Después de mi segunda vez con Esteban, pensé que iba a dormir tranquilo un rato largo pero no llegué ni a descansar media hora, porque alguien me vino a despertar. Alguien prendió la luz de golpe y me destapó. Era El Maldito, el dueño de la casa, un tipo alto no tan musculoso como esteban pero con una actitud prepotente que nunca me había gustado. Me dijo "Veni inmediatamente a la cocina" como si fuera una orden.
Me cambié y fui hasta la cocina sin entender nada. El me estaba esperando, parado, vestido de traje y mirándome con una expresión de odio terrible. Me dijo "VOS TE PENSAS QUE VAS A HACER LO QUE QUIERAS EN MI CASA". Yo, todavía confundido le dije que no sabia que pasaba o porque estaba tan enojado. Se me fue acercando cada vez más sin dejar de mirarme fijo. Me daba miedo.
VI COMO TE COGIA ESTEBAN .. EN MI PROPIA CASA. Me dijo eso agarrándome del pelo, fuerte y muy enojado. Solamente pude decirle "perdoname" y traté de explicarle algo que no tenia forma de explicar ni de negar. Le pedí que por favor no dijera nada. Con el mismo tono patotero me dijo "Yo sabia que eras flor de puto vos".
Yo estaba re asustado porque me hablaba muy mal y aparte me insultaba. Era todo lo contrario a Esteban y para colmo estaba enojado, así que me quedé quieto esperando a que se calmara pero el seguía acelerado.
- VOS QUERES QUE NO DIGA NADA¡? PERFECTO, AHORA ME TOCA A MI DISFRUTAR DE ESE CULO
Entendiendo lo que me estaba diciendo le empecé a decir que no, que por favor. Y la verdad es que yo no quería nada con el. Me había encantado ser la nena de Esteban pero eso fue porque el supo hablarme y tratarme bien, convenciéndome con su manipulación. El Maldito era un forro y me daba miedo. No quería que me cogiera nadie que no fuera Esteban.
- VAS A DEJARTE COGER TE GUSTE O NO. DE LO CONTRARIO, YA SABÉS LO QUE VOY A HACER
No tenia más remedio, me iba a mandar al frente, y eso habría sido muy avergonzante para mi, no sabría con que cara volver a mirar a mi prima si se enteraba de que había tenido sexo con un hombre y estuve a punto de largarme a llorar. Si no lo hice fue porque la violencia con la que se manejaba El Maldito no me daba tiempo a pensar en nada.
Me agarró del cuello y me seguía diciendo "Puto", me decía que mi cola de putita ahora iba a ser de el y de nadie mas, que se la tendría que haber entregado primero a el. Me dio mucha verguenza saber que el había presenciado todo el polvo con Esteban y lo supe cuando me dijo que quería escucharme gemir y hablar con la misma voz de nena que me había pedido Esteban.
Me preguntó si había entendido y poniendo voz de nena le dije "Si papi", porque eso era lo que me había enseñado Esteban. Me pegó a mano abierta muy fuerte en la cara - "PAPI NADA … MI MACHO ME TENES QUE DECIR" así que aguantándome las lagrimas le dije "Si mi macho"
- BUENO DALE NO ME HAGAS PERDER EL TIEMPO, PUTO, PONETE LA ROPA DE MUJERCITA QUE TENIAS HACE UN RATO
Le expliqué que el vestido se había roto y me dijo que buscara otro, además de la tanguita. Cuando lo hice me dijo que era flor de puto y que me quedaba calcada porque mi pito parecía un clítoris. Seguía hablándome re enojado y yo asustado. Como pude conteniendo las ganas de llorar le dije que tenia miedo de que vinieran los demás y nos encontraran.
Me dijo que el se había encargado de demorarlos. No me explicó de que forma y tampoco le pregunté, por miedo. Con una mano me agarraba del pelo y con la otra del cuelo. No recuerdo las palabras exactas pero me dijo que más me valía comportarme como una mujercita o me iba a tratar mucho peor.
Me hizo arrodillarme en el suelo y agarrándome todavía del pelo, sacó la pija, que debo decir, era más grande que la de Esteban y también mas gruesa, cosa que me asusto mucho. No tenia las mismas formas de Esteban, eso ya estaba claro pero aparte era muy bruto, prácticamente me empezó a coger por la boca, yo me atragantaba y a pesar de eso el no paraba. Me decía "Cométela toda y no me hagas enojar"
Sin decir nada y prácticamente sin mover la cabeza, traté de aguantar como pude los pijazos que me enterraba en la boca, Me daba arcadas porque me la metió toda de golpe y me la hizo comer toda agarrándome la cabeza. Con Esteban no había podido hacer eso, y este hombre me usó como basura. Era imposible tranquilizarse. No pude más y empecé a llorar mientras estaba atragantado con su pija.
Eso lo enojó todavía más. Agarrándome del pelo me hizo apoyar la cabeza contra una silla mirando de costado y se sentó arriba de mi cuello con la pija que se le escapaba por la bragueta. Me hizo quedarme ahí mientras se sacaba el traje, cosa que hizo bastante rápido y después manteniendo su mano apretando mi cabeza contra la silla me volvió a meter la pija en la boca. Después tuve que seguir haciéndolo arrodillado mientras el presionaba mi cabeza.
Fueron muchos minutos donde me obligó a chuparle la pija y poco a poco empezó a bajar su nivel de agresividad, al menos por un rato. Fue dirigiendo el pete de manera más calma pero aun así me seguía atragantando. Era muy difícil tener todo ese pedazo en la boca sin que diera arcadas y aparte de eso teniendo que soportar los insultos que me decía mientras lo hacia.
Se me caía la baba mientras el seguía sosteniendo mi cabeza y hundiendo su pija adentro de mi boca. Yo ya había dejado de llorar pero todavía seguía asustado. El tipo literalmente me estaba usando como una cosa y no tenia forma de evitarlo.
- ASI QUE ESTÁ ENAMORADA DE ESTEBAN LA NENITA … VOS TENES QUE SER PUTO MIO, NADA DE AMOR
Aparte de decirme eso, también me dejaba su pija en la boca quieta y me hacia mirarlo a los ojos mientras me seguía diciendo cosas. Me sorprendía y me asustaba porque su pija en ningún momento perdía su dureza y yo ya no podía más de los nervios.
Finalmente me corrió la tanga y me dijo que me dejara el vestido puesto. El se quedó completamente desnudo, agarró su calzoncillo y mientras lo mantenía en una de sus manos me dijo que mantuviera la boca abierta mientras me cogía.
Me puso de espaldas hacia el y me empezó a coger muy fuerte. Inmediatamente empecé a gemir, porque me estaba rompiendo la cola y no pude evitarlo. Me pegaba nalgadas diciéndome que no cerrara la boca, que la mantuviera abierta y que siguiera mirándolo. A diferencia de Esteban que me hacia sentir una nena, El Maldito no solo quería cogerme sino que además me estaba humillando y gozaba con eso.
Mientras seguía cogiéndome, yo estaba con la boca abierta mirándolo y sin darme tiempo a nada me puso su calzoncillo en la boca, amenazándome con que si me lo sacaba la iba a pasar peor.
Me cogió re fuerte sin darme derecho a sacarme su calzoncillo de la boca. Sentía como si la cola literalmente se partiera. El estaba enceguecido y no paraba de decir que yo era un puto y que me merecía terminar con el culo roto aparte de muchas otras agresiones verbales y otra vez me puse a llorar, pero ahora porque esa pija me estaba rompiendo.
En un momento mientras me estaba cogiendo sonó el timbre y se quedó quieto lanzando un insulto al aire. La sacó y me dijo que ni se me ocurra sacarme el calzoncillo de la boca. Me hizo ir a la parte del lavadero que estaba a unos 30 metros y que lo esperara ahí arrodillado. Lo hice, y en eso escucho que vuelve a sonar el timbre. A los 5 minutos vuelve el.
Así como llegó me levanto de los pelos, yo todavía con el calzoncillo en la boca me pone de espaldas contra un lavarropas, me vuelve a correr la tanga y me empieza a coger de nuevo. Mientras lo hace escucho la voz de mi prima y de toda la otra gente del grupo. Las voces venían de la cocina.
Mientras me cogía , giré mi cabeza para mirarlo, re preocupado y me dijo al oído que me portara bien o invitaba a todos al lavadero. El, literalmente había orquestado todo para que las cosas se dieran así. Supongo que toda esa situación de someterme a su manera le daba morbo.
El resto del polvo fue así de violento. Me rompió la cola en varias posiciones, mientras sonreía con mucha maldad. Yo no podía gemir, cosa que era muy difícil pero sabia que no podía hacerlo o corría riesgo de que escucharan desde la cocina.
Cuando ya me había dejado todo roto, me sacó su pija de la cola y me hizo acostar boca arriba, poniéndomela de nuevo en la boca, después de retirar el calzoncillo.
- A TOMAR LA LECHE
Diciéndome eso acabó todo adentro de mi boca. Me había dejado hecho mierda y tremendamente cansado. Me hizo señas de que me dirigiera a un patiecito que estaba al salir del lavadero y que lo esperara en ese lugar.
Cuando volvió, trayendo ropa mía, me dijo que mi prima se iba a volver a Buenos Aires, pero que yo me iba a quedar una semana más. Estaba obligado a hacerlo así que protestar era inútil, Me pidió que me inventara una excusa para quedarme en la playa dos días más y obviamente yo sabia que iba a estar obligado a que me siguiera cogiendo.
Le pregunté si me prometía que después de una semana me iba a dejar ir y su respuesta fue que si, pero que solamente lo hacia porque en una semana volvía su esposa de Tandil, que se encontraba allá por negocios, que si no fuera por ese detalle me tendría de puta toda la vida. Me dejó un poco tranquilo saber que al menos se terminaría todo una semana después
Cuando me despedí de mi prima en la terminal, me moría de ganas de irme con ella pero sabia lo que podía pasar si hacia eso. No podía decir nada y eso me seguía angustiando. Volví a la casa del Maldito, que ya por supuesto estaba solo. Cuando llegué se estaba cambiando. Me dijo que iba a volver tarde, que en la heladera había comida y que ni se me ocurriera irme a ninguna parte o de lo contrario le contaría todo a mi prima y al resto del grupo.
Me quedé solo, todavía con angustia pero un poco más tranquilo de no tener que verlo en las siguientes horas. No tenia hambre así que no comí. Vi un poco la tele y nada más. Era solamente esperar a que la semana se pasara lo más rápido posible.
Él volvió mas o menos a las once de la noche. Traía en su mano una peluca de mujer de pelo negro, largo y una tanga roja con un corpiño también rojo. Me ordenó que me sacara todo y me pusiera todo eso, que iba a ser su puta toda la noche, cosa que recordando lo de la ultima vez me asustaba un poco. Creo que el se dio cuenta de eso, porque me puso su cara muy cerca de la mía y me dijo que mientras me portara bien y no me quejara de nada, el me iba a tratar bien.
Esperaba que me cogiera y listo, pero no. Primero pasó casi una hora sacándome fotos con su celular. Me hacia posar haciendo pucherito con la boca, poniendo caras de nena, tirando la cola para atrás y un montón de otras cosas bastante humillantes pero a este punto ya no tenia elección. Una de las fotos donde me pidió que me acostara boca abajo en su cama y levantara la cola para arriba lo hizo calentarse y estuvo a punto de clavarme, pero algo lo hizo frenar.
Yo sabia que no podía cuestionar nada, pero el quizás vio mi preocupación. Me dijo que hacia esto por seguridad, por si algún día se me ocurría "faltarle el respeto" lo que para mi significaba desobedecer o cuestionar según me dijo ... En ese caso el mostraría las fotos a todo el mundo. Así que solamente asentí con la cabeza y me dejé fotografiar en varias poses más. El me tomaba las fotos estando desnudo y pude ver que la tenia re parada y dura, cosa que un poco me calentó a pesar de la contradicción interna que tenia.
Me hizo chuparle la pija mientras me sacaba fotos también haciendo eso o me hacia arrodillarme y me agarraba desde la pera, pidiéndome que sonriera o que abriera la boca y sacara la lengua, que luciera como una "putita feliz". Si no me salía bien me levantaba un poco la voz y me amenazaba con golpearme hasta hacerlo bien, así que tuve que cumplir todo al pie de la letra, porque me daba miedo que me pegara. Aunque al principio costó, no me quedó otra que entregarme porque no tenia más opción.
En cierto punto cuando ya no pudo mas de la calentura, hizo su celular a un lado y solamente se dedico a mirar como le chupaba la pija. Me seguía atragantando y era muy difícil sobrellevarlo, pero a el no le importaba eso. Me agarraba de la cabeza y me la hacia comer toda. No fue tan violento como la vez anterior cosa que internamente agradecí, pero seguía imponiéndose como un bruto.
Después de eso me puso de espaldas frente al espejo y corriéndome la tanga me empezó a coger. El tipo estaba re caliente, fuera de si y yo empecé a sentir una mezcla de dolor y de placer. Todavía no me había recuperado de la ultima vez y ahora estaba rompiéndome la cola de nuevo. Apoyé las manos en el espejo y cerré los ojos tratando de aguantar como podía. No pude evitar gemir como putita, cosa que a el le encantó y me pedía que lo siguiera haciendo., que tenia que trabajar más en mi tono para ser una nena completa.
Mientras me iba cogiendo me apretaba del cuello, no tan fuerte pero si con firmeza. Me dijo que no me asustara, que eso era para que mi cola se dilatara. Me ensartaba tan fuerte que hasta escuchaba el sonido de su piel golpeando la mía. Mi cola, completamente dilatada parecía una bolsa como sonaba, como si estuviera desarmando un pedazo de carne. Traté de olvidarme de todo lo demás, porque aunque no quería … Me terminé excitando.
El escupia el espejo y agarrándome de la peluca usaba mi cara como si fuera un trapo para limpiar el vidrio. Lo hizo 5 veces seguidas y todo eso mientras seguía moviendo sus caderas, cada vez más fuerte, enterrándome toda su pija. Las piernas se me aflojaban y la cola ya prácticamente no la sentía. Era una sensación que me terminó gustando. Me había enamorado de Esteban antes, pero El Maldito me cogía de forma completamente distinta y empecé a sentir cosas por el también.
Me hizo arquear la espalda y me ordenó que me abriera las nalgas con las manos, ayudándolo a que su pija siguiera entrando toda. Ya no estaba angustiado ni sentía verguenza ni nada. Me generó algo hermoso que ahora solo quería ser su puta o lo que el quisiera.
Me enloqueció la forma en la que me cogía y a el no le importaba nada más que hacerme sentir que yo era su juguete. Incluso me lo dijo. Me dijo también que yo tenia que entender que mi "culito" era su deposito de leche y lo tenia que aceptar.
El polvo fue larguísimo y el no acababa, era algo increíble. Después me siguió cogiendo en la cama. Me hizo poner boca abajo y levantar la cola hacia arriba, como en la foto que tanto lo había calentado. Entonces se acostó arriba mío y empezó a cogerme así hasta acabar.
En un momento ya no me di cuenta pero era como si mi cuerpo y mi cola respondieran solos. El estaba con la pija enterrada adentro mío, mirándome desde arriba y yo no paraba de gemir y mover la cola para comerme toda su pija. El me decía que siguiera que lo estaba haciendo muy bien.
Fue algo hermoso porque acabó dos veces, primero en mi cola y después apresurándose a acercarse a mi cara, donde me tiró toda la leche y me hizo tragar lo que se había desparramado haciendo que le chupe sus dedos mientras me ponía su leche adentro de la boca. "Mira que contenta que estas putita" me dijo porque me vio sonriendo.
Ahora tenia otro problema más. Pensaba que a Esteban no lo vería nunca más pero El Maldito me había usado de tal manera y me había hecho sentir cosas mucho más intensas que las de Esteban. Tenia miedo de enamorarme de el también y un poco ya me estaba pasando. Le pregunté cual era su nombre y porque lo apodaban El Maldito. Me respondió que lo único que tenia que importarme era entregarle mi cuerpo y tomarme la leche, no podía hacer preguntas.
Todavía quedaba cumplir varios días más a su lado y lo que antes para mi iba a ser una tortura de vivir ahora se había convertido en una tortura porque no quería que se terminara nunca. Quería ser su puta todo el día y que me cogiera toda la vida. A ese punto me enloqueció.
A pesar de todo esto, ni él ni yo contábamos con que habría un problema y ese fue que su esposa volvería antes de lo previsto. Le avisó previamente por teléfono que iba a estar llegando. En cierto modo a pesar de lo que sentía, también me alivié porque al menos volvería a casa y dejaría todo esto atrás como algo anecdótico, pero el Maldito no pensaba dejarme ir todavía. Me llevó a un hotel de la ciudad y alquiló una habitación por tres noches. Mi orden fue no salir de la misma NUNCA y esperar a que el llegara, donde obviamente tenia que portarme bien y ser su puta.
Me aseguró que después de esos tres días me dejaría ir. Me dejó en ese lugar, diciéndome que lo tenia que esperar siempre vestido como mujer y actuando como tal. De ahí se fue a buscar a su esposa a la terminal. Pasé la noche, vestido de mujer durmiendo cansado por las cogidas anteriores.
El vino cada día, una vez por día para cogerme. Fueron más de 48 horas inolvidables. En un momento me cogió de parado y me obligó a maullar como gatita, pegándome nalgadas si no lo hacia lo suficientemente bien. Hubo algunas otras humillaciones que me hacia decir y si bien eso no me gustaba, lo tenia que hacer igual, pero también quería complacerlo, me había convencido de ser su puta y quería hacerlo lo mejor posible. Me entregué completamente. Me di cuenta que cuanto más cumplía con sus pedidos, el mejor me trataba. De cualquier manera se acercaba la despedida. El y su esposa también se iban, pero por viaje de negocios a Cordoba.
Me dio plata para el micro y se despidió fríamente pero antes me dejó un mensaje muy claro. Tenia que seguir usando tanga y corpiño SIEMPRE, las 24 horas del día, porque me dijo que algún día nos volveríamos a ver en Buenos Aires y en ese momento, si yo no tenia la tanga y el corpiño lo iba a conocer enojado. Me volvió a recordar lo que iba a hacer si yo no hacia caso.
Así que de inmediato supe que a partir de ese día siempre usaría tanga y corpiño, esperando que algún día el volviera a reclamar lo que era suyo y de nuevo yo estaría dispuesto a ser su puta. Me hizo cambiarme en un baño publico cerca a la terminal para comprobar que realmente lo había hecho y pude ver su calentura. Me dijo que era su puta y que no lo olvidara.
Hubo un problema muy grande cuando me dejó solo. No había micros hasta el día siguiente y yo ya no tenia donde quedarme. Me puse a correr por la ciudad buscándolo y lo encontré justo antes de cruzar la calle a la avenida que daba a su casa. Le expliqué lo que había pasado, esperando que me ofreciera quedarme una noche en su casa, aprovechando que el y su esposa estarían ausentes pero en vez de eso volvimos al hotel. Me dejó pagada una noche más y se fue, con la misma frialdad de antes. Estaba contento de que iba a poder dormir e irme a Buenos Aires al día siguiente.
El problema fue que en la habitación había otra persona. El Maldito se había ido sin saber este detalle y supongo que en la recepción habrán pensado que estábamos todos juntos o algo así. Me di cuenta de que no estaba solo cuando escuché la ducha. Me levanté de la cama y fui al baño con ánimos de quejarme. Eso dio inicio a otra historia que contaré después.
Me cambié y fui hasta la cocina sin entender nada. El me estaba esperando, parado, vestido de traje y mirándome con una expresión de odio terrible. Me dijo "VOS TE PENSAS QUE VAS A HACER LO QUE QUIERAS EN MI CASA". Yo, todavía confundido le dije que no sabia que pasaba o porque estaba tan enojado. Se me fue acercando cada vez más sin dejar de mirarme fijo. Me daba miedo.
VI COMO TE COGIA ESTEBAN .. EN MI PROPIA CASA. Me dijo eso agarrándome del pelo, fuerte y muy enojado. Solamente pude decirle "perdoname" y traté de explicarle algo que no tenia forma de explicar ni de negar. Le pedí que por favor no dijera nada. Con el mismo tono patotero me dijo "Yo sabia que eras flor de puto vos".
Yo estaba re asustado porque me hablaba muy mal y aparte me insultaba. Era todo lo contrario a Esteban y para colmo estaba enojado, así que me quedé quieto esperando a que se calmara pero el seguía acelerado.
- VOS QUERES QUE NO DIGA NADA¡? PERFECTO, AHORA ME TOCA A MI DISFRUTAR DE ESE CULO
Entendiendo lo que me estaba diciendo le empecé a decir que no, que por favor. Y la verdad es que yo no quería nada con el. Me había encantado ser la nena de Esteban pero eso fue porque el supo hablarme y tratarme bien, convenciéndome con su manipulación. El Maldito era un forro y me daba miedo. No quería que me cogiera nadie que no fuera Esteban.
- VAS A DEJARTE COGER TE GUSTE O NO. DE LO CONTRARIO, YA SABÉS LO QUE VOY A HACER
No tenia más remedio, me iba a mandar al frente, y eso habría sido muy avergonzante para mi, no sabría con que cara volver a mirar a mi prima si se enteraba de que había tenido sexo con un hombre y estuve a punto de largarme a llorar. Si no lo hice fue porque la violencia con la que se manejaba El Maldito no me daba tiempo a pensar en nada.
Me agarró del cuello y me seguía diciendo "Puto", me decía que mi cola de putita ahora iba a ser de el y de nadie mas, que se la tendría que haber entregado primero a el. Me dio mucha verguenza saber que el había presenciado todo el polvo con Esteban y lo supe cuando me dijo que quería escucharme gemir y hablar con la misma voz de nena que me había pedido Esteban.
Me preguntó si había entendido y poniendo voz de nena le dije "Si papi", porque eso era lo que me había enseñado Esteban. Me pegó a mano abierta muy fuerte en la cara - "PAPI NADA … MI MACHO ME TENES QUE DECIR" así que aguantándome las lagrimas le dije "Si mi macho"
- BUENO DALE NO ME HAGAS PERDER EL TIEMPO, PUTO, PONETE LA ROPA DE MUJERCITA QUE TENIAS HACE UN RATO
Le expliqué que el vestido se había roto y me dijo que buscara otro, además de la tanguita. Cuando lo hice me dijo que era flor de puto y que me quedaba calcada porque mi pito parecía un clítoris. Seguía hablándome re enojado y yo asustado. Como pude conteniendo las ganas de llorar le dije que tenia miedo de que vinieran los demás y nos encontraran.
Me dijo que el se había encargado de demorarlos. No me explicó de que forma y tampoco le pregunté, por miedo. Con una mano me agarraba del pelo y con la otra del cuelo. No recuerdo las palabras exactas pero me dijo que más me valía comportarme como una mujercita o me iba a tratar mucho peor.
Me hizo arrodillarme en el suelo y agarrándome todavía del pelo, sacó la pija, que debo decir, era más grande que la de Esteban y también mas gruesa, cosa que me asusto mucho. No tenia las mismas formas de Esteban, eso ya estaba claro pero aparte era muy bruto, prácticamente me empezó a coger por la boca, yo me atragantaba y a pesar de eso el no paraba. Me decía "Cométela toda y no me hagas enojar"
Sin decir nada y prácticamente sin mover la cabeza, traté de aguantar como pude los pijazos que me enterraba en la boca, Me daba arcadas porque me la metió toda de golpe y me la hizo comer toda agarrándome la cabeza. Con Esteban no había podido hacer eso, y este hombre me usó como basura. Era imposible tranquilizarse. No pude más y empecé a llorar mientras estaba atragantado con su pija.
Eso lo enojó todavía más. Agarrándome del pelo me hizo apoyar la cabeza contra una silla mirando de costado y se sentó arriba de mi cuello con la pija que se le escapaba por la bragueta. Me hizo quedarme ahí mientras se sacaba el traje, cosa que hizo bastante rápido y después manteniendo su mano apretando mi cabeza contra la silla me volvió a meter la pija en la boca. Después tuve que seguir haciéndolo arrodillado mientras el presionaba mi cabeza.
Fueron muchos minutos donde me obligó a chuparle la pija y poco a poco empezó a bajar su nivel de agresividad, al menos por un rato. Fue dirigiendo el pete de manera más calma pero aun así me seguía atragantando. Era muy difícil tener todo ese pedazo en la boca sin que diera arcadas y aparte de eso teniendo que soportar los insultos que me decía mientras lo hacia.
Se me caía la baba mientras el seguía sosteniendo mi cabeza y hundiendo su pija adentro de mi boca. Yo ya había dejado de llorar pero todavía seguía asustado. El tipo literalmente me estaba usando como una cosa y no tenia forma de evitarlo.
- ASI QUE ESTÁ ENAMORADA DE ESTEBAN LA NENITA … VOS TENES QUE SER PUTO MIO, NADA DE AMOR
Aparte de decirme eso, también me dejaba su pija en la boca quieta y me hacia mirarlo a los ojos mientras me seguía diciendo cosas. Me sorprendía y me asustaba porque su pija en ningún momento perdía su dureza y yo ya no podía más de los nervios.
Finalmente me corrió la tanga y me dijo que me dejara el vestido puesto. El se quedó completamente desnudo, agarró su calzoncillo y mientras lo mantenía en una de sus manos me dijo que mantuviera la boca abierta mientras me cogía.
Me puso de espaldas hacia el y me empezó a coger muy fuerte. Inmediatamente empecé a gemir, porque me estaba rompiendo la cola y no pude evitarlo. Me pegaba nalgadas diciéndome que no cerrara la boca, que la mantuviera abierta y que siguiera mirándolo. A diferencia de Esteban que me hacia sentir una nena, El Maldito no solo quería cogerme sino que además me estaba humillando y gozaba con eso.
Mientras seguía cogiéndome, yo estaba con la boca abierta mirándolo y sin darme tiempo a nada me puso su calzoncillo en la boca, amenazándome con que si me lo sacaba la iba a pasar peor.
Me cogió re fuerte sin darme derecho a sacarme su calzoncillo de la boca. Sentía como si la cola literalmente se partiera. El estaba enceguecido y no paraba de decir que yo era un puto y que me merecía terminar con el culo roto aparte de muchas otras agresiones verbales y otra vez me puse a llorar, pero ahora porque esa pija me estaba rompiendo.
En un momento mientras me estaba cogiendo sonó el timbre y se quedó quieto lanzando un insulto al aire. La sacó y me dijo que ni se me ocurra sacarme el calzoncillo de la boca. Me hizo ir a la parte del lavadero que estaba a unos 30 metros y que lo esperara ahí arrodillado. Lo hice, y en eso escucho que vuelve a sonar el timbre. A los 5 minutos vuelve el.
Así como llegó me levanto de los pelos, yo todavía con el calzoncillo en la boca me pone de espaldas contra un lavarropas, me vuelve a correr la tanga y me empieza a coger de nuevo. Mientras lo hace escucho la voz de mi prima y de toda la otra gente del grupo. Las voces venían de la cocina.
Mientras me cogía , giré mi cabeza para mirarlo, re preocupado y me dijo al oído que me portara bien o invitaba a todos al lavadero. El, literalmente había orquestado todo para que las cosas se dieran así. Supongo que toda esa situación de someterme a su manera le daba morbo.
El resto del polvo fue así de violento. Me rompió la cola en varias posiciones, mientras sonreía con mucha maldad. Yo no podía gemir, cosa que era muy difícil pero sabia que no podía hacerlo o corría riesgo de que escucharan desde la cocina.
Cuando ya me había dejado todo roto, me sacó su pija de la cola y me hizo acostar boca arriba, poniéndomela de nuevo en la boca, después de retirar el calzoncillo.
- A TOMAR LA LECHE
Diciéndome eso acabó todo adentro de mi boca. Me había dejado hecho mierda y tremendamente cansado. Me hizo señas de que me dirigiera a un patiecito que estaba al salir del lavadero y que lo esperara en ese lugar.
Cuando volvió, trayendo ropa mía, me dijo que mi prima se iba a volver a Buenos Aires, pero que yo me iba a quedar una semana más. Estaba obligado a hacerlo así que protestar era inútil, Me pidió que me inventara una excusa para quedarme en la playa dos días más y obviamente yo sabia que iba a estar obligado a que me siguiera cogiendo.
Le pregunté si me prometía que después de una semana me iba a dejar ir y su respuesta fue que si, pero que solamente lo hacia porque en una semana volvía su esposa de Tandil, que se encontraba allá por negocios, que si no fuera por ese detalle me tendría de puta toda la vida. Me dejó un poco tranquilo saber que al menos se terminaría todo una semana después
Cuando me despedí de mi prima en la terminal, me moría de ganas de irme con ella pero sabia lo que podía pasar si hacia eso. No podía decir nada y eso me seguía angustiando. Volví a la casa del Maldito, que ya por supuesto estaba solo. Cuando llegué se estaba cambiando. Me dijo que iba a volver tarde, que en la heladera había comida y que ni se me ocurriera irme a ninguna parte o de lo contrario le contaría todo a mi prima y al resto del grupo.
Me quedé solo, todavía con angustia pero un poco más tranquilo de no tener que verlo en las siguientes horas. No tenia hambre así que no comí. Vi un poco la tele y nada más. Era solamente esperar a que la semana se pasara lo más rápido posible.
Él volvió mas o menos a las once de la noche. Traía en su mano una peluca de mujer de pelo negro, largo y una tanga roja con un corpiño también rojo. Me ordenó que me sacara todo y me pusiera todo eso, que iba a ser su puta toda la noche, cosa que recordando lo de la ultima vez me asustaba un poco. Creo que el se dio cuenta de eso, porque me puso su cara muy cerca de la mía y me dijo que mientras me portara bien y no me quejara de nada, el me iba a tratar bien.
Esperaba que me cogiera y listo, pero no. Primero pasó casi una hora sacándome fotos con su celular. Me hacia posar haciendo pucherito con la boca, poniendo caras de nena, tirando la cola para atrás y un montón de otras cosas bastante humillantes pero a este punto ya no tenia elección. Una de las fotos donde me pidió que me acostara boca abajo en su cama y levantara la cola para arriba lo hizo calentarse y estuvo a punto de clavarme, pero algo lo hizo frenar.
Yo sabia que no podía cuestionar nada, pero el quizás vio mi preocupación. Me dijo que hacia esto por seguridad, por si algún día se me ocurría "faltarle el respeto" lo que para mi significaba desobedecer o cuestionar según me dijo ... En ese caso el mostraría las fotos a todo el mundo. Así que solamente asentí con la cabeza y me dejé fotografiar en varias poses más. El me tomaba las fotos estando desnudo y pude ver que la tenia re parada y dura, cosa que un poco me calentó a pesar de la contradicción interna que tenia.
Me hizo chuparle la pija mientras me sacaba fotos también haciendo eso o me hacia arrodillarme y me agarraba desde la pera, pidiéndome que sonriera o que abriera la boca y sacara la lengua, que luciera como una "putita feliz". Si no me salía bien me levantaba un poco la voz y me amenazaba con golpearme hasta hacerlo bien, así que tuve que cumplir todo al pie de la letra, porque me daba miedo que me pegara. Aunque al principio costó, no me quedó otra que entregarme porque no tenia más opción.
En cierto punto cuando ya no pudo mas de la calentura, hizo su celular a un lado y solamente se dedico a mirar como le chupaba la pija. Me seguía atragantando y era muy difícil sobrellevarlo, pero a el no le importaba eso. Me agarraba de la cabeza y me la hacia comer toda. No fue tan violento como la vez anterior cosa que internamente agradecí, pero seguía imponiéndose como un bruto.
Después de eso me puso de espaldas frente al espejo y corriéndome la tanga me empezó a coger. El tipo estaba re caliente, fuera de si y yo empecé a sentir una mezcla de dolor y de placer. Todavía no me había recuperado de la ultima vez y ahora estaba rompiéndome la cola de nuevo. Apoyé las manos en el espejo y cerré los ojos tratando de aguantar como podía. No pude evitar gemir como putita, cosa que a el le encantó y me pedía que lo siguiera haciendo., que tenia que trabajar más en mi tono para ser una nena completa.
Mientras me iba cogiendo me apretaba del cuello, no tan fuerte pero si con firmeza. Me dijo que no me asustara, que eso era para que mi cola se dilatara. Me ensartaba tan fuerte que hasta escuchaba el sonido de su piel golpeando la mía. Mi cola, completamente dilatada parecía una bolsa como sonaba, como si estuviera desarmando un pedazo de carne. Traté de olvidarme de todo lo demás, porque aunque no quería … Me terminé excitando.
El escupia el espejo y agarrándome de la peluca usaba mi cara como si fuera un trapo para limpiar el vidrio. Lo hizo 5 veces seguidas y todo eso mientras seguía moviendo sus caderas, cada vez más fuerte, enterrándome toda su pija. Las piernas se me aflojaban y la cola ya prácticamente no la sentía. Era una sensación que me terminó gustando. Me había enamorado de Esteban antes, pero El Maldito me cogía de forma completamente distinta y empecé a sentir cosas por el también.
Me hizo arquear la espalda y me ordenó que me abriera las nalgas con las manos, ayudándolo a que su pija siguiera entrando toda. Ya no estaba angustiado ni sentía verguenza ni nada. Me generó algo hermoso que ahora solo quería ser su puta o lo que el quisiera.
Me enloqueció la forma en la que me cogía y a el no le importaba nada más que hacerme sentir que yo era su juguete. Incluso me lo dijo. Me dijo también que yo tenia que entender que mi "culito" era su deposito de leche y lo tenia que aceptar.
El polvo fue larguísimo y el no acababa, era algo increíble. Después me siguió cogiendo en la cama. Me hizo poner boca abajo y levantar la cola hacia arriba, como en la foto que tanto lo había calentado. Entonces se acostó arriba mío y empezó a cogerme así hasta acabar.
En un momento ya no me di cuenta pero era como si mi cuerpo y mi cola respondieran solos. El estaba con la pija enterrada adentro mío, mirándome desde arriba y yo no paraba de gemir y mover la cola para comerme toda su pija. El me decía que siguiera que lo estaba haciendo muy bien.
Fue algo hermoso porque acabó dos veces, primero en mi cola y después apresurándose a acercarse a mi cara, donde me tiró toda la leche y me hizo tragar lo que se había desparramado haciendo que le chupe sus dedos mientras me ponía su leche adentro de la boca. "Mira que contenta que estas putita" me dijo porque me vio sonriendo.
Ahora tenia otro problema más. Pensaba que a Esteban no lo vería nunca más pero El Maldito me había usado de tal manera y me había hecho sentir cosas mucho más intensas que las de Esteban. Tenia miedo de enamorarme de el también y un poco ya me estaba pasando. Le pregunté cual era su nombre y porque lo apodaban El Maldito. Me respondió que lo único que tenia que importarme era entregarle mi cuerpo y tomarme la leche, no podía hacer preguntas.
Todavía quedaba cumplir varios días más a su lado y lo que antes para mi iba a ser una tortura de vivir ahora se había convertido en una tortura porque no quería que se terminara nunca. Quería ser su puta todo el día y que me cogiera toda la vida. A ese punto me enloqueció.
A pesar de todo esto, ni él ni yo contábamos con que habría un problema y ese fue que su esposa volvería antes de lo previsto. Le avisó previamente por teléfono que iba a estar llegando. En cierto modo a pesar de lo que sentía, también me alivié porque al menos volvería a casa y dejaría todo esto atrás como algo anecdótico, pero el Maldito no pensaba dejarme ir todavía. Me llevó a un hotel de la ciudad y alquiló una habitación por tres noches. Mi orden fue no salir de la misma NUNCA y esperar a que el llegara, donde obviamente tenia que portarme bien y ser su puta.
Me aseguró que después de esos tres días me dejaría ir. Me dejó en ese lugar, diciéndome que lo tenia que esperar siempre vestido como mujer y actuando como tal. De ahí se fue a buscar a su esposa a la terminal. Pasé la noche, vestido de mujer durmiendo cansado por las cogidas anteriores.
El vino cada día, una vez por día para cogerme. Fueron más de 48 horas inolvidables. En un momento me cogió de parado y me obligó a maullar como gatita, pegándome nalgadas si no lo hacia lo suficientemente bien. Hubo algunas otras humillaciones que me hacia decir y si bien eso no me gustaba, lo tenia que hacer igual, pero también quería complacerlo, me había convencido de ser su puta y quería hacerlo lo mejor posible. Me entregué completamente. Me di cuenta que cuanto más cumplía con sus pedidos, el mejor me trataba. De cualquier manera se acercaba la despedida. El y su esposa también se iban, pero por viaje de negocios a Cordoba.
Me dio plata para el micro y se despidió fríamente pero antes me dejó un mensaje muy claro. Tenia que seguir usando tanga y corpiño SIEMPRE, las 24 horas del día, porque me dijo que algún día nos volveríamos a ver en Buenos Aires y en ese momento, si yo no tenia la tanga y el corpiño lo iba a conocer enojado. Me volvió a recordar lo que iba a hacer si yo no hacia caso.
Así que de inmediato supe que a partir de ese día siempre usaría tanga y corpiño, esperando que algún día el volviera a reclamar lo que era suyo y de nuevo yo estaría dispuesto a ser su puta. Me hizo cambiarme en un baño publico cerca a la terminal para comprobar que realmente lo había hecho y pude ver su calentura. Me dijo que era su puta y que no lo olvidara.
Hubo un problema muy grande cuando me dejó solo. No había micros hasta el día siguiente y yo ya no tenia donde quedarme. Me puse a correr por la ciudad buscándolo y lo encontré justo antes de cruzar la calle a la avenida que daba a su casa. Le expliqué lo que había pasado, esperando que me ofreciera quedarme una noche en su casa, aprovechando que el y su esposa estarían ausentes pero en vez de eso volvimos al hotel. Me dejó pagada una noche más y se fue, con la misma frialdad de antes. Estaba contento de que iba a poder dormir e irme a Buenos Aires al día siguiente.
El problema fue que en la habitación había otra persona. El Maldito se había ido sin saber este detalle y supongo que en la recepción habrán pensado que estábamos todos juntos o algo así. Me di cuenta de que no estaba solo cuando escuché la ducha. Me levanté de la cama y fui al baño con ánimos de quejarme. Eso dio inicio a otra historia que contaré después.
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