El maduro de la piscina

Habíamos planeado el viaje a Buenos Aires durante todo el semestre, queríamos estar ese fin de semana largo, asumía Alberto Fernández y había cierta excitación en el aire. Ademas era poder tener un tiempo solos, sin los niños. Y en mi cabeza siempre la idea de poder hacer realidad mi fantasía, verla coger con otro. 
Ya hacia un año había decidido compartir un sueño erótico donde estábamos en un intercambio de parejas, y a mi me había generado un montón de sensaciones nuevas, y extrañamente decidí decirle, esperando algún desplante, sin embargo me escucho y acepto mi deseo, aun no le había puesto nombre a eso. Pero como soy una persona curiosa pude descubrir que mi fantasía se llamaba culckold, o infidelidad consentida y no era tan raro, por suerte. 
Claudia se engancho, algo tímida primero, muy lujuriosa después, pero siempre poniendo el limite “una cosa es fantasear, y otra concretar”, sin embargo, buenos aires, la gran ciudad podía ser un lugar donde dar riendas sueltas a las locuras. 
Somos un matrimonio normal, ya casi 20 años de pareja, ya estamos en la mitad de los cuarenta y nos sentimos mucho mas libres. Claudia es un mujer hermosa, blanca morocha, la clásica morocha argentina, bien culona y sensual. Yo soy un afortunado de que me haya mirado y aceptado estar conmigo. Ese viaje lo pensé muchísimo. Elegí un buen hotel con piscina en la terraza, le compre un hermoso bikini amarillo que ponía en evidencia todo su encanto, espere la fecha indicada con ansia, mientras seguía alimentado el deseo y la fantasía cada vez que podía. 
Al fin llego el día, y la sorpresa del hotel fue lo hermosa que era la pileta y que estaba abierta todo el día… así que fue el primer lugar donde fuimos a pegarnos un chapuzon, y después salir a ciudad. 
Al volver, con el calor húmedo de buenos aires, Claudia me dice que apenas llegue se iba a la pileta, yo estaba un poco cansado, pero algo me despertó el morbo, y si se iba sola y se encontraba con alguien en la pileta, así que decidí no ir inmediatamente, y dejarla ir sola. La vi aprontarse, con ese bikini diminuto, tomar una bata y salir de la habitación. Mi cabeza volaba. 
Espere, casi desesperado unos 30 minutos, y salí hacia la terraza, a ver que pasaba. La pileta estaba iluminada difusamente, muy provocativa, y el acceso permitía ver a la pileta y que desde la pileta no te vean, ya que tenia como un recodo de acceso. Cuando llegue vi que Claudia charlaba con un señor, mayor, pero bien puesto, alto, canoso y con barba. Y se reía mucho, mi corazón empezó a latir con fuerza, no escucha lo que decían, pero vi como Claudia le toco el brazo derecho mientras reía. Me quede quieto, en silencio, aunque creía que podrían escuchar mi corazón latir tanto como mi sexo. Espere un rato mas mientras seguía la conversación, no sabia que hacer, “me voy, me quedo, me acerco”. Quede paralizado, ellos siguieron hablando, un rato mas, cuando ella le dijo algo, y empezó a salir de la pileta caminando hacia una camilla donde tenia la toalla y la bata. El salio detrás de ella y se sentó mojado en la camilla de a lado, y siguió sacandole conversación, ya escuchaba mas, y entrecortado escuche que la invitaba a tomar algo, ella dejo de reírse, y negó con la cabeza. Sin embargo le dio la espalda, dejando su mejor imagen, su culo, a su vista antes de envolverse en la bata. 
Empezó a juntar la toalla, cuando el la tomo del brazo y volvió a hablarle de salir, ella retiro el brazo, e intento moverse hacia la puerta, el maduro, la dejo ir. Cuando dio unos pasos, me vio, hizo una mueca, y vino a mi encuentro. “Que haces ahí mirando? Y sin decir nada ni acercarte?”, solo pude balbucear algo incompresible, y ella vio mi erección, “te gusto lo que viste?”, me volvió el alma al cuerpo y pude decir ronco, “si, me gusto mucho, y creo que a vos él te gusto mucho”, me miro silencio y dijo, casi como para si… “no sabes como me costo no besarlo”, “Volvé yo miro de acá”… “En serio me decís? Claro, repuse, es mi fantasía”, ella miro hacia atrás, el maduro estaba acostado en la camilla, “hasta donde llego? Pregunto, Hasta donde quieras, si querés decirle que yo no me opongo, es mas estoy interesado en ver lo que hacen, si vos querés.” Dije con el corazón en la boca. Me miro, sonrió y me dio un beso, y se volvió caminando a la pileta. 
La vi llegar junto al maduro, después supe que se llamaba Marcos, y sacarse la bata y acostarse en la camilla de a lado, Marcos la vio volver con una sonrisa en la boca, seguro de si, escuche que la saludaba “Hola, volviste”, “si respondió, mi marido duerme” “Ahh tu marido esta acá”, “Si, en la habitación”, mintió. 
La conversación viro hacia temas cada vez mas personales, de pronto, para mi sorpresa, Claudia tomo la iniciativa, se levanto de la camilla, y se acerco a Marcos y le palmeo el pecho, diciéndole “tenes un mosquito”, clara mentira, en ese momento Marcos, a tomo de la mano, y atrajo hacia así, y empezó a besarla, ahí mi mente hizo una explosión, de celos, deseos, excitación, mi corazón galopaba mientras veía como mi esposa era besaba apasionadamente por otro hombre. 
Empezaron a transar sobre la camilla, yo veía las manos grandes de Marcos tomando todo el cuerpo de Claudia, haciendo cada vez mas paradas en su culo. Podía ver la cara de satisfacción de Claudia, que también empezaba a recorrer el cuerpo de Marcos con las manos. Escuchaba los jadeos de deseo que ambos emitían mientras sus cuerpo se pegaban cada vez mas. De pronto, Claudia se levanto, y ante la protesta de Marcos se metió en la pileta, y nado hacia una esquina, se apoyo en el borde, y de pronto vi en sus manos la parte de abajo de su bikini, haciéndole una señal a Marcos, quien de clavado en la pileta, estuvo en un segundo abrazándola, vi que la levantaba con dos manos, y la penetraba, vi el rostro de Claudia distorsionarse del placer, la escuche gemir bajo el peso de otro hombre que la estaba cogiendo con ganas, el mete y saca no se cuanto duro, porque entre en un limbo de sensaciones… solo se detuvo cuando escuche a Marcos hacer un ronquido y torcer la espalda… me quede frio. Ellos se quedaron un rato así, abrazados, hasta que se separaron y se pusieron las mallas, y salieron hacia la camilla. Allí fueron y se tiraron, los dos relajados. Espere un rato, y me decidí, iba hacer mi aparición. Tome aire, y me fui hacia la pileta, al acercarme, saludo, “Mi amor, acá estabas” dije desenfadado, “si acá estoy”, dijo, y pude ver el rubor de su rostro, Marcos, tomo su toalla, saludo y se fue. Claudia me miro diciendo “bueno, ya hice lo que quisiste”, “bueno, no vi que te resistieras tanto” replique, y me acerque a ella y la bese…

5 comentarios - El maduro de la piscina

Yasy_91 +1
buen relato. Las experiencias en las piletas suelen ser mas intensas. saluditos
ELSORONGO_72 +2
Y si... Si votaste a Alberto empezaste como cuckold y terminaste bien culeado
marxi78 +3
Si te.molesta es tu tema. Mira que hay que ser boludo para mezclar sexo con politica
delova48 +2
@marxi78 buena respuesta
ELSORONGO_72
@marxi78 exactamente.... Es lo q hiciste en el relato... Por lo tanto sos doblemente boludo
portugalo3 +1
uffffff.... què calentura TODO..... buenísimo!
333354 +1
Excelente relato la próxima subí fotos de tu mujer así le dedicamos unos buenos tributos...saludos y dejo puntos
marxi78 +1
Dale