La profe de arte ...

La Profe de Arte me invitó a su estudio, prometiéndome una sorpresa.
Hacía rato que no tenía sexo con esa perra, así que me alegré.
Me depilé bien después de bañarme y me vestí sencilla.
Pero sin llevar tanga, por supuesto.
Al llegar, la Profe me comió la boca como era su costumbre.
Yo estaba ansiosa por descubrir la sorpresa prometida.
Entonces lo vi. Allí estaba, en medio del salón, desnudo, exhibiendo su perfecta musculatura frente a las otras alumnas.
Era el modelo vivo que había conseguido la Profe. Uno bien viril.
Su virilidad era enorme, realmente inconmensurable.
A las otras perras se les hacía agua la boca.
La Profe ordenó la clase y dijo que podíamos comenzar.
Yo enseguida esbocé unos rápidos trazos y comencé con el óleo.
En un momento me incliné a recoger un pincel; el modelo pudo ver que nada cubría mi pubis depilado bajo mi breve vestido.
Lo miré a los ojos con complicidad, mientras su virilidad crecía un poco más. Eso me ayudó a inspirarme para lograr una obra de arte.
La Profe se acercó para ver la pieza ya terminada.
Sonrió satisfecha, diciendo que yo era su mejor discípula…

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