A Serena le Gustan Mayores: Parte 13

Les traigo la parte 13 de fanfiction del universo pókemon, dividido como siempre en breves capítulos, hoy 3. Serena y Álex se tomaron una tarde para atender asuntos, Serena para visitar a sus pókemon en el rancho tras bastante tiempo sin verlos, Álex para visitar a una afligida amiga víctima de un acto aberrante. Tanto ella como él, no se imaginan todo lo que vivieran hasta reencontrarse por la noche.

Tres personajes que parecían inofensivos muestran su verdadera cara cuando descubren a Serena ayudando a su desbocado Pangoro de una forma no muy legal que digamos y toman cartas en el asunto aprovechándose de la situación. Los resultados no serán para nada previsibles.


En el universo de este fanfiction todos los personajes tienen 18 años o más.


Starring


Serena:



A Serena le Gustan Mayores: Parte 13

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Capítulo 33. El bueno, el malo y el feo.


Una vez en su infancia había visto un documental sobre Sharpedos en el que unos investigadores marinos arrojaron carne cruda al mar para atraerlos. La inusual imagen de ellos atacando en grupo las piezas de carne creando una marea roja no se la pudo borrar por años y ahora el recuerdo revivía en su memoria al sentirse un trozo de carne arrojado a las fieras.

No había dentelladas ni una marea roja, sin embargo sus manos y bocas estaban en todas partes. No tardaron en reclamar una parte de su cuerpo como si de una pieza de carne se tratase.

Blas, el más voluminoso del trío de Sharpedos humanos fue directo a su boca besándola de costado, metiéndole su lengua tan profundo que la joven de Kalos supo que había comido unos tacos enchilados con extra picante hace pocas horas, de los que venden a pocas cuadras del Rancho. Su piel olía a tabaco y sudor, propio de quien pasa mucho tiempo al aire libre sin gastar en desodorantes o perfumes. Su instinto fue alejarse pero empujaba su rostro con su mano impidiendo que se despegara de ese apestoso ósculo.


El más joven del trío, Jhonny, palpó el corte más suave y blando de su cuerpo: sus senos. Los tocó sintiendo los pezones por fuera, rozándolos con sus pulgares y pellizcándolos. Como una persona calculadora y cruel, observaba la expresión de asco de su rostro mientras era besada por su compañero como un depredador que juega con su presa. No tardó en aferrar con fuerza sus pezones y agitar sus tetas solo por el morbo de provocarle dolor. A pesar de ser el más atractivo su rostro no reflejaba ni un atisbo de bondad, la observaba con una mueca de diversión y burla como la de un niño quemando insectos con la lupa.

- Lindas tetas, ese vestido tuyo no les hacía justicia, tienes unos globos suaves y redondos, naturales, justo como me gustan.- Susurró antes de hundir su rostro entre ambos senos besuqueándolos.

- Uno a su boca y otro en las tetas ¿Es su primera vez con una mujer chicos?- Se burló el de Control Salvaje Pókemon llamado Donovan, más delgado, mal afeitado y con cabellos largos atados en una coleta. Para Serena era el menos atractivo, su rostro era chupado y su mandíbula muy huesuda- ¡Lo bueno está entre sus piernas babosos!

Serena se sobresaltó cuando sin jugueteo previo ni ceremonia le metió dos dedos largos y ásperos en la vagina, de una manera tan tosca y básica que el que evidenciaba poca experiencia en anatomía femenina era él. Sus conocimientos manuales estaban a galaxias de distancia del tacto de su Álex o todos con los que había tenido una experiencia.

- Pregúntale a tu mamá si esta es nuestra primera vez.- Respondió Jhonny haciendo reír a Blas tan fuerte que se tomo un descanso de su beso para soltar una carcajada. Serena tomó un poco de aire muy asqueada con el aliento del hombre.

Era increíble cómo podía haber tanta diferencia entre los besos de un hombre como Álex y los de ese bodoque sudado y oloroso de Blas. Ni bien despegó sus labios llenó sus pulmones de aire puro como una turista recién rescatada del mar.

- ¡Con razón tenía cara de mal cogida! ¡Se ve que no lo disfrutó ni un poco!- Retrucó Donovan. Quizás si comenzaban una riña ella podría escapar, aunque quizás eso tendría peores consecuencias, después de todo estaba comprando el silencio de esos oportunistas y unos besos húmedos y un poco de franeleo no pagaban ni una cuerda huida.- Debió ser un fiasco hacerlo con alguien que no sabe ni dónde está la vagina.

- ¡Uh eso tuvo que doler!- Metió púa Blas, expresión que en Kanto significaba que estaba alentando la pelea.

- Yo lo gocé como ni te imaginas, lo que pasa es que le deje el culo abierto como boca de Weepinbell. Quizás su enojo se debía a la cantidad de clientes que no le pagan. – No cabía duda que detrás de ese aspecto de santurrón se escondía un demonio.- Es que lo disfruta tanto que se olvida de cobrar.

- ¡Zaz! ¡Encesta un triple!- Lo alentó de nuevo el más corpulento antes de qué, como Serena esperaba, Donovan se abalance sobre Jhonny iniciando una trifulca que Blas no se preocupó en detener.

- Tú ven acá, déjalos entretenerse a su manera que me entretendré contigo.- Le susurró al oído creyéndose un galón y sonando como un borracho delirado en el cordón de la calle.- Eres tan sensual, nunca creí que lo haría con una preciosura como tú…- La elogió pasándole la lengua por el cuello como un animal.

A pesar de su poca higiene y nulo atractivo físico, por lo menos era el más enfocado del trío. Le metió mano por todo el cuerpo aprovechando su protagónico. Palpo su trasero, sus tetas, y abordó su vagina con un poco más de entendimiento de la misma, encontrando su clítoris y masajeándolo con los dedos mientras succionaba uno de sus senos con mucha fuerza.

- Uuuh, despacio, por favor.- Susurró Serena y para su sorpresa, Blas disminuyó su fuerza. De hecho, dejo de succionar para golpetear el pezón enrojecido con la lengua.

- Eres tan tierna, tan linda, tan limpia, me dan ganas de agarrarte y llevarte en andas hasta mi casa en Carmín y hacerte mía.

- Eso queda un poco lejos.- Le siguió la corriente algo enternecida con el pobre hombre. Se notaba a leguas que no era un Casanova.- Iría con gusto si es que me permitiera librarme del embrollo en el que me metí… yo y mis impulsos.

- No te guardes esos impulsos, si solo te prenden los pókemon puedo imitarte a algunos.

- Eso no será necesario. Para nada.- Lo detuvo antes de que se ponga en vergüenza mientras los otros dos no dejaban de armar un alboroto con su pelea. El grandulón retomó sus ósculos hediondos aunque tras demostrar que era el más considerado de los tres, no le daba tanto asco. Al contrario, veía al panzón como un solitario de nulo éxito con las féminas ávido de cariño.

- ¡Hey le está quedando la puta toda para él! – Reaccionó Jhonny, que tenía sometido a Donovan en el suelo envolviendo su cuello con un brazo y tironeándole la coleta con el otro.

- ¡Es… lo… que… trataba… de decirte!- Profirió con mucho esfuerzo por la sumisión el pelilargo.

- ¿Qué esperaban? No voy a quedarme de brazos cruzados mientras hacen el amor tortolitos.

Sin responder a ese agravio se levantaron entre furiosos y avergonzados por su infantil actitud y fueron a lo suyo de manera directa. Serena, aunque impresionada, al menos agradeció que no den más vueltas. Quería pagar, terminar con el canje de sexo por silencio y largarse de allí con sus pókemon para nunca volver.

- Basta de tonterías, si quieres que mi boca se cierre vas a tener que ocupar la tuya con esto.- Jhonny se bajó la bragueta y libero su pene erecto ante la impresionada joven.- ¿Qué miras? Se la chupaste a ese inmundo Pangoro esta te va a parecer un pastel de fresa en comparación.

Serena se percató de lo afortunada que había sido en su vida al cruzarse en su vida con Álex y al incursionar en la pokefilia con Hypno y Pangoro. Hasta ahora no conocía pene que no fuera portentoso, su amado había nacido con un “megacuerno” mientras que Jhonny, apenas tenía un “picotazo” de Pidgey entre las piernas.

- ¿Qué esperas? Empieza a chupar o vamos a cantarle a las autoridades tu curiosa manera de enseñarle “tragar” a tu pókemon, vamos, puta, empieza.

- Eso es, aquí te tengo otro Metapod endurecido, yheaaa. – Se jactó Donovan de su nada apreciable miembro. Encima de tener penes faltos de aseo, el de este último estaba doblado en un ángulo extraño, como si se hubiera torcido y quebrado.

- ¿Te duele? Esta algo… extraño, como si le hubieran girado la cabeza. – Preguntó Serena algo sorprendida. Su glande parecía estar como una tuerca mal ajustada, como si asomara de una esquina para espiar.

- Tuvo un accidente hace muchos años.- Intervino Blas.- En una batalla Pókemon el Golem del rival erró una roca afilada y esta paso por entre sus piernas y le dio de lleno en…

- ¡Silencio, basta!- Se fastidió y su pene, peligrosamente perdió unos centímetros como una cabeza de tortuga guardándose.- ¡No tiene nada de malo, la lesión lo vuelve único y exótico!

- En tu diccionario exótico debe ser sinónimo de deforme.

No obstante, Serena se la llevó a la boca, torcido y todo para evitar una recaída. Peor que hacerle una felatio a un hombre era tener que excitarlo. Así fue como comenzó su lucha personal contra tres hombres.

Sola, de cuclillas en el suelo, bajo la luz parpadeantes de los renegridos focos de la mina les dio placer oral a las tres pollas sudadas y sucias que no llegaban a los 18 cm. Aunque la de Blas era muy gruesa, demasiado para su largo, mientras que la de Jhonny con suerte rondaba los 14 cms.

“¿Será por eso que es tan malvado y desconsiderado? Álex a pesar de parecer rudo y serio es gracioso y cariñoso, no sé, no soy experta en psicología, pienso que en algo debe influir.”

Pensó antes de concentrarse para acabar o mejor dicho, hacerlos acabar cabeceando unos minutos en una y pasando a la otra, usando la mano cuando no ponía sus labios en acción.

- ¡Mira como cabecea, demonios estas vacaciones me voy a Kalos a conseguirme alguna puita como esta!- Mencionó Jhonny gozando de los labios y de la lengua de Serena frotándole la polla.

- No ganas tanto como para pagarla. Escuche que es un sitio costoso.- Intervino Blas.- ¿Me la chupas Serena?- Y la chica dejó la del rubio para pasar al tronco gordo y corto del más barrigón del trío.

Serena prefería hacerlos correrse a los 3 a la vez antes que por separado, por ende, le puso mucho empeño. Cabeceó cada pene por varios minutos cercada por tres vallas de carne y sus demandantes armas apuntándole al rostro. Se repartió lo mejor que pudo sin dejarse intimidar, poniendo su boca y ambas manos en acción de forma continua, sin escatimar ni en saliva ni actitud.

- Slurp, slurp, slurp, slurp, schuck, schuck, sluurp, sluuuurp…

El trío de manera involuntaria iba acercándose más a ella hasta bloquearle la luz, dejándola en la oscuridad succionando de los penes a tientas. El racimo de carne estaba tan apretado que le costaba usar los brazos para masturbarlos y a veces intentaban meterse en su boca de más de a uno a la vez.

- Uuuuh sí que la chupa bien, no tenía idea…- Jadeó Donovan aferrando los cabellos de Serena con los ojos cerrados, disfrutando de su mamada.- ¡Es el mejor día de mi vida!

- Nos lo merecemos tras lidiar con su Pangoro, ese pókemon nos jodió bastante y es justo que nos jodamos a su entrenadora.

- Ni mi ex que decía que me amaba me la chupó así, esta chica es una profesional.- Se confesó Blas provocando unas risas en Jhonny.

- ¿Ya te quieres casar? Te pondrá cuernos de Stantler a los dos minutos con lo putita que es.- Dijo de manera desconsiderada, aunque más desconsiderado fue que la tomase de los pelos para meterle el pene a la boca.- Vamos, chupa, chupa o te delato con medio mundo.- Amenazó mientras meneaba su cadera para frotarle el glande contra cada parte en la boca de Serena, desde las suaves mejillas hasta el paladar y el final de la lengua.

La joven tosió saliva ahogada cuando se la metió en la garganta y en vez de sacársela le dio un caderazo para ahogarla con su polla unos minutos. Al no tener un rifle “largo” el rostro de Serena se estrelló en el vello púbico del hombre inhalando su esencia masculina. Con Álex hubiera sido imposible que su nariz rozara el bajo vientre. Donovan también incursionó en el buceo profundo metiéndosela a fondo, hasta hacerla ahogar de tanta polla y saliva acumulada.

- Cof,cof, cof, se me metió un pelo en la boca…- Escupiendo en el suelo.- ¿Les falta mucho para correrse?- Preguntó Cuando la liberó de su asfixiante penetración quedando algo afónica.

- ¿Correrme? No me hagas reír, ponte de pie que voy a usar perforador en esa vagina pokefílica.

- Entonces vamos a ello…- La ex artista de Kalos se incorporó mientras los hombres le dieron espacio sorprendidos. Esta apoyó sus manos en la pared y les enseño el trasero.- ¿Y bueno? ¿Les pongo una señal de luces o qué?- Los invitó levantándose la pollera y abriéndose una nalga.- ¿Quién será el primero en usar mi vagina?

- Hermoso culo.- La admiro- Donovan.- Tiene unos agujeros que son una obra de arte.- Babeó acercándose para verle el sexo expuesto de cerca y a la luz.

- Joder, es más puta que, que, que… una ramera de Alola.

- ¿A si? – La interrumpió el blondo.- ¿Es puta como una puta? ¡Te sale humo de la cabeza Blas! ¿Porqué no vas a la entrada a vigilar que no venga nadie o al menos te callas la maldita boca?

Jhonny que parecía conocer al dúo de Control Salvaje Pókemon de hace tiempo y conocía a sus compañeros hasta el punto de posicionarse como macho alfa, fue el primero en metérsela y reclamar ese tajito rosa salmón como suyo. Su pene pequeño pero atrevido se abrió paso en su vagina ante la presencia de sus compañeros, que le manoseaban las tetas y el culo. Los dedos de Donovan se le colaron en el orificio anal mientras Blas se inclinaba para succionar sus senos. Serena se sintió un dispensador de placer, una muñeca inflable a escala y peso real compartida por tres.

Fue penetrada sin pausa ni decoro de pie en esa cueva. El placer le gano por cansancio, como si su cuerpo fuera un castillo que se resistía inexpugnable al avance enemigo por diversos flancos. Las manos de Donovan que le apretujaban las nalgas y escurrían un dedo en su ano, los labios de Blas que encontraba sus pezones, sus axilas, incluso su boca y el pene entrando y saliendo de su estrecha vulva en un traqueteo hipnótico que resonaba en la cueva… todas esas sensaciones ganaron la batalla y sin darles más indicios de placer que un suspiro dejó que una sutil muestra de su humedad bañe el pene que intentaba alcanzar el fondo de su hueco.

- ¿Acaso te… corriste? – Se sorprendió Jhonny sintiendo el excitante ardor de su flujo empapando su rabo.- Me sorprende, tenía miedo de que solo los pókemon pudieran lograr eso pervertida.

- Vamos, no seas cabrón y cállate tú también, te dejare correrte donde quieras si lo haces rápido.- Le sugirió Serena más avergonzada por haberse excitado que por todo lo demás. Era increíble que se ruborizara porque se había excitado en una violación “consensuada” y no por otras atrocidades.

Decían que la verdad no ofende, empezaba a abrazar la idea de que era una puta en toda regla aunque no significaba que dicha verdad no la incomodase. Envuelta entre manos y besuqueos por todo el cuerpo, abierta de piernas siendo bombeada incluso un dedo jugueteando dentro de su culo dicha verdad era irrefutable. Se había vuelto toda una puta.

- Quiero llenar ese ano precioso con mi semen.- Comunicó estirándole el orificio con los pulgares.- Te tendré piedad y no te la meteré pero si dejare que mi leche lo inunde, que lo empape, quiero que absorba mi semen.

- Adelante, puedes venirte en mi culo, vamos, vamos, hazlo, hazlo ah, ah, ah, ah…- Gimió para ayudarlo surtiendo efecto de inmediato.

- Ahí sale, uh, uh, uh, aaah. Eso es…- Gimió dejando unas pinceladas desprolijas de semen en la zanja de su trasero. – Eso es ¡Sí! Buena chica, así son las putas que me gustan.- dándole una nalgueada que le dejo marca.- Ya puedes irte, mi firma esta puesta.

- ¡Hay! ¿No puedes dejar de ser un imbécil?- Se quejó la joven sintiendo con mucho asco como la sustancia tibia y viscosa le bajaba hacia la vagina.

- Yo seré el siguiente, no aguanto más, casi me corro en mi mano de solo ver.

- O sea como siempre cuatro veces al día, Blas. Apúrate antes de que nos busquen, hace veinte minutos que nos estamos divirtiendo con esta puta.- Lo apuró Jhonny.

Como si obedecieran sus perversas directrices, Blas la alzó sosteniéndola del trasero y la penetro de pie mientras le besaba la boca. El hecho de que se la había chupado al trío no fue ningún impedimento para que el grandulón le hiciera un enjuague bucal con la lengua. Serena se percato de que tenía un problema de caries importante.

“Al menos este es el más cariñoso, y eso que la boca la apesta a chile, si los otros dos no fueran unos cretinos hasta lo hubiera gozado más”

- Descuida, será rápido, vengo muy, muy caliente.- Le susurró para que solo ella pudiera oírlo.- Un poco más y por mi parte no diré una palabra.

- Eres muy bueno, Blas, quizás porque no tienes micropene como Jhonny.

- ¿Perdón? ¿De qué se ríen?- Se percato del cuchicheo el rubio aludido por el comentario de Serena mientras se acomodaba los pantalones.

Colgada al hombre, tan fuerte como rollizo, Serena se balanceo como una niña en un subibaja impactando su cadera contra los muslos del hombre, enterrándose el pene grueso y corto de Blas, aún obsesionado en compartir su saliva y aliento en un ininterrumpido beso.

- Al carajo, no aguanto más.- Estalló de la nada Donovan.- Voy a meterla en su culo, si mi dedo entro cómodo mi pene también, quédate quieto.

- ¿¡Qué!? ¡No es parte del trato, ni se te ocurra!- Chilló Serena estando colgada de Blas, que poniéndose de su parte, la giro para que Donovan no pudiese metérsela en su único y preciado orificio virgen, nunca penetrado por miembro masculino o pókemon y, obvio en estas instancias, reservado para Álex aunque duela.

- ¿Qué mierda haces? ¡Déjala quieta que se la quiero meter para terminar con esto!- Estalló en furia el flacucho de carillos afilados.

- Déjame terminar en paz, su vagina es fantástica no necesitas metérsela por detrás.

- ¿Para qué crees que tienen los agujeros tan cerca? ¡Para hacer un dos por uno de manera perfecta!

- ¡Dijo que no! ¡Espera a que termine y no me molestes Don!- Intento aplacarlo sin éxito. Jhonny tampoco fue de mucha ayuda y por ende, el flacucho insistió.

- ¡No, no, no, no! ¡Mi culo no es para ustedes!- Liberando una mano para agitarla como molino, como si intentara espantar insectos.

- Vaya, de verdad te enamoraste. Eres un caso perdido, una ramera se te abre de piernas y pierdes la cabeza.- Lo humilló el de cabellos rubios acomodándose la gorra.- Don tiene razón, terminemos con esto, métesela en el culo así hacemos más rápido.

- ¡No, no, no! ¡Bájame, déjame ir, soy virgen por ahí!- Intento resistirse Serena sintiendo miedo, arrepentimiento y desesperación por primera vez. Había jugado con fuego y creyó erróneamente que podía mantener las llamas a raya.

- ¡Ni se te ocurra bajarla!- Insistió Donovan inmisericorde.- ¡No hagas tonterías y mantenla quieta que será rápido!

- Eso es, una doble penetración en vivo. Mis amigos no me lo van a creer.

La joven había templado tanto su carácter como para tener a tres sujetos comiendo de su mano, manipulándolos con su belleza natural para obtener un obvio beneficio, no obstante, su hermosura le jugaba una mala pasada. Donovan parecía hipnotizado por su trasero y no dejaba de intentar metérsela en la retaguardia a pesar de los esfuerzo de un comprensivo Blas, que la movía de izquierda a derecha como en un baile bizarro lo impedía.

- ¡Por favor, no estaba en el trato, en mi culo no, en mi culo no por favor!- Chilló en pánico con los ojos llorosos. El mismo miedo le jugó en contra ya que en vez de atinar a saltar, rasguñar, morder o patalear, sus músculos se tensaron contra el corpulento hombre que la penetraba facilitándole el trabajo al ahora, violador que la tomaba del trasero y comenzaba a frotar su torcido glande contra su ano…

De la nada se escuchó un galope pesado y estridente a medida que una nube de polvo inundaba la mina. El resultado: Donovan voló contra el techo de la cueva y el resto de hombres se apartaron entre una columna de polvo. Blas la dejó caer por el susto y se alejó hacia una de las paredes de piedra.

Serena cayó al suelo, semidesnuda entre un caos. Los focos de luz se balanceaban como peras de boxeador. Se acomodó la ropa como pudo y al levantar la mirada vio a un Rhyhorn, su Rhyhorn llamado Spike. Imposible confundirlo. A diferencia de otros de su especie, tenía un segundo cuerno pequeño sobre el primero y era, debido a su edad, algo más grande de lo normal.

- Me salvaste… ¡Te quiero, te quiero!- Se emocionó saltando sobre su pókemon cornado que había sido un obsequio de su madre antes de su mudanza a Kanto. Era el Rhyhorn más poderoso de su casa, campeón de tres célebres carreras de Pueblo Odisea. El pókemon tierra/roca rasco el suelo con su pata interponiéndose entre la joven y el trío de hombres.

- ¡Esto no va a quedar así! ¡Me tienen harto tus pókemon de mierda!- Estalló Jhonny mientras ayudaba a levantarse a un atolondrado Donovan, muy golpeado en una pierna por el topetazo de Spike.

- ¡Háganse a un lado! – Gritó enérgica.- ¡Ya no hay trato, intente ponerle toda la voluntad que pude y traicionaron su palabra!

Tanto Jhonny como Donovan se abrocharon sus cinturones y seleccionaron una pokebola cada uno. No la iban a dejar pasar. Ya no había ningún acuerdo de palabra en pie, era matar o morir, ser derrotada y ser, en el peor de los casos, violada. Tendría que tener su primera batalla pókemon en años y ganarla a como dé lugar.

Serena se incorporó lo más digna y arreglada posible, decidida a abrirse paso hacia la salida y “que sea lo que Arceus quiera” ante dos halos de energía que revelaban un Ariados, pókemon número 168 de tipo bicho/veneno y un Marowak, el conocido pókemon tipo tierra número 105 se interpusieron listos para acatar las órdenes de su entrenador.

- ¡Phobos usa telaraña!- Ordenó Donovan y su pókemon de largas patas expulsó de su abdomen una bola pegajosa verdosa de tela de araña que se desplegó en medio del aire y cubrió la salida de la mina, incluso rompiendo un foco en el proceso.- ¡Trabajo controlando pókemon desbocados, no te irás de acá sin darme lo que quiero!

- Mi Marowak se encargará de su Rhyhorn, Don, asegúrate que no dejen la cueva. Blas, saca a tu Pinsir. Será pan comido.- El fortachón tomó su pokebola sin mucha decisión.

Serena observo a su pókemon con decisión y este gruño aceptando el desafío.

- ¡Spike prepárate a luchar! – Y cerrando su puño afirmó: - ¡Voy a tener mi primera victoria!



Capítulo 34. La batalla


Más que una batalla fue una riña. Serena le ordenó a Spike usar pisotón sobre Marowak, que atajó la pata del pesado pókemon usando su hueso como escudo. Spike repitió el pisotón hasta hundir a Marowak en el suelo… los durmientes de la pared temblaron y hilillos de polvo y piedra comenzaron a caer del techo.

- ¡¿Que mierda esperas Blas?! ¡Saca a tu Pinsir y ponte a luchar!- Gritó Jhonny mientras le ordenaba a su pókemon que usara protección. Dicha barrera expulsó a Spike contra una pared provocando más quebraduras en el techo.

Serena le ordenó que usara derribo y mientras Marowak se recuperaba, fue embestido con violencia contra el techo. Spike por su parte, se estrelló contra la pared provocando un temblor en todo el lugar cuando su cuerno quedó atorado en la pared. Uno de los maderos que sostenía ese flanco se quebró con un ruido seco.

- ¡Ahora sí, gira y has hueso boomerang!- Le ordenó a su ágil pókemon tierra que se recupero antes que Rhyhorn y tras hacer un giro, lanzó el recuerdo de su difunta madre con fuerza.

El hueso de Marowak giró por toda la cueva rumbo a Rhyhorn. Era un poderoso movimiento de tipo tierra que podía dejar K.O. a su pókemon, no obstante, dos cuernos con pinchos aferraron el hueso en pleno vuelo.

- ¡Blas, pollerudo hijo de puta! ¿En serio nos haces esto?- Señalándolo.- Parece que no te das cuenta de que esta pokefilica tuvo sexo con su Pangoro en nuestro territorio ¿Quieres dejarla ir como si no hubiera pasado nada?

- Ustedes llegaron demasiado lejos y se abusaron de su propuesta.- Afirmó poniéndose al lado de Serena.- Ella ya pagó su error y no está bien que le exijan más de lo que ofreció ¿Acaso no te había parecido bien el trato en un principio cuando aceptaste?

- ¡A la mierda con ella! ¡Phobos usa psíquico!- Intervino Donovan.- Te romperá el corazón como todas amigo, deja de estorbar.

Como era sabido, su atemorizante pókemon bicho emano ondas psíquicas de su frente que alcanzaron a Rhyhorn, dándole donde más le dolía: sus defensas especiales (30 como base). Spike rugió de dolor mientras era alcanzado por el aura mental que le ocasionaba una jaqueca inenarrable y no escuchaba los pedidos de Serena.

Mientras Rhyhorn sufría, Pinsir y Marowak estaban enzarzados en una lucha encarnizada. El primero usó demolición contra el golpe cabeza del segundo. Marowak salió perdiendo en el choque y ambos terminaron incrustados en la pared provocando una dolorosa salpicadura de rocas y una nube de polvo que envició aún más el caldeado ambiente de la mina.

Una roca pequeña cayó directo en la cabeza de Serena, peor que perder la virginidad anal era morir reventada en esa condenada mina, pensó, y si seguía estrellándose contra las paredes y el techo no tardaría en pasar.

- Blas, tenemos que salir de aquí, no quiero morir enterrada con ustedes tres y pasar al otro mundo como si hubiéramos muerto en una orgía.- Le exigió acercándose a él en medio del desorden.

Sin embargo, ante un inminente derrumbe, Donovan no fue de mucha ayuda: Su Ariados usó red viscosa tanto en Rhyhorn como Pinsir, quedando ambos atrapados en una tela pegajosa e incómoda que los pegaba al suelo. Marowak aprovechó la sucia jugada para usar un lanzallamas contra Pinsir (sí, podía aprender lanzallamas por MT) que recibió la columna de fuego de lleno quedando con el duro caparazón todo ennegrecido y chamuscado. Estaba K.O.

- Pinsir, regresa… lo siento Serena, creo que estás sola en esto, mis otros pókemon no están a la altura para ganarle.

- Pensar que se rieron cuando le enseñé lanzallamas por si debía quitar malezas o troncos caídos del camino. Tú pókemon bicho no tenía oportunidad y sigue ese asqueroso Rhyhorn. ¡Prepárate!

Donovan, que apenas podía caminar por el impacto en su pierna, sacó un recipiente transparente con píldoras amarillas y se las dio a su Ariados. Era Especial X, comprimidos que subían de manera drástica el ataque especial de un pókemon. Con ese estimulante su psíquico sería fatal y no había manera de que Rhyhorn lo pudiera resistir.

En cambió, Jhonny decidió usar más pókemon para sumarlos a la faena… un Ursaing, un Granbull, un pókemon que no conocía que parecía una campana gigante y hasta un Kingler.
Spike se recuperó no obstante, estaba frente a un ejército, y detrás de él, una enorme telaraña cubriendo la salida… casi que era más fácil introducir un extintor en su trasero que ganarles a todos.

- Lo siento, cometiste una falta grave y encima que tuvimos que lidiar con tu Pangoro de mierda tu Rhyhorn le fracturo la pierna a Don… vienes por las buenas o serán por las malas.

- ¡Listo Rhyhorn! ¡Vamos a atravesarlos, usa perforador…

Una luz amarillenta provino del exterior, tan fuerte y tan cálida como un milagro divino. De repente, la viscosa telaraña comenzó a derretirse por el calor, sus hilos verdosos y gruesos repletos de mucosa gotearon hasta que se escurrieron y un violento remolino de fuego como una serpiente ígnea ingresó por la cueva serpenteando haciendo que los pókemon se apartasen.

El único pókemon de Jhonny que no pudo esquivar el ataque de fuego fue la campana gigante, que evidentemente era de tipo acero, ergo, quedó fuera de combate antes de hacer algo.

La red viscosa que apresaba a Spike se derritió y quedó libre para observar al salvador, o mejor dicho, salvadora: Braixen. La pókemon zorro apuntaba con la ramita encendida de su cola hacia la mina y estaba acompañada por Sylveon e Hypno a sus lados. Sin previo aviso y sin su orden, Pangoro también se sumó al desafió liberándose por su cuenta de su pokebola.

- Creep… fuiste a buscarlos.- Lo supo sin saber porqué antes de que la riña evolucionara en una guerra. – Llegaste justo a tiempo para verme ganar.

Serena empezó a repartir órdenes a diestra y siniestra, ocupándose Braixen de Ariados como medida prioritaria. Rhyhorn, para su fortuna acertó perforador (un ataque con 30% de precisión), un golpe fulminante con su cuerno en pleno giro al temible Ursaring, que cayó derrotado sin siquiera poder dar un golpe estrellándose contra un muro. El oso cayó pesado en el suelo de la cueva y se perdió en un haz de luces hacia su pokebola.

Mientras Braixen intentaba mantener encerrada a Ariados en un poderoso remolino de fuego, Sylveon eludía el hueso boomerang de Marowak rebotando en las paredes con la gracia propia de un pókemon artista, su doble equipo lo volvía casi imposible de interceptar aunque no parecía poder resistir por mucho más la persecución del hueso. Pangoro no obstante, intentaba librarse de la poderosa pinza de Kingler, el gigantesco pókemon cangrejo lo tenía aferrado del cuello con su temible ataque agarre.

- ¡Golpe karate Pangoro! – El panda le propinó violentos golpes con la mano abierta en vertical sin poder acertar un crítico a su caparazón. Parecía pronto a perder la razón y sus golpes no surtían efecto.

Fue Creep quien terminó de inclinar la balanza tras dormir a Granbull (un feroz perro rosado de mandíbulas gigantescas) e hizo lo mismo con Kingler… antes de que su mortal apretón dejara K.O. a Pangoro, quedo dormido y fue tomado de la pinza por el panda que lo usó como garrote para arrojarlo sobre Marowak, el último pókemon en píe de Jhonny justo antes de que le diera el golpe de gracia a Sylveon con su hueso.

Lo que parecía que sería una batalla longeva no duró más de dos minutos.

- ¡Nooo! ¡Maldición, es imposible!- Se fastidio el rubio golpeando la pared hasta que una gran piedra cayó en su cabeza acompañada de muchas más… el derrumbe tomó protagonismo poniéndole un fin a esa tarde de locos, a su lado, otro durmiente se quebró y la pared izquierda se derrumbo en menos de un segundo.- ¡Corramos!

El hombre guardó cada uno de sus pókemon y salió corriendo de la cueva sin prestarle una mano a sus amigos.

- No puedo… mi pierna, demonios está rota.- Se quejó Don que tropezó mientras intentaba escapar saltando en una pierna, no obstante, Blas lo cargó justo a tiempo y salieron de la mina corriendo entre una nube de polvo y una lluvia de piedras. Justo tras cargarlo, un inmenso bloque de roca de varias toneladas ocupó su lugar con un estruendo atronador.

Serena montó a Spike y salió al trote con sus pókemon antes de que las piedritas que evidenciaban el derrumbe sepultaran la mina para siempre entre un colchón de polvo y tierra. Su cuerno fue de vital importancia para hacer a un lado los inmensos cascotes en el camino. Como un estornudo de dragón, a pocos metros de la salida, los expulsó afuera sucios, golpeados, pero a salvo, lo cual era mucho pedir.

Tardaron varios segundos en reaccionar y el primero en hablar, para sorpresa de todos, fue Don.

- Gracias, volviste por mi…- Le agradeció a Blas estrechando su mano polvorienta, sin dudas sepultando junto con la mina los rencores de esa congestionada tarde. – Estuve mal… muy mal… fue como si algo me hubiera poseído, sino lo hubiera intentado, sino lo hubiera hecho… ¿Lo que puede un buen trasero verdad? Perdí la cabeza.

- Lo importante es que todos estamos bien.- Intervino Serena recibiendo sonrisas y por parte de Don, disculpas. Jhonny por su parte, se acercó desafiante con cara de pocos amigos y un hilillo de sangre en su frente.

- Quizás me veas como un simple encargado de la recepción pero soy uno de los dueños y accionistas de este rancho, eso me vuelve responsable de lo que pase aquí. Tendrás que acompañarme ahora y sin hacer escándalo.- Tomándola del brazo.

- No lo creo, amigo. Ella ganó.- Intervino Blas separándola de ella. – Basta de tonterías, déjala en paz.

- ¡Tu lo viste Blas, se acostó con un asqueroso pókemon!- Pangoro gruñó por el comentario.- ¡Fue una infracción grave y debemos seguir las normas! ¿Qué les pasa? ¿Tan pollerudos son?

Don y Blas se miraron incrédulos.

- ¿Infracción grave?- Se hizo el tonto.- ¿Tu viste algo amigo?- Blas negó con sorna y Serena ahogó una risa de emoción.- Creo que será mejor que volvamos, está anocheciendo y no quiero perderme Pokemon Arena Showdown. Y menos que menos tener que explicar el motivo del derrumbe.

- ¿En serio se va a salir con la suya? – Se fastidió aún más.- ¿La pokefílica va a salir de aquí como si nada? Ah olvídalo… Al menos nadie va a saber que perdí con la puta.

- Me parece que desde que Cindy te dejó no te estás llevando bien con el sexo opuesto.- Bromeó Blas.- Eso y abandonar tus sesiones de manejo de la ira.

- ¡Uuuuh cuidado amigo, no le des la espalda!- Murmuró Donovan mientras era ayudado a ocupar su asiento.- En tiempos de guerra cualquier agujero es trinchera.

- Amigo, tu obsesión por el sexo anal nos puso en este aprieto, deja de hacer alusión a la sodomía.

- Guarda tus bestias y sube al jeep. Paga la cuenta y no regreses. – Ordenó de manera lacónica mientras le abría la puerta con desgano.

- Tan simpático que parecías, por supuesto que no volveré.

- Mierda, dejé mi rifle en la cueva… - Se dio cuenta ni bien se sentó y accionó el motor.- Olvídenlo, andando.

Serena, hecha un Grimer de tanta suciedad que tenía encima se sentó sin poder dejar de sonreír mientras el jeep arrancaba rumbo regodeándose en silencio por su primer, épica victoria. Quizás no había ganado una medalla, ni dinero, ni mucho menos un campeonato, tampoco había sido bajo las reglas de cualquier competencia pókemon seria, no obstante, la satisfacción que sentía por haberse salido por la suya y haberle ganado era insuperable… sus pókemon habían hecho casi todo el trabajo, quizás Creep, sin embargo ella se había plantado a la adversidad, primero proponiéndoles sexo, y luego cuando las cosas se le fueron de la mano, un combate.

No veía la hora de reencontrarse con Álex para sorprenderlo con su estruendosa aventura.



Capítulo 35. La confirmación


Guzma, Duke y Álex bebían una cerveza a pocas cuadras del hospital en silencio, tras una tarde intensa como la vivida por Serena a la distancia, aunque por las razones opuestas. Estaban demolidos tras ver a su compañera de trabajo, Giselle, en un estado lamentable.

La chica poseedora de un carisma y una personalidad arrolladora se la vio temerosa, asustadiza, distante, como si una parte de ella hubiera sido robada para siempre por sus agresores. Contaba con un brazo roto por una pelea pókemon que se salió de control en el final, sin embargo, eran las heridas invisibles las que más la afectaron.

Conocían la identidad del agresor, sus cómplices, lo que había ocurrido… en la mismísima televisión de su habitación a los pocos minutos de llegar con obsequios (un fotografía de ella en la última entrega de premios enmarcada por parte de Duke, un set de lujoballs cortesía de Lillie y su hermano, una caja de bombones por parte de Álex y un delicioso perfume “Sweet Gloom” obsequio de Jezz) el noticiario local puso la primicia propiciando un momento incómodo.


“El no ya no tan flamante campeón actual de Kanto, Luca, se ha visto envuelto en un nuevo escándalo, que se suma a las riñas en el BARtortle producto de acosar a las camareras y los destrozos ocasionados por sucesivos combates ilegales nocturnos. Esta vez se lo descubrió infraganti, en evidente estado de ebriedad, junto a tres amigos participando de un abuso colectivo.

La víctima fue una joven mujer de 21 años que las autoridades prefieren mantenerse en el anonimato. Fue abordada por los hombres dentro del establecimiento Ónix de Neón en un grave estado de intoxicación, fue llevada sin mucho disimulo afuera del establecimiento incapacitada de tomar cualquier decisión. Se desconoce si hubo narcóticos de por medio.

La violación en manada ocurrió a las 5 y media de la mañana en el oscuro estacionamiento de la esquina de la Avenida Encino y calle Pilar. Según testimonios de testigos estaba desmayada cuando el mismísimo Luca y al menos dos de sus acompañantes, Kraven y Tomahawk participaron de la violación de la joven inconsciente de formas inenarrables. Ella se defendió al despertar en medio del flagrante acto rasguñando el rostro del campeón de tal manera que lo hizo responder con violencia.

- A pesar de la sangre se trataba de él, su mismo cabello negro, su campera de cuero negra con sus medallas, su cinturón… era de noche pero todos lo reconocimos.- Reveló uno de los cuatro testigos anónimos cuya palabra fue corroborada por las cintas de seguridad tanto de la calle como del Ónix de Neón. - Además estaba acompañado de ese ridículo con cabello largo rojo como de Pidgeot… Tomahawk. Que ridículo- Agregó.

Tanto Luca como sus acompañantes están en prisión preventiva a la espera de una resolución. Hay manifestaciones cercando la comisaria debido al rumor de que tanto el campeón como sus amigos ya no se encuentran allí y que en realidad, tras pagar su fianza, nunca llegaron a estar presos…”



- Será el campeón pero todos saben que fue apoyado por Giovanni para vencer a la “Élite Four”. Si lo desafío sin su protección podre darle su merecido.- Rompió el silencio Álex tras terminar su lata de cerveza.- No queda otra.

- No, no. Sería muy apresurado. Debemos entrenar, aún es el campeón, el desgraciado cuenta con un buen equipo.- Lo alertó Duke.- Si quieres humillarlo en un combate pókemon tienes que prepararte.

- ¿Quién quiere un combate? ¡Hay que romperle los huesos, por favor!- Intervino Guzma, que había llegado algo tarde a la visita y había traído un obsequio improvisado (un cupón de descuentos para una tienda de salchichas).- El tipo necesita una lección de verdad, no perder unas monedas en una derrota.

- No pelearía con él por unas monedas, Guz. Se trata de humillarlo y la única manera de dejar en ridículo a una basura petulante como él es venciéndolo en combate frente a todos. Desenmascarándolo a él y a quienes lo financiaron.- Explicó el rubio musculoso como metido en un papel de película bélica.

- Ya manejamos la idea de romperle cada hueso del cuerpo. No solo sería fácil, también saldríamos perdiendo. Tenemos mucho que perder y te aseguro que estaremos guardados mucho más tiempo que él.

- No le temo a la prisión.- Se fastidio Guzma.- Y sé que tú tampoco. Mi filosofía es la del diente por diente, ojo por ojo, hueso por hueso.

- Quizás no le tema pero es cierto que tengo mucho que perder.- Pensó en Serena, que debía estar teniendo una tarde de descanso tranquila sin él, ajena de los problemas del mundo, ajena de la maldad y la perversión.- Necesito entrenarme, en todo sentido.- Aseguró estrujando la lata vacía con su mano.

Duke negó con la cabeza.

- Aunque ese cretino se metió con una de las nuestras no deberíamos intervenir. Tienes que concentrarte en el entrenamiento de la nueva recluta. Yo dirigir esta sucursal, tú, bueno… seguir haciendo lo que sabes.- Se dirigió a Guzma.- Lo que menos necesitamos es manchar nuestra empresa terminando en la cárcel.

- ¿Bromeas? ¡Nos verán como héroes! ¡Piensa en la publicidad “Estrellas de Pokeporn le dan una paliza al campeón violador en venganza”! – Dijo alzando las manos como si sostuviera un anuncio invisible- ¡Es genial!

- Reduce los niveles de azúcar de tu comida, soldado. No decidiremos un plan de acción en caliente. Lo mejor será esperar, acompañar a nuestra compañera en este difícil momento y decidir un plan de contraataque.

- Sí… será mejor esperar.- Resolvió Álex levantándose, dedicándole unas últimas palabras a sus amistades y dejando el lugar para buscar a Serena a su departamento compartido con Shauna.

La transición entre ese momento de dolor y el reencuentro (tras solo unas horas de distanciarse) se hizo más fácil de lo previsto. La kalense estaba radiante, recién bañada y con una expresión de suficiencia inédita en ella que despejaba cualquier tormenta. Álex saludó a Shauna y se despidió con su amada hacia un sitio dónde comer. Era tarde y necesitaba hablar de muchas cosas antes de dar vuelta la página.

Serena entendió que no era momento para relatar su demencial aventura por más que ardía en ganas de contarle sobre su victoria contra Jhonny y Donovan en el combate doble, si se le podía llamar así a ese embrollo. Esa noche, entre hamburguesas poco saludables y grasosas que fueron más que suficientes para recargar energías, la joven escuchó lo sucedido en el hospital y sobre las malas noticias, desde la identidad del agresor y las controversias en torno a él.

- Es el típico niño rico acostumbrado a resolver sus problemas con la billetera de papi.- Álex no podía sacarse su cruel rostro de la mente, su cabello negro lacio, su ostentosa apariencia, su sonrisa maliciosa… Su bronca se notaba en como mordía su tercer hamburguesa, chorreando mostaza, con doble ración de queso, hojas de lechuga y rodajas de pepino.

- Escuché pocas cosas de él, ninguna buena.- Mencionó Serena sorbiendo gaseosa con su pajilla.- Por suerte nunca me lo crucé cuando trabajé de mesera. Ya tuve suficiente con mi jefe.

- Es una basura en toda regla, se convirtió en campeón y mostro apoyo inmediato a la candidatura de Giovanni. Fue tan evidente su movida, aquí la gente es bastante retrasada, creen que un chiquillo que llega a campeón tiene autoridad para opinar de política.- Se indignó.- Con Giovanni eran como uña y mugre hasta que la mugre salió a flote y este, muy astuto, le soltó la mano, aunque se dice que siempre está limpiando el desastre que deja con sus cheques.- Continuó el hombre- Peleas de bar, siempre incitadas por él o su séquito de amigotes, destrozos en la vía pública, comentarios venenosos contra minorías y mujeres en sus redes sociales… si al llegar al mundo todos tomamos un número con un defecto él se los tomó todos.

- Es terrible.- Dijo poniendo su mano sobre la de él, algo tensa.- Le cocinaré unos macarons a Giselle y si tiene pókemon a ellos también.- Resolvió de la manera más dulce posible.- Lo importante es apoyarla ¿Verdad? Después de todo quizás algún día seamos compañeras de trabajo.

- Te encantara conocerla y tus obsequios le harán muy bien, amor.- Dictaminó sonriendo antes de que Serena le limpiara la boca con una servilleta y dejaran el lugar rumbo al taller para despejar su mente con una actividad que no podía evitarse más.

Ambos comenzaron a besarse, como de costumbre, ni bien entraron y la puerta se cerró detrás de ellos. Sin muchas palabras, hablando con sus cuerpos y caricias, casi como por arte de magia Serena ya se encontraba en brazos de Álex en su cama, con su deliciosa boca siendo explorada a fondo con un afecto palpable en cada segundo del beso.

El hombre perdió la remera mientras las manos precipitadas de la joven le desabrochaban la hebilla de cinturón. La pasión no tardó ganarle terreno a todas las vivencias negativas (y positivas) vividas desde la mañana. Serena recordó cómo empezó el día, junto a él, con su visita a Pokeporn a minutos de distancia, recordó cuanta envidia sintió al ver a Lillie y May trabajar con su hombre, disfrutando de cada centímetro de su cuerpo y dejarse invadir por su portentosa herramienta en cada orificio hasta el gran final.

Serena fue desnudada sin pausas ni prisas, quedando con su silueta desnuda solo con las medias y las panties. Álex bajo a sus pechos para besarlos. Eran más suaves y blandos que el mismo colchón en el que estaban hundidos. El hombre succiono de ellos como si se alimentara mientras acariciaba su espalda provocándole que su piel se erizara colmando sus poros con placer.

- Uuuhhh.- Arqueó el cuello hacia atrás entregada al placer.

Él por su parte, tras haber hecho un despliegue monumental en su última producción, siempre tenía guardada una gran porción de energía para entregársela a la dueña de su corazón. Ni todas las malas noticias bastaban para arruinarle un día si Serena estaba al comienzo y al final del mismo, si estaba allí con él, besándolo, acariciándolo, dispuesta a ponerse a punto para romper cualquier código mezclando placer y trabajo.

- Hay algo importante que quiero decirte.- Susurro a su oído arrodillado sobre la cama frente a ella mientras sus manos la abrazaban, viajando desde su espalda hacia abajo, sus dedos fueron en caída libre dejando surcos suaves siguiendo la curva de su cuerpo.

- ¿Qué es?- Preguntó con el tono más dulce que pudo.

- No solo quiero que trabajes conmigo, también que vivamos juntos, múdate conmigo.

- ¿Es lo que creo que es? ¿Estamos… confirmando nuestra relación?- Se entusiasmo con una sonrisa que opacaba las estrellas.- ¡Si, me encantaría! ¡Por supuesto!- Expresó colgándose sobre él hasta que cayeron juntos entre besos de felicidad.

- Me haces tan feliz, quiero estar siempre contigo, no solo por las noches para acostarnos, quiero que estemos juntos y el mundo lo sepa, no me importa nada.

- Álex… también quiero eso.- Coincidió con los ojos brillantes de emoción- Creo… no, estoy segura de que te amo.- Confesó uniendo su boca a la suya.- Sé que es algo cursi y a la gente de tu edad no es necesario que se lo digan pero quería decírtelo de todos modos.

Álex sonrió enternecido.

- ¿Qué quisiste decir con eso de “gente de tu edad”? ¿Me estás llamando viejo?- Bromeó llenándola de besos y apretujándola. - Aunque puedas ser mi hija por la diferencia de edad, aunque tengamos mil diferencias supe desde que te conocí que eras más de lo aparentas… no te diste cuenta en su momento y tal vez tampoco ahora, pero en nuestra primera noche te animaste a un trío ¡Un trío!

- ¡Es verdad! Eso fue atrevido, no sé como llegue a animarme, esa Shauna saca lo peor de mí.

- No creo que Shauna tenga tanto que ver cómo crees. – Admitió- Comprendiste de inmediato que el sexo es una parte importante de mi vida a diferencia de todas las anteriores… de verdad puede funcionar. – Le contestó mientras las manos del hombre se posaron sobre su trasero y lentamente, lo oprimió con sus manos.- Aunque no quieras admitirlo tienes una pasión natural difícil de encontrar, que permaneció dormida demasiado tiempo.

- No sé qué decir, estoy tan… tan.- Pero Álex la calló con un beso.

- Perdona a este viejo hablador, es que este día ha sido difícil y necesitaba aclararlo, a la antigua, quiero que seas mi novia, sí, no me importa si es algo que diría un adolescente, es lo que siento.

- Entonces te tengo malas noticias, tendrás que soportarme a mí y mis pókemon, no los puedo tener más en el rancho. No sabes la tarde de locos que tuve.

- Ya estoy arrepintiéndome.- Bromeó.- Bueno, tengo un patio amplio que no te enseñe, podemos pensar algo. – Le reveló notando que nunca le había mencionado que al fondo del taller tenía un patio que, aunque necesitaba una limpieza tenía potencial.- ¿Alguna buena noticia?

- Tengo una.- Respondió en un tono picaresco.- Como ahora oficialmente somos novios vas a gozar de privilegios que solo te haré a ti… siempre que quieras, cada noche.

- Bueno estoy intrigado ¿De qué hablamos exactamente? ¿Macarons diarios? ¿Un masaje en los hombros?- Se intereso mientras Serena bajaba pegada a su cuerpo.

- Ya lo veras… ya lo verás.

Continuará



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Gracias por leer! Ahora sí, es promesa, el siguiente capítulo va a ser casi todo setxo 😉 tenía que preparar todo bien.

Si les gustó sean buenos y muéstrenme su apoyo puntuando y comentando, no sean ratas y no manden solamente a favoritos, please, escribir relatos no es algo de una hora y lo tienen gratis. Si no les gustó, por supuesto que entiendo que no den puntos o comentarios.


Capítulos anteriores:

A Serena le gustan mayores. Parte 1:http://www.poringa.net/posts/relatos/3601156/A-Serena-Le-Gustan-Mayores-Fanfic-de-Pokemon-resubido.html
A Serena le gustan mayores. Parte 2:http://www.poringa.net/posts/relatos/3715160/A-Serena-Le-Gustan-Mayores-Parte-2-Fanfic-de-Pokemon.html
A Serena le gustan mayores. Parte 3:http://www.poringa.net/posts/relatos/3730867/A-Serena-Le-Gustan-Mayores-Parte-3-Fanfic-de-Pokemon.html
A Serena le gustan mayores. Parte 4:http://www.poringa.net/posts/relatos/3758350/A-Serena-Le-Gustan-Mayores-Parte-4-Fanfic-de-Pokemon.html
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A Serena le gustan mayores. Parte 11:http://www.poringa.net/posts/relatos/3868644/A-Serena-le-Gustan-Mayores-Parte-11.html
A Serena le gustan mayores. Parte 12:http://www.poringa.net/posts/relatos/3897135/A-Serena-le-Gustan-Mayores-Parte-12.html

1 comentario - A Serena le Gustan Mayores: Parte 13

davip0649 +1
Genial
El_Cochinoco
El del genero incesto, sobre una hermana 5 años mayor que su hermano que, inspirada por doujinshis y mangas pervertidos, empieza a tener una aventura con el a escondidas de sus padres y siempre intentando convencerlo de hacer nuevas fantasías.
Erdlox +1
@El_Cochinoco re piola oye que te parecería si te doy ideas para otra historia con Serena de Pokémon y por cierto ya leí tu otra historia y no me gusto me encantó
El_Cochinoco
Muchas gracias men, si yo escucho sugerencias e ideas por privado, a veces las agrego y a veces no, segun si encajan con lo que quiero contar, por ahora el siguiente capitulo esta gionado y solo tengo que ponerme a escribirlo.