Este año también me puse el disfraz de rey mago y me fui a casa de mi follamiga Marta O para dar una sorpresa a su hija, ya que no podían ir al desfile. Este año, el marido de Marta no iba a estar en casa, pues estaría trabajando. Marta O iba bien guapa, con un vestido blanco de algodón, de manga larga, corto hasta medio muslo, remarcando su culazo, con unas medias transparentes y unas botas negras altas hasta las rodillas.
Cuando le di el regalo a la hija de Marta, me hice varias fotos con ella, para que se las mandaran a su marido y viera la felicidad de la niña. Marta le dijo a su hija que podía jugar un ratito con el juego que la había traído y que luego tenía que acostarse para que así mañana tuviera el resto de los regalos en casa. Cuando Marta se fue a acostarla, yo me dirigí al salón, a esperarla sentada en el sofá.
Marta no tardo en aparecer en el salón, con su gran sonrisa. Se sentó a mi lado y me dio un pico. Me dijo que debíamos tener aun algo de cuidado pues se acababa de dormir su hija. Mientras acariciaba su rico muslo, la dije que trajera una cerveza para ir esperando. Cuando se levantó por ella, no me pude resistir y azoté su culazo. Cuando volvió con las cervezas, las tomamos, charlando, con mi mano sobre sus muslos y dándonos algún que otro beso rápido.
Marta fue a comprobar que su hija ya dormía profundo y al volver a sentarse a mi lado, por fin, nos dimos un buen y largo beso. Mi mano acariciaba sus piernas. Le dije a Marta que, si quería su regalo, solo tenía que meter la mano en la túnica de mi disfraz y cogerlo. Marta metió su mano y recorrió mis piernas, hasta comenzar a acariciar mi polla, ya que no llevaba nada más debajo de la túnica. Marta empezó a masturbarme y nos besábamos más apasionadamente. Mi mano acariciaba sus piernas y subía hasta sus pechitos, notando que no llevaba sujetador, bajo el vestido.
Marta me dijo de irnos mejor a su habitación, que había menos peligro que en el salón, por si la niña se despertaba. Cerramos la puerta y nos besamos al lado de la cama, con mis manos agarrando su culazo. Marta se sentó en el borde de la cama y me subió la túnica, hasta meterse bajo ella. Comenzó a hacerme un mamadón con su maravillosa boca ancha. Me acabe quitando el disfraz y agarre la cabeza de Marta para hacer fuerza y meterle mi polla hasta lo más profundo de su garganta, provocándola una rica arcada.
La hice ponerse a gatas en el borde de la cama. Levante su vestido hasta dejar su culazo al descubierto. Las medias la tapaban el culo y debajo llevaba un tanguita blanco con encaje. Golpee su culazo con mi polla bien dura, antes de arrodillarme para acariciarlo y besarlo. Una de mis manos pasaba por el culazo y la otra acariciaba su coño. Cogí las medias y tiré fuerte de ellas, rompiéndoselas. Di un bocado a su culazo, antes de meter mi cara entre sus piernas, apartar su tanga y comerla el coño.
Con su coño bien húmedo, me levanté, me puse un condón y metí mi polla en él, follándoselo suave, con su cintura bien agarrada. Poco a poco fui subiendo la fuerza de las penetraciones. Marta no se pudo resistir y empezó a soltar gemidos. Me incline y aprete su cabeza contra el colchón, para evitar que se oyeran esto y pudiera despertar a su hija. No pare de follarla el coño hasta que se corrió. Entonces folle su maravilloso culo.
Le levante y nos besamos, mientras la quitaba el vestido, dejándola con los pechitos al descubierto. Me senté en mitad de la cama y Marta lo hizo sobre mí, rodeándome con sus piernas. Se metió mi polla en su coño, nuevamente, y comenzó a moverse en círculos, sintiendo mi polla bien dentro. Acariciaba sus muslazos y comía sus pechitos. Cuando volvió a gemir, tuve que o bien besarla, o bien taparla la boca, para que no se oyera. Marta comenzó a inclinarse hacia atrás, mientras acariciaba sus pechitos. Al final la deje caer, tumbándose. Me eche sobre ella y seguimos follando. Nos besábamos y acariciaba sus muslazos. Varias veces, mordía sus pechitos. Marta iba a correrse de nuevo, por lo que me puse de rodillas entre sus piernas para comerla el coño, una vez más, hasta que se corrió en mi boca.
Me tumbe lateralmente, a su lado, y la levante una pierna. Metí mi polla en su culo y se lo follé. Marta giro la cabeza y nos besamos, mientras acariciaba sus pechitos. Mi mano acabo bajando hasta su clítoris, masturbándolo. Volví a meter mi polla en su coño y la follé más fuerte aún. Marta estaba tan caliente que comenzó a morderme los labios, mientras me besaba.
La tumbé y me senté de rodillas en su pecho. Me quite el condón y Marta subió su cabeza, para comerme la polla. Yo eche una mano hacia atrás, para volver a acariciar su clítoris. Cuando iba a correrme, comencé a masturbarme, apuntando a su boca grande, mientras la avisaba que estaba a punto de llegar su regalo. Cuando me corrí, salió mi semen disparado a su boca, pero algo cayo en su preciosa cara. Marta volvió a comerme la polla, tragando mi semen y dejándola bien seca.
Me tumbe a su lado y nos besamos y acariciamos un rato. Durante este rato, Marta me agradeció su regalazo de reyes y yo le dije que había sido buena amante y que se merecía mucho el regalo. Tras limpiarnos en el baño, me puse el disfraz y me fui, tras darnos un besazo antes de abrir la puerta de la calle.
Me dirigí a un bar donde mi novia Rakety estaba con varios amigos nuestros. Entre ellos estaba mi follamiga Jovanka. Iba con un vestido negro con muchos lunares blancos pequeñitos, de manga corta, que acababa poco más debajo de su culo ancho, que era ajustado en la zona de los pechos, marcando las tetazas de Jovanka. También llevaba unas medias negras. Al verme disfrazado todos hicieron chistes y nos reímos un buen rato. Jovanka no paro de tontear conmigo, de pedirme sus regalos, de decirme que ella había sido buena niña, etc. Estuvimos un rato más tonteando y besándonos, cuando Jovanka me dijo de irnos a su casa, que estaba al lado del bar.
De camino a su casa, no paramos de besarnos y mi mano acariciaba su culo ancho. En el ascensor, según entramos, me puse mirando el espejo, y me subí la túnica, mostrándola reflejada en el espejo mi polla. Jovanka se arrimo a mi espalda y agarro mi polla, masturbándome, mientras nos besábamos y nos mirábamos por el espejo. Cuando llegamos a su planta, salimos del ascensor sin que Jovanka me soltara la polla. El morbazo del riesgo de que algún vecino nos viera, era tremendo.
Ya en la casa, Jovanka me siguió sin soltar, hasta sentarse en el sofá, donde empezó a hacerme una mamada, mientras se quitaba el abrigo. Yo me quite la túnica, quedándome desnudo. Jovanka cada vez me comía la polla con más ganas y yo estire una de mis manos para acariciar sus tetazas. Jovanka paso mi dura y empapada polla por sus tetazas, para acabar haciéndome una cubana, con el vestido aun puesto.
Jovanka se levanto y nos besamos, mientras la quitaba el vestido. Llevaba un sujetador negro de aro, con encaje, que la hacia un canalillo maravilloso. Las medias la llegaban hasta la cintura y debajo se intuía un tanga negro también con encaje. Bese su maravilloso canalillo, mientras acariciaba sus tetazas y ella me volvía a masturbar. Antes de que pudiera sacar sus tetazas del sujetador, Jovanka se volvió a sentar y me hizo una nueva mamada bien deliciosa. Metió mi polla entre sus tetazas, con el sujetador puesto y me hizo una cubana maravillosa. Movía rápido sus tetazas y me lamia el glande, poniéndome cachondísimo.
Jovanka volvió a levantarse y nos besamos, con mis manos acariciando sus tetazas y culazo. Saqué sus tetazas del sujetador y se las devoré, mientras ella apretaba mi cabeza contra ellas. Comí y lamí con más ganas aun sus gordos pezones. Mis manos apretaban fuerte sus tetazas y estiraba sus pezones, disfrutando sin parar. El móvil de Jovanka sonó un par de veces, pero no le hicimos ningún caso.
Coloque de rodillas a Jovanka en el sofá, con las manos en el cabecero, mirando la pared. Me arrodille y bese culo ancho culo. Cogí las medias, estirándolas y rompiéndolas. Estire su tanga, para metérselo por la raja del coño, mientras azotaba su culo y lo besaba. Aparte el tanga, metí mi cara entre sus piernas y la comí el coño. Mis manos se estiraron para agarrar sus tetazas. De vez en cuando, una de ellas, bajaba para acariciar su pierna y muslo. Cuando note mojadísimo su coño, me levante, me puse un condón y comencé a follarla. Empecé suave, con sus tetazas agarradas por mis manos.
De repente se oyó abrirse la puerta de la casa y apareció en el salón, Juanjo, el voyeur marido de Jovanka. Nos dijo que cuando no nos encontraba en el bar y no respondía Jovanka a las llamadas, ya sospechaba que habíamos venido a casa a follar. Se sentó a nuestro lado en el sofá, se quitó los pantalones y empezó a masturbarse mirando como follaba a su mujer.
Comencé a follar más fuerte a Jovanka y a tirarla del pelo, mientras una de mis manos seguía con una de sus tetazas bien agarrada. Jovanka empezó a gemir y yo miraba a Juanjo y le decía que viera como gozaba conmigo su mujercita y que ese era el mejor regalo de reyes que iba a tener esa noche. Cambié de agujero y comencé a follarla el culo. Jovanka se estiro, quedando casi recta, y nos besamos, mientras volvía a agarrar sus tetazas.
Me senté en el sofá y Jovanka se sentó de rodillas mirándome. Se metió mi polla en el coño, nuevamente, y comenzó a moverse en círculos a buena velocidad. Tras unos besos, sin soltar sus tetazas, comencé a devorárselas. Le dije a Jovanka que a este rey mago, le encantaba la comida que la habían dejado en su casa, y no pare de comérselas, mientras ella subía la velocidad de sus movimientos. Jovanka le dijo a su marido que trajera la nata, para darle más sabor a la comida que me estaba comiendo. Cuando la trajo, le ordeno que llenara sus tetazas con la nata montada. Juanjo lo hizo sin yo soltar esas tetazas y cuando las tuvo bien tapadas, comencé a comérselas. Juanjo volvió a llenar las tetazas con la nata y ahora Jovanka apretó mi cara contra ellas, haciendo que parte de esta nata, se me pusiera en la cara, mientras se las devoraba. Jovanka no bajo el ritmo de sus movimientos en ningún momento. Cuando saque la cara de esas tetazas, Jovanka me lamio la cara, limpiándomela, para acabar besándonos, sin soltar mis manos sus tetazas, en ningún momento. Juanjo echo nata en la boca de Jovanka y nos volvimos a besar, pasándonosla y tomándonosla.
Jovanka estaba para correrse, por lo que me levanté y la senté. Me arrodille entre sus piernas, las cuales coloque en mis hombros. Pedí a Juanjo la nata y, tras apartar el tanga, llené el coño de nata y comencé a comérselo. No pare de comérselo, tras tomarme la nata y no descanse hasta que se corrió en mi boca. Entonces me levante y eche hacia atrás a Jovanka. Apoyé una de mis rodillas en el sofá, puse sus piernas contra mi pecho y empecé a follarla el culo. Juanjo volvía a estar sentado, masturbándose. Saqué mi polla de su culo y me puse de pie. Me quite el condón y Jovanka me masturbo con sus pies, tapados por las medias. Me rocié la polla con nata y Jovanka se sentó, para hacerme un nuevo mamadón, comiéndose la nata, las varias veces que la eché sobre mi polla.
Cuando me corrí, Jovanka me limpio bien la polla. Me senté de nuevo, con ella sobre mí, lateralmente. Volví a llenar sus tetazas con la nata y se las comí nuevamente. Juanjo siguió masturbándose y cuando se corrió, Jovanka le comió la polla, para aprovechar su semen. Juanjo trajo unas cervezas y nos las tomamos, relajándonos.
Mi novia me había escrito, que se había ido con un amigo nuestro a casa de este. Por lo que, tras tomarme la cerveza, me volví a disfrazar y me fui para casa.
Cuando le di el regalo a la hija de Marta, me hice varias fotos con ella, para que se las mandaran a su marido y viera la felicidad de la niña. Marta le dijo a su hija que podía jugar un ratito con el juego que la había traído y que luego tenía que acostarse para que así mañana tuviera el resto de los regalos en casa. Cuando Marta se fue a acostarla, yo me dirigí al salón, a esperarla sentada en el sofá.
Marta no tardo en aparecer en el salón, con su gran sonrisa. Se sentó a mi lado y me dio un pico. Me dijo que debíamos tener aun algo de cuidado pues se acababa de dormir su hija. Mientras acariciaba su rico muslo, la dije que trajera una cerveza para ir esperando. Cuando se levantó por ella, no me pude resistir y azoté su culazo. Cuando volvió con las cervezas, las tomamos, charlando, con mi mano sobre sus muslos y dándonos algún que otro beso rápido.
Marta fue a comprobar que su hija ya dormía profundo y al volver a sentarse a mi lado, por fin, nos dimos un buen y largo beso. Mi mano acariciaba sus piernas. Le dije a Marta que, si quería su regalo, solo tenía que meter la mano en la túnica de mi disfraz y cogerlo. Marta metió su mano y recorrió mis piernas, hasta comenzar a acariciar mi polla, ya que no llevaba nada más debajo de la túnica. Marta empezó a masturbarme y nos besábamos más apasionadamente. Mi mano acariciaba sus piernas y subía hasta sus pechitos, notando que no llevaba sujetador, bajo el vestido.
Marta me dijo de irnos mejor a su habitación, que había menos peligro que en el salón, por si la niña se despertaba. Cerramos la puerta y nos besamos al lado de la cama, con mis manos agarrando su culazo. Marta se sentó en el borde de la cama y me subió la túnica, hasta meterse bajo ella. Comenzó a hacerme un mamadón con su maravillosa boca ancha. Me acabe quitando el disfraz y agarre la cabeza de Marta para hacer fuerza y meterle mi polla hasta lo más profundo de su garganta, provocándola una rica arcada.
La hice ponerse a gatas en el borde de la cama. Levante su vestido hasta dejar su culazo al descubierto. Las medias la tapaban el culo y debajo llevaba un tanguita blanco con encaje. Golpee su culazo con mi polla bien dura, antes de arrodillarme para acariciarlo y besarlo. Una de mis manos pasaba por el culazo y la otra acariciaba su coño. Cogí las medias y tiré fuerte de ellas, rompiéndoselas. Di un bocado a su culazo, antes de meter mi cara entre sus piernas, apartar su tanga y comerla el coño.
Con su coño bien húmedo, me levanté, me puse un condón y metí mi polla en él, follándoselo suave, con su cintura bien agarrada. Poco a poco fui subiendo la fuerza de las penetraciones. Marta no se pudo resistir y empezó a soltar gemidos. Me incline y aprete su cabeza contra el colchón, para evitar que se oyeran esto y pudiera despertar a su hija. No pare de follarla el coño hasta que se corrió. Entonces folle su maravilloso culo.
Le levante y nos besamos, mientras la quitaba el vestido, dejándola con los pechitos al descubierto. Me senté en mitad de la cama y Marta lo hizo sobre mí, rodeándome con sus piernas. Se metió mi polla en su coño, nuevamente, y comenzó a moverse en círculos, sintiendo mi polla bien dentro. Acariciaba sus muslazos y comía sus pechitos. Cuando volvió a gemir, tuve que o bien besarla, o bien taparla la boca, para que no se oyera. Marta comenzó a inclinarse hacia atrás, mientras acariciaba sus pechitos. Al final la deje caer, tumbándose. Me eche sobre ella y seguimos follando. Nos besábamos y acariciaba sus muslazos. Varias veces, mordía sus pechitos. Marta iba a correrse de nuevo, por lo que me puse de rodillas entre sus piernas para comerla el coño, una vez más, hasta que se corrió en mi boca.
Me tumbe lateralmente, a su lado, y la levante una pierna. Metí mi polla en su culo y se lo follé. Marta giro la cabeza y nos besamos, mientras acariciaba sus pechitos. Mi mano acabo bajando hasta su clítoris, masturbándolo. Volví a meter mi polla en su coño y la follé más fuerte aún. Marta estaba tan caliente que comenzó a morderme los labios, mientras me besaba.
La tumbé y me senté de rodillas en su pecho. Me quite el condón y Marta subió su cabeza, para comerme la polla. Yo eche una mano hacia atrás, para volver a acariciar su clítoris. Cuando iba a correrme, comencé a masturbarme, apuntando a su boca grande, mientras la avisaba que estaba a punto de llegar su regalo. Cuando me corrí, salió mi semen disparado a su boca, pero algo cayo en su preciosa cara. Marta volvió a comerme la polla, tragando mi semen y dejándola bien seca.
Me tumbe a su lado y nos besamos y acariciamos un rato. Durante este rato, Marta me agradeció su regalazo de reyes y yo le dije que había sido buena amante y que se merecía mucho el regalo. Tras limpiarnos en el baño, me puse el disfraz y me fui, tras darnos un besazo antes de abrir la puerta de la calle.
Me dirigí a un bar donde mi novia Rakety estaba con varios amigos nuestros. Entre ellos estaba mi follamiga Jovanka. Iba con un vestido negro con muchos lunares blancos pequeñitos, de manga corta, que acababa poco más debajo de su culo ancho, que era ajustado en la zona de los pechos, marcando las tetazas de Jovanka. También llevaba unas medias negras. Al verme disfrazado todos hicieron chistes y nos reímos un buen rato. Jovanka no paro de tontear conmigo, de pedirme sus regalos, de decirme que ella había sido buena niña, etc. Estuvimos un rato más tonteando y besándonos, cuando Jovanka me dijo de irnos a su casa, que estaba al lado del bar.
De camino a su casa, no paramos de besarnos y mi mano acariciaba su culo ancho. En el ascensor, según entramos, me puse mirando el espejo, y me subí la túnica, mostrándola reflejada en el espejo mi polla. Jovanka se arrimo a mi espalda y agarro mi polla, masturbándome, mientras nos besábamos y nos mirábamos por el espejo. Cuando llegamos a su planta, salimos del ascensor sin que Jovanka me soltara la polla. El morbazo del riesgo de que algún vecino nos viera, era tremendo.
Ya en la casa, Jovanka me siguió sin soltar, hasta sentarse en el sofá, donde empezó a hacerme una mamada, mientras se quitaba el abrigo. Yo me quite la túnica, quedándome desnudo. Jovanka cada vez me comía la polla con más ganas y yo estire una de mis manos para acariciar sus tetazas. Jovanka paso mi dura y empapada polla por sus tetazas, para acabar haciéndome una cubana, con el vestido aun puesto.
Jovanka se levanto y nos besamos, mientras la quitaba el vestido. Llevaba un sujetador negro de aro, con encaje, que la hacia un canalillo maravilloso. Las medias la llegaban hasta la cintura y debajo se intuía un tanga negro también con encaje. Bese su maravilloso canalillo, mientras acariciaba sus tetazas y ella me volvía a masturbar. Antes de que pudiera sacar sus tetazas del sujetador, Jovanka se volvió a sentar y me hizo una nueva mamada bien deliciosa. Metió mi polla entre sus tetazas, con el sujetador puesto y me hizo una cubana maravillosa. Movía rápido sus tetazas y me lamia el glande, poniéndome cachondísimo.
Jovanka volvió a levantarse y nos besamos, con mis manos acariciando sus tetazas y culazo. Saqué sus tetazas del sujetador y se las devoré, mientras ella apretaba mi cabeza contra ellas. Comí y lamí con más ganas aun sus gordos pezones. Mis manos apretaban fuerte sus tetazas y estiraba sus pezones, disfrutando sin parar. El móvil de Jovanka sonó un par de veces, pero no le hicimos ningún caso.
Coloque de rodillas a Jovanka en el sofá, con las manos en el cabecero, mirando la pared. Me arrodille y bese culo ancho culo. Cogí las medias, estirándolas y rompiéndolas. Estire su tanga, para metérselo por la raja del coño, mientras azotaba su culo y lo besaba. Aparte el tanga, metí mi cara entre sus piernas y la comí el coño. Mis manos se estiraron para agarrar sus tetazas. De vez en cuando, una de ellas, bajaba para acariciar su pierna y muslo. Cuando note mojadísimo su coño, me levante, me puse un condón y comencé a follarla. Empecé suave, con sus tetazas agarradas por mis manos.
De repente se oyó abrirse la puerta de la casa y apareció en el salón, Juanjo, el voyeur marido de Jovanka. Nos dijo que cuando no nos encontraba en el bar y no respondía Jovanka a las llamadas, ya sospechaba que habíamos venido a casa a follar. Se sentó a nuestro lado en el sofá, se quitó los pantalones y empezó a masturbarse mirando como follaba a su mujer.
Comencé a follar más fuerte a Jovanka y a tirarla del pelo, mientras una de mis manos seguía con una de sus tetazas bien agarrada. Jovanka empezó a gemir y yo miraba a Juanjo y le decía que viera como gozaba conmigo su mujercita y que ese era el mejor regalo de reyes que iba a tener esa noche. Cambié de agujero y comencé a follarla el culo. Jovanka se estiro, quedando casi recta, y nos besamos, mientras volvía a agarrar sus tetazas.
Me senté en el sofá y Jovanka se sentó de rodillas mirándome. Se metió mi polla en el coño, nuevamente, y comenzó a moverse en círculos a buena velocidad. Tras unos besos, sin soltar sus tetazas, comencé a devorárselas. Le dije a Jovanka que a este rey mago, le encantaba la comida que la habían dejado en su casa, y no pare de comérselas, mientras ella subía la velocidad de sus movimientos. Jovanka le dijo a su marido que trajera la nata, para darle más sabor a la comida que me estaba comiendo. Cuando la trajo, le ordeno que llenara sus tetazas con la nata montada. Juanjo lo hizo sin yo soltar esas tetazas y cuando las tuvo bien tapadas, comencé a comérselas. Juanjo volvió a llenar las tetazas con la nata y ahora Jovanka apretó mi cara contra ellas, haciendo que parte de esta nata, se me pusiera en la cara, mientras se las devoraba. Jovanka no bajo el ritmo de sus movimientos en ningún momento. Cuando saque la cara de esas tetazas, Jovanka me lamio la cara, limpiándomela, para acabar besándonos, sin soltar mis manos sus tetazas, en ningún momento. Juanjo echo nata en la boca de Jovanka y nos volvimos a besar, pasándonosla y tomándonosla.
Jovanka estaba para correrse, por lo que me levanté y la senté. Me arrodille entre sus piernas, las cuales coloque en mis hombros. Pedí a Juanjo la nata y, tras apartar el tanga, llené el coño de nata y comencé a comérselo. No pare de comérselo, tras tomarme la nata y no descanse hasta que se corrió en mi boca. Entonces me levante y eche hacia atrás a Jovanka. Apoyé una de mis rodillas en el sofá, puse sus piernas contra mi pecho y empecé a follarla el culo. Juanjo volvía a estar sentado, masturbándose. Saqué mi polla de su culo y me puse de pie. Me quite el condón y Jovanka me masturbo con sus pies, tapados por las medias. Me rocié la polla con nata y Jovanka se sentó, para hacerme un nuevo mamadón, comiéndose la nata, las varias veces que la eché sobre mi polla.
Cuando me corrí, Jovanka me limpio bien la polla. Me senté de nuevo, con ella sobre mí, lateralmente. Volví a llenar sus tetazas con la nata y se las comí nuevamente. Juanjo siguió masturbándose y cuando se corrió, Jovanka le comió la polla, para aprovechar su semen. Juanjo trajo unas cervezas y nos las tomamos, relajándonos.
Mi novia me había escrito, que se había ido con un amigo nuestro a casa de este. Por lo que, tras tomarme la cerveza, me volví a disfrazar y me fui para casa.
1 comentarios - Navidad 24/25: Noche de reyes de regalos calientes