Rompiendo a Ale Part.1

Hola amigos. En esta ocasión quiero compartir algo que he vivido hace unos días con una antigua amiga con la que me reencontré luego de unos meses, esta vez de una forma un poco más atrevida, en una serie que aún no termina y que espero les agrade y disfruten como yo.


Todo comienza luego de unos meses de retomar mi soltería, y es que luego de un tiempo de no hacerme de un buen polvo (según yo queriendo pasar más tiempo en los tragos) decidí comenzar a revisar esa lista de amigas que siempre me tentaron con las propuestas más cachondas durante mi anterior relación.

Así, una mañana que amanecí con una carpa bajo las sábanas, abrí Facebook con la firme intención de encontrar a la pavita que me cenaria a partir de esa noche. Di vista de un par de bombones pero decidí mejor probarme que podía con una con la que no hubiera llegado tan lejos, mi amiga Ale era perfecta para el plan. La conocía de hace años, un año menor y aún estudia la Universidad, había dejado de verla desde hacía unos dos o tres meses. Ale tiene 22 años y pese a que de joven era una lobita de lo más coqueta, en los últimos años eso había cambiando totalmente. Era la chica a la que me encantaba mirar siempre que podía, la chica que siempre está a la vista y yo miraba de reojo cuando iba acompañado. Siempre fui un chico que respeta a su chica, pero los atributos de Ale, me impedían mirar a otro lado que no fuera ese par de nalgas que se marcaban y levantan con sus pantalones oscuros y ajustados. Al mirarla de frente, podía encontrar unas tetas del tamaño justo, en la forma y altura ideal para hacerme imaginarla desnuda frente a mi. Ale tenía unos labios estupendos que sonreían de manera inocente, un estilo de lo más cautivador que me invitaba a probar el sabor de la carne fresca.

Lo tenía decidido. Esa chica suave pasaría al siguiente nivel, tendría que ser mía de los pies a la cabeza, pasando por cada centímetro lleno de su magnífico sabor. Le mandé un mensaje y respondió al cabo de unos minutos(siempre fue muy accesible) Nos saludamos con amabilidad y en la primera oportunidad ya comenzaba a insinuarle mis sucios planes. Para mi deleite, parecía divertirse y me preguntaba cosas como -Porque yo?- o -me consideras buena?- a lo que ya se imaginarán que mi respuesta era listarle cada punto exquisito de su cuerpo y diciéndole lo deseoso que estaba por conocerla en una cama, escuchandola gozar de un platillo que tenía bien preparado para ella.

Cómo era de esperarse en la primera maniobra, me dijo que pese a lo rico que sonaba la plática era muy difícil para ella aceptar una propuesta para tener sexo sin compromiso. Quiso dejar en claro que ella es una chica bien y que eso no andaba en su educación. Pero justo ahí le interrumpi para decirle que no decida aún, pero que me dejara continuar convenciendola de lo rico que sería probar el uno del otro. Accedió pero se tenía que ir, me dijo que la llamara al día siguiente por la noche. Así transcurrió el tiempo hasta llegar la noche esperada, me di una vista por su perfil, le envié un toque y la respuesta fue perfecta para llamarle en ese instante.

Me respondió con una voz que me subió de las piernas a la nuca por la sensualidad inyectada a propósito. Jugaba a reír y hacer juegos de palabras en doble sentido, sabía que no me podía quedar atrás, así que mis insinuaciones fueron más directas hacia ella. Charlamos dos minutos sobre los acuerdos de rutina y volvimos al erotismo. Jugamos a relatar historias donde ambos éramos protagonistas de un enredo sexual lleno de jugos y gemidos de satisfacción, yo imaginaba sus pies sobre mis hombros en un ritmo variable que nos llenaba de placer elegante pero de lo más mojado. Llegamos al final de las llamadas y quedamos de repetir la acción a la noche siguiente.

La noche siguiente marcó la pauta para nuestro encuentro. Era sábado y ella me marcó al celular al rededor de las 7pm para indicarme que olvidó que aquella noche tenía pendiente una reunión con los compañeros de la Uni bajo el pretexto de acercarse el fin de año. Lo sentía mucho pero no iba a poder atender nuestro encuentro, me agarraba de bajada pero uno de nuestros acuerdos era el de respetar los tiempos del otro, le dije que también saldría por unos tragos y que no se preocupara. Paso un rato y a eso de las 8:30 volvió a llamarme diciendo que sus compañeros no confirmaban y que prefería acompañarme por el trago que le había contado. Pero no se la iba a dejar tan fácil y le dije que ya andaba con planes con unos amigos y lo único que podría hacerme cambiar de opinión sería que ese trago lo tomaramos en un lugar más privado, hubo un silencio por dos segundos y exploté de risa cuándo ella dijo -ni sueñes que iré a un hotel- le dije que en casa mía no podíamos estar esa noche y ella dijo que en la suya tampoco (para ese entonces, estoy seguro de que ella entendía que me la quería cojer esa misma noche) Me preguntó donde pensaba llevarla y le propuse un motel bastante elegante. Al final aceptó sin demasiada resistencia y ya se le notaban las ansias por collar rico y bonito. Quedé en pasar por ella a las 12, yo me ocuparía del resto.

Hasta aquí la primera parte.

Editado:
Decidí subir pronto la continuación de la noche en el post en el siguiente enlace:
- Rompiendo a Ale Part.2

Agradezco sus comentarios. Nos leemos pronto!

1 comentario - Rompiendo a Ale Part.1

lenguafacil +1
muy bonito relato, pero si esperas a ver como responde la gente para continuarlo, es una cagada...
roy_angel
Tienes razón, te dejo la siguiente parte:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2814735/Rompiendo-a-Ale-Part-2.html

Gracias por el comentario.