Un pijama party muy especial 4

Me desperté con el ruido de la ducha de mi baño. Me sentia como después de una borrachera, pero era una resaca sexual. Me puse el boxer y entré. Alana se bañaba y cantaba en voz baja. Oírla así de contenta me llenó de culpa. No está bien que un padre tenga sexo con su hija por muy consentido que sea.
- Buenos días hija. Como estás? 
- Hola... papá. Bien.
Su tono fue seco y frío.
- Estás enojada? Lo entiendo. No estuvo bien lo que hicimos anoche. Yo no actué como un buen padre, me dejé llevar por la adrenalina del sexo...
- No estoy enojada por eso.
- Entonces? 
- Estuviste cogiéndome toda la noche, me dijiste que me amabas...
- Yo te amo Ali!
- Pero ahora me tratás como si no hubiera pasado nada. Para mí fue muy fuerte, sabés?
- Te pensás que para mí no significó nada? Fue la experiencia más intensa de mi vida, el mejor sexo que tuve y fue con mi propia hija! Me siento terrible y genial al mismo tiempo.
- No tenés por qué sentirte mal. Si solo fuera una chica de 21 años a la que te cogiste, te sentirías igual?
- No. Para nada.
- Y no hay una parte de vos que disfrutó más justo por el hecho de que yo sea tu hija?
- Sí... ese es el problema, me siento peor porque me gustó! Si hubieras sido una extraña habría estado más que bien , porque sos una piba hermosa, pero el que hayas sido vos lo convirtió en increíble! 
- Entonces, dejá los convencionalismos sociales de lado, aceptá que soy una pendeja hermosa a la que te gustó cogerte...
- No. No me gustó. Me volvió loco!
- Con más razón. Debemos aceptar que el incesto nos calienta mucho más. Y yo sé que quiero más. Vos no me querés dar más?
Hizo un gesto ofreciéndome su cuerpo y abriéndose el culo. Mi cabeza se quebró ante su lógica, su cuerpo y su táctica de seducción.
- Sí. Sí quiero! 
- Entonces vení, duchate conmigo y demostralo!
Me desnudé y me metí con ella. Enseguida nos abrazamos y nos besamos bajo el agua. Todo escaló muy rápido y antes de darme cuenta, la masturbaba con mi mano derecha y le metía un dedo en el culo con la izquierda. Ella respondía dando tirones de mi pija con ganas de arrrancarla.
- Ya tengo ganas... salimos?
- Sí. 
Nos secamos el uno al otro, ella se puso una toalla envuelta en la cabeza y se subió a la cama de un salto. 
- Vení que quiero comértela!
Fui y me acosté para recibir una mamada de campeonato. Lamía y succionaba el glande, luego el tronco, mis bolas. Tocaba los puntos conlos dientes como si fuera a morder apenas.
- Mmm... Me mojo solo con sentir lo caliente y dura que está!
- No me hables así, por favor!
- Por qué Esteban? Que te pasa?
- Pasa que me excito mucho. Me calienta lo... atrevida que sos!
- Ibas a decir puta?
- No! Como te iba a decir puta?
- Es que yo también me caliento con vos! Soñaba con momentos así! Sí! Soy puta por vos! Soy tu puta! Metémela de una vez por favorrr!
Se puso en cuatro al borde de la cama, indicándome que me parara. Me sentía un animal en celo. Su cuerpo era el de una hembra hermosa y deseable, nada más.
Me lancé de boca a su culo. 
- Ay Esteban! Sos terrible! Comeme la cola si querés! 
Se lo lamí, mojé y penetré con la lengua hasta sentir como cedía y se abría. Metí un dedo y, luego de un minuto, dos.
- Ahhh... si! Jugá con mi culito! Haceme lo que quieras!
La cosa se iba calentando y yo solo podía pensar en un único objetivo, culearme a Alana. Me coloqué detrás de ella y presioné con pija, agarrándomela fuerte. Su respuesta fue abrirse las nalgas con ambas manos.
- Ay, que hijo de puta! Me querés hacer el culo! Dale, metela!
Mi pija se abrió paso hasta la mitad casi sin esfuerzo.
- Aaaahhh! Me lo abriste! Me desvirgaste el culooo! No pares!
Lo que siguió fue que empecé a moverme suavemente. Una, dos, tres veces.
- Aayyy... ay... ayyy!
- Te duele?
- Sí... raspa.
- Esperame. Ya vuelvo!
Fui corriendo a la cocina y me unté toda la verga hasta las bolas de aceite de oliva. Volvi junto a Alana y le metí mis dedos aceitados.
- Aahhh... mucho mejor!
Con la otra mano me dedique a darle placer jugando con su clítoris. Hacia circulos muy suaves con el pulgar
- Aahh... que buenas manos! Pero quiero pija!
- Ok. Volvamos a probar!
Volví a metérsela y casi sigo de largo de lo resbaladizo que había quedado.
- Aaah! Me rompiste el culoooo!
- La saco?
- No no. Quedate quietito un segundo.
Esperé a que se acostumbrara a mí y luego empecé a moverme despacito otra vez. Ahora era muy diferente.
- Aayyy... siiiii... ahora sí me gusta!
- Te gusta que te coja el culito? Querés que pare o siga?
- Seguí... seguiíiiii!
Aceleré un poquito la velocidad, siempre metiéndole la mitad de mis 18 cm de largo. La tenía durísima y ese culo tan apretado me estaba haciendo sentir un placer que nunca había experimentado. Me sentía un pendejo otra vez.
- Aaay Sí... culeame... mi culo es tuyo papi!
- Aaahh see!
Ese comentario me terminó de desquiciar. No solo aumenté el ritmo a fuerte, además se la metí hasta el fondo.
- Aaay papiii! Rompeme el ortooo!
No se cuanto tiempo seguí taladrándole su delicioso culito porque mi mente se puso en blanco y solo sentía mi pija, pero cuando me llegó el momento de acabar fue lo más intenso que el sexo me haya dado. Mi pija, mi pecho y mi cerebro explotaron al unísono.
- Aaahhh!
- Aaaahh... uuuhh... siento tu leche caliente el culooo!
Me senté sin dejar de mirarle el culo. Mientras ella jadeaba tratanto de recuperarse un hilo grueso de semen empezaba a salir. Me asombró la cantidad que salía. Yo sabía que había acabado mucho, pero ignoraba cuanto.
Media hora después seguíamos abrazados en la cama.
- Me hiciste la hija más feliz, papi!
- Y vos me hiciste el papi más feliz del mundo!
- Me querés?
- Te amo, hija!
Sellamos nuestro amor incestuoso entrelazando nuestras lenguas en un beso que hizo vibrar mi pija otra vez.
- Ay papi! Sos insaciable! 
Y sus palabras y su tono me calentaron otra vez!

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