Rompiendo a Ale Part.2

Hola de nuevo. Esta es la segunda parte del relato con mi amiga Ale (basada en hechos reales) Sin más retardo vamos a la acción.


Ya había quedado con Ale de pasar a recogerla al punto de la media noche, me di un baño y sme preparé para lo que pasaría esa noche. Salí de casa con el tiempo de anticipación necesario y llegue a su casa justo a la hora programada, apenas me escuchó estacionar salió, la miré cerrando las rejas principales de su casa, traía un ajustado vestido negro con encaje en gris que dibujaba un culo riquísimo, tacones negros no con los que lucía unas piernas largas y delgadas con una forma tan sexy que daban ganas de acariciar y comenzar el juego desde ahí, tenía el cabello distinto a la última vez que la vi, ahora con los rayos en color rojo, un rojo perverso que me incitaban a bajarme del carro y llegarle por atrás para susurrarle sexo al oído mientras presionaba su trasero contra mi exitado miembro. Bajé rápido pero justo antes de llegar a tocarla se dio vuelta, me tomó de los hombros y me dijo al oído -ya se a donde vamos, espera a llegar- Dicho esto me saludó con un beso en la mejilla y se despegó y me guiñó un ojo mientras me atrapaba con la espectacular mirada y el delicioso aroma de su perfume. La tomé de la cintura y la guíe hacia el auto. Subí y decidimos ir directo al motel.

En el camino charlamos breve sobre su reunión, diciéndome que sus padres pensaban que nos dirigiamos hacia la fiesta, sin saber que seríamos parte de un banquete un tanto diferente. El trayecto era corto pero aproveché para deslizar mi mano derecha por su rodilla y aventurar mis dedos sólo un poco más allá de donde el vestido comenzaba. Me miró y sonrió, cada segundo perdía más y más la inocencia y en su lugar asomaba una mujer deseosa y hambrienta de sexo.

Llegamos al motel al cabo de 10 minutos, pasé de contrabando una botella y mientras caminaba adelante de mí, pude admirar a la luz el idiotizante trasero que se movía dulcemente a cada paso, una figura perfecta enmarcada de tela negra, estaba ahí haciendome sentir deseos por ponerla en cuatro sobre la cama y partirla en dos con embestidas vigorosas. Pero no aún, llegamos a la puerta y entramos a la habitación agradable y armonizada con neones azules. Le ofrecí un trago y estuvimos en la mesa por eso de 20 minutos bebiendo. Yo le insinuaba lo bien que se veía y ella devolvía el halago con respeto, el alcohol nos comenzaba a meter en calor y antes de terminar la última Copa previa a la acción principal, ya tenía la mano tocandole el borde de las bragas y sintiendo lo erizada que estaba, por su parte, Ale jugaba con una mano a sobarme el paquete que crecía por al calor de nuestros cuerpos. Decidí a levantarme detrás de su silla y deslice mis manos por sus brazos hasta bajar a sus caderas para respirar a medio centímetro de la piel en su cuello, podía notar sus ojos cerrando mientras las llenas de mis dedos subían hasta su pecho envuelto en un bra que no interferia para nada en el exquisito sabor de tocarla. Le besé el cuello y note su respiración aumentar de velocidad, aproveché para estirar una mano y llegar hasta el borde inferior del vestido para levantarlo un poco, vi las bragas pero quise sentir más, acaricié su conchita húmeda por sobre la ropa interior, lento y circular para después presionar su rajadita que mojaba más, ella bajó la mirada para ver mientras la tocaba y en ese momento presioné un dedo a la altura de su clítoris, lo que me dejó escuchar un suave gemido que le hizo cerrar levemente las piernas. Se levantó y no pude detenerla, se paró frente a mi y me dirigió una mirada con la que supe que estaba a punto de disfrutar de una sesión de sexo como hacía mucho no vivía.

Me tomó de la mano y me dirigió al borde de la cama donde me sentó, esperaba que me abriera la noche con una mamada pero en cambio decidió calentarme más, se dio la vuelta y me puso una mano en su cadera, me hizo acariciarla para después bajar su torso para terminar empinada al frente mío. Sin pensarlo ya tenía las dos manos, una a cada nalga firme y redonda, con ganas de tocar ese cuerpo sin ropa. Se dio media vuelta y de nuevo la tenía imponente frente a mi, esta vez acariciaba su abdomen y deslizaba las manos hasta llegar a sus senos suaves, riquísimos pero con ropa aún. De una y ya estaba arrodillada entre mis piernas, ya me saboreaba la lengua suya al rededor de mi pene y así fue. Abrió un botón y bajó el cierre con un estilo que me hipnotizaba, no perdió tiempo y me despojó de pantalón y boxer, tenía mi pene erecto entre sus manos, con muestras de ese líquido lubricante, subió y bajó con ayuda de sus manos por unas cuantas veces y vino lo mejor... se humedeció los labios mirándome el miembro y mientras me guiñaba nuevamente un ojo se mordia suave los labios, bajo la cabeza despacio, abrió la boca y me introduje poco más de la cabeza, sentí cerrar los labios y el calor repleto de esa añorada humedad lubricante me hizo endurecer más. Subía y bajaba por mi pene, comiendo cada vez más con una fricción que fue relevada por un suculento masaje que su lengua daba a mi miembro por todo lo largo y ancho. No se quién lo disfrutaba más pero yo me encontraba en la gloria al sentir y mirar una mamada legendaria. Le dije lo delicioso que eso era y se encantó tanto que aumentó la presión y me dijo que lo disfrute, que podía correrme dentro de su boca. Aquellas palabras me hicieron tomarla firme de la nuca y enseñarle que yo quería que aumentara la velocidad. Ella entendió y así lo hizo, le dije que me acercaba y se la tragaba entera,hasta la garganta llegaba y yo estaba a punto de explotar, así fue como sentí venirme a litros en una boca que se tragaba todo el semen. Que limpiaba y chupada con ansias cada residuo de leche que podía quedar. Me dijo que le encantaba chuparmela pero ahora la quería dentro.

Nos levantamos los dos, la recosté y al ver su silueta no podía dejar de decirle que es una hermosa mujer, un cuerpo de diosa con mente y técnica extraordinaria. Me avalance sobre ella metía las manos por todos lados por dónde con el debido proceso de aumentar de a poco su deseo, la senté y bajé el cierre de su vestido se lo saqué y la volví a recostar, para besarle el cuerpazo. Desde el abdomen hasta las piernas por el interior, las caderas y el cuello bajo, los pechos y bajo el ombligo. Solté más su bra y mamé de sus tetas,primero al rededor del pecho, luego al rededor de la aureola y rematando con los pezones que se habían endurecido, jugaba con ellos y a ella le gustaba, notaba como se erizaba en las piernas y brazos. Bajé y quité las bragas para probar sus jugos. Eran deliciosos, con un aroma a sexo caliente y exquisito, sentí su espalda curvarse al estar chupandole la vulva de mil maneras, escuchaba como gozaba y eso me deleitaba, me invitaba a hacerlo mejor y mejor. Sentí su mano en mi cabeza acompañar mis movimientos, su respiración aumentaba de intensidad y al escuchar su volumen subir,noté nuevos jugos venir a mi, era simplemente un manjar de mujer que ahora me pedía estar dentro de ella.

El momento era preciso, la tenía desnuda en mi cama, en un escenario inmejorable, una ricura. Me pose sobre ella y abrió las piernas lo suficiente, flexioné sus rodillas para acomodarla mejor y puse la cabeza de mi pene en la entrada de su vagina, lentamente me introduje hasta llegar al fondo, ambos hicimos un gesto de placer que concluí en un movimiento de cadera para deslizarme hacia afuera y antes de salir volver al fondo de Ale. Estuvimos así un rato, probando profundizar más o menos con mayor o menor velocidad.

Sus gemidos me hacían darle más duro para escuchar más ruido(me encanta escuchar gemir) hasta que le pregunté cuál es su posición favorita y me contestó -voy arriba- invertimos los papeles y al perfilarnos para volver a entrar, ahora estando ella arriba, pude sentir lo mojados que estábamos, se metió todo de un senton y dijo -aaay que ricoo- lo que m hizo sugetar su cadera y disfrutar de su ritmo. Movía las caderas riquísimo mientras llevaba el mando, el sonido de nuestros sexos era digno de una grabación, estuvimos un rato así hasta que me devolvió la pregunta -cuál es tu favorita, enseñame- respondí de inmediato -con todo gusto , verás que es una ricura-

La puse de cuatro y antes de terminar de acomodar ella dijo -te gusta de cuatro, muestrame como lo haces- No dije nada pero sus palabras me encendían. Abrí sus piernas un tanto, acomodé sus caderas y mientras admiraba el monumento de mujer con la cola parada frente a mi, me sostuve en línea recta para entrar despacio por su choncha, era la primer penetración y ella había temblando gimiendo, -por eso me encanta ponerte así- le dije, ella respondió -lo más rico del mundo- decidí ir firme y no bajar el ritmo que comenzaba a acelerar. Le arrancaban gemidos más fuertes y uno que otro -fuck baby- que me aceleraban al grado de oír sus nalgas golpear fuerte a mis piernas, lo que a ella le hacía gritar. La sentí venirse pero a mi me quedaba otro tanto, la taladraba fuerte y rico, me hacía jadear por esa riquísima conchita que apretaba. Sus piernas iban perdiendo fuerza por lo que decidí ir por el final. Le dije -voy con todo- y ella devolvía -rico, dame, dame- acelere más fuerte , no importaba el ruido porque era delicioso! Sentí venirme y seguía en velocidad, ella dijo -báñame en leche- No pude aguantar y exploté en su espalda, con tal fuerza que el semen tocó su cabello en un mechón. Me limpié en sus nalgas y la sentí dar una exhalación de confort,igual que yo. Nos bañamos, nos retiramos y la lleve a su casa. Posterior a esa noche nos hemos vuelto a encontrar.

Espero sus opiniones para compartir más encuentros con esta gran amiga llamada Ale. Saludos desde México!

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