Don Aristobulo y nuestras vacaciones

Este es mi primer relato, lo comparto con Uds, Espero que les resulte tan excitante como nos resulta a mi y a mi pareja!

Don Aristóbulo

Con Romi, mi mujer, pasamos esas vacaciones en un hotel estancia. Éramos varias parejas que estábamos en el lugar, muy agradable por cierto.
El tema es que el calor de los días, el sol, los baños en el tajamar que cruzaba el campo nos habían puesto bastante más cachondos de lo normal, y más allá del buen sexo que teníamos se nos despertaron los diablitos con algunas fantasías atrasadas que traíamos. Siempre me gustó la idea de ver a mi mujer coger con otro y estaba planteado en la pareja. Jugábamos con eso del cornudo al hacer el amor y nos provocaba orgasmos alucinantes.

Nos estábamos aburriendo un poco y una noche, los dos con un poco de alcohol encima nos decidimos a ver que picante le podíamos poner a nuestra estadía. Acordamos que no íbamos a forzar ninguna situación pero veríamos hasta donde llegábamos.
En la garita de acceso a la estancia había un hombre mayor, Don Aristóbulo, muy amable. El era quien habilitaba el ingreso de los visitantes. Esa garita quedaba a unos 100 mts del casco de la estancia. Era su oficina y también su lugar de descanso dado que tenía un catre como para despuntar una siesta.
Romi se fijó en él , ya que si bien era mayor, se lo veía fuerte, atractivamente curtido por el trabajo en el campo y decidió empezar por ahí.

Una tarde salió a caminar sola, durante la siesta, con mucho calor y demoro bastante. Yo la espere bañándome en el tajamar, tomando unos tragos con los otros pasajeros del hotel.
En eso la veo venir casi corriendo, con una sonrisa y casi colorada, como si hubiera hecho alguna travesura

R: Ya está amor

Yo: Que ya está mi amor?

R: Estuve con Don Aristóbulo!

Tuve una erección inmediatamente y sentí un cosquilleo en mi estómago…

Yo: Estuviste cogiendo???

R: No tonto, estás loco? No, solo me acerque hasta la garita, estaba con otro paisano, pero charlamos, me hice un poco la gata, le toque las manos, le roce el bulto y el viejo se puso al palo! Me di cuenta porque se puso serio y se le notaba en el pantalón! Además lo deje que me toquetee un poco la cola…así como al pasar..

Yo: Sos una hija de puta! NO me avisaste nada!

R: Acordamos sin presiones mi amor, y yo te estoy contando…además me invito a tomar mates mañana a la siesta, si queres, ahí podes venir.

Mi cabeza exploto, tuve que ir a la habitación a hacerme una paja de la calentura que tenía. Esperar hasta el otro día fue una locura, yo parecía un chico esperando el regalo de cumpleaños y Ro jugaba con eso: “no te hagas la cabeza que no sé qué va a pasar, no quiero presiones”, y con eso me calmaba
Al día siguiente todo fue normal durante la mañana, desayunamos, cabalgata, nos bañamos en el tajamar como cada día y luego el almuerzo y la sobremesa con todo el grupo mientras intercambiábamos sonrisas misteriosas.
Finalizando la sobremesa Ro fue a la pieza y volvió cambiada. Verla y que se pare la pija fue un solo movimiento.
Traía una mini de jean que me enloquece, ojotas y una musculosa que le quedaba fantástica, pelo suelto y anteojos de sol.

Dijo: “vamos a caminar mi amor? Tengo ganas de tomar unos mates en el campo” Obviamente partimos hacia la garita del viejo.
Caminábamos despacio, como disfrutando de la calentura de nuestra propia travesura. Cuando llegamos, golpeamos la puerta. Pasaron unos segundos y el viejo abrió la puerta. Se quedó sorprendido al verme y Ro tuvo que romper el hielo:

“Don Aristóbulo, vengo a tomar el mate que me invito ayer, no le molesta que venga con mi marido?”

-“no mija, para nada, pasen nomas”
Adentro el calor era intenso pero aumentaba la promiscuidad de la situación.

El viejo puso la pava y mientras tanto no le sacaba un ojo de encima a Ro y a mí me miraba como desconfiando, no entendía que hacia yo ahí.
Charlamos cosas totalmente banales, hasta que en un momento, Romi pareció decidirse a iniciar la acción. Se le acerco y como jugando lo abrazo diciéndole que él era muy bueno y amable con la gente y eso a ella le encantaba. Le rozo la entrepierna con la mano y fue tan obvia que el hombre me miro y al verme sonreír, lo asumió como un permiso tácito.
Puso una de sus manos enormes en los muslos de Romi, por debajo de la mini, y al verme pasivo entendió todo.
Apago la pava y dijo

-“parece que alguien está buscando una buena jineteada no?”

Nos quedamos los dos helados. EL viejo se acercó a RO y comenzó a acariciarle las piernas hasta apretar bruscamente los cachetes del hermoso culo de mi mujer por debajo de la mini. Ella solo lo dejaba hacer. Me di cuenta de la calentura de la situación porque Ro respiraba agitada con los ojos cerrados y se mordía suavemente el labio inferior. EL viejo ordeno:

-“a ver mija, sácate lo de arriba que te quiero ver las tetas”

RO obedeció totalmente entregada, y el viejo aprovecho para manosear sus tetas bastante burdamente. Le apretó los pezones que estaban muy duros por la excitación con brusquedad pero sin violencia, con autoridad mientras ella daba pequeños gemidos entrecortados.
Yo ya tenía mi pija en la mano y me hacia la paja lentamente, completamente mojado.

-“Vamos a probar de que está hecha esta yegua” dijo Don Aristóbulo y le ordeno a mi mujer:

-“ Dale piba, ponete en 4 en el catre y vos pibe, fijate que no venga nadie... acá nos pueden descubrir” Con una sumisión total, Ro se levantó la pollerita y se iba a sacar la bombacha cuando el viejo le dijo

-“Deja nena, de eso me encargo yo...”

Don Aristóbulo soltó su cinto y desabrocho su pantalón de trabajo. No traía calzoncillos así que al caer la prenda su enorme y gorda pija quedo libre y en plena erección desprendiendo un olor muy excitante. No era olor a sucio, era olor a macho que sumado al olor de la excitación de Ro que ya chorreaba y yo con mi paja, volvía loco a cualquiera.
La pija de Don Aristóbulo no era muy larga, lo normal, tendría unos 17 o 18 cmts, pero era descomunal de gruesa. Nunca había visto pija así a excepción de alguna porno. Era muy venosa y gruesa
El viejo corrió hacia un costado la tanga mínima de Romi, la tomo fuerte, como quien toma unas riendas, de la mini de jean que había quedad casi como un cinto en su cadera y apunto su verga gorda a los labios de mi mujer
Ella enloqueció cuando sintió que le apoyaba la cabeza de esa pijota en su concha. La presión que hacía para entrar esa cosa tan gruesa, le provoco los primeros gemidos intensos de placer. Una vez que logro entrar la cabeza su lubricación era tal que despacito fue perdiéndose el resto en su interior.
Don Aristóbulo solo sonreía, tuvo la suavidad necesaria para dejarla acostumbrarse al grosor de esa verga, pero luego comenzó a moverse con más intensidad lo que enloqueció a Romi que solo decía entre jadeos “ahhh ay que buena pija por Dios, que buena pija”. El tipo era un verdadero pistón, no rápido pero su cogida era constante. Yo estaba como hipnotizado viendo a mi mujer en cuatro, con las piernas bien abiertas para recibir más adentro, y al viejo atrás moverse como con un vigor increíble.
Yo, como buen cornudo pajero, ya había acabado dos veces y me dedique a mirar con mucho placer.
Me agache entre sus piernas y observe otra cosa maravillado, el tamaño de sus huevos! Eran muy grandes y golpeaban contra el clítoris de Ro haciendo un ruido hermoso. No pude evitar la tentación de tocárselos... Al contacto, el viejo bufo como un toro...
Romi solo se había entregado al placer y lo dejaba hacer sin objetar nada al punto que el viejo le había metido todo su enorme dedo pulgar en el culo y ella, habitualmente muy reacia a estas cosas, solo había expresado un “Ahhh” y levantado la cola para recibir mas
La pija de Don Aristóbulo estaba blanca, como con una crema, del flujo que largaba Ro, empapada de placer, casi que chorreando. De los huevos del viejo colgaban gotas del jugo de mi emputecida esposa. En un momento, el viejo me dice con una sonrisa pícara “hay que cabalgar bien esta yegua mijo, si no viene cualquiera y se la coge!” y le dio un chirlo con su mano grande y rugosa, áspera de trabajo, en el culo de ro. Fue tan fuerte que le dejo la marca roja del golpe y al grito de “Puta!” acelero el movimiento. Bastaron esas dos cosas para que Ro comenzara a acabar en forma continua. No terminaba un polvo que inmediatamente comenzaba otro. Y el viejo zorro no paraba de bombear. Solo aflojaba un poco mientras mi puta hermosa acababa, para darle respiro e inmediatamente comenzaba el bombeo otra vez, incansable y ro otra vez, acabar casi meando al tipo de tanto flujo que largaba.
Me puse al lado de su cara para que pudiera chuparme la pija, lo que ella hizo con mucha calentura entre las sacudidas de las bombeadas de Don Aristóbulo. Yo observaba embobado su fantástico culo en pompa y atrás el paisano que cogía sin aflojar el ritmo.
Ro me miraba y en sus ojos había una mezcla de amor y lujuria, estaba hermosa con sus pelos sueltos, las tetas duras y sus pezones hinchados, arañando las sabanas sucias del catre del viejo, solo atinó a decirme “gracias amor, necesitaba que alguien me coja de esta manera, no sabes lo bien que se siente esta pija enorme adentro” mientras acababa, me agarraba la mano y el viejo le daba duro. Acabe otra vez y ella trago todo mi semen, pero seguía concentrada en la cogida del viejo.
Perdí la noción del tiempo, pero en un momento don Aristóbulo aviso,

“listo mijita, donde quiere que le deje la leche” y Ro entre el vaivén de la cogida me miro a los ojos y suplico gimiendo

“déjame que me llene la concha de leche amor, la quiero toda adentro... Por favor... Me vuelve loca... me encanta!!!”

“Ro la quiere adentro Sr.” Informe como buen cornudo.

“bueno mijito, yo le voy a dar el gusto”

Bombeo otro poco más y en un gemido comenzó a acabar… La cantidad de semen era bestial! A Romi literalmente le rebalsaba la concha y por supuesto le regalo otro orgasmo, el 7 u 8, a esta altura ya habíamos perdido la cuenta…
Don Aristóbulo, saco su pija gorda aun en semi erección, de la concha de Ro con un chasquido acuoso y ella sin dudarlo un minuto se arrodillo para chuparla toda con, podría decirse “amor”? Mientras se tocaba la concha y jugaba con su clítoris, se la metía como podía en su boca, le tiraba la piel de la pija para atrás y lamia cada pliegue solo para limpiar hasta la última gota de su flujo y a leche del viejo. También le lamio los huevos hasta dejarlos impecables, mientras el viejo le decía

“así mijita, así, me gusta que sea agradecida”.

Ro tomo la pijota media muerta del viejo y mirando hacia arriba le dijo “Gracias Don Aristóbulo!” y mirando con una sonrisa pícara me regalo un “Gracias mi amor!!!”
Demas esta decir que en los días que siguieron en nuestras vacaciones fuimos “atendidos” como reyes por Don Aristobulo y nuestro disfrute fue inolvidable.

11 comentarios - Don Aristobulo y nuestras vacaciones

marido_cornudo +1
Esta muy bueno se me re paro la pija.será real?
putitaviciosa
Muy buen relato! Quiero un don Aristobulo para mi
cornu99
me recalento , esto necesito un buen macho maduro que se haga cargo de cojerse a mi flaca




Don Aristobulo y nuestras vacaciones

Voyeur