Bueno, obviamente por el titulo aclaro que no soy mujer pero durante mucho tiempo me sentí como una, porque así me trataban, en principio obligado y posteriormente me empezó a gustar. La historia es larga pero voy a tratar de no extenderme demasiado y solo ir a lo importante.
En principio, voy a decir que tenia 18 años … Voy a decir. Me fui con mi prima mayor a vacacionar a mar del plata. Yo nunca había tenido sexo ni con mujeres ni con hombres pero tampoco me consideraba gay. En realidad me gustaban las chicas o eso pensaba, pero tener el pito tan corto me tiraba muy abajo y eso no me dejaba vivir.
Dejando eso a un lado, mi prima y yo conocimos un grupo de gente en los boliches y en la playa de mar del plata, gente más grande pero muy copada, había chicos y chicas y pegamos onda con todos. Uno de ellos, un hombre de unos cuarenta y tantos, pelo corto onda militar y bastante musculoso me llamaba la atención pero no de una forma sexual. Lo veía parado al lado y mío y era enorme. Hablamos dos o tres veces de cosas sin importancia. Su nombre era Esteban.
En pocos días el se cogió a mi prima, que también se bajó a otros dos de ese grupo y siempre jodían y hacían chistes sobre eso, porque mi prima era muy promiscua. Así pasaron muchas noches de borrachera y diversión. Hablaba con todos, excepto con un hombre que nunca supe el nombre, le decían "Maldito" y me daba mala espina porque era muy serio. Era otro de los que se había garchado a mi prima.
La tercera vez que hablé con Esteban me contó que era profesor de secundaria y que estaba casado con una modista. Era de Buenos Aires igual que yo pero nunca habíamos coincidido. Finalmente, la noche en que nos teníamos que ir de Mar del plata, hubo un problema con el micro, creo que había pinchado una goma y El Maldito nos invitó no solo a mi prima y a mi, sino a todo el grupo a pasar la noche en su casa de veraneo en punta mogotes. Mi prima y yo tendríamos otra noche de risa y nos iríamos a la mañana siguiente según estaba pactado.
Todos tomamos alcohol y jugamos a las cartas, todo normal. Mi prima tenia ganas de salir a bailar y fue secundada por las chicas que estaban ahí y por casi todos los hombres. Todos menos, Esteban. La conclusión fue que todos se fueron a bailar y yo me quedé solo con Esteban. El se quedó ordenando la mesa y yo me fui a la habitación que me había designado el Maldito para dormir un poco, cosa que no pude hacer, quizás por la cantidad de alcohol que había tomado. A la hora más o menos se apareció Esteban que abrió la puerta como si nada, cosa que me sorprendió.
Se acercó hasta la cama y se sentó al lado mío, me hablaba de cosas sin importancia y me preguntaba cosas como si había estado ya con una chica o cosas así, pero es raro describir aquel momento porque me hablaba con tono paternal, sentado al lado mío y hablándome muy cerca. Fue recién ahí cuando empecé a sentir algo y el con su tono tranquilizador me seguía hablando. Cuando le conté mi situación, incluyendo la inseguridad de tener un micropene empezó a buscar cada vez más palabras puntuales y me fue manipulando para que yo creyera lo que el quisiera.
Obvio que esto lo entendí muchos años después. Pero en ese momento, con el tono que ponía y la seguridad con la que me hablaba, le terminé creyendo y me terminé entregando. El me decía que yo merecía saber lo que era sentirse una nena, porque en esencia era eso y que no era bueno renegar de lo que somos, sino que hay que explotarlo
Yo me puse re colorado y el sonrió como sintiendo que había dado en la tecla. Yo rogaba que él dejara la habitación y que la noche pasara rápido para no volver a verlo nunca el me miraba con ojos raros, no sé si por el exceso de alcohol pero mientras seguía calmándome con sus palabras una de sus manos me tocaba la pierna, aproximándose cada vez más a mis nalgas. No hice nada para detenerlo y siguió hablando, me decía que hasta piel de mujer tenia y que no sintiera vergüenza ni miedo, que el me estaba viendo como se mira precisamente a una nena.
Me dijo "Nunca estuve con una nenita como vos" y cosas como que no me quería presionar pero si estaba de acuerdo el me podía hacer su nena para hacerme entender que ese era mi destino, porque como hombre era un chiste. Obvio que suena re violento pero lo dijo de manera tan dulce mientras me tocaba la cola que no lo parecía.
Yo estaba entre nervioso, asustado y excitado, me pasaron mil sensaciones por el cuerpo. Era la primera vez que alguien me generaba tal confusión y lo hizo de tan buena manera que era muy difícil negarse. Lo único que me salió decirle fue preguntarle que tendría que hacer
Me pidió que me desnudara, lo hice y el se levantó de la cama parándose ante mi. Me hizo arrodillarme en el suelo y se sacó la ropa, primero la remera y después el pantalón y el calzoncillo, fue todo muy rápido pero ya estábamos los dos desnudos. Yo tenia su pija, que era enorme adelante mío y el me dijo que estaba haciendo lo correcto, que tenia que gozarlo. Ya la vergüenza se me estaba yendo y solo asentí con la cabeza.
Me pidió que empezara despacito a tocarle la pija y acariciarla y mientras lo hacia, el gemía de placer, diciéndome que lo estaba haciendo muy bien para ser mi primera vez. Yo no contestaba, estaba en el cielo tocando esa pija y sintiéndola toda dura. Finalmente me pidió que abriera la boca. Me dijo que por ser mi primera vez me convenía empezar a chuparla despacito.
Obediente empecé a mamarsela moviendo la cabeza despacio mientras la seguía teniendo agarrada con una mano. Lo primero que sentí fue un placer tremendo hasta se sentía rica la pija y quería chuparla toda la noche. El me tenia agarrado de la cabeza con una de sus manos pero sin demasiada fuerza, solamente me dirigía despacio mientras yo se la chupaba con ganas.
Me decía "Muy bien putita" como adoctrinándome y diecia también que la escupiera un poquito si quería. Y así me iba enseñando como se hace. La escupi y volví a agarrarlo pajeandolo un poquito hasta metérmela en la boca otra vez y seguir chupándosela como antes. Para entonces el ya soltó la mano. Me dijo que mi motivación en la vida tenia que ser esta, porque estaba hecho para complacer a un macho de verdad. Dijo también, de nuevo con palabras dulces que yo tenia que asumir la obligación de ser una nena y el por ser mi macho merecía que lo complaciera.
Ya totalmente entregado y perdido en su pija solo quería chupársela lo mejor posible y me costaba metérmela toda en la boca. También era la primera vez que tenia una frente a mis ojos así que la miraba mientras la pajeaba como disfrutando el momento y entonces volvía a chuparla otra vez. En uno de esos momentos, el volvió a poner su mano en mi cabeza pero ahora apretando con un poco más de fuerza que antes. A pesar de eso y de seguir intentando que me entrara toda en la boca solo llegué a la mitad.
El me miraba con un gesto de placer y con esos gemidos masculinos que me daban más ganas de complacerlo. Su mano sostenía mi cabeza de ratos y cada vez haciendo más fuerza para que me entrara toda. Yo seguía chupando y pajeando a full mientras la tenia en la boca y con mi otra mano apoyada en una de sus piernas que eran muy grandes al lado de mis manos. Internamente me sentía muy feliz de que mi primera vez fuera con semejante hombre.
En eso mientras el hacia fuerza sosteniendo mi cabeza me pidió que sacara la mano y solamente abriera la boca. Embistió su pija adentro de mi boca dos veces fuerte pero se salía. El la sacaba y golpeaba la puntita en mi boca para después intentar meterla toda. Logramos que se metiera hasta un poquito más de la mitad pero no llegué a comérmela toda. El me hizo parar y me acarició la cara. Me dijo "Tranquila, putita, es tu primera vez, es lógico que todavía no puedas comerla toda"
Dicho eso me dio un beso que me encantó. Todo lo que había sentido hasta pocos días antes de esa noche se había esfumado. Me había enamorado de Esteban y quería complacerlo el resto de mi vida. Y eso que ni siquiera me había penetrado todavía. En medio de ese extasis me agarró del brazo y me hizo ponerme en cuatro en la cama. Me dijo "Arrodíllate en la cama y levantame bien esa colita"
Obedecí sin decir nada y con muchas ganas de complacerlo porque me imaginaba lo que se venia. El parado, frente a la cama, agarró su pija mientras la otra mano la dejó apoyada arriba de mi cola. Antes de metérmela la golpeó un poco en mi cola y dejó apoyada la puntita entre las dos nalgas sin metérmela. Yo estaba en un estado de excitación imparable... Y entonces la metió. Nunca voy a olvidar esa primera embestida y las dos que siguieron.
Esos segundos confirmaron mi enamoramiento hacia ese hombre musculoso que me estaba haciendo la cola y había logrado que me entregara a el obligándome sin violencia a ser su nena, simplemente siendo autoritario pero dulce al mismo tiempo. Me cogía embistiéndome mientras yo sentía como se movía mi colita y el apoyando una de sus manos en mi ingle, más cerca de la nalga. Me decía "Putita" o "Bebé" y que mi cola apretadita le encantaba.
Yo empecé a gemir sin darme cuenta y me esforzaba para mover la cola para sentir cada vez más adentro de esa pija. El ya me había agarrado de la cintura con las dos manos y se iba moviendo cada vez más fuerte. Mientras me cogía me decía que era una lastima que tuviera que irme porque quería cogerme más días. Me decía "Mostrale a papi como gime la nena" y obvio yo lo complacía a la par que el me decía "Muy bien, nenita de papi, así"
Cada cosa que me decía me encantaba y me daba más ganas de moverme. Hacia lo posible por mirarlo mientras me cogía y especialmente ver como me entraba esa pija. Con cada embestida yo más gemía y el más se calentaba. Eso se mezclaba con los gemidos masculinos de él. Me inclinó todavía más a la cama y mi cola quedó más levantada. El se subió a la cama y me siguió cabalgando mientras yo movía la cola para arriba intentando comerme toda esa pija con el culo. Le pregunté si lo estaba haciendo bien y me acarició toda la cara diciéndome que estaba aprendiendo muy bien a comportarme como debía.
Después de seguir cogiendo de esa manera más de media hora me dijo que iba a acabar, ordenándome con rapidez que me arrodillara en el piso. Me apresuré y lo hice. Me la metió en la boca y empecé a chupar y pajear como al principio. El me acabó toda la leche adentro de la boca y mientras eso pasaba se la seguí chupando, quería tragarme toda su leche y dejarlo muy satisfecho.
Lo mejor fue que la leche me encantó, me tragué todo lo que pude y me limpié lo otro con la lengua. El estaba completamente satisfecho con una sonrisa en sus labios. En seguida una vez que terminamos agarró sus ropas que habían quedado tiradas por ahí y se cambó. Pasaron pocos segundos en silencio necesarios para retomar el aire. Finalmente me dijo "Bueno te dejo para que duermas"
Y así como si nada se fue. Me dejé desplomar en la cama sintiéndome muy extraño, complacido pero con un sentimiento raro. Pensé que todo quedaría en esa noche pero no sabia que este era apenas el inicio de una serie de cambios que me fueron pasando en la vida.
La mañana siguiente a mi debut con Esteban yo estaba durmiendo en la misma habitación donde me había dejado él. Se suponía que él ya no estaría y que con el resto del grupo desayunaríamos todos juntos para tomar el micro al mediodía y volver a Buenos Aires. A eso de las 8 y pico de la mañana empiezo a sentir que me están tocando y cuando me despierto lo veo a Esteban, completamente en bolas. Yo no entendía nada. Me dijo que me quedara "tranquila" que se habían ido todos a la playa
Seguía sin entender nada se suponía que el ya no estaría. Le pregunté que había pasado y me dijo que no había boletos disponibles para el horario de regreso, así que lo habían pasado a las cinco de la tarde (el de mi prima y el mío) pero no entendía que hacia el ahí si pensaba que ya se había ido. Me respondió que se había quedado con ganas de comerme el culito una vez más y que volviera a ser su nena.
En eso escuchamos un ruido y el se quedó arrodillado en la cama, yo seguía acostado me hizo señas de que no hiciera ruido y salió afuera a ver. Uno de los chicos se había olvidado la billetera según me dijo Esteban sin que lo vieran. Pero cuando Esteban volvió lo hizo trayendo en la mano ropa que yo reconocía, era de mi prima.
Me pidió que me vistiera con la ropa de prima, incluyendo una tanguita rosa. Era la primera vez que yo usaba una tanga. Cuando me la puse, el me palmeó las dos nalgas con ganas y me dijo que era una mantequita y que me quedaba calcada. Yo estaba re colorado porque todavía me avergonzaba la situación y al mismo tiempo me gustaba que me hablara así. Arriba tenia un corpiño y un vestidito blanco que llegaba hasta arriba de mi ombligo. El me manoseaba y se re calentaba diciéndome cosas chanchas.
Mientras pasaba todo esto yo seguía acostado, Digamos de costado mientras el me manoseaba el culo, las piernas diciéndome que era una nena. Todo esto estando arrodillado al lado mío. Yo no podía más de la calentura y la situación era re morbosa por estar vestido como una mujer. Me preguntó si me iba a portar bien. Respondí que si y el esbozó algo así como una risa a medias , como de placer y calentura al mismo tiempo sin dejar de manosearme la cola por arriba de la tanga con una calentura terrible.
Me pidió que le dijera "Si papi". Lo hice y me pidió que intentara usar una voz de nena. Me puse más colorado que antes le dije que me daba vergüenza pero me volvió a insistir poniéndome re cerca de su cara y sin dejar de manosearme la cola. Hablándome re dulce pero al mismo tiempo autoritario me dijo que con papi no tenia que tener verguenza.
Ahí se me aflojó todo e intentando sonar lo más nena posible le dije "Si papi", cosa que lo siguió excitando a tal punto que me chupó lo que el llamaba mis "tetitas" y después siguió haciendo lo mismo con mi cuello, agachándose un poco para no dejar de manosearme la cola, yo no podía más. En eso me dijo que no quería perder más tiempo y me me metió la pija en la boca sin previo aviso. Incluso mientras le chupaba la pija el seguía manoseándome el culo con las mismas ganas del principio.
Apoyé mis manos un poquito arriba de sus huevos para intentar comérmela toda, pero igual que en la noche anterior solo llegué a la mitad, aunque se la ensalivé mucho y de a poquito fui pasando un poquito la mitad. El gemía de manera tan masculina que yo me enloquecía. Solo podía pensar en chuparle la pija hasta que el quisiera. Aparte estaba re dura y me enloquecía. No me importaba ninguna otra cosa.
Después el se paró en la cama y yo arrodillado seguí chupándosela. El ya no me manoseaba la cola de la misma manera que antes, sino que dejó apoyadas sus manos en cada nalga y les daba algún golpecito o me abría la cola cuidadosamente diciéndome que había que darle muchos mimos a mi colita de nena.
De a poquito mientras se la seguía chupando el me empezó a meter un dedo por el agujerito. Yo no podía más de la calentura. Sentía toda mi saliva arriba de esa pija que seguía durísima y cada vez la tenia más adentro de mi boca. Fue hermoso. Después de eso el sacó las manos de mi cola, puso una a su costado y la otra en mi cabeza apretándome para que me entrara todo, yo seguía ayudándome con la mano. Él me miraba mientras yo chupaba su pija y no paraba de decirme que era su nena y que me estaba portando muy bien.
Yo sin contestar nada, seguía peteando, mientras el me agarraba de la cabeza o me acariciaba el pelo. De a poco, sin dejar de petearlo, me fue corriendo el vestido y pasándome su mano por la espalda y de nuevo por la cola. Al mismo tiempo gemía con ganas por el pete que le estaba haciendo. Traté de alternar entre la puntita y a fondo pero al final me la terminé comiendo casi toda. El sonreía complacido mirándome fijo. Al hacer esto dijo que iba a ser su putita una vez más.
Lo dijo como una afirmación , no como una pregunta. El pete duró bastante porque me dijo que lo hacia muy bien. Se acostó boca arriba y me hizo seguir peteando acostado sobre sus rodillas y mirándolo a los ojos. El me acariciaba el pelo y me miraba, diciéndome que era una putita muy linda y cosas así.
Después me apartó de su pija y me clavó un terrible beso en la boca, me volvió a pedir que le hablara con tono de nena y lo hice, respondiendo a cada cosa que me decía, por ejemplo si lo iba a extrañar a papi, que era la nenita buena de papi que tenia que atender a papi y no podía quejarme porque era su nenita. Todo eso y cosas parecidas, siempre manteniendo el tono de nena , cosa que a el le excitaba demasiado mientras alternaba con sus besos.
Cuando ya no pudo más de la calentura y yo estaba todo colorado de estar hablándo así, entregándome por completo me empezó a coger patitas al hombro. Me clavaba con unas ganas impresionantes y yo no podía parar de gemir. A tal punto que no me di cuenta que estaba gimiendo también con todo de nena, algo que se me hizo natural a partir de ese día.
El aumentaba su velocidad y su fuerza y escuchándome gemir me decía "Muy bien, putita, así le gusta a papi". Me la sacó y me hizo chupársela un poquito más hasta que me volvió a coger, ahora de costado tipo cucharita. Me tenia apretado contra su cuerpo, todo duro sin parar de mover las caderas y haciéndome estremecer de placer.
Eso me calentó todavía más. Me puso uno de sus dedos en la boca y sacó la pija para acomodarla de nuevo y seguir cogiéndome yo le pedía que me siguiera cogiendo, con la voz de nena que a el le gustaba, sin necesidad de que me lo pidiera de nuevo y se puso loco de excitación. Me arrancó el vestido de mi prima rompiéndolo y la tanguita que hasta entonces me la había dejado corrida me la sacó por completo diciéndome que empezara a cabalgar arriba suyo.
Se acomodó boca arriba en la cama y yo sentado arriba de su pija de frente. Me estuvo cogiendo así un buen rato y yo gemía entre complacido y agotado, mientras que el seguía como si nada y sin acabar, era un potro.
Me dijo también "Esto que te hace papi es para que sepas que sos una nena, por eso te cojo por la conchita" y yo le decía "Si papi" a cada rato, el placer que me daba cabalgar esa pija me hacia ser su nena a merced como a el le gustaba. No paraba de decirle papi, me sentía como una nena enamorada y me encantaba que mientras me cogiera alternaba besándome. Después de es me puso en cuatro frente al espejo que estaba en el placard y me estuvo cogiendo así mientras yo lo miraba por el espejo.
Me pidió que levantara bien la cola. Lo hice y me siguió cogiendo con más fuerza. Pude entender que estaba por acabar por la forma en la que empezó a gemir mientras seguía chocándome sus huevos con las nalgas. Lo sentía tan adentro que ya no pensaba en nada más y lo mejor fue que me hizo acabar el a mi primero, cuando me agarró de los brazos y me hizo rebotar arriba suyo. Fueron cinco o seis sentones y acabé.
Inmediatamente después de eso me hizo arrodillar en el suelo y el parado en frente mío pajeandose con su pija justo en frente de mi boca me agarró y me pidió que le diera un ultimo beso. Lo hice y me salió natural decirle "tengo sed papi", con la voz de nena que ya había adaptado perfectamente. Eso lo hizo apresurar la acabada sin poder contenerla, me llenó toda la boca de leche y me la tragué toda.
Permaneció respirando relajado después de eso ya con la pija caída, completamente cansado y traspirado. Yo estaba así también. Me dejé caer en la cama como una nea contenta. Ninguno de los dos decía nada. El se volvió finalmente hacia mi y me dio otro beso más.
Supuse que ese si seria el final. No lo volví a ver durante un tiempo. El se fue, descarté la ropa de mi prima que me había roto y obvio nunca le mencioné nada. Ella ni siquiera se dio cuenta que le faltaba ese vestido hasta mucho tiempo después. La tanga la puse para lavar, todavía faltaba mucho para las 5 de la tarde y Esteban me había dejado muy cansado así que aproveché a dormir un rato, sabiendo que todos los demás estarían en la playa hasta ultima hora. No sospechaba lo que me iba a pasar en las siguientes horas.
En principio, voy a decir que tenia 18 años … Voy a decir. Me fui con mi prima mayor a vacacionar a mar del plata. Yo nunca había tenido sexo ni con mujeres ni con hombres pero tampoco me consideraba gay. En realidad me gustaban las chicas o eso pensaba, pero tener el pito tan corto me tiraba muy abajo y eso no me dejaba vivir.
Dejando eso a un lado, mi prima y yo conocimos un grupo de gente en los boliches y en la playa de mar del plata, gente más grande pero muy copada, había chicos y chicas y pegamos onda con todos. Uno de ellos, un hombre de unos cuarenta y tantos, pelo corto onda militar y bastante musculoso me llamaba la atención pero no de una forma sexual. Lo veía parado al lado y mío y era enorme. Hablamos dos o tres veces de cosas sin importancia. Su nombre era Esteban.
En pocos días el se cogió a mi prima, que también se bajó a otros dos de ese grupo y siempre jodían y hacían chistes sobre eso, porque mi prima era muy promiscua. Así pasaron muchas noches de borrachera y diversión. Hablaba con todos, excepto con un hombre que nunca supe el nombre, le decían "Maldito" y me daba mala espina porque era muy serio. Era otro de los que se había garchado a mi prima.
La tercera vez que hablé con Esteban me contó que era profesor de secundaria y que estaba casado con una modista. Era de Buenos Aires igual que yo pero nunca habíamos coincidido. Finalmente, la noche en que nos teníamos que ir de Mar del plata, hubo un problema con el micro, creo que había pinchado una goma y El Maldito nos invitó no solo a mi prima y a mi, sino a todo el grupo a pasar la noche en su casa de veraneo en punta mogotes. Mi prima y yo tendríamos otra noche de risa y nos iríamos a la mañana siguiente según estaba pactado.
Todos tomamos alcohol y jugamos a las cartas, todo normal. Mi prima tenia ganas de salir a bailar y fue secundada por las chicas que estaban ahí y por casi todos los hombres. Todos menos, Esteban. La conclusión fue que todos se fueron a bailar y yo me quedé solo con Esteban. El se quedó ordenando la mesa y yo me fui a la habitación que me había designado el Maldito para dormir un poco, cosa que no pude hacer, quizás por la cantidad de alcohol que había tomado. A la hora más o menos se apareció Esteban que abrió la puerta como si nada, cosa que me sorprendió.
Se acercó hasta la cama y se sentó al lado mío, me hablaba de cosas sin importancia y me preguntaba cosas como si había estado ya con una chica o cosas así, pero es raro describir aquel momento porque me hablaba con tono paternal, sentado al lado mío y hablándome muy cerca. Fue recién ahí cuando empecé a sentir algo y el con su tono tranquilizador me seguía hablando. Cuando le conté mi situación, incluyendo la inseguridad de tener un micropene empezó a buscar cada vez más palabras puntuales y me fue manipulando para que yo creyera lo que el quisiera.
Obvio que esto lo entendí muchos años después. Pero en ese momento, con el tono que ponía y la seguridad con la que me hablaba, le terminé creyendo y me terminé entregando. El me decía que yo merecía saber lo que era sentirse una nena, porque en esencia era eso y que no era bueno renegar de lo que somos, sino que hay que explotarlo
Yo me puse re colorado y el sonrió como sintiendo que había dado en la tecla. Yo rogaba que él dejara la habitación y que la noche pasara rápido para no volver a verlo nunca el me miraba con ojos raros, no sé si por el exceso de alcohol pero mientras seguía calmándome con sus palabras una de sus manos me tocaba la pierna, aproximándose cada vez más a mis nalgas. No hice nada para detenerlo y siguió hablando, me decía que hasta piel de mujer tenia y que no sintiera vergüenza ni miedo, que el me estaba viendo como se mira precisamente a una nena.
Me dijo "Nunca estuve con una nenita como vos" y cosas como que no me quería presionar pero si estaba de acuerdo el me podía hacer su nena para hacerme entender que ese era mi destino, porque como hombre era un chiste. Obvio que suena re violento pero lo dijo de manera tan dulce mientras me tocaba la cola que no lo parecía.
Yo estaba entre nervioso, asustado y excitado, me pasaron mil sensaciones por el cuerpo. Era la primera vez que alguien me generaba tal confusión y lo hizo de tan buena manera que era muy difícil negarse. Lo único que me salió decirle fue preguntarle que tendría que hacer
Me pidió que me desnudara, lo hice y el se levantó de la cama parándose ante mi. Me hizo arrodillarme en el suelo y se sacó la ropa, primero la remera y después el pantalón y el calzoncillo, fue todo muy rápido pero ya estábamos los dos desnudos. Yo tenia su pija, que era enorme adelante mío y el me dijo que estaba haciendo lo correcto, que tenia que gozarlo. Ya la vergüenza se me estaba yendo y solo asentí con la cabeza.
Me pidió que empezara despacito a tocarle la pija y acariciarla y mientras lo hacia, el gemía de placer, diciéndome que lo estaba haciendo muy bien para ser mi primera vez. Yo no contestaba, estaba en el cielo tocando esa pija y sintiéndola toda dura. Finalmente me pidió que abriera la boca. Me dijo que por ser mi primera vez me convenía empezar a chuparla despacito.
Obediente empecé a mamarsela moviendo la cabeza despacio mientras la seguía teniendo agarrada con una mano. Lo primero que sentí fue un placer tremendo hasta se sentía rica la pija y quería chuparla toda la noche. El me tenia agarrado de la cabeza con una de sus manos pero sin demasiada fuerza, solamente me dirigía despacio mientras yo se la chupaba con ganas.
Me decía "Muy bien putita" como adoctrinándome y diecia también que la escupiera un poquito si quería. Y así me iba enseñando como se hace. La escupi y volví a agarrarlo pajeandolo un poquito hasta metérmela en la boca otra vez y seguir chupándosela como antes. Para entonces el ya soltó la mano. Me dijo que mi motivación en la vida tenia que ser esta, porque estaba hecho para complacer a un macho de verdad. Dijo también, de nuevo con palabras dulces que yo tenia que asumir la obligación de ser una nena y el por ser mi macho merecía que lo complaciera.
Ya totalmente entregado y perdido en su pija solo quería chupársela lo mejor posible y me costaba metérmela toda en la boca. También era la primera vez que tenia una frente a mis ojos así que la miraba mientras la pajeaba como disfrutando el momento y entonces volvía a chuparla otra vez. En uno de esos momentos, el volvió a poner su mano en mi cabeza pero ahora apretando con un poco más de fuerza que antes. A pesar de eso y de seguir intentando que me entrara toda en la boca solo llegué a la mitad.
El me miraba con un gesto de placer y con esos gemidos masculinos que me daban más ganas de complacerlo. Su mano sostenía mi cabeza de ratos y cada vez haciendo más fuerza para que me entrara toda. Yo seguía chupando y pajeando a full mientras la tenia en la boca y con mi otra mano apoyada en una de sus piernas que eran muy grandes al lado de mis manos. Internamente me sentía muy feliz de que mi primera vez fuera con semejante hombre.
En eso mientras el hacia fuerza sosteniendo mi cabeza me pidió que sacara la mano y solamente abriera la boca. Embistió su pija adentro de mi boca dos veces fuerte pero se salía. El la sacaba y golpeaba la puntita en mi boca para después intentar meterla toda. Logramos que se metiera hasta un poquito más de la mitad pero no llegué a comérmela toda. El me hizo parar y me acarició la cara. Me dijo "Tranquila, putita, es tu primera vez, es lógico que todavía no puedas comerla toda"
Dicho eso me dio un beso que me encantó. Todo lo que había sentido hasta pocos días antes de esa noche se había esfumado. Me había enamorado de Esteban y quería complacerlo el resto de mi vida. Y eso que ni siquiera me había penetrado todavía. En medio de ese extasis me agarró del brazo y me hizo ponerme en cuatro en la cama. Me dijo "Arrodíllate en la cama y levantame bien esa colita"
Obedecí sin decir nada y con muchas ganas de complacerlo porque me imaginaba lo que se venia. El parado, frente a la cama, agarró su pija mientras la otra mano la dejó apoyada arriba de mi cola. Antes de metérmela la golpeó un poco en mi cola y dejó apoyada la puntita entre las dos nalgas sin metérmela. Yo estaba en un estado de excitación imparable... Y entonces la metió. Nunca voy a olvidar esa primera embestida y las dos que siguieron.
Esos segundos confirmaron mi enamoramiento hacia ese hombre musculoso que me estaba haciendo la cola y había logrado que me entregara a el obligándome sin violencia a ser su nena, simplemente siendo autoritario pero dulce al mismo tiempo. Me cogía embistiéndome mientras yo sentía como se movía mi colita y el apoyando una de sus manos en mi ingle, más cerca de la nalga. Me decía "Putita" o "Bebé" y que mi cola apretadita le encantaba.
Yo empecé a gemir sin darme cuenta y me esforzaba para mover la cola para sentir cada vez más adentro de esa pija. El ya me había agarrado de la cintura con las dos manos y se iba moviendo cada vez más fuerte. Mientras me cogía me decía que era una lastima que tuviera que irme porque quería cogerme más días. Me decía "Mostrale a papi como gime la nena" y obvio yo lo complacía a la par que el me decía "Muy bien, nenita de papi, así"
Cada cosa que me decía me encantaba y me daba más ganas de moverme. Hacia lo posible por mirarlo mientras me cogía y especialmente ver como me entraba esa pija. Con cada embestida yo más gemía y el más se calentaba. Eso se mezclaba con los gemidos masculinos de él. Me inclinó todavía más a la cama y mi cola quedó más levantada. El se subió a la cama y me siguió cabalgando mientras yo movía la cola para arriba intentando comerme toda esa pija con el culo. Le pregunté si lo estaba haciendo bien y me acarició toda la cara diciéndome que estaba aprendiendo muy bien a comportarme como debía.
Después de seguir cogiendo de esa manera más de media hora me dijo que iba a acabar, ordenándome con rapidez que me arrodillara en el piso. Me apresuré y lo hice. Me la metió en la boca y empecé a chupar y pajear como al principio. El me acabó toda la leche adentro de la boca y mientras eso pasaba se la seguí chupando, quería tragarme toda su leche y dejarlo muy satisfecho.
Lo mejor fue que la leche me encantó, me tragué todo lo que pude y me limpié lo otro con la lengua. El estaba completamente satisfecho con una sonrisa en sus labios. En seguida una vez que terminamos agarró sus ropas que habían quedado tiradas por ahí y se cambó. Pasaron pocos segundos en silencio necesarios para retomar el aire. Finalmente me dijo "Bueno te dejo para que duermas"
Y así como si nada se fue. Me dejé desplomar en la cama sintiéndome muy extraño, complacido pero con un sentimiento raro. Pensé que todo quedaría en esa noche pero no sabia que este era apenas el inicio de una serie de cambios que me fueron pasando en la vida.
La mañana siguiente a mi debut con Esteban yo estaba durmiendo en la misma habitación donde me había dejado él. Se suponía que él ya no estaría y que con el resto del grupo desayunaríamos todos juntos para tomar el micro al mediodía y volver a Buenos Aires. A eso de las 8 y pico de la mañana empiezo a sentir que me están tocando y cuando me despierto lo veo a Esteban, completamente en bolas. Yo no entendía nada. Me dijo que me quedara "tranquila" que se habían ido todos a la playa
Seguía sin entender nada se suponía que el ya no estaría. Le pregunté que había pasado y me dijo que no había boletos disponibles para el horario de regreso, así que lo habían pasado a las cinco de la tarde (el de mi prima y el mío) pero no entendía que hacia el ahí si pensaba que ya se había ido. Me respondió que se había quedado con ganas de comerme el culito una vez más y que volviera a ser su nena.
En eso escuchamos un ruido y el se quedó arrodillado en la cama, yo seguía acostado me hizo señas de que no hiciera ruido y salió afuera a ver. Uno de los chicos se había olvidado la billetera según me dijo Esteban sin que lo vieran. Pero cuando Esteban volvió lo hizo trayendo en la mano ropa que yo reconocía, era de mi prima.
Me pidió que me vistiera con la ropa de prima, incluyendo una tanguita rosa. Era la primera vez que yo usaba una tanga. Cuando me la puse, el me palmeó las dos nalgas con ganas y me dijo que era una mantequita y que me quedaba calcada. Yo estaba re colorado porque todavía me avergonzaba la situación y al mismo tiempo me gustaba que me hablara así. Arriba tenia un corpiño y un vestidito blanco que llegaba hasta arriba de mi ombligo. El me manoseaba y se re calentaba diciéndome cosas chanchas.
Mientras pasaba todo esto yo seguía acostado, Digamos de costado mientras el me manoseaba el culo, las piernas diciéndome que era una nena. Todo esto estando arrodillado al lado mío. Yo no podía más de la calentura y la situación era re morbosa por estar vestido como una mujer. Me preguntó si me iba a portar bien. Respondí que si y el esbozó algo así como una risa a medias , como de placer y calentura al mismo tiempo sin dejar de manosearme la cola por arriba de la tanga con una calentura terrible.
Me pidió que le dijera "Si papi". Lo hice y me pidió que intentara usar una voz de nena. Me puse más colorado que antes le dije que me daba vergüenza pero me volvió a insistir poniéndome re cerca de su cara y sin dejar de manosearme la cola. Hablándome re dulce pero al mismo tiempo autoritario me dijo que con papi no tenia que tener verguenza.
Ahí se me aflojó todo e intentando sonar lo más nena posible le dije "Si papi", cosa que lo siguió excitando a tal punto que me chupó lo que el llamaba mis "tetitas" y después siguió haciendo lo mismo con mi cuello, agachándose un poco para no dejar de manosearme la cola, yo no podía más. En eso me dijo que no quería perder más tiempo y me me metió la pija en la boca sin previo aviso. Incluso mientras le chupaba la pija el seguía manoseándome el culo con las mismas ganas del principio.
Apoyé mis manos un poquito arriba de sus huevos para intentar comérmela toda, pero igual que en la noche anterior solo llegué a la mitad, aunque se la ensalivé mucho y de a poquito fui pasando un poquito la mitad. El gemía de manera tan masculina que yo me enloquecía. Solo podía pensar en chuparle la pija hasta que el quisiera. Aparte estaba re dura y me enloquecía. No me importaba ninguna otra cosa.
Después el se paró en la cama y yo arrodillado seguí chupándosela. El ya no me manoseaba la cola de la misma manera que antes, sino que dejó apoyadas sus manos en cada nalga y les daba algún golpecito o me abría la cola cuidadosamente diciéndome que había que darle muchos mimos a mi colita de nena.
De a poquito mientras se la seguía chupando el me empezó a meter un dedo por el agujerito. Yo no podía más de la calentura. Sentía toda mi saliva arriba de esa pija que seguía durísima y cada vez la tenia más adentro de mi boca. Fue hermoso. Después de eso el sacó las manos de mi cola, puso una a su costado y la otra en mi cabeza apretándome para que me entrara todo, yo seguía ayudándome con la mano. Él me miraba mientras yo chupaba su pija y no paraba de decirme que era su nena y que me estaba portando muy bien.
Yo sin contestar nada, seguía peteando, mientras el me agarraba de la cabeza o me acariciaba el pelo. De a poco, sin dejar de petearlo, me fue corriendo el vestido y pasándome su mano por la espalda y de nuevo por la cola. Al mismo tiempo gemía con ganas por el pete que le estaba haciendo. Traté de alternar entre la puntita y a fondo pero al final me la terminé comiendo casi toda. El sonreía complacido mirándome fijo. Al hacer esto dijo que iba a ser su putita una vez más.
Lo dijo como una afirmación , no como una pregunta. El pete duró bastante porque me dijo que lo hacia muy bien. Se acostó boca arriba y me hizo seguir peteando acostado sobre sus rodillas y mirándolo a los ojos. El me acariciaba el pelo y me miraba, diciéndome que era una putita muy linda y cosas así.
Después me apartó de su pija y me clavó un terrible beso en la boca, me volvió a pedir que le hablara con tono de nena y lo hice, respondiendo a cada cosa que me decía, por ejemplo si lo iba a extrañar a papi, que era la nenita buena de papi que tenia que atender a papi y no podía quejarme porque era su nenita. Todo eso y cosas parecidas, siempre manteniendo el tono de nena , cosa que a el le excitaba demasiado mientras alternaba con sus besos.
Cuando ya no pudo más de la calentura y yo estaba todo colorado de estar hablándo así, entregándome por completo me empezó a coger patitas al hombro. Me clavaba con unas ganas impresionantes y yo no podía parar de gemir. A tal punto que no me di cuenta que estaba gimiendo también con todo de nena, algo que se me hizo natural a partir de ese día.
El aumentaba su velocidad y su fuerza y escuchándome gemir me decía "Muy bien, putita, así le gusta a papi". Me la sacó y me hizo chupársela un poquito más hasta que me volvió a coger, ahora de costado tipo cucharita. Me tenia apretado contra su cuerpo, todo duro sin parar de mover las caderas y haciéndome estremecer de placer.
Eso me calentó todavía más. Me puso uno de sus dedos en la boca y sacó la pija para acomodarla de nuevo y seguir cogiéndome yo le pedía que me siguiera cogiendo, con la voz de nena que a el le gustaba, sin necesidad de que me lo pidiera de nuevo y se puso loco de excitación. Me arrancó el vestido de mi prima rompiéndolo y la tanguita que hasta entonces me la había dejado corrida me la sacó por completo diciéndome que empezara a cabalgar arriba suyo.
Se acomodó boca arriba en la cama y yo sentado arriba de su pija de frente. Me estuvo cogiendo así un buen rato y yo gemía entre complacido y agotado, mientras que el seguía como si nada y sin acabar, era un potro.
Me dijo también "Esto que te hace papi es para que sepas que sos una nena, por eso te cojo por la conchita" y yo le decía "Si papi" a cada rato, el placer que me daba cabalgar esa pija me hacia ser su nena a merced como a el le gustaba. No paraba de decirle papi, me sentía como una nena enamorada y me encantaba que mientras me cogiera alternaba besándome. Después de es me puso en cuatro frente al espejo que estaba en el placard y me estuvo cogiendo así mientras yo lo miraba por el espejo.
Me pidió que levantara bien la cola. Lo hice y me siguió cogiendo con más fuerza. Pude entender que estaba por acabar por la forma en la que empezó a gemir mientras seguía chocándome sus huevos con las nalgas. Lo sentía tan adentro que ya no pensaba en nada más y lo mejor fue que me hizo acabar el a mi primero, cuando me agarró de los brazos y me hizo rebotar arriba suyo. Fueron cinco o seis sentones y acabé.
Inmediatamente después de eso me hizo arrodillar en el suelo y el parado en frente mío pajeandose con su pija justo en frente de mi boca me agarró y me pidió que le diera un ultimo beso. Lo hice y me salió natural decirle "tengo sed papi", con la voz de nena que ya había adaptado perfectamente. Eso lo hizo apresurar la acabada sin poder contenerla, me llenó toda la boca de leche y me la tragué toda.
Permaneció respirando relajado después de eso ya con la pija caída, completamente cansado y traspirado. Yo estaba así también. Me dejé caer en la cama como una nea contenta. Ninguno de los dos decía nada. El se volvió finalmente hacia mi y me dio otro beso más.
Supuse que ese si seria el final. No lo volví a ver durante un tiempo. El se fue, descarté la ropa de mi prima que me había roto y obvio nunca le mencioné nada. Ella ni siquiera se dio cuenta que le faltaba ese vestido hasta mucho tiempo después. La tanga la puse para lavar, todavía faltaba mucho para las 5 de la tarde y Esteban me había dejado muy cansado así que aproveché a dormir un rato, sabiendo que todos los demás estarían en la playa hasta ultima hora. No sospechaba lo que me iba a pasar en las siguientes horas.
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