Bajé y ahí estaba Gustavo. Nos saludamos con un beso y los nervios se notaban en el aire
- Bueno, ya está, Sol está duchándose
- Estoy nervioso – me reconoció él
- Los tres estamos nerviosos, es normal, nunca hicimos algo así
- Yo tampoco, sería mi primera vez con una pareja
- Bueno, tenemos confianza, ¿no? – le dije
- Totalmente – me tranquilizó Gustavo
Entramos al departamento justo en el momento en que se escuchaba como la ducha se cerraba. Le ofrecí a Gustavo una copa de champagne y la tomó con gusto.
- Ya llegó Gustavo ¿te sirvo una copa de champagne a vos también? – le grité a Sol
- Dale, ya voy
En 5 minutos, apareció Sol y la vi hermosa, no se había mojado el anaranjado cabello que tan loco me volvió siempre. Tenía una pollera de jean blanca y una camisita celeste con flores arriba. Unas sandalias con taco. Se acercó tímidamente.
- Hola
- ¿No lo vas a saludar a Gustavo?
- Claro – dijo ella
Se puso en puntas de pie y le dio un beso en la mejilla, muy cerca de la boca mientras se aferraba a su bíceps derecho. Gustavo le paso la mano por la cintura levemente.
Ella se giró y me sacó la copa de la mano y se la bebió de un sorbo. Estaba muy nerviosa, se notaba.
Cuando la miré en detalle, me di cuenta de que Sol no se había puesto corpiño debajo de la camisita y que sus pezones estaban duros. Eso no pasó desapercibido para Gustavo que dirigió la mirada sin vueltas a esa zona.
No sabía como romper el hielo y le pedí a Gustavo que se siente. Sol se quedó de pie sin saber que hacer. Esperaba algo de mí. No me hice esperar y le ordené a mi mujer:
- Me gustaría que te sientes al lado de Gustavo
- Bueno – dijo ella muy sumisa
- Gus, ¿te gusta Sol?
- La verdad es que me vuelve loco, me encanta – dijo él mirándola a los ojos
Sol jugaba con su propio cabello y se mordía el labio mirándolo a mi amigo.
- Y eso que solo viste un poco de todo lo que puede hacer Sol
Me senté del otro lado de Sol y quedamos los tres muy apretados en el sillón. Sol se giró y me besó. No fue un buen beso, estaba muy tensa.
- Estas muy nerviosa, ¿no? – le dije
- Si, realmente, sí
- Bueno, hagamos un juego – propuse yo
- Dale, me gustan los juegos – dijo Gustavo
- Empezá contando nuevamente lo que te gusta de Sol
- Su pelo colorado – dijo Gustavo y le acarició el cabello levantándole un mechón
- Gracias – dijo Sol mirándolo con deseo
- Y que más – insistí
- Sus pecas – dijo y con su dedo pulgar acarició la mejilla de Sol
Sol se mordió el labio descaradamente
- También su piel blanca y su boca rosa…
Gustavo le pasó ahora el pulgar por el labio inferior y Sol lo miró con sus ojos verdes iluminados por el deseo
Los labios de mi mujer se abrieron y supe que debía intervenir dándole permiso a Gustavo para que avance
- Besala, Gus
El acercó su boca y Sol avanzó con determinación buscando la suya. En cuanto sintieron el contacto ambas bocas de abrieron y las lenguas se buscaron. Y se encontraron.
Sol levantaba su cuerpo y se pegaba a él. Yo le acariciaba la espalda intentando no rozarme con su brazo que ahora la acariciaba.
Ella se separó y se giró para besarme a mí. Lo agradecí. Supe que no me quería dejar afuera de todo esto.
La abracé y mi mano chocó con la de Gustavo, que la retiró de inmediato, me reí. Seguíamos estando muy nerviosos los tres.
Se me ocurrió desafiar a Sol. Y le pregunté a Gustavo:
- ¿Besa mejor que la prima?
- Mucho mejor – se apresuró él
- Mi prima no existe al lado mío – dijo orgullosa
- Ah no sé, yo no la conozco como Gustavo – dije entre risas
- Es mejor Sol – dijo él
- Pero si solo la besaste, a ver, parate Gus
Gustavo se puso de pie frente a mi mujer. Sol lo miró desde abajo con cara de perra total y le dijo:
- Queres que te demuestre lo buena que soy – mientras le empezó a desabrochar el cinturón
El bulto de Gustavo era importante, aunque la dureza no era total debido a los nervios. Sol le desabotonó el jean y lo abrió. Se lo fue bajando por los costados. El negro bóxer de Gustavo mostraba una verga grande que descansaba sobre un costado expectante.
Sol ahora le agarró el elástico del bóxer y lo estiró para adelante bajándolo. Una verga grande, dura y pesada apareció ante la vista de Sol.
- ¿Te gusta? – le dije
- Mucho – dijo ella con la voz entrecortada de los nervios
- Dale un besito, entonces – la animé
Sol la besó y me miró.
- ¿Así?
- Si te gusta, podes darle más besos – le dije
Entonces Sol la besó nuevamente y luego sacó la lengua y la paso por el costado de la pija que ahora se mostraba muy dura y parada
- Ufghhhh como se puso eso – le dije
- ¿La puedo chupar un poquito? – Sol jugaba ahora a pedirme permiso
- Claro, pero preguntale a Gustavo si quiere
- Gus – Sol levantó la mirada y la clavó en los negros ojos de Gustavo – puedo chupártela un poquito
- Si, hermosa, podes chuparla todo lo que quieras
Sol se la metió lentamente en la boca. Toda no le cabía, pero hizo el esfuerzo. Empezó a chupársela como la experta que era.
El rojo cabello se le fue para adelante y no podía verla con claridad, de modo que sentándome mas adelante en el sillón me acerqué y le corrí el cabello. Se lo sostuve para mirarla mejor. Le acaricié el pelo y acompañé con mi mano el ritmo que tomaba su cabeza.
Era hermosa verla chupando una pija de esa manera.
- Me encanta verte chupándole la pija – le solté
- Mmmmm ¿sí? – ella se sacó la pija y me miró con deseo
No dudé y la besé. Nos besamos como dos adolescentes y me dio mucho morbo saber que estaba besándola luego de chupar la pija de mi amigo.
Sol se separó de mi boca y volvió a la pija de Gustavo. Yo comencé a quitarle la camisa desabrochando con cuidado cada uno de sus botones. Una de mis manos rozó la de Gustavo nuevamente y la de Sol que me ayudaba a quitarse la prenda
- Vamos al cuarto – dije yo
Sol se puso de pie y volvió a besar a Gustavo que ahora la abrazó con fuerza tomándola del culo y amasándoselo debajo de la blanca minifalda.
Yo no dudé y me coloqué detrás de ella. Gustavo subió sus manos a la cintura y yo aproveché para levantarle la pollerita y apoyarla desde atrás con mi bulto super duro. Ella sin dejar de besarlo tiró su culo para atrás para sentir mi contacto.
Luego ella se giró y me besó a mi mientras comenzaba a desabrocharme el pantalón. Sin querer, cuando le acaricié la cola a Sol, el dorso de mi mano rozó el miembro erecto de mi amigo y lo retiré rápidamente.
- Epaaaa – dijo él y se rio
- ¿Qué pasó? – preguntó Sol
- Le toqué la pija sin querer – le dije
Sol ya me había bajado el pantalón y sacado mi pija del calzoncillo. No dudó y se arrojó de rodillas agarrando ambas pijas con sus dos blancas manitos.
Me la chupó un ratito y luego se la sacó para chupar la de Gustavo, mas tarde volvió a hacer lo mismo dejándolo a Gustavo mientras me la chupaba. Después alternó de a tres chupadas a cada una y me retiré para no acabar en ese instante.
- Vamos a la habitación, quiero que me cojan – dijo ella
Llegamos al cuarto los tres y Sol lo agarró a Gustavo y lo acostó en la cama. Él hizo el amague de sacar un preservativo y ella me miró a mi:
- Yo me cuido, no hace falta
- ¿Estás segura? – quiso confirmar mi amigo
Sol me miró como pidiéndome permiso.
- Si, Gus, sos de confianza – le aclaré
A partir de ese momento Sol pareció olvidarse de mí. Tiró a Gustavo en la cama que quiso incorporarse para besarla.
Ella tomó el control totalmente y se arrodilló en el piso para volver a chuparle la pija mirándolo a los ojos. Era un poema ver a mi mujer con esas pecas, esos ojos verdes y ese rojo cabello chupándole la pija a mi amigo. Ella estaba desnuda a excepción de una negra bombachita de encaje toda metida en la cola.
Di la vuelta y me puse detrás de ella besándole la espalda y bajando a su culo. Le bajé lentamente la braguita y me metí la mano para tocarle la concha. Juro que nunca la había sentido tan mojada en mi vida.
Levantó las rodillas para dejar que le saque la prenda totalmente. Yo me arrodillé y le besé la cola lenta y suavemente. Aunque ella parecía no percibirlo, todos sus sentidos estaban en la pija de Gustavo, que ahora le acariciaba el pelo y la miraba con deseo.
Sol no dudó y se fue encima de mi amigo, puso las piernas a los costados de su cuerpo y agarrando la pija firmemente con su mano la colocó en la entrada de su concha.
Un rayo pareció recorrerle todo el cuerpo cuando fue bajando y se la engulló toda con su concha. Yo me acosté de lado a mirarla como cogía con mi amigo. Era un espectáculo hermoso. Ella realmente lo disfrutaba. Empezó a subir y bajar sobre la pija de Gustavo mientras apoyaba sus manos en el pechó de él.
- Aghhhhhh me gusta mucho – dijo ella
- ¿Te gusta la pija de mi amigo? – le pregunté
- Aghhhhhh estoy acabando – gritó ella
- Aghhhhhh Aghhhhhh, me vas a hacer acabar a mí también – dijo Gustavo mirándome como pidiéndome permiso
- Aghhhmmmm siiii, acabale adentro – le ordené a Gustavo
- Aaaahhhhhh – el grito vino de los dos al mismo tiempo
Sol gritó de una manera tremenda y se desplomó sobre Gustavo besándolo con absoluto desenfreno. Se movía como una serpiente y ahora se desmayaba como si la hubiesen desconectado de la corriente
Sol subió un poco y dejó caer todo el semen en la panza de mi amigo. Era lampiño o estaba depilado. Lo cierto es que ella pareció acordarse de que yo estaba ahí y me besó en la boca.
Luego se acostó en la cama y ahí quedamos los tres. Ellos dos habían acabado. Yo aún no.
Continuará…
Pueden dejarme sus comentarios en reybaco2005@gmail.com
O en Telegram @reybaco2005
- Bueno, ya está, Sol está duchándose
- Estoy nervioso – me reconoció él
- Los tres estamos nerviosos, es normal, nunca hicimos algo así
- Yo tampoco, sería mi primera vez con una pareja
- Bueno, tenemos confianza, ¿no? – le dije
- Totalmente – me tranquilizó Gustavo
Entramos al departamento justo en el momento en que se escuchaba como la ducha se cerraba. Le ofrecí a Gustavo una copa de champagne y la tomó con gusto.
- Ya llegó Gustavo ¿te sirvo una copa de champagne a vos también? – le grité a Sol
- Dale, ya voy
En 5 minutos, apareció Sol y la vi hermosa, no se había mojado el anaranjado cabello que tan loco me volvió siempre. Tenía una pollera de jean blanca y una camisita celeste con flores arriba. Unas sandalias con taco. Se acercó tímidamente.
- Hola
- ¿No lo vas a saludar a Gustavo?
- Claro – dijo ella
Se puso en puntas de pie y le dio un beso en la mejilla, muy cerca de la boca mientras se aferraba a su bíceps derecho. Gustavo le paso la mano por la cintura levemente.
Ella se giró y me sacó la copa de la mano y se la bebió de un sorbo. Estaba muy nerviosa, se notaba.
Cuando la miré en detalle, me di cuenta de que Sol no se había puesto corpiño debajo de la camisita y que sus pezones estaban duros. Eso no pasó desapercibido para Gustavo que dirigió la mirada sin vueltas a esa zona.
No sabía como romper el hielo y le pedí a Gustavo que se siente. Sol se quedó de pie sin saber que hacer. Esperaba algo de mí. No me hice esperar y le ordené a mi mujer:
- Me gustaría que te sientes al lado de Gustavo
- Bueno – dijo ella muy sumisa
- Gus, ¿te gusta Sol?
- La verdad es que me vuelve loco, me encanta – dijo él mirándola a los ojos
Sol jugaba con su propio cabello y se mordía el labio mirándolo a mi amigo.
- Y eso que solo viste un poco de todo lo que puede hacer Sol
Me senté del otro lado de Sol y quedamos los tres muy apretados en el sillón. Sol se giró y me besó. No fue un buen beso, estaba muy tensa.
- Estas muy nerviosa, ¿no? – le dije
- Si, realmente, sí
- Bueno, hagamos un juego – propuse yo
- Dale, me gustan los juegos – dijo Gustavo
- Empezá contando nuevamente lo que te gusta de Sol
- Su pelo colorado – dijo Gustavo y le acarició el cabello levantándole un mechón
- Gracias – dijo Sol mirándolo con deseo
- Y que más – insistí
- Sus pecas – dijo y con su dedo pulgar acarició la mejilla de Sol
Sol se mordió el labio descaradamente
- También su piel blanca y su boca rosa…
Gustavo le pasó ahora el pulgar por el labio inferior y Sol lo miró con sus ojos verdes iluminados por el deseo
Los labios de mi mujer se abrieron y supe que debía intervenir dándole permiso a Gustavo para que avance
- Besala, Gus
El acercó su boca y Sol avanzó con determinación buscando la suya. En cuanto sintieron el contacto ambas bocas de abrieron y las lenguas se buscaron. Y se encontraron.
Sol levantaba su cuerpo y se pegaba a él. Yo le acariciaba la espalda intentando no rozarme con su brazo que ahora la acariciaba.
Ella se separó y se giró para besarme a mí. Lo agradecí. Supe que no me quería dejar afuera de todo esto.
La abracé y mi mano chocó con la de Gustavo, que la retiró de inmediato, me reí. Seguíamos estando muy nerviosos los tres.
Se me ocurrió desafiar a Sol. Y le pregunté a Gustavo:
- ¿Besa mejor que la prima?
- Mucho mejor – se apresuró él
- Mi prima no existe al lado mío – dijo orgullosa
- Ah no sé, yo no la conozco como Gustavo – dije entre risas
- Es mejor Sol – dijo él
- Pero si solo la besaste, a ver, parate Gus
Gustavo se puso de pie frente a mi mujer. Sol lo miró desde abajo con cara de perra total y le dijo:
- Queres que te demuestre lo buena que soy – mientras le empezó a desabrochar el cinturón
El bulto de Gustavo era importante, aunque la dureza no era total debido a los nervios. Sol le desabotonó el jean y lo abrió. Se lo fue bajando por los costados. El negro bóxer de Gustavo mostraba una verga grande que descansaba sobre un costado expectante.
Sol ahora le agarró el elástico del bóxer y lo estiró para adelante bajándolo. Una verga grande, dura y pesada apareció ante la vista de Sol.
- ¿Te gusta? – le dije
- Mucho – dijo ella con la voz entrecortada de los nervios
- Dale un besito, entonces – la animé
Sol la besó y me miró.
- ¿Así?
- Si te gusta, podes darle más besos – le dije
Entonces Sol la besó nuevamente y luego sacó la lengua y la paso por el costado de la pija que ahora se mostraba muy dura y parada
- Ufghhhh como se puso eso – le dije
- ¿La puedo chupar un poquito? – Sol jugaba ahora a pedirme permiso
- Claro, pero preguntale a Gustavo si quiere
- Gus – Sol levantó la mirada y la clavó en los negros ojos de Gustavo – puedo chupártela un poquito
- Si, hermosa, podes chuparla todo lo que quieras
Sol se la metió lentamente en la boca. Toda no le cabía, pero hizo el esfuerzo. Empezó a chupársela como la experta que era.
El rojo cabello se le fue para adelante y no podía verla con claridad, de modo que sentándome mas adelante en el sillón me acerqué y le corrí el cabello. Se lo sostuve para mirarla mejor. Le acaricié el pelo y acompañé con mi mano el ritmo que tomaba su cabeza.
Era hermosa verla chupando una pija de esa manera.
- Me encanta verte chupándole la pija – le solté
- Mmmmm ¿sí? – ella se sacó la pija y me miró con deseo
No dudé y la besé. Nos besamos como dos adolescentes y me dio mucho morbo saber que estaba besándola luego de chupar la pija de mi amigo.
Sol se separó de mi boca y volvió a la pija de Gustavo. Yo comencé a quitarle la camisa desabrochando con cuidado cada uno de sus botones. Una de mis manos rozó la de Gustavo nuevamente y la de Sol que me ayudaba a quitarse la prenda
- Vamos al cuarto – dije yo
Sol se puso de pie y volvió a besar a Gustavo que ahora la abrazó con fuerza tomándola del culo y amasándoselo debajo de la blanca minifalda.
Yo no dudé y me coloqué detrás de ella. Gustavo subió sus manos a la cintura y yo aproveché para levantarle la pollerita y apoyarla desde atrás con mi bulto super duro. Ella sin dejar de besarlo tiró su culo para atrás para sentir mi contacto.
Luego ella se giró y me besó a mi mientras comenzaba a desabrocharme el pantalón. Sin querer, cuando le acaricié la cola a Sol, el dorso de mi mano rozó el miembro erecto de mi amigo y lo retiré rápidamente.
- Epaaaa – dijo él y se rio
- ¿Qué pasó? – preguntó Sol
- Le toqué la pija sin querer – le dije
Sol ya me había bajado el pantalón y sacado mi pija del calzoncillo. No dudó y se arrojó de rodillas agarrando ambas pijas con sus dos blancas manitos.
Me la chupó un ratito y luego se la sacó para chupar la de Gustavo, mas tarde volvió a hacer lo mismo dejándolo a Gustavo mientras me la chupaba. Después alternó de a tres chupadas a cada una y me retiré para no acabar en ese instante.
- Vamos a la habitación, quiero que me cojan – dijo ella
Llegamos al cuarto los tres y Sol lo agarró a Gustavo y lo acostó en la cama. Él hizo el amague de sacar un preservativo y ella me miró a mi:
- Yo me cuido, no hace falta
- ¿Estás segura? – quiso confirmar mi amigo
Sol me miró como pidiéndome permiso.
- Si, Gus, sos de confianza – le aclaré
A partir de ese momento Sol pareció olvidarse de mí. Tiró a Gustavo en la cama que quiso incorporarse para besarla.
Ella tomó el control totalmente y se arrodilló en el piso para volver a chuparle la pija mirándolo a los ojos. Era un poema ver a mi mujer con esas pecas, esos ojos verdes y ese rojo cabello chupándole la pija a mi amigo. Ella estaba desnuda a excepción de una negra bombachita de encaje toda metida en la cola.
Di la vuelta y me puse detrás de ella besándole la espalda y bajando a su culo. Le bajé lentamente la braguita y me metí la mano para tocarle la concha. Juro que nunca la había sentido tan mojada en mi vida.
Levantó las rodillas para dejar que le saque la prenda totalmente. Yo me arrodillé y le besé la cola lenta y suavemente. Aunque ella parecía no percibirlo, todos sus sentidos estaban en la pija de Gustavo, que ahora le acariciaba el pelo y la miraba con deseo.
Sol no dudó y se fue encima de mi amigo, puso las piernas a los costados de su cuerpo y agarrando la pija firmemente con su mano la colocó en la entrada de su concha.
Un rayo pareció recorrerle todo el cuerpo cuando fue bajando y se la engulló toda con su concha. Yo me acosté de lado a mirarla como cogía con mi amigo. Era un espectáculo hermoso. Ella realmente lo disfrutaba. Empezó a subir y bajar sobre la pija de Gustavo mientras apoyaba sus manos en el pechó de él.
- Aghhhhhh me gusta mucho – dijo ella
- ¿Te gusta la pija de mi amigo? – le pregunté
- Aghhhhhh estoy acabando – gritó ella
- Aghhhhhh Aghhhhhh, me vas a hacer acabar a mí también – dijo Gustavo mirándome como pidiéndome permiso
- Aghhhmmmm siiii, acabale adentro – le ordené a Gustavo
- Aaaahhhhhh – el grito vino de los dos al mismo tiempo
Sol gritó de una manera tremenda y se desplomó sobre Gustavo besándolo con absoluto desenfreno. Se movía como una serpiente y ahora se desmayaba como si la hubiesen desconectado de la corriente
Sol subió un poco y dejó caer todo el semen en la panza de mi amigo. Era lampiño o estaba depilado. Lo cierto es que ella pareció acordarse de que yo estaba ahí y me besó en la boca.
Luego se acostó en la cama y ahí quedamos los tres. Ellos dos habían acabado. Yo aún no.
Continuará…
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