
Hola hermosa comunidad poringuera, lamento haber estado tan ausente todo este último tiempo; pero hubieron cosas que me lo impidieron. No voy a entrar en detalles que a nadie le interesan pero la verdad que se me hizo imposible estar como solía estar.
Además mi compañera de confesiones tuvo sus complicaciones personales que le impiden seguir asistiéndome con el confesionario. Aunque sigue habiendo la mejor honda entre nosotros y siempre está latente su regreso.
Por otro lado también estuvo la falta de incentivo, no comentan y cada vez son menos quienes se confiesan, o mandan confesiones del tipo “El novio de mi hermana dijo que le quería romper el culo a mi mamá”, cuando se les pide que se explayen ya no contestan. Otra me mando diciendo “Tuve sexo con mi perro” y eliminó el perfil. Pero bueno son los gajes del oficio, por suerte hubo quienes se tomaron muy enserio su confesión y fueron muy detallistas.
Hoy voy a confesarme nuevamente, sobre una situación que vivimos con un ex pareja que tuve, esto pasó por el año 2008, en ese momento estaba con una chica bastante mayor, yo tenía unos 20 años y ella unos 40. La verdad que se mantenía muy bien a base de ejercicios, yo por aquel entonces vivía en La Plata y ella en CABA. Cada vez que nos veíamos no parábamos de garchar, más de una vez se fue a trabajar sin dormir pero con una sonrisa de oreja a oreja por tener una noche completa de sexo. Obviamente con tanto sexo la cosa se volvió monótona al poco tiempo, y vimos que necesitábamos nuevas experiencias. Por ejemplo que cuando salíamos se pusiera una minifalda sin ropa interior y cada vez que tenía posibilidad la tocaba haciendo que se mojara, una vez que estaban bien mojados mis dedos, los sacaba y me los metía en la boca para saborear y acto seguido nos besábamos. Una noche mientras volvíamos en el Roca para CABA (el diésel), aprovechamos que no había nadie y la cogí de parado contra la puerta, lógicamente ante la adrenalina de ser vistos, y la altísima posibilidad de que subiera alguien en la próxima estación, no fue muy largo solo unos minutos, pero nos abrió las puertas a nuevas posibilidades. Eso sí esa noche cuando llegamos a la casa garchamos sin parar, porque ella se transformó en una puta sedienta de sexo. Unos días después se nos había hecho muy tarde y teníamos que tomarnos un micro a CABA, era la medianoche no había un alma, lo que hizo que enseguida empezemos a buscarnos, ella se sentó arriba mío y empezó a moverse de una manera que me volvió loco, mientras yo le apretaba las tetas como le gustaba, y con mi otra mano le metía los dedos en el ogete, en una se paró y le lamí todo el orto por un rato, y se volvió a sentar pero esta vez se metió mi pija en el culo. Yo me sorprendí siempre se había negado pero estaba demasiado caliente. Yo empecé a meterle los dedos en la concha y ella apretaba los labios para no largar un gemido. Cuando estaba por acabar freno el micro y empezó a subir algo de gente pero muy poca, lo que si nos impedía seguir cogiendo como veníamos. De todos modos ella me empezó a petear hasta hacerme acabar y por primera vez se tomó hasta la última gota. Después aprovechando que estaban todas las luces apagadas se volvió a sentar arriba mío con mi pija en ese hermoso ogete y se lo metió de una. Y después de unos minutos volví a acabar. Lo más lindo fue que cuando bajamos tenía mojada la pollera en el culo con leche.
Si les gustó la anécdota háganmelo saber en los comentarios y les cuento otras que tuvimos que no fueron pocas. Por el momento no voy a poder subir imágenes de referencia hechas con la IA por algunos inconvenientes que estoy teniendo. Espero pronto solucionar todos los inconvenientes que me limitan. De hecho tengo que entrar desde el teléfono porque por un problema con las DNS no me deja cargar Poringa desde la pc.

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