Enseñanzas De La Universidad III

Continuamos con esta gran historia
Si no han leido la parte anterior los invito a que lo hagan en este link

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Yo siempre había sido muy abierto con mi mamá pero cuando la vi sentada en mi cama sospechando de lo que había hecho con la señora Nancy un miedo profundo y una vergüenza increíble invadió mi cuerpo
Mi mamá suspiró y sacudió la cabeza. -¿Cómo pudiste hacer algo así?-, preguntó. -¿No te das cuenta de que ella es de la misma edad que yo?-
-Lo sé-, le dije. -Pero no puedo controlar mis sentimientos por ella. La quiero y ella me quiere a mí también-
Mi mamá parecía frustrada y triste al mismo tiempo. -No estoy seguro de cómo manejar esto-, dijo. -Es una situación muy incómoda y no sé cómo vamos a seguir adelante-
-Lo siento mucho-, le dije sinceramente. -No quería causar problemas ni hacerte sentir mal-.
Mi mamá suspiró de nuevo. -Vamos a tener que sentarnos y hablar sobre esto con más detenimiento-, dijo. -Pero por ahora, necesito tiempo para procesarlo todo-
Así que nos despedimos por la noche, con la promesa de continuar nuestra conversación más adelante. Aunque sabía que había lastimado a mi mamá, estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para seguir adelante con mi relación y ser feliz, me acosté en la cama y me dispuse a dormir, me acosté con la esperanza de tener una buena noche de sueño. Sin embargo, en lugar de eso, me encontré en medio de un sueño extraño y confuso.
En mi sueño, estaba caminando por mi vecindario cuando de repente vi a mi vecina desnuda en su jardín. Me sentí atraído hacia ella, como si algo en mi subconsciente estuviera diciéndome que me acercara. Así que lo hice, y de repente me encontré besándola apasionadamente.
Luego, de repente, el sueño cambió y me encontré en casa, en la cocina con mi madre, que igualmente estaba desnuda. Ella me sonrió y me acarició la cara, y de repente me di cuenta de que también quería besarla. Me sentí atrapado en una especie de ciclo interminable de deseo y confusión, sin saber qué hacer ni a quién elegir.
Cuando finalmente desperté, estaba sudando y jadeando, tratando de procesar lo que acababa de soñar. No podía creer que había tenido un sueño tan extraño y perturbador, y no podía sacarlo de mi cabeza. Me sentí como si estuviera en una especie de película de terror psicológico, sin salida a la vista, me levanté al baño para lavarme la cara y para después de eso quedar nuevamente profundamente dormido
Me desperté temprano esa mañana con el aroma del café y los huevos revueltos flotando en el aire. Me levanté de la cama y bajé las escaleras, con la esperanza de tener un desayuno tranquilo antes de comenzar mi día. Sin embargo, cuando entré a la cocina, mi madre estaba de pie frente a la estufa, removiendo furiosamente los huevos en la sartén.
-¿Qué pasa?-, Le pregunté, intentando parecer lo más inocente posible.
Ella se dio la vuelta y me arrojó una mirada furiosa. -¿Cómo puedes preguntar eso?-, dijo ella. -¿Cómo puedes estar con esa mujer después de todo lo que te he dicho?-
Supe de inmediato a quién se refería. No podía decir exactamente por qué, pero había algo en ella que mi madre simplemente no podía soportar, a pesar de que en la apariencia ellas eran mejores amigas en la oscuridad y a sus espaldas mi madre odiaba a la Señora Nancy
-Mamá, no puedes controlar con quién salgo-, Le dije, tratando de mantener la calma
-¿No te das cuenta de que es mayor que tú? ¿No te preocupa lo que la gente pueda decir?-
-Mamá, no me importa lo que la gente diga-, Le dije, tratando de mantener la calma. -Me importa lo que siento por ella. Y la amo, no importa cuántos años tenga-.
Mi madre sacudió la cabeza -No puedo creer que estés hablando de esta manera-, Dijo ella. -No la amas, amas su cuerpo, amas el sexo, no la conoces no la puedes amar-
-Mamá, tienes que dejar de controlar mi vida, además ¿Cómo sabes que tuvimos sexo? - Le dije, sintiendo la ira creciendo dentro de mí. -Tienes que confiar en mí para tomar mis propias decisiones-
-Por favor Adrián, te vi salir de su casa y la perra esa estaba medio desnuda en la puerta-
-Y que si tuvimos sexo?, fue increíble, si, tal vez te falta un poco de lo que le di anoche- le dije 
-¡No me hables así!-, exclamó ella. -Eres mi hijo y harás lo que te diga. Y no voy a permitir que veas a esa mujer a esta casa nunca más-
Intenté razonar con ella, pero fue inútil. Mi madre estaba demasiado enojada para escuchar razones. Así que finalmente decidí dar media vuelta y salí de la casa en camino a la universidad sin desayunar. No podía creer que mi propia madre actuaría de esa manera solo porque no estaba de acuerdo con la persona con la que salía
Llegue a la universidad esa mañana con un nudo en el estómago. La pelea de esa mañana me había dolido y aún estaba molesto y herido. No podía concentrarme en mi trabajo y apenas podía hacerme a un lado para dejar pasar a los demás estudiantes en el pasillo.
Mi maestra favorita, la maestra Zara, notó algo diferente en mí inmediatamente. Me detuvo mientras caminaba por el pasillo y me preguntó si todo estaba bien. Le dije que sí, aunque sabía que no era cierto.
Ella me llevó a su oficina y cerró la puerta. -No quiero presionarte, pero si hay algo en lo que pueda ayudarte, por favor, dime-, dijo ella con una sonrisa suave.
No pude resistirme más y le conté lo que había pasado con mi madre. Le dije que había estado saliendo con una mujer mayor, y aunque a mí me encantaba, mi madre simplemente no podía aceptarla.
-No puedo controlar lo que hace o dice mi madre, pero sí puedo controlar cómo reacciono a ello-, Dije, sintiendo la amargura en mi voz.
La Maestra Zara asintió comprensivamente. -Sé que es difícil cuando tus seres queridos no están de acuerdo con tus elecciones-, Dijo ella. -Pero al final del día, tienes que hacer lo que es mejor para ti y seguir adelante-.
Sus palabras me hicieron sentir un poco mejor y decidí dejar de lado mi orgullo y llamar a mi madre para disculparme. Aunque nuestra relación aún tenía altibajos, al menos había tomado el primer paso para arreglar las cosas. Y siempre estaré agradecido con la Maestra Zara por ayudarme a ver las cosas desde una perspectiva diferente.
Ella suspiró y me miró directamente a los ojos -Entonces tienes una cierta...preferencia por las mujeres mayores?-
Yo me sonrojé y bajé la mirada, incapaz de sostener su mirada. -Bueno, es cierto-, le dije. -Siempre me han atraído las mujeres mayores. No sé por qué, simplemente me atraen más-
La maestra Zara se echó a reír. -¡Vaya, vaya! ¡Así que eres un joven con buen gusto!-.exclamó.
Yo no pude evitar sentirme un poco avergonzado. -Bueno, es solo una preferencia personal-, dije, tratando de justificarme.
-No te preocupes, no te estoy juzgando- dijo mi maestra, dándome una palmadita en la rodilla. -Simplemente me sorprendió un poco, eso es todo-
Nos reímos juntos y continuamos nuestra conversación sobre diferentes temas. Aunque al principio me sentí un poco incómodo por confesarle mi preferencia por las mujeres mayores, al final me di cuenta de que mi maestra era comprensiva y no me juzgó por ello
-Bueno, creo que deberíamos ir al salón de clases. Que se hace tarde ¿Me acompañas? - Asentí y la seguí al salón de clases. Cuando llegamos, vi que había ya algunos estudiantes sentados en sus mesas, esperando a que comenzara la clase.
Mi maestra se dirigió al frente de la clase y comenzó a dar la clase. Yo me senté atentamente y me alegré de tener a una maestra tan dedicada como ella.
Me quede sentado observando la clase, escuchando atentamente a la profesora mientras explicaba el tema del día. De repente, mi atención fue distraída por un susurro que venía de detrás de mí. Me di cuenta de que era un grupo de mis compañeras de clase, que parecían estar planeando algo.
Intrigado, decidí acercarme un poco más para intentar escuchar de qué estaban hablando. Al parecer, estaban planeando una fiesta en la casa de una de ellas para ese fin de semana. Una de ellas, Mariana, estaba especialmente emocionada y no paraba de hablar sobre cómo iba a invitarme
Me sentí halagado, pero también un poco nervioso. No era muy común que me invitaran a fiestas, y no quería arruinar la diversión de mis compañeras si no me divertía tanto como ellas. Sin embargo, no quería rechazar la invitación y parecer un aguafiestas, así que decidí ir a la fiesta y ver cómo resultaba
Yo estaba sentado en mi escritorio, intentando concentrarme en mi trabajo mientras esperaba a que terminara la clase. De repente, oí una voz a mi lado. Era Mariana, una de mis compañeras de clase.
-Oye, ¿qué planes tienes para este fin de semana? -, preguntó.
-No tengo nada especialmente planeado-, le dije. - ¿Por qué? -
-Bueno, hay una fiesta en casa de un amigo mío este sábado no va a haber mucha gente y me gustaría mucho que vinieras-, dijo con una sonrisa nerviosa.
No sorprendió la invitación. Por qué no hacia más de unos minutos que la había escuchado planeándolo, no quería rechazarla y hacerla sentir mal, así que le dije que sí.
De repente, oímos una voz detrás de nosotros. Era nuestra maestra, que parecía estar escuchando atentamente nuestra conversación.
- ¿Qué tal si voy con ustedes a la fiesta? -, preguntó con una sonrisa. -Podríamos divertirnos juntos-
Mariana y yo nos quedamos atónitos al oír su propuesta. Nunca habíamos pensado en llevar a un adulto a una fiesta, y no sabíamos si era una buena idea. Sin embargo, nuestra maestra parecía tan entusiasmada con la idea, que no quisimos decepcionarla.
-Bueno, supongo que podría ser divertido-, dijo mi compañera. - ¿Qué dices, Adrián? -
-Está bien-, dije finalmente. -Podemos llevarla-.
-En serio? - dijo emocionada la maestra -lo dije de broma, pero creo que los acompañaré- Nuestra maestra pareció emocionada, y empezó a hablar sobre todo lo que podríamos hacer juntos en la fiesta. Yo no estaba seguro de cómo resultaría llevar a un adulto a una fiesta, pero al menos sería algo diferente
Finalmente terminó la clase, me despedí de Mariana y de la maestra para después dirigirme hacia mi casa, al salir vi a mi mejor amigo acercándose hacia mí. Nos saludamos y empezamos a caminar juntos hacia nuestras casas.
- ¿Qué planes tienes para este fin de semana? -, le pregunté.
-Bueno, fui invitado a una fiesta en casa de un amigo-, dijo. - ¿Quieres venir conmigo? -
-También fui invitado a una fiesta-, dije sonriendo. - ¡Qué casualidad! ¿Quieres ir juntos? -
-Claro- me dijo -Me encantaría ir contigo-
Empezamos a hablar sobre lo que íbamos a hacer en la fiesta y nos pusimos muy emocionados. Ambos adorábamos las fiestas, y estábamos seguros de que esta sería increíble
Continuamos charlando sobre nuestros planes para el fin de semana. Estábamos tan distraídos en nuestra conversación, que no nos dimos cuenta de que algo estaba mal hasta que llegamos a mi casa.
Cuando vi a mi madre y la señora Nancy en el centro del jardín, gritándose la una a la otra. Me quedé atónito al verlas así, sin saber qué hacer.
Mi amigo y yo nos acercamos lentamente, tratando de entender qué estaba pasando. Finalmente, logramos calmar a las dos y averiguar que había sucedido.
-Mamá, sé que estás enfadada, pero ¿no crees que esto es un poco exagerado? -, le dije a mi madre. - ¿No podemos resolverlo de una manera más madura? -.
Mi madre suspiró y asintió. -Tienes razón, hijo-, dijo. -Lo siento mucho. No sé qué me pasó-
La madre de mi amigo también se disculpó, y finalmente logramos calmar a las dos. Fue una tarde Tensa, cada quien se dirigió a su casa, mi madre y yo nos dirigimos a la cocina, el ambiente seguía tenso, mi madre en pocas ocasiones me miraba y cuando lo hacía podía ver que aun quedaba enojo en ella, decidí no tentar a la suerte y simplemente me limité a comer 
Al terminar me fui al sofá de la sala, estaba viendo la televisión cuando mi madre entró en la habitación. Parecía un poco tensa, y supe inmediatamente que quería hablar conmigo sobre algo.
-Hijo, sé que he estado un poco dura contigo últimamente-, dijo mientras se sentaba a mi lado. -Y quiero que sepas que lo siento mucho. No tienes por qué hacer nada que no quieras solo porque yo lo diga-.
Me sorprendió su disculpa. Mi madre siempre había sido bastante estricta, y no estaba acostumbrado a que se disculpara por sus acciones.
-Gracias, mamá-, le dije
-Bueno, es sobre tu relación con la vecina-, dijo, un poco avergonzada. -Sé que no he sido muy comprensiva al respecto, y siento que me enojé contigo la última vez que la vi. Pero quiero que sepas que te apoyo, y que solo quiero que seas feliz-
Me emocioné al oír eso. Mi madre y yo no habíamos hablado mucho sobre mi relación con mi vecina, y siempre había tenido miedo de que no la aprobara. Pero al oír sus palabras, supe que realmente me quería y que solo quería lo mejor para mí.
-Gracias, mamá-, le dije, dándole un abrazo. -Significa mucho para mí que me apoyes-
Ya con los ánimos relajados comencé a contarle sobre mi próximo fin de semana y cómo planeaba ir a una fiesta con mi mejor amigo, mi maestra de la universidad y una de mis compañeras de clase.
Mi madre parecía un poco preocupada al principio, pero luego asintió con la cabeza y me dijo que tenía que vivir mi vida y hacer nuevas experiencias. Le agradecí su comprensión y le prometí que sería responsable y me comportaría bien
Me Levanté de la sala para dirigirme a darme una ducha, al entrar al baño no pude evitar dar una mirada a la ventana de la Señora Nancy con la esperanza de ver su espectacular cuerpo una vez más y así fue
Me quedé paralizado en la ventana, mirando la escena que se desarrollaba frente a mí. Podía ver a la señora Nancy de pie a la ventana metiéndose los dedos y moviéndolos dentro y fuera de sus bragas, presumiblemente acariciando su clítoris. Parecía un poco torpe de alguna manera
Continué mirando por un tiempo y, un poco para mi consternación, me encontré bastante excitado, la Señora Nancy comenzó a mirar alrededor de su escritorio. Finalmente abrió el cajón a su lado y sacó un bolígrafo. Con cautela se lo deslizó por las bragas y lo movió de forma experimental, antes de sacarlo de nuevo y arrojarlo sobre el escritorio. Volvió al cajón y sacó algo más. Tenía la forma de un envase de lápiz labial, pero aproximadamente el doble de grande y de color blanco. ¿Era un vibrador? No, parecía demasiado anguloso y tenía escrito en el lateral. Tal vez fue algún tipo de barra de pegamento o algo así. Fuera lo que fuera, lo deslizó dentro de su ropa interior y comenzó a usarlo en ella misma. Su mano estaba enterrada más en sus bragas esta vez mientras probaba su nueva técnica. Después de un tiempo me di cuenta de que en realidad debía estar masturbándose con una barra de pegamento. No había duda al respecto, sus movimientos ya no eran hacia arriba y hacia abajo como si acariciara su clítoris, sino hacia adelante y hacia atrás como si estuviera... ¡bueno, empujando algo dentro y fuera de su coño! Esperaba que estuviera sujetando firmemente su juguete sexual improvisado, porque los objetos extraños atascados en la vagina hacen vergonzosas las visitas a la sala de emergencias.
Sus movimientos se hicieron más rápidos y comencé a preguntarme si se correría allí mismo, pero finalmente se detuvo y sacó la barra de pegamento. Parecía frustrada y empezó a mirar alrededor de su escritorio de nuevo. Claramente, al no encontrar nada que mejorara su propia gratificación, se puso de pie y comenzó a caminar hacia la ventana para encontrarme a mi mirándola fijamente
No estaba preparado para lo que vi. La cama de Señora jaló una silla junto a la ventana para brindarme un especulo que nunca olvidar. Me sentí sumamente excitado de ver que sus ojos estaban mirándome fijamente, pero luego vi algo que me hizo olvidarme de sus ojos de todos modos. La Señora Nancy se había quitado los vaqueros y las bragas y estaba acostada en la cama completamente desnuda de cintura para abajo. Sus piernas estaban abiertas y estaba empujando algo dentro y fuera de su coño. Después de cuatro o cinco golpes me di cuenta de que era el mango de un cepillo para el cabello. ¡Vaya, esta mujer era lasciva! Me tomé unos segundos para captar todos los detalles de su coño.
Saqué y Froté mi pene con fuerza mientras ella se quitaba lentamente el brasier Esto fue lento y sutil, aprecié la variación. Esperaba que esta masturbación frente a la ventana se convirtiera en algo habitual. Después de otro medio minuto explorando completamente sus senos, finalmente los soltó. Pasó su mano derecha por su cuerpo, más allá de su estómago y dentro de su entrepierna. Luego frotó su vagina, aplicando lentamente con una mano más presión a su clítoris mientras que con la otra insertaba violéntame el mango del cepillo a su coño, claramente estaba teniendo el efecto deseado. Sus pezones estaban completamente erectos y tan duros como balas y su boca colgaba abierta. Empezó a mover las caderas lentamente al compás de los dedos, lo que provocó que sus tetas se balancearan suavemente hacia arriba y hacia abajo y de lado a lado. Justo cuando comenzaba a preguntarme quién de nosotros vendría primero, deslizó su mano derecha por la parte delantera de su coño. Lo que sea que hicieran sus dedos allí pareció tener el efecto deseado, ya que treinta segundos después ella se convulsionó en el orgasmo. Sus caderas se sacudieron hacia adelante casi causando que se cayera de la silla. Al mismo tiempo, su espalda se arqueó y su cabeza se inclinó hacia atrás mientras cabalgaba sobre las olas de placer que debían haberla atravesado. Justo en ese momento sentí llegar mi propio orgasmo. Cuando golpeó miré la expresión de placer orgásmico de la Señora Nancy, deseando estar disparando chorros de semen lechoso en su cara en lugar de inofensivamente en el pañuelo que sostenía sobre la punta de mi polla
-Bueno, creo que deberíamos ir al salón de clases. Que se hace tarde ¿Me acompañas? - Asentí y la seguí al salón de clases. Cuando llegamos, vi que había ya algunos estudiantes sentados en sus mesas, esperando a que comenzara la clase.
Mi maestra se dirigió al frente de la clase y comenzó a dar la clase. Yo me senté atentamente y me alegré de tener a una maestra tan dedicada como ella.
Me quede sentado observando la clase, escuchando atentamente a la profesora mientras explicaba el tema del día. De repente, mi atención fue distraída por un susurro que venía de detrás de mí. Me di cuenta de que era un grupo de mis compañeras de clase, que parecían estar planeando algo.
Intrigado, decidí acercarme un poco más para intentar escuchar de qué estaban hablando. Al parecer, estaban planeando una fiesta en la casa de una de ellas para ese fin de semana. Una de ellas, Mariana, estaba especialmente emocionada y no paraba de hablar sobre cómo iba a invitarme
Me sentí halagado, pero también un poco nervioso. No era muy común que me invitaran a fiestas, y no quería arruinar la diversión de mis compañeras si no me divertía tanto como ellas. Sin embargo, no quería rechazar la invitación y parecer un aguafiestas, así que decidí ir a la fiesta y ver cómo resultaba
Yo estaba sentado en mi escritorio, intentando concentrarme en mi trabajo mientras esperaba a que terminara la clase. De repente, oí una voz a mi lado. Era Mariana, una de mis compañeras de clase.
-Oye, ¿qué planes tienes para este fin de semana? -, preguntó.
-No tengo nada especialmente planeado-, le dije. - ¿Por qué? -
-Bueno, hay una fiesta en casa de un amigo mío este sábado no va a haber mucha gente y me gustaría mucho que vinieras-, dijo con una sonrisa nerviosa.
No sorprendió la invitación. Por qué no hacia más de unos minutos que la había escuchado planeándolo, no quería rechazarla y hacerla sentir mal, así que le dije que sí.
De repente, oímos una voz detrás de nosotros. Era nuestra maestra, que parecía estar escuchando atentamente nuestra conversación.
- ¿Qué tal si voy con ustedes a la fiesta? -, preguntó con una sonrisa. -Podríamos divertirnos juntos-
Mariana y yo nos quedamos atónitos al oír su propuesta. Nunca habíamos pensado en llevar a un adulto a una fiesta, y no sabíamos si era una buena idea. Sin embargo, nuestra maestra parecía tan entusiasmada con la idea, que no quisimos decepcionarla.
-Bueno, supongo que podría ser divertido-, dijo mi compañera. - ¿Qué dices, Adrián? -
-Está bien-, dije finalmente. -Podemos llevarla-.
-En serio? - dijo emocionada la maestra -lo dije de broma, pero creo que los acompañaré- Nuestra maestra pareció emocionada, y empezó a hablar sobre todo lo que podríamos hacer juntos en la fiesta. Yo no estaba seguro de cómo resultaría llevar a un adulto a una fiesta, pero al menos sería algo diferente
Finalmente terminó la clase, me despedí de Mariana y de la maestra para después dirigirme hacia mi casa, al salir vi a mi mejor amigo acercándose hacia mí. Nos saludamos y empezamos a caminar juntos hacia nuestras casas.
- ¿Qué planes tienes para este fin de semana? -, le pregunté.
-Bueno, fui invitado a una fiesta en casa de un amigo-, dijo. - ¿Quieres venir conmigo? -
-También fui invitado a una fiesta-, dije sonriendo. - ¡Qué casualidad! ¿Quieres ir juntos? -
-Claro- me dijo -Me encantaría ir contigo-
Empezamos a hablar sobre lo que íbamos a hacer en la fiesta y nos pusimos muy emocionados. Ambos adorábamos las fiestas, y estábamos seguros de que esta sería increíble
Continuamos charlando sobre nuestros planes para el fin de semana. Estábamos tan distraídos en nuestra conversación, que no nos dimos cuenta de que algo estaba mal hasta que llegamos a mi casa.
Cuando vi a mi madre y la señora Nancy en el centro del jardín, gritándose la una a la otra. Me quedé atónito al verlas así, sin saber qué hacer.
Mi amigo y yo nos acercamos lentamente, tratando de entender qué estaba pasando. Finalmente, logramos calmar a las dos y averiguar que había sucedido.
-Mamá, sé que estás enfadada, pero ¿no crees que esto es un poco exagerado? -, le dije a mi madre. - ¿No podemos resolverlo de una manera más madura? -.
Mi madre suspiró y asintió. -Tienes razón, hijo-, dijo. -Lo siento mucho. No sé qué me pasó-
La madre de mi amigo también se disculpó, y finalmente logramos calmar a las dos. Fue una tarde Tensa, cada quien se dirigió a su casa, mi madre y yo nos dirigimos a la cocina, el ambiente seguía tenso, mi madre en pocas ocasiones me miraba y cuando lo hacía podía ver que aun quedaba enojo en ella, decidí no tentar a la suerte y simplemente me limité a comer 
Al terminar me fui al sofá de la sala, estaba viendo la televisión cuando mi madre entró en la habitación. Parecía un poco tensa, y supe inmediatamente que quería hablar conmigo sobre algo.
-Hijo, sé que he estado un poco dura contigo últimamente-, dijo mientras se sentaba a mi lado. -Y quiero que sepas que lo siento mucho. No tienes por qué hacer nada que no quieras solo porque yo lo diga-.
Me sorprendió su disculpa. Mi madre siempre había sido bastante estricta, y no estaba acostumbrado a que se disculpara por sus acciones.
-Gracias, mamá-, le dije
-Bueno, es sobre tu relación con la vecina-, dijo, un poco avergonzada. -Sé que no he sido muy comprensiva al respecto, y siento que me enojé contigo la última vez que la vi. Pero quiero que sepas que te apoyo, y que solo quiero que seas feliz-
Me emocioné al oír eso. Mi madre y yo no habíamos hablado mucho sobre mi relación con mi vecina, y siempre había tenido miedo de que no la aprobara. Pero al oír sus palabras, supe que realmente me quería y que solo quería lo mejor para mí.
-Gracias, mamá-, le dije, dándole un abrazo. -Significa mucho para mí que me apoyes-
Desde ese día en adelante, mi relación con mi madre mejoró mucho. Nos hicimos más cercanos y empezamos a tener conversaciones más abiertas y honestas. Fue un cambio maravilloso, y me alegré de haber hablado con ella y de haber recibido su disculpa.
Ya con los ánimos relajados comencé a contarle sobre mi próximo fin de semana y cómo planeaba ir a una fiesta con mi mejor amigo, mi maestra de la universidad y una de mis compañeras de clase.
Mi madre parecía un poco preocupada al principio, pero luego asintió con la cabeza y me dijo que tenía que vivir mi vida y hacer nuevas experiencias. Le agradecí su comprensión y le prometí que sería responsable y me comportaría bien
Me Levanté de la sala para dirigirme a darme una ducha, al entrar al baño no pude evitar dar una mirada a la ventana de la Señora Nancy con la esperanza de ver su espectacular cuerpo una vez más y así fue
Me quedé paralizado en la ventana, mirando la escena que se desarrollaba frente a mí. Podía ver a la señora Nancy de pie a la ventana metiéndose los dedos y moviéndolos dentro y fuera de sus bragas, presumiblemente acariciando su clítoris. Parecía un poco torpe de alguna manera
Continué mirando por un tiempo y, un poco para mi consternación, me encontré bastante excitado, la Señora Nancy comenzó a mirar alrededor de su escritorio. Finalmente abrió el cajón a su lado y sacó un bolígrafo. Con cautela se lo deslizó por las bragas y lo movió de forma experimental, antes de sacarlo de nuevo y arrojarlo sobre el escritorio. Volvió al cajón y sacó algo más. Tenía la forma de un envase de lápiz labial, pero aproximadamente el doble de grande y de color blanco. ¿Era un vibrador? No, parecía demasiado anguloso y tenía escrito en el lateral. Tal vez fue algún tipo de barra de pegamento o algo así. Fuera lo que fuera, lo deslizó dentro de su ropa interior y comenzó a usarlo en ella misma. Su mano estaba enterrada más en sus bragas esta vez mientras probaba su nueva técnica. Después de un tiempo me di cuenta de que en realidad debía estar masturbándose con una barra de pegamento. No había duda al respecto, sus movimientos ya no eran hacia arriba y hacia abajo como si acariciara su clítoris, sino hacia adelante y hacia atrás como si estuviera... ¡bueno, empujando algo dentro y fuera de su coño! Esperaba que estuviera sujetando firmemente su juguete sexual improvisado, porque los objetos extraños atascados en la vagina hacen vergonzosas las visitas a la sala de emergencias.
Sus movimientos se hicieron más rápidos y comencé a preguntarme si se correría allí mismo, pero finalmente se detuvo y sacó la barra de pegamento. Parecía frustrada y empezó a mirar alrededor de su escritorio de nuevo. Claramente, al no encontrar nada que mejorara su propia gratificación, se puso de pie y comenzó a caminar hacia la ventana para encontrarme a mi mirándola fijamente
No estaba preparado para lo que vi. La cama de Señora jaló una silla junto a la ventana para brindarme un especulo que nunca olvidar. Me sentí sumamente excitado de ver que sus ojos estaban mirándome fijamente, pero luego vi algo que me hizo olvidarme de sus ojos de todos modos. La Señora Nancy se había quitado los vaqueros y las bragas y estaba acostada en la cama completamente desnuda de cintura para abajo. Sus piernas estaban abiertas y estaba empujando algo dentro y fuera de su coño. Después de cuatro o cinco golpes me di cuenta de que era el mango de un cepillo para el cabello. ¡Vaya, esta mujer era lasciva! Me tomé unos segundos para captar todos los detalles de su coño.



Enseñanzas De La Universidad III




Saqué y Froté mi pene con fuerza mientras ella se quitaba lentamente el brasier Esto fue lento y sutil, aprecié la variación. Esperaba que esta masturbación frente a la ventana se convirtiera en algo habitual. Después de otro medio minuto explorando completamente sus senos, finalmente los soltó. Pasó su mano derecha por su cuerpo, más allá de su estómago y dentro de su entrepierna. Luego frotó su vagina, aplicando lentamente con una mano más presión a su clítoris mientras que con la otra insertaba violéntame el mango del cepillo a su coño, claramente estaba teniendo el efecto deseado. Sus pezones estaban completamente erectos y tan duros como balas y su boca colgaba abierta. Empezó a mover las caderas lentamente al compás de los dedos, lo que provocó que sus tetas se balancearan suavemente hacia arriba y hacia abajo y de lado a lado. Justo cuando comenzaba a preguntarme quién de nosotros vendría primero, deslizó su mano derecha por la parte delantera de su coño. Lo que sea que hicieran sus dedos allí pareció tener el efecto deseado, ya que treinta segundos después ella se convulsionó en el orgasmo. Sus caderas se sacudieron hacia adelante casi causando que se cayera de la silla. Al mismo tiempo, su espalda se arqueó y su cabeza se inclinó hacia atrás mientras cabalgaba sobre las olas de placer que debían haberla atravesado. Justo en ese momento sentí llegar mi propio orgasmo. Cuando golpeó miré la expresión de placer orgásmico de la Señora Nancy, deseando estar disparando chorros de semen lechoso en su cara en lugar de inofensivamente en el pañuelo que sostenía sobre la punta de mi polla
Me dirigí a mi habitación a relajarme un poco De repente, escuché a mi madre llamar mi nombre desde el pasillo. Me levanté y fui a ver qué quería.
- ¿Sí, mamá? -, le pregunté mientras asomaba la cabeza por la puerta.
-Tengo una cita esta noche, así que voy a salir-, me dijo con una sonrisa.
- ¿Una cita? ¿Con quién? -, le pregunté, sorprendido. Mi madre solía salir poco y nunca me había dicho nada sobre tener citas.
-Oh, es solo con un amigo. No te preocupes, estaré de vuelta antes de que te des cuenta-, dijo, riéndose.
-Bueno, supongo que no hay problema. ¿Necesitas algo antes de que te vayas? -, le pregunté, tratando de mostrarme amable.
-Si necesito tu ayuda, ¿Cómo me veo? - me preguntó con una gran sonrisa en su rostro mientras modelaba su atuendo para mí.



relato




Quería bromear con ella y decirle que parecía que iba a volver al trabajo porque vestía lo que parecía ser su atuendo normal de negocios, una chaqueta profesional de dos botones, una falda del mismo color y pantimedias oscuras. La única diferencia era que llevaba un poco más de maquillaje y joyas. Se veía elegante como siempre.
- ¡Genial! - Le dije. -Ningún hombre podría resistirte esta noche-.
Ella sonrió y me dio un abrazo; le encantaba ese tipo de cumplidos. Se sentó junto a la ventana por un momento y cuando su cita se detuvo en el camino de entrada, inmediatamente le abrió la puerta antes de que él pudiera tocar el timbre, lo cual fue la primera vez para ella.
Su cita también estaba vestido profesionalmente y parecía un tipo con clase. Finalmente, alguien que sería una gran pareja para mi mamá. Parecía muy agradable cuando mamá nos presentó. Se mostró como un completo caballero y resultó que se conocieron hace unos meses en el trabajo, y solo en las últimas semanas habían comenzado a almorzar y pasar más tiempo juntos de manera regular.
-No te olvides, la cena está en la heladera, y cuando regrese voy a revisar para asegurarme de que hayas terminado todas tus verduras-, dijo en su tono maternal. -Ah, y, por cierto, no te preocupes por mí, puede que lleguemos un poco tarde esta noche, pero por favor deja la luz exterior encendida para que no me tropiece con nada, ya sabes lo torpe que soy-
-Estaba planeando dormir temprano esta noche de todos modos, tengo clase mañana por la mañana. ¡Disfruten de su cita ustedes dos! - Dije mientras les decía que se fueran.
Yo estaba muy feliz por los dos, y estaba especialmente feliz de ver a mi mamá tan feliz como ella. Sería bueno saber que mi madre está con alguien nuevo y eventualmente se volvería a casar.
No mucho después de la cena, planeé dar por terminada la noche y acostarme temprano. Pero fue solo una de esas noches en las que estás sentado en el sofá viendo la televisión y una cosa aparece tras otra y, antes de que te des cuenta, tus ojos están pegados y no quieres levantarte.
Era casi medianoche cuando escuché a mi mamá y su cita detenerse en el camino de entrada. Pensé que era sorprendente considerando que normalmente llega a casa después de una cita alrededor de las 10. Apagué la televisión y me estaba preparando para abrir la puerta y apagar las luces para que ambos pudiéramos irnos a dormir. Pero, por extraño que parezca, nunca escuché que se abriera la puerta del automóvil, ni siquiera un minuto después de que llegaran. Supuse que todavía estaban hablando después de una agradable noche romántica y decidí mirarlos a través de la ventana delantera
Miré a través de las persianas y me quedé atónito por lo que estaba presenciando, o lo que creí ver. La cita de mi mamá estaba recostado en su silla con los ojos cerrados, pero ella no estaba en su asiento. Parecía que sus manos frotaban algo frente a él, pero no podía ver qué. ¿Era esto realmente lo que pensaba que era? Tenía que ver mejor e inmediatamente subí corriendo un tramo de escaleras para verlos desde la ventana del dormitorio de mi madre, que tenía una vista directa del camino de entrada
Mi sospecha era correcta; mi madre tenía la cabeza enterrada en su regazo y le practicaba sexo oral. Desde mi ángulo, tenía una visión clara de lo que estaba pasando y gracias también a la luz de la puerta principal. Podía ver su cabeza balanceándose en su entrepierna mientras él evitaba que su cabello cayera sobre su rostro.
Cuando tiró de su cabello hacia atrás por segunda vez, la vi con más claridad. Sus mejillas parecían ahuecadas por lo fuerte que estaba chupando. Y esos mismos labios que usa para darme un beso de buenas noches habían formado una apretada forma de “O” alrededor del pene erecto de este tipo.
No podía creer lo que estaba viendo. Toda mi vida había visto a mi madre como alguien severo y correcto en todos los sentidos. Ella siempre me regañaba cada vez que me escuchaba decir la más mínima palabrota o hacer algo que ella consideraba inmoral. Ella siempre se presentaba de la manera más elegante y profesional, y aquí estaba, chupándole la polla a un chico frente a nuestra casa.
A pesar de que ella era mi madre, me encontré increíblemente excitado. Sólo el tabú de lo que estaba viendo me asombró. Ver a una mujer madura con atuendo profesional en medio de una mamada fue increíble. Pero que esa mujer fuera mi madre hizo que todo fuera 10 veces más sucio. Ver a la mujer que me dio a luz y me crio usando su boca como objeto sexual de alguien era algo tan desagradable que ni siquiera podía comenzar a comprenderlo. Mi pene de repente se puso más duro de lo que había estado durante mucho tiempo.
No pude controlarme más, saqué mi pene y comencé a masturbarme con mi propia madre chupando la polla, viendo su cabeza moverse hacia arriba y hacia abajo, viendo su cara con una polla dentro
Estaba acariciando mi dura polla viendo esto continuar durante unos minutos más antes de ver su cuerpo tenso y su cabeza inclinada hacia atrás. Era bastante obvio que estaba a punto de correrse. Esperaba que mi mamá dejara de mamar y tal vez lo masturbara o algo así, pero no lo hizo. Ella siguió meneándose incluso cuando su cuerpo se arqueó, lo que obviamente significaba que tragó su semen. Todo lo que acababa de ver fue más que suficiente para hacerme disparar una gran carga de mi propio semen en un pañuelo que agarré cerca de su cama. El orgasmo que tuve fue tan intenso que sentí como si acabara de echar un polvo.
Vi su pene flácido por primera vez cuando mi madre apartó la boca de él y se sentó con la espalda recta en su silla, y él todavía estaba recostado en éxtasis después de lo que acababa de recibir de ella. Mi madre le estaba diciendo algo con una sonrisa en el rostro y él se rió. Siendo la mujer elegante que es, sacó un pequeño paquete de pañuelos de papel de su bolso y lo usó para limpiar el exceso de líquidos de las comisuras de su boca como si acabara de comer. También sacó algunas piezas extra de tejido y se inclinó para limpiarle el pene también. Que amable de su parte.
A pesar de tener un orgasmo masivo propio, mi mente todavía estaba en un frenesí sexual. Cuando salió del auto, no podía simplemente ir a mi habitación y pretender estar durmiendo. Todavía sentía la necesidad de ver más, de hacer más para llenar mis hormonas recientemente enfurecidas. Cuando la escuché abrir la puerta, corrí hacia abajo para saludarla y poder ver las consecuencias de su encuentro sexual.
"¡Hola mamá!" Dije, todavía respirando pesadamente por correr.
Me miró como si no esperara verme, -Oh, hola cariño. No esperaba que te levantaras tan tarde, pensé que ya estarías en la cama-
-No pude dormir, solo quería ver cómo estabas y ver si la pasaste bien y regresaste a casa a salvo- dije con una sonrisa desviada.
-Bueno, eso fue muy amable de tu parte, no tenías que hacerlo. Y, por cierto, la pasé muy bien. ¿Podemos hablar de esto mañana? Ambos deberíamos dormir un poco a esta hora del día-
Cuando pasó junto a mí, me dio un pequeño pellizco en la mejilla junto con un guiño, lo que hace de vez en cuando. Pero esta vez era diferente. Su cabello se veía como si hubiera sido tirado por todos lados, se veía descuidado. Su lápiz labial rojo estaba manchado alrededor de las partes internas de sus labios, dejando solo una línea roja en las partes externas. Y tenía un ligero olor a esperma. Parecía que estaba escondiendo lo que tenía en la otra mano apretándola con fuerza y manteniéndola alejada de mí mientras se alejaba, y por una buena razón también, estaba llena del semen del otro chico, con el que decidí provocarla.
-¿Qué es eso que tienes en la mano?- Pregunté fingiendo que no lo sabía ya.
Parecía realmente sorprendida de que le hubiera preguntado, lo que hizo que sus ojos se abrieran un poco.
-¿Oh esto?- dijo mientras los agitaba en el aire, -No es nada, tuve alergias en el camino de regreso a casa. Debe haber sido el polen, salimos a dar un largo paseo después de la cena-
Con eso, ambos regresamos a nuestras habitaciones para dormir. Pero no podía dormir, me estaba masturbando de nuevo pensando en lo que había visto esta noche. Mi madre le estaba haciendo una mamada a alguien en nuestra entrada. No podía dejar de pensar en la vista de su elegante rostro siendo llenado por una polla, y su chupando y meneándose sobre ella.
Seguí repitiendo la última conversación que tuvimos, junto con esa mirada en su rostro. Parecía una mujer tan traviesa, pero con clase, con ese cabello desordenado y el lápiz labial corrido. Con ese atuendo parecía una prostituta de alto nivel. Me encantó lo correcto que estaba limpiando ese semen de su cara y de su pene. Incluso con el sexo era tan correcta.
Me seguí acariciando, pensando en todas esas cosas durante unos 20 minutos. Lo que me envió al límite con otro orgasmo de la noche fue pensar en lo que estaba haciendo. Podía imaginármela acostada debajo de sus sábanas tocándose los dedos para dormir pensando en cómo hacía esas cosas en el auto de esa manera, tan descaradamente frente a nuestra casa. La imaginé comiendo el semen de ese pañuelo antes de tirarlo por el inodoro para poder saborearlo una vez más.
Me vine de nuevo Había 'recuperado' mis sentidos y mi mente volvió a la normalidad de todos esos pensamientos e imágenes sexuales desviados sobre mi propia madre. El sentimiento de culpa se apoderó de mí mientras me acostaba en la cama reflexionando sobre lo que había hecho y los pensamientos que solía tener para correrme de nuevo. Pero al mismo tiempo, sabía que esto no sería el final. La sensación era demasiado asombrosa para detenerla.








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