Tatiana y su secreto?

Tatiana es una chica muy bella, todo empezó porque me dejó un comentario muy positivo en uno de mis relatos, yo le contesté agradecida y ahí empezó una relación que culminó de manera sorprendente


Conocí a una mujer extraordinaria, Tatiana, cariñosamente le digo: la Tati, es un mujerón de 36 años… ella me escribió porque se sintió identificada con mi relato: “Mi marido tiene una verguita y…” empezamos a conocernos, ella me contó que va por su tercer matrimonio, y su actual relación también va en picada, el cabrón de su marido la trata como esclava, no la deja trabajar, incluso la agrede sicológicamente, pero el colmo es que puso una cámara de vigilancia en la entrada de su casa para controlarla por el celular ¡Esta enfermo de celos ese pendejo de mierda! Tiene un amante que está loco por ella, le ha pedido insistentemente que sea su pareja, pero ella está casada solo por interés y por eso no deja a su esposo, así que solo le abre las piernas al amante de vez cuando. El problema de la Tati es que casi no se la cogen, se masturba mucho leyendo relatos porque su esposo trabaja fuera y solo lo tiene que soportar los fines de semana, a pesar de que pelean todo el tiempo, el hombre llega y se la coge, tenga ella ganas o no, hasta cuando le viene la regla el hombre no perdona y se la coge, claro, su cuerpo responde, pero ella no lo quiere. Luego descansa entre semana, ansiando ver a su amor secreto, como la Tati llama a su amante, pero él vive en otro estado y casi no se ven, así que mi pobre amiga se la pasa de paja en paja.
Un día me mandó una foto con sus hijos, aunque se ve feliz, se le nota la mirada triste, otro día me regaló una foto de cuerpo completo y quedé admirada de su belleza, a pesar de haber tenido cuatro hijos, tiene un cuerpo tentador, así fue que empezamos a intercambiarnos fotos más sensuales, la Tati se tapaba la panocha y las tetas en la foto, ella me decía que le daba miedo que su culo apareciera en la red, pero le decía que yo le mandaba fotos desnuda, sin taparme, que yo confiaba en ella, es obvio que tenía miedo, todas lo tenemos, pero hace unos días me mandó una con sus tetas al aire, aunque a ella no le gusta el tamaño de sus tetas, dice que son muy pequeñas,  a mí me parecieron preciosas, deseables, ricas… como ella me había compartido parte de su vida, yo no me quise quedar atrás, no los voy a cansar contando toda nuestra conversación, pero lo importante fue que le conté que, con mi marido habíamos hecho unos cuántos tríos con chicos y chicas, eso me dio pie para preguntarle si ya había estado con otra mujer y me dijo que algunos besitos en el high school pero nada más; yo le confesé que soy bi curiosa, que me encantan los hombres, pero también disfruto mucho de las mujeres.
A pesar de que ya nos habíamos contado cosas muy íntimas, no sabíamos dónde vivía cada una y resulta que vivíamos en el mismo estado, entonces le propuse conocernos personalmente, pero con cuatro hijos que están de vacaciones, no le quedaba tiempo, ella me invitó a que nos conociéramos en su casa, me hubiera encantado ir, pero no estaríamos solas, así que desistí. Le enseñé su foto a mi marido y le encantó, se le paró la verga de inmediato, me dijo que si Tatiana estaría dispuesta a hacer un trío con nosotros, le dije que lo iba a intentar… pero no sabía cómo empezar, así que le mandé fotos y videos de tríos MHM, al principio no me dijo nada, luego le mandé otras y dijo que todo se miraba rico, entonces fui al grano y le pregunté si se animaría a hacer un trío, pero no fui específica con mi pregunta porque me contestó que su esposo era muy celoso y que jamás lo permitiría.
-Tati ¿te gustaría hacer un trío con nosotros.
-No… no sé…
- ¿Por qué?
-No sé… me pones nerviosa.
-Ok. Respeto tu decisión.
Pero cual sería mi sorpresa, que al día siguiente me había mandado una foto totalmente desnuda, ahora si mostraba su panocha, tiene una rayita riquísima, totalmente depiladita, le agradecí de inmediato tan delicioso regalo, tuvimos un largo intercambio de correos y yo intencionalmente no volví a mencionar los tríos, hasta que de ella misma salió, me escribió por WhatsApp, transcribo la conversación:
-Oye, te puedo hacer una pregunta.
-Por supuesto, Tati.
- ¿Qué se siente estar con otra mujer?
- Delicioso, no sabes de lo que te pierdes ¿Alguna vez has hecho un trío con dos hombres?
-No, pero me imagino que es la fantasía de toda mujer, pero con otra chica nunca había fantaseado.
-O sea que ya lo hiciste.
-Por tu culpa (Rio)
-Cuéntame.
-Me da vergüenza.
-Nos hemos contado cosas peores y que sí han pasado.
-Sí, pero han sido con hombres.
-Dime una cosa ¿Tu fantasía fue conmigo?... ¿Tati?… ¿Taaatiii?...
Y no me contestó, pensé que la había perdido, pero esta niña era una caja de sorpresas, recibí un correo donde me pedía disculpas y me adjuntaba otra foto donde me mostraba su delicioso culo, yo le agradecí y le mandé una de mis nalgas, ella dijo que la otra vez le surgió una emergencia y tuvo que desconectarse, yo le dije:
-Pero tienes casi una semana de no escribirme.
-Tienes razón, es que he estado muy ocupada.
Yo no le contesté, me preguntó si estaba molesta, le dije que no, pero que sospechaba que no me estaba diciendo la verdad, se tardó en contestar pero por fin me dijo que iba a ser sincera, que la otra vez tuvo miedo de decirme que  sí había fantaseado que hacía un trío conmigo y con su amor secreto, entonces le dije que yo no tenía ningún problema si quería hacer ese trío con su amante, realmente me quería comer a esa nena, pero me dijo que ni loca, que su amorcito la amaba y que nunca la compartiría con nadie, le dije que si su esposo y su amante era celosos, entonces no había otra que hacer ese trío con nosotros, ella dijo que éramos nosotros los que queríamos hacer el trío con ella, que yo se lo había propuesto, no ella, tuve que darle la razón y dije que no iba a volver a sacar el tema.
Seguimos intercambiando correos, sin fotos, sin hablar de sexo, mucho menos del trío, pero un día me volvió a sorprender, me contó que afortunadamente su esposo no llegaría ese fin de semana por asuntos de trabajo y que su hermana se iba a llevar a sus hijos, yo pensé que si me lo contaba era por algo, pero en lugar de decirle que nos conociéramos, le dije que me alegraba porque así podía descansar de la vida tan ajetreada que llevaba, entonces me volvió a invitar a su casa y ahora fui yo la que le dije que estaba muy ocupada, pero que nosotros la invitábamos a cenar a la nuestra, dijo que lo iba a pensar, -buena seña- pensé, no se tardó mucho, esa misma tarde aceptó mi invitación, pero me puso un montón de condiciones, entre las más importantes fueron: que le mandara fotos de mi marido, que si era cierto que era tan buen amante como yo le contaba, que sí iba, pero solo quería conocernos, que no quería que pasara nada más, que ni siquiera habláramos de sexo, a todo le dije que sí, era eso o nada.
Al otro día empecé a mandarle fotos de mi marido y por supuesto de su verga, la Tati me decía que mi marido era un señor, yo le contestaba que estaba viejo, pero bueno, le pregunté qué le parecía mi marido, ella dijo que, aunque se veía mayor, era guapo, luego le pregunté por su verga, dijo que no sabía cómo yo la aguantaba, que era muy larga, pero le dije que no era eso lo que le había preguntado, que, si le gustaba o no, dudó unos instantes y me dijo que se miraba rica, pero que ella nunca había probado un pene tan largo, yo le decía que a mí al principio me dolía, pero que al cabalgarlo, yo podía medir cuanta verga me tragaba, sin necesidad de metérmela toda, así fui amoldando mi rajita hasta que un día me la tragué completa y ahora tengo los orgasmos más salvajes que te puedas imaginar, me preguntó si no me daban celos, que ella jamás le enseñaría la verga de su amor secreto a ninguna mujer, no vaya ser que se le antoje, yo le decía que los celos hace muchos años los dejé atrás, luego le pregunté si se le antojaba la verga de mi marido, hacía largas pausas, entonces en una de ellas, aproveché para preguntarle:
-Me vas a contar alguna vez como fue tu fantasía entre tu amor secreto y nosotras.
-Pues nos cogía un rato a cada una.
-Pero eso no te hubiera dado vergüenza contármelo.
-Bueno… pasaron otras cosas, pero… lo que pasa es que desde que me hablaste de eso, empecé a ver porno de tríos y…
-Y te gustaron.
-Sí.
- ¿Te gustaría que te diera un beso en la boca?
-Eso es lo de menos, lo que veo en esos videos me da miedo.
-No, te ponen nerviosa, que es diferente, se te moja la panocha imaginando que te cogen mientras tú me chupas la cuca.
-Yo nunca he hecho eso.
-Yo tampoco he estado en una orgía y me chorreo cada vez que veo videos.
-Pero tú tienes experiencia.
-Tú puedes empezar a tenerla, al igual que tú, yo dudé la primera vez.
-Te digo que hasta me siento mal por tener un amante, ya no digamos hacer eso.
- ¿Quieres que ya no te hable de sexo?
-No, me encanta cuando me escribes, cuando nos intercambiamos fotos, cuando me cuentas tus experiencias con mujeres… lo que no quiero es hablar de esas cosas delante de tu marido.
-Perfecto, ¿Quieres que vaya por ti, o tú llegas?
-Yo llego.
- El sábado ¿A las siete?
-A las siete.
Puse al tanto a mi marido de toda nuestra conversación y no se lo tomó muy bien, me dijo que él ya no estaba para rogar a ninguna pendeja, que cenáramos y que se fuera, yo le decía que ella solo necesitaba un empujón, que si él no quería yo iba a seguir insistiendo. Le conté a la Tati, solo que evitando lo de pendeja y que mi marido se había molestado, le di vuelta a la tortilla de la siguiente manera:
-Tati, le conté a mi marido sobre todas tus condiciones y tienes suerte, me dijo que va a ser lindo conocerte y que luego de la cena nos dejará solas para no incomodarte.
- ¡¿Por qué le contaste sobre mis condiciones?! Va a pensar que soy una pendeja.
-Si supieras-pensé¿Y qué querías que hiciera? Si no le advierto que no hablara de sexo y que mucho menos venías a hacer el trío, seguramente sería lo primero que te pediría.
-Ya me estoy arrepintiendo de ir a tu casa.
-Como tú quieras.
- ¡No!, le voy a demostrar a tu marido que ya no soy una niña…
-Como tú quieras.
-Ha de pensar que como nunca he hecho un trío soy una idiota, pues no, espero que no te moleste si le coqueteo…
-Como tú quieras.
-Le voy a demostrar que soy tan mujer como tú, lo voy a poner a comer de mi mano, yo estoy acostumbrada a que me rueguen, pero tú marido ni siquiera quiere hacer el esfuerzo, de verdad espero que no te moleste, pero me voy a comportar como toda una putita, fina, pero puta.
Mi plan había dado resultado, la Tati estaba lista para ser cocinada, sazonada para luego ser comida, cogida y violada… llegó un poco pasada la hora convenida, venía preciosa, exactamente como la foto que me mandó de cuerpo completo, era un vestido claro, no podría definir bien el color, labrado, sin mangas, a medio muslo, las uñas de los pies pintadas de rojo, con tacones negros y con el cabello muy negro, con fleco, que contrastaba de manera sensual con su piel blanca contraria a la mía, se veía espectacular, su vestido dibujaba su cintura, mostrando sus piernas deliciosas y resaltaba su culo, que es su mejor atractivo, aunque su boca también era una tentación, mi marido se quedó con la boca abierta, yo la saludé y le di un beso en la mejilla, mi marido, como todo un caballero, le besó la mano y le dijo que era más bella en persona, nos sentamos, mi marido nos sirvió bebidas y empezamos a platicar, la Tati cruzó las piernas y era todo un agasajo ver como casi nos enseñaba el calzón, estaba muy nerviosa, luego cenamos y el ambiente fue muy divertido porque mi marido tiene un gran sentido del humor, mi marido nos daba de beber muy seguido, nosotros somo aguantadores, pero no sabía que tanto iba a aguantar la Tati.
Como lo había prometido, mi marido nos dejó solas.
-No que le iba a coquetear, que lo ibas a poner a comer de tu mano, que te ibas a comportar como toda una putita ¿qué pasó?
-Es que tu marido tiene una mirada muy intimidante., su personalidad es avasalladora.
- ¿Te gustó? o ¿te parece demasiado viejo?
-No, es muy guapo, esas canas lo hacen ver más atractivo, no parece la edad que tiene, se ve mucho más joven; la vida no es justa, a nosotras las mujeres la edad nos acaba, en cambio a los hombres los pone más deseables.
- ¿Verdad? Vieras a mis amigas y hasta algunas de sus hijas, se le ofrecen y lo peor es que él lo sabe, por eso es que no está acostumbrado a pedir.
-Pero tú no te quedas atrás.
-Tú tampoco, eres una belleza.
-Gracias, te fijaste que me desnudaba con la mirada.
-Con ese culo que tienes, imagino que todos los hombres lo hacen.
-Pero tú no te quedas atrás (Reímos) De verdad ¿no va a regresar?
-Quien te entiende, mujer ¿No era eso lo que quería? ¿Qué no te atosigara?
-Sí, pero…
-Estás hermosa, gracias por vestirte así para nosotros.
-Me puse lo primero que encontré.
- ¿Te sientes herida en tu amor propio?
-No sé… sí, creo que sí, es que lo normal es que los hombres seduzcan a las mujeres.
-Ay Tati, no sé si te conté, él fue mi maestro hace muchos años, nos traía locas a todas sus alumnas y lo peor es que no nos importaba que nos cogiera a varias, pero el colmo es que íbamos a un bar, él con sus amigos y nosotras en otra mesa, pero cuando se despedía, nos miraba y elegía a una, a mí me eligió más veces que a las otras, pero cuando no lo hacía, me ponía a llorar, era un hijo de su chingada madre.
-Pero al final te eligió a ti.
-Yo no tendría problemas en compartirlo contigo.
- ¡Cállate!
- ¿No te gustaría?
-Después de que me mandaste la foto de su pene… que mujer no quisiera.
-Se dice verga.
-Ya sé, yo también soy muy malhablada, pero me da pena.
- ¿Cómo se dice?
- ¡Verrrrga!
La abracé y le di un piquito, se retiró asustada, la abracé de nuevo, ella también lo hizo, la separé despacio, la miré a los ojos y la besé con ternura, ella abrió los labios y deslicé mi lengua dentro de su boca, ella hizo lo mismo y nos entregamos a ese primer beso, que de la ternura pasó al deseo, a la pasión, a la lujuria, bajé mi mano y acaricié su teta, ella se abandonó a la caricia, me tomó la cara con las dos manos y me besó delicioso, luego se arrepintió y dijo que era mejor irse, que la disculpara, que no sabía lo que hacía, que la bebida la había descontrolado, yo no hice nada, no la quería forzar, agarró sus cosas y salió, de pronto sonó mi teléfono, la Tati estaba llorando, abrí la puerta y ahí estaba, desconsolada, la lleve al sofá y le dije que me disculpara, que me dejé llevar por la tentación de su boca, que no lo volvería a hacer y entonces me acostó sobre el sofá y se me tiró encima, me besaba, me tocaba las tetas, metió su mano bajo mi cuerpo y me sobaba las nalgas, yo hice lo mismo, por fin tenía entre mis manos ese culo que había deseado tanto.
Oímos ruidos y ella se sentó, mi marido había salido para preguntarme no recuerdo que cosa, yo sabía que era para volver a ver a la Tati, nos sirvió más bebidas.
-Ay, yo ya no quiero, gracias, me vas a terminar de emborrachar.
-No te creo, Tatiana, o por lo menos no se te nota. Bueno, las dejo solas para que sigan conversando.
No, mi amor, quédese. (Desde que fui su alumna lo traté de usted y nunca pude tratarlo de tú)
- ¿Están seguras?
-Sí, verdad Tati, que se quede.
-Sí, por favor, acompáñanos.
-Será un placer.
-Le estaba contando a la Tati lo tremendo que usted era cuando fui su alumna.
-Un verdadero caballero no tiene memoria… Es que eras muy celosa.
-Pero gracias a usted se me quitaron.
- ¿Se pueden quitar los celos? (Preguntó la Tati)
-Sí, yo soy la mejor prueba, fui muy celosa, pero cuando mi marido me compartió en un trío con un amigo… ay, perdón Tati, tú no querías que habláramos de sexo.
-No tengas pena, de verdad quiero saber, sigue.
-Pues como a él no le dieron celos, la siguiente vez fue con una chica, no te voy a negar que al principio sí me dieron, pero pudo más mi calentura y después de esa vez, entendí que el sexo es un juego entre adultos, donde no involucras el corazón.
- ¿Tú eres celosa, Taiana?
-Mucho, por eso los admiro, yo no podría soportar ver a mi hombre con otra mujer.
-Pero con nosotros no tendrías problemas.
- ¿Cómo así?
-Yo no soy tu hombre, ni mi mujer es tu novia, así que sí podríamos compartir los tres.
-No… no sé… es que yo nunca he hecho eso.
-Pero ya fantaseaste conmigo y con tu amor secreto.
-Sí, pero de eso a hacerlo realidad hay mucha distancia.
-La distancia la pones tú, oye, Tatiana, te puedo hacer una pregunta sin que te incomode.
-No sé si me vas a incomodar, pero hazla, puede más mi curiosidad.
- ¿Alguna vez has visto a una pareja hacer el amor?
- ¡No! Nunca.
- ¿Te gustaría?
- No me digas que se van a poner a hacer sus cosas… ¿De verdad piensan hacer eso delante de mí?
- ¡Te gustaría?
-No sé… ni siquiera me había pasado por la mente… ay… es que me ponen nerviosa… no sé… talvez… sí… ay, no… estoy confundida…
-Atrévete a vernos Tati, si no te gusta te vas sin ningún problema.
-No, mejor me voy…
-Ok. Que pases feliz noche.
-Ustedes saben que si quiero verlos y por eso se aprovechan de mi debilidad.
- ¿Quieres vernos?
-Pero yo no quiero participar.
- ¿Y si te dan ganas?
Se quedó callada, señal de que aceptaba, mi marido empezó a besarme y a recorrer mi cuerpo con sus manos, yo quería desnudarme ya, pero no quería asustar a la Tati, era mejor ir despacio, nos pusimos de pie y empezamos a besarnos y a frotarnos como si bailáramos, la Tati tenía los ojos muy abiertos, él me agarró de las nalgas y empezó a besar mi cuello, yo movía mis caderas viendo a la Tati, ella veía las manos de mi marido sobijeándome las nalgas, yo me hinqué lentamente, le bajé el cierre y le saqué la verga, los dos volteamos a ver a la Tati, ella abrió la boca en expresión de que le gustaba lo que veía, yo empecé a mamar verga, sé que soy muy buena en eso, pero ahora lo hacía como si fuera a ser mi tesis para graduarme de puta, hacía sonidos obscenos, salivaba mucho, al extremo que tenía las tetas mojadas.
-¿Se te antoja, Tati?
-Sigan, Sigan.
¿Te gusta lo que ves?
Sí, sigan.
Mientras mi marido se desnudaba de la parte de arriba, yo lo hice por la parte de abajo, él bajó el zíper de mi vestido y me dejó completamente desnuda, la Tati se llevó sus manos a la cara viéndonos entre sus dedos, fui a poner música y bailamos, mi marido nos acercó a ella, me puso su vega entre mis piernas e hizo movimientos como si me estuviera cogiendo, estábamos a menos de un metro de ella por lo que la Tati tenía una visión privilegiada viendo como la verga desaparecía y aparecía en medio de mis piernas, yo movía el culo para provocarla más, seguramente mis nalgas rebotaban con mis movimientos, mi marido me dijo que se le veía el calzón, yo también quería verla, así que giré bailando y nuestros ojos se encontraron, le mandé un beso arrugando mis labios, ella se reía nerviosa, tanto roce de la verga en la panocha ya me tenía hirviendo, de pronto mi marido se acostó en la alfombra, yo entendí su señal e hicimos un 69 quedando mi boca a la vista de la Tati, para que viera como mamaba verga, sus pies estaban al alcance de mi mano y le acaricié un tobillo, ella me apretó la mano y la tenía caliente ¿Cómo tendría su panocha?
No quería apresurar las cosas pero estaba muy caliente, me senté en la verga y empecé a cabalgarlo, él me sobaba las tetas y me jalaba los pezones, yo lo besaba en la boca con la intención de que la Tati viera de mejor manera como entraba y salía de mi panocha esa verga larga que tanto le había gustado, de pronto dejé de besarlo y me recosté sobre las piernas de ella mientras seguía cabalgando, la Tati me acariciaba el pelo y sentí un beso en mi mejía, yo aproveché, le tomé la cara con las dos manos y la besé en la boca, ella abrió sus deliciosos labios y fue un beso lésbico muy rico, mientras tanto bajé mis manos a sus piernas y le subí el vestido, ella me ayudó levantando su culo y por fin pude ver ese calzoncito que tanto me provocaba, no sé como era capaz de hacer tantas cosas al mismo tiempo, cabalgaba, besaba a la Tati y le acariciaba su panocha; metí mis manos para quitarle el brasier, pero me encontré con la sorpresa de que no se había puesto nada.
Me desenchufé de mi marido y terminé de quitarle el vestido, la recosté sobre el sofá, hice a un lado su calzoncito y le mamé la panochita, le pasaba la lengua de arriba abajo y cuando me encontré con el hoyo de su culazo, le metí la lengua, oí como pujo al sentir mi lengua dentro de su culo, no sé en que momento mi marido ya le estaba metiendo la verga a la boca, por fin la teníamos a nuestra merced, yo escuchaba los sonidos que hacían su boca y su lengua al mamarle la pija a mi marido, le metí dos dedos en la rajita y otro por su culo, me prendí de su clítoris con la intención de probar sus jugos, pero creo que ella estaba más concentrada en gozar la verga que tenía en la boca, yo sacaba y metía mis dedos de sus dos hoyos calientes e hice lo que me gusta que me hagan a mí, metí toda mi boca en la parte de arriba de su rajita y le acariciaba el clítoris con la lengua, funcionó porque la Tati arqueó su espalda se vino en mi cara en una multiplicidad de orgasmos que no paraban de explotar.
Le di a tomar un poco de cerveza, yo tomé otro poco y con la boca llena la besé, la cerveza cayo sobre nuestras tetas y mi marido se ocupó de beberla de nuestros pezones, le susurré si la había gustado y la Tati me dijo que sí, pero que ya necesitaba verga en su panocha, la acostamos en la alfombra, mi marido se colocó entre sus piernas y se la empezó a coger, a mí me encanta mamar panochas, pero no sabía si eso iba a ser mucho para la Tati, así que me paré al lado de su cabeza y me incliné a besar a mi marido, ella le pedía que no la penetrara tanto, que le dolía y mi marido que es un buen amante, le hizo caso, yo veía como se la sacaba y le metía solo la cabeza, eso desesperó a la Tati y le dijo que se la metiera toda, mi marido, obediente la taladró con ganas, ella me pidió que bajara mi culo y me mamó la cuca tan rico que las dos nos vinimos al mismo tiempo.
La Tati me pidió ir al baño y la acompañé, sabía que podía decirme que estaba arrepentida y que quería irse y mi pobre marido se hubiera privado de cogerse el culazo de la Tati, así que después de orinar y lavarnos las manos, le pregunté si estaba arrepentida y dijo que no sabía qué pensaría mañana, pero que hoy estaba viviendo la mejor experiencia de su vida, nos besamos frotando nuestros pezones la una a la otra mientras nuestras manos gozaban acariciando nuestra respectivas nalgas, salimos y mi marido se estaba masturbando en el sillón, nos hincamos y la Tati le mamaba la verga y yo los huevos, subí para mamársela yo también y nuestras lenguas se encontraban en la cabeza y aprovechábamos para besarnos metiéndonos la lengua hasta el fondo de nuestras bocas, luego ella bajó a mamarle los huevos y yo la verga, mi marido nos pidió que no siguiéramos porque estaba a punto de acabar, la Tati se puso de pie y como yo seguía hincada la jalé hacia mi boca y le volví a chupar su gallito, mi marido se fue atrás y le mamaba el culo, ella nos agarró delas cabezas presionando para que nuestras lenguas hurgaran hasta el fondo de sus orificios, ahí tuvo otra convulsión de orgasmos deliciosos.
Cuando eso me pasa a mí, necesito unos minutos para recuperarme, pero la Tati nos salió más cabrona que bonita porque se puso de perrita sobre la alfombra y se abrió las nalgas, mi marido me arqueó las cejas en señal de que era lo que estaba esperando, le lubricó el culo abundantemente y poco a poco le fue metiendo la verga, ella empezó a gritar, yo me fui a su cara y me bebía las lágrimas que emanaba, le pregunté si quería que parara y me dijo que no, que por hoy estaba dispuesta a ser una verdadera puta, mi marido la jalaba del pelo y la nalgueaba, yo aproveché para meterme bajo su cuerpo y le lamía el clítoris mientras veía como la verga desfloraba su apretado culo, ella me abrió las piernas y también me chupo la cuca, mi marido nos decía que éramos unas putas, que nos encantaba la verga y que nos gustaba chupar panochas, en nada se equivocaba, la cabrona de la Tati me metió dos dedos en la cuquita y otro por el culo, mi cuerpo empezó a convulsionar, no aguanté y me vine en un orgasmo muy intenso, me salí de bajo de su cuerpo y mi marido le sacó la verga del culo, nos hincamos frente a él y nos bañó la cara con su leche calientita, caímos desfallecidos sobre la alfombra y nos que damos dormidos.

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