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XXVIII Su mejor amiga. No sé el porqué pero sí el cómo.

Luego de ese encuentro, todo cambió. Decidimos poner reglas. No habría más mentiras, yo tendría que saber todo porque sino suspendía el casamiento y me separaba. Pauli no tenía que estar ahí en horario sospechosos porque tampoco me daba la cara para que alguien más sepa lo cornudo que soy. Yo debía ser parte de todo de alguna forma, porque sino eso también haría que se rompa nuestra relación. No entraría nadie más en todo este quilombo, porque sino eso también llevaría a la ruptura y que esto tenía fecha de vencimiento, sea por cansancio de alguno de los dos o bien por que nos estábamos por casar y quería probar otra vida en otro lado. Lógicamente, si esto último no se cumplía, también desembocaria en el final.
Creo que al fin y al cabo, solo quería ver si ella pisaba el palito para justificar que esto ya no iba para donde yo pretendía. Mientras tanto, disfrutaría.

Pasó el tiempo y como era de esperar la primer semana, Pauli fue todos los días. Algunas estuve presente, dónde sólo pasamos a comprar; Mario la hacía pasar al fondo y ella le chupaba la pija. Otras, cuando ella tenía la mañana libre, me hacía una video llamada y me mostraba cómo Mario se la cojia. No puedo mentirles. Todas esas veces terminaba en el baño masturbándome desesperado y explotando cómo nunca. Siempre Mario era el eje central.
Lucio, en cambio, sólo empezó a cogerla alguna que otra vez. En general, el viejo le suplicaba acabar a escondidas de Mario porque decía que se había vuelto muy autoritario.
La verdad que esa actitud a mí ya no me agradaba. No por el viejo, sino porque tarde o temprano se convertiría en un problema.
Una mañana, Pauli ya me había contado de esto, y me llamó previo al encuentro. Era cerca del mediodía así que decidí tomarme la hora del almuerzo. Fui al baño del trabajo, me coloqué los auriculares. Pauli, muy rápida, puso el celular de una manera que pueda filmar, pero que nadie se de cuenta.

- Nena, por favor...- Le decía el viejo, casi desesperado, tocándole el culo
- Lucio, va a venir Mario.- Observaba la cortina y sólo escuchaba a lo lejos la voz de Mario.
- Nena, vos estás acá por mí. Necesito acabar, volver a sentir.- Pauli estaba cruzada de brazos, con una calza deportiva, lo miró un instante, nerviosa.

Honestamente, ahí tomé dimensión de muchas cosas que estaban pasando.

- Rápido, ¿ok?- Le dijo Pauli y se arrodilló.

Le sacó los pantalones y se la empezó a chupar.

- No, vení, parate así vos escuchas o ves si viene.-

Pauli le hizo caso. Se paró, Lucio le bajó el pantalón y se colocó detrás.

- No, Lucio.- Susurró Pauli.- Ya te dije que la concha es de Mario. Métela un poco en el culo y acaba afuera porque se va a dar cuenta.-
- Estás empamada, dejame pasarla así te lubrico el culito.-
- No, Lucio. Es de Mario. Lo que tengo es gel para que entre más rápido.-

Pauli lo miraba asustada. El viejo se notó que la pasó por la cocha y fue al culo. Empezó a cogerla y Pauli hacia fuerza para no gemir.

- Pensar que eras mí puta...-
- Ah... ah... ah... apúrese...-
- Yo te hice así de puta, ¿Te acordás?-
- ah... si, si... me acuerdo pero acabe que no escucho bien.- Pauli miraba nerviosa hacia afuera.
- Ya acabo... ya acabo...- empezó a acelerar el ritmo.
- Ah, ah, ah... afuera... ah...-

El viejo empezó a temblar ella intentó salir y se escuchó un ruido.

- ¿¡Qué mierda haces!?- Era Mario, sacado. Tan sacado que no era ni cerca el mismo cuando estaba yo.
- Para, Mario. Ya está, pobre Lucio.-
- ¡Este viejo de mierda no te tiene que ni tocar!-

Mario se acercó a Lucio, que con sus vergüenzas trataba de levantarse el pantalón y lo golpeó en la nuca.

- Anda a atender.-

Pauli estaba visualmente nerviosa. Yo creo que ya había acabado o se me había bajado pero no sabía que hacer. Si llamaba a la policía todo sería un quilombo de explicar y se enterarían. Si iba yo, llegaría tarde. En definitiva, estaba atado de pies y manos.

- ¿Qué te hizo?- Le dijo Mario, mirándola fijo, ido.
- Me cogió un poco el culo porque estaba caliente.-
- Vos sos mí puta, ¿Me escuchaste?- Le tomó el rostro y la acercaba.
- Está bien, pero para. Me estás lastimando.-

Mario intento besarla y Paula se alejó.

- No, besos, no.-

Mario, la agarró de los brazos y la dió vuelta. Sin darse cuenta, colocó la cara en primer plano con la cámara. Visiblemente se la metió en el culo y empezó a cogerla con fuerza. Paula se le notaba que estaba sufriendo pero gemía como si lo disfrutara.

- ¡No me besas pero me dejas romperte bien el culo, flor de puta!- La menospreciaba, agarrándola del pelo, pegándole en el culo.
- ah, ah, Ahg... Mario, por favor, por favor, despacio.-
- ¿Despacio? ¡Puta te dejas coger por el viejo cuando yo no te lo ordené!-
- Ahg... Mario... ah... me estás lastimando, para...-
- ¿De quien sos, puta?- ¡Decilo!-
- De vos Mario, soy tuya, mi cuerpo es tuyo, ah... por favor, para...-

Mario la embistió dos, tres veces más, se alejó e hizo que se agache. Sin preguntarle le hizo chuparle la pija.

- Hoy estoy nervioso, así que vas a venir dos veces, ¿Escuchaste?-
- Si...-

Mario le llenó la boca de leche y Paula tragó todo lo que pudo. Si, había vuelto a acabar casi sin tocarme. Mario, se levantó y fue al baño. Pauli fue al celular con cara triste, me hizo gestos y abrió los ojos.

- Mostrame las tetas.- Le ordenó Mario.- ¿Con quien hablas?-
- No... nada... de la facultad... nada.- Pauli dejó el celular donde estaba.
- Te dije que me muestres las tetas.-

Pauli se levantó la remera y Mario comenzó a comérselas desesperado. Le empezó a tocar la concha y se veía que la tocaba con ganas porque ella empezó a delirar. a los segundos, Mario se alejó y empezó a pegarle en las tetas.

- ¿Esto te calienta, puta?-
- Me lastimas, tarado, para...-
- ¿No te gusta? ¿Sos una putita con dignidad? -

La dió vuelta y le tiró hacia abajo las calzas y empezó a pegarle chirlos en el culo.

- Puta de mierda, no sos nada, ¿Esto te calienta, puta?-

Pauli no decía nada. Mario continúo pegándole en el culo e insultándola. Le empezó a meter los dedos en el culo y en la concha, con fuerza.

- ah... puteame... puteame... ah...-
- ¿Te puteo y te pego, putita?-
- ah... si... ah... y méteme los dedos...ah...-

La cara de Pauli era descomunal. A los segundos, ella estaba acabando y Mario duro de nuevo, volvió a cogerla esta vez por la concha.

Él se fue al baño, ella acomodó su ropa y mientras esperaba que se vaya la gente, Lucio volvió. La pajeó con ganas y ella se la chupó flácida. Ahora, ya no sabría quien le estaba haciendo un favor al otro.

- ¿Me dejas un poco?- Dijo Lucio, con una erección, importante.

Pauli sonrió, hizo que se siente, corrió su tanga y se la metió en la concha. Saltó hasta que se empezaban a perder las voces de adelante. Ella se detuvo con miedo y se paró.

- Mejor, no vuelvas.- Le Susurró Lucio.
- ¿Por qué?-
- Está tomando cosas locas. Mejor, no vuelvas más, por más que me duela.- Sonrió Lucio, triste.

Lucio le hizo gestos de cómo estaba. Se escucharon voces de nuevo. Pauli se volvió a sentar pero está vez, se la metió en el culo.

- Siempre fui tu putita, don Lucio.-
- ¿Si? ¿Siempre lo vas a ser?-
- ah... ah... que linda pija tiene...-
- Qué puta sos...-

Pude ver cómo lentamente la verga del viejo entraba y salía, pude ver cómo se volvieron a asustar y está vez, pude ver cómo Pauli agarró sus cosas y se fue.

Esa noche, los dos decidimos denunciar a Mario. A los pocos días, estaba clausurado y cerrado. Con el tiempo nos enteramos que cayó preso por venta de drogas. Nuestro casamiento se acercaba. Cada uno armó su despedida de solteros, La mía sería un viernes y la de Pauli, un sábado.


Ese viernes, con mis amigos no hicimos nada del otro mundo. Fuimos a bailar, alguna macana me mandé. Le escribí a Maca.

YO: Mi despedida, deberías ser vos.
MACA: ¡Ja! Te perdiste que yo no sea tu comienzo.
YO: ¿Estoy a tiempo? ¿Seguís de novia?
MACA: No sigo de novia...
YO: Entonces, mi despedida podes ser vos mañana.
MACA: Es la de Pau y yo voy a ir
YO: Podes escaparte...
MACA: Me voy a dormir.

No fue un si pero tampoco un no. al otro día, yo estuve en la cama muerto, la edad no vino sola. Se pasó la tarde. Pauli, estaba hermosa con un vestido corto de brillos y si bien me mostró yo no le había prestado interés. Se hizo la hora y la pasaron a buscar Maca, Jorge, el ya conocido primo de Maca; que fue el chófer para que puedan tomar, y unas amigas.
Se hicieron las 3 de la mañana y sonó mi celular.

MACA: ¿Mi casa?
YO: Yendo.

Llegué, ella me abrió. Nos besamos cogimos como nunca, le prometí que estaríamos juntos, le prometí y la cogí tanto que a las dos horas, cerca de las cinco de la mañana, me escriben las amigas de Pauli; que estaba muy borracha y que el remis que las trajo la iba a llevar. Me despedí como pude de Maca y volé con el auto para que nada sea sospechoso. Llegué, estacioné y fui al depto.
Habían pasado más de veinte minutos y aún ella no llegaba. Salí a la puerta y vi el auto de Jorge a unos metros. Se me paralizó el corazón, la cabeza me latía del pánico y la respiración cada vez era mayor. Me acerqué lo más que pude sin que me vean; observé cómo Jorge la pajeaba a Pauli adentro del auto. La pajeaba y ella se retorcía. Él le chupaba una teta y ella estaba tirada, acabando, borracha. Yo estaba ahí a unos metros. Pauli lo sacó, le bajó el cierre del pantalón y empezó a chupársela. Jorge tiró la cabeza hacia atrás y visiblemente pude ver como Pauli se limpiaba la boca. Yo me fui corriendo a la puerta y subí; Me metí en la cama. a los cinco minutos, ingresó ella.

- ¿Todo bien? ¿Estás bien?- Le pregunté, fingiendo.

La escuché irse al baño y vomitar. La metí en la ducha, la bañé y la acosté.

A la mañana siguiente, sería momento de decidir qué hacer.

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