A Serena Le Gustan Mayores: Parte 2 (Fanfic de Pokemon)

Les traigo la 2da parte de este fanfiction del universo pókemon, esta vez, con personajes conocidos: Serena y Shauna (hay imágenes para que sepan quienes son) y otros inventados. La historia cuenta de la vida de Serena tras esa despedida con Ash. Descubrirán que las cosas no siguieron como esperaba 😞

Está dividido en partes más breves para amenizar la lectura. Si no están familiarizados con Pókemon, ya sea juegos, anime, manga, etc, no se preocupen 😉 puse énfasis en explicar bien las cosas y me tomo el tiempo para contextualizar todo. De más está decir que el énfasis no está en los pókemon y esas cosas sino en su protagonista, Serena, y su desarrollo a lo largo de la historia.

En el universo de este fanfiction todos los personajes tienen 18 años o más.



Starring:


Serena:

A Serena Le Gustan Mayores:  Parte 2 (Fanfic de Pokemon)

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Shauna:


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Capítulo 4. El límite de Shauna



Serena vio más de lo que pensaba ver en esa noche. El pene de un extraño del que solo sabía el nombre y la edad (45), a su amiga desnuda, y ahora, el miembro de ese cautivante sujeto estaba por ingresar en el sexo de Shauna, que en posición de Growlithe (perrito), esperaba la inyección de carne que Serena, no sabía cómo podía entrar. Parecía un extintor a punto de entrar en un sándwich de salmón.

- Es una posición muy valiente para hacer conmigo.- Dijo con un dejo de soberbia.

- Cielos Shauna, en paz descanses, fuiste una buena amiga.- Susurró viendo en primer plano a su vagina a punto de ser detonada por semejante torpedo. Su glande se frotaba incesante en su corte carnoso sin decidirse por cuanta lubricación sería suficiente.

- Uhhh, ooooh, mierda, es la gloria.- Jadeó Shauna en cortocircuito cuando fue penetrada, sus ojos estaban en blanco y su boca tenía una mueca bobalicona. Serena observó con todo detalle desde arriba como se derramaban gruesas gotas de sus jugos cuando el miembro reposo entero en su interior.

- ¿Ves todo claro desde allí?- Le preguntó Álex, que por lo menos, era piadoso y se movía con lentitud. - Serena miró hacia arriba. No se había dado cuenta de que estaba a centímetros del sexo de Shauna obnubilada viendo como el pene entraba y salía, entraba y salía.

- Perdón ¿Te estoy tapando la vista?

- No es eso, cariño, podrías ayudar escupiéndome, apunta bien y lubrícame un poco…

Álex retiro el tronco dejando el glande adentro, y espero a que Serena dejara caer un par de bolas de saliva, espesas y cargadas que impactaron en el pene viajando con capricho por direcciones impredecibles. Las barreras de lo que era indecente y asqueroso estaban en el suelo.

- ¿Así?- Preguntó en tono inocente.

- Buena chica, recuerda que siempre es buena la hidratación en el sexo.- Y de un empujón, volvió a metérsela hasta el fondo, viendo como hasta el ano de Shauna se expandía como una pequeña boca de pez tomando aire.

- Hablando de hidratación, mis labios están un poco secos, podrías darme una mano con eso.

- ¿Te traigo agua?

- ¿Es en serio?- Río el hombre haciendo una pausa en el mete y saca.

- No, era una broma…- La rubia le guiñó un ojo y se estiró para llegar al hombre y sus bocas se encontraron con frenesí. Eso era algo que había aprendido rápido y le generaba más placer del que su cuerpo podía contener. Su lengua se enroscaba con la del hombre y descubría sabores nuevos impregnando su boca preguntándose dónde había sido el último lugar en el que estuvo.

- ¿Pasa algo? Dejaste de besarme de súbito.

- No, nada, nada lo siento.- Y regresó a con el besuqueo. Al menos se sentía útil haciendo eso y era mucho menos incómodo que ver como ensartaban su amiga. Tampoco le pareció incómodo que entre beso y beso, le tocara la vagina, frotándosela desde atrás con la yema de dos de sus grandes dedos. Para ser de brazos largos y musculosos tenía manos prestidigitadoras.

Por varios minutos la habitación se volvió un escándalo. Shauna gimiendo, los resortes de la cama rechinando, las caderas de Álex golpeando el trasero de la chica haciendo plaf, plaf, plaf, plaf, ahora a una velocidad vertiginosa.

- Uufff, uuuh, creo que es buen momento, espero que no te importe que me corra, verás, con tanto franeleo, con tanta previa, fui acumulando más de la cuenta.

- Por fin, no puedo más, es, es, uuuh, increíble, ahhhh.- gimió Shauna con los ojos llorosos. Sus dientes apretados y manos aferradas a la sábana indicaban que tener sexo con semejante tronco por tantos minutos pasaba de ser una experiencia placentera a demoledora.- Si piensas correrte hazlo, adentro, afuera, donde sea pero hazlo de una vez.

- ¿Vaya? ¿Dónde quedaron las bromas y las referencias sobre pókemon?- Expresó con algo de soberbia dejándose caer sobre la chica.- Muy bien, ahí va, solo que pensé que la estrechita e inocente era Serena.

- Estoy aquí presente.- Dijo Serena con cara de póker y muy sonrojada.

- Muy bien, no pensé que duraría tan poco, igual fue bueno mientras duró.

Álex aceleró aún más, hasta mover la cama de lugar y en un par de minutos se corrió en el interior de su amiga, provocando un salpicadero de fluidos propios de él y de ella que se escurrieron por los lados como si fuera una esponja estrujada. Serena observó cubriéndose la boca de la sorpresa e impresión, al sacarla, como si del tapón de una botella se tratase, quedó un orificio redondeado a la perfección del que se derramaba y derramaba semiente por varios segundos dejándole los ojos como platos. Era un espectáculo tan grosero como excitante.

- Uuuuuf, eso fue… intenso, un crítico superefectivo.- Dijo Shauna, dándose vuelta, quedando a la miseria, con el sexo irreconocible a como lo tenía al llegar. Esta se tocó la vagina y observó su dedo como si hubiera tocado un pastel de crema.- ¿Quieres amiga? ¿Quieres?

Serena se negó con énfasis.

Álex le alcanzo toallas húmedas, de las mismas usadas para asear bebés y luego se las pasó a Serena. No lo habían notad, pero tenía un enorme tatuaje intimidante en su espalda. Un Arbok, el pókemon cobra con ojos centelleantes. Shauna en su lugar le miro el redondo y firme culo de hombre. Este un gesto sumamente amable, ayudo a la joven a ponerse el corpiño. Tal gesto, las dejó boquiabiertas. No era usual que semejante sujeto, de esa edad y experiencia, se tomara esos segundos para demostrar cuidado y caballerosidad.

- Gracias.- Susurró Serena.

- Voy a fumar algo al comedor, mañana a la mañana las llevo a su casa, puede descansar tranquilas. Tras esa puerta tienen el baño, siéntanse libres de bañarse, cambiarse, mientras no me revisen nada.- Dijo poniéndose los pantalones.- Con permiso.

- Espera, olvidaste a mi amiga.- Expresó Shauna.- ¿Oh será que no quieres que…

Álex la miró con una sonrisa sarcástica.

- Mejor lo dejamos para otra ocasión, no creo estar lista para morir.- Expresó Serena, sentándose en la cama.- Además, es tarde y Álex debe de querer dormir.- Ahora que la oportunidad había pasado, hablar de esos temas le resultaba incómodo, como le resultaba incómodo ver a Shauna sin corpiño, encontrarse ella ligera de ropas en la habitación de un extraño... no estaba acostumbrada a esas situaciones. Había sido arrollada por un tranvía de sensaciones nuevas.

- Que desperdicio, era la oportunidad de tu vida, amiga, algún día tendrás que darle un uso a ese agujerito tuyo o se cerrará.

- Bueno, bueno, no alardees, creí que me aguantarías hasta el amanecer y te derrote de un solo golpe, Shauna. Descansen, en un rato me les uno.- Y Álex pasó al comedor, dejando a Shauna refunfuñando y a Serena riendo.

- Paso al baño, con permiso.- Dijo la trigueña con el ceño fruncido y los cachetes inflados. Antes de entrar, le dio una sonora y violenta nalgueada a su amiga.



- Tenías razón, amiga.- Dijo Serena en el baño, en corpiño y bombacha, limpiándose la cara y peinándose tras asearse el cuerpo.

- ¿En qué cosa? Es decir, siempre tengo razón pero no sé en que acerté el día de hoy.- Expresó en el inodoro despreocupada, ojeando unas revistas pornográficas que el dueño de casa tenía para su entretenimiento en el trono.- Diablos está grandecito para mirar estas porquerías…

- En que era una buena idea salir a cazar hombres. Gracias.- Expresó sobrecargada de positivismo, viendo una imagen que hacía mucho tiempo que el reflejo le devolvía: felicidad. Había sido una aventura bisagra que le abriría sin dificultades la puerta a nuevas travesías, y por qué no, a un anhelado debut sexual.




Capítulo 5. El regreso de… ¿Ash?



No creyó que pudiera dormir en una cama ajena, en una casa ajena, en un barrio o calle que ni siquiera sabía cómo se llamaban, pero junto a Álex (que se había acostado en el medio) y Shauna en la misma cama, Serena, en algún momento de las 3 de la mañana, pego sus ojos y se durmió.

Fue un sueño tan pesado que abrió los ojos con el canto de las aves y el sol entrando por una ventana. No recordaba sus sueños, cosa que no le venía ocurriendo (dedicaba demasiados minutos de sus mañanas a recordar e interpretar sueños deprimentes) y a pesar de ser las 9, sentía que había dormido siglos. Todo por algún motivo era positivo.

Además la sorprendió, es la manera en la que despertó, acurrucada contra Álex y con un brazo cruzando su voluminoso pecho que se inflaba y desinflaba al ritmo de su respiración ruidosa. Shauna del otro lado, despatarrada y semidesnuda, roncaba demasiado para su tamaño. Sintió el olor del hombre y le pareció una fragancia excitante. Observo la habitación aprovechando que era la única despierta. Tenía un par de roperos cerrados con espejos en sus puertas, algo que debía de funcionar muy bien a la hora de tener sexo para admirar el panorama durante el sexo desde cualquier ángulo. En un rincón tenía una computadora de un modelo viejo, de las mismas que se usaban en los centro pókemon de antaño. En el rincón contiguo, había una vitrina rectangular alta cubierta, por algún motivo, con una cortina que no dejaba apreciar su contenido ¿Figuras de acción? ¿Pokébolas? ¿Alguna colección de piedras o fósiles?

Mientras ella observaba la habitación sin moverse mucho, Álex la observaba y al darse cuenta, se despegó de él de súbito.

- ¿Dormiste bien?- Preguntó en un susurró.

- Si, muy bien para mi sorpresa, y no quise abrazarme así, lo siento...- Aunque lo que de verdad la sorprendió es que la envolviera con su brazo y la volviera a pegar contra su cuerpo en un gesto fraternal.

- ¿Te estás disculpando por abrazarte a mi? No estés tan a la defensiva, no tiene nada de malo.

- Lo sé, es solo que no estoy acostumbrada al contacto. Y menos a ver lo que vi y despertar de esta forma.

- ¿Y te gusta despertar así? A esta altura de mi vida lo que menos quiero es hacerle pasar un mal momento a alguien, y menos a alguien tan delicada y bella como tu.- Preguntó el hombre observándola desde arriba con sus penetrantes ojos negros. Le incomodaba mucho saber que además de ser un desconocido, estar en su cama, abrazada a él y haberlo visto desnudo y teniendo sexo salvaje con Shauna, disfrutaba de su contacto como nada antes.

La chica asintió y se acurrucó contra su cuerpo, además de tomar la sabana para taparse.

- ¿Porqué eres así? Me trataste, nos trataste, mejor dicho, demasiado bien. Cualquier otro nos hubiera usado y desechado como un desperdicio después de usarnos. Ni siquiera intentaste forzarme a hacerlo contigo, sabiendo que debo ser un bocadillo más que apetecible para alguien como tú, digo, a riesgo de sonar egocéntrica, soy atractiva, virgen y no me...

Álex la tomó del rostro con delicadeza y le estampó un beso, con un simple movimiento del brazo, la acomodó sobre él y la besó con suma comodidad, con sus cabellos color miel de cortina y respirándose el uno contra el otro. “Hablas y piensas demasiado, Serena” pensó para sí misma mientras recorría esos labios una vez más, y por supuesto, como ya se estaba acostumbrando, su lengua, a la que saboreó con total disfrute, siendo ella, por primera vez, la que daba inicio a la exploración bucal.

Las manos del hombre que casi la triplicaba en edad recorrieron su espalda, sus cabellos, y su trasero, sintiendo sus suaves pompas desparramarse entre sus grandes dedos como un pudín. Su boca estaba demasiado ocupada como para replicar por lo que se dejó masajear el generoso trasero mientras comenzaba a frotarse la cadera contra su cuerpo, sin dudas, estaba teniendo el tan ansiado destape.

- Bueno, al menos esto de besar ya se te da muy bien, avanzaste en algo.- Le susurró al oído.- Eres tan dulce, tan delicada, Serena, creí que tendría una noche de sexo desenfrenado, ininterrumpido, y termine besándome como un adolescente en su primera vez, disfrutándolo como en aquellos días. – Le confesó sin despegarse del oído.

- Oh, me siento muy, muy alagada, no sabes cuánto necesitaba eso… alguien que me trate bien. - Le dijo derritiéndose, fundiéndose a su cuerpo y sábanas entre caricias y besos sin destino fijo, solo su cuerpo, donde sea que cayeran.

- A mi edad, conocer personas como tu se hace difícil, hay que aprender a cuidarlas.- Expresó aferrando su lengua con sus labios de manera cariñosa en un beso que ella desconocía.

Casi sin darse cuenta, Serena estaba sobre la cadera del hombre, sintiendo bajo su peso el enorme falo latiente y deseando por primera vez, en tenerlo adentro. Sin decir una palabra, se corrió la ropa interior y se froto contra el fruto maduro de Álex, ensuciando su ropa con su humedad. El hombre entendió el mensaje a la perfección y sacó su pene del bóxer, quedando a escasos centímetros de la húmeda y goteante vagina de Serena, que como si cantara, erguía su miembro como a una serpiente al oír el sonido de la flauta.

En un chispazo de cordura, abrió los ojos y vio que Shauna los observaba cubriéndose la boca y observándolos con atención.

- Hagan de cuenta que no estoy, por favor, solo háganlo.- Dijo al borde de la emoción por ver a su amiga debutar.

- Quizás me arrepienta de esto pero aquí voy ¿Quédate quieto, ok?- Aceptó con un dejo de resignación.

- Te prometo que no me moveré, preciosa, hazlo a tu ritmo.- La tranquilizo con una mano en la cadera y la otra apuntando su miembro hacia la vagina. – Solo hazlo a tu modo como te salga.- Era tan grande que parecía no poder mantenerse en línea recta. Serena estaba en cuclillas, preparada para dejarse caer y enfundársela a su ritmo, a su tiempo… los segundos pasaban, el glande la tocaba, sus labios mayores, como una boca vertical, ya se lo besaba sin envolverlo, al frotarse hacia adelante, estuvo ante las mismas puertas del cielo a punto de ingresar cuando. Serena tomo a Shauna de la mano, esta se relamió como si fuera ella la protagonista del momento. Serena cerró los ojos y…

Se escucharon golpes en el portón abajo. Golpes violentos que los sacaron del momento como si en un combate pókemon uno hubiera invocad un clima, como si los sacaran de un sueño.

- ¿¡Quién pedazo de mierda jode a esta hora!? ¡Largo de aquí!- Chilló Shauna, levantándose hacia la ventana que daba a la calle.

Serena se dejo caer, no obstante, el pene estaba afuera, contra su vientre, pasándole la altura del ombligo. Quizás había sido para mejor, pensó, al imaginarse esa probóscide adentro.

- ¡He tú! ¡¿Qué quieres a esta ho… Ash?!- Gritó Shauna desnuda de la cintura para arriba, desde la ventana, acercándose para ver bien.

- ¿Ash?- Preguntó Serena volteando tan de súbito que por poco se cae de la cama.

- ¿Ash?- Peguntó Álex sin comprender el porqué de tanto revuelo, levantándose temiendo que le hayan cagado la mañana.

En efecto, no solo lo habían sacado del clímax, le habían negado una experiencia única, y había hecho que Serena se olvidara de su existencia, comenzaba a sospechar de quien se trataba ese tal Ash, la causa y el motivo por el que Serena haya llegado a su casa en un principio.

- ¡¿Dónde está Álex?! ¡Busco al legendario entrenador de pókemon veneno!- Golpeando el portón de nuevo.

- ¿Ash? Este no es Ash.- Le susurró Serena, tras verlo de arriba abajo cuando el dueño de casa abrió les puerta. Se habían vestido en tiempo record para ver si se trataba de él.- Es más blanco, peinado, y no creó que Ash sea inmortal como para que no haya envejecido nada desde que viajamos juntos por Kalos.

- Tampoco puedes culparme, míralo, es igual. Yo no lo vi tanto como tú, que lo tienes gravado en la retina como un tatuaje ocular – Se excusó la chica con desilusión.- Me siento estúpida, debí tirarle una piedra o algo, te traje aquí para que te olvides de ese tonto y soy precisamente yo la que aviva las llamas de esa historia. Encima de en un descuido le enseñé las tetas y no deja de mirarme…

- Señorita, disculpe.- Se dirigió a Shauna acomodándose una gorra- Agradezco que me hayas saludado “así” desde la ventana, pero busco a Álex, que deje de esconderse y salga, por favor.- Repitió el molesto muchacho de campera roja deportiva, pantalones azules de jean y la clásica y repetida gorra de entrenador. Tenía un cinturón con seis pokebolas, de las cuales 5 tenían el botón de abertura apagado, lo que significaba que solo le quedaba un pókemon en condiciones.

- Yo no lo saludé, al contrario, lo eché.

- Estabas en tetas, amiga, no escuchó ni una palabra de lo que dijiste.- Dijo con la comisura de sus labios mientras una figura alta y esbelta salía del taller.

- Mierda, un entrenador.- Rezongó Álex terminando de ponerse una camiseta con manchas de grasa. Odiaba a los entrenadores y para calmar los nervios y que no se le salga la cadena, encendió un cigarro. - Si buscas el Dojo Lucha, camina dos cuadras hacia la esquina, dobla a tu izquierda, luego nueve cuadras por la calle, si vences a su maestro por tradición te obseq…

- No, no busco el Dojo Lucha.- Expresó el jovencito con decisión.- Lo que busco es… ¡Un combate pókemon!- Gritó llamando la atención de todos mientras hacia una pose ridícula. Los vecinos de Álex, como Félix (el dueño de local de comida autóctona contiguo) y Julianne (la atractiva empleada del local de ropa deportiva de enfrente) salieron a observar la posible contienda. Solo faltaban las palomitas. Incluso señoras abrían la ventana de sus casas para observar desde la comodidad del hogar.

- Genial, lo que necesitaba. La estaba pasando tan bien esta mañana que pensé, “solo un entrenador que venga a tocarme las pelotas podría mejorarla”- Dijo entre dientes.- ¿Acaso luzco como un jodido entrenador? Ni siquiera tengo un cinturón con pokebolas y por si eres ciego, esto es un taller de motocicletas, no un maldito gimnasio de freaks.- Se le acercó desafiante con todo su tamaño.- Lárgate.- Concluyó volándole la gorra con un golpe de su dedo.

- ¿Me parece a mí o no le caen nada bien los entrenadores?- Observó Serena.

- Créeme, por ser que le jodieron el tremendo polvazo que se iba a echar se lo está tomando bien. Tú también deberías estar cabreada por no poder tener una cogida en paz.

- Amiga, podrías al menos bajar la voz…

El muchacho no se intimidó ante la presencia de Álex. Recogió su gorra y se la volvió a poner acomodándosela hacia atrás como activando un dispositivo en su cabeza, detalle que a Serena le trajo muchos recuerdos ¿Será un hermano? ¿Un Ditto imitándolo? ¿Un clon? Era un entrenador clásico de vieja escuela, los que Álex más detestaba y a Serena más recuerdos le traían.

- No me intimidas, anciano, además estás mintiendo.- Dijo el bravucón.- Tu fama te precede, eres un conocido entrenador de pókemon veneno y vengo a retarte en un duelo uno contra uno.- Señalando al dibujo de su taller.- Al menos tienes un Gengar ¿verdad?

Las jóvenes junto a la puerta cruzaron miradas confundidas. Si esos datos eran ciertos, el hombre era toda una caja de sorpresas. Grande, musculoso, gentil ¿y encima entrenador?

- Además, no lo notaste, pero cruzamos miradas desafiantes. El código de entrenador dice que debemos luchar, hay que mantener vivas las costumbres.

- Te miré porque golpeaste mi portón, me llamaste a los gritos y estás armando un escándalo frente a todos mis vecinos sin que siquiera sepa tu nombre ¿Eres Ash no es cierto, mocoso?

- ¿Ash? No, no, casi, soy Nash, de Pueblo Paleta – Acto seguido, sin previo aviso y exagerado como en una obra escolar, saco a su único pókemon sano de su equipo.- ¡Charmeleon yo te elijo!- Emergiendo de la esfera el reconocido pókemon salamandra de cola ígnea y mirada de pocos amigos. - Claramente creía que se llevaría toneladas de experiencia por vencerá un contrincante de categoría.

- ¿Por qué tiene que gritar y posar como Power Ranger? ¿Es retrasado?- Volteó preguntándole a Shauna.

- Creo que sí, deja de reírte o lo dañarás de por vida.- Contestó provocándole una carcajada.

- ¿Más de lo que está?

- Mira, niño, lárgate, es la última vez que lo digo. Mis pókemon están en una liga diferente, además, ese Charmeleon necesita con urgencia atención médica. – Y poniéndose en modo experto se armó de paciencia y le explicó- Su llama en la cola además de reducida, está anaranjada como la llama de una hornalla sucia. Y créeme que se mucho de pókemon y hornallas sucias.

- ¡Nada de eso! ¡Vine desde Pueblo Paleta deseando un desafío a mi altura y no lo eludirás! ¡Mi Charmeleon carbonizará a tus pókemon veneno y evolucionará a un motor de destrucción Charizard! – Gritó confirmando que era retrasado, provocando carcajadas en toda la calle- ¡No me detendré hasta ganar la Liga y ser el mejor maestro pókemon de todos los tiempos!

A Álex le dolía la panza de aguantar la carcajada mientras se debatía entre aceptar o mandarlo con su madre de una patada, mientras tanto los vecinos, que se congregaban en un número cada vez más abultado, comenzaban a vitorear y exigir un combate pókemon a la vieja usanza.

- Por si acaso, como no es la primera vez que me pasa, resulta que traje un pókemon conmigo, quizás si lo ves decides dar marcha tras, es de esos que la gente en la calle para evitarlos se cruza de vereda. Ahí te va…

Con un movimiento desinteresado, arrojó el ítem esférico del que un pókemon de aspecto feroz y color violáceo emergió de su pókebola cayendo con estrépito en la acera. Era grande, espinoso y parecía el experimento de un científico loco, siendo mezcla de rinoceronte, topo, y conejo, todo envuelto en una armadura como de escarabajo.

- ¡Un Nidoking! ¡Esto se pone bueno, no pienso retractarme! – Exclamo tras analizarlo con su pokedex. El Charmeleon del retador rugió lanzando cenizas y brazas al aire, alzando sus atemorizantes garras. Sus vecinos habían sacado palomitas de algún lado y observaban la confrontación entre susurros, el combate pókemon era inminente.

- Muy bien, a pedido popular, tendrás lo que quieres. Luego no andes llorando.

- ¡Excelente! ¡Estuve entrenando a mi pókemon sin descanso, será un letal Charizard tras este combate! ¡Vamos a enseñarle de que estamos hechos los nacidos en Paleta!

- Me está haciendo doler la cabeza.- Se quejó Shauna- ¿Porqué no deja de gritar? ¿Ash era así?

- Bueno, solía tomarse todo con mucho entusiasmo pero no era tan molesto y desenfrenado. Creo.
- Bulldozer también está muy cabreado, odia que griten.- Dijo Álex mirando a su pókemon veneno. – Muy bien, ya sabes que hacer...- Ordenó fumando relajado y echando humo sin notar que todos estaban conteniendo una risa. Incluso Shauna y Serena ahogaban una carcajada coloradas como un tomate.

- ¿Qué pasa? ¿No les gustan mis motes? Ah, sí, lo sé, son como dicen los jóvenes ahora “edgys” lo sé.- Las risas continuaban.- ¡Bueno, suficiente! ¡Bulldozer, vamos, tu nombre es genial, no me mires así, no lo cambiaré!

Antes de que los espectadores se impacienten, el combate comenzó. Serena, que hacía mucho no veía un combate pókemon, se maravilló con las habilidades de comando de Álex, que con calma y precisión, sin descuidar su cigarro, tuvo el combate bajo control en todo momento. No se podía decir lo mismo de Nash, que tras ordenarle a su pókemon de fuego a usar cuchillada, hirió a Nidoking en un brazo y terminó salpicado de una toxina venenosa. Álex explico que la habilidad “punto tóxico” de su pókemon envenenaba a quienes lo atacaban físicamente. Nash no sabía eso, o no lo escuchó, y continuó ordenándole usar cuchillada haciendo un desparramo de veneno, quizá por ser su ataque más letal, hasta que, tras ordenarle usar ascuas, Nidoking le cerró la boca de un golpe de cola y lo envió contra una pared en la vereda de enfrente que casi se viene abajo.

- ¡Charmeleon no! ¡No puede ser, si siempre he ganado!

- Eres un inconsciente chico, uno de los motivos por los que detesto a los entrenadores… van por ahí obligando a sus pókemon a pelear como armas sin tomarse el tiempo de conocer habilidades, naturalezas, la tabla de tipos, arriesgando a sus pókemon, haciéndolos sufrir heridas innecesarias, apostando sus vidas para ver si consiguen dinero y en el proceso evolucionan en algo más grande y tener así más chances de ganar dinero.- Perdió los cabales arrojando el cigarro al suelo- Para que la próxima te lo pienses mejor, te voy a dar una lección, no pongas a un pókemon de fuego a pelear contra uno de tierra, Bulldozer usa terremo...

- ¡Basta!

De repente, anclándolo a tierra, Serena se aferró a su brazo indicándole que el combate había terminado, que no le hiciera más daño. Álex la vio y se tranquilizó casi al instante cancelando la orden. Nidoking le dio la espalda a su rival levantando polvo con la cola y regresó a la pokebola.

- No tiene sentido, le gane a todos mis retadores, tenía que ganar, necesitaba ganar…- Se horrorizó el joven corriendo a socorrer a su pókemon. Este tenía un hundimiento en las costillas y la mandíbula desencajada producto del ataque “Cola veneno”. – No debí exigirte tanto, tantas peleas sin descanso, debí volver a casa para que te recuperaras.

- Pobre Charmeleon, no tiene la culpa de que su entrenador sea inexperto y Bulldozer fue demasiado poderoso para él ¿No puedes hacer algo? El Centro pókemon queda lejos. - Le planteó Serena con ojos vidriosos de muñeca. Aunque su mirada lo enterneció, no podía sacarse de la cabeza que estuvo a punto de tener sexo con ella y en cuestión de minutos, estaba en la calle, teniendo un combate pókemon, dándole una lección a un desconocido y recibiendo un sermón.

- Ese… no es el problema, es solo que… que… todo mi equipo está destrozado y no tengo los pokecuartos suficientes para pagar la atención, ganar dinero en un combate importante era mi última esperanza para poder reani…

- No sonaste tan sentimental cuando golpeaste mi portón queriendo un combate, deja de chillar como niña y usa esto.- Lo interrumpió Álex, arrojándole a los brazos un antídoto en espray que por poco se le resbala de las manos.- ¡Hey cuidado! Los precios de todo eso se dispararon desde que se privatizo la salud pókemon. Úsalo y lárgate. No vuelvas a poner a tu pókemon en combates desiguales.

Los espectadores que presenciaron el combate, no supieron si sentirse emocionados o decepcionados debido a la intensidad y brevedad de la pelea. Lo cierto es que gracias a Serena, el hombre entró en razón y evitó un golpe final cruel e innecesario que pudo además, haber causado una fortuna en daños a la propiedad.

- ¿Llorar como niña? Eso fue machista.- Dijo Shauna.- ¿Vaya mañana he? Fue toda una montaña rusa.- Expresó mientras entraban al taller. Álex, no obstante, abría el portón haciendo un escándalo. Varios de sus vecinos lo saludaban y felicitaban por la victoria. Por supuesto, las peleas pókemon se habían vuelto algo extraño desde que se privatizaron los Centros Pókemon y se dispararon los precios de los productos relacionados a la salud pókemon.

- Se merecía que le pateé el trasero, arruinó mi mañana.- Refunfuñó a salvo de las miradas y los reproches, evidentemente cabreado.

En cambio, Serena, era carcomida por la intriga y parecía no darse cuenta de que él no estaba de humor para nada.

- Nash, ese chico te conocía, se refirió a ti como un entrenador legendario ¿Eres un entrenador famoso? ¿Fuiste líder de gimnasio o algo así? ¿Campeón de la liga? ¿Ganaste medallas? ¿Tienes un Arbok como el de tu tatuaje o un Gengar como el del logo?

Álex en vez de contestar, tomó el casco y se lo puso en los brazos, cambiándole el ánimo de excitación a desilusión en un segundo. Era una chica auténtica que no podía ocultar sus emociones.

- Serán respuestas para otro día, lo siento, Serena. Llego la hora de que cumpla mi palabra y las lleve a casa. Tengo trabajo que hacer.

- ¿Habrá otro día?- Preguntó acomodándose en la motocicleta atrás de él, aferrándose a su voluminoso pecho con suma confianza.

- No te preocupes, tiene las hormonas aceleradas, acelera. No veo la hora de darme un baño y comer.- Aceptó Shauna restándole importancia a las incógnitas y al hecho de que parecía estar echándolas de su vida tan rápido como entraron.

Para suerte de Serena, al dejarlas frente a su edificio de departamentos, la beso con sumo cariño en los labios tras sacarle el casco. “Sabes dónde encontrarme preciosa, por supuesto que habrá otro día” Susurró antes de perderse en el horizontes con esa motocicleta rugiendo como Arcanine en celo.




Capítulo 6. La obsesión de Serena




La lluvia cayendo contra el cristal del tranvía ahora tenía otra connotación. No era una extensión de su melancolía y tristeza corpórea, era una solemne muestra de que el mundo seguía su curso pasara lo que pasara, aunque se sintiera despechada o enamorada.

Se sentía tan tonta y enamoradiza como viva. Desde su encuentro con aquel hombre todo le recordaba a él, desde los pókemon veneno que veía con sus entrenadores hasta los rudos motociclistas de barbas navideñas que la veían con lascivia. En vez de estar deprimida y encerada, desde su salida nocturna, se la pasaba recorriendo Azulona con la excusa de buscar empleo, disfrutando de cada paso, de cada bocanada de aire, de cada clima que el mundo tenía reservado para ella, preguntándose si Álex pensaba en ella también.

Para resguardarse del aguacero, entró al reconocido Centro Comercial de Azulona, y girando y tarareando una canción (“Pokemón, gran amigo es, en un mundo por salvar…”) se atrevió a ver vidrieras que nunca antes se había atrevido a ver: La de la zona de sexshops.

Al final de un pasillo cerrado con puertas de cristal y tapizado con advertencias, había cuatro locales dedicados a artículos “picantes” para mayores de edad, de esos que la sonrojaban de solo pensar en ellos. Tras la inyección de valentía y adrenalina que recibió en su “noche de chicas” junto a Shauna, se atrevió a ingresar y recorrer dichas vidrieras (y además porque no había nadie más).

Había cosas que le atrajeron, como lencería erótica con la que seguramente, Álex caería rendido. Conjuntos de enfermera, policía, e incluso disfraces de pókemon que consistían en orejitas y colas.

- Se parecen a lo que me hacían usar cuando trabajaba en “BARtortle”, ahora entiendo porque era tan concurrido, descarados.

En otra tienda vio accesorios que le resultaron desconocidos y le hicieron rascar la barbilla, se sintió tonta por no poder dilucidar la función de dichos artículos y estuvo segura que de estar Shauna, le explicaría a la perfección sus funcionamientos.

- Ahora entiendo porque los pókemon necesita experiencia para aprender ciertas cosas.- Reflexiono viendo de todos los ángulos esos juguetes para ver si comprendía el funcionamiento.

Otros utensilios del placer la escandalizaron, y era imposible confundir de que se trataban: réplicas a escala de los miembros de diversos pókemon, con la foto de los mismos al lado a modo de ilustración. Rapidash, Growlithe, Machop… incluso tentáculos falsos de Tentacruel o plumeros con plumas de Pidgeot. Tuvo una oleada de sensaciones que la dejaron petrificada frente a esa impúdica exhibición de productos. Reconoció en la puerta de ese último local, carteles y símbolos de la comunidad a favor de la Pokefília, y como no sabía que tan legal era eso, se asustó y pasó a la vidriera contigua tratando de borrar la imagen mental de esos impúdicos productos.

- Esto no fue buena idea, todo me recuerda a él…- Suspiró contra el vidrio empañando el cristal. Allí, como un recordatorio de su aventura, reposaba de pie y orgulloso un pene idéntico al de Álex, o al menos así lo veía ella. Las mismas venas, el mismo tamaño, parecía un juego del destino que le pusiera justo ese día, semejante juguete que la llamaba a comprarlo como si estuviera hechizado.

- White Sting, texturizado, con control de temperatura y almacenaje de medio litro con disparador propulsado. 9900 Pokecuartos. ¿Eres fan?- Preguntó la dueña de la tienda desde la puerta masticando chicle, observándola con curiosidad. Era una mujer joven, de cabello rosado corto una remera holgada y medias de red que terminaban en unas inmensas botas negras que sin dudas, usaba para aparentar más altura. Le pareció increíblemente atractiva a pesar de que no le gustaban los tatuajes y ella tenía varios a la vista.- No es precisamente barato pero vale cada centímetro, es una réplica exacta.

- ¿White Sting?- Preguntó sin saber que decir.- No conozco esa marca ni ninguna otra.

¿Marca? Es una réplica del actor White Sting, no me creo que no hayas visto nunca sus videos.

- Lo siento, no soy de ver esas… cosas.- Dijo sonrojándose con inocencia.- Yo solo estaba aburrida, pasaba y…

- Entiendo, una principiante. ¿Aburrida? Entra, tengo cosas que te pueden interesar, bayas falsas de goma, plumeros masajeadores, panties comestibles... Vamos, entra.- Insistió al ver que se quedaba con cara de póker petrificada.

A pesar del tamaño de sus tacos caminaba con soltura y elegancia. Serena se sorprendió a si misma viéndole el generoso trasero apretado bajo un short de jean que dejaba ala aire un porcentaje de sus nalgas.

- Huelo a perfume, y si ni la lluvia te lo pudo quitar debe ser de calidad. ¿Eres de Kalos no es cierto?- Dijo mientras tomaba una baya andano de un estante y se la ponía en la mano.

- Vaya, que intuitiva, si, llegué aquí hace unos meses. – Explicó mientras observaba el juguete. Estaba tan bien hecho que parecía comestible. Sus ojos recorrieron las demás y se sorprendió con las formas de las imitaciones, incluso tenía de una baya wikano que era doloroso hasta solo observarla.

- Estas están a mitad de precio, rondan entre los 450 y 700 pokecuartos, sino te va la fruta tengo imitaciones de…

- Perdón, es que no puedo gastar, de hecho estoy buscando trabajo y no tenía planeado ver estas cosas, son algo extremas, lo siento.- La detuvo cuando estaba por pasarle un pene gelatinoso de un pókemon que no conocía ni quería conocer.

- Por favor no te disculpes, oh que modales los míos, me llamo Creamy.- Se presentó haciendo un globo enrome con su chicle “Plof”- Lamento lo del desempleo, son tiempos difíciles para todos, si te hace sentir mejor yo no voté por este derechista de…

- Serena, un gusto. – La interrumpió recordando un consejo de su madre “con extraños no se discute de deportes, religión o política” por lo que prefirió abortar la conversación con cariño.- No me molestaría ver cosas más… normales, digamos, esposas, lociones, disfraces, esa clase de cosas. Al menos hasta que termine la lluvia.

- ¡Un gusto Serena! – Y se le acercó para besar su mejilla, al mismo tiempo, que probaba su perfume- Uf, delicioso, creo que de no trabajar aquí lo haría en una tienda de perfumes, en fin, Serena, déjame buscar el catálogo, te enseñaré cosas más “normales”, debí suponer que te gustarían los disfraces.- Acto seguido, Creamy se inclinó sobre su mostrador para tomar un libro debajo del mismo en lugar de ir tras él, agacharse y solo tomarlo.

La temperatura corporal de Serena ascendió como si alguien hubiera subido su termostato unos 20 grados al ver como el short de jean le remarcaba toda la vagina y su piel blanca se engrillaba por la media de red como carne asándose en la parilla. Creamy se ponía en puntas de pies y su trasero firme se erguía más mientras se estiraba en busca del catálogo, incluso sus piernas se separaban enseñando unos sensuales centímetros de piel y que no tenía ropa interior bajo el jean.

- Aquí está, a veces por querer hacer fáciles las cosas se terminan haciendo más difíciles.

- Si… es cierto…- Aceptó rezándole a Arceus porque no se notara que estaba ruborizada.- “Vístanme despacio que llevo prisa”, dicen ¿Verdad?

- Muy cierto, ven, mira. Esto es lo que tenemos y si no, puedo pedirlo en un santiamén.- Invitándola a mirar el catálogo al lado de ella… muy de cerca.- Mira este conjunto de Meowth, es adorable, aunque mi debilidad es este de Wygglytuff ¿Qué puedo decir? Amo el rosado como habrás notado.- Ilustrando su punto con un nuevo globo de chicle “Plof”

Por varios minutos lo ojearon, Creamy le enseñó toda clase de modelos en los cuales la gran mayoría, requería sostener una cola con un enorme dildo en el trasero. Lo que más le robaba la atención de Serena era como la holgada blusa de la chica, sumado a que estaba inclinada frente a ella, enseñaba sus tetitas casi por completo y a ella parecía no importarle, o incluso, parecía hacerlo a propósito.
Estaba teniendo dificultades tanto para oír lo que le decía como para controlar sus ojos, que se dirigían atraídos a esos pechos colgantes como un imán hacia un metal.

- ¿Pasa algo? ¿Ves algo que te guste?- Dijo de manera sugestiva mirándola a los ojos.- Porque yo si veo algo que me gusta mucho.- Cerrando el libro de súbito y abalanzándose contra Serena como una felina cazadora a una presa indefensa.

Un aluvión de sensaciones la hundió al sentir los labios de la desconocida contra los suyos, su cuerpo rozándola, el apasionado abrazo que la despeinaba y le hacía perder el sombrero y lo cabales. Sentía a su conciencia hundirse en un frenesí de pensamientos contradictorios que no podía ni tenía tiempo de analizar.

Su obsesión con Álex y su enorme pene, lo hermosa que era Shauna desnuda, dos personas succionando de sus pechos, esa desconocida sin ropa interior esa maraña de recuerdos y sensaciones entrelazados como lianas de Tangela la paralizó dejándola en cortocircuito por varios segundos, segundos que Creamy aprovechó para abrazarla, besarle el cuerpo y frotarse contra ella.

- Adoro tu perfume, mmmm, no puedo creer que por fin puedo tirarme a alguien en esta tienda…- Confesó jadeando, llevándola hacia la puerta para cambiar el letrero de abierto a cerrado.- Vamos Serena, sé que no entraste por casualidad, deseas esto.- Susurró contra la puerta, frotándose la ingle contra su cadera.

Ella sintió su boca invadida por un fuerte sabor a frutas y un aliento fresco, sus manos apresaban su cuerpo dejando surcos en su piel mientras su cerebro se debatía si aceptar esa nueva aventura lésbica o escapaba de sus garras. Por el momento, la pelirosa la tomó de las manos, se las paso por la espalda, y con las axilas pulcramente depiladas expuestas, refregó su rosto y nariz en ellas, lamiéndole esos sitios tan delicados y placenteros.

- Nunca estuve con alguien de Kalos, siempre arregladas, siempre a la moda y oliendo bien, mmm que delicia.

- Uuhhh, espera, espera, no es lo que quiero, no quise confundirte…- Susurró sin oponer resistencia, como si su sistema nervioso se estuviera reiniciando tras un apagón severo y solo su voz estuviera en funcionamiento.- Me siento alagada pero…

No pudo decir más nada porque tras lamer sus axilas una lengua se metió en su boca, ahora pasándole la fragancia de su desodorante. Sintió además el contacto frío y eléctrico de un piercing enorme recorriendo su boca, embriagándola de placer. Eran demasiadas sensaciones para una principiante como ella, y todas en pocos segundos, minutos, horas, días…

- Déjate llevar, no es casualidad que estés aquí, vamos, siempre quise tirarme a alguien en la tienda, eres un sueño.

Creamy se colocó tras ella y le apretujó los senos con firmeza haciéndola gemir, otra de sus manos fueron de su vientre chato hacia abajo, frotándole la vagina por sobre la ropa interior. Sus hábiles manos no tardaron en invadirla por completo y como si hubieran tocado un botón de reinicio, Serena reaccionó despegándose del abrazo lujurioso.

- ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! No quise llegar a esto, tengo, he, novio.- Mintió sintiendo un curioso y efímero placer al imaginarse como pareja de Álex, escabulléndose por la puerta.

- ¡Serena, espera!- Pidió Creamy extendiendo su mano.- Déjame darte algo al menos…

La de cabellos dorados se detuvo hecha un manojo de sensaciones mientras la atrevida dueña del local regresaba con un obsequio que le arrojó a las manos.

- Tómalo como una muestra gratis, si te arrepientes y quieres pasar bien no dudes en venir.

- Lo tendré en cuenta, lo prometo ¡Adiós Creamy!- Expresó sumamente complacida de poder salirse de esa incómoda situación en buenos términos. Huyendo al trote y sonrojada como un tomate (últimamente vivía así de roja). Tampoco podía negar que su autoestima era más grande que el Monte Moon y que estaba en el mejor momento de su historia.

“Le gusté a un hombre mayor y a una chica la volví loca en minutos, no puedo creerlo, y todo en cuestión de días” Pensó llegando a la salida, notando que la lluvia había parado y todos la observaban raro por algún motivo, y es que en el apuro por salir, tenía el escandaloso obsequio de Creamy en la mano.

- ¡Ahhh!- Chilló soltando el pequeño plug anal y recogiéndolo en al aire antes de que tocara el suelo. Era un torpedo pequeño y rosado con una gema magenta en el extremo. Roja, ahora como la piel ígnea de un Magcargo, dejó el centro comercial queriendo ser tragada por la tierra y escupida en la comodidad de su casa, a salvo de las miradas y las risas de esos pocos transeúntes que la vieron ir muy oronda con dicho dildo en la mano. En su excitación tampoco se había dado cuenta que una parte de Creamy seguía con ella.

- ¿En qué momento me paso su chicle?- Dijo estirando la goma de mascar sabor tutti fruti.- Bueno, da igual, aún tiene sabor. – Y masticándola con relajo, caminó hacia el edificio de departamentos donde vivía.

Una vez en el interior del mismo, sabiendo que Shauna trabajaba a esa hora, sin encender las luces, sin siquiera dejar la cartera y su sombrero (que recogió a la carrera en la huida del local) en el perchero, comenzó a tocarse, a gemir y tocarse como pocas veces contra la misma puerta. Se masturbó casi con violencia contra sí misma, dejándose caer contra la puerta y la pared contigua como si el mundo acelerara desacelerara con ella sobre él.

- Ahhh, ahhhh, mmm, ahhh, sí, sí, dame, dame, dame más, más, mmmm ahhh…- Gemía liberando una parte de su ser desconocida, exorcizándose del demonio de la lujuria que la poseía con el símbolo divino de sus dedos, frotando su pequeño clítoris a la vez que apretujaba uno de sus senos. En un rapto de morbo y excitación, se llevó el plug a la boca y succiono de él con frenesí mientras susurraba su nombre…- Álex, Álex, Álex, mmm sí, Álex y se corrió allí miso, cayendo sentada en el suelo contra la puerta como si una fuerza invisible la hubiera derribado.

Entre sus piernas, el jugo que brotaba de entre sus dedos aún apretando su vagina, formaba un pequeño charco en el suelo mientras su mente, agobiada de sentir tanto en tan poco tiempo, comenzaba a darse cuenta de algo muy grave.

- ¿Qué me está pasando? ¿Por qué soy así? – Preguntó con solemnidad observando sus dedos empapados de flujo.- Hice que esa chica se me tirara encima, fue mi culpa, yo me lo busqué ¿y para qué? Para huir, para jugar con ella… es obvio. Soy una histérica. No me anime a tener sexo con un hombre y tampoco hoy con una mujer ¿Qué es lo que quiero? ¿Por qué no concreto?

Tras casi veinte minutos de castigarse con remordimientos e inseguridades se incorporó con las piernas temblorosas, la ropa hecha un desastre y más mojada de lo que creía. Se desnudo con tranquilidad de camino al baño y dejó la ropa sucia en el fuentón de la ropa para lavar y abrió la canilla del agua caliente, con calma, con una sonrisa, esperando a que se formara vapor.

- Es a Álex a quien quiero, es a él y solo a él a quien quiero obsequiarle mi virginidad. Esto tiene que esperar.- Acto seguido, dejó el plug en el lavamanos y se metió bajo la lluvia vaporosa esperando que esta, quite las brumas de sus pensamientos y le aclarase los sentidos.

Era hora de concretar, de ir por un objetivo y cumplirlo. No más tumbos, no más dudas ni insinuaciones. Era hora de debutar y ya tenía un privilegiado.


Continuará


pokegirl


Gracias por leer! En el próximo capítulo Serena toma una decisión y vuelve a la carga por Álex, no obstante, antes tendrá un round de práctica con alguien de mucha confianza. Si veo que les gusta continuó con esta aventura!

Si les gustó muéstrenme su apoyo puntuando y comentando, contesto preguntas y escucho sugerencias. Tengo planeado que otras pokegirls aparezcan más adelante, conocidas e inventadas ;)



Capítulo anterior:

A Serena le gustan mayores. Parte 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/3601156/A-Serena-Le-Gustan-Mayores-Fanfic-de-Pokemon-resubido.html

2 comentarios - A Serena Le Gustan Mayores: Parte 2 (Fanfic de Pokemon)

TF850 +1
Uf! Creo que este estuvo incluso mejor que la anterior. Y creo que lo mismo pasará con la 3ra parte.
El_Cochinoco +1
Gracias! A pesar de que no tuvo nada de exito me gusta escrbirlo asi que sí, espero que sea mejor. Tengo varias ideas por contar.
TF850 +1
Y muchos personajes. Chicas del anime de Pokémon sobran.