Era un día más de cuarentena en el que el encierro, la rutina y el aburrimiento nos había puesto fastidiosos. Nos mirábamos y no sabíamos que hacer o que decirnos. Ya los juegos de mesa no entretenían y las series y pelis nos parecían todas iguales
Así que se me ocurrió salir a dar una vuelta en la camioneta para despejarnos un poco y romper la monotonía. Al principio ella se negó, pero le expliqué que sólo estaríamos en la camioneta, no nos bajaríamos en ningún lado ni interactuaríamos con alguien; bajo ese condiciones aceptó.
Salimos, dimos una vuelta por el centro y luego nos fuimos a la Costanera. Estacionamos frente al río y nos pusimos a hablar pavadas. Hasta que en un momento ella me besa, yo la abrazo y la traigo contra mi. Lo que comenzó como un simple beso se transformó en un mar de pasión.
Nos fuimos a la parte de atrás de la camioneta. Ella me desabrochaba el pantalón mientras yo le sacaba la blusa. Rápidamente empezó a pajearme y yo a comerle las tetas con devoción y Locura. Nos desnudamos y empezamos a hacer el 69, debo admitir que ella tiene una gran habilidad para chuparme la verga, mientras yo le mandaba lengua, dedos , chupones y todo lo que pudiera para hacerla gozar.
"Cogeme fuerte que estoy re caliente", me dijo y de inmediato la puse en 4, la agarré del pelo y empecé a cogerla como un loquito en celo. Ella gemía y eso me calentaba más. El Vaivén era frenético hasta que no aguantó más y tuvo un orgasmo fuerte e intenso.
Me acosté en el suelo, ella se puso encima mío, acomodó mi verga en su concha y empezó a pegarme una cogida de maravilla. Me estaba dando uno de los mejores polvos de mi vida hasta que no aguanté más y acabé fuertísimo. Fue un derroche de placer que me secó los huevos. Descansamos un ratito y luego volvimos a casa muy contentos.
Así que se me ocurrió salir a dar una vuelta en la camioneta para despejarnos un poco y romper la monotonía. Al principio ella se negó, pero le expliqué que sólo estaríamos en la camioneta, no nos bajaríamos en ningún lado ni interactuaríamos con alguien; bajo ese condiciones aceptó.
Salimos, dimos una vuelta por el centro y luego nos fuimos a la Costanera. Estacionamos frente al río y nos pusimos a hablar pavadas. Hasta que en un momento ella me besa, yo la abrazo y la traigo contra mi. Lo que comenzó como un simple beso se transformó en un mar de pasión.
Nos fuimos a la parte de atrás de la camioneta. Ella me desabrochaba el pantalón mientras yo le sacaba la blusa. Rápidamente empezó a pajearme y yo a comerle las tetas con devoción y Locura. Nos desnudamos y empezamos a hacer el 69, debo admitir que ella tiene una gran habilidad para chuparme la verga, mientras yo le mandaba lengua, dedos , chupones y todo lo que pudiera para hacerla gozar.
"Cogeme fuerte que estoy re caliente", me dijo y de inmediato la puse en 4, la agarré del pelo y empecé a cogerla como un loquito en celo. Ella gemía y eso me calentaba más. El Vaivén era frenético hasta que no aguantó más y tuvo un orgasmo fuerte e intenso.
Me acosté en el suelo, ella se puso encima mío, acomodó mi verga en su concha y empezó a pegarme una cogida de maravilla. Me estaba dando uno de los mejores polvos de mi vida hasta que no aguanté más y acabé fuertísimo. Fue un derroche de placer que me secó los huevos. Descansamos un ratito y luego volvimos a casa muy contentos.
1 comentario - Paseo emocionante