Otra Historia Caliente...

Hubo una noche, hace unos días atrás, en que estaba muy caliente y muy solita, así que me puse a mirar algunas fotos y videitos que andan circulando por la web, y encontré uno que me trajo muchísimos recuerdos... El flaco del video la tenía muuuuy grande y me acorde de un encuentro que tuve con una verga así y lo bien que la pasé, así que quiero compartirlo con ustedes...

Yo trabajé durante varios meses en un gabinete de masajes. Principalmente me dedicaba a hacer masajes del tipo descontracturantes, mientras que una compañera hacía los de relajación. Un día esta chica faltó y yo quedé a cargo de todo.

Luego de una tarde medio movidita y ya muy cansada de trabajar (vinieron dos pacientes con la espalda destruida) miro en la agenda que todavía faltaba que viniera otro paciente. Para mi felicidad este paciente quería masajes relajantes, así que mientras esperaba que llegara me fume un puchito y me tomé unos mates.

Mi paciente llegó. Era un hombre de unos 40 años, alto, con el físico bien trabajado, los músculos marcados. Personalmente no me gustan los hombres grandes, pero este estaba para comérselo todo! Lo mire TODO y pensé "mmm...que rico" y me dispuse a trabajar.

Le pedí que se desvistiera y se acostara en la camilla boca abajo, mientras preparaba el ambiente, bajaba las luces, prendía la música, encendía un sahumerio y me encremaba las manos. Me preguntó "me saco todo o me quedo en calzoncillo". Yo le contesté que se pusiera como se sintiera más cómodo y que al lado de la camilla tenía una toalla para que se tapara.

Cuando me di vuelta para empezar con el masaje él ya estaba acostado y yo no sabía si estaba desnudo o no. Empecé a practicarle el masaje desde el cuello. Luego me subí a la camilla y me senté en sus caderas, masajeando suavemente cada centímetro de esa espalda dura, musculosa. Después me baje de él y fui hacia sus pies y le hice masajes en cada una de las piernas. Hasta ahí todo iba bien, con normalidad.

La situación se tornó algo "especial" cuando le pedí que se diera vuelta para hacerle masajes en la parte frontal de su cuerpo. Como siempre yo agarre la toalla y la saque de su cuerpo, mientras giré mi cabeza hacia la pared opuesta para no ver nada y esperar que él se diera vuelta. Cuando estuvo acostado boca arriba le di la toalla para que se la colocara en su zona púbica y me coloqué en la cabecera de la camilla. Cuando levanté la vista me encontré con una GRAN carpa.

Haciendo como si nada pasara comencé a hacerle los masajes nuevamente por el cuello, mientras lo miraba como estudiándolo, pensando "este sí que debe tener experiencia en la cama", imaginándomelo desnudo (no hacía falta mucho esfuerzo, ya estaba casi desnudo delante mío y la carpa que formaba la toalla con su verga como mástil daban un indicio de cómo era). Le hice masajes en todo su torso, pasando mis manos por cada músculo, sintiendo como se le erizaban los pezones al contacto con mis manos. Debo confesar que eso me encantaba!

Hasta que llegó el momento de hacerle masajes en la zona donde crecen los primeros bellos púbicos... Me encreme bien las manos, me las froté para entibiarlas, cerré los ojos y lo manosee todo, lo froté como queriéndole sacar brillo!
Cuando estaba terminando abrí los ojos y me quedé impresionada. Yo ya había visto que tenía la pija re parada, de hecho es normal que al hombre se le pare cuando se le hacen masajes, pero él se había sacado la toalla y su TREMENDA VERGA estaba ahí, parada, bien dura y brillante, frente a mí...

Levanté la vista y lo miré. El me miró, se sonrió y me preguntó: "¿Queres agarrarla y hacerle unos masajitos?" Me sonrojé, me quedé muda. No sabía qué hacer. Me moría de ganas de agarrarla, pajearla toda, una verga así no se tiene en frente todos los días, sabía que era una oportunidad que no podía dejar pasar, pero nunca antes había hecho algo así...

Sin pensarlo más di media vuelta y tomé un gel que había en un estante y le coloqué un poco en la punta de la cabeza, apoyé mi mano y comencé a desparramarlo por toda la cabeza y luego por el tronco. Lentamente comencé a bajar y subir mis manos, pajeándolo lentamente. No me animaba a mirarlo, me temblaba el cuerpo, la respiración entrecortada, hasta que él me pidió que lo mirara… Tenía su vista fija en mis ojos, con una mirada de gran satisfacción, yo no pude hacer más que sonreír.

Comencé a excitarme… sentía como mi zona púbica de iba calentando cada vez más, sentía como se iba mojando, cómo se lubricaba, en mi mente me imaginaba agarrando esa verga y metiéndomela en la boca… pero estaba petrificada, no me animaba a hacer nada… Y creo que él lo percibió, porque de repente sentí su mano apoyándose en mi cola suavemente y haciéndole caricias… Yo quería parar todo ahí, pero a la vez quería llegar hasta el final.

De golpe me agarró de la cintura y me acercó hacia él. Sentí como su mano empezaba a subir por mi pierna hasta llegar a la unión con la otra pierna. De repente me di cuenta que estaba entregada, no había vuelta atrás, estaba dispuesta a todo! De más está decir que a esta altura estaba completamente mojadita! Fue ahí cuando el apoyó la palma de su mano sobre mi ropa interior y palpo la humedad de mi concha. Escuche que suspiró y dijo “Mmmm… que rico…”

Lo mire a los ojos y me dijo “Sí, la respuesta es sí… podes comértela toda, sé que tenes ganas… Chupala tranquila que yo juego un ratito”. Sin pensarlo más acerque mi lengua a su verga y empecé a recorrer la cabeza mientras masajeaba esos huevos que estaban duros y cargados. De a poco fui bajando por todo el tronco, reconociendo territorio y pensando la mejor estrategia para poder chuparla bien y satisfacerlo, percibiendo como se endurecía cada vez más y como las venas estaban a punto de estallar. Y me tenté, no aguanté más y me la metí en la boca. Mientras mis manos subían y bajaban, mis labios y mi lengua jugaban extasiadas, ejerciendo presión en esa carne caliente, erecta. En eso estaba yo cuando sentí que me levantaba la pollerita y suavemente con sus dedos me corría la tanguita, para dejar al descubierto mis partes más intimas, que no tardo nada en rozar con las yemas de sus dedos. Ahí me saqué, ya no podía disimular mas mi calentura, así que aceleré el ritmo, y él al percibir mi gran excitación empezó a meter uno de sus dedos en mi interior.

No tengo palabras para contarles la calentura que tenía, sentía que me prendía fuego. De golpe sentí que se sentó. Mientras con una mano se encargaba de mi conchita mojada, metiendo uno, dos y hasta tres dedos, sentí como los dedos de su otra mano se metían entre mis pelos, los agarró con fuerza y me “obligó a metérmela toda en la boca… Debo confesar que me ahogue y tuve que sacarla de mi boca. Lo miré con los ojos llenos de lágrimas y recuperando la respiración le dije medio avergonzada ”es muy grande, no puedo con todo eso…”, el se rió y me dio un par de tips para poder hacer una gran garganta profunda sin tener problemas… Debo decirles que después de unos segundos de práctica dieron resultado! Creo que nunca había sentido una verga tan adentro de mi garganta. Una experiencia única!

Yo me sentía dominada, estaba sometida a él, que me hacia comérmela toda. Me dijo “voy a intentar algo… si no te gusta o te sentís incomoda paro… pero calculo que te va a encantar” y sin más comenzó a masajear mi orificio anal con la yema del dedo pulgar. Al principio sentí cierto rechazo y saque su mano, pero él insistió y yo fui soltándome y me deje hacer. Realmente me encantaba… Estaba fuera de mi, no sabía en que concentrarme, si en su verga en mi boca, si en su dedo en mi culo o en las ganas de sentirla toda dentro de mi… De repente sentí que su dedo ejercía presión y penetraba mi culo, que de apoco se iba dilatando, entregando…

Yo mientras chupaba esa verga lentamente, después más rápido, alternando velocidades y presión, a la vez que le masajeaba los huevos. Por momentos me sacaba la verga de la boca y lo masturbaba, mientras mi lengua y labios chupaban sus huevos hermosos. Para ese entonces yo estaba parada al lado de la camilla, con la espalda a 90 grados para poder metérmela toda en la boca, con las piernas abiertas y con un dedo dentro de cada agujero entrando y saliendo. No podía dejar de gemir, de estremecerme. Escuchaba como el gemía, por ahí sacaba sus dedos de mí y me cacheteaba el culo, lo que me calentaba aún más. Luego volvía a meterlos con más fuerza.

Así estuvimos un rato, hasta que de repente él me tiró de los pelos sacando su verga de mi boca y empujándome la cabeza hacia atrás y pude ver como brotaba de esa cabeza lustrada una gran cantidad de semen blanco, espeso, alcanzando parte de mi cara y mi boca. Lo miré y con mi lengua chupé parte de sus fluidos.

Se paró y me hizo apoyarme en la camilla y se puso a mis espaldas. Me hizo abrir las piernas y comenzó a recorrer todo mi cuerpo con sus manos y sus labios. Yo no paraba de estremecerme. Bruscamente me dio vuelta y tomándome de la cintura me subió a la camilla. Me hizo recostarme sobre mis antebrazos y con sus manos abrió mis piernas y sin preámbulos me dijo “Ahora es mi turno…”



Bueno, esta historia continúa y se pone cada vez más caliente, pero tendrán que esperar hasta una próxima entrega…

Espero que hayan disfrutado de este relato tanto como yo lo disfruté al vivirlo y al contárselos. Nos encontramos pronto… Se los prometo!
Besos húmedos donde más les guste!

7 comentarios - Otra Historia Caliente...

stallionn
espero que no demores mucho tiempo en contar la parte 2 😉
EL_PROFE25
Impresionante!!!! Muy caliente!!!
Despues de ver tus fotos y leer la historia quede prendido fuego hermosa!!
Espero ansioso la segunda parte.
Te ganaste un nuevo seguidor!
Gracias por compartir
ALEJANDRO1533
muy bueno!!!!, puntos y reco, por supuesto esperando lo que sigue
Otra Historia Caliente...
Alanq
muy bueno!!
bigdick1
y? Que paso con la segunda parte?
Oktubre_71
muy buena, quiero esos masajes yo tambien