“Los hoteles me inspiran”… y tenía razón (con foto)

Días antes estuvimos hablando de probar en algún momento hacer un trío, podía ser con una chica o un chico. Íbamos a ir a un boliche swinger, pero por la pandemia cerró, así que nos fuimos a un hotel.

Tomamos unas cervezas, fumamos un fasito y se fue a cambiar. Cuando volvió, la imagen era surreal, labios bien rojos, un saco y tacos. El saco lo tenía cerrado, se sube a la cama y lo abre de par en par para dejar al descubierto un conjunto de portaligas negro, una diosa, se quita el saco y se acerca a mí, me quiero abalanzar sobre ella…no me deja, por ahora iba a ser unmero espectador.

Se empieza a mover sensualmente, pasa sus manos por su cuerpo, se gira y se pone de espaldas sobre sus rodillas, su cola, como un corazón apuntando hacia mí, no conforme, la levanta y se queda en cuatro y lentamente empieza a tocarse. Gira, se sonríe y se acerca hacia mí, su boca contra la mía, me da un beso suave y empieza a bajar por mi cuerpo, lame mi cuello, mi pecho, me deja desnudo, se acerca a lamer mi pene pero en el momento que va a llegar, se aleja para que me quede con las ganas. Yo estaba en el cielo pero al mismo tiempo desesperado por tocarla.

Se va sacando las medias y las ligas, hasta quedar solo con esa tanga que le queda de ensueño, se recuesta boca arriba y empieza a rozar su clítoris por encima de la tela, con la otra mano masajea sus pechos, primero uno y después la otro. Se acerca nuevamente y repite el ritual del beso, esta vez me deja tocarla un poco, pero enseguida me quita las manos, baja hasta mi pene, lo roza con la punta de su lengua desde la cabeza hasta el tronco y se aleja.

Vuelve a masturbarse pero esta vez desnuda, con sus piernas abiertas hacia mí, para que no me pierda nada, extiende su mano hasta encontrar un consolador, mirándome, se lo empieza a pasar por el cuerpo, comienza desde abajo, por sus piernas, y lo va subiendo lentamente, llega hasta su vagina y hace una pequeña parada pero no muy extensa, sigue subiendo hasta sus pechos. Se levanta y se pone de rodillas frente a mí y más cerca. Mirándome a los ojos sube el consolador al mismo tiempo que abre su boca y comienza a lamerlo y chuparlo como si fuera de verdad, primero le lame la cabeza y luego se lo mete en la boca, sabe que eso me enloquece. Lentamente se acerca y pone el consolador al lado de mi pene y empieza a lamer los dos, le pasa la lengua por las cabezas, se mete uno en la boca y luego el otro, y así va alternando durante un ratito.

Deja el consolador de lado y se dedica completamente a mí, lame el tronco, la cabeza, se lo mete en la boca y empieza a bajar, pasa su lengua por mis huevos y sigue bajando hasta mi ano para darme un hermoso beso negro. Se da vuelta y busca un plug, se lo mete en su boca varias veces y bien lubricado me lo empieza a poner, busca otro, repite la escena con su boca pero se lo pone ella, está todo listo.

Se sube sobre mí y nos fundimos en un beso, nuestras lenguas poco más se enredan del placer, encima de mí empieza a moverse cada vez más rápido y aprovecho a pasar mis manos por todo su cuerpo, la agarro fuerte de sus nalgas mientras acompaño el movimiento, con toda la excitación de todo lo anterior se que no vamos a durar mucho y me doy cuenta de que ella estácerca de acabar, agarro el consolador y se lo pongo en su boca, para que se imagine y sienta que mientras estamos haciéndolo ella pueda estar chupando una de verdad, sumado al plug que ella tenía puesto, está completa. No pasaron dos segundos de tener el consolador en su boca que se derrite en un orgasmo en el que mientras sucede no deja ni de moverse ni de seguir chupando. Con esa imagen no aguanté más y me vine yo también. Nos besamos y quedamos abrazados y cansados pero juntando energías para seguir después..

“Los hoteles me inspiran”… y tenía razón (con foto)

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