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Anecdota con una amiga

Hace bastante tiempo no escribo nada de este estilo, mi vida a sido golpeada por muchos problemas últimamente y tuve que dejar oculta esta parte de mi. Hace unas horas tuve la suerte de reencontrarme con una vieja amiga del pasado, una persona que realmente conoció de lo que soy capaz, realmente me conoció en esa etapa donde mi mente solamente pensaba en el morbo, la depravación y todo tipo de vulgaridades una mas degenerada que la otra. Me escribió de manera cordial, como si se tratara de una vieja amiga, la había conocido en un bar por el 2019, en ese momento, ella tenia dieciocho años recién cumplidos, yo ya tenia unos 20. Esa noche que la conocí fue por simples casualidades, obviamente hubo atracción mutua entre ambos, recuerdo el humo de cigarrillos sobrevolando en la penumbra de ese bar rolinga en Nueva Córdoba y el momento que entre esas nubes de humo la vi, de tez pálida, pelirroja y bajita, tenia unas bellas caderas que le formaban un buen culo y a su vez unos pechos pequeños que la verdad me encantaban, llevaba puesta una pollera negra con rojo y un top color negro que le de infarto, entre medio del tumulto de gente me acerqué a ella y la encaré (como decimos vulgarmente acá en Argentina).
Charlamos un rato y entre piropo que iba y va la agarre de la cintura y la puse contra un rincón y comenzamos a chapar entre manoseos y caricias, hasta que en un momento ya no fue suficiente, en ese rincón oscuro la hice darse vuelta y le levante esa pollera que llevaba, al ver esos glúteos blancos mi miembro se endureció a tal punto que dejé correr mis instintos, una tanga violeta de encaje que no se si fue por mi calentura en ese momento pero puedo asegurar que vi a través de ella esos bellos labios rosas.
Corrí discretamente esa tanga mientras ella suspiraba y paraba mas su cola ya entregada, yo no aguanté mas, saque mi miembro de mi pantalón y se lo metí sin importarme nada, no me importaba que estuviéramos en un lugar publico, que hubiera gente alrededor, que a unos metros solamente estaban mis amigos, ambos actuamos por instinto, como dos animales en celo, yo la embesti y pude sentir lo mojada que estaba esa vagina, sus fluidos caían a gotas de mi miembro, estuvimos cogiendo en ese rincón como por unos veinte minutos, con alcohol en el cuerpo y lujuria en la sangre, pasados unos minutos mas mi cuerpo sentía que ya iba a llegar al climax, en lo que yo en un momento ya dominado por mi misma lujuria, saque mi miembro de su vagina totalmente empapado, y la hice arrodillarse, parecía que por la misma naturaleza de ella saco la lengua y me miro directamente a los ojos, yo no pude aguantar mas y acabé, uno de los disparos fue directo a su boca y el otro pinto toda su cara, en el momento que acabé ella casi de manera orgullosa se paró y me miró con una sonrisa pícara, dejándome escrito en un papel un su numero de teléfono, nos habremos juntado dos veces máximo en ese año y después nos dejamos de ver, y dio las casualidades de la vida que en este día me la pusieron de vuelta frente a mi. Ahora estoy escribiendo este recuerdo recién llegado a mi casa, con las marcas de sus uñas en mi espalda, mi pecho y cuello con marcas de sus mordidas y con mensajes de ella diciéndome que apenas puede ponerse de pie por el bello encuentro que pasamos este día, pero esa será una historia que les contaré en otro momento.
Con esta bella anécdota contada me retiro, espero que la hayan disfrutado tanto como yo lo hice, espero sus comentarios y mensajes cuando gusten.

1 comentarios - Anecdota con una amiga

metalchono +1
Ánimo. Las cosas eventualmente mejoran. No pierdas el espíritu