Perdí una apuesta (VIII) El bis

VIII

Baje medio dormida mire para el parque y llovía a cántaros, llame a Rafa y no contesto, en la cocina había una nota “arranca el mate. R”, me senté en la banqueta que tenía el almohadón, me dolía el culo, bah todo, pensaba en la verga que había comido mi culito.
Rafa apareció con un bolsa del super y facturas – no sabes lo que llueve – me dice se sienta en la otra banqueta y arranca con una rellena de dulce de leche – que haces con mi remera? Le doy un mate – me dio frió cuando baje y es lo primero que encontré – me devuelve el mate – a verrrrr – manda la mano por abajo para acariciarme las tetas, me encanta que juegue con mis tetas, así que un poco me enciendo – mmmmmm si, tenes los pezones paraditos - saca la mano y de una bolsa saca una crema – te duele la colita, hermosa? – y… si, me duele todo – se ríe y me dice - vamos al sillón a ver, esta crema es para el dolor de ojetes rotos – dice serio, me río. Boca abajo en el sillón – me dice – está irritado si, te pongo la crema, hoy repetimos – no! – le digo – me vas a romper toda – ni bola, siguió con la crema, me beso el orto y volvió al mate y las facturas.
Me escuchaste – le pregunto, – sí, pero no me importa, hasta fin de mes se coge cuando, como y donde yo diga – me sentó en la barra, levanto la remera me lleno de dulce las tetas y muy despacio y con suavidad las empezó a chupar – me encantan tus tetitas – tetitas tienen las nenas - le digo - yo tengo tetas – le digo agarrándolo del pelo y tirándolo para atrás – tetitas para mí, que soy un grandote rustico, en tu cuerpo son tetas, hermosas tetas – un grandote que me coge como un campeón, pensé, se suelta la mano del pelo y vuelve a chuparlas, cuando las limpia las acaricia, las pellizcó, las junto pasando los pulgares por los pezones que ya estaban duros, los muy delatores, la calentura iba en aumento - me vuelve loca ver cómo me las amasas!! – le digo entre jadeos, pasaba la punta de la lengua por la zanja que se hace en el medio, empecé a gemir, no lo pude evitar.
La franela se puso más caliente, yo también, me recorrió todo el cuerpo con las manos, cosa que dada mi tamaño fue muy rápida, él no tenía la pija dura la franela no venía por ese lado era todo piel y caricia caliente y lengua pero solo las tetas, me volvía loca el perfume que usaba, la concha ya me latía y chorreaba, el tipo seguía prendido como un ternero mamón, los gemidos y los jadeos se hicieron más profundos, giraba los pezones como si fueran perillas de volumen, trataba de comerse las tetas y mordisqueaba los pezones , la calentura ya era mucha y los gemidos se hicieron más intensos, me recorría con la punta de los dedos eso me puso a punto caramelo, la franela ya llevaba un buen rato cuando no pude contener más acabe con unos gemidos bajitos, contenidos, agarrándome de su espalda, clavándole las uñas agitada, mareada, le toque la verga sobre el short y nada, ni se había enterado, - que putita sensible!! Me encantas!.
El resto del día y la tarde la pasamos tranquilos, durmiendo, descansando después de la noche que habíamos tenido.
A la nochecita todo se puso caliente, los cuerpos ya habían descansado. Yo estaba recostada en el sillón, todavía con su remera, me calentaba porque olía a él y eso me ponía mimosa, se acercó a mí desnudo y al re palo, me empezó a transar mal, me saco la remera de un tirón, me chupo las tetas abrió mis piernas, separo los labios y las cachas y empezó a darme lengua del hoyo al clítoris, ida y vuelta, me clavaba la lengua en el hoyo llenándolo de saliva y dilatándolo, se ayudaba con los dedos, volvía a recorrer la raja con la lengua se detenía en el clítoris al que chupo y le dio pequeños mordiscones, suavecito, hasta que acabe en su boca! Así como estaba le comió la boca, me dio un chupon que casi me saca las muelas, mientras acomodaba mi cuerpo boca abajo.
Se llenó la verga de lubricante mientras me dilataba el culito, comencé a masturbarme, estaba en llamas quería que me cogiera YA!, le meneaba el orto para que apure el trámite. Levanto bien el culito, me empujo la espalda contra el sillón, así el culo quedaba más parado, separo un poco más mis piernas, paso la mano por la raja y mando dedos a la conchita martilló el clítoris, mi cuerpo empezó a temblar, se puso un poco tenso, le agarre la mano para pajearme, él me dejo hacer, volví a acabar – que putita caliente sos!!! – me dijo jadeante al oído – se puso en posición, apoyo la cabeza de la verga en la puerta del hoyo y empezó a empujar, a presionar, yo estaba tan caliente que el orto se abrió más rápido que la primera vez, tenía la cabeza adentro y el placer iba creciendo, bombeaba suavemente y en cada bombeo la hundía más y me pajeaba la concha que ya se había transformado en un canilla de jugos. Entro la mitad, la saco, dejo la cabeza y la volvió a hundir yo volví a acabar esta vez en su mano, me relaje. Él siguió bombeando suave, podía escuchar sus jadeos y pequeños gemidos, eso me prendía fuego, otra vez comencé a pajearme con su mano. Un rato después sentí sus bolas contra mis nalgas, otra vez tensé el cuerpo, temblé y acabé … ¡!!! ya había perdido la cuanta de cuantos. Bombeó cortito bien profundo antes de sacarla hasta dejar solo la cabeza adentro, de nuevo la hundió sin detenerse, hasta el fondo, la paja no me dejaba pensar en el dolor, me excitaba tener la verga adentro, sentirlo tan caliente a él, seguí acabando. Dejó de pajearme y se tiró sobre mi espalda me agarro de las tetas, las amasó y serrucho despacito, las bolas contra mis cachas me volvían loca, gemía, jadeaba, eso hizo que el serrucho aumentara un poco la fuerza. Gemía y jadeaba en mi oído. Se detuvo, sin sacarla se levantó y me agarro los brazos llevándome los codos hacía atrás, como colgada, bombeo suave pero intenso, su cuerpo comenzó a ponerse tenso, me arqueaba y gemía, las venas de la verga se hincharon, los gemidos se hicieron más fuertes, los chorros calientes llegaron, bombeo hasta que ya no le salía nada, la dejo y se apoyó en mi espalda, seguía bombeando, me pajeo, acabe yo también, me temblaba el cuerpo, las piernas, los brazos, todo. Cuando la verga salió, sola, se sentó al lado mío, todavía agitado - que ojete divino tenes, perra, te cogería de nuevo ya!, pero no doy más – yo tampoco – le digo – importa lo que puedo yo, vos te dejas – me da un chirlo y se va. Mire el reloj, 4 horas!!!!!.
Baje muerta de hambre y cansada, las piernas no me daban más, Rafa estaba en la cocina haciendo algo de comer. Me acomode despacio en una banquetas - cuatro horas!!!!, cuatro horas cogimos y te la bancaste puta divina! – por arriba de la remera me pellizca los pezones - cuatro!!!, que bestia sos!!!! Te duele el ojetito? – pasa la mano suavemente por las nalgas - y si un poco, si – le digo, - acordate… es mío – me agarra uno de los cachetes, lo aprieta – acordate vos, si Fer se da cuenta va a querer también – le digo, – pero vos sos mi putita y no lo vas a dejar, como mucho que meta un dedo – cambia de tema - quedan pocos días y se termina el mes de la apuesta. Que vas a hacer? – pregunta – no sé, descansar de ustedes, supongo – le digo – veremos – dice y se ríe.- Nos fuimos a dormir… si a dormir.-

3 comentarios - Perdí una apuesta (VIII) El bis

lpmdanimetallic
muy bueno, supongo que lo que sigue es que te volvio a cojer por el culo y esta ves si te rompio todo 😉 jejeje
corpi
Que viciosa..., como te gusta que te rompan el orto 🤤 🤤 🤤
JulianaLynch
romper, lo que se dice romper, una vez
dantraloco
Bueno en el sentido de que duele, no se rompe solo la primera vez. A algunas les deja de doler a partir de algún momento. Incluso a algunas mujeres les gusta más por el culo que por la vagina. Una vez me contaba una amiga, chiquitina como tu, que por la vagina siempre le dolía al principio y que tuvo una época que prefería por el culo. Cuando me contaba eso obviamente me ponía como un burro en celo. La pena fue que nunca llegamos a nada.