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Nacido para servir a los machos (3)

Lo primero que vi al entrar al baño y escuchar el grifo de la ducha abierto fue a un hombre de espaldas, completamente desnudo bañándose. Ese hombre tenia un cuerpo muy parecido al de Esteban pero era menos alto y tenia piel morena, cosa que Esteban no. Lo reconocí inmediatamente. Era Marcos, otro de los muchachos de aquel grupo de amigos. No sabia si se había acostado con mi prima pero sospechaba que si.


Aunque tengo que admitir que un poco me excito verlo, especialmente cuando se giró y mientras se enjabonaba pude ver su pija, también similar a la de Esteban, pero después de perder mi virginidad con un hombre ideal y ser usado por otro ya no quería saber más nada, menos con otro conocido de ellos. Antes de poder hacer algo el me vio y salió poniéndose una toalla en la cintura.

Le dije que tenia que haber un error, que la habitación estaba alquilada para quedarme una noche, que se habrían confundido en la recepción. El me sonreía y agarrándome del brazo me dijo "Tranquila". No dijo "tranquilo", por lo cual sospeché que algo sabia. Me dijo que no tenia que usar mi voz normal con él, que prefería la voz femenina que había usado con El Maldito.




Me puse colorado, no entendía nada y obviamente le dije que estaba equivocado que había un error. Me dijo que el había estado con una chica en la habitación contigua y había escuchado perfectamente lo que pasó entre El Maldito y yo. El Maldito no sabia nada de esto pero el me dijo que también quería probar mi cola y hacerme su nena, que seria un secreto entre nosotros. Mientras me decía esas cosas me hacia recorrer su torso con mis dedos y estaba durísimo. No puedo decir que no me haya excitado porque si lo hizo. Su cuerpo estaba mucho más trabajado que el del Maldito e incluso que el de Esteban. Eso me derritió.


Sus modos no eran violentos, eran parecidos también a los de Esteban. No paraba de tocarme los brazos, la cara, el cuello. Decía que mi piel era muy suave como si realmente fuera una nena. Yo me iba aflojando y por pedido de él empecé a hablarle como nena, a pesar de que todavía tenia mi ropa común arriba. Me hacia tocarle su cuerpo y su pija por arriba de la toalla. "Me vas a dejar probar ese culito?" me decía y acepté porque me encantaba como me trataba. Incluso nos besamos y me trataba todo el tiempo como una nena. Me decía "Muñequita".

Hasta ese momento el no sabia que abajo de la ropa tenia una tanga y un corpiño como me había obligado El Maldito, pero durante ese manoseo y besos me pregunto si me animaba a vestirme como mujer, cosa que ya había hecho y aparentemente era otra cosa que el no sabia. Le dije que si y me pidió que lo aguardara. 


Me sorprendió porque salió de la habitación solamente con la toalla, no se detuvo a vestirse. Fue a la habitación de al lado y trajo ropa, supongo de la mujer con la que estuvo las noches anteriores. Era un vestidito violeta, creo y unos pantaloncitos cortos de jeans muy apretados. Me pidió sin dejar de besarme y manosearme la cola que vaya al baño a cambiarme.


Cuando fui al baño recordé que la peluca de mujer que me había obligado a usar El Maldito había quedado abajo de la cama. Sali vestido como me pidió Marcos y le comenté lo de la peluca. Cuando lo hice, su cara fue un gesto de calentura y creo que más por verme así. 


El mismo fue a buscar la peluca y ahí estaba. Me dijo que me la pusiera, pero me lo pidió como un favor, con mucha dulzura, todo lo contrario a el Maldito. Yo me estaba derritiendo y obvio me puse  la peluca. Se acercó a seguir besándome y ya adoptando definitivamente mi voz de nena le dije al oído que tenia tanga y corpiño.


Cuando escuchó eso sus besos y sus manoseos se aceleraron. El estaba re caliente y yo también. Sin tiempo de procesar todos los cambios que estaban ocurriendo en mi vida, uno tras otro. Me hizo tocarle la pija mientras me seguía besando y diciéndome cosas muy dulces al oído. Me fue haciendo bajar despacito para que se la empezara a chupar.




Cuando empecé a chuparle la pija noté que si bien era un poco más chica que la de Esteban y obvio bastante más que la del Maldito, era más gruesa que la de los dos y estuve un buen rato chupándosela porque me parecía hermosa y rica, y además el me seguía diciendo "Muñequita" y cosas así. Realmente me sentía una mujer y estar vestida como una y teniendo una peluca me hacia sentir más seguro para asimilarlo. Después de todo era lo que Esteban y después El Maldito me habían enseñado. Tenia que aceptarlo y entendí que me estaba gustando.

Después de eso me desvistió por completo y se acostó boca arriba sobre la cama haciéndome cabalgar de frente hacia él con su pija bien metida en mi cola. Todo el movimiento lo hacia yo, el me miraba y gozaba mientras me decía que era una linda nena, que gemía hermoso y cosas así. Yo estaba concentrado en cabalgar su pija mientras miraba su cara, me parecía un hombre hermoso, no paraba de gemir como su nena mientras lo miraba y ver sus expresiones de como gozaba me hacia cabalgar con más ganas.


Volví a chuparle la pija varias veces más a lo largo del día. Después me puso en cuatro y me cogía sin parar de elogiarme la cola. Una frase que me quedó grabada fue cuando dijo "Que lindo como entregas la cola". Yo me derretía y el me cogía de manera tan perfecta, que por un rato me olvidé del Maldito y de Esteban también. Este hombre que había aparecido casi de repente me estaba haciendo sentir todo eso.

Me cogió en muchas posiciones y siempre alternando con mis chupadas de pija. Me gustaba que mientras me cogía, también me manoseaba todo el cuerpo con las manos, sin dejar de elogiarme la piel y lo femenina que era en la cama. Me dijo que nunca se hubiera imaginado un regalo como ese.

Cuando estaba por acabar me tenia de espaldas a el, parado en el suelo apoyando mis manos sobre la cama y moviendo mi cola sin dejar de mirarlo y gemir. Los dos juntos gemíamos, con el movimiento los dos soltábamos gritos de placer. El como un macho cabrío y yo como una nena cada día más putita. En un momento el pegó tres gritos seguidos y me indicó que me arrodillara. Abri la boca y me tiró su leche adentro. La tragué y el me acarició la cara. Me dijo "Por Dios nenita, donde estabas todo este tiempo".


Me dejé caer sobre la cama y me tapé para descansar. El se empezó a vestir. Me dijo que descansara bien, que el se iba con unos amigos ... Unos a los que yo no conocía. Me pidió por favor que no me fuera en micro. "Guardá la plata" me dijo "Yo tengo auto y me encantaría llevarte. Quiero volver a disfrutar de esa colita". Yo no sabia que hacer, me encantaba lo que hicimos pero no sabia si extenderlo.

El se acercó a la cama me tocó la mejilla suavemente y mirándome muy fijo hablándome cerca, me dijo "Muñequita, no confias en mi?". Obvio la forma en que me lo pedía me derretía así que le dije "Está bien" sonriéndole. Me dio un ultimo beso y me dijo que me pasaría a buscar por la noche. Se llevó la ropa de mujer y me dejó la peluca, que la seguía teniendo puesta. Ahora el plan era dormir un poco y esperar a que me pasara a buscar.


Habían pasado más de 8 horas desde que Marcos me dejó esperándolo en la habitación de hotel. Ya me había bañado y obviamente me había sacado la peluca, la cual guardé en un bolso porque pensaba llevármela conmigo, recordando las amenazas del Maldito, por lo cual obviamente, también tenia tanga y corpiño abajo de mi ropa normal.


Desde el hotel me avisaron que tenia una llamada al teléfono de la habitación y cuando atendí me encontré con Marcos del otro lado de la linea. Me dijo que acababa de pagar una noche más en el hotel, que lo esperara vestido solamente con tanga y corpiño, además de la peluca y que iba a traerme una sorpresa. Sus palabras me hacían sentir mariposas en la pansa como si fuera una quinceañera, así que volví a desvestirme y lo esperé entangado como una nena.


Cuando vino, no lo hizo solo. Estaba acompañado por otro hombre, un tipo de pelo largo no muy lindo de cara pero con cierta musculatura y una actitud provocadora. Lo miré a Marcos como esperando una explicación, pero me dijo "Sos muy linda nena para tenerte para mi solo, mi amigo también quiere, vas a ser buena?". De nuevo me decía esto usando sus modos amables, tocándome la cara suavemente y sonriendo pero yo no quería.

Le dije que no me parecía. Marcos me dijo "Tranquila muñequita, vos mírame a mi y mové la cola de arriba abajo así mi amigo te mira, no te preocupes". Hice exactamente eso mirando a Marcos, que me decía "Eso muñequita, muy bien mové bien esa cola". 


Su tono de voz sonaba a excitación y mientras tanto escuchaba al tipo de pelo largo suspirando y haciendo gemidos. Hablaban entre ellos diciendo que mi cola era tremenda y que tenia cuerpo de mujer. "Dejalo que te toque un poco" me dijo Marcos y el tipo de pelo largo me empezó a manosear la cola mientras se seguía excitando. Yo seguía moviendo la cola de arriba a abajo.

Los dos me estuvieron manoseando la cola un buen rato, el de pelo largo me daba nalgadas y seguían conversando entre ellos sobre como me iban a coger. Alternaban metiéndome sus dedos por el agujero, corriéndome la tanga. El de pelo largo, me apoyaba su pija, todavía con su pantalón puesto y Marcos que también tenia su pantalón me ponía la parte de su pija a la altura de mi boca haciendo que chocara. La intensidad con la que me manoseaban fue creciendo y yo también estaba re caliente.

Marcos me preguntó si me gustaba la sorpresa que me trajo. Le dije que si y me indicó que todavía existía otra sorpresa. Le hizo señas al tipo de pelo largo y este sacó de una caja un consolador de goma. Marcos me agarró la cara y me franeleaba su bragueta, todavía con el pantalón puesto por toda la cara, mientras el de pelo largo, corriéndome la tanga me empezó a meter el consolador, yo gemía como siempre, como una nena emputecida.

Cuando se desnudaron completamente los dos, Marcos me hizo chuparle la pija y el de pelo largo me pegó una nalgada diciéndome que me acostara boca abajo. Asi que lo hice, mientras le chupaba la pija a Marcos y abría las piernas, por pedido del tipo de pelo largo, que me siguió metiendo el consolador un rato más hasta que quedó colgando de mi culo.

Marcos me sacó la pija de la boca y el de pelo largo le dijo "Mirá como come esa cola". Marcos se reía y me decía que lo estaba haciendo muy bien. Me pidió que moviera la cola, que bailara con el consolador clavado y que gimiera mientras lo hacia. No me pidió todo junto, si no que lo fue haciendo de a poco. Yo lo hice mientras los dos se pajeaban viendo eso. El de pelo largo era un poco más guarango con sus comentarios pero no me sentí agredido. Era como si en vez de hablarme a mi, estuviera hablando con él mismo.


Marcos me tocaba la cara, me metía sus dedos en mi boca y me pedía que no dejara de moverme. Le decía al de pelo largo "Viste que putita obediente que es". El de pelo largo casi no le contestó, me miraba con una cara de desesperación tremenda mientras se pajeaba fuerte. Todavía no había visto bien su pija, pero parecía un poco menos gruesa que la de Marcos.


El de pelo largo me hizo parar y me dijo "Chupale la pija a Marcos". Lo hice dejando el cuerpo quieto y el agarró el consolador sin sacármelo de la cola y lo siguió metiendo hacia adentro como si me estuviera cogiendo. Me fue abriendo la cola de esa manera y mi cuerpo estaba completamente fuera de si, sin parar de mover la cabeza para regalarle un buen pete a Marcos viendo su cara como gozaba. Me agarraba la cara refregándome toda su pija y haciéndome chupar también sus huevos. Mientras hacia eso, el tipo de pelo largo me sacó en seco el consolador de la cola.

Marcos se hizo a un lado y me pidió que arqueara la espalda y levantara bien la cola. Me dijo "Ofrecele la cola a mi amigo". Lo hice inmediatamente y Marcos, que estaba de frente a mi, pajeandose sonrió complacido. El tipo de pelo largo me empezó a meter la pija despacio y a los pocos segundos ya me estaba cabalgando arriba de esa cama ante los ojos de Marcos que no dejaba de pajearse. Yo solamente lo miraba a él, que me devolvía gestos de aprobación.


El tipo de pelo largo me cabalgaba mientras me agarraba la cara o me metía sus dedos en la boca, lo cual me hizo mover la cabeza y no poder seguir mirando a Marcos. Me cogía fuerte pero a ese punto mi cola ya estaba tan abierta, y más por todos los días que me la venían haciendo que apenas sentía la punta, por más que me la enterrara toda. Ahí comprobé que la tenia más chica que Marcos pero la fuerza con la que me cogía lo compensaba.


Marcos aprovechó para volverme a poner su pija en la boca y así me tuvieron un rato entre los dos. Yo movía la cola para comerme toda la pija del tipo de pelo largo. Después de un rato me hicieron arrodillar en la cama y ellos dos se pararon. Empecé a chuparle la pija a los dos, alternando entre una y otra. Marcos me manoseaba la cola y las "tetitas" mientras hacia eso. El otro tipo estaba más interesado en hacerme chupar. No era difícil meterme toda su pija en mi boca y lo gozaba mucho.


Después de eso, el de pelo largo volvió a cogerme pero esta vez poniéndome en cuatro y dándome mucho más fuerte. Marcos de nuevo me hizo seguir chupándole la pija. Los dos se movían muy rápido y yo los complacía con muchas ganas. El de pelo largo me pegaba nalgadas y se excitaba cada vez que lo hacia. Pasaron la noche alternándose entre los dos para cogerme y acabaron varias veces, algunas veces en mi cola pero la mayoría en la boca. Me hicieron tragar mucha leche. Al rato volvían a calentarse y me cogían otra vez. Terminé muy agotado.


"Sos una muñequita muy complaciente" me dijo Marcos en la cama, diciéndome que me fuera a bañar tranquila. El de pelo largo no dijo nada, se lo veía satisfecho pero se cambió y salió afuera. Intercambió unas palabras con Marcos y se fue. Nunca más volví a verlo. Mientras me bañaba, Marcos me dijo desde la cama que siguiera en tanga y corpiño, se quedaría a dormir conmigo y al otro día nos iríamos.


Esa noche dormí a su lado, como una nena, muy agotado por todo el sexo que me había regalado y un poco lamentando que todo esto se terminara. Lo veia dormir a Marcos, pensaba en lo mucho que me gustaba, pensaba en Esteban, en el Maldito y en como todos me habían hecho su nena. Me parecía todo un sueño.


Después de un verano de tantos cambios en mi vida finalmente había llegado la hora de ir a casa. Cuando me desperté, Marcos se estaba bañando. Desde la ducha me dijo que le gustaría que siguiera vestida como mujer cuando me llevara en su auto, descubriendo que en realidad era una camioneta. 


Le expliqué que me daba verguenza salir a la calle así, pero teniendo en cuenta que la habitación era contigua al estacionamiento me dijo que no me preocupara que nadie lo notaria. Terminé aceptando aunque con algunas dudas. La ropa, de nuevo la trajo él, aunque no era la misma de la vez anterior.


De la habitación fuimos directo a la camioneta y una vez que aceleró pude saber un poco más sobre él. Me dijo que al igual que Esteban era profesor de secundaria y que de hecho se conocían con Esteban desde que ambos cursaron el profesorado. Al Maldito lo conocieron posteriormente en algún negocio que no me terminó de explicar.

En cada semáforo donde paraba el me decía que la había pasado muy bien conmigo y que había aprendido muy rápido mi rol de nena. Yo me sonrojaba. Pasaron varios minutos más hasta que me dijo que antes de ir a Buenos Aires, donde tendría otros negocios quería despedirse de dos amigos que Vivian en las cercanías a Mar del plata. Me dijo que seria rápido y podía esperarlo en el auto, así que acepté, además de que tampoco me quedaba otra opción.


La casa a la que fue estaba bastante aislada en una zona como de campo. Dejó la camioneta estacionada, apenas habíamos pasado el mediodía y me puse a esperarlo ahí. Aprovechando que no se veía gente ni nada a varios kilómetros bajé de la camioneta a estirar las piernas, sin importar que estuviera vestido de mujer.


Estuve esperándolo unos 15 minutos y casi me muero cuando vi venir a otra persona que no era él. Era un pibe de unos 20 años, muy feo y muy flaco, me imaginé que era uno de sus amigos y que me viera así me avergonzó tanto que me metí rápido en la camioneta. Este pibe me hablaba con confianza. "Tranqui que Marcos nos contó todo, no tengas verguenza"




Dicho esto me invitó a pasar, porque aparentemente estaban tomando algo y se iban a quedar un rato. Le dije que no hacia falta, que prefería esperar en la camioneta. El pibe intentó convencerme pero ante mi negativa se fue. Entonces vino Marcos y empezó a hablarme como siempre lo hacia. Me dijo que no tuviera miedo, que eran amigos suyos y que el me iba a cuidar. Le dije que me estaba muriendo de la verguenza y el besándome y tocándome la cola me decía "Sos mi nena, no pasa nada. Veni conmigo, dale" así que finalmente lo hice.


Me llevó a una especie de quincho donde había solamente una mesa de pool y un sillón. El flaco que me había hablado antes estaba ahí y el otro hombre no era feo pero si más viejo, más incluso que Marcos que me llevaba por lo menos 25 años. Supongo que este tercer hombre tendría casi 50 años y era algo pansón. Aunque no estoy seguro creo que se llamaba Ramón así que voy a mencionarlo con ese nombre.

Estaban jugando al pool y tomando cerveza. Cuando me vieron entrar con Marcos, quien me sentó a su lado en el sillón vinieron también. El flaco me hablaba y me seguía pareciendo feo. Me ofreció cerveza y la rechacé. Me contaba que Marcos les había contado todo y que según el, yo era el mejor polvo que había tenido. Yo tenia mucha verguenza así que casi no hablaba.


Marcos, siguiendo la conversación con el flaco mientras Ramón se limitaba a mirarme con una cara bastante degenerada, decía "Mostrale mi nena, mostrale lo que son tus tetitas". Me levanté el vestido con mucha verguenza y los otros dos tipos me elogiaban la piel. El flaco me empezó a tocar lo que serian mis "tetitas" sin pedir permiso y le decía a Marcos que nunca había visto un putito así. Marcos le dijo que yo era una nena, y que así debía tratarme. "Perdón nena" me dijo el flaco y me seguía tocando.

El otro tipo, Ramón también me empezó a tocar las tetitas y Marcos me iba sacando el vestido. "Mostrales nenita linda como gemís, así bien putita" me dijo. Lo hice y los tipos parecían desesperados. "Vieron que no les mentí decía Marcos y Ramón le dijo "De donde sacaste a esta putita, te la tenias guardada" y se reían mientras me seguían manoseando. Yo me agarraba de la mano de marcos un poco por verguenza y otro poco por temor y el me decía "Tranquila mi nena", haciéndome sentir que iba a estar bien.

"Ahora mostrales la colita, ofrécela" me dijo Marcos. Me hizo pararme y me fue bajando el pantaloncito corto de jean. Abajo solo tenia la tanga. Ramón metió mano y me manoseaba todo el culo. El flaco lo mismo y Marcos les decía lo mucho que le gustaba mi cola. Me fueron bajando la tanga hasta sacármela y me siguieron manoseando un rato. Marcos me pedía que no dejara de gemir y me di cuenta que eso los ponía locos porque aceleraban el ritmo del manoseo.

Después de eso dejándome desnudo, solamente con mi peluca y ellos tres todavía con ropa, se bajaron los pantalones y me hicieron arrodillarme para que les chupara la pija. La pija del flaco era enorme y durante mucho tiempo no vi otra igual. Superaba a la del Maldito pero el flaco no me gustaba, no me sentía excitada viéndolo. La de Ramón era similar a la de Marcos, me fui alternando para chupársela a los dos, mientras Marcos estaba atrás mío, desnudándose y preparándose para empezar a hacerme la cola.


Así me tuvieron un buen rato y mientras tanto conversaban entre ellos. Ramón le dijo a Marcos que le encantaba que fuera tan obediente y Marcos sonreía orgulloso y decía cosas como "Ella está loca por la pija mía y coge con quien yo le digo" . "No putita?" me decía y yo sacándome las pijas de la boca le respondía "Si papi". Me hacia volver a responderme pero sin sacarme las pijas de la boca y por alguna razón cuando lo hice, eso los calentó mucho.


Ramón fue el segundo en cogerme. Se acostó boca arriba y me hizo sentarme arriba de su pija dándole la espalda. Empecé a hacer rebotar mi cola, teniendo a mi izquierda la pija de marcos y a mi derecha la del flaco. Mientras saltaba sobre la pija de Ramón les chupaba la pija a los otros dos alternando de izquierda a derecha.

El tercero en cogerme fue el flaco. Me hizo ponerme en cuatro sobre el sillón mientras yo le chupaba la pija a Ramón que estaba sentado. Marcos estaba parado tocándome la cara y dándome ánimos para hacer un buen pete diciendo que era lo que tenia que hacer como una buena nena. El flaco me cogia fuerte y esa pija tan grande me dolía un poco pero intentaba concentrarme en el pete y no decepcionar a Marcos a quien consideraba mi macho.


El dia se hizo noche, nos pasamos muchas horas cogiendo. Se turnaban, me tiraban la leche en la cara y mientras uno descansaba otro me cogía. No me daban descanso. Tenia toda la cara llena de leche y parte de mi cuerpo también. Mi tanga, que me la habían vuelto a poner también estaba llena de leche y me seguían cogiendo así durante horas. Había tragado mucha leche también y ya mis gemidos sonaban muy femeninos pero también muy cansados. Ni sentía mi cuerpo. Me dejé llevar y por momentos ya ni veía quien de los tres me estaba cogiendo. Todo esto pasó arriba del sillón.




Ahí mismo me quedé dormido una vez que los tres quedaron satisfechos. No escuché mucho entre el cansancio y lo débil que estaba pero el flaco se despidió de los demás. No lo volví a ver jamás. Ramón me volvió a coger estando yo entredormido, lo sentía penetrándome la cola, con marcos agarrándome la mano y diciéndome que era una putita muy linda. Me hacia chuparle los dedos así entredormido. Finalmente me quedé dormido del todo y no creo que hayan seguido usando mi cuerpo después de eso.


Al día siguiente me desperté pasadas las 2 de la tarde. Marcos estaba vestido al lado mío. Me indicó donde estaba el baño y me bañé, con la peluca puesta. Después me dijeron que desayunara "tranquila". Ahora si era la hora de ir a Buenos Aires. Marcos me habló en la cocina del quincho me dijo que le había pedido a Ramón que manejara su auto a Buenos Aires para que nosotros dos pudiéramos coger en los asientos de atrás tranquilos. Mi cara era de cansancio puro, pero el me dijo que también me iba a mimar, por ser una nenita obediente. Le dije que me parecía bien.

Por si no queda claro, durante todo el viaje en camioneta, yo seguía vestido como una nena. Ramón manejaba y Marcos y yo íbamos en la parte de atrás tirados en un colchón. Me bajaba el pantalón y golpeándome las nalgas entangadas le decía a Marcos "Te gustó probar esto no". Ramón decía que si y pedía que paráramos para volver a disfrutarlo pero Marcos le dijo que No, que ya había tenido su parte.


Le chupe la pija a Marcos durante buena parte del viaje, también me abrazaba me hacia sentarme a upa suyo y me pedía que dijera varias frases siempre con mi tono de nena, haciendo que repitiera algunas porque le gustaba como sonaba. Se calentaba y me empezaba a coger ahí mismo en el colchón mientras Ramón manejaba y se quejaba de no poder participar el también.


Marcos me cogió de parado haciéndome apoyar las manos en el vidrio de la ventana y me hacia saludar a algunas personas ancianas que miraban horrorizados lo que estaba pasando. Me cogía tan bien que no sentía verguenza en ese momento y saludaba como el me decía, mientras los dos nos reíamos. Le dije al oído que me había hecho muy feliz y el me dijo que nunca había "tenido" (usó esa palabra) una putita tan obediente como yo.


Llegando a la estación que daba a mi barrio era el momento de bajar. Marcos se fue al asiento de adelante con Ramón y me cerraron con una cortina que tenían ahí para que me cambiara tranquilo y me bajara. Le dejé la ropa de mujer que me había dado, dejándome solamente la tanga y el corpiño (por aquella vieja amenaza del Maldito) y guardando la peluca en mi mochila. 


Asi me bajé de la camioneta y empecé a caminar, pensando en que ya había quedado atrás mi vida como nena, al menos en parte porque el miedo de que reapareciera El Maldito era lo que me hacia seguir usando tanga y corpiño.

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