You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Nacido para servir a los machos (7)

El día del partido había llegado. Yo, todavía estaba en casa de mi prima, mirándome al espejo con la ropa más de trola que Esteban había seleccionado entre las pertenencias de ella. Antes de eso me había llegado por correo una peluca nueva, que el propio Esteban me había comprado. 

La peluca era rubia y me llegaba hasta los hombros. De las tres pelucas que tenia esta fue mi favorita siempre. Esteban dijo una vez que acompañaba perfecto mi cara de nena y le gustaba verme de espaldas y en tanga usando esa peluca, pero eso fue mucho después. Todavía no la había estrenado, acababa de llegar.


Me miraba al espejo sintiéndome cada vez más entregado, más trola, más mujer, una puta obediente como mis machos me habían estado enseñando todo ese tiempo. La ropa de mi prima era un vestido trasparente, de esos que a las mujeres les muestra las tetas, prácticamente, con mangas largas, todo de una tela suave, abajo uno de sus pantalones apretados que me marcaban mucho el culo y por supuesto una de sus tangas y corpiños. 


Me miré frente al espejo un buen rato con todo eso y la peluca pensando solamente en complacer a Esteban. De nuevo me volvia a sentir como la nena enamorada que me senti el dia que me desvirgó y me hizo su nena por primera vez. Además recordaba lo de la noche anterior y más me excitaba. Arriba de todo eso, obvio me puse mi ropa normal y la peluca la guardé en una mochila. Cuando ya estaba listo fui directo al club donde se jugaria el partido. Esteban me indicó que lo esperase en los vestuarios una vez que el partido estuviera iniciado y ya vestido de mujer.

Me daba un poco de miedo que entrase alguien en ese momento pero el me habia aclarado varias veces que eso no iba a pasar. Confié en su palabra y ya vestido como una trola me puse a espearlo en ese vestuario. Él no tardó mucho. Tenia puesta una campera de cuero y un pantalón de jean. Debajo de la campera tenia una musculosa negra. Me halagó apenas me vio diciendome que era una putita hermosa y yo le sonrei contenta.

Arrodillado en el suelo empecé a chuparle la pija como a él le gustaba, es decir usando solo mi boca y mi cabeza sin tocarla con las manos. Él me la sacaba de la boca y me la volvia a poner haciendo que tocara los costados de mi boca por dentro. Se la chupé con muchas ganas como siempre pero internamente seguia sintiendo miedo de que pudise entrar alguien, cosa que por suerte no pasó.




Ese temor que tuve se me fue rapidamente cuando empezó a cogerme de parado. Me hizo levantar la cola lo más que pudiera asi que me agaché, tocando el piso con mis manos y levantando la cola para que el pudiera cogerme agarrandome de la cintura. Yo seguia vestido como el me dijo. Simplemente me bajó los pantalones y corriendome la tanga me dio una hermosa cogida, bajando sus pantalones y sacandose solamente la campera de cuero.




Durante el resto del polvo me fue cogiendo de diferentes maneras, poniendome en cuatro sobre el suelo o acostandose boca arriba y haciendome cabalgar dandole la espalda. Me encantaba su forma de cogerme y que siempre me tratara como su nenita. Eso me excitaba todavia más y queria complacerlo mucho. Para ese momento ya me habia quitado toda la ropa de abajo, dejandome solamente el vestido trasparente y la peluca. El estaba todo desnudo cogiendome muy fuerte y diciendome que me estaba portando muy bien que era su chiquita y cosas asi.




Cuando acabó lo hizo adentro de mi boca haciendome arrodillar. Me tragué su leche con muchas ganas y le sonrei, agradecido por todo lo que me hacia sentir. Mientras saboreaba su leche me dijo que por la tarde/noche, ese mismo dia, el grupo de mis amigos lo habian invitado a un asado en la casa de uno ellos (que yo ya conocia) y que el propio Esteban se habia comprometido a ir antes para hacer el asado. Me indicó que lo esperara en ese lugar para volver a cogerme. Yo no podia más de la alegria.




Volvi a lo de mi prima, me bañé, y de nuevo el mismo sistema de la mañana. Travestirme nuevamente y ponerme la ropa comun arriba para ir a entregar la cola nuevamente a mi macho pero ahora en la casa de uno de mis compañeros del colegio.




Empezó a cogerme en el jardin de la casa y después pasamos adentro mientras el me cacheteaba la cola diciendome que "a papi le gusta que seas asi, bien putita". Me cogió arriba de un sillón, todavia más fuerte que en el polvo de la mañana. No me hacia solamente gemir, sino también gritar de placer mezclado con dolor porque me clavababa muy fuerte y me dolia un poco la cola desde temprano.




Me daba nalgadas y me hacia cogerlo con la cola mientras el me miraba. Me decia "eso putita, asi ... asi le gusta a papi". Adoraba a ese macho y queria hacer todo para complacerlo. Me salian las lagrimas de tener su pija tan adentro pero me seguia moviendo igual y nunca le dejaba de sonreir, porque lo veia complacido. "Muy bien putita, asi" me decia el y nuevamente me hizo tomar la lechita al acabar.




No me quedé al asado, por pedido de él. Me fui a casa volviendome a poner mi ropa, sin que el me viera, porque habiamos aprendido a manejarnos asi. Acordamos que en pocos dias me llamaria para volver a cogerme en algún otro lugar. "Si no consigo lugar vamos al telo" me dijo y yo le dije que me parecia bien. Esa misma noche por mensaje me dijo "esta vez papi no va a dejar escapar esa colita. Siempre vas a ser mi putita, sabés" y yo obviamente le dije que si, porque era lo que queria. 




Se hizo costumbre desde ese dia, mensajearnos de noche. El me pedia que le mandara fotos en tanga y yo lo hacia, pero terminaba muy caliente. Me pidió que no me metiera nada en la cola, que solamente él queria penetrarla. Yo obedeci, obviamente.




Después de más de 10 dias de hablar por mensaje casi todos los dias, finalmente me dijo que habia conseguido un lugar. Ahora era el quien estaba cuidandole la casa a un amigo y su esposa no aparecia por ahi, asi que me dijo de vernos en ese lugar. Por supuesto accedi. Preparamos todo para que yo llegara antes y me pusiera una ropa seleccionada por él. Me habia dejado la llave en una maceta cercana a la puerta. 




De esa manera cuando el viniera yo ya estaria vestido como su nena y listo para entregar la cola una vez más. Habian pasado tantos dias que ya no veia la hora de volver a ser su hembra.




La ropa que me habia dejado era una pollera cortita, de colegiala y un vestido blanco que solo tapaba la parte de las tetas de las mujeres, dejando que se viera también el corpiño, porque era un vestido mucho más chico en comparación. Me llevé la peluca rubia pero la de pelo largo, porque no encontré en ese momento la más corta que el tanto le gustaba.




Me manoseó la cola entangada por debajo de la pollera y me lengueteó el cuello, los brazos, todo. Me seguia diciendo que mi piel era muy suave, de mujer y que junto con mi cara de nena y mi cola era un combo perfecto, que habia nacido para ser una nena. Yo lo escuchaba y me excitaba mucho. Mientras me seguia lengueteando el cuerpo me decia al oido que lo que más le gustaba era la forma en que hablaba como una nena, asi que me hacia responderle en ese tono que para mi ya era habitual y se re calentaba. Yo también lo estaba.




Esa tarde cogimos todo el dia, varias veces. Terminé muy agotado y volvimos a repetir dos veces más los dias siguientes hasta que finalmente su amigo volvió de viaje y tuvo que devolver la casa. Me dijo que en pocos dias me llamaria nuevamente y por primera vez iriamos al telo. Obviamente mientras tanto nos seguiamos mensajeando. Yo vivia pensando en el, me sentia como una nena enamorada y lo unico que me interesaba era complacerlo.


Con Esteban empezamos a vernos para ir al telo una vez a la semana. La primera vez que fuimos hubo muchas conversaciones previas por mensaje de texto. El quería asegurarse de que yo iba a ser cada vez más nena según me dijo y yo estaba de acuerdo, obvio.




Eso duró más de dos meses y recuerdo varias cosas. Por ejemplo una vez que me empezó a coger, yo teniendo la peluca rubia de pelo largo. Los encuentros eran pasado el mediodía, casi siempre pero esa vez Esteban estaba muy caliente. Me cogía super fuerte y me cacheteaba la cola como pocas veces dejándomela marcada.




Aunque no era tan bruto, cada tanto me pegaba una cachetada mientras me hacia la cola, pero aquel día puntual yo sentía la cola re abierta y sentía que se me estaba agrandando de tanto que me la habían cogido. El me dijo que era normal y que como su nena tenia que entenderlo. Yo, obvio le decía que estaba de acuerdo porque me encantaba como me trataba y también como me garchaba.




Recuerdo otra ocasión donde él estaba tan caliente que directamente me cogió sin darme tiempo a usar ninguna peluca. Ni siquiera la tanga o el corpiño me dejó. Me puso en bolas, el mismo y me empezó a coger re fuerte. Me dolía y se me caían algunas lagrimas pero lo que más quería era complacerlo y el se extasiaba de ver como yo me movía dispuesto a romperme el culo solamente para hacerlo gozar.




A veces terminábamos de coger y nos tirábamos en la cama un rato. El se quejaba de su esposa o me contaba algunos de sus problemas personales. Yo lo escuchaba, de más está decir que siempre estando vestido como su nena y hablándole con la voz femenina de siempre. Le daba besos en su musculoso cuerpo mientras el me hablaba, pero en seguida se calentaba y me volvía a coger otra vez. Era hermoso.




No le dije que lo amaba pero si le decía que siempre quería ser su nena. El me decía que así iba a ser, que yo era su putita y que el siempre me iba a cuidar. Que con él iba a ser cada vez más nena y obvio a mi se me hacia agua la cola escuchándolo decir todo eso. Me gustaba porque en la cama era un toro pero después me trataba como a su nenita, siendo muy considerado. Eso me volvía loco porque ninguno de los otros machos que me habían cogido era igual.




El problema era que no solo gracias a Esteban, sino también a todos los otros machos que fui mencionando en estos relatos yo me sentía cada vez más puta y vivía caliente con ganas de que me rompan la cola o me hagan chupar pija. Todo se había iniciado con Esteban y nunca me pude calmar. Sabia que siempre seria una puta. Amaba a Esteban pero también me calentaba recordando al maldito, a Marcos, al policía, ETC.




Alrededor de esa época apareció Tony.




Tony era un macho musculoso, casi tanto como Esteban. Nos lo habíamos cruzado en los pasillos del telo, donde el siempre iba con una chica distinta. Yo, muchas veces, por no decir siempre, entraba a la habitación ya vestido como mujer, y a veces directamente en tanga y corpiño, porque a Esteban le gustaba ir desvistiéndome rumbo a la habitación. Tony, que todavía no sabia que le decían así fue testigo de eso varias veces y notaba que me miraba mucho la cola, pero más allá de un saludo general no pasaba nada.




En una de esas ocasiones, todo pasó en un segundo. Nos cruzamos en el pasillo. Esteban estaba sentado en la cama de nuestra habitación con la puerta abierta y me pidió que me fuera acercando en cuatro patas moviendo la cola. Tony aprovechó ese momento (con su chica también en su habitación) para darme un papelito donde decía "Tony" y su numero de teléfono. Sin que Esteban me viera, me las arreglé para guardar el papel abajo de mi peluca y después de eso me acerqué en cuatro patas y moviendo la cola como Esteban me pidió.




Me calentaba mucho Tony y me lo imaginaba cogiéndome, así que le escribí esa misma noche. Le dije, "Soy el putito del telo". "Como te llamás" puso el. Le dije mi nombre real y el me empezó a decir que tenia "un re orto" y que me quería coger, que quería ir a otro telo conmigo para no levantar sospechas. Coordinamos bastante rápido la verdad porque con Esteban solo nos veíamos una vez a la semana, así que no fue tan complicado encontrar un día. 




Me preguntó si me gustaban las pelucas y cuando le dije que si me dijo que me compraría una nueva para estrenar con él. Le pregunté si también podía comprarme ropa y me dijo que si, que le encantaba que sea un putita coqueta y que con él la iba a pasar muy bien.




Me dijo también "Te animás a mandarme un audio gimiendo así bien putita". Lo hice y me dijo "Uyy, trola divina como te voy a coger". Me mandaba fotos de la pija, no era tan grande como la de Esteban pero era gruesa y eso me gustó. Yo les mandé algunas de la cola entangada. "Sabés como te voy a hacer gozar pendeja" me decía él. 




Le dije que me daba un poco de miedo porque su pija era gruesa y me dijo que no pasaba nada, que el sabia tratar a una buena putita. Bueno, hubo algunos mensajes más pero no muchos. Coordinamos el día y tenia mucha ansiedad.




De nuestro primer encuentro en el telo guardo recuerdos hermosos, primero quedé encantado cuando vi la peluca, rubia, no tan larga, no me llegaba ni hasta los hombros pera era hermosa. Fue mi peluca favorita desde ese día, una pollera rosa transparente que dejaba ver la tanga, rosa con violeta y un corpiño de los mismos colores. No podía esconder mi felicidad cuando me vestí con todo eso mientras el me veía pajeandose.




Me hizo chuparle la pija un poco. No me costaba comérmela toda y además me encantaba. Me dijo que era una peterita muy linda pero no dijo mucho más. Solamente gozaba mientras yo lo peteaba solo usando mi boca. La tenia durísima, me encantó.




Después se acostó en la cama, boca arriba y me sentó arriba de su pija dándole la espalda, tomándome de la cintura, diciendo que empezara a moverme, así que me puse a cabalgar su pija y a gemir como una perra alzada porque así estaba. Tony no era de hablar mucho a diferencia de todos los otros machos con los que había estado. Solamente le interesaba coger y escuchaba como gozaba pero solo hablaba para indicarme en que posición ponerme.


Fuimos al telo una vez más, a ese mismo y también la pasé muy bien, aunque no hablara tanto. El solamente quería coger. Las dos veces me acabó en la cola. Fueron polvos largos pero no hubo más. Me gustaba como macho pero que no hablara tanto lo dejaba algunos escalones por debajo de los demás. Lo compensaba con la duración del polvo.


En paralelo a eso, seguía yendo al telo con Esteban. El me decía "Bebé, como se te agrandó la cola ehhh" y obvio no podía decirle que había estado entregándosela a otro macho. El me decía "Estoy orgulloso de mi nena como complace a papi" y yo moría de calentura y de amor por él. A veces me dolía la cola de tanto que me cogía pero no me importaba. Era mi obligación como el me había enseñado.


En algún punto lo de ir al telo se cortó, pero hablábamos por teléfono todos los días. Me dijo que tenia la idea de abrir un local de ropa junto a su mujer y que era la excusa perfecta para tener un lugar donde cogerme. Quería darme un trabajo (como asistente de su mujer) y aprovechar el horario del cierre, cuando estuviera solo para venir a coger conmigo. Pero de eso hablaré en el próximo post.

0 comentarios - Nacido para servir a los machos (7)