Mis primas de la capital N°3

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Parte N°2:http://www.poringa.net/posts/relatos/3467797/Mis-primas-de-la-capital-N-2.html


Sobre las diez de la mañana me desperté, Cris dormía sobre mi pecho, con su brazo me rodeaba y su pierna estaba sobre las mías, como pude me escurrí y me vestí. Al bajar pasé por las habitaciones de mis primas, las dos estaban durmiendo como angelitos, en silencio llegué al salón, estaba todo esparcido por la alfombra, recogí los vasos, cubiertos, las botellas y demás restos, los saqué a la basura.

Después me hice un café bien cargado y preparé un bocadillo de jamón y una cerveza.
Almorcé como si fuera el mejor manjar, la mañana era espléndida y por el ventanal entraba el sol a raudales, me acordé de mis tíos que estarían en la feria ultimando los pedidos, no tardarían en volver.
Al rato de estar perdido en mis pensamientos, bajó Maite, tenía una cara de sueño terrible, iba con el pijama de pantalón corto y un top fino, apenas me vio, fue hacia la nevera y se bebió un trago de leche directamente de la botella, su hermana bajó también en ese momento con la melena sobre la cara, llevaba un pijama de chico, el pantalón largo y la chaqueta abierta por fuera, dejaban asomar media teta y según la postura casi hasta el pezón, apenas nos saludó con un gesto y se acercó al fregadero lleno, yo le preparé un café cargado con unas tostadas y a Maite medio panecillo con crema de cacao con un zumo de naranja, cuando le puse a su lado el café y las tostadas a María la abracé por detrás y le pasé las manos entre el pijama cogiéndole las tetas, a la vez que le besaba en la nuca, ella lo agradeció echando la cabeza hacia atrás sobre mi hombro y apoyándose en la encimera sacando el culo hacia mí para notar el bulto de mi polla.
Mi prima Maite carraspeó y dijo…
--- Eh! Que yo también quiero que me des los buenos días.
Solté a María con mucho pesar y dirigiéndome a Maite me arrodille frente a ella y abriéndole las piernas apreté mi boca contra la bragueta de su pantaloncito, se apreciaban sus labios carnosos y el calor que emanaban, ella con una mano me alboroto el pelo en señal de agradecimiento.
Al momento se oyó bajar por la escalera a Cris, acababa de ducharse y todavía tenía el cabello húmedo, vestía una camiseta con un chaleco sin mangas y un pantalón, cuando llegó a nosotros nos abrazó, llevaba un neceser con sus cosas y se disponía a marcharse.
--- Bueno chicos, ha sido una noche fantástica, sintiéndolo mucho os tengo que dejar, hoy he quedado con mis padres para comer, pero tenemos que repetirlo, lo haremos en mi piso, ah! Y os daré una sorpresa.
María le dio un beso, Maite también la despidió y cuando llegó a mí me abrazó y me dio un beso en la boca, yo deslicé la mano por bajo de la camiseta y le cogí un pezón, no llevaba sujetador por lo que le dio un estremecimiento, me dijo al oído…
--- Bajo el pantalón tampoco llevo nada,
Se me apretó contra mí y note en mi paquete el monte de Venus hinchado.
En la puerta esperaba un taxi que pronto desapareció por la calle, cuando cerramos la puerta nos abrazamos los tres, habíamos conseguido de verdad metérsela por el culo, ahora lo podría decir con propiedad.
De pronto se me ocurrió una idea…
--- Que os parece si estrenamos la piscina? Igual está fría pero hoy hace un día espléndido.
La idea fue bien acogida, a ninguno nos dio tiempo para buscar los bañadores, según llegábamos a la piscina ya nos habíamos quitado la ropa y nos lanzábamos de cabeza.
La verdad estaba fría aún, pero nos pusimos a jugar y pronto dejamos de notarlo, a las chicas los pezones se les pusieron duros, pero a mí la polla casi no se veía, tuve que sentarme en la orilla para que Maite se metiera entre mis muslos y me la chupara hasta ponérmela dura…
--- Así me gusta más, no me gusta vértela caída.
Cuando nos cansamos de jugar salimos y nos tumbamos al sol sobre la hierba, se agradecía el calorcito que sentíamos, María se puso a mi lado apoyando su cabeza en mi pecho, Maite apoyaba la suya sobre mi vientre y yo tenía una mano en cada una de sus tetas, así estuvimos un rato hasta que Maite de un salto dijo…
--- Venga vamos a comer, yo estoy hambrienta.
Salió corriendo hacia la casa, no se molestó ni en coger la ropa, nosotros nos reunimos con ella, la encontramos llamando a un chino y encargando el pedido.
Al poco rato el ruido de una moto en la puerta nos avisó que la comida había llegado.
Me puse una toalla liada y me asomé a la puerta y recogí el pedido, le pagué y se fue tan rápido como había venido.
Las chicas ya habían preparado la mesa y nos sentamos a comer, las tetas de las dos chicas asomaban por encima de la mesa y yo les pellizcaba suavemente los pezones, ellas por su parte con los pies me levantaban la polla después de separarme las piernas.
Cuando terminamos recogimos todo y nos fuimos corriendo a pillar sitio en el sofá frente a la tele, llegué el primero y me senté en el centro, Maite a mi derecha se recostó sobre mi regazo y María se pegó a mi apoyando la cabeza en mi hombro, estuvimos un rato mirando la televisión, pero era bastante aburrida y después de cambiar varias cadenas, la apagamos.
Maite poniendo las manos sobre la cabeza me cogió disimuladamente la polla, María haciendo como si se fuera a dormir se acurrucó sobre mí mordiéndome en el cuello, yo como tenía la entrepierna de Maite a mi alcance le acaricié el pubis, tenía las piernas cruzadas y no me cabía la mano, con la mano izquierda tenía la teta de María cogida estirándole el pezón suavemente, Maite cuando sintió el calor de mi mano entre sus piernas las fue abriendo lentamente, primero me cabía un dedo, luego dos, después ya podía abrirle los labios y cuando pude llegar al clítoris sus piernas se abrieron como la cola de un pavo real, dejando a mi alcance todo el coño abierto, dos de mis dedos desaparecieron entre sus labios y humedeciéndolos en su vagina se hundieron hasta los nudillos, ella suspiró al notarlos, María por su parte, había apartado una de las manos de su hermana de mi polla y la cogió por el trozo que sobraba, entre las dos se pusieron de acuerdo y la empezaron a mover al unísono, Maite empezó a acelerar cuando notaba como se acercaba su orgasmo, su hermana al notarlo, soltó mi polla dejándosela para ella sola, cuando le estalló la corrida, se pegó mi polla a su cara y estuvo quieta hasta que poco a poco se fue relajando, quedó extasiada y rendida, se tumbó en el sillón con la cabeza y las piernas en los brazos del mueble, María entonces se sentó sobre mis piernas de frente a mí, sus piernas plegadas a mis lados y sus brazos rodeándome por el cuello, poco a poco se acercaba más a mí, primero noté su aliento tibio en mi cuello, después sus labios buscando los míos luego sus tetas pegándose a mí, al final su coño buscando a mi polla dura entre sus piernas, estuvo recorriendo desde su ano hasta el clítoris por todos sus labios lubricando mi glande, en la última pasada sus labios menores estaban lo suficientemente abiertos para que mi polla se colara suavemente, fueron dos empujones lo que hizo falta, el primero solo el glande para asegurarme de estar dentro, el segundo hasta el fondo, ya estaba en casa. 
Las piernas de María se encargaron del resto, se levantaba y dejaba caer a su gusto, igual se metía solo la punta y acariciaba sus punto G como se la clavaba hasta tocar el útero, o dejaba que entrara recta y suave o forzada de lado para sentir el roce de sus pliegues vaginales, su boca no se despegaba de la mía, su lengua exploraba mi boca enredada en mi lengua y sus tetas se frotaban con las mías aplastándose contra mí.
 Yo dudaba de aguantar lo suficiente el castigo que me estaba dando, era el tercer grado seguro, mi polla estaba a punto de estallar aunque procuraba no concentrarme en ella, pero ante la dedicación que ponía mis huevos llegaron al límite de resistencia, se lo avisé, ella aceleró saltando sobre mí y cuando calló pegada a mis huevos estalló en un orgasmo ruidoso que despertó a su hermana, justo cuando yo también gruñía de gusto al llenar el coño de María con leche hirviendo.
No se levantó hasta un rato después, se quedó pegada a mí, abrazándome, ya mi polla se había salido y el semen con ella, mis huevos estaban encharcados con mis ingles, al mirar el sofá había recibido su ración, lo limpiamos y manchamos algo más con bebidas para disimularlo.
Nos quedamos apoyados juntos hasta que el teléfono nos despertó, sus padres estaban en el aeropuerto, y no tardarían en venir, nos levantamos, recogimos las ropas del jardín y nos arreglamos para recibirlos.
Cuando llegaron, mis tíos nos abrazaron a los tres y nos enseñaron unos regalos que nos habían traído de la ciudad, me di cuenta de que mi tía al entrar hizo como que olía el aire, seguro que notaba el olor a sexo, no dijo nada.
A la mañana siguiente me desperté un poco tarde, había decidido no ir a clase ese día, iría a informarme en la universidad de la carrera que me interesaba hacer.
Recogí mi habitación y la dejé arreglada, abrí la puertas de la ventana para airearla y bajé al comedor, allí encontré a mi tía, tampoco había ido a la tienda, pero iría por la tarde, me preparé un almuerzo rápido, mientras me lo comía, mi tía me preguntó si lo habíamos pasado bien, yo le contesté que bastante bien, ella sonrió para dentro y ya no me dijo más.  
Al salir a la calle vi llegar a la vecina Emi, venía de correr por la mañana, le gustaba el deporte mucho, pero yo me fijé que el chándal que llevaba, le sentaba como un guante, ceñido y marcando sus curvas, era de color rosa pálido, la blusa le venía ajustada y marcaba sus pezones morenos que el sujetador deportivo no podía disimular, el pantalón no era para menos, la marcaban los labios del pubis, y las nalgas saltaban completamente sueltas.
Cuando me vio se dirigió a mí y me saludó dándome un beso en la mejilla, me preguntó cómo no estaba en clase y mientras se lo quería explicar me cogió del brazo y me dirigió hacia su casa, me dejé llevar claro, me invitó a almorzar, pero no acepté pues ya lo había hecho, pero insistió para que tomara café y le contara lo de la universidad.
No tuve más excusas para marcharme, me puse a hacer café mientras ella se daba una ducha rápida.
Apenas estaba sirviendo el café en dos tazas cuando Emi salió de la ducha y vino hacia el sofá con el pelo mojado, con una blusa y un pantalón muy fresco, se sentó junto a mí y le conté todo lo que me había dicho mi tío.
Emi me cogió la mano y se puso seria, me dijo que me iba a contar una cosa que debía guardar en secreto.
--- Juan, tus tíos te quieren mucho, sobre todo tu tío te adora, eres para él el hijo que siempre quiso y no llegó a tener, te diré una cosa que me contó Ana tu tía, es un secreto, cuando se casaron, tu tío quería tener varios hijos, pero sobre todo un niño, estuvieron mucho tiempo intentándolo, hasta que se hicieron unas revisiones y descubrieron que tu tío tiene los espermatozoides infértiles, estuvieron buscando métodos para poder tener familia, pero entonces la medicina no estaba tan adelantada como ahora, la única salida era la adopción, no sé si sabrás que tu tío tenía un hermano gemelo, con la ilusión de tener hijos, tu tío tuvo una idea, pensó que quizá su mujer primero y su hermano después de avendrían a concebir un hijo que pasaría como de tu tío, imagínate lo que se querría el matrimonio, que aceptaron, en efecto cuando tu tía estaba en sus días fértiles su cuñado se hospedaba en su casa una semana, estuvieron follando sin parar durante esa semana, pero no hubo suerte, hicieron falta dos semanas más o sea dos meses más para que el fin se quedara preñada, así nació María, pero tu tío quería un chico, así que al poco tiempo su hermano estuvo quedándose varias semanas follando sin descanso hasta dejar embarazada a Ana, pero también salió chica, Maite, tu tío no perdía la esperanza, como agradecimiento le regalaron un coche deportivo al semental, según me dijo era muy guapo y tenía una polla enorme, tu tía agradeció bien el acuerdo, el chico a la vez que guapo y bien dotado era un bala perdida y a los pocos meses se mató en un accidente con el deportivo, por lo que ya no pudieron repetir el intento.
Te cuento todo esto, primero para que sepas quien es tu tío y lo que está dispuesto a hacer por ti y luego para que conozcas un poco más a tú familia, por supuesto confío en tu discreción, no deben saberlo nunca y menos las chicas, tu tía también te quiere mucho, pero has de saber una cosa, le gustan las pollas bastante, y más las jóvenes, y sus hijas han salido a ella, verdad? Tu tía sabe positivamente que te las estás follando a las dos, pero no quiere meterse en eso, ya son mayores y pueden hacer lo que quieran, pero sé prudente.
Yo no me sentía el culo pegado al sofá cuando terminó de hablar, así que maquinalmente me fui levantando para irme, Emi se levantó conmigo y al despedirnos la besé en la mejilla todavía entumecida, fue un beso suave apenas rozándola, pero ella giró la cara y mis labios fueron a chocar con la comisura de su boca, fue un instante, pero ella me cogió la cara y me acercó sus labio a los míos esperando a que yo me decidiera, no pude resistir más, nos encontramos a medio camino, sus labios eran ardientes como nunca había probado, la lengua me salió de la boca al notar la suya abriendo mis labios, su cuerpo se pegó al mío, sentía como la camisola que levaba se esfumaba entre nosotros, sus pechos quemaban y sus pubis se apretó entre mis piernas, el sofá estaba demasiado cerca por lo que la fui empujando hacia él pero cuando ya estaba a punto de caer de espaldas, me paró y me dijo…
--- Espera Juan, en la cama estaremos más cómodos.
Era lo que me faltaba oír, allí mismo me desnudé y cuando me quité el bóxer la polla me saltó en 45º, cogí a Emi en brazos y la llevé en la dirección que me daba, al llegar junto a la cama la dejé suavemente, fui a cerrar la puerta que daba a la terraza en que la había visto desnuda, antes de cerrar miré hacia mi habitación en el justo momento en que se cerraba la ventana rápidamente.
Cuando volví junto a Emi ya se había quitado el pantalón y la camisola, estaba como una diosa, desnuda, recostada mirándome sobre la cama gigante, mis ojos no acertaban a fijarme en nada en concreto, solo veían una maravilla de la naturaleza, hecha tetas, muslos, rostro, culo y por supuesto un coño que se perdía entre sus piernas, en el pubis aunque depilado, se notaba el moreno natural de su piel y su vello.
Subí a la cama de un salto parecía que tenía tres piernas, una pegada al vientre casi, caí sobre ella y mi boca encontró la suya esperándome, nos intercambiábamos la saliva, sus manos bajaron por mi pecho y nada más pasar el ombligo se encontraron a mi glande hinchado y duro, estaba áspero aún, pero ya salía un poco de liquido pre seminal, mis manos no se podían separar de sus tetas, estaba embelesado con su dureza, a la vez que su suavidad, nada comparable con las de las chicas, Emi era una hembra en la mejor edad para follar, que tenía un cuerpo ardiente y explosivo, no me extrañaba que su marido fuera tan celoso, pero yo estaba allí sobre ella dispuesto a follarla y a que me follara ella a mí, me cogió de la polla por el tronco, me fue estirando hacia arriba obligándome a seguir su dirección hasta que me puso en pie en la cama, mi polla a la altura de su boca, tras un tierno lamido en el frenillo, sus labios rodearon el glande, estuvieron unos segundos quietos, lo justo mientras su lengua dentro de su boca me lamía mi boquita y chupaba mis lagrimas calientes, luego aspiró de golpe y toda mi polla entro en su boca hasta más de la mitad, me abrazó por el culo y me apretó para que le entrara más al fondo, sentí como hacía tope en su garganta, mis huevos pegaban en su barbilla, yo solo podía acariciar su cabeza metiendo mis dedos entre sus rizos.
Mi preocupación era de no correrme tan pronto y en la boca, pero no contaba con la experiencia y sabiduría de Emi, cuando noto en su paladar los latidos en mi glande, se sacó lentamente la polla dejándome sobre las sabanas, la polla daba saltos al ritmo del corazón, estaba yo de lado cuando busque sus tetas para lamerlas, las apreté con las manos y juntándolas le mordí alternativamente los dos pezones, hasta verlos salidos del todo, luego me deslicé por su vientre, su estómago ardía y se agitaba con espasmos, cuando mi cabeza estaba llegando al monte de Venus sus piernas se abrieron en abanico, besé sus muslos y cuando mordía sus ingles sus caderas se levantaron para ofrecerme su coño abierto, solo necesité dejar caer la cabeza para que mis labios se pegaran a su clítoris brillante, pero al levantar su pequeño prepucio salió más del doble, estaba brillante, húmedo y rojo, de su vagina emanan unos aromas que me llamaban y cuando mi lengua separó sus labios entró todo lo que pudo, Emi cerró de golpe las piernas, perece que era su punto más erógeno, empezó a temblar y se abrazo a mis piernas, me tenía la cabeza atrapada entre las suyas, tuve que esperar que el orgasmo le dejara moverse, cuando ya fue relajándose lentamente pude seguir lamiéndole los labios hacia el ano rugoso.
Ella me cogió de los tobillos, me separó las piernas como los bailarines, creí que me iba a partir, pero cuando estaba al máximo pasó la lengua desde el glande por el tronco hasta los huevos, creí que era el fin, craso error, su lengua siguió por el perineo, mi polla saltaba dando latigazos, pero cuando la punta de la lengua rozó mi ano mi polla dio un golpe en mi vientre, nunca me había pasado, pero nunca había tenido tanta excitación, la elección que tuvo no la esperaba, volvió por sus pasos hasta la cabeza de mi polla y se la tragó hasta la mitad, después de mojarse el dedo con saliva apoyo la yema en mi culo y apretó suavemente hasta que la primera falange entró, antes de llegar a la segunda falange mis chorros de leche inundaron su boca hasta hacerla toser, el semen le salía hasta por la nariz, me derramé por completo, me quedé paralizado hasta que me repuse boca arriba.
Emi respetó mi “tiempo muerto” pero cuando ya di signos de vida se subió sobre mí, su coño sobre mi polla lacia, fue suavemente paseándolo, con los labios abiertos rodeándolo, su clítoris rozaba mi frenillo cuando subía y mis huevos cuando bajaba, fui el primer sorprendido de que aún estaba vivo, pues mi polla reaccionó antes que yo, fue poniéndose dura, las venas hinchándose y el glande adquiriendo el color rosado primero, rojo después y morado cuando estaba como un palo, en el último paseo su coño llegó hasta casi mi pecho y cuando volvió se encontró a mi polla esperándola levantada, lo justo para encontrar su vagina húmeda lista para ser penetrada, después de un largo suspiro se tragó mi grueso tronco hasta verlo desaparecer, al erguirse, solo se veían nuestros pubis pegados, pero ni rastro de mi polla.
Primero fue como si paseara en un corcel, moviendo las caderas hacia todos lados, haciendo círculos y frotando su clítoris contra mi vello rizado, luego al trote, metiéndose la polla más o menos según le apetecía, rozándose todo sus pliegues vaginales en el borde de mi glande y luego al galope, saltaba sobre mi polla sin ningún orden, igual se la clavaba como se le salía casi, decía palabras inconexas, solo le entendían unos síes largos, junto unos gemidos que parecían lamentos, yo levantaba las caderas para que le entrara más la polla y entonces ella abría más las piernas para que se juntaran más los cuerpos, hasta que sus manos se crisparon, sus ojos se cerraban mientras que su boca se abría exageradamente buscando aire, un estremecimiento la fulminó, me llegué a asustar, nunca había visto un orgasmo tan intenso como aquel, las uñas se le clavaron en la sabana y cayó sobre mi, exhausta.
Si respiración agitada y los latidos como tambores sobre mí me confirmaban que estaba viva, esperé pacientemente, solo acariciándole la espalda desde la nuca hasta la cintura, cuando empezó a moverse su sonrisa me pareció celestial, me besó y me abrazó.
Cuando salí a la calle, miré hacia la ventana de mi habitación estaba entornada, la acera me parecía más estrecha, me era difícil seguir la línea recta, ya en el bus me puse a pensar, en lo que me había contado Emi, en mi tío y en mi tía, solo entonces caí en el detalle de la ventana de mi habitación.

Continuará.

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