Noche de sexo con mujer ocasional en Mardel

Esto de coger con Elsa, la amiga de Estela, me hizo acordar a otramuy buena de Mar del Plata de 2017. Una noche perfecta salí a tomar algo a unbar, escuchar música fuerte y ver alguna mujer que quisiera compartir la nocheconmigo.
 
Muy bien vestido y perfumadísimo, camisa, pantalón de cuero yzapatos, fui a un bar de la peatonal cerca de mi depto. Entré, me senté y metomé una gaseosa, y miré alrededor qué panorama había. Siempre hay en estoslugares alguna chica suelta con ganas de mucho más que salir. Y vi una lindarubia de pelo corto y con melena, muy elegante de blusa, pollera, tacos y consu cartera, sola tomando un café. Me la jugué, fui, me le senté y me le puse acharlar. La mujer, de unos 40 y algo, muy linda y fina, estaba muy maquillada yde exquisito perfume. Y tras saludarme me charló muy amable, me invitó un cafémás para mí y nos quedamos hablando normal, aunque yo traté de engancharla paraalguna cosita. Me gustó y hasta excitó con su pintura y perfume, de esas rubiascuarentonas, me puse a fantasear con si usaría ropa de cuero y demás. AL finalme decidí y la invité a dar una vuelta. Ella aceptó, pagó todo, agarró sulindísima cartera negra de cuero, se la colgó y tomándome del brazo, me llevópor la peatonal. El aroma a pintura y perfume, su belleza, el vuelo de supollera estampada, el ruido de sus tacos, su cartera de cuero con que me rozabami cuerpo, me sacaba y sacaba. Encima, ella miraba vidrieras y comentaba deropa fina, e incluso, por fin, de un local de cueros que le encantó. “, Québelleza, qué bonito, mañana voy a preguntar para comprarme algo acá”, me dijocuando le pregunté por su interés en la ropa de cuero.
 
Y entonces, excitado, tomé la decisión, cuando me excito nada medetiene. Pero no de forma violenta como la de la playa u otras que he hecho.Como la veía tan gaucha, amable, fina y fácil, le propuse caminar por otra zonamás tranquila, y cuando llegamos intenté darle un beso en la boca. Ella alprincipio, aunque era soltera, se extrañó y no quiso, pero la convencí y nosdimos un pico largo. Y al sentir su pintura de labios me saqué más y de una, lepropuse pasar juntos la noche, así sutil, la mejor forma de pedirle sexo. Yella, parece que gustosa, aceptó nomás. Cuando me dijo sí casi me hago encima,parece que necesitaba un hombre encima suyo, por algo estaba solita.Excitadísimo, arreglé con ella y fuimos a un hotel que ella conociía de andarcon chongos por ahí. Después supe que era marplatense, así que iba a tener unalinda vacación en la Feliz. Yla iba a hacer feliz.
 
Y nomás entramos al hotel, fuimos a la pieza, mimos, besos,toqueteos, jueguitos, besos en la boca y yo fui aumentando de temperatura yexcitación. Y ella, potra, delgada, preciosa, me hizo de todo para sacarme contutti. Jadeamos, nos dijimos piropos, nos manoseamos, la apretujé y topé toda,la chuponeé, ella me acarició y mimó, me toqueteó y nos fuimos sacando la ropa.Le conté de mi pantalón de cuero, ella me lo alabó, me contó que le gusta elcuero y que al día siguiente se iba a comprar. Le pedí quitarle la pollera,ella se dejó y también le quité la blusita, y cuando la vi en ropita interiorno lo pude creer. Corpiño y bombacha finísima, tremenda. tanto que ella seexcitoneó y me pidió que la desnude, yo lo mismo, nos sacamos todo, me quitó elcalzón y se me fue el superpene para adelante, y al verlo, ella me lo apretó yme lo chupó dulce, mientras yo le desprendía el corpiño a su pedido. Excitada,loca, agitada, la mujer marplatense se sacó su finísima bombacha blanca y larevoleó, y se puso en cuatro pidiéndome excitadísima “mi amor  penetrame, dame con todo, aaah”, repetíajadeando.
 
Ni lo pensé, me zambullí encima, la penetré, le di durísimo yeyaculé tremendo semen en su vagina, mientras ella gritaba, gemía y pegaba unosalaridos y risas de placer. terminamos, pero no acabamos, porque yo quise más.Y para mi sorpresa, ella también. Entonces, eyaculé en su agujero de la cola,ambas vías, elementos, eyaculé semen en su boca, ella tragó y chupó con gusto, medio su flujo, chupé su vagina, le metí dedos y manos en todos sus orificios, laputeé, la retorcí con furia y excitación y le di, di, di y di con todas misfuerzas hasta cansarme. La mujer quedó chocha de mi pene, mi cantidad de semeny mi potencia, yo le agradecí la gauchada, lo fácil y la noche que me hizopasar. Y tanto fue el placer, que me dio su teléfono y su dirección ahí enMardel para otra noche. Eso es un verano en La Feliz, con una mujer que te hace re feliz.
 
 

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