Un trío un tanto peculiar.

Había pasado un tiempo desde la última vez que estuve a disposición de Paula. Extrañaba mucho sentirme humillado por ella y que se aprovechara de mi, haciendo lo que se le cantara y exigiendo regalos y ayuda económica. Aunque a simple vista parece algo tan estúpido, y probablemente lo es, me generaba un morbo que no sentía con otra persona, haga lo que haga. Incluso, hace unas semanas atrás, comencé a hablar de temas sensibles de índole sexual con un compañero de trabajo, al cual terminé chupándole la verga en el baño del trabajo un par de veces. Buscaba siempre una situación de sumisión, sea con la persona que sea. Con este hombre, de unos 45 años, casado, arreglamos de encontrarnos en un lugar mas tranquilo para poder cojer. Yo le había comentado que me gustaba la humillación así que me dijo que iba a llevar ropa de su mujer para vestirme con ella en el encuentro. Debo admitir que la pasamos muy bien, me hizo chuparle el culo un buen rato, me pegaba cachetadas en la cara y en las nalgas, me escupía de a ratos en la cara y me insultaba constantemente. Terminó ordenándome que le la chupe la verga hasta acabar y que me tomara toda la leche, que no deje nada. Si bien, algo así me gustaba y la pasaba muy bien, sentía que algo me faltaba. 
Paula me humillaba de una manera muy particular y no tenía problemas en hacerme sufrir, cosa que mi compañero de trabajo se cuidaba mucho en no propasarse, por mas que se lo pidiera. Ella solía golpearme con mucha fuerza con lo que tuviera en la mano, por lo general me pegaba con un cinto o regla, llegaba a sangrar de la cantidad de veces que pegaba en una misma zona. Me obligaba a permanecer en cuatro patas por horas para que ella pudiera apoyar sus pies en mi espalda mientras miraba series en la televisión. Me ordenaba ir al baño y ponerme en la bañera para que ella pudiera orinarse encima mío, para que después me quedara así por unas cuantas horas más. Me prohibía masturbarme por determinada cantidad de días y obviamente me exigía una cuota de dinero mensual diciéndome que la usaba para divertirse con su novio. 
Aún así amaba cuando me llamaba. Por mi parte yo no tenía permitido comunicarme con ella. Así que no tenía otra opción que esperar el mensaje. Mientras tanto buscaba divertirme un poco con mi compañero. 
Un buen día, recibí el tan esperado mensaje. Aunque me pareció rara la forma en la que estaba escrito, me puse contento de todas maneras. El mensaje decía: "Hola pedazo de mierda, este fin de semana vas a venir a mi casa, te vas a quedar hasta el domingo. Vení con el doble de dinero que me solés dar porque te tengo preparada una sorpresa, obviamente que es más costoso, pero no te vas a arrepentir". 
Ese mensaje que leí me hizo calentar muchísimo, no podía creer que tuviera que esperar tanto para el finde, recién era lunes. Los días pasaron y por fin llegó el viernes a la noche. Tenía preparado el dinero en un sobre, le había comprado de regalo un conjunto de ropa interior y emprendí el camino a su casa. Al llegar, toqué el timbre, al rato se escucha que alguien viene y al abrirse la puerta me llevé una sorpresa tremenda, me atendió un hombre, era un morocho alto, con un buen físico, de apariencia atractiva. Sin saber que decir le digo, -hola, ¿está Paula?. El me contesta: "Si estúpido, yo soy su novio, ahora para vos un nuevo amo, al que lo vas a tener que servir como buen putito y pajero que sos". Sin decir palabra, entré a la casa. Sin ninguna clase de presentación o saludo, este morocho me dijo que me arrodille y que besara sus zapatos. Inmediatamente cumplí con la orden. Al momento de arrodillarme, sentí un escupitajo en la cara y un cachetazo. El morocho me dijo: Así que te gusta mi novia estúpido. No respondí y me agaché para hacer lo que me había pedido. Comencé a lamer los zapatos. El morocho, levantando el pie y dijo: lamé la parte de abajo. Accedí a la orden y empecé a pasar la lengua por la zuela. Se notaba el nivel de dominación que este hombre tenía. Me gustaba mucho la situación. No me animaba a decir nada, seguí sumisamente haciendo lo que me había pedido. En un momento me dijo que parara y me enderezara un poco para poder abrirle la bragueta. Al hacerlo me dijo que le sacara la verga y abriera la boca que tenía ganas de mear. Pero antes de hacerlo me dijo que tenía que ir tomando el pis a medida que meara. Bajé el cierre de la bragueta, le bajé el boxer y saqué la verga para que pudiera orinar. Al sacarla me sorprendí del tamaño, era larga y gruesa aunque no estuviera erecta. Salieron mis instintos homosexuales y casi que no puedo contenerme de meterla en mi boca, pero no lo hice porque no había recibido ninguna orden al respecto. Abrí la boca y al poco rato comenzó a salir orina de esa verga enorme e iba dirigida directamente a mi boca. Comencé a hacer un esfuerzo por tragar lo mas que podía. Una parte se derramó y cayó sobre la ropa y otra sobre el piso. Hace todo lo posible por tragar lo más que podía. Cuando terminó de orinar, me dijo que limpiara el piso con la lengua, que no quedara una sola gota de pis en el suelo, porque en un rato venía Paula. Automáticamente una calentura extrema recorrió mi cuerpo al escuchar ese nombre. Pasó un rato hasta que por fin apareció mi hermosa ama. Estaba vestida de lo mas sensual, llevaba puesto un short muy corto y ajustado, que su final llegaba apenas a tapar las nalgas y una remera ajustada que le remarcaba las tetas. Se me acercó y le pidió al novio si no me daba unos azotes en la espalda por ella. Automáticamente el morocho se sacó el cinto y me dió un par de cintazos sobre mi espalda. Realmente los sentí y causaron un dolor bastante intenso. quedé tirado en el piso sin moverme. Ella comenzó a hurgar en las cosas que había llevado, se fijó la cantidad de dinero que tenía y el regalo. -Muy bien putito de mierda, este finde nos vas a servir a mi novio y a mi. Nos vamos a divertir con vos jugando sucio y hacíendote sufrir. Sacate la ropa y ponete los grilletes en los pies y las esposas en las muñecas-. Hizo visible una caja donde estaban esos dos artefactos. Sin mediar palabra alguna, los tomé y me los puse. Yo seguía arrodillado. Paula se acercó un poco más a mi y acercó su cola cerca de mi cara. La visión que tenía y el aroma que olfateaba era lo más hermoso que podía llegar a percibir. Me dice: como se que te gusta, durante el fin de semana te voy a dar posibilidad de poder tocarme, obviamente si cumplís lo que te pidamos. Yo asentí con la cabeza, dando a entender que lo entendía y lo aceptaba. Me ordenó que la siguiera, siempre en cuatro patas como un perro. LLegamos al baño y vi al lado del inodoro una manta. Me dijo que ahí iba a dormir estas dos noches y que si quería agua o comida iba a tener que soportar 5 latigazos con una vara que me mostró. Me dijo que venían unos amigos a la casa para hacer una fiesta y me ordenó que cada vez que algún hombre ingresara al baño le tenía que ofrecer si no se la quería mamar. Me acosté en la manta y quedé callado, ella apagó la luz del baño y cerró la puerta. Al rato se escuchó música, se ve que la fiesta para ellos había comenzado. Se escuchaba la voz de varios hombres y algunas mujeres. Al rato se prendió la luz y entró uno de los amigos de la casa. Se sorprendió un poco al verme y dijo para si, así que era verdad. Comienzó a reir y, cumpliendo con la orden de mi ama, me ofrecí a hacerle una mamada. Me dijo que podía hacerla mientras el estuviera cagando, se bajó los pantalones, se sentó en el inodoro y me dijo que la chupara. Yo me acerqué a él, tomé su verga y me la metí en la boca. Mientras se la chupaba se sentían los ruidos propios de una defecada. El olor comenzó a ser desagradable. A causa de esto me dieron arcadas y ganas de vomitar, pero seguí con mi función. Al rato comencé a sentir como su pene a hacía presión hacia afuera y a escuchar como gemía. Comenzó a acabar en mi boca, me tomó fuerte de la cabeza y la empujó para meter mas adentro la verga. Casi me muero por no poder respirar pero soporté para no quedar mal con el amigo de mi ama, qué diría ella si se enteraba que no le hacía caso. Una vez que acabó, se limpió el culo, tiró la cadena y se fue. No pasó mucho tiempo hasta que aparecieron 2 muchachos mas, directamente sacaron sus vergas y me dijeron que se las chupase a los dos. Comencé por uno, estaba flácida al principio y comenzó a agrandarse a medida que la chupaba. Pasé a chuparle al otro muchacho y pasó exactamente lo mismo. Se las chupé un rato a cada uno e intercalé. Les chupé los huevos mientras los pajeaba. La estaban pasando muy bien. Entró el novio de Paula, sacó su verga y comenzó a orinar sobre mi cara mientras yo se las chupaba a sus amigos, me dijo que siga chupando y los amigos se reían. Terminó de orinar y antes de irse me dijo que cuando termine con sus amigos que comenzara a limpiar el piso con la lengua y lo dejara bien limpio, porque si no lo hacía rápido iba a recibir una tremenda paliza. Estos muchachos se ve que se habían calentado bastante y estaban un tanto ebrios, uno de ellos me acomodó como para cojerme por el culo mientras seguía chupándosela al otro. Sin mucho cuidado se puso un poco de saliva en la mano, me la pasó por el ano y comenzó a presionar con su pija para que entrara. Al ser medio brusco comencé a sentir un dolor intenso, la pija iba entrando y se me ablandaron las piernas. Me sujetó de la cintura e hizo mas fuerza para que termine de entrar. Solté un grito de dolor y el otro me tapó la boca con su verga al metermela bien adentro. Sentía su cabeza en la garganta. Debo admitir que se me cayeron unas lágrimas. Pude soportarlo porque mi culo tenía experiencia, mi compañero de trabajo la tenía bastante gruesa y habíamos cogido en varias ocasiones, sumando que cada tanto me ponía consoladores en el culo para jugar. El penetrador comenzó a moverse violentamente, se notaba que solamente me había penetrado para acabar. Me cogió duro hasta que en un momento empezó a gemir diferente y más fuerte, sintiéndose paralelamente un calor en mi interior. Se sentió la lechita caliente dentro de mi culo. La sacó de mi orto y la acercó a mi boca diciendome que la limpiara con mi lengua. El otro me acomodó de su lado y buscó mi orto para penetrarlo. Se ve que tenía las mismas intenciones. Entró fácil debido a la cantidad de leche que tenía y la dilatación que había generado la cogida anterior. Mientras le limpiaba la pija al otro, este me penetró y comenzó a bombear fuertemente hasta acabar y sentir nuevamente un calor en mi interior. Obviamente que este quería lo mismo que el otro. Que le limpiara la verga. El sabor era una mezcla de semen y materia fecal, por momentos estuve a punto de vomitar, pero lo soporté. Cuando terminé de limpiarle las pijas con mi boca, se fueron y apagaron la luz antes de cerrar la puerta del baño. Quedé a oscuras. Tenía sed, había transpirado, pero estaba en una disyuntiva, si pedía agua, el novio de Paula me había advertido que me azotaría con la vara. Hablando del novio de Paula, al rato entró al baño. Había olvidado por completo lo que me había ordenado, limpiar el piso con pis. Observó el piso y al notar que estaba sucio me agarró de los pelos me tiró contra la bañera y al quedar con el culo expuesto y estando agachado, se sacó el cinto y comenzó a azotarme muy fuerte. Mucho mas fuerte que Paula en encuentros anteriores. Cada azote era muy doloroso, solté nuevamente lágrimas de dolor. No aguanté más y supliqué que parara. El paró de golpearme y escuché que entraba alguien. Era Paula, se sentó al lado mío y me dijo que eligiera entre que su novio lo dejara de azotar, pero iba a quedar en el baño encerrado hasta el domingo hasta que me tenía que ir o que me dejara azotar unas 15 veces mas y atendiera a los invitados pero con la recompensa de que podía chuparle el culo a ella por unos minutos estando los dos a solas en su habitación. La segunda opción por la recompensa se me hizo imposible de no aceptar aunque estaba sufriendo bastante. Paula me acercó su hermosa cola y pude sentir su olor.....Continuará....

1 comentario - Un trío un tanto peculiar.

mdqpablo +1
un trio nteresantisimo . muy buen relato