Madre puta (12)

La segunda vez que los vi chingar, acababa de hacer la ruta que acabo de describirte corriendo y cuando me metí silenciosamente en el cuarto de calderas ya estaban metidos en faena. La escena se parecía a la que había presenciado el otro día. Mi madre estaba con el jersey subido y con las tetas fuera y con los pantalones y las bragas bajados. Cuando llegué estaba arrodillada delante de él haciéndole una mamada, pero esta vez no dejó que Benón se corriera sino que antes de eso se incorporó y volvió a apoyarse de cara a la pared.
Benón se la metió en la concha y empezó a arrearla con fuerza, pero al poco le sacó la pija y le dijo: "Hoy me apetece darte por el culo". Mi madre le dijo:"Haz lo que quieras pero date prisa y ten cuidado, que no estoy lubricada".
Benón dirigió su pija a la entrada del culo de mi madre diciendo:"Hacia tiempo que no me follaba un buen culo... Mi mujer no me deja ¿sabes? Pero sabía que una puta tú no se negaría, seguro que hasta te gusta...".
Y no se equivocaba. A mi madre le vuelve loca el sexo anal. Le encanta que le revienten el culo con una buena pija.
Benón le empezó a meter la pija por el culo, empujando con fuerza. Mi madre resoplaba y jadeaba y de vez en cuando se quejaba. "¡Cuidado, que me haces daño! –le decía- ten más cuidado, más despacio, más despacio... así... así..."
Le costó un poco metérsela toda dentro del culo porque, como ya he dicho, Benón tenía una pija muy gorda y mi madre estaba sin lubricación pero al final lo consiguieron.
"Ya está, ya la tienes toda denro del culo, so puta –le dijo Benón- ¿Ves como no ha sido tan difícil?". Empezó a chingarse el culo de mi madre con lentitud, como si quisiera disfrutar al máximo de cada metida. "¡Joder, qué bueno está esto! –decía- No sabes cuanto tiempo hacía que soñaba con metértela por el culo. Tanto tiempo dándote aires de gran señora y teniendo que decir: "Buenos días, señora Ibars", que si "Señora Ibars" por aquí, que si "Señora Ibars" por allá... ¡¡¡Pues ahora a la "Señora" le estoy dando yo por el culo!!! ¡Y tan ricamente!" y empezó a reírse mientras seguía enculando a mi madre sin parar.
Mi madre no decía nada pues bastante tenía con aguantar aquel pedazo de tranca metida en todo su culo. Además, Benón pronto dejó aquel ritmo suave y empezó a darla por el culo cada vez más rápido, con más fuerza. Mi madre emitía algún quejido de vez en cuando y Benón le decía:" ¡No te quejes, so puta, que tienes el culo que parece un bebedero de patos! ¡A saber cuántos han metido sus pijas aquí dentro! ¡Así que aprovéchate y goza, cacho puta, goza! ¡Venga, quiero oír como gozas mientras te doy por el culo!". Y mi madre empezó a entremezclar gemidos entre sus cada vez más espaciados quejidos. Al cabo de un rato ya sólo gemía pues su culo debía haberse acostumbrado a la penetración de aquella cacho pija.
Yo me la estaba machacando sin parar mirando como aquel cabrón enculaba a mi madre a lo bestía. Le clavaba su pija una y otra vez manteniéndola contra la pared mientras mi madre no paraba de gemir cada vez más fuerte a medida que se iba animando.
Finalmente Benón se corrió dentro del culo de mi madre soltando un grito de triunfo. Me imagino que el muy cabrón debía sentirse orgulloso. No todos los días un vulgar portero tiene la oportunidad de chingase por el culo. a una de las inquilinas para quienes trabaja.
He de decir que yo había resistido mucho menos que Benón y que había soltado mi carga de leche sobre el suelo del cuarto bastante antes de que terminara él.
Benón le sacó la pija del culo y le dijo mientras se reía: "¡Joder, te he dejado el agujero del culo más abierto que el tunel del tren!". Era cierto. Mi madre tenía el agujero del culo todo abierto y colorado y aún rezumaba con la leche que le había echado el Benón. Al verla así, con el culo expuesto de una forma tan obscena ante mí, la pija se me volvió a poner dura como una piedra y supe que en cuanto volviera a casa tendría que volver a pajearme.
En fin. Encuentros como ese presencié muchos. El Benón tenía a mi madre en sus manos y mientras vivimos en aquel edificio se la chingó todas las veces que quiso y por donde quiso y a mi madre no le quedó más remedio que doblegarse y obedecer. Yo sé que ella no soportaba a Benón y que lo consideraba un tipo repugnante y odioso pero se dejó chingar por él a cambio de su silencio. Por supuesto, a pesar de que no soportara a Benón, ello no impidió que a veces gozara con su gran pija pues mi madre puede evitar gozar cuando tiene una pija dentro, lo tengo comprobado.
Por supuesto, Benón cumplió con su parte y jamás le dijo nada a mi padre así que mi madre pudo seguir haciendo la puta a espaldas de mi padre y aceptando generosos regalos y propinas a cambio de buenas sesiones de joda con su ex–jefe y sus amigos.
Así que ya ves, mi madre es tan puta que hasta el portero se la ha chingado por el culo, y mi padre todavía sin saberlo.
Ahora voy a contarte lo de la primera vez que pillé a mi madre chingando en un local público. Esto pasó como un año después de lo que te he ido contando hasta ahora, durante el verano. Un día por la tarde mi madre cogió un gran bolso y salió de casa diciendo que tenía hora con el médico. Mi padre se ofreció a llevarla pero entonces ella le dijo que no, que se iba pronto porque también quería irse de tiendas a ver si se compraba algo. Yo sospeché que mi madre se tramaba algo porque su excusa para que no la acompañara mi padre me sonó un poco forzada y porque, por lo que yo sabía, aunque llevaba ya bastante tiempo trabajando como puta profesional (en mi próximo mensaje te contaré eso), llevaba algún tiempo sin disfrutar de una buena chingada y ella es incapaz de pasar mucho tiempo sin catar pija, así que poco después de que saliera yo también la seguí.
No me sorprendí al comprobar que de médico nada. Al rato de seguirla vi como se dirigía a un conocido bar de alterne de aquí (de hecho es una barra americana) llamado Crazy Horse. Aún sigue funcionando hoy aunque en aquel entonces había mucho más puterío. Es un bar muy frecuentado por mujeres maduras con ganas de pija y por jóvenes que están haciendo el servicio militar. Zaragoza es una importante región militar de España, hay varios cuarteles y por eso esta ciudad suele estar muy frecuentada por jóvenes de todo el país que están prestando su servicio militar y que, al estar lejos de su hogar y de sus novias suelen estar con muchas ganas de chingar y por eso es normal verlos acudir a ese tipo de bares en busca de mujeres fáciles a quienes meterles la pija. Estos bares suelen estar también muy frecuentados por damas maduras insatisfechas en sus matrimonios o simplemente con ganas de joda, como mi madre, así que cuando vi que entraba allí ya me supuse que iba a pasar algo.
Entré un rato después de ella aprovechando que entraban un grupo de jóvenes para que así no me viera. Me senté en un rincón oscuro desde donde podía controlar todo el local. Empecé a buscar a mi madre y al principio no la reconocí porque se había cambiado de ropa. Cuando había salido de casa iba con un vestido normal y corriente, largo pero debía llevar otro debajo o en el bolso y se habría cambiado en el baño. Como era una hora temprana de la tarde el bar no estaba muy frecuentado y así pude observarla bien.
Se había quitado las gafas y se había maquillado mucho. Se había puesto una blusa blanca ajustada que se le transparentaba, y como se había quitado el sujetador se le veían y se le marcaban los pezones con toda claridad. También llevaba una falda muy corta de esas de lycra elástica muy ajustadas que se le pegaba al culo como una segunda piel, marcándoselo bien y dejando ver que no llevaba bragas pues no se le marcaban por debajo de la falda. Estaba casi irreconocible, de infarto. Parecía una auténtica puta profesional y los hombres que allí había se la comían con los ojos.
Al poco de estar en la barra ya se le habían acercado dos jóvenes vestidos de militar que la invitaron a unas copas y empezaron a flirtear con ella. Uno de ellos la sacó a bailar agarrados y más que bailar el tío se dedicó a sobarla a conciencia. Había que ver como mi madre se refrotaba contra él y él bajaba las manos por su espalda y le magreaba el culo a placer con las dos manos. Después del baile volvieron a la barra y allí el chico con el que había bailado pasó al ataque. Vi como se besaban en la boca metiéndose sus lenguas y el chico aprovechaba mientras se besaban para tocarle las tetas por encima de la blusa. Con aquellos toqueteos los pezones de mi madre se pusieron duros y aumentaron enormemente de tamaño, casi parecían que le fueran a atravesar la blusa. Además, antes de tocarle los pezones, el chico se mojaba los dedos en la copa que estaba bebiendo, que debía estar fría de manera que los pezones de mi madre se ponían aún más tensos y al mojarse la blusa se le transparentaba de manera que era casi como si no llevara nada y toda la gente del local que andaba cerca podía verle las tetas y los pezones sin ningún problema.
El otro chico al principio solo miraba pero también quiso participar y le metió la mano a mi madre por debajo de la falda entre sus piernas y la mantuvo allí un buen rato moviéndola levemente arriba y abajo. Aquello me confirmó que no llevaba bragas pues la muy puta abrió un poco más sus piernas y dejó que el chico siguiera metiendo su mano ahí abajo y al poco estaba removiéndose encima del asiento.
Después de haberla magreado a fondo el chico que la besaba agarró a mi madre y haciendo una seña a su compañero para que los siguiera se dirigieron al servicio de caballeros.
Yo esperé un poco y después fui y entreabrí un poco la puerta de los servicios de caballeros. Sólo vi al segundo de los chicos, que estaba recostado contra la pared del fondo fumándose un cigarro, así que entré. La puerta del váter que estaba al lado del chico fumando estaba cerrada pero desde detrás salían los sonidos inconfundibles de una buena chingada, con gritos y gemidos bastante sonoros, sobre todo por parte de mi madre.
Yo disimulé y me metí en la cabina de al lado. Estaba muy excitado no sólo porque al lado mío se estuvieran chingando a mi madre sino porque no me cabía duda de que el otro chico estaba esperando para chingársela también él.
Mi madre y el primer soldado llevaban ya un buen rato chingando en el váter de al lado y entonces el otro empezó a aporrearle la puerta gritando: "Manuel, joder, acaba ya que yo también tengo ganas!" y el otro le respondió: "¡Pues hazte una paja, cabrón que yo tengo para rato!" y el otro siguió aporreando la puerta hasta que mi madre le dijo entre gemidos: "Tranquilo, chico... no te preocupes... que hay para todos...", y entonces el que aporreaba se calmó y decidió esperar.
En cuanto el primero hubo gozado durante un buen rato de mi madre, el segundo entró y se la chingó también. Y realmente debía de tener ganas porque mi madre empezó a gritar de gusto y le decía: "¡Calma, calma , chico, que me vas a destrozar!" y el otro le contestó:"¡Sí, te voy a destrozar, pero de gusto so puta!" y a juzgar por los gritos de mi madre era verdad.
Lo más obsceno era que mientras todo eso pasaba, seguían entrando hombres en el baño, para aliviar sus vejigas o para limpiarse las manos y ellos también oían lo que estaba pasando en el baño, pues mi madre gritaba como una loca. Al parecer no le importaba que todo el bar se enterase de lo puta que era.
¡Y todo el mundo en casa pensando que se había ido al médico! Quién iba a sospechar que en realidad se encontraba dentro de un váter siendo cogida por dos tíos.
Yo me estuve allí dentro hasta que acabó de chingársela el segundo chico y lo escuché todo y hasta me hice dos buenas pajas. No podía verlo pero lo oía y entonces me los imaginaba: el chico sentado encima de la taza y mi madre sentada encima, metiéndose la pija dentro y cabalgando sobre su pija sin parar. Fue muy excitante, casi más que si lo hubiera visto.
Este chico también tardó lo suyo, pues se la chingó dos veces y las dos casi seguidas. Cuando terminaron, los tres salieron del baño y yo miré por una rendija de la puerta. Vi como mi madre se dirigía hacia el espejo y se volvía a pintar los labios, pues llevaba todo el carmín corrido, señal de que había hecho unas cuantas chupadas. Lo dos chicos esperaron a que acabara de arreglarse y después salieron los tres juntos del baño.
Yo todavía esperé un buen rato allí metido. Luego salí del baño con precaución para que mi madre no me descubriera pero miré y no la vi. Al parecer ya se había ido y los soldados tampoco estaban. Antes de irme le pregunté al de la barra si conocía a esa mujer rubia que estaba con los dos soldados y me dijo que solía ir mucho por allí. Me aseguró que si quería cogérmela no me costaría mucho pues era una calentorra de cuidado, que siempre estaba con hombres diferentes.
Regresé a casa pero mi madre aún tardó varias horas en regresar. Supongo que se habría ido a continuar la chingada con aquellos chicos en otro sitio. Cuando volvió más tarde mi madre ya estaba otra vez cambiada de ropa y diciendo que el médico la había encontrado muy bien. Yo me reí por dentro pensando que desde luego le habían hecho una exploración bien a fondo.
Desde entonces sé que mi madre suele frecuentar mucho ese tipo de locales, sobre todo durante el verano, que es cuando más activos están, y todavía acude a ellos hoy en día.
No te equivocas, yo al menos sí que me vuelvo loco viendo como goza mi madre mientras se la cogen sin ningún miramiento. A mi también me pasa que cada vez que leo una historia tuya es como encontrar un alma gemela. No sabes las ganas que tenía de poder contarle lo de mi madre a alguien sin que me tomaran por loco. Es que lo de mi madre es muy gordo. yo pensaba que tías tan putas no existían ¡¡¡y resulta que mi madre era una de ellas!!!
Además estaba el problema de que si se lo contaba a alguien pensaba que no me creerían, pues cuando mi madre va de normal, esto es, cuando no va buscando pija o sale a putear en los bares su aspecto es, en todo, el de la típica ama de casa, un poco maruja y, sobre todo, de cara a los demás muy, muy decente. Ya te dije que cuando va a los bares suele llevarse su ropa "de puta" en un gran bolso y cambiarse en los servicios o en algún otro sitio.
Además, de cara a los demás aparenta ser una puritana que no duda en criticar duramente, la pornografía y el sexo y nadie podía sospechar que en realidad era una putorra que se volvía loca por sentir una buena pija en su boca, su concha o en su culo. Sólo yo y algunos pocos, como Benón, el portero, descubrimos su "doble vida" (exceptuando a los muchos tíos que se la han chingado, claro). Y como, por lo general, mi madre suele ser muy cuidadosa porque le conviene seguir casada con un tipo como mi padre, muchas personas, sobre todo en mi familia, la creen una mujer decente. Por eso sabía que si le contaba a alguien que mi madre era una puta, que me gustaba ver a mi madre chingando y que me mataba a pajas espiándola o pensando en ella me tomarían por loco.
Durante mucho tiempo me guardé todo eso para mí pensando que mi experiencia era algo único, por eso ya pudes imaginarme qué grata sorpresa tuve al encontrarme con tu carta y ver que no era el único al que le había ocurrido algo parecido. Por fin puedo deshagogarme y contarle todo a alguien.
Y para que veas en cuánto valoro nuestra amistad (pues ya te considero como un buen amigo) te voy a contar algo que hasta ahora núnca jamás le había contado a nadie ni pensaba hacerlo. Como ya sabrás somos tres hermanos, yo, que soy el mayor, una hermana, y luego mi hermano pequeño, que tiene 24 años. Pues bien, mi hermano pequeño no es hijo de mi padre, aunque él no lo sabe.
A mí al menos no me caben dudas de mi paternidad pues siempre me he parecido mucho a mi padre, pero mi hermano no se le parece y además, tiene los ojos azules, cuando todos los tenemos marrones.
La respuesta es ésta: al parecer, hace veinticinco años (por lo visto mi madre ya era entonces tan puta como ahora), durante unas vacaciones de verano mi madre conoció en la playa a un alemán llamado Heinz. Él también estaba casado pero al parecer eso no fue obstáculo para mi madre, que se volvió loca por probar su pija, pues se trataba de un tipo bien parecido y bien dotado. Se debieron pegar todo aquel verano chingando y el resultado fue que ahora tengo un hermano rubio y de ojos azules.
Todo esto lo sé porque años después, cuando yo ya sabía que mi madre era una puta (pero aún no sabía nada de lo de mi hermano), se volvieron a encontrar durante un verano en la playa y tuvieron un fogoso reencuentro. Era una playa con un rincón donde se podía prácticar el nudismo, al que por lo visto Heinz y su mujer Ingrid también eran muy aficionados. Allí pude comprobar que el tal Heinz era un tipo todavía bastante atractivo y con un buen rabo, lo cual explicaba que mi madre se hubiese vueto loca por él años antes. Después de una buena sesión de joda con Heinz, mi madre le contó lo de mi hermano, pues él tampoco sabía nada ya que no se habían vuelto a ver desde entonces, y fue cuando yo lo escuché todo. Mi madre le dijo a Heinz que sólo quería que lo supiera y que no se preocupara porque mi padre no sospechaba nada y creía que era hijo suyo.
Mi madre y Heinz se pegaron aquel verano chingando como locos, supongo que por aquello de los viejos tiempos. Ya te contaré la historia con todo detalle en otra ocasión.
Después de que naciera mi hermano mi madre se hizo un ligamiento de trompas para no volver a tener otro "accidente" como aquel y así poder seguir chingando con total libertad.
Así que esa es la historia. Ni mi padre ni mi hermano saben nada ¡y menudo si se enteraran, no quiero ni pensarlo! Ahora sólo lo sabemos cuatro personas: mi madre, Heinz, yo y ahora tú.
El haberte contado esto creo que supone una gran muestra de confianza por mi parte pero, después de lo que nos hemos estado contando y de lo que tú has tenido a bien confiarme acerca de tu madre, creo que te la mereces. Además he pensado que si ya te estoy contando todo lo demás, alguna de esas cosas ya bastante fuertes, ¿por qué no contártelo todo?
Como ves, cuando afirmo que mi madre es una gran PUTA, es porque tengo motivos más que sobrados para hacerlo ¿no crees?
Pero a mí, al igual que a tí no me importa que mi madre sea una puta. Si a ella le gusta la pija y que la chinguen allá ella, a mí con tal de poder seguir viéndola y disfrutando haciendome pajas a su salud, como si se la quieren coger todos los tíos de la ciudad. Supongo que tú opinarás lo mismo respecto de tu madre ¿no?
Y hablando de tu madre, ya te dije que me gustó mucho tu testimonio acerca de la fiesta en el boliche. ¡¡Qué puta!! Y por lo visto, los tíos que trabajan con tu madre ya saben de buena tinta lo puta que es. A juzgar por la prisa que se dieron en meterle mano y lo rápido que consiguió chingársela el profesor de gimnasia era evidente que ya debían haber estado de joda con tu madre antes. No me extrañaría que con lo puta que es ya se la hubieran chingado todo el personal masculino del colegio en el que trabaja, desde el conserje al director ¿no lo has pensado?.
También me gustó mucho tu nuevo testimonio acerca de tú madre y tu tío ¿vaya potencia sexual tiene el cabrón, no? Ya me gustaría a mí estar en tan buena forma a su edad y poder seguir chingándome a guarras como tu madre. El caso es que no sé por qué pero la imagen de un tipo tan viejo verde y caduco como debeser tu tió, chingándose a una buena guarra de carnes prietas como debe ser tu madre me pone especialmente cachondo. He de confesarte que tus testimonios me calientan bastante y que ya no me pajeo sólo pensando en mi madre, sino que tu madre Claudia ya forma parte también de mis fantasías y me pajeo bastante pensando en ella. Aunque no la conozco personalmente, me has contado ya tantas cosas de ella que es como si la conociera y no paro de imaginarme esas tetorras suyas y ese hermoso culazo que tiene. Me imagino que poder meter la picha entre sus nalgas como tú hiciste aquella noche, debe ser un placer inimaginable. La de pajas que me he hecho imaginándome que ponía mi pija en ese lugar.
Dime si a tí también te pasa igual, ¿también te pajeas pensando en mi madre? Espero que sí. Si es así te prometo que en cuanto pueda te mandaré por correo una foto suya para que te la menees a su salud al igual que hago yo casi a diario y para que tengas una imagen en la que pensar cuando derrames la leche de tus pajas.
En fin, eso es todo por ahora. Ahí te mando un nuevo testimonio en el que te cuento, tal y como te anuncié, como fue que mi madre se hizo puta profesional y alguna experiencia caliente que tuvo con alguno de sus clientes. Se trata de una experiencia relacionada con el sado-maso, pues cuando mi madre se hizo puta profesional tenía varios clientes que eran aficionados a ese tipo de prácticas y ella acabó aficionándose también aunque en su vertiente más suave, nada de sado-maso duro o violento. Cuando la hayas leido me gustaría que me contaras si tu madre también a tenido alguna experiencia de tipo sado-maso parecida o si sabes si le va el rollo ese de la sumisión y sentirse dominada por un buen macho.
Nada más. Espero ansioso más testimonios tuyos.
Un fuerte abrazo para tí y mis más calientes pensamientos para tu madre Claudia.

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