Relatos para pajearse

Lo que voy a relatar pasó hace mucho, muchísimo tiempo.
Les cuento un poco de mi historia de vida. Crecí en una ciudad mediana, en la que nunca pasaban grandes cosas, en una familia bastante normal. Mi infancia la pasé muy bien, barrio, amigos, juegos. Todo muy inocente e infantil, hasta que, comenzaron algunos cambios, que me llevaron a tener otra actitud. A esa edad, mi cuerpo empezó a cambiar, mi busto creció, demasiado para mi edad. Descendiente de familias nórdicas, alta, muy blanca, ojos claros, pelo muy rubio y el busto grande... muy grande... o sea, llamaba mucho la atención. Siendo tan chica, los hombres me miraban mucho, demasiado. Si bien a veces resultaba un poco molesto, me gustaba generar esa atracción hacia mi. 
Mientras tanto, yo jugueteaba con un amigo del barrio de mi misma edad, nos decíamos "novios", y no nos tocábamos ni las manos. Una tarde, que estaba sola en casa, se apareció a buscarme, y en vez de salir, lo invité a pasar. Le conté que había encontrado una película argentina prohibida para menores, que quería que viéramos juntos. Era una peli vieja, de principios de los 80.
Nos sentamos a verla, muy nerviosos los dos, no sabíamos con que nos íbamos a encontrar.
No entendimos demasiado la trama y tampoco nos importaba mucho, estábamos esperando alguna escena con desnudos o de sexo, y en la mitad de la película... pasó...
El protagonista, entrado en años, conoce a una chica muy joven, a la que conquista y se la lleva a la cama. Fue una escena muy bien lograda, que mientras la mirábamos, transpiramos sin decir una sola palabra. Yo estaba entre nerviosa y excitada, ese hombre, tan mayor, tan macho, con esa chica tan joven, me lavó el cerebro. Lo miré a mi "amigovio", que estaba muy nervioso y no articulaba una palabra... estábamos ardiendo de calentura los dos.
Terminó la escena, nos miramos y empezamos a besarnos, fue la primera vez de los dos. Fue un beso inexperto y torpe, pero con una calentura y una sensación que nunca había sentido. En un momento, se levantó de golpe, me miró y dijo "me tengo que ir"... le vi el pantalón todo mojado en la entrepierna... pensé que se habia hecho encima, pero no, había eyaculado. Se fue lleno de vergûenza. Me quedé en el sillón, sola y volando de calentura. Retrocedí la película para volver a ver la escena, me fui desprendiendo el pantalón, puse pausa cuando llegué al principio, me paré, me lo saqué, me volví a sentar con las piernas levantadas, apoyando los talones en el borde del asiento del sillón. Puse play y mientra miraba, empecé a masajearme el clítoris con una mano y un dedo de la otra me lo pasaba entre los labios de mi conchita virgen. Estaba empapada.
Me fui masajeando cada vez más rápido mientras miraba a ese hombre, la sensación era desconocida para mí, el dedo de la otra mano me lo iba metiendo cada vez más adentro.
Sentía como iba creciendo mi calentura, cada vez más, cada vez me frotaba más rápido, y no dejaba de mirar a ese macho cogiéndose a esa pendeja. Lo imaginaba cogiéndome a mí... tanto lo imaginé que en un momento... exploté. Había tenido mi primer orgasmo. Paré, agotada... dos minutos después, volví a retroceder la peli, y todo comenzó otra vez... tuve tres orgasmos esa tarde.
A partir de ese día, mi rutina, durante varias tardes, era esperar el momento que me quedaba sola, para repetir una y otra vez la escena de la película y hacerme varias pajas. Con cada masturbación fuí perfeccionando mis habilidades de autosatisfacción, me chupaba los pezones imaginando que me lo hacía mi actor preferido (les recuerdo que tengo tetas muy grandes), me froté muchas veces con un pepino mientras me pajeaba, imaginando que era la verga de él, en fin... tuve montones de orgasmos mirando esa escena.

Pasaron unos días, y una tarde, fui a buscar a mi ex "amigovio", que se estaba escondiendo de mí. Estaba decidida a llegar a "algo más" con él. Toqué timbre, y salió su hermano, al que no conocía practicamente nada porque era camionero y se la pasaba viajando. Me dijo "el enano no está. ¿vos quien sos?"...
le dije mi nombre y también hija de quien era. Se sonrió y me dijo "mirá vos, que chica tan hermosa busca a mi hermanito".
Me invitó a pasar a esperarlo, entré, estaba tomando mate, no había más nadie en la casa. Me dió mucha charla, cada tanto me decía que no podía creer lo hermosa que era. El tenía 24 años, era alto, morocho. 
Después de un rato que mi amigo no venía, le dije que me iba, y me dijo "Bueno. Le digo que viniste, y otro día que tengas ganas de salir a pasear, te invito yo", y me guiñó el ojo. Me puse un poco colorada, lo saludé con la mano y fui para la puerta...
"¡esperá!", me dijo "¿no me vas a dar un beso? ¡Que poca educación!", me dijo sonriendo. Yo me sonreí también, me acerqué y me dió un beso en la comisura de mis labios, me fui avergonzada, apurada... y excitada. Llegué a casa, puse la película, y me hice la paja...
Me bañé, me cambié, me perfumé y volví a la casa del camionero hermano de mi amigo. Toqué timbre, abrió la puerta y ahí estaba yo, con las manos atrás y sonriéndole. Agarró unas llaves y me dijo "vamos a pasear". 
Me subí a su camión, mientras charlabamos, se iba alejando de la ciudad. Llegamos a una zona de chacras, muy descampada. Frenó, paró el motor, me miró fijo... así nos quedamos unos minutos, y finalmente, puso sus manos alrededor de mi cara y me empezó a besar. Yo estaba volando de calentura, lo abracé y lo besé muy torpemente... "te voy a enseñar algunas cosas", me dijo. 
Aprendí con él, a abrir la boca, a besar suavemente, chupándonos la lengua, masajeaba mi espalda mientras lo hacíamos, estuvimos así varios minutos. En un momento, se recostó en el asiento, me agarró la mano, y la puso en su entrepierna... casi exploto... sentí su pija abajo de la ropa... durísima... me mojé toda. Mi mirada pasaba desde sus ojos hacia su bragueta, una y otra vez, yo estaba con la boca entreabierta y sentía mi saliva en mis comisuras... mientras, no paraba de acariciarle la verga por encima el pantalón...
"¿Alguna vez viste una?", me dijo. Con la cabeza le dije que no, sin dejar de mirarle ahí abajo y sin dejar de acariciarlo. Me sacó suavemente la mano, se desprendió el cinturón, desabrochó el botón del pantalón, bajo el cierre, lo bajó hasta las rodillas, tenía un boxer azul...
"¿te la muestro?"... le dije que sí con la cabeza, agarró la pierna derecha del boxer, la estiró hacia arriba, la corrió a un costado y ahí estaba... la primera vez que veía una pija. 
Me miraba excitado, la agarró con una mano, bajó la piel que recubre la punta y casi acabo cuando ví esa cabeza coloradísima y el tronco venoso. "¿querés hacerlo vos?", me dijo mientras llevaba la piel, otra vez hasta la punta de la verga.
Llevé mi mano hacia la punta de su poronga, rodeé la cabeza, y muy lentamente le bajé la piel... gimió y respiró profundo..."hacelo otra vez", me dijo... y estuve unos cuantos minutos, con mi mano alrededor de esa piel retráctil y suave, cubriendo y descubriendo la cabeza de la pija, mientras yo estaba cada vez más caliente y mojada. 
Sus palabras fueron..."¿le das un beso?"... me incliné lentamente y apoyé mis labios alrededor de la punta y seguí con mi movimiento de mano. Estuve así varios minutos, disfruté demasiado de tener mi primera verga en la boca... 
Empezó a jadear y a agitarse cada vez más, yo no paraba, casi gritando, me agarró la cara y me corrió... "¡seguí con la mano!", me ordenó... seguí, y de la punta de esa pija, saltó un chorro de leche grueso y espeso, que pegó contra el parabrisas, (el jadeaba y gritaba) le siguieron varios chorros más que ensuciaron todo el piso de la cabina. Sin hablarme, me agarró de la nuca y me empezó a besar, yo estaba excitadísima por lo que acababa de ver. Me levantó la pollerita, y me acariciaba la bombacha toda mojada, justo entre los labios... acabé... me desprendió la camisa, me sacó el corpiño y... "no puedo creer las tetas que tenes"... me las besaba y baboseaba mientras me bajaba la bombachita... "soy virgen", le dije... "Ya sé, nena"... 
Yo ya estaba completamente desnuda, el seguía con los pantalones abajo, me senté en su falda, le saqué la remera, y seguimos besándonos, sentía su pija muy dura, pasé una mano para atrás, y toqué la cabeza de esa poronga ardiendo que me asomaba entre las nalgas... nos seguimos besando mientras lo pajeaba... 
se puso un preservativo que sacó de la guantera...
"metetela vos y manejalo a tu tiempo". Eso hice, me metí la cabeza de la pija en la concha empapada, muy despacio... "¿te gusta... estás bien?" me dijo...
yo estaba por acabar, cuando con un movimiento rápido, me la metió más adentro... grité, acabé y exploté... quedé exausta, me corrió de arriba de él, se sacó el forro, me hizo arrodillar en el piso de la cabina del camión, mirando hacia él, me agarró las tetazas, y me puso la pija caliente en el medio... se pajeó con mis tetas hasta que varios chorros de leche caliente me pegaron en el cuello. Oficialmente, había sido desvirgada...

Volvimos al barrio, me fui a mi casa, soñando con todo lo que habia vivido, y enamorada del hermano de mi amigo. Se iba de viaje muy seguido, pero cada vez que volvía, nos la pasábamos cogiendo. Hasta que un día, me dijo que teníamos que terminar para siempre... ¿Por que? Se casó y se fue a vivir a otra ciudad.
Quedé desvastada... chica adolescente, enamorada de un imposible que me habia dado las mejores experiencias de mi vida.

Un tiempo después, una de mis mejores amigas, quién sabía todos mis secretos, me contó entre divertida y feliz: 
- "¿Sabés quién viene a actuar al teatro?", me dijo
- "No sé. ¿quien?"
- "El amor de tu vida..."
Si. El actor del que me enamoré sin conocerlo, el que me hizo descubrir el sexo sin saberlo, el responsable de todas las pajas que me hice en ese sillón mirando esa vieja escena, llegaba a mi ciudad, y estaba dispuesta a conocerlo. 
Aunque sabía que ya era un señor muy grande y no era el mismo que en esa vieja película, quería verlo personalmente, era casi una cuestión sentimental.
Sabíamos con mi amiga que llegaba a la ciudad dos días antes. Averiguamos en que hotel iba a parar e hicimos guardia en el lobby.
Por fin, un día antes de su presentación, por la mañana, lo vemos entrar. Estaba muy distinto al de la peli, bastante envejecido y con bastante panza, pero muy atento y simpático. Nos sacamos fotos y nos regaló dos entradas para la función del día siguiente. Sin entrar en detalles, le agradecí lo influyente que había sido en mi vida. Y como una anécdota, le conté de la película, que la había visto escondida de mi familia y nos reímos mucho. 
Lo saludamos, le agradecimos y nos estábamos yendo, cuando el recepcionista del hotel me llama. "Me dijo el señor que te dé este papel". Lo abrí y había dos números que no entendí. Le pregunté al recepcionista y me dijo "El primer número es el teléfono del hotel, y el segundo, el interno de una habitación". "Gracias", le dije, y fui hacia la puerta.
Salí de ahí con mi amiga sin poder creerlo. Me estaba dando lo necesario para que yo lo contactara.
Mi amiga se reía "¡El viejo se cree que una pendeja como vos le vas a dar bola porque es famoso!", y se reía.

Me fui a casa y no pude resistirlo. Llegué, no había nadie y... puse la peli con esa famosa escena que me cambió la vida.
Dos horas después... sí... llamé al hotel, me identifiqué. Me dijeron que no estaba, pero que había dejado dicho que si yo llamaba, fuera y lo espere. 
Me puse una pollera de jean corta, zapatillas, y una camperita rosa algo escotada. Fui al hotel y esperé. 
Después de casi 40 minutos, el recepcionista me dice: "El señor ya llegó, entró por el garage. Me pidió que te diga que subas"
Fui por el ascensor hasta el segundo piso, habitación 23. Toqué la puerta y escuché un enérgico "¡Adelante!"
Entré, cerré, y vi su ropa en la cama, valijas y escuché la ducha. En la mesa de luz había un balde con champagne y dos copas.
Desde el baño escuché su voz: "Ponete cómoda, y si querés irte, no hay problema". 
No le contesté. Me senté en el borde de la cama. Esperé. La ducha paró... 
Salió haciéndose un nudo con la bata del hotel, me agarró la mano, me la besó como un caballero, y me preguntó si podía sentarse al lado mío.
Le dije que sí, sirvió dos copas de champagne, me dió una, le dije que no tomaba alcohol,y se sentó conmigo en la cama.
Conversamos mucho, me preguntó muchas cosas de mi vida, le conté algunas intimidades más de lo que me pasaba con su película, (sin decirle que me había hecho montones de pajas con él). Me contó que su sueño imposible era tener un hijo, le diagnosticaron esterilidad a los 30 años, después de buscar con la única pareja estable que habia tenido en su vida. Ella lo dejó por eso.
Hubo emociones, risas, una larga charla con un montón de estados.
Me miraba cautivado a los ojos mientras yo hablaba... Me sorprendía que no se desviara en el escote, como me pasaba continuamente con todos los hombre. Eso me sedujo mucho, su mirada clavada en mis ojos.
Después de un buen rato de charla, me dijo, "Bueno, tengo un regalo para vos", se levantó, me levanté, y del cajón del mueble del hotel, sacó una copia de la película firmada y dedicada para mí. Lo miré sonriendo y lo abracé, me incliné un poco hacia atrás, con mis brazos rodeando sus hombros, él con sus manos en mi cintura... y nos clavamos nuestras miradas... fué un momento mágico, como si se hubiera frenado el tiempo. Deben haber pasado casi dos minutos en esa posición, me sentía segura con él... acercamos muy lentamente las caras... fue uno de los besos más hermosos que recibí en mi vida. 
A medida que nos tocábamos las lenguas, nos apretábamos más, y ese beso, de dulzura, pasó a lujuria. 
Muy suave y lentamente, me despegó de él, acariciándome los hombros, y me hizo sentar otra vez en la cama. 
Quedó parado frente a mí. Seguía mirándome a los ojos mientras desataba el nudo de la bata, sentada, apoyé las manos en su cintura, sin correle la bata...
lo miré a los ojos, luego miré su entrepierna, y volví a sus ojos... me agarró las manos, las corrió, abrió la bata y la dejó caer. 
Me incliné hacia atrás mirando su calzoncillo hinchado, me incorporé hacia él, sentada, puse mis manos en su cintura, y le llené de montones de besitos su panza. Estaba muy agitado.
Me tiré un poco para atrás, me saqué lentamente la camperita rosa escotada (le escuché un "Dios mío..."), me saqué las zapatillas, la pollera y me quedé en ropa interior. 
Se corrió la parte de abajo del calzoncillo y... cayeron dos bolas muy grandes, completamente afeitadas... no estaban contraídas, les colgaban y se movían.
La verga la dejó bajo la tela del calzoncillo, sólo liberó su hermosas pelotas grandotas. 
Me acarició el pelo y me llevó hacia su entrepierna... le empecé a lamer las bolas, no podía parar de chupárselas, yo me calentaba cada vez más... 
tan suaves y grandes... estuve mas de 10 minutos disfrutándolas... él gruñía de placer.
Me tomó de las manos y me hizo incorporar. Lenta y gentilmente, me sacó el corpiño y la bombacha... se recostó en la cama, desde la punta gateé hasta estar encima de él, le saqué el calzoncillo, tenía una pija hermosa, sin piel en la cabeza, y grande como sus bolas.
Sin cambiar su posición, me agarró, me dió vuelta, y aprendí lo que era el "69"... gimiendo como loca, le chupaba la pija y las pelotas, mientras, él me chupaba el clítoris y me metía un dedo bien adentro de la concha. Me hizo acabar...
Me senté arriba de él, despacio, fui guiando la cabeza de la verga a mi agujero... mientras me entraba, yo gemía con mi cabeza mirando al techo y los ojos entrecerrados. 
Me agarró de la cintura, y me empujó lentamente para abajo... grité... sentí la poronga tocándome el fondo. Meneaba su cadera lentamente... asi estuvo un buen rato, mirándome y pasando su lengua por los pezones de mis dos tetazas... Siguió con su movimiento de cadera... cada vez más rápido... hasta qye empezó a bombearme furiosamente mientras me gritaba "¡Tomá pendeja, comete toda la verga!", mientras me apretaba fuertemente las nalgas con sus manos... Acabé otra vez...
El no había acabado, me tiré sobre su pecho, exausta, y con la pija muy dura adentro mío. Unos instantes después, me agarró los hombros con sus manos, me levantó de su pecho, y me pasó la lengua por las tetas, me mordisqueó los pezones muy suavemente, me las apretaba... se tomó su buen tiempo, yo con la verga adentro todavía... me me incorporé otra vez, puse las manos sobre su pecho, y erguida sobre él, bajé despacio hasta sentir que la cabeza de la pija tocaba fondo otra vez... con un poquito de dolor y placer extremo, sin sacar mis manos de su pecho, me arrastré por su cintura... atrás y adelante... atrás y adelante... estuve así unos cuantos minutos, me movía cada vez más rápido y más violento. Me acariciaba las tetas y me corría el pelo de la cara para mirarme con un gesto serio y expectante. Cuando estaba por acabar otra vez, le grité "¡dame la leche, llename de leche!" En ese instante, comenzó a gritar muy fuerte... y sentí tres gruesos chorros que me llenaron por dentro... acabé tan fuerte que me calienta contarlo...
Nos quedamos relajados, yo tirada sobre su pecho, chorreando leche. Me agarró de la cintura, me empujó hacia arriba, mis piernas le rodearon la cara, apoyé mis manos en la pared, bajé la vista a mi entrepierna y empezó a chuparme la concha, que chorreaba leche y flujo, era un enchastre sobre toda su cara... siguió chupando todos los fluidos mezclados, me bajó otra vez, quedé tirada sobre su vientre, y nos empezamos a besar y a tomarnos nuestros propios jugos en cada beso.
Después de eso, caímos exaustos. Me acosté a su lado, con su brazo rodeándome, lo abracé y pasé mi pierna por encima de su panza... nos dormimos.
No despertamos una hora y algo después. Nos fuimos a bañar juntos. Nos reímos mucho, nos besamos. Cuando estábamos por salir de la ducha, me dió vuelta, me apoyó la verga y las bolas en el culo y me enjabonó las tetas, yo levanté mis brazos hacia atrás y le acariciaba la nuca mientras el me acariciaba las tetas resbalozas y mojadas. Sentí su verga dura otra vez entre las nalgas. Salimos, nos secamos el uno al otro, volvimos a la habitación, me besó muy profundamente y me tiró en la cama... quedé cola para arriba, se puso sobre mis nalgas en cuclillas, y me metió la verga otra vez... sus movimientos eran profundo y suaves al principio, yo estaba en las nubes, despúes fue un poco mas violento... cada vez más... y más... me tapó la boca, me dijo, "preparate"... y me ensartó la pija hasta el fondo, grité como una loca, con la mano de él ahogando mis alaridos... volví a acabar.
Me dió vuelta, puso la verga entre mis tetas y me las cogió un rato largo... después... me puso la pija en la boca... gritando fuerte, me la llenó de leche y volvió a ponerla entre las tetas. Nos miramos fijo... y sin desviar nuestras miradas... me fui tragando todo el semen que tenía en la boca...
"Podría casarme con vos, chiquita", me dijo sonriendo...
Charlamos un rato largo más, nos reímos, tomamos unos tragos, nos abrazamos, nos besamos...Se acercaba la hora de ir al teatro, nos dimos un beso eterno. Nos despedimos,me vestí y volví a mi casa, llena de felicidad, a prepararme para la función de esa noche.
Fuimos a verlo con mi amiga, el teatro estaba lleno, fue un unipersonal impecable, mostró en cada frase el gran actor que era.
Cuando terminó, fui hasta su camarín, golpeé la puerta y nadie salió. Un asistente que estaba en el pasillo dijo mi nombre en tono de pregunta... "soy yo", le dije. "El señor ya se fue, me dijo que le entregue esta carta a una chica como vos y con tu nombre si venías por acá". Agarré el sobre, mientras caminaba por ese pasillo lo abrí... decía: "Nunca voy a olvidarte, me diste los mejores momentos de mi vida. Dios quiera que el destino nos vuelva a encontrar. Viví la vida intensamente, disfrutá del sexo todo lo que puedas, sé feliz. Te quiero mucho" y su firma... Nunca más lo volví a ver. 
Continué con mi vida, hoy tengo mas de 50 años. Tuve novios y amantes, disfruté del sexo, cometí errores y aciertos, fui lo más feliz que pude. Un día, conocí a quien hoy es mi marido, tuve hijos, y hoy el sexo lo disfruto sólo con él... y mucho, nos contamos todo, nos reímos mucho, disfrutamos la vida todo lo que podemos. 
Esta historia que les acabo de relatar, mi marido la conoce de principio a fin, igual que yo conozco todas sus historias amorosas. Disfrutamos mucho y nos calentamos escuchándonos contarlas, con lujo de detalles. No podemos concebir el sexo el uno sin el otro. Voy a pasar toda mi vida con él. Me hace feliz...
Si amás a alguien, no le escondas nada, cuéntense todo y disfruten. Al fin y al cabo, nuestras experiencias sexuales, se la debemos a todas las personas con quienes nos acostamos. 

                               Sean felices                                          Yo

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