervertido! – Gritó en su camino al baño meneando esa hermosa colita estrenando legalidad.
Al día siguiente, a las 11 de la mañana mi hermana dormía y me volví a contactar con mi mejor amiga, Noelia, a la que conocí en el curso de fotografía hace varios años y me dijo, hace unas semanas, que había hecho muy buena plata incluso en la pandemia con un método que yo, que soy algo cavernícola, no había considerado.
Fue en una de las primeras video llamadas de la pandemia cuando ella germinó la idea que me robaba el sueño por las noches:
- ¿Hiciste cuánto? ¿Es joda? - Le pregunte muy interesado aquella vez. - Deben ser drogas, seguro, o lo cambiaste a Víctor por un político.
Ese día me comunico, entre varias cosas, la ruptura con su esposo y como ese acontecimiento triggereo un proyecto ambicioso que tenía cajoneado y su esposo no compartía: Exhibirse por internet y ganar plata en el proceso.
Mi amiga, como se preguntarán, es hermosa, de estatura baja, rubia, de ojos azules y muy culona para su estatura. Bastante plana en contraposición, pero eso no es ningún defecto para muchos (en los que me incluyo). Todo no se puede, y siendo un miembro honorario del Team Culos no me parecía que le restara puntos el poco busto.
- No, escuchame, se lo había dicho antes a él y le cayó para la mierda la idea. – Se refería a Víctor, su ex. - Así que ahora que estoy sola me animé y me hice un Onlyfans, es más fácil de lo que pensé, y te digo que cada vez factura más.
- ¿Only qué? – Comúnmente me hacía el boludo, algo sabía de esa plataforma, pero no conocía los detalles.
- Tierra a Gabi, Tierra a Gabi, responda, deje la nube de pedo y regrese al 2021, Tierra a Gabi, lo perdemos, no tenemos noticias de usted desde el 2005, Tierra a Gabi, el mundo no se terminó en el 2012, regrese a la Tierra…
- ¡Bueno ya! - Me fastidié con sus bromas, eran de las que se creían el rey de la comedia y no paraban. - ¿No es una página de desnudos o algo así?
En pocas palabras me explico lo que todos sabemos acá y ahora: uno gana dinero subiendo videos, directos y transmisiones en vivo permitiendo a los creadores de contenido recibir fondos directamente de sus fans con una suscripción mensual, un pago único, o pay-per-view. Aunque el verdadero inconveniente es mi país, que si no se toma medidas se come como el 70% de las ganancias. Noe me dijo aquella vez que había una alternativa. No entro mucho en detalles y la conversación se bifurcó hacia el terreno de la comedia barata, como todos los que nos criamos con American Pie, no tardamos en hacer chistes boludos y deje pasar el tema por alto.
A la primera no le di mucha importancia, bromeamos con que yo me iba a volver su cliente predilecto (como se dice ahora, un simp) y me iba a tener que mostrar el orto sin chistar. Ella me retrucó, con bastante malicia, que solo lo hacía por los dólares y a mí no me mostraría ni el talón porque estaba en la ruina… y precisamente la ruina era el tema principal de nuestra nueva conversación a la mañana siguiente del cumpleaños número 18 de María José.
- Entonces, decime una cosa, digamos que, sí quisiera mostrar el ojete abierto como vos hay una manera de que no me roben los dólares… ¿Eso me dijiste no?
- ¡Jodeme que lo estás pensando! – Se sorprendió tapándose la boca. – ¡Dale, anímate, no hay muchos hombres o al menos no tantos como mujeres! Aunque no esperes conseguir novia así, la mayoría de tus clientes van a ser tipos, es fija. Algún osito o algún que otro cazador te va a volver protagonista de sus pajas y te la vas a tener que bancar si queres la suscripción.
- ¿¡Estás loca nhaaaaaa!? ¿Me viste cara de modelo? – Aunque no tengo problemas de autoestima soy realista, tengo un físico aceptable, nada más, no soy el típico hípster tatuado metrosexual por el que las minas morirían, estoy alejado del “modelo” actual de hombre atractivo. No soy ostentoso, ni tengo un corte de salón de belleza y tatuajes. En mi puta vida me puse una crema o un aro, por ejemplo.
- No jodas Gabriel, estás re bueno, cualquiera sube fotos ahí ¿Sabes los bagres que por mostrar la concha y el culo al Norte ganan buena moneda? Sos Brad Pitt en comparación.
Me sentí halagado e inflé pecho, ella siempre me elogió el aspecto, más desde que arranqué el gimnasio, aunque no significa que pasara algo entre nosotros. Soy de esos raros especímenes que creen en la amistad entre el hombre y la mujer, de los que respetan la amistad y ven un elogio como lo que es, un elogio. Aunque admito que cuando cursábamos, aunque no estaba tan fuerte en ese entonces, le dedicaba mis buenas pajas bastante seguido.
Cuando me enteré que exhibía su cuerpo en Onlyfans nunca le pedí “muestras gratis” ni exploré en el sitio buscándola… soy un templario en algunos aspectos, pero estoy seguro que es mi actitud la que permitió que ella se abriera a mí y me contara y bromeara, sobre todo. Era un intercambio, no ser un baboso a cambio de que sea franca y auténtica conmigo.
- Lo malo es que sos pobre, no basta con ponerse en bolas, sino ponerse en bolas en un lugar lindo, perdón que te lo diga. – Me confesó tan directa como siempre. – De todas formas, deberías intentarlo, tu departamento esta zarpado.
- Estaba, ahora parece medio abandonado, aunque veo con buenos ojos tener un par de paredes limpias para las fotos.
- Otra buena razón para meterle. Es ideal para complementar con otro trabajo, vivir de esto lo veo jodido.
- Mira, si decís que es así de beneficioso voy a tener que ceder. – Acto seguido le conté sobre mi agravada situación económica y las ideas que me aquejaban, desde dejar mi amado departamento comprado con la plata que me dejo papa antes de irse y el fruto de mi trabajo hasta la cantidad de cosas que vendí para cubrir el día a día.
Antes que nada, ella me dijo que podía prestarme lo que sea, cosa a la que me negué.
- Cuentas claras mantienen amistades, no quiero que me prestes, con la información que me diste de Onlyfans es suficiente.
- ¿Lo vas a considerar? Interesante.
- ¿Me guardas un secreto?… Esperame un cacho, abrí el chat de Facebook, te voy a escribir mi idea… no quiero hablarla. - Miré a los lados y atrás mío, comprobé que mi hermana, a pesar de ser las 11 y media de la mañana, dormía plácidamente. Noe se impaciento golpeteando los dedos en la mesa mientras me ponía los auriculares para no hacer escándalo.
- No me veo como modelo, sí como fotógrafo, es a lo que me dedico, es lo que sé y tengo una cámara de la san puta juntando polvo, los programas de edición y retoque originales, pensaba que la que puede hacerse una cuenta es Majo.
Noe quedo boquiabierta y se volvió a tapar la boca, no para ahogar una risa, sino un grito histérico. De ser una escena de película hubiera tenido una taza y la hubiera dejado caer.
- ¡Ojo, material soft, nada de desnudos, nada porno! Capaz ropa traslúcida para que se le distinga un pezón o la formita dela empanada pero nada más, no soy un pervertido… solo mis chistes lo son. - Me apresuré a aclarar haciendo que Noe.exe dejara de funcionar.
- ¡Hey, solo ropa interior algo sugestivo, esta fuerte la guacha y tiene lindas curvas que pueden explotarse…
- ¡Estas enfermo man! ¿¡Le vas a sacar fotos a tu hermana en tanga!? – Chilló, como previne. - No pasaron ni 24 desde que es legal y ya la queres explotar… estás muy, muy desesperado. – Se alarmó reconociendo por fin la gravedad de mi situación, aunque conociéndola, sabía que me iba a entender. Ella era así, solía darse vuelta como media cuando le argumentaba.
- ¿Te pensas que no estoy repartiendo currículums o preguntando por trabajos? Yo quiero, y debo, ser el explotado, no ella. – Me sinceré recordando los rechazos. Me hicieron acordar a mi época de lechoncito en los boliches, rebotando de mina en mina como pelota de pinball. Y encima estoy hablando de trabajos qué, de dármelos, me van a consumir 10 o 12 horas y ni me va a alcanzar para mantener el departamento, así que es lo mismo que nada.
- Necesitas dólares, te entiendo en parte, pero te quiero ver teniendo a tu hermana enfrente pidiéndole que se abra un Onlyfans, no es fácil, y menos empezar a gatillar. Sé que está dura la mano, pero me parece muy extremo sacarle fotos al culo de tu hermana, es más fácil decirlo que hacerlo, debe haber algún trabajo que…
- En realidad, eso es lo más fácil. – Cometí sincericidio agravado por el vínculo y el material fotográfico:
Acto seguido, tras repetirle que me guardara el secreto, pasé a enviarle unas fotos secretas que había tomado y pensaba usar para abrirle la página. Así era, ya había empezado a inmortalizar su cuerpo desde la primera videollamada con Noe… tenía más fotos de las que me gustaba admitir del cuerpazo de mi hermana y ella ni siquiera lo sabía.
Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas
Admito que fueron demasiadas sorpresas para un día, para una mañana incluso, mejor dicho, para una vida. Pedirle asesoramiento sobre Onlyfans, un Onlyfans para mi hermana a la cual ya había empezado a fotografiar en secreto mientras dormía, mientras estaba en el baño con la bata o haciendo tareas cotidianas como lavar los platos.
Por suerte era de las amigas con mente de hombre a las que podía confiarle todo, todo, incluso mi proyecto secreto y desesperado.
- ¿Y bien? Ya te metiste en su cuarto, la destapaste, la fotografiaste, solo te falta lo difícil…
- ¿Qué sería lo difícil…?
- Por lo visto olerle las bombachitas, dedicarle pajas y esas cosas no, hablo de decírselo, pajero. Pagaría por ver cómo se lo toma con el carácter que tiene. Si se lo toma a mal te va a capar con una criollita. – Para el que no sepa, una marca de masita bastante dura.
- Ya se lo voy a decir en su debido momento, primero quería ver si podía subir algunas de las fotos que le saqué para tantear el terreno, ya sabes, quiero saber si nos dejarían plata o es solo otra mala idea…
En eso María José se levantó y casi me da un síncope cuando vi que tenía la carpeta abierta con las fotos de su cuerpo. Alcancé a cerrarla justo a tiempo cuando se asomó en la pc y desconecté el auricular para que se escucharan.
- ¡Hola Majo, tanto tiempo! ¡Feliz Cumpleaños atrasado hermosa, estas hecha una reina! – La saludo con entusiasmo Noelia. – Menos mal que estamos en pandemia sino tu hermano va a salir en los policiales por correrte a escopetazos los novios.
Pense que iba a decir otra cosa y me bajaron los huevos de la garganta.
Mi hermana vestía un top crop musculosa gastado, desabotonado en los pechos y abajo un short fino como piel de cebolla que no escondía el color de su ropa interior. Como hacía habitualmente, la abrace y apachurre contra mi cuerpo mientras la saludaba en su primer día con 18 años, acariciando su vientre, pegado a su espalda, y sentándola en mi falda, sintiendo todo su peso en mí, estirándole el top hasta casi sacarle las tetas afuera…
- ¡Gabriel, basta, deja de meterme mano, Noe decile algo, llama al 911 o a la defensoría de la mujer!
- La nena tiene un punto, ya no podés abrazarla así y si no la soltás llamo a la cana. – Bromeó mientras me dedicaba una mirada cómplice. Ella sabía que mi manoseo era para demostrar que estaba a punto caramelo y bien podía tener una cuenta exitosa en Onlyfans.
Mi rostro cercano a su cabello sintió ese embriagante perfume de recién levantada, olor a almohada, sudor y perfume gastados… son cosas que un hermano normal no debería sentir.
Tranquilamente podía sacarle unas fotos en ese momento porque era el sueño de un pervertido, adjetivo que tenía que admitir, me calzaba cada vez mejor dado que ni bien llegó noté que cualquiera podía encontrar sus curvas como deliciosas y pagar por sus fotos. … ahora que lo pensaba sacarle fotos mientras dormía o cuando usaba bata de baño había sido ir muy lejos.
- Bueno mis hermanos traviesos, los dejos solos… tiene muuuucho de que hablar y me imagino que almorzar. - Se despidió Noe delatando que tenía algo importante que decir.
- ¿Mucho de qué hablar? ¿Qué, paso algo? – Se preguntó Majo aún sentada en mi falda. - ¡Ah ya sé! ¡Oficializaron, yo sabía!
- ¡No ni hablar, no te hagas la novela! – Me apresuré a sentenciar, aunque no pude evitar sonrojarme mientras le tapaba la boca con la mano y silenciaba su carcajada.
- A tu hermano le van otros fetiches, no tiene fantasías conmigo, la verdad, cuando lo conocí pensé que se la comía he, es de los pocos que nunca me tiró los galgos.
- A tu vieja me comía. – Contesté de la manera más argentina posible, provocando una caterva de insultos y risas hasta que dimos por finalizado el reencuentro a distancia antes de que los vecinos se quejaron con nuestros gritos.
- Bueno, ya la escuchaste, deberíamos almorzar algo. Hay fideos y arroz que quedaron de ayer y antes de ayer, hoy toca recalentar. – Expresé acariciando la pierna de mi hermana, aún sentada en mi falda. Me cortaba la circulación y no me importaba.
- ¿Otra vez? – Refunfuñó. - Como extraño pedir pizzas en lo de Romario, por favor.
- No podemos Majo, estamos jodidos, bien jodidos. – Me sinceré cambiando mi semblante. – Mira, sé que no es lindo comer pastas recalentadas con poco queso y encima húmedo, pero estamos a 17 de este mes y tenemos un cuarto de la plata que el 17 del mes pasado y solo hablo de gastar en comida, sin contar algún imprevisto, que siempre hay uno
Para las cuentas siempre fui muy claro, quizás demasiado. No quería ver a mi hermana triste de tan temprano, más después de un día festivo como el de ayer, sentía que le pinchaba la burbuja y como hermano mayor esa no era mi función.
- Entiendo, bueno, es que fideos un día, arroz al siguiente, recalentar lo que quedó, repetir… estamos jodidos como bien decís. – Concilió resoplando como hacía siempre que aceptaba algo que la fastidiaba.
-A la mierda, pidamos una pizza de Romario. – Acepté con decisión. – Solo se vive una vez, carajo.
- Hermano, no, dejá. No lo hagas para complacerme, no vale la pena tirar plata por…
- No es tirar plata hermanita, esas pizzas son riquísimas y nos van a llenar el alma. El arroz y los fideos pueden esperar en la heladera un día más. – Propuse abrazándola con fuerza, llenándole de besos el cuello y los cachetes, ella se dejaba, siempre había sido mi mimosa… - ¿De cuál pedimos? ¿La de huevo y cantimpalo que tanto te gusta o una con anchoas?
- Son todas ricas, elegí vos.
“Siempre es más fácil hablar de asuntos complicados con el estómago lleno.” – Pensé viéndola incorporarse con velocidad para tomar el teléfono antes de que cambiara de idea... el shortcito se le había pegado a la cola y sus nalgas quedaban perfectamente contorneadas bajo la telita. “Mierda, todos mis pensamientos parecen de psicópata de serie o llevan a lugares indebidos”
- Majo, cuando venga el cadete atendelo así como estás vestida, así nos vuelve a dar descuento. – Bromee y ella me sonrió.
Tras llegar la pizza, comimos, nos distendimos y con el estómago lleno de una comida espectacular como la pizza con huevo fritos y cantimpalo, me dispuse a revelarle mi siniestro plan, que, como los planes de villano de película, era siniestro y a la vez necesario. Esta vez me tocó a mí lavar los platos y a Majo secar, cuando terminé, le dije que tenía algo importante que comentarle y me senté en la mesa. Ella prefirió verme desde la pared con un gesto desafiante.
- Noe dijo que teníamos mucho de qué hablar ¿Me vas a decir lo que te tramas?
- Tramas dijiste, justo de eso se trata. Estoy tramando algo que te involucra a vos y a mis dotes de fotógrafo. – Me levanté, y decidido a ser lo más frontal posible le enseñé la carpeta con las fotos que le tomé en secreto.
- ¿¡Esa soy yo!? ¡Soy yo! – Se escandalizó. - ¿¡Estás loco o sos enfermo!?
Mantuve la calma y la miré a los ojos, como si pudiera hipnotizarla y transmitirle mi calma.
- Se me ocurrió una idea tan buena como difícil de digerir para ambos. Estas fotos que te tome de…
- De mi culo, de mi espalda con toalla recién bañada… incluso hay una mía lavando los platos en tanga. – Se tomó la cabeza despeinando sus cabellos castaños. - ¡La cuarentena te pegó mal Gabriel, estas enfermo!
- ¡Sí, me pegó mal a mí y a vos, porque nos está destrozando el bolsillo! – Retruqué levantando la voz sin sonar ni enojado ni nervioso. - ¡Mira tu cuerpo Majo, mira lo que sos, tenes una mina de oro en curvas que nos puede salvar y yo tengo los medios para hacerlo! – Y por fin, se lo revelé: - Abramos un Onlyfans, cobremos en dólares y recuperemos la vida que teníamos.
Majo quedó boquiabierta, sus ojos ya no apuntaban de una foto a otra como una cámara de seguridad descompuesta, ahora estaban fijos en mí y muy de a poco, su respiración se calmó, su boca se cerró y cruzó los brazos en evidente negación. Sentía que trataba con una bomba de relojería.
- Majo, sé que soy tu hermano, lo sé, también sé que tenemos una confianza y una relación que no todos los hermanos tienen, mierda, incluso Noe tiene un hermano al que no ve en 15 años, lo nuestro nos permite tomarnos ciertas libertades, no por nada vivimos juntos hace tiempo.
- Es muy raro Gabo, muy raro. Tiene tintes de incesto que estés sacándome fotos sin avisarme y me quieras abrir un Onlyfans para exhibirme como tu putita. – Sentenció mi hermana. – Sé que necesitamos la plata, me doy cuenta de los sacrificios y sé que muchos son por mi culpa…
- ¡No! Ojo, lo hago para que tengamos una salida económica momentánea, para que podamos darnos gustitos como la flor de pizza de hoy a diario, no lo hago porque pienso que me debes algo o porque quiera explotarte… es solo una idea que no me saco de la cabeza y creo que nos puede ayudar mucho, tenemos todo lo necesario en estas cuatro paredes. – Sentencie esperando lo mejor. – La verdad, no se me ocurre otra idea tampoco que no sea que trabajemos los dos, 8 horas, en trabajos de mierda, si es que conseguimos. Pensa en que si esto funciona puedo tomar cualquier trabajo y vamos a estar bien.
Majo resopló, el hecho de que teníamos todo lo necesario y solo tenía que poner el cuerpo lo volvía un sacrificio plausible. De seguro el gustito de la pizza estaba haciendo lo suyo también.
- Vamos Majo, es cuestión de animarse de a poco, no te voy a fotografiar desnuda.
- Déjamelo pensar. – Susurró como sorprendida de sus palabras, con la mirada perdida. – Me encantaría tener plata y antes que atender una caja registradora 6 días a la semana preferiría hacerlo, aunque no sé si me veo desnudándome frente a vos.
- ¡Bien ahí, vamos con el facilismo y la cultura de ahora!
- ¿El nazismo dijiste?
- Y te aclaro, no es necesario que te desnudes, te repito, podemos hacer lewds, softs, cosas más tranquilas como para tantear el terreno. Pensé que, con unos poquitos dólares, con la situación de mierda del país nos ayudaría un montón. Si nos va bien, podes seguir vos sola y te doy mi palabra, de que te dejo toda la responsabilidad.
Logré por lo menos, que lo planteara, que lo pensara y sus manos no estaba aferradas a mi cuello, ni arrojándome cosas, ni marcando el 911, lo veía como una victoria. Es más, algo me decía que ese gustito delicioso, salado del cantimpalo aún en nuestras bocas dictaminaría un veredicto favorable.
- Yo pondría el cuerpo, vos te ocuparías de todo lo demás ¿No? – Pregunte haciendo rechinar los engranajes morales de su cabeza. – Te ocuparías de la página, la edición, la plata, todo…
- Todo, te lo haría lo más fácil posible, con que pongas tu… hermosura, tu cuerpazo, suficiente. Hasta ya tengo pensando un nombre.
ÁngeLolita
No tuve que rebanarme mucho los sesos para pensar el nombre, siempre mama le dijo que era un ángel salido del Evangelio y yo le decía que era mi lolita (somos hermanos muy raros). Incluso Majo tiene una carita que me hace acordar a la protagonista de Lolita, la película del 97 adaptación de la novela de Vladimir Nabokov. Ínfulas de lector aparte, me parecía que ÁngeLolita era original y lo más importante, no estaba usado. Tengo 0 paciencia para hacer cuentas, niks, etc.
Así quedo el producto final, con la marca de agua, los recortes y el logo, que por suerte, Majo no notó lo sugestivo que era.
- Me gusta, que se yo, es nombre de prostituta soft, diría ¿Así es como me queres vender?
- Exacto. – Contesté en la mañana siguiente tras revelarle nuestro plan, mientras la pava con el agua hirviendo comenzaba a chillar. - ¿Nerviosa por tu primera función?
- ¿Quedó té de boldo o manzanilla? – Preguntó algo fastidiada en la cocina, hacía meses que no se levantaba tan temprano, a las nueve. Quizás era muy pronto para informarle que su cuenta había nacido legalmente y usé, de forma provisional, la foto de su cola mientras dormía.
- Estoy usando por 2da vez este saquito de té común, no hay de los otros. Lo bueno es que quedan masitas y dulce de leche o manteca.
- Y no, no estoy nerviosa. – Me respondió con cierto delay mañanero mientras llenaba su taza. – Estoy ansiosa, quiero ver si es una buena o mala idea para poder tomar una decisión seria.
- ¿Seria? ¿Si lo de hoy va bien te metes de lleno?
- Quizás hasta me anime a hacer nudes. – Me reveló dejándome algo aturdido con la idea. – A no ser que me sobreestimes y termine siendo un fiasco.
- No vas a ser un fiasco, sos hermosa. – Le dije con toda la sinceridad del mundo sentándome a la mesa con ella. – Van a dejarnos un montón de plata con la esperanza de ver algo, los hombres somos así, nos gusta una mujer y abrimos la billetera con tal de ver algo, un pezón, un labio, el culo, lo que sea.
- Lo decís porque sos mi hermano. – Retrucó con una sonrisa nerviosa, esquivando mi mirada y riendo ante mi análisis del género masculino.
- Exacto, los hermanos no solemos decir esto y yo lo digo sin pelos en la lengua, sos hermosa y no se habla más.
- Siempre fuiste mimoso y halagador conmigo, no como otros hermanos… sos como un padre también. – Me confesó dedicándome una mirada risueña. – Soy afortunada de que siempre me cuidaste, sabía cuándo me invitaste a vivir que nos íbamos a entender, aunque odio que seas tan cuida.
Durante todo el desayuno le mencione que me pelee hasta ir a las manos con antiguos amigos míos que hicieron comentaros obscenos sobre ella. Conmigo se podía bromear de cualquier cosa menos de mi hermana, era algo que nunca se los permití y solo mis amigos más fieles lo entendían. Como hombre antes que como hermano, le dejé en claro que tenía las condiciones para volver loco a cualquiera.
Antes de arrancar con la primera sesión, le hable de los precios de la suscripción y los paquetes de seguimiento, le explique cómo funcionaba todo según lo que mi amiga me había dicho parafraseándola. Pensaba aumentar el precio si el plan funcionaba dado que el precio provisorio era algo más bajo: 12$ la suscripción. Los paquetes de seguimiento eran de 25$ por 3 meses para el 45% de material y 40$ por 6 meses para obtener el 60%. Noé me dijo que diera más opciones de seguimiento, pero la verdad, no veía probable que durara más de 6 meses, no quería contar las gallinas antes de que nazcan.
- Vos te ocupas de los aspectos técnicos, yo solo hago las poses. ¿Anoche preparaste el estudio? Te escuché moviendo boludeces. – Menciono ya terminando su té.
- Estudio, ja. Amontoné cosas nomás, llené la biblioteca con los libros del living y hasta colgué el reloj de la abuela. Parece una habitación de viejo con todos los adornos que puse.
Le conté que anoche quede tan manija que arme una pequeña locación frente a la ventana de mi habitación con adornos y libros que no pude vender. Créanme que hay más elementos en esos pocos metros cuadrados que en toda la casa, era lo que me gusta de la fotografía, la magia de la ilusión que genera.
Estaba sin saberlo a punto de descubrir un nuevo tipo de magia en el mundo de la fotografía.
Empezamos después de comer y debo admitir que mi corazón latía como un adolescente en mi primera cita y mis manos mojaban la cámara cuando la seteaba. ¿Qué me estaba pasando? Había cierta tensión, por supuesto, estábamos sumergiéndonos en algo que podía desatarnos la soga o ser una mera anécdota, no obstante, mi nerviosismo iba por otro lado… había ideas que no podía mantener a raya y atacaban las murallas de mi integridad como invasores mongoles.
Mi hermana se cambiaba en su habitación, enfrente a la mía y la puerta estaba entre abierta… mis piernas se acercaron automatizadas, quedando frente a la puerta misma sin saber qué hacer. Un montón de recuerdos y situaciones pasaron por mi mente.
Recordé mis peleas con los que hacían chistes con mi hermana, las travesuras que hacíamos de niños para hacer enojar a mi madre, las groserías que le enseñé para que mamá se escandalizara, recordé por sobre todo una época en la que dormíamos juntos casi a diario y…
- Bueno, me puse esto como para empezar ¿Cómo me veo? – Preguntó Majo saliendo de su habitación, sorprendiéndome. Lucía un look deportivo, vistiendo una musculosa rosa flúor y un short gris. La muy atrevida, como sabiendo que tenía una ratonera en la cabeza, dio una vueltita que me hizo girar los ojos.
- Ideal… estás muy, ejem… linda, se van a volver locos. – Expresé sin contener mi emoción ni un poco, mirándola de arriba abajo. – Mira lo que estás, vas a abrir el cemento.
- Mientras abran la billetera como dijiste me conformo, vamos a hacerlo, te quedo lindo, por cierto, me gusta. – Admitió paseándose por el set, pasando junto a mi perfumada hasta los pies. Era una tarda bastante calurosa y estaríamos encerrados un buen rato. En mí no ayudaba tanto perfume, no hacía más que alborotarme las ideas, me atontaba como un abejorro sumergido en polen.
- ¿Estás lista Majo? – Pregunté posicionándome a un lado, y ni bien giró para contestarme, la sorprendí gatillando. La primera sesión había empezado y esta determinaría que tan lejos volaría la angelical ÁngeLolita.
Gracias por leer, la siguiente parte ya esta en desarrollo y prometo que la "trama" va a avanzar.
Si les gusto les re agradeceria puntos, comentarios, devoluciones, lo que consideren, todo se hace a pulmón y cualquier detalle es tenido en cuenta.
16 comentarios - El Onlyfans de mi Hermana
Me lo guardo.
Van puntines. 😉