Apuré, chamuyé y me garché a mi suegra

Apuré, chamuyé y me garché a mi suegra


Bueno, así arranca esta bonita historia, (bonita para mi, que me comí ese caramelo que tengo por suegra) y los hechos que me llevaron a consumar mi mas ardiente deseo; cogerme a la vete que me volvió loco desde que la conozco.

Mi esposa y yo vivimos cómodamente gracias a nuestros trabajos, ya que los dos somos profesionales. Mi esposa es una mujer de 33 años de cuerpo normal, unos pechos redondos y pequeños, unas caderas estrechas y un culito muy apetitoso, del cual disfruto cada vez que nos entregamos a los placeres del sexo.
Yo tengo 35 años, me mantengo en forma ya que juego al fútbol en el barrio.
Mi mujer dice que tengo muy buenas piernas y sobretodo lo que más le gusta de mí es mi verga, 18 cm y bastante gruesa, dice que es la mejor que pudo haber encontrado. Ella disfruta realmente con mi miembro, ya sea en su boca, en su ojete o en su concha.

La historia que les voy a contar es lo que fue pasando para terminar cogiendo con mi suegra, una mujer de 67 años, bastante conservada para su edad, con esa belleza que solo la madurez concede a algunas mujeres, mina seria, tiene un porte autoritario, sabe vestir muy bien aunque bastante recatada.

Muchos vestidos formales y cabello recogido sobre sus hombros, esto le da un aire de seriedad y sensualidad a la vez.
Relativamente alta y con un cuerpito fenomenal. Deliciosas tetas, caderas exquisitas y unas nalgas que no se caen aún, para su edad tiene terrible orto, cosa que siempre me encantó mirarle y codiciarle a la guacha.

Mi suegro es bastante mayor que ella, tiene 75 años, pero por el trabajo pesado que hacía (construcción) parece mas jovato todavía, es petiso y pelado, (tiene un orto gigante para que semejante hembra le haya dado pelota el hijo de puta!).

Su voluminosa panza lo hace verse aún más envejecido. Ellos viven en otra ciudad, en el interior de la provincia de Buenos Aires, pero por motivos de salud de mi suegro, tuvieron que trasladarse temporalmente a nuestra casa, para seguir un tratamiento en una clínica cerca de nuestra ciudad.

Yo soy un tipo bastante desinhibido, por lo que regularmente cuando estoy solo en casa con mi esposa acostumbraba andar en calzoncillos diminutos que siempre marcaban mi herramienta. Esta costumbre tuvo que parar cuando mis suegros se mudaron con nosotros, ya que se instalaron en la habitación junto a la nuestra, así podríamos atender cualquier necesidad que tuvieran en algún momento, y más durante las horas de noche.

Para ser francos, mi costumbre de andar en calzoncillos por la casa no fue lo único que debí regular, pues con sus padres durmiendo en la habitación continua, nuestras sesiones de sexo tuvieron que ser más recatadas y con menor expresividad, por lo que nuestras garchadas empezaron a consistir en besar a mi esposa, acariciar sus tetas unos minutos, abrir sus piernas y meter mi verga dentro de su conchita, empujarla por algunos minutos en su interior y acabar en forma silenciosa.
En fin, unos polvos bastante deprimentes e incómodos.

A todo esto mi esposa no colaboraba un carajo. No le ponía media onda al asunto. Respondía con ahogados suspiros, decía que no quería que sus padres nos fueran a escuchar. En más de una ocasión después de haber acabado sobre ella (en un polvo insípido y conteniéndonos de no hacer bardo), me tuve que ir al baño y pajearme nuevamente para sacar de mí toda la excitación que aún quedaba acumulada después de esas frías sesiones sexuales.

Con el paso de las semanas mi suegro tuvo que ser hospitalizado en la clínica pues su salud no mejoraba al contrario, iba en declive. Así fue como mi esposa, su hermana y su madre, mi suegra, se turnaban para cuidar a su padre en la clínica.
Yo entendía la situación (no soy tan forro) y no ponía la menor objeción para que mi esposa se quedara acompañando algunas noches por semana a cuidar a su padre, ya que mi suegra también debía descansar. Mi cuñada Silvia también ayudaba y a veces venía a casa a buscar a la madre. Lo que no me ayudaba para mi estado de calentura, ya que la hija de puta estaba para cogérsela toda! Silvia era demasiada tentación para mí. Supongo que se daba cuenta como le comía el orto con la mirada y como me babeaba con sus patas, por eso se hacía la pelotuda y jugaba a calentarme, al doble sentido.

Puf! Mi cuñada es la hermana mayor, mi suegra la tuvo a los 17, pero tiene un cuerpito espectacular, bien milf, bien atorranta, es jodona y siempre me tira alguna que otra indirecta, pero eso se los contaré luego, je! *(ver referencia abajo)

Mis masturbaciones en el baño se hicieron aún más continuas, ya que mi esposa con la enfermedad de su padre pasaba todo el día ocupada en otras labores y lo que menos tenía eran ganas de gozar del sexo. Miento si digo que mas de una vez me pajeaba pensando en las tetas y el hoyo de mi suegra...

Fue así como en una ocasión estando en casa, mi suegrita se disponía a salir a reemplazar a mi esposa en el cuidado de su marido, cuando terminó de alistarse salió y rápidamente se despido de mí, me dijo que se le había hecho un poco tarde.

Yo me encontraba muy excitado y aprovechando que quedaba solo en casa por unas horas procedí a hacer lo de costumbre, me dirigí al baño a desahogar solo mi excitación, cuando entré en el baño sentí aún el aroma en el aire del perfume de mi suegra, era un aroma suave y dulce, no sé por qué pero esto me excitó más, me senté sobre la tapa del inodoro saqué mi verga del pantalón y empecé a frotarla, en el momento que miro hacia la orilla del lavatorio, veo en el cesto de la ropa para lavar, la bata de mi suegra.

Un impulso me hizo detenerme y revisarla.
¡Sorpresa!, envuelto allí estaba su calzón, No era un hilo dental ni una tanguita, pero era sexy, y me imaginé que esa tela se le perdería entre los cachetes de su reverendo orto.
Sentí un tremendo morbo de contemplar los calzones de mi suegra ahí en el baño, por lo que procedí a tomarlos en mi mano e instintivamente los acerqué a mi nariz y los olí.
Era un olor penetrante fuerte y a la vez agradable, mi verga se puso aún más dura, y empecé a masturbarme oliendo la bombachita de mi suegra.

La idea de estar ahí con sus calzones me dió mas ímpetu. Envolví mi pija con esa prenda íntima, apretándola con ganas y la zarandeé de lo lindo, allí sentado sobre el inodoro, y era tal el morbo que hizo que en pocos minutos explotara expulsando un potente chorro de leche sobre el piso del baño.
Con ese divino calzón, procedí a limpiar mi verga de los restos de semen en ella, luego los envolví de nuevo en la bata y los dejé ahí donde los encontré.

Esa tarde cuando mi esposa regresó, yo dormía plácidamente. Ella me despertó y me informó que su padre había estado un poco mejor ese día que el médico le dijo que se estaba recuperando. La iba a decir de coger, pero fui a prepararle mate y cuando vuelvo, con la doble intención de matear y ponerla...la hija de puta estaba dormida!!!

Asi era como volaban las hojas del calendario y mi vida sexual se iba a la mierda.
Una mañana en que mi esposa había pasado la noche cuidando a su padre y debía regresar a descansar, pensando que mi suegra ya había salido hacía la clínica a reemplazar a mi esposa, me levanté y completamente desnudo me dirigí al cuarto de baño pues sabía que no había nadie más en la casa. Procedí a orinar y la sensación de andar desnudo de nuevo en la casa mi hizo sentirme muy bien, por lo que salí del baño aún desnudo y me dirigí a la sala a ver tele.

Estaba en la sala viendo televisión cuando escuché la puerta principal abrirse, y pensé que era mi esposa que regresaba de cuidar a su padre, por lo que empecé a acariciar mi verga hasta ponerla completamente dura y erecta, sería una buena ocasión para tener una mansa paja, en esa quietud y soledad.
En el momento en que estoy completamente erecto, acariciando mi verga con la mano y pensando en la madre de mi esposa, pareció que la llamé con el pensamiento, porque de pronto entró mi suegra, sí... ¡mi suegra!, de una entró a la sala.

Mi sorpresa fue muy grande al ver que la mujer que estaba ahí frente a mí no era la bruja, sino su madre. Y si mi asombro fue grande el de mi suegra debió ser mayor porque la expresión en su rostro reflejó una mezcla de sorpresa, susto y admiración. Rápidamente cubrí mi verga con mis manos, pero fue al pedo porque, como les dije, mi verga mide 19 cm y es gruesa por lo que aún con mis manos ahí era notoria.

Mi suegra volteó rápidamente la cabeza y me dijo
-Ohhh disculpa Dany, no sabía que estabas aquí!
Salió inmediatamente hacia su cuarto. Yo no podía creer aún no lo que había pasado, yo desnudo frente a mi suegra con la verga totalmente erecta.

Me fui a mi cuarto, cerré la puerta, e iba a ponerme un pantaloncito cuando la excitación se apoderó de mí, y empecé a masturbarme furiosamente recordando la expresión en la cara de mi suegra, recordando esa boquita horrorizada y los ojos enormes, bien abiertos. Enseguida terminé con un lechazo a las sábanas, que vació por completo mis bolas.

Cuando salí de nuevo del cuarto mi suegra estaba en la cocina preparando algo de comer, yo me acerqué y le hablé pausadamente:
-Doña Mary, quiero disculparme por lo sucedido en la mañana, la verdad no me esperaba que fuera usted la que entraba, pensé que era mi esposa, su hija la que iba entrando...

Ella siguió vuelta hacia el lavatorio y así me dijo:
- Mira Daniel en realidad la que tiene que pedirle disculpas soy yo, sé que es muy difícil para vos el tener que soportarnos a mi marido y a mí en tu casa, sé que hemos venido a limitar un montón de costumbres que vos y mi hija tenían, así que no te preocupes por mí, yo comprendo que vos necesitás tener un poco de intimidad con mi hija, y eso lo pude notar hace rato.

Al decir esto trato de sonreír un poco tratando de hacer menos tensa la situación.
-Por lo que está de más que te disculpes conmigo Daniel, yo soy una mujer vieja y aunque mis prioridades ya no son precisamente satisfacer mis deseos sexuales, entiendo muy bien que ustedes los jóvenes sí lo necesitan constantemente, además sé que si vos hubieras sabido que era yo la que entraba, no hubieras estado en tal grado de excitación, ja! Sería lo último que yo podría pensar, que una mujer de mi edad fuera a causar tal grado de excitación en un pendejo como vos!.

Ante estas palabras sentí que a pensar de comportarse de una forma muy comprensiva ante la situación pasada, estaba hiriendo mi ego al tratarme como a un borreguito, entonces respondí:
-Mire Doña Mary, agradezco su comprensión ante lo pasado pero temo decirle que se equivoca en dos cosas, la primera es que esta muy errada si cree que una mujer tan bella como usted no puede despertar las pasiones de cualquier hombre y la segunda es que se equivoca al decir que soy un muchacho, doña Mary yo soy todo un hombre y no un pendejito y eso usted creo que lo pudo comprobar hace un rato en la sala.
Y al decir esto miré directamente a sus ojos.

Ella se ruborizó y girando de nuevo hacía el lavatorio de la cocina finalizo:
-Está bien Daniel, creo que es mejor que dejemos esto aquí, ha quedado claro que lo sucedido fue un incidente que debemos dejar sin importancia, es mejor que los dos olvidemos lo sucedido.
Y diciendo esto partió hacia su habitación.

Yo me quedé ahí parado en la cocina, me sentía un poco molesto de esas palabras "un incidente sin importancia", dijo esto aún cuando había visto mi verga erecta frente a ella.
Esto lastimó un poco mi orgullo masculino. Debía buscar la forma de demostrarle que ver mi verga no era cosa sin importancia.

Los días siguientes transcurrieron sin mayor novedad, salvo uno que otro tiroteo que le hacía a mi suegrita, tanteándola, pero ella no me daba calce.
Mi suegro, aún en la clínica, empezaba a dar muestras de mejoría y una semana después pudo trasladarse de nuevo a casa.
Mi mujer y mi suegra se esmeraban en cuidados para con él. Poco tiempo después mi suegro se veía ya más repuesto y empezó de nuevo a incorporarse al rol familiar. Pero a pesar de su recuperación, notaba aún un poco de inquietud en el rostro de mi suegra. Algo no andaba bien.

Fue así como una noche charlando con mi mujer en la cama le pregunté:
-Decime una cosa Sandra ¿por qué aún con la recuperación de tu viejo tu mamá todavía parece preocupada, y algo triste? -.
Mi mujer acercándose a mí respondió:
- Cosas de mujeres, dejalo asi ok?.
Y guardó silencio.
- Cómo cosas de mujeres, a ver decime ¿qué le pasa?.
- O.K. pero prométeme que no comentarás nada de lo que te diga.
- Está bien amor, guardo el secreto.-Respondí.
-Bueno, vos sabes que mi vieja siempre fue una mujer muy seria y preocupada por sí misma, y uno de sus mayores orgullos era saber que aún a sus 54 años, menstruaba. Porque para ella tener "eso" era una muestra de que aún no era tan vieja, que aún mantenía un encanto especial a pesar de su edad, pero hace dos meses que su proceso se detuvo, es decir ha empezado a entrar en la menopausia...
Interrumpiendo dije:
- Ja, y no será que tu padre la embarazó? Jejeje! Quizás la recuperación de su enfermedad le ha sentado mejor de lo que esperábamos.
- Cállate, no juegues con eso Dany, eso es algo muy serio, no te hagas el pelotudo! Además, según nos dijo el médico, el medicamento que toma papa es muy fuerte y le produce problemas de erección.

Ahi ya no jodí mas.
La situación era mala y buena. Buena para mi, para seguir con mi estrategia de darle murra a la vete, que estaba necesitada casi mas que yo. Mi suegro impotente y mi suegra con ganas de sentirse productiva aún, ahí nomás se me prendió la lamparita.
Volviéndome hacia mi mujer repliqué:
- Pobre eso debe ser terrible, debemos apoyarlos en lo que podamos mi amor.

Por dentro tenía ideas de como apurar a la viejita para que entregara. Pero su férrea negatividad me hacían dudar; qué podría mas? Su necesidad de sexo o su comportamiento pacato?

Con todo eso en mente, nos acostamos a dormir, ya sabía que ni esperanzas de entablar esa noche algún placentero polvete, ya que mis suegros estaban en la habitación contigua. Esa mañana cuando desperté mi mujer salió temprano a su trabajo por lo que yo permanecí aún un rato más en la cama, la idea de cómo ayudar a mi suegra con su "problemita" daba vueltas en mi cabeza.

Y la reacción inmediata fue una erección fenomenal. Estaba meditando cuando se abre la puerta de mi cuarto y entra mi suegra.
- ¡Oh Dany todavía estas aquí! Perdón! Iba a acomodar tu habitación, pero mejor regreso más tarde.
E inmediatamente iba abrir la puerta de cuarto para salir cuando le dije:
- Espere suegra, si viene a acomodar el cuarto por mí no se preocupe ya me levanto.

Y diciendo esto me quité la sabana dejando mi verga expuesta a su vista, mis erecta y venosa poronga quedó expuesta a sus ojos en toda su plenitud.
- Como sé que para usted ver mi pene erecto es un incidente sin importancia, no tengo la menor vergüenza de levantarme así para que acomode mi camita suegra.-Le expliqué.

- Daniell qué haces, dijo sorprendida, - Soy tu suegra, la madre de tu esposa, me debes respeto, Insolente de mierda! ¡Tápate!.

Haciendo caso omiso de eso me dirigí a la puerta de la habitación, ella retrocedió dando campo para que pasara. Al pasar junto a ella añadí:
- No suegrita, no se preocupe que esto está así pero no por usted, como dijo la vez anterior, son cosas de pendejos.
Y mientras decía esto agarré mi verga con la mano. Ella me miró con cara de asombro.

Salí del cuarto completamente desnudo rumbo al baño. Mi suegra se quedó muda en mi habitación. Sabiendo que no tardaría mucho en salir, dejé la puerta del baño abierta y me dispuse a tratar de orinar con la verga erecta frente al inodoro, mi suegra no tardó mucho en pasar, y no dejó de mirar hacia donde yo estaba, asi que, tomando aún con más fuerza mi verga, la froté de arriba abajo mirando directamente a mi suegra a los ojos.

Ella miró durante unos segundos desde la entrada de su habitación, se quedó petrificada.
Abrió la puerta y entró en el justo momento en que un potente chorro de semen salía de mi verga e iba a estrellarse contra el espejo del baño. Fue realmente excitante masturbarme mientras mi suegra contemplaba la escena. Regresé de nuevo a mi habitación y me vestí, durante el resto del día no vi más a mi suegra.

Al que vi fue a mi suegro que estaba sentado en la sala viendo televisión.
- Hola Don Jorge, cómo esta, parece que mejor se le ve muy buena pinta. -
Él volteó hacia mí y me saludo diciéndome
-Cómo le va Daniel? Yo aquí ando, la verdad es que sí, me siento mejor, parece que aún no quieren que me vaya.

En eso estamos platicando cuando mi suegra sale de su cuarto y sin mirarme se acerca a su marido, quien la abraza y la sienta junto a él.
- Sabes Mary hablaba con Dany sobre lo bien que va mi recuperación, le he dicho que aún no quieren de arriba que te vistas de negro.
Y diciendo esto sonrió.
-No digas tonterías mi amor, sabes que sos todo lo que tengo y que moriría si vos me faltás. Dijo mi suegra abrazándose más a su marido.
- No se preocupe suegra que don Jorge aún tiene mucha vida por delante, además sabe que nos tiene a su hija y a mí para atenderla en todo lo que necesite.

Y mientras decía esto pasé mi mano disimuladamente por el bulto de mi pantalón, sin que mi suegro lo notara. Ella sí miró e hizo un gesto de desaprobación mientras abrazaba a su marido.
Las cosas entre nosotros estaban tensas. Yo sabía que si tiraba demasiado de la cuerda, i terminaba cogiendo con ella o se pudría todo y mi matrimonio se iba a la mierda. No estaría tranquilo hasta cogerme a aquella mujer que tenía frente a mí. Me había obsesionado.

Estábamos a unas semanas del incidente anterior, y mi deseo de coger con mi suegra iba cada vez más en aumento, fue así como una tarde que mi mujer había salido a una reunión con unas amigas y mi suegro yacía en su cuarto haciendo la siesta procedí a tratar de seducir a mi suegra.

Estaba ella en el lavadero, cargando el lavarropas, cuando vestido únicamente con un ajustado pantaloncito corto de fútbol, (de esos del mundial '78, que te re-marcan el bulto y el culo, jajaja!!!) y en cuero. Hacía calor.
Así tuneado me dirigí al encuentro que lo decidiría todo.

- Uy suegra! Estás lavando la ropa?
Pregunté de lo más normal.
- Sí así es Daniel, trato de ayudar un poco a tu mujer con las labores de la casa.
Era mi momento, sin querer había dicho algo que me ayudaría.
- Sabe suegrita, si tiene tantas ganas de ayudar a su hija creo que podría hacer otras cosas por ella, que yo agradecería más.
- ¿A qué te referís Daniel?, Qué querés decir con eso?
Preguntó en tono un poco molesto.
- Sí suegrita, que yo, su yernito tengo otras "necesidades" que su hija no atiende y que si usted quisiera podría hacer algo por ella...y por mí, que estoy desatendido hace rato!

- ¡Basta!, te voy a decir algo Daniel y espero que te quede muy claro, soy una mujer mucho mayor que vos, la madre de tu esposa, ¡¡¡tu suegra!!! Soy una mujer casada con un marido al que amo con todo mi corazón, y si en algún momento he permitido que te sobrepases un poco fue porque creí que había sido por error, pero creo que te estás pasando Daniel, que estas confundiendo el hecho de que callara lo de tu cuarto y lo del baño a tu esposa. Eso fue para que no tuvieras problemas con ella, pero nunca fue un permiso para que trataras o trates de sobrepasarte conmigo, tenés que respetarme porque soy tu suegra, una mujer mayor y muy decente.
- Sí suegra, sos una mujer mayor, pero decime si en este jodido momento, no podemos dejar de lado los lazos y sacarnos las ganas que los dos tenemos? Tu hija no me quiere garchar porque estan ustedes y anda rayada. Tu marido no te puede coger porque no le funciona...

Ella tornó su cara muy seria y con voz firme agregó:
- ¡Mira pendejo, a vos no te importa si mi marido me coge o no!, eso es algo muy íntimo y a vos no debe importarte, además mirame ¡soy una mujer mayor lo que menos me importa es andar cogiendo,!, así que te pido que te retires o grito.

"Pendejo"...
De nuevo me había llamado pendejo y eso hirió mi ego.
Armándome de valor la topé por los hombros la acerqué a mi cuerpo y restregando mi verga contra su pelvis a través del vestido que la cubría, le dije:
- Sienta señora esta verga, sienta mi verga y dígame si es una verga de pendejo,!.-Le susurré furioso al oído.
-Dígame si esto que siente es una verga de pendejito?!.-
Y diciendo esto la besé en los labios.

El sentir sus labios húmedos y tibios me excitó más, ella trató de soltarse de mis brazos sin embargo yo la sostenía fuertemente contra mí y los movimientos que hacía para salirse lo único que lograban era excitarme más
- Dejame Daniel, soltame, hijo de puta. Respetame que soy una mujer decente.-Repetía sin alzar la voz.
- Sí suegrita sos una mujer decente y yo soy un yerno decente que solo quiere lo mismo que vos; un polvo decente de vez en cuando!

Me dí cuenta del detalle de su tono de voz. No quería que nos descubrieran, así que aceleré.
Y abrazándola con un brazo, con el otro procedí a levantar su falda, mientras la besaba en el cuello.
- ¡Ahhh no, por favor no!.-Dijo otra vez en voz baja, tratando de no hacer escándalo.

El reclamo de sus palabras no coincidía con el comportamiento de su cuerpo. Lentamente iba parando su resistencia. Entonces quedó quieta mientras le besaba su cuello e iba bajando hacia sus tetas, bajé su vestido por los hombros despacio contemplando cómo aquella mujer que tanto deseaba temblaba ante mis caricias.

Me sujetó de los pelos y me acomodó en su escote. Le chupé lo que rebalsaba de esas tetas con ganas, a esta altura ella gemía. Poco a poco bajé su vestido hasta ponerlo en el suelo, y ahí ante mí tenía casi en bolas a la mujer que tanto deseaba, la madre de mi esposa.

Su cuerpo era realmente maravilloso, unas tetas grandes y redondas cubiertas sólo por un sostén de encaje , unas caderas anchas y definidas, su raja se veía realmente deliciosa, se veía apretada y peludita tapada con un calzón blanco muy excitante.

Su culo era grande y firme, y el verla así hizo que mi verga se pusiera aún más dura y grande. Entonces mirándome directamente a los ojos, ella dijo:
- A ver Daniel! Demostrale a esta vieja que no sos ningún pendejito, que sos todo un hombre que puede hacer feliz a cualquier mujer.

Inmediatamente tomé mi pantaloncito y lo bajé, dejando libre mi verga.
Me pegué de nuevo a ella y empecé a besarla en la boca, sus labios se abrieron recibiendo los míos, su lengua penetró en mi boca, nuestras lenguas se entrelazaron en un ardiente beso. Continué besándola y empecé a acariciar sus ricas tetas, a meter mano buscando los pezones, solté las tiras de su sostén, éste cayó al suelo, y sus mellizas quedaron libres.

Las acaricié con mis manos y después separando mis labios de los suyos bajé primero a mamarle los pechos, cosa que la recalentaba, les dí lengua y los mordí suave un buen rato. Después seguí mi camino, arrodillándome ante ella para chupar los labios de su sexo con mi hambrienta boca.
- Ahhh sí Dany qué rico, seguí la concha de la lora! Seguí hijo de puta! No pares!!! Necesito sentir tus caricias! Sí!!! Haceme sentir que estoy viva todavía!!!

Ella tomó mi verga con su mano, presionando fuertemente, la frotaba y me decía:
- Ay Daniel qué verga hermosa que tenes, qué delicia sentir una verga asi, joven y dura en mis manos, toda para mi!!!.-
-Siiii Suegri! Es toda tuya mami! Agarrámela con ganas que es toda tuya!.-

La levanté y la deposité de nuevo sobre un puñado de ropa que estaba para lavar, me acosté junto a ella y me incliné, con mucho cuidado tomé sus piernas y las abrí separándolas suavemente, sentía su suavidad, poco a poco metí mi cabeza entre sus muslos,
- Uhhh qué rico putita! Qué conchita más deliciosa tenes!!!.-

Pasé mi lengua despacio por sus labios vaginales y suavemente introducía mi lengua buscando su clítoris, que estaba hinchado de tanta excitación.
- Ahhh, seguí, seguí!!!.-Gemía ella, con la respiración entrecortada.
Chupé su clítoris durante muchos minutos, se pronto sentí cómo gemía aún más fuerte y contraía su vagina, un chorro de jugo salió de lo más profundo de su ser.

- Ahhh sí Daniel, ahh qué rico estoy acabando hijo de putaaaaaa!!!.-Decía entre jadeos.
- Hace tanto tiempo que no sentía nada tan maravilloso!!!
Entonces incorporándose se acercó a mí y me besó en la boca, sus pezones seguían muy erectas y mi verga aún más.
Ella la miró e inclinándose fue directo hacia ella y se la metió en la boca.

El sentir la calidez de su boca sobre mi pija, hizo que gimiera de placer.
Me mamó la verga de una forma deliciosa, chupaba la base y pasaba su lengua por mis bolas, las metía en su boca y las chupaba suavemente. Después metió todo lo que pudo de mi verga en su boca.
- Papito!!! Que rica verga que tenes!!! De verdad necesitaba una asi!!! Esto es una verga de verdad!!!.-Repetía con la boca llena.

Cada vez la chupaba con más ganas. Entonces la agarré de la cabeza la atraje hacia mí y la besé, porque sabía que si seguía mamándome así, terminaría descargando toda mi leche en su boca y aún no quería acabar.

De nuevo la recosté sobre la ropa y poco a poco acerqué mi verga a su raja, restregaba la cabeza de mi verga contra sus labios vaginales, ella gemía y temblaba de excitación.
-Dale Dany, Métemela toda!!! Quiero tu rica verga adentro de esta vieja! Quiero sentir tu leche llenarme todaaaa!!!.-

Sin perder tiempo presioné la cabeza de mi verga con la entrada de su cajeta, la humedad de mi suegra y lo lubricado de su vagina hizo que mi verga entrara al toque. Mmmhhh!!! Sentir cómo mi verga se abría paso en su ardiente conchita era una sensación deliciosa.
Encima ella gemía enloquecida:
-Ahhhhhh!!! Ahh!!! Ahhhhhhh!!! Hay Daniel me trastornás con esa verga!!! Me haces sentir muy puta!!! Aaaahhh!!!.-

Yo empecé bombeaba hecho un demonio, y sentía cómo su vagina presionaba mi verga.
Era más de lo que podía imaginar.
- Ahhh!!!... Danyyy... no sabes todo el tiempo que tengo de no sentirme asiiiiii!!! Metemela más amor, así amorcito, metele tu rica verga a tu suegra que tanto lo necesita.

Sentí que faltaba poco para acabar, por lo que aceleré mi bombeo dentro de su succionadora argolla. Saqué mi verga casi hasta afuera de su vagina y la introduje en un solo empujón hasta que sentí que mis testículos chocaron contra los pelos de su cuevita.
Ella estaba en un solo gemido, cada vez mas desesperada, cada vez mas fuerte.

Le tapé la boca porque nos iba a escuchar todo el barrio si seguíamos así. Mi suegro dormía empastillado, asi que por ese lado estaba tranqui, pero no quería levantar la perdiz.
Ella estaba teniendo otro orgasmo, porque su concha se contrajo apretando deliciosamente mi verga que soltó varios chorros de semen adentro.

Me clavó las uñas en la espalda, me mordió los dedos de la mano, me hizo acabar deliciosamente, salvajemente.
Aún después de vaciar mi carga lechera, seguí con el mete y saca porque mi verga se mantenía aún muy dura y firme.
Pero me vinieron ganas de darle a lo perrito, asi que, sacándola de su vagina, procedí a voltearla dejando expuesto su rico culo.

Eran unas nalgas grandes y redondas, una visión realmente muy caliente. Tomé mi mano y la pasé por su cajeta, que dejaba salir restos de mi semen revuelto con sus jugos.
Con este cóctel en mi mano, procedí a lubricar la entrada de su culo.

Ella gimió al sentir mis dedos acariciando su ano, poco a poco fui acercando mi verga al marrón de mi suegra. Ella lo comprimía, no dejando entrar mi verga, por lo que tuve que dilatarla despacio y con mucha saliva. Le dije que iba a ser suave, que suponía que hacía rato que no tenía sexo anal, a lo que me contestó que si, que siempre le encantó que se la cojan por el orto, pero que por los problemas del suegro, hacía meses que ese agujero no tenía uso.

Me calentó su confesión. Saber que le gustaba que le hagan el ojete me puso a mil. Se lo chupé, lo salivé bien, le metí la lengua una y otra vez. Ella se estremecía toda, temblaba.
Jugueteaba con mis dedos ensanchando el esfínter, que fue cediendo, hasta que al probar de nuevo, mi verga entró tirunfal, deslizándose hasta lo profundo de su culo.

Era una sensación excitante! Tenía su ojete apretadito y con las contracciones que tenía me apretaba aún más. Solo ver esa cola y esas nalgas comiéndome la verga era suficiente para acabarse todo ahí mismo. Pero banqué las ganas y empecé a mover mi poronga dentro de su trasero, despacio, para ir luego aumentando el ritmo.

Ella jadeaba y movía sus caderas tratando de adaptar el ritmo de mis embestidas.
Al rato empezó de nuevo a gemir fuertemente
- Mmmmhhh!!!! Ahhhh!!!! Aaaaahhh!!! Voy a acabar Daniel!!! Ahhh!!! Aahhh!!!.- Me alcanzó a avisar.
Apenas pude acelerar los pijazos y de nuevo expulsé toda mi leche, esta vez dentro de su culo. Saqué mi verga de ahí y me acomodé a su lado.

Me besó los labios mientras decía,
- Ahhh... Hmmmm...Sabes Dany? Siempre fui una mujer decente, nunca le fui infiel a mi marido pero ahora que he probado tu pija, sé que de ahora en adelante seré tuya, y cada vez que duerma junto a mi marido recordaré la rica cogida que vos me diste. Sos todo un hombre Daniel.

-Suegrita! Vos y yo vamos a pasarla muy bien juntos. Después de todo; esto queda en familia. Nadie se va a enterar. Soy todo tuyo, cuando quieras!

Le acaricié las tetas con la mano y sonreí, sabía que de ahora en adelante me la cogería cuando yo lo quisiera. Ganábamos todos.
Ella no tardó mucho en volver a agacharse para iniciar otra mamada...







* Para leer lo que pasó con mi cuñada Silvia, click abajo

13 comentarios - Apuré, chamuyé y me garché a mi suegra

nanoliam +1
uff es posta esto?
muy buen relato!
yo le quiero dar a mi suegra, esta re buena y usa tanguitas bien chiquitas. Me pone al re palo!
Amantedemadurita
Dale masa loco! 😉
A menor tamaño de tanguitas, Mayor tamaño de calentura!
Está pidiendo bomba tu suegra!!! 😉
Total todo queda en familia!
nanoliam +2
jajaa.. le re quiero dar masa, pero tengo cagaso de pudrirla.
es muy parecida a tu relato, a ella le gusta el sexo, se compra mucha ropita interior, pero a mi suegro no le funciona muy bien que digamos. Mira si no le gusta el sexo a mi suegra que le compra hiervas y demas cosas para que se le pare! jaa
DGE1976 +1
Buenisimo...lastima q mi suegra no está buena...re caliente el relato...saludos
DGE1976 +1
Buenisimo...lastima q mi suegra no está buena...re caliente el relato...saludos
KstroK +1
Con este no se salva ni la madre jaja
pepe_argento2012
si hubiera un video q encaje con esta historia me vuelvo loco
kramalo
muy buenoo..!! no te sacaste la lotería, pero te ganaste la grande...a tu suegra..ja!!