Mi timidez y las mujeres de mi familia 35

Mi timidez y las mujeres de mi familia 35




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Mi  timidez y las mujeres de mi familia 34


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Mi timidez y mi responsabilidad guiaron mi juventud, hasta que mis tías, mi madre y mi prima y otras chicas me hicieron despertar, pero las circunstancias me abrieron los horizontes.







Cuando bajé a la piscina las cuatro chicas estaban tumbadas en el césped, al ver el bañador les gustó, Mónica dijo…


-        Muy bien por mi madre, siempre tiene buen gusto, te sienta muy bien.


Al llegar ya se me había bajado la calentura y me tumbé junto a mi prima, pero Andrea se puso al otro lado y me dijo…


-        Manu nos tienes abandonadas, ven con nosotras.


Las cuatro me rodearon, empezaron a tirarse briznas de césped y con la excusa de quitárselo de encima Elena se quitó el sujetador, mi prima le dijo…


-        Elena, ten cuidado que te va a ver alguien.


Mónica le corrigió…
-No te preocupes, aquí no nos ve nadie, nosotras siempre tomamos el sol sin nada, si vieras a mi madre que es más morena que nosotras, no tiene ni una marca…
Y
a, las otras sin más imitaron a Elena, los sujetadores quedaron esparcidos por la hierba, mi prima me quiso poner caliente al ver que me tumbaba boca abajo para disimular la inmediata erección y me retó a que les dijera cuál de ellas tenía las tetas más bonitas, yo sin levantarme  les fui dando opiniones más o menos satisfactorias paras todas, una que las tenía más puntiagudas , otra que eran redondas, otras más morenas o más separadas, pero Lisa quería más y me dijo que les dijera cual las tenían más duras, miré a mi prima fulminándola, ella se reía burlonamente.


Me tuve que sentar, cuando me levanté se descubrió el bulto que el bañador, ya no podía disimular, Elena se puso voluntaria la primera, se sentó frente a mi ofreciéndome sus tetas para que las calificara, las cogí desde abajo hacia arriba hasta apretarle los pezones, ella con los ojos cerrados suspiraba silenciosamente, mi prima se puso la siguiente, su táctica fue diferente, se mojó con saliva los pezones, se los puso duros y se puso frente a mí, cuando le cogí las tetas se los pellizqué en venganza, ella gimió primero de dolor y luego de gusto, esto animó a las gemelas que se disputaron el siguiente puesto, a mi me era igual porque las tenían duras como melones las dos, a Mónica las recogí desde los lados hacia el centro juntándole los pezones en una sola mano y a Andrea se las separé apretándolas hacia arriba todo lo que pude.


Lisa ya no pudo esperar más y saltando sobre mí gritaba…


-        Mira como se ha puesto Manu, como tiene la polla, no le cabe en el bañador, vamos a liberarla.


Las otras le siguieron, en un momento el bañador desapareció por mis tobillos y mi polla apuntando al cielo azul, ellas se miraron y sin hablar se pusieron de acuerdo.


-        Quien será la primera?


Elena, la más lanzada se preparó, pero mi prima la apartó diciendo que era mi prima, y Mónica dijo que ella era la anfitriona, pero Andrea mientras discutían se sentó sobre mí y se metió la polla en el coño ladeándose la braguita.


-        Pero la idea de venir ha sido mía, yo la primera.


Las demás se quedaron sorprendidas por la rápida reacción de Andrea y se echaron a reír.


Se sentaron en corro, mientras miraban como mi polla entraba y salía en Andrea al compás de sus saltos, se acariciaban los pezones.


Cuando se hartaron de esperar, Mónica se quitó las bragas y apartando a su hermana ocupó su puesto, estaba un poco seca aún pero como yo estaba lubricado por Andrea casi no lo notó.


Elena y mi prima esperaban ansiosas con las bragas quitadas, Elena fue la siguiente en subirse sobre mí, sus saltos eran muy peligrosos ya para mí y mi prima lo notó, con un empujón la quitó y se subió, lo hizo suavemente y cuando le entró la polla yo podía contar los pliegues de su vagina, apenas se movió pero con sus músculos me hacía como una paja vaginal, eso me hizo reponerme y aguantar más sin correrme, no sé a que gemela se le ocurrió la idea, pero quisieron jugar a la ruleta rusa o eso me pareció a mí, se sentaban sobre mi y tenían que metérsela seis veces y salir, luego la otra y la otra, todas saltaban y se la clavaban seis veces, el premio era dentro de quien me iba a correr, yo estaba ya muy apurado, los huevos me hervían de leche, no quería saber a quién llenaría y me tapé los ojos, pero el juego se interrumpió al oírse la llamada de 


Elisa desde la casa.


-        Vamos chicos, venir ya, la comida está lista, no tardéis ni un minuto!


Las chicas contrariadas se levantaron y poniéndose los bikinis se dirigieron a la casa, yo con la polla roja y dura me tapé con el bañador y fui tras ellas, cuando entré en la casa 


Elisa me cogió del brazo…


-        Un momento jovencito, tú no puedes seguir así, acompáñame.


Me llevó a una habitación pequeña, se tumbó en la cama y se quitó las bragas, era la primera vez que veía un coño con unos labios tan desarrollados, cubrían toda la entrada de la vagina, abrió las piernas separándolas con sus manos cogidas de sus tobillos.


-        Métela aquí y córrete a gusto, os he estado mirando desde el principio y he visto como se divertían a tu costa, me habría gustado ver a quien llenabas de leche, pero dos de ellas son mis hijas y no quiero  arriesgarme a tener nietos tan joven, así es que mi coño es tuyo, fóllame hasta correrte.


No me costó mucho esfuerzo, mis espermatozoides estaban alerta y cuando entré se alegraron, aún hice un esfuerzo y pensando en otras cosas pude aguantar unos minutos más pero al final me dejé caer sobre ella, apreté a fondo y bombeé leche hasta vaciarme, quise quedarme sobre ella pero se dio la vuelta y cogiéndome la polla se la metió en la boca y dijo con dificultad…


-        Es una pena que se pierda esta leche tan joven, no te voy a dejar nada dentro.


Me estuvo chupando con ardor, no me dejó que la polla descansara, su lengua hizo que siguiera dura hasta que con las manos cogidas a sus tetas me volví a correr en la boca, ella cerro los labios alrededor de mi polla y no dejó salir ni una gota, por la garganta se notaba como iba tragando sin parar, cuando estuve vacio la lamió y se aseguró de que estaba brillante otra vez, luego me dio un cachete en el culo y dijo…




-        Y ahora vamos a comer.



continuara.....

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