La enfermera de mama

Mi madre de 90 años, lleva 3 años internada en una clínica privada, ha perdido la memoria y tiene ataques de olvido donde ni siquiera me reconoce, cae en sopor profundo todas las tardes y nadie sabe que hacer.
 
Cuando fui a visitar a mi madre un día de enero, me presentaron a Jazmín una nueva enfermera que cuidaría de mi madre. Es peruana, bajita muy simpática, pero luego de saludarla noté que la chica es muy bonita y dueña de un cuerpecito perfecto, quedé sorprendido al verla: morena de piernas bien hechas, una fina cintura, un culito respingón muy redondo y apretado, un par de tetitas duras muy proporcionadas y lo más caliente es que bajo el delantal blanco dejaba traslucir un calzoncito diminuto enterrado en una raja perfecta. Jazmín es muy pequeña, debe medir no más de 1,40 mts., y no debe pesar más de 40 kilos…. o menos.
 
En enero aquí la temperatura sube hasta los 32 o 34 grados, la chica se veía sufrir, es muy ágil y ejecutiva, y estaba sudando; entramos a la habitación de mamá, y me explicó algo sobre unos medicamentos, al agacharse noté que sus pechitos estaban desnudos: dos ricas tetitas de gruesos y muy largos pezones negros quedaron a la vista. Pensé que estaba viendo visiones, pero no, la chica estaba así, casi desnuda. Después me enteré que Jazmín  tiene 21 años y vive con un chico de 26. Es realmente deliciosa. Comencé a visitar a mi madre casi todos los días y siempre Jazmín me atendía cálidamente y yo siempre disfruté de hermosas y generosas vistas de su cuerpo. Me gustaba de sobremanera cuando me conducía  la habitación de mi madre y subía la escalera delante de mi. Unos preciosos muslos turgentes, remataban en un culo perfecto de nalgas generosas.
Bajo su uniforme solo usaba un diminuto calzon apretado enterrado en la raja. La tarde siguiente llegue a visitar a mi madre muy tarde calculando la hora en que Jazmín se retiraba. Apunté bien y me ofrecí a llevarla. Hablamos largo y la llevé a su casa. Entre palabra y palabra le fui insinuando que ella era muy bonita, que si le apetecía tomarse un trago. Le dije que yo estaba muy agradecido de los cuidados que brindaba a mi madre. Me dijo que si. Quedé caliente desde ese mismo instante y no me la pude sacar de la cabeza, casi como una obsesión.
Antes de seguir, debo decir que yo estoy casado, tengo 55 años, he sido fiel a mi señora en los 25 años de matrimonio, pero desde que a ella le llegó la menopausia, vivo caliente ya que mi mujer no quiere tener sexo, siempre está con sueño, dolor de cabeza y acalorada; en fin...me tengo que masturbar.
Me gustan las mujeres blancas,  muy altas y ojala de mi misma posición social, pero esta morena estaba preciosa, además-debo confesarlo- nunca había sido infiel y menos con una morena, bajita y esta era la oportunidad. Me volví a juntar con ella varias veces, ibamos a un bar y ya nuestros temas se acercaban bastante a la intimidad. Una tarde, se le pasó la mano, al tercer trago, Jazmin ya estaba mareada, me ofrecí a ir a dejarla a casa, pero me dijo que su novio la trataría mal si llegaba con trago, así es que era mejor ir a tomarse un café antes a otro sitio. Eran las 11 de la noche. Al subir al auto su vestidito diminuto se sube y sus piernas morenas  quedan desnudas ante mi. Ya he contado que Jazmín tiene unos muslos muy bien hechos, gruesos, duros y bien torneados. No me resistí y me tiré encima, la besé, le metí las manos  y note que tenía su concha mojada. Jazmín se dejó tocar y en su borrachera me pidió que fuéramos  a un hotel. Estábamos muy calientes, tanto que en el camino me fue mamando la verga y le quité la blusa para que refregara las tetas en el miembro, era suavecita, caliente y una experta en mamar. Mi verga es bastante grande tengo 22 centimetros de pene coronado con un glande duro y cabezón. Jazmin se veía hermosa tratando de meterse mi verga en su diminuta boca. Entramos al hotel, cada cabaña tiene un estacionamiento propio, Jazmin se bajo casi desnuda; es bastante peluda y  mal depilada, pero Jazmin tiene formas perfectas. Anchas caderas,  cintura pequeña, piernas firmes, un culo paradito, redondo y duro, muy pequeña. Desnuda parecía casi una niñita. La invité a un 69, me la puse encima y le disfrute la vagina morena, húmeda y muy peluda y le saborié el ojete anal que estaba deliciosamente sabroso, húmedo y fragante después de un día de trabajo, su culo era maravillosamente bien hecho; a la morena le gustó y probé hundir mis dedos en el agujerito estrecho. Me fascinó el olor de su ano, asi es que chupé mucho rato, saboreándome esa tremenda mata de pelos negros que rodeaban su orificio. Ella era experta mamando. Me lamia el ano, las bolas y la tranca. Confieso que mi esposa jamás se dejó besar el agujero del culo y le daba asco besarme el mio. Jazmín me pidió quedar abajo, (“ papi, me fascina sentir el peso de un macho encima, sobre todo cuando me clava la tranca” me dijo) Me monté y la penetré como misionero, una hembra exquisita, dura, bien hecha, las tetas naturales muy duras y erectas, las piernas firmes, una vagina muy mojada y ancha. Luego le pedí que se montara y la chica se sentó encima de mi y se ensartó mi verga, cabalgó de manera perfecta tocándose las tetas, masturbándose. Luego la acosté, le puse una almohada en el abdomen y Jazmin abrió las piernas, me la culié por la vagina mucho rato, ella gemía y sollozaba como un animalito y decía groserías sobre el tamaño de mi verga. Enseguida cambié de agujero y la penetré por el ano. Magnifica la mujer, sabia hacerlo muy bien, se tomaba las nalgas y se abría el agujero para que mi verga entrara mas profundamente en su recto anal. Me agarre de sus caderitas tiernas y me la culié de manera sucia. Luego me puse encima de ella, le flecté las piernas, me moví lentamente, con ritmo y con una penetrada profunda… enseguida le pedi que se sentara encima de mi y me levanté, la sostuve en el aire de pie clavándola por completo, una penetrada completa, me di un par de vueltas por la habitación meneándola para que la verga entrara por completo (senti el tope en su útero) y finalmente acabó gimiendo y sollozando. Sentir su cuerpecito diminuto, pero firme y calentón me hizo pensar en como sería penetrar a una niña pequeña, esa sola idea me dejo al borde del orgasmo. Paré,  le pedí que me hiciera acabar y puse la verga entre sus pechos, me mamó con suavidad y calentura, resbalando su lengua desde la base de mi verga hasta la punta y acabé, de manera perfecta, me pidió eso si una perversión: “chúpame el semen de las tetas y dame un beso “ me dijo. Pasé mi lengua por los pezones, recogí mi propio semen y se lo di en su boca en un apretado beso caliente. Ella se reía pero tragaba la mezcla se saliva y semen.
Antes de bajarse del auto, me dijo, “si me puedes dar dinero te lo agradecería mucho, no soy puta pero unos cuantos billetes me caerían muy bien”. Le pagué algo así como 20 dólares y quedó feliz; acordamos vernos una vez por semana.
Con Jazmín nos hemos acostumbrados a una rutina, los lunes, jueves y viernes , días en que su turno termina temprano, miente  a su pareja y dice que hace horas extras para ganar mas dinero, yo le doy el equivalente a esas horas de trabajo y nos pasamos 3 a 4 horas culiando felices. Hemos probado ya todo tipo de posiciones y actos sexuales bastante extremos.  Ya me acostumbré a lamer su cuerpo con mi semen y me gusta cada día más cuando después de eyacular siento que Jazmín orina encima de mi.
La chica cobra poco realmente y es una verdadera joya de mujer. Llevamos 5 meses de sexo exquisito y me dice que nuestra relación se complementa perfectamente con la inexperiencia de su novio, al punto que ha llegado a casa a enseñarle a su pareja algunas de las cosas que practicamos juntos. Su última hazaña fue lograr que su pareja le tome fotos en pleno coito. Luego me las envía. Mi señora está feliz, ya no la molesto y ella puede dormir tranquila o ver TV.
Todo ha llegado a un equilibrio perfecto.

2 comentarios - La enfermera de mama

Chirolita69 +2
D e 10 se me paro la pija mal,sale y manda las fotos de la morena