Estando de novio con Camila siempre fantaseamos con la idea de hacer un trío. Tuvimos afortunadamente, la chance de hacer uno con una de sus mejores amigas. Al poco tiempo de ese suceso cortamos nuestra relación. Pero para mi sorpresa, eso no terminó ahí.
Cuando estábamos juntos siempre hablamos de concretar con otro hombre. A mi la idea de verla a ella interactuando con otro, me volvía loco. Ella lo sabía y me contaba que su ex tenía la pija enorme y eso me daba mucho morbo. Me la imaginaba chupándosela y cogiendo en 4 mientras era penetrada. La confianza era tanta que llegó a contarme que fue a la única persona que le entregó el orto. Confesándome que le calienta mucho que se la cojan por la cola, lamentablemente yo no tuve ese placer.
Un día llegado al cumple de uno de mis amigos veo que está ella también invitada. La saludo con normalidad y por el hecho de que había mucha gente quedamos distanciados pero de vez en cuando cruzábamos alguna mirada. La realidad es que me sigue pareciendo atractiva, está buena y tiene hermosa cola. De esas bien paraditas y duritas. Esa noche, estaba con un top que hacía que se le marcaran los pezones y un jean que hacía que resalte su cola y se notara que estaba bien entangada. Pasó la noche y tragos varios, en un momento se me acerca y me dice “está Franco acá también, me lo crucé recién cuando fui al baño”. Cuando me dijo eso me abalanzó su perfume, me rozó el brazo con la mano y vi que tenía las tetas totalmente erizadas. No terminó de caer en lo que me está diciendo que me dice “hoy quiero que me cojan los dos, porfa”. Con voz de putita mordiéndose el labio.
La muy hija de puta ya tenía todo arreglado, de alguna manera se las había ingeniado para hablar con ambos y ninguno de los dos pudo decir que no. Sé muy bien que Franco no tuvo la chance de hacer un trío con ella como lo hice yo, y yo no tuve la chance de metérsela por la cola. Serían alrededor de las 3 de la mañana cuando nos fuimos a mi casa en un Uber los tres. No hablamos mucho en el transcurso. Ella iba sentada en el medio de los dos con una mano en cada pierna, acariciándonos lentamente. Fuimos directo al cuarto, el cual estaba iluminado con una luz tenue de la lámpara en la mesa de luz.
Cuando quise acordar Cami ya estaba en tetas y solo tenía puesta una tanguita negra que transparentaba su rajita, era regulable con tiritas muy finitas. Se le re metía en la cola. Nos pidió que nos sentáramos ambos en el borde de la cama y nos sacáramos el jean en mi caso y en el de Franco un pantalón cargo. Cuando vi que se lo sacó pude notar un bulto considerable. Ella no se aguantó y le acaricio toda la pija con su mano y sus uñas pintadas de rojo. Me miró lascivamente e hizo lo mismo conmigo. Mientras me sobaba la pija le empezó a dar besitos en la pija a él y cuando vio que ya tenía la pija bien dura bajó el calzoncillo. Sin decir más que un “que rica pija” se la tragó hasta el fondo. Y cuando digo fondo me refiero hasta los huevos sin hacer siquiera una arcada. Se la chupaba, lo pajeaba y lo miraba a los ojos. También me bajó a mí el calzoncillo y empezó a pajearme despacito. La coordinación de ella era impresionante, me pajeaba de una manera hermosa, le chupaba la pija a él y coordinaba también con la mano.
Por fin fue mi turno y cambiamos roles, tenía la pija muy al palo ya y ella la boca llena de baba y calentita de chupársela. También se la tragó toda de una y me miraba mientras lo pajeaba despacio, de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. La cara de petera de ella era hermosa. Después de lo que para mí habrán sido 20 minutos nos pidió que nos paráramos y empezó a alternar. Chupaba una pija un rato y luego pasaba a otra. Se formaban hilitos de baba entre su boca y nuestras vergas. El ruido que hacía al petear era muy excitante.
Luego de un buen rato, se paró y dijo: “con o sin tanguita? Quiero una pija ya en la concha. Sin forro, hoy no me importa nada. Quien me coje?” No esperó ninguna respuesta y se puso en 4 en el borde de la cama y se corrió la tanguita a un lado. Dejó entrever una conchita totalmente depilada y con una considerable cantidad de humedad. Lo miré a Franco y le hice señas con la cabeza, sin mediar palabra se puso en posición y se la metió hasta el fondo. Pude ver la escena en primer plano, lo cual fue mi intención desde siempre. Se le abrió toda la concha hermosa, vi como esos labios se estiraban. Era muy ancha la pija. Ella solo emitió un “uffffffff aaaaahh” y vi como se aferraba a la sabana, levantando la cola y bajando la espalda.
Sin que me lo pida me posicioné para que me chupe la pija mientras otro se la cogia. No dudó ni un segundo y comenzó a mamármela con un ímpetu impresionante. La escena era de película porno, mientras uno le daba en 4, otro le cogía la boca. Los tres estábamos disfrutando al máximo y esto recién comenzaba. Desde mi posición veía perfectamente como salía casi toda la verga y volvía a entrar, le rebotaba el culo cada vez que eso pasaba. Las tetas le colgaban y al vaivén de cada embestida se movían. Se sentía el chasquido de la cola con la pelvis de él. Sonaban aplausos en la habitación básicamente.
“Quiero cambiar” dije. Nadie puso objeción. Ella se quedó como estaba y nosotros intercambiamos. Cuando me posicioné detrás de ella vi que tenía la concha empapada y abierta. No demoré nada en apuntar la cabeza de mi pija a su concha y penetrarla. La sensación fue sublime, estaba empapada y súper calentita. Mi pija entró como si nada y ella comenzó a gemir de puro gusto. No pudo gemir mucho porque enseguida se atragantó con la pija de Franco. Vi que tenía el culo en pompa y todo mojado, no lo pensé ni un segund, le metí mi pulgar y este se ganó integro en su cola. Lo saqué, lo chupé y se lo metí hasta el fondo. Pude sentir como lo aprisionaba con su cola. Como lo apretaba.
“Voy a acabar” escuché decir a Franco. No terminó de levantar la vista que escucho “me la quiero tomar toda”. Y así fue, no dejó caer ni una sola gota de leche. Se la tomó todita. No dejó de petear en ningún momento tampoco. Y yo no dejé de cogerla. Le limpió la pija como una experta que es y me miró por encima del hombro para decirme: “la tuya también me la quiero tomar toda”. Comencé a darle más fuerte, hasta el fondo. Veía como la concha se tragaba toda mi pija y se formaba una babita blanca alrededor de mi tronco. El ruido que hacía al metérsela era cautivador.
“Te las vas a tomar toda?” Le dije cuando ya no daba más y estaba a punto de acabar.
“Sí” respondió y se dio vuelta, se puso de rodillas en el piso y sacó la lengüita. Salió un primer chorro disparado al ojo izquierdo y el resto todo en su boca. Me limpio todo la pija sin dejar de comentar que le ardía el ojo. Le había quedado todo semen en las pestañas y en la nariz, no llegaba con la lengua a limpiárselo. Se lo limpié con una caricia tierna y el pulgar y se lo di de tomar. Chupó mi dedo como si fuera otra pija y culminó con un “me encanta tomármela”. Estaba toda transpirada y tenía perlitas de sudor encima de las tetas.
“La próxima acabada la quiero adentro” y se montó arriba de Franco, no sin antes sacarse la tanga. Comenzó a cabalgarlo vigorosamente mientras se tocaba las tetas y le arañaba el pecho. No paraba de gemir. Le encantaba y te lo demostraba. Ella misma se la clavaba hasta el fondo. Y se quedaba ahí unos segundos. Y volvía a empezar. En un momento se gira hacia mi y me dice: “me queres meter dos deditos en la cola, primero uno. Y después el otro.” Y procede a abrirse las nalgas. Esas nalgas gordas que cachetean con cada embestida. Me acerqué a ellos y me puse de rodillas arriba de la cama, pude ver como esa pija entraba en su conchita. Le manoseé la cola y le pegué una nalgada que sonó muy fuerte. Un chirlo. Le tocó la cola y ve que la tiene empapada, le meto el índice y entra la punta sin objeciones. Lo saco y lo meto hasta la mitad, lo saco nuevamente y lo meto hasta el fondo. Siento como ella se retuerce de placer. Gime. Saco el dedo, lo chupo y se lo meto hasta el fondo. Se retuerce aún más. Lo saco y lo chupo nuevamente, pero esta vez son dos dedos los que van a mi boca. Posteriormente se meten hasta la mitad en su cola. “Mmmm” escucho que dice, “me encanta”.
Tengo la pija hecha una piedra nuevamente. “Te la bancas?” Le pregunto y no espero respuesta. Me pongo en cuatro detrás de ella y apoyo la cabeza de mi pija en su culo. Ella se queda quieta para que yo proceda. Hago fuerza y cede un poquito, lo retiro y vuelvo a empujar, ya cede más. Entra casi toda la cabeza. Me queda un ratito ahí. Y es ella quien comienza a moverse. Se la entierra casi hasta la mitad. Casi al unísono comenzamos a movernos con Franco. Nos la estábamos cogiendo los dos a la vez. Se estaba bancando una doble penetración. No solo eso. Sino que le estaba encantando. Tiraba la cabeza hacia atrás y gemia muy bajito. Abría la boca muy grande y cerraba los ojos. Yo podía sentir como me apretaba la pija con el culo. Muy fuerte. También sentía como la nada misma separaba mi pija de la de Franco.
“No paren, no paren. Así, así. Ayy, que rico” fueron las últimas palabras antes del orgasmo de Cami. Se desplomó unos segundos encima del pecho de Franco, se le notaba la respiración muy agitada. Yo no me resistí y comencé a darle duro por el culo ya que ella no podía moverse. Comenzó a gemir de nuevo. Ahí fue cuando no aguanté más y le llene la cola de leche. Me vine dentro de ella. Lentamente sacó la pija de su culo y veo como empieza a brotar la leche. No termino de salir que Franco sale de abajo de ella y se pone en mi lugar. Apoya su pija en la cola y se la mete despacito, casi con ternura. Tenía la pija llena de leche y eso ayudó a lubricar. Esa pija se fue abriendo paso en la cola de Cami, hasta entrar integra. Ella solo bufaba. Franco se afirmó de sus caderas y comenzó con un meta y saca feroz que hacía que el culo de ella se estire mucho. Yo no podía creer lo que veía en primer plano. Le estaba rompiendo el culo, literal. Y ella se lo bancaba de una manera que nunca me hubiera imaginado, y eso que es algo en lo que que pensé en varias oportunidades. El ruido que hacía la cola cada vez aue esa pija entraba y salía era parecido al de una sopapa. Lo tenía totalmente dilatado y lleno de leche.
Cuando estábamos juntos siempre hablamos de concretar con otro hombre. A mi la idea de verla a ella interactuando con otro, me volvía loco. Ella lo sabía y me contaba que su ex tenía la pija enorme y eso me daba mucho morbo. Me la imaginaba chupándosela y cogiendo en 4 mientras era penetrada. La confianza era tanta que llegó a contarme que fue a la única persona que le entregó el orto. Confesándome que le calienta mucho que se la cojan por la cola, lamentablemente yo no tuve ese placer.
Un día llegado al cumple de uno de mis amigos veo que está ella también invitada. La saludo con normalidad y por el hecho de que había mucha gente quedamos distanciados pero de vez en cuando cruzábamos alguna mirada. La realidad es que me sigue pareciendo atractiva, está buena y tiene hermosa cola. De esas bien paraditas y duritas. Esa noche, estaba con un top que hacía que se le marcaran los pezones y un jean que hacía que resalte su cola y se notara que estaba bien entangada. Pasó la noche y tragos varios, en un momento se me acerca y me dice “está Franco acá también, me lo crucé recién cuando fui al baño”. Cuando me dijo eso me abalanzó su perfume, me rozó el brazo con la mano y vi que tenía las tetas totalmente erizadas. No terminó de caer en lo que me está diciendo que me dice “hoy quiero que me cojan los dos, porfa”. Con voz de putita mordiéndose el labio.
La muy hija de puta ya tenía todo arreglado, de alguna manera se las había ingeniado para hablar con ambos y ninguno de los dos pudo decir que no. Sé muy bien que Franco no tuvo la chance de hacer un trío con ella como lo hice yo, y yo no tuve la chance de metérsela por la cola. Serían alrededor de las 3 de la mañana cuando nos fuimos a mi casa en un Uber los tres. No hablamos mucho en el transcurso. Ella iba sentada en el medio de los dos con una mano en cada pierna, acariciándonos lentamente. Fuimos directo al cuarto, el cual estaba iluminado con una luz tenue de la lámpara en la mesa de luz.
Cuando quise acordar Cami ya estaba en tetas y solo tenía puesta una tanguita negra que transparentaba su rajita, era regulable con tiritas muy finitas. Se le re metía en la cola. Nos pidió que nos sentáramos ambos en el borde de la cama y nos sacáramos el jean en mi caso y en el de Franco un pantalón cargo. Cuando vi que se lo sacó pude notar un bulto considerable. Ella no se aguantó y le acaricio toda la pija con su mano y sus uñas pintadas de rojo. Me miró lascivamente e hizo lo mismo conmigo. Mientras me sobaba la pija le empezó a dar besitos en la pija a él y cuando vio que ya tenía la pija bien dura bajó el calzoncillo. Sin decir más que un “que rica pija” se la tragó hasta el fondo. Y cuando digo fondo me refiero hasta los huevos sin hacer siquiera una arcada. Se la chupaba, lo pajeaba y lo miraba a los ojos. También me bajó a mí el calzoncillo y empezó a pajearme despacito. La coordinación de ella era impresionante, me pajeaba de una manera hermosa, le chupaba la pija a él y coordinaba también con la mano.
Por fin fue mi turno y cambiamos roles, tenía la pija muy al palo ya y ella la boca llena de baba y calentita de chupársela. También se la tragó toda de una y me miraba mientras lo pajeaba despacio, de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. La cara de petera de ella era hermosa. Después de lo que para mí habrán sido 20 minutos nos pidió que nos paráramos y empezó a alternar. Chupaba una pija un rato y luego pasaba a otra. Se formaban hilitos de baba entre su boca y nuestras vergas. El ruido que hacía al petear era muy excitante.
Luego de un buen rato, se paró y dijo: “con o sin tanguita? Quiero una pija ya en la concha. Sin forro, hoy no me importa nada. Quien me coje?” No esperó ninguna respuesta y se puso en 4 en el borde de la cama y se corrió la tanguita a un lado. Dejó entrever una conchita totalmente depilada y con una considerable cantidad de humedad. Lo miré a Franco y le hice señas con la cabeza, sin mediar palabra se puso en posición y se la metió hasta el fondo. Pude ver la escena en primer plano, lo cual fue mi intención desde siempre. Se le abrió toda la concha hermosa, vi como esos labios se estiraban. Era muy ancha la pija. Ella solo emitió un “uffffffff aaaaahh” y vi como se aferraba a la sabana, levantando la cola y bajando la espalda.
Sin que me lo pida me posicioné para que me chupe la pija mientras otro se la cogia. No dudó ni un segundo y comenzó a mamármela con un ímpetu impresionante. La escena era de película porno, mientras uno le daba en 4, otro le cogía la boca. Los tres estábamos disfrutando al máximo y esto recién comenzaba. Desde mi posición veía perfectamente como salía casi toda la verga y volvía a entrar, le rebotaba el culo cada vez que eso pasaba. Las tetas le colgaban y al vaivén de cada embestida se movían. Se sentía el chasquido de la cola con la pelvis de él. Sonaban aplausos en la habitación básicamente.
“Quiero cambiar” dije. Nadie puso objeción. Ella se quedó como estaba y nosotros intercambiamos. Cuando me posicioné detrás de ella vi que tenía la concha empapada y abierta. No demoré nada en apuntar la cabeza de mi pija a su concha y penetrarla. La sensación fue sublime, estaba empapada y súper calentita. Mi pija entró como si nada y ella comenzó a gemir de puro gusto. No pudo gemir mucho porque enseguida se atragantó con la pija de Franco. Vi que tenía el culo en pompa y todo mojado, no lo pensé ni un segund, le metí mi pulgar y este se ganó integro en su cola. Lo saqué, lo chupé y se lo metí hasta el fondo. Pude sentir como lo aprisionaba con su cola. Como lo apretaba.
“Voy a acabar” escuché decir a Franco. No terminó de levantar la vista que escucho “me la quiero tomar toda”. Y así fue, no dejó caer ni una sola gota de leche. Se la tomó todita. No dejó de petear en ningún momento tampoco. Y yo no dejé de cogerla. Le limpió la pija como una experta que es y me miró por encima del hombro para decirme: “la tuya también me la quiero tomar toda”. Comencé a darle más fuerte, hasta el fondo. Veía como la concha se tragaba toda mi pija y se formaba una babita blanca alrededor de mi tronco. El ruido que hacía al metérsela era cautivador.
“Te las vas a tomar toda?” Le dije cuando ya no daba más y estaba a punto de acabar.
“Sí” respondió y se dio vuelta, se puso de rodillas en el piso y sacó la lengüita. Salió un primer chorro disparado al ojo izquierdo y el resto todo en su boca. Me limpio todo la pija sin dejar de comentar que le ardía el ojo. Le había quedado todo semen en las pestañas y en la nariz, no llegaba con la lengua a limpiárselo. Se lo limpié con una caricia tierna y el pulgar y se lo di de tomar. Chupó mi dedo como si fuera otra pija y culminó con un “me encanta tomármela”. Estaba toda transpirada y tenía perlitas de sudor encima de las tetas.
“La próxima acabada la quiero adentro” y se montó arriba de Franco, no sin antes sacarse la tanga. Comenzó a cabalgarlo vigorosamente mientras se tocaba las tetas y le arañaba el pecho. No paraba de gemir. Le encantaba y te lo demostraba. Ella misma se la clavaba hasta el fondo. Y se quedaba ahí unos segundos. Y volvía a empezar. En un momento se gira hacia mi y me dice: “me queres meter dos deditos en la cola, primero uno. Y después el otro.” Y procede a abrirse las nalgas. Esas nalgas gordas que cachetean con cada embestida. Me acerqué a ellos y me puse de rodillas arriba de la cama, pude ver como esa pija entraba en su conchita. Le manoseé la cola y le pegué una nalgada que sonó muy fuerte. Un chirlo. Le tocó la cola y ve que la tiene empapada, le meto el índice y entra la punta sin objeciones. Lo saco y lo meto hasta la mitad, lo saco nuevamente y lo meto hasta el fondo. Siento como ella se retuerce de placer. Gime. Saco el dedo, lo chupo y se lo meto hasta el fondo. Se retuerce aún más. Lo saco y lo chupo nuevamente, pero esta vez son dos dedos los que van a mi boca. Posteriormente se meten hasta la mitad en su cola. “Mmmm” escucho que dice, “me encanta”.
Tengo la pija hecha una piedra nuevamente. “Te la bancas?” Le pregunto y no espero respuesta. Me pongo en cuatro detrás de ella y apoyo la cabeza de mi pija en su culo. Ella se queda quieta para que yo proceda. Hago fuerza y cede un poquito, lo retiro y vuelvo a empujar, ya cede más. Entra casi toda la cabeza. Me queda un ratito ahí. Y es ella quien comienza a moverse. Se la entierra casi hasta la mitad. Casi al unísono comenzamos a movernos con Franco. Nos la estábamos cogiendo los dos a la vez. Se estaba bancando una doble penetración. No solo eso. Sino que le estaba encantando. Tiraba la cabeza hacia atrás y gemia muy bajito. Abría la boca muy grande y cerraba los ojos. Yo podía sentir como me apretaba la pija con el culo. Muy fuerte. También sentía como la nada misma separaba mi pija de la de Franco.
“No paren, no paren. Así, así. Ayy, que rico” fueron las últimas palabras antes del orgasmo de Cami. Se desplomó unos segundos encima del pecho de Franco, se le notaba la respiración muy agitada. Yo no me resistí y comencé a darle duro por el culo ya que ella no podía moverse. Comenzó a gemir de nuevo. Ahí fue cuando no aguanté más y le llene la cola de leche. Me vine dentro de ella. Lentamente sacó la pija de su culo y veo como empieza a brotar la leche. No termino de salir que Franco sale de abajo de ella y se pone en mi lugar. Apoya su pija en la cola y se la mete despacito, casi con ternura. Tenía la pija llena de leche y eso ayudó a lubricar. Esa pija se fue abriendo paso en la cola de Cami, hasta entrar integra. Ella solo bufaba. Franco se afirmó de sus caderas y comenzó con un meta y saca feroz que hacía que el culo de ella se estire mucho. Yo no podía creer lo que veía en primer plano. Le estaba rompiendo el culo, literal. Y ella se lo bancaba de una manera que nunca me hubiera imaginado, y eso que es algo en lo que que pensé en varias oportunidades. El ruido que hacía la cola cada vez aue esa pija entraba y salía era parecido al de una sopapa. Lo tenía totalmente dilatado y lleno de leche.
4 comentarios - Trío con mi ex, y su ex.