Mi hija Lourdes. Decimosexta Parte.

Hola, como les prometí aquí está la continuación de la historia que aún mantiene enganchados a varios de ustedes sobre mi hermosa hija Lourdes. Para quienes aún no lo estén, como siempre dejo los enlaces de los relatos anteriores para que puedan ponerse al día y entender mejor nuestra morbosa historia

http://www.poringa.net/posts/relatos/2723179/Mi-hija-Lourdes-Primera-Parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2723417/Mi-hija-Lourdes-Segunda-Parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2723690/Mi-hija-Lourdes-Tercera-Parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2724346/Mi-hija-Lourdes-Cuarta-Parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2725152/Mi-hija-Lourdes-Quinta-Parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2727063/Mi-hija-Lourdes-Sexta-Parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2728754/Mi-hija-Lourdes-Septima-Parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2732594/Mi-hija-Lourdes-Octava-Parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2736011/Mi-hija-Lourdes-Novena-Parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2741906/Mi-hija-Lourdes-Decima-Parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2750247/Mi-hija-Lourdes-Onceaba-parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2753768/Mi-hija-Lourdes-Doceava-Parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2757408/Mi-hija-Lourdes-Treceava-Parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2789866/Mi-hija-Lourdes-Decimocuarta-Parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2953404/Mi-hija-Lourdes-Decimoquinta-Parte.html

Ahora sí, continuamos:

Estaba revolviendo mi café como todas las mañanas, un poco dormido todavía, cuando escuché la llave en la puerta. Mis hijos habían regresado, tras unos abrazos se sentaron a desayunar conmigo. Estábamos en medio de una charla de hombres cotidiana de esas que solíamos tener antes de la llegada de su hermana, cuando unos pasos interrumpieron esa tranquilidad.
Del pasillo aparecieron vestidas solo con sus sugerentes babydoll Lourdes y Barbie. Las dos estaban hechas unas diosas, un poco despeinadas lo que les daba un look salvaje y con esas diminutas prendas de seda que cubrían la mitad de sus redondos culitos y marcaban sus deliciosos pezones. Solo de verlas entrar y saludar ya se me empezó a poner dura.

- Qué pasa papi? Estas bien? - me preguntó con cara de gatita Lourdes
- Si corazón - le respondí tratando de disimular por la presencia de mis hijos
- Seguro? Parece que los tres estan muy calientes - dijo Barbie mientras acariciaba suavemente la pija de Diego. Lou despeinaba a Enzo y se la tocaba al igual que su amiga. Los dos se mordían los labios y disfrutaban de las caricias.

Lourdes se saboreo los labios y después le empezó a dar un beso muy caliente a Enzo sin dejar de tocar su verga. Barbara no quiso quedarse atrás y montándose en la falda de Diego lo empezó a besar con la misma intensidad. Las dos perras me miraban de reojo
Me paré y me puse entre las dos parejas y empecé a acariciar esos culos firmes y jóvenes. Las chicas sin dejar de besar a mis hijos me devolvieron unos gemiditos muy eróticos. Lou se dio vuelta y me empezó a besar mientras se meneaba sobre el pantalón de su hermano

- Bueno chicos estamos con ganas de tomar la leche - dijo Barbie mientras se deslizaba sobre Diego hasta quedar de rodillas en el piso. Lourdes la siguió y las dos quedaron a la altura de nuestros bultos.
Los tres estábamos cegados por la calentura así que nos bajamos los pantalones sin pensar. Lou tomo con cada mano una pija de sus hermanos y comenzó a lamerlas alternadamente
Y yo tome a Barbie de la nuca y le hice tragar la mia. Miraba como mi hija iba tragando de a poco las dos pijas y el placer de los chicos.

Miraba a Barbie y veía esos ojos claros mirándome fijamente con toda mi pija entrando y saliendo de sus carnosos labios. Succionaba como toda una puta cada vez mas rico. Lourdes ya estaba en tetas y las manos de sus hermanos amasaban esos imponentes pechos sin parar

Estaba por llenar la boca de Berbie de leche, cuando las dos se detuvieron sincronizadas y se empezaron a besar, luego gateando cada una en sentido contrario cambiaron posiciones.
- Tu leche la quiero yo papito - me dijo Lourdes con tanta voz de puta que casi acabo solo. Barbie estaba entre los chicos que calientes como los dejó su hermana comenzaban una doble penetración a la rubia. Entonces sus dulces labios empezaron a besar la punta de mi pija e inmediatamente senti su insaciable lengua lamiendo cada angulo de la inflamada cabeza de mi verga. Era hermoso ver a esa perra con cara tan tierna y actitud tan trola.

- Que puta que sos mi amor - le dije y empujé su cabeza para que se trague todo el trozo de papá. Como siempre obediente tragó hasta la garganta y suavemente cabeceaba para mantenerme al borde del orgasmo. Sentía esa boca experta y escuchaba los gemidos de Barbara que ya eran como gritos. Fue mucho para mi
- Tragatela toda beba! - le dije a Lourdes y empece a acabar a lo bestia en esa hermosa boca.
Cerré los ojos por el éxtasis del orgasmo y cuando los abri no era Lourdes quien estaba de rodillas
- Como extrañaba esta pija - me decía Daniela, la madre de mi hija, confundiendo mi mente
Unas risas a lo lejos me confundieron a un más. Entonces todo tomó sentido. Me desperté sólo en mi cama con la pija mojada y dura

Miré la hora y ya era cerca del mediodía. Las risas de mi sueño eran aparentemente de mis hijos, que lejos de encontrarme despierto para recibirlos como en el sueño. Me encontraron dormido por la excitante noche de voyeurismo que había tenido en la madrugada, viendo el show erótico que me brindaron las ardientes pendejas. Seguramente la visita a la casa de Daniela con la que Lourdes me castigo se mezcló con esa misma excitación en el sueño. En especial por el provocativo comportamiento que había tenido mi ex.

Me levanté rápido. Inconscientemente deseaba una miniorgía como la de mi sueño. Como para no. Pero para volver a la realidad, me encontré un escenario muy diferente. Aparte de mis hijos. Estaba Javier. Que seguramente estaba del mejor humor posible después de haber cogido con esas dos delicias de mujeres hacía pocas horas. Como siempre, mi hermano hacía de payaso. Estaba haciendo una especie de imitación y todos se reían. Lourdes estaba en una banqueta de la cocina. Mirando desde lejos. Barbie en el sillón junto a Diego y Enzo en un puf aplaudiendo a su tío.

Las chicas para mi desilusión estaban totalmente vestidas pero para mi felicidad estaban perras como siempre. Barbie con un mini short a rallas y una musculosa clara y mi hija con una calza roja que marcaba cada detalle de la cintura para abajo, en especial entre sus piernas. Arriba tenía una remera blanca que dejaba su hermosa panza a la vista para dar esa excitante sensación de desnudez.

Todos estaban concentrados en la delirante imitación que hacía Javier y yo me quedé mirando un poco también. Parecía hacer una especie de torpe vigilante, tipo policía de película. No me di cuenta cuál era el personaje hasta que Diego dijo
- Uh te enganchó justo! Ahí está - y largó una carcajada que contagió a todos. El boludo de mi hermano me estaba haciendo burla a mi. Al parecer así es como me pintaba con mis hijos. Como un aguafiestas y aburrido. Me molestó mucho, pero si reaccionaba como quería iba a arruinar el momento. Tragué saliva y respiré profundo.

- Muy divertido todo pero no van a saludar a su padre ustedes - traté de cambiar de tema. Mis cariñosos hijos se limitaron a mover la mano de un lado a otro para saludarme. Tal vez lo más fantasioso del sueño no había sido el sexo desenfrenado sino que alguno de estos dos tuviera un gesto de amabilidad con su padre. Como contraste de mis desamorados hijos varones. Lou me tomo de la mano y me llevó a la cocina.
- Mirá papi, estoy haciendo una receta que vi en Internet - me dijo con ese tono dulce y cálido que me recuerda que dentro de ese tremendo lomo está mi encantadora hija.
- Gracias mi amor. Que linda sorpresa - le dije. Era curioso como por momentos volvía a ser tan suave y tierna como el primer tiempo que compartimos juntos. Por momentos olvidaba lo cariñosa que podía ser fuera de esa actitud felina que mantenía casi todo el tiempo.

Ese breve lapso de ternura duró apenas eso porque detrás de mi entró Barbie.
- Te gustó lo de anoche - me dijo casi susurrando. Con esas pocas palabras derritió el momento de padre e hija. La cara de Lourdes se transformó, con una media sonrisa picara y provocativa.
- Me gustó más la primera parte - le dije tratando de no mirar a la cara a ninguna de las dos.
- Para mi que te gustó todo - me volvió a susurrar cerca de la oreja la excitante rubia
Pasó junto a mi, abrazó a mi hija de la cintura y le dio un beso en el hombro abriendo levemente esos labios sobre la blanca y delicada piel de Lourdes.
- Bueno llevo algo para tomar - dijo elevando un poco la voz. Tomó una botella de cerveza de la heladera y salió de la cocina moviendo el culo y guiñándome un ojo.

Lourdes solo atino a sonreír y quedarse callada.
- Bueno, vamos para allá con los chicos, a esto le falta un rato todavía - dijo, como si nada hubiera pasado. Quisiera poder hacer como ella hace que entra y sale de rol sin escalas, de la tierna hija a la seductora mina. Sólo podía seguir la corriente en sus juegos. No me quedaba otra.
Seguimos así entre charlas y algún trago. Una cosa era indiscutible. Mientras estaban las chicas, mi casa siempre tenía un tono festivo.

Pero dentro de ese ambiente ameno se mechaban miradas cómplices que cruzaban el cuarto en todas direcciones. Todos tenían algo que esconder al resto. Las chicas se habían encargado no solo de probar cada pija en esta casa sino que sabían exactamente como hacer para dejar a todos con ganas y bajo ese limite de la discreción para evitar el escándalo, ellas podían seguir jugando con nosotros.

Yo que sabía casi todo lo que pasaba en la casa, me daba cuerda a la cabeza pensando en todo lo que pasaría a mis espaldas y hasta donde podía guardar mis propios secretos sucios.
Mi consciencia me torturaba por lo que hacía por más que trataba de convencerme de que todos somos adultos y nadie actuaba obligado, No dejaba de ser mi propia sangre y eso me ponía un freno que Lourdes sabía exactamente como desactivar.

Luego de una comida de dioses que hizo mi hija estaba relajado en mi sillón viendo un programa deportivo mientras mi hija charlaba con su amiga en la mesa de la compu.
- A que hora es lo de Luciano? - preguntó Barbie. Lo que me hizo parar la oreja y seguir su charla, sin importar que en la tele estuvieran hablando de mi equipo
- A la tarde noche, nos va a esperar en la puerta - le respondía Lou mientras seguía escribiendo en la computadora. No dio más detalles pero escuchar el nombre de ese tipo al que mi hija llamó padre me sublevaba y quería saber de qué se trataba.
Tratando de sonar casual me di vuelta fingiendo estar relajado
- Tienen planes para la noche chicas? - Les pregunté masticando bronca para adentro pero disimulando como un campeón.
- Si Pa. Vamos a volver tarde - Me respondió, sintética como un telegrama, mi hija.

La duda me carcomía la cabeza y saber que no planeaba regresar temprano no hacía más que aumentar mi curiosidad. No quería ser pesado y mucho menos que notara mi irritación así que no le pregunté más. Al parecer la indiscreción de Barbara al dar ese nombre no pasó desapercibida porque las dos cambiaron de tema y a los pocos minutos la rubia decidió marcharse. Nos saludó a cada uno con un beso en la mejilla y partió. Me ofrecí a llevarla pero se negó con una sonrisa
- No te preocupes Al. Javi me lleva. Está abajo. - No me hizo falta más información o tal vez no quise.
Guardé silencio antes de meter la pata.

Retomando la rutina, Enzo ya se había encerrado en su cuarto con esos videojuegos que lo hipnotizan y lo hacen tan amigable como Hannibal Lecter. Acercarse y hablarle cuando esta con eso es para quilombo. Diego, por su parte, ya había salido probablemente con alguna mina de las que tiene a mano o los mal vivientes de sus amigos.
Estaba virtualmente sólo con Lourdes. Era algo que me inquietaba un poco.
Como los animales que huelen el miedo, sentí la voz de Lou desde su cuarto
- Pa, podes venir? - un escalofrío recorrió mi cuerpo pero como un esclavo fui tras su llamado
- Qué pasa corazón? - le pregunté mientras entraba.
- Qué decís? Roja o negra? - me consultaba con una pollera de cuero negra en una mano y otra roja con un tajo al costado.
- Depende, es para salir o te contrataron de algún programa de cumbia para bailar? - le dije tratando de escapar de la encrucijada. Las dos eran terribles y de solo imaginar ese hermoso culo apenas cubierto y esas carnosas piernas saliendo de cualquiera de ellas me quemaba el cerebro.
Ella respondió con esa risa picara que hace cuando sabe que me esta volviendo loco

No me aguanté más y los celos me desbordaron
- Así vas a ir a ver a Luciano? - terminé diciendo a regañadientes
- Vamos a un espectáculo que nos invitó. No sé que quisiste decir pero Luciano va con Mamá - me dijo para calmarme un poco.
- Si queres vení, vos también - me sugirió descolocándome. Pero estaba tan molesto que acepté la invitación cosa que un poco la sorprendió por la cara que me hizo. De todas formas como es de orgullosa no se quiso retractar

No tenía idea a donde iríamos así que me puse algo casual. Una camisa sport y un jean. Cuando mi hija terminó de cambiarse estaba hecha un infierno. Había elegido la pollera roja. Como me imaginaba envolvía ese culito dejándolo bien marcado y el tajo que daba al costado de su pierna izquierda llegaba casi hasta el borde de su tanga, parecía que si levantaba mucho la pierna la pollera se iba a terminar de abrir. Por debajo de ella unas sandalias con unos tacos muy altos estilizaban a la perfección ese par de piernas gloriosas y por arriba una remera de seda con toda la espalda al desnudo y que caía marcando sus pechos y en especial la forma de sus sabrosos pezones sueltos.
Según ella, se usa así para que no se vea el corpiño en la espalda. La verdad es que si no fuera porque mis otros hijos aún estaban en la casa al verla así me la hubiera cogido de una y al diablo la salida.

No me dio muchos detalles del espectáculo que iríamos a ver. Fue tan general en la descripción que podía ser desde un concierto sinfónico hasta un show de strippers. Conociendo a mi hija imaginaba algo más parecido a lo segundo que a lo primero.

Al llegar empecé a ver algo de gente en la puerta. Había desde elegantes hasta los mas desalineados. Una vez en la puerta entendí todo. Era un teatro de esos que se caen a pedazos y son utilizados para presentaciones de baja monta. En la puerta vimos al tal Luciano. Al acercarnos nos saludó con ese exceso de simpatía que me caía tan mal. Para colmo de males Lourdes se fue a saludar y me dejó ahí.
- Qué lindo lugar, así que acá te presentas - le dije como para entrar en conversación
- Yo no mi amigo, la que se presenta es Daniela - me aclaró un poco el panorama
- Si claro, pero creí que vos también - le dije para no quedar tan desubicado. Después de eso la charla se hizo más espaciada y casi nula.

Estaba en eso cuando de un taxi se baja envuelta en un vestido negro extremadamente corto, la espectacular amiga de mi hija. Barbie estaba infartante. El vestido aparte de marcar su figura a la perfección, tenía un escote que cruzaba todo el largo de sus pechos y volvía a cerrarse en su cuello. Le daba un toque de sensualidad y a la vez elegancia. Las dos eran demasiado para esa pocilga de lugar a la que nos había arrastrado mi ex.

Entramos y la disposición de los asientos no me dejó para nada contento. Mientras nos acomodábamos alguien ocupó una butaca más por lo que solo quedó lugar para tres. Miramos al rededor y no quedaban muchos lugares más así que para no quedar lejos me senté en la fila trasera. Quede sentado al lado del pasillo justo detrás de Lourdes, al lado de ella estaba Luciano y por último Barbie. Las luces se apagaron y el espectáculo empezó. Era una de esas obras demasiado metafóricas como para seguirla, solo me interesaba ver cuando apareciera Daniela para juzgar su actuación. Recién en la segunda escena apareció. Interpretaba una especie de hechicera, lo que no me sorprendió para nada. No tenía que actuar mucho para verse como una bruja.

Sin querer me enganché un poco con la escena como todos y cuando pasó a la siguiente ya estaba un poco más en tema como para poder entender la historia.Iba más o menos por la mitad cuando Lou se levantó de su asiento pálida y con ayuda de Luciano.
- Qué pasa? - pregunté muy bajo cuando pasaron por mi lado
- Quedate tranquilo, le bajó la presión, parece. Quiere tomar aire - me intentó calmar Luciano. Barbie se dio vuelta para preguntar y una vieja de anteojos la chistó y la hizo callar. Supongo que eso hizo que me quede sentado mirando el espectáculo para evitar alboroto. Pero no pude aguantar mucho, sabiendo que mi hija estaba sola con ese tipo y apenas unos minutos después me paré y salí a ver.

Cuando salí me sentí muy mal pensado. Lourdes estaba apenas recuperando color sentada en un banco al lado de la puerta trasera, mientras el tipo estaba parado junto a ella y le hablaba como para tantear su estado. Me di cuenta que mis celos por él eran porque realmente lo veía como mejor padre
Avergonzado por la comparación no me acerqué. Lourdes de pronto levantó la mirada y me vio observándolos a la distancia. Entonces esa sonrisa pícara se le dibujó en la cara y yo sabía que sólo podía ser un mal presagio.

No sé cómo pero de golpe pareció empezar a recuperarse por completo. Como si la excitación la levantara. Le pidió a Luciano si se podía sentar con ella y él aceptó. No estoy seguro si de buena fe o esperando algo más. Entonces mi hermosa gatita empezó a desplegar su magia. Se apoyó sobre cuerpo del muy afortunado, abrazándolo. Los pechos de mi hija se pegaron a ese tipo y con su carita apoyada en su pecho empezó a hablarle con una voz mimosa y juguetona.

- Gracias por cuidarme, por qué sos tan bueno conmigo - le decía mientras jugaba con un botón de su camisa como una gata con un ovillo de lana
- No me agradezcas che, es lo mínimo que podía hacer ¿ya estas mejor?- preguntó apurado
Notaba esa mezcla de incomodidad y a la vez calentura en la cara de Luciano. Yo mismo conocía esa sensación a la perfección. Lo que también sabía es que para los hombres como nosotros una chica como Lourdes es irresistible. La única persona que había cerca era yo

- Todavía tenes acá ese caramelo que me ofreciste? - le preguntó mirándolo con cara de inocente. Pero esa inocencia se diluyó cuando empezó a buscarlo ella misma en el bolsillo del pantalón
La mano de Lourdes no buscaba exactamente un caramelo. Podía ver como se movía acariciándolo. Apenas sintió hacia donde se dirigía trató de detenerla sin mucha firmeza
- Lou chiquita, que estas haciendo? - la detuvo apretándole el brazo
- No te gusta? - le dijo mientras parecía apretar su verga por el gesto de placer en la cara de Luciano.
- No es eso, pero sabes que no puedo - trató de usar sus últimas armas. Me sentía tan reflejado en ese pobre tipo que la pija se me puso firme como un garrote.
- Tal vez con más privacidad - le sugirió Lourdes y se lo llevó al baño que tenían al lado, sujetado de la mano. Cuando se paró pude notar la importante erección que había producido mi nena

Apenas cruzaron la puerta del baño me acerqué. No sabía si abrirla así que me quedé escuchando
- Sos hermosa nena - lo escuché a un excitado Luciano
- Si? besame papi - le decía ella para seguir jugando con ese morbo
En el medio se oían suspiros, empujones y sonidos de besos muy efusivos.
- Alguien puede vernos - reaccionó con un poco de sentido
- No te procupes, la puerta está trabada solo está esa ventana chica pero es muy alta y está en el basurero - le dijo entre besos Lou.

No perdí un segundo. Salí corriendo a la calle buscando esa ventana. Estaba metida en un callejón oscuro y era realmente alta. Pero estaba desesperado. Había un tacho metálico de esos que hacen con barriles y estaba casi vacío, así que lo di vuelta con mucho esfuerzo y cuando quedó invertido lo puse lo más cerca que pude de la ventana y me subí con la dificultad lógica de alguien de mi edad. Al llegar a la bendita ventana el paisaje era inaudito.

Lo primero que llegué a ver fue la cara de Luciano totalmente despeinado y con la boca manchada por el fuerte labial de mi hija. Estaba de espaldas al espejo agarrándose de la pileta como si se fuera a caer y tenía la boca abierta emitiendo gemidos de enorme placer. Su camisa estaba abierta y cuando me puse en puntas de pie y pude seguir bajando la vista me encontré con mi hermosa hija agachada de piernas abiertas chupando lentamente toda la pija de su supuesto papá postizo. Ese morbo de saber que para ella era como un padre me calentaba más siendo yo su verdadero padre. Los pantalones del gozoso padrastro estaban en el piso. La cabeza de mi hija se movía al ritmo justo y podía ver como sus labios devoraban por completo la verga que tenía en frente. Como la ventana estaba de costado, la imagen era completa. Lourdes la sacaba de su boca y la recorría con su lengua lentamente provocando gemidos profundos en el novio de su madre.

- Como la chupas mi amor - le decía entregado al placer de sentir esa boca tan caliente
- Te gusta pa? - le preguntaba ella para aumentar el morbo
- Si bebe tragala toda, así, así!- le pedía excitado y aún sorprendido
Lourdes ya no habló, la volvió a engullir en su boca y succionaba intensamente. Podía ver sus cachetes metidos para adentro por la fuerte mamada que le regalaba a este tipo
Los gemidos de gozo de Luciano ya eran constantes. Oculto por la impunidad de la oscuridad no pude contenerme y me empecé a pajear a toda velocidad. Tenía la pija dura y cargada en exceso.
Trataba de darle el mismo ritmo a mi paja que veía en la cabeza de Lou. Cerraba los ojos por momentos por el placer que me daba espiar a la puta de mi hija
Saber que todo eso lo había generado verme a mi me volvía loco.

- Mostrame las tetas hermosa - le rogó caliente como una pava. Lourdes estaba tapada hasta el cuello, lo que tenía desnuda era la espalda pero al no tener corpiño esos hermosos pechos estaban muy deseables para todos, en especial para él
Lourdes dejo de mamar por un instante y en un movimiento rápido levantó la remera hasta sacarla y esas tetas cayeron desnudas con los pezones rosados parados
Luciano no pudo contenerse al ver semejantes monumentos y se arrojó sobre ella. Mi hija quedo acostada en el piso mientras le chupaba las tetas con locura. Dios sabe desde cuando las estaría deseando sin saber lo puta que es en realidad. La voracidad con la que las chupaba y lamía babeandolas por completo era contagiosa. Yo ya estaba por acabar viendo esa pornográfica imagen de mi joven hija con un tipo de mi edad saboreando cada rincón de esas enormes tetas

Lou le acariciaba el pelo mientras sentía su boca sedienta en sus pechos y gemía como una puta.
En medio del placer miró y creo que me vio. Una sonrisa se dibujó en su rostro y comenzó a besarse con él mirando de reojo a la ventana. Podía ver sus lenguas por lo abiertas que tenían la boca cada uno. Lourdes le habló al oído y terminó la frase con una lamida por su oreja. Automaticamente Luciano se empezó a acomodar abriendo de lado a lado las piernas de mi nena y poniendo su pija sobre los labios desnudos de su conchita. De una dejó caer todo el peso de su cuerpo y su verga se internó en esa mojada y apretada vagina, ardiente como el mismo infierno. Ella gemía y miraba hacia mi. Movido por eso Luciano comenzó a cogerla como un animal. A pesar de la distancia podía escuchar el ruido de los cuerpos chocando muy tapados por los gemidos y jadeos.
- Si pa cogeme mas fuerte! - le pedía caliente mi insaciable nena
- Si que rica concha tenes pendeja! - le repondió encendido
- Decime Daniela - le dijo la muy morbosa
- No podes ser tan puta - le respondió aumentando la velocidad

A mi ese pedido me liquidó y comencé a acabar contra el rustico paredón. No podía creer que fuera tan puta de nombrar a su madre en ese momento
Parece que no era el único que se calentó de mas. Mientras me secaba con un pañuelo, volví a poner atención Lou estaba arrodillada en cuatro patas chupandosela de nuevo a Luciano pero esta vez buscando la leche. Como siempre no tardó nada en lograr su objetivo. Los gemidos y la mano que le puso en la nuca me dijeron que estaba acabando íntegramente en la boca de mi hija.
- Si linda tragatela toda! así hermosa! - le ordenaba como si hiciera falta

Ese fue el fin de mi momento de espía. Con esfuerzo me bajé del barril y entré lo más rápido posible. Me senté en una de las últimas filas donde sobraba lugar y terminé de ver el bizarro espectáculo de mi ex. Mientras ella jugaba a ser Norma Aleandro, su novio estaba cogiendo como un adolescente con su hija. Cuando todavía pensaba eso y tras un buen rato de estar esperando se abrió la puerta y volvieron a entrar, bastante arreglados. Al volver ella me vio apenas entró y se sentó junto a mi.
- Veo que ya te sentís mejor hija - le dije lo más bajo posible
- Mucho mejor- me respondió con esa sonrisa de trola que hace antes y después de coger.
Tenía ganas de agarrarla y cogerla ahí mismo cuando me hizo esa cara. Supongo que lo notó
Me agarró de la mano y apoyó su cabeza en mi hombro. Me manejaba como quería la muy turra. Nos quedamos el resto de la función así. Me sentí afortunado de tener una hija tan cariñosa y una mujer tan ardiente, todo en la misma persona.

Terminado el espectáculo los dos fingimos haberle prestado atención y aplaudimos a rabiar a Daniela. Esperamos a que saliera y la felicitamos. Le contamos sobre el bajón de presión de Lou omitiendo el paso que tuvo por el baño con Luciano y tras una breve charla emprendimos el regreso. Hicimos menos de una cuadra y me preguntó
- Como llegaste hasta ahí arriba papi? Sos tremendo - confirmando mi sospecha de que me vio
- Por vos hago cualquier cosa mi amor - le dije acariciando su mejilla
- Yo por vos también también papi - me aseguró. Y casi sin mirar desabrochó mi pantalón y metió su mano en mi boxer. Tenía una cara totalmente relajada como si no pasara nada pero lentamente estaba pajeando a su padre con esa calidad para tratar pijas que solo ella tiene
- Ay mi amor acá no - le dije mientras mi pija tomaba tamaño apretada en la palma de su mano.
- Yo confío en vos papi y no puedo esperar a llegar a casa - me dijo con una voz de puta que se entre cortaba. probablemente por los gritos y gemidos que pego en ese baño

Las manos de mi hija son expertas en dar placer. Apenas comenzó a tocarme me rendí ante esa lenta pero intensa paja que me regalaba. Su cara de perra al sentir como lograba excitarme era una delicia.
Aún estábamos lejos de casa y o buscaba en todas las cuadras un lugar para frenar cuando se agachó sobre mi falda y sentí su lengua en la punta de mi pija. Daba lamidas suaves y apenas la tocaba con sus labios. Pero el placer era tanto que cerré los ojos por un segundo.
En ese momento sentí una fuerte frenada y al abrir los ojos las luces sobre mi puerta fueron lo último que vi antes del impacto.

En ese instante no sabía si sería el último recuerdo que me llevaría a la tumba el de los labios de mi nena, Paradójicamente no sabía lo que iba a pasar como todas las noche desde que mi hija Lourdes piso mi casa

Como sé que en realidad no es a mi a quien extrañaron sino a ella. Les dejo un beso de Lou:


Esa boca es la culpable Mi hija Lourdes. Decimosexta Parte.

9 comentarios - Mi hija Lourdes. Decimosexta Parte.

bromito +1
Cómo siempre espléndido relato.. van puntos
alacranesnlaboca
Muchas Gracias!
putitaviciosa
Que bueno que volviste!! Extrañaba a las chicas y sus aventuras
alacranesnlaboca
Muchas gracias! Que bueno saberlo
Yosoy277 +1
Que hermosa perra quue es Lou, muy bueno y esperando por más
alacranesnlaboca
Muchas Gracias!
Yetmineitor
Muy buenos relatos!!! Menos mal que volviste!
canonII
hola y gracias como deseaba leer tus relatos y ver foto d Lourdes como de Barby sos un ídolo muy buenos los relatos espero que nos no a gas esperar tanto tiempo gracias y saludos