Mi sobrina y su mejor amiga 4

 Mi sobrina y su mejor amiga 4


Aclaración: El relato no es mío, pero me encanto y me pareció muy buena la historia.



Continúo bregando con las dos gacelas viciosas y su plan para someter a una rival del instituto.
    Salieron de la ducha riendo con las toallas liadas al cuerpo pegándose en el culo, una a la otra. Yo sonreí al verlas y les dije:
-Bueno guarrillas, pedir la cena y a ver qué hacemos con vuestra gran amiga Jenny.
-Ja, ja, que gracioso- contesto Sonia.
- ¿Tu qué harías? Tú sabes más, y controlas de informática- me dijo mi sobrina.
-Bueno, vamos a tantearla y mañana al dejaros en el insti, me cuelo en su móvil. Para empezar, digo- les aclare viendo que abrían los ojos las dos.
- ¿te puedes colar en su móvil? - preguntaron a la vez.
-Si, seguro que cae y me deja entrar sin darse cuenta- les dije.
- ¡Joder, pues sería una pasada! – dijo Sonia.
- ¡La de cosas interesantes que tiene que haber en su móvil! – exclamo mi sobrina pensativa.
Me eché a reír, y yendo a la ducha, le dije a Sonia:
-Ni vengas, ni os lieis.
Se echaron a reír y me fui a duchar tranquilamente.
Sali de la ducha y ya había llegado la cena. Parece que se peleaban los repartidores por traerme los pedidos, y no era para menos. Tenían la mesa montada y me senté a cenar. Estaban calladas y tranquilas, ahora sabia a que se refería mi cuñada al darme las gracias por llevármelas. Las primeras veces se comportaban, pero ahora ya eran las mismas gallinas que en casa de mi cuñada. Sonia, la más picarona, levanto la vista del plato y me pregunto:
- ¿Cómo lo haces lo de colarte en su móvil?
-Es fácil, pero tiene que aceptar cuando le pida permiso, haciéndome pasar por sus cascos de música o su reloj inteligente. Creerá que se han desconectado y aceptara la conexión.
- ¡Joder que yuyu, ¿tan fácil es? - pregunto mi sobrina.
-Bueno, lo fácil es eso. Luego ya hay que saber que hacer.
- ¡A vale! Me había asustado- contesto aliviada.
Acabemos de cenar y se acomodaron como siempre en el sofá, dejándome el hueco en medio. Estaba fumando en la cocina con mi café y las veía con sus móviles jugando con sus pies una con la otra. Sus toallas poco les tapaba, se les veían las curvas de sus cuerpos jóvenes, duros y perfectos en su medida. Mi sobrina es mucho más grande, y tiene mejores curvas, pero Sonia teniendo menos cuerpo y medidas, despide un sex-appeal que invitaba a lamerla de arriba abajo. Mi polla empezó a tirar hacia ellas y me acabe el cigarro preguntándoles:
- ¿Que queréis hacer brujas? ¿habéis mirado alguna peli, o algo?
-Si, ya está. He dejado una peli preparada- me dijo mi sobrina.
Me senté entre las dos y la puso. Claro está, era de terror. Cogieron cada una un cojín y se arrimaron a mí. Yo sonreí y les dije:
-Pero la vemos eh.
Y reímos todos.
Fueron buenas y vimos la peli sin manos debajo de los cojines. Me levante a hacerme otro descafeinado y fumar. Me siguió mi sobrina y se sirvió un vaso de agua colocándose entre mis piernas, de espaldas. Yo le pasé un brazo por su barriguita y acariciándola seguí fumando.
-El miércoles quiero que me desvirgues- me pidió acariciando mi pierna.
- ¿Y este cambio? ¿no quieres esperar a un chico decente?
Me di cuenta, que, con los dedos mágicos de Sonia, se habría imaginado lo que sería una polla. Y tendría que claudicar.
-Paso de esperar, según mis planes, hasta el final de la carrera no querre nada serio, y tampoco voy a estar siempre con el culo ardiendo. Por mucho que me guste- me aclaro apretando mi pierna.
-Bueno, lo haremos. Debe ser buena con sus dedos la canija- le dije riendo bajito.
- ¡Mmmh! No lo sabes bien- me contesto ya subiendo las manos por mis muslos.
Rei y le aparte las manos diciéndole:
-Para que estas castigada.
Refunfuño y volvió al sofá moviendo el culo para mí. Esta vez se sentó al lado de Sonia encima del reposabrazos. Ella la recibió poniendo un brazo encima de su pierna y mi sobrina la abrazaba.
- ¡Buuff! Como empiecen me van a poner a mil, pensé para mí.
Volví al sofá y seguimos viendo la peli.
Al rato ya tenía mi sobrina una teta de Sonia en la mano y la acariciaba y sobaba mirando la peli. Sonia le acariciaba la pierna y le arañaba suavemente con las uñas. Me hice el tonto y me dejé caer al lado contrario, poniéndome cómodo. Al rato ya hacía que dormía escuchando sus cuchicheos claramente.
-Míralo pobrete, parece un niño bueno- dijo Sonia.
-Tócasela, a ver cómo le crece -le dijo mi sobrina.
-Espera que este mas dormido- contesto Sonia.
-Pues cómeme puta- le dijo mi sobrina abriendo su toalla.
Sonia le cogió los pechos y se los empezó a besar. Y mi sobrina le sobaba los suyos con cariño. Mi sobrina se dejó caer encima de Sonia y se aguantaba con los brazos pasándole sus grandes pechos por su boca. Sonia se los comía y lamia dulcemente sobándole el culo y acariciando su espalda.
Nuevamente la película ya no daba nada de miedo, por mucho que gritaran los protagonistas y se escucharan ruidos aterradores. Las chicas se frotaban sus coñitos con el muslo de la otra mientras se besaban y se sobaban todo el cuerpo.
-Vamos a la cama mejor- dijo mi sobrina jadeando cachonda.
Se levantaron con cuidado y entre risas apagadas se fueron a la cama.
Debía haberlas seguido, ya que al final me quede dormido de verdad. Habían sido tres semanas de maniobras bastante duras, y arrastraba cansancio.
Al día siguiente me levante, y aproveche para tomar café tranquilo, y leer la prensa sin tetas y culos alrededor.
Acabé mi cigarro, y fui a ver a las chicas. Estaban desnudas abrazadas, y la habitación olía a sexo femenino. Estaban preciosas con los pelos revueltos. Mi polla tiraba hacia ellas, pero tenía mucho trabajo. Así que refunfuñando me giré y me fui a mi mesa a empezar la jornada.
La primera en despertar fue mi sobrina, apareció desnuda, con el pelo revuelto y aun dormida. Se sentó en mi pierna, me beso dándome los buenos días, y se dejó caer en mi pecho. Notaba el calorcito de su conejo en mi pierna. Estuvo un rato dormida en mi pecho, mientras yo seguía a lo mío intentado mover el ratón con la mano izquierda, y su culo en la otra. Al rato se espabiló con mi mano cada vez más "cariñosa” con su cachete del culo, me beso en el cuello y se fue a la cocina.
Apareció Sonia, igual de desnuda, y más dormida. También se me sentó en la pierna y después de besarme y darme los buenos días, también se dejó caer en mi pecho un rato. Mi pierna estaba supercontenta, y mi mano más. Ahora con el culito de Sonia, volvía a estar entretenida.
Vino mi sobrina de la cocina con un tazón, y un paquete de cereales, se sentó en el sofá, y al ver a Sonia exclamo:
-Puta, suelta a mi amo y espabila que llegamos tarde a clase.
Rei, y Sonia esbozo una sonrisa aun con los ojos cerrados. Me mordió un pezón, se levantó y fue a la cocina también. Miraba su culito pequeño, pero perfecto, contonearse y el hueco entre sus muslos con el perfil de su coñito. Mi polla empezó a despertar otra vez.
Mi sobrina acabo y volvió a mi pierna. Pero me abrazo frotando su conejito diciéndome:
-Esta noche, es mi gran noche, ¿me das el biberón antes de clase, mi amo?
Mi polla salto como un resorte, la besé cogiendo su culo y parándola, y le dije:
-Os lo voy a dar a las dos como no os vistais en 15 minutos, y salgamos.
Sonrió maliciosa y agarrando mi polla, abrió los ojos y vio que lo decía de verdad. Empezó a reír y salió corriendo a vestirse gritándole a Sonia:
- ¡Sonia a vestirnos que está despertando la serpiente!
Reímos todos.
Sonia vino de la cocina con leche en las tetas y el pecho y dijo:
- ¡joder!, ¿qué hora es? Yo quería biberón.
Volvimos a reír otra vez.
Aunque parezca imposible, estuvieron vestidas y listas en 12 minutos. Las llevé a clase y de vuelta recibí una foto de mi cuñada cachonda perdida enseñándome las tetas en su cama. No me apetecía nada, me excusé con una mentira piadosa para mi polla, y fui al cuartel a por el trabajo de hoy.
Ya dispuesto a volver a casa y trabajar, me llamo mi cuñada al móvil y conteste:
-Dime corazón
-Buenos días morenazo, ¿me puedes hacer un favor? -me pregunto.
-Tengo lio tía, sino si iba y te lo hacía- le mentí.
-No ¡jajaja! Ese favor no, ya me lo harás cuando puedas. Me refiero a si te puedes quedar a mi sobrina en tu casa, que va a estudiar en la universidad y se lleva fatal con Verónica, y mejor que no se quede aquí. Sera hasta que encuentre algo con sus amigas.
-Bueno, no hay problema, pero Vero también se queda con Sonia. Solo me queda el sofá- mentí, ya que siempre duermen conmigo. La metería en la habitación de invitados y a ver qué pasaba cuando descubriera nuestro trio.
-Si, no creo que quiera estar mucho tiempo, seguro que encuentra hueco con alguna amiga- me dijo.
-Vale, mándale mi dirección, y mi número. Ya me dirá algo. - le pedí.
-Gracias bombón, te debo una buena mamada cabrón- me soltó mi cuñada.
-Claro, ya está apuntada so guarra- le conteste.
- ¿Y cuándo va a ser? Porque no me gusta tener deudas- pregunto desesperada.
-Deja que me ponga al día con el trabajo y te digo algo. O te vuelvo a follar en la cocina mientras la niña se ducha- le dije poniéndola más cachonda.
- ¡Mmmh! Calla puto, que cojo y me presento en tu casa ahora- me amenazo tocándose el coño con rabia.
-No estoy, sino ya te habría hecho venir, yo te digo algo. Pero no te cuelgues, que te veo- le dije.
-No, jajaja, que no, tranquilo. Solo que me gustó mucho y quiero repetir. - se excusó.
-Bueno, porque eres tú y te quiero mucho. Te aviso después de comer, así duermes más. - le dije piadoso.
-Vale, me mandas un wasap y voy. Un besote morenazo- me dijo y nos despedimos.
Joder con la cuñada cachonda, me endosa a la sobrina, después de hacer de canguro de su hija y su amiga, y encima quiere que me la folle. Soy el pelele de la familia. Pero que bien me lo paso.
Llegué a casa mirando que no estuviera mi cuñada escondida y cerré la puerta resoplando. Me puse cómodo, con mi camiseta y mis pantalones sin calzoncillos, me puse música y empecé a trabajar.
Picaron al timbre de abajo, pero desde que no vivo en una finca con portero me he artado de abrir a los de la propaganda, así que lo ignore. Volvieron a picar, y pase de abrir. Al rato recibí una llamada desconocida. Y recordé a la sobrina de mi cuñada. Descolgué y sonó una vocecilla con miedo o mucha vergüenza:
- ¿Hola? ¿Eres Pendergast, el tío de Verónica?
- Hola, si ¿eres su prima verdad?
- Si, soy Claudia, estoy en tu portal. ¿a qué hora llegas?
-Estoy en casa, pensé que eran los de la propaganda, sube- le dije abriendo abajo.
Sonó la puerta abrirse y ella decir que ya había abierto.
Tenía que avisar a mi sobrina y a Sonia. Y no les iba a hacer mucha gracia.
La espere con la puerta abierta y una sonrisa, intrigado por como seria la universitaria. Con los genes de mi cuñada, podía esperar las dos vertientes. Y deseaba que fuera un adefesio de tía y que se fuera pronto.
Se abrió el ascensor y salió una maleta grande rodando, otra pequeña y ella con una mochila grande. Es regordeta, pero no demasiado, de estatura media/alta y con la ropa ceñida se le notaban buenas tetas y buen culo, pero ancho. Rubia y de ojos azules como su prima. Gafitas de empollona y cara de tímida.
La ayudé, y quitándole la mochila, le di dos besos y me correspondió dándolos al aire. No entiendo la gente que hace eso. Mejor que no los den, creo yo. Ella cogió las maletas y le indique que entrara, le quería mirar el culo. Era grande y redondo, pero lo justo para no darme asco. Y tenía cinturita, que siempre ayuda.
Entro y se quedó en el salón de pie.
-Ven que te enseño tu habitación y luego ya te pones cómoda- le dije.
Me miro al pasar con la mochila de arriba abajo con timidez y me siguió.
- ¿Y vero donde duerme? - me pregunto.
-Tranquila, ella se queda siempre en el sofá con Sonia, su mejor amiga. - le mentí, saliendo del paso.
-Y aquí tienes los baños, este con bañera y ducha, esa del fondo es mi habitación, y estas en tu casa. Si quieres traer tíos o tías, me da igual, pero con respeto, quien no respete lo tiro por la ventana. Nada de drogas y por los gastos no te preocupes. Somos familia y también fui universitario- le expliqué con ella mirándome, se había fijado en mi polla libre y en mis músculos, y parecía embobada.
-Claudia ¿me has escuchado?
-Si, si perdona. No tendrás que tirar a nadie por la ventana y no tomo drogas- me contesto riendo.
-Bueno, siempre va bien tener donde estar con las amigas, y no me importa. El piso es grande- le explique.
-Si, vendrá una amiga de toda la vida, de un pueblo cerca del mío. No conozco a nadie más. – me explico.
-Y te llamara mi madre para lo del dinero, de todas formas, viene el sábado a verme- añadió.
Madre mía el piso lleno de conejos, pensé.
-Claro, querra ver donde duermes y conocerme. Lo entiendo- le dije.
-Ponte cómoda, dúchate y pediré la comida. - le dije.
-Vale, muchas gracias Pendergast -contesto cerrando la puerta de su habitación.
Me fui a la cocina por café y tabaco y le conté a las chicas lo de su prima.
- ¡¿La Pegui ya va a la universidad!? Pero si es más tonta que un botijo-me pregunto mi sobrina.
No se tía, yo he tenido que aceptar. Y a mí nadie me ayudo cuando estaba en la universidad- le dije.
-Ya, ya, te entiendo. Pero no me lo puedo creer. La imaginaba en el pueblo casada y con 4 críos- me conto.
-Bueno, vosotras portaros bien y no la tratéis mal, que te veo venir. Tu madre me ha dicho que no estará mucho tiempo.
Llego la hora de comer y pique a su puerta avisándola.
Me excuse con mi cuñada, gracias a su sobrina, que por lo visto había llegado antes a Barcelona. Y apareció con una camiseta de “los ramones” y unos pantalones cortos tejanos. Se le notaban más tetas que al llegar, pero llevaba sujetador. Me pillo mirándoselas y le dije:
-Y a mí que no me gustan “los ramones”, no entiendo tanta fama- le explique.
-A gustos colores- me contesto riendo. Sabía que le miraba las tetas.
Comimos charlando sobre sus estudios y su pueblo. Recogió la mesa y se volvió a su habitación. Paso la tarde y le grite tras la puerta que iba a buscar a su prima, y si quería venir. Me dijo que no, que estudiaba, y ahí se quedó.
Las chicas como siempre alborotadas, Sonia discutía con su madre que no la dejaba quedarse, porque ya eran muchos días, y Mi sobrina muy arrimada a mí, con falta de mi polla desde hacía casi tres días. Y deseando que la desvirgara.
-Pender déjame en casa, que no me deja mi madre. El fin de semana sí, pero entre semana solo si hay exámenes, que no quiere abusar- me explico apenada Sonia.
-Vaya, ¿quieres que hable con ella? – me ofrecí.
-No, si ella cree que estoy en casa de Verónica – confeso con una risa maliciosa.
-Que cabrona, ¿y si te pasa algo como lo explicamos? Me puedes buscar un buen problema tía- le dije sorprendido y enfadado.
-Perdón- dijo apenada.
-Me va a dar algo con vosotras. Ya hablaremos de esto. Y tú no te hagas la desentendida, que seguro que lo sabias- le dije a mi sobrina.
-Perdón- dijo ella también.
Resople y cambie la ruta para dejar a Sonia. No dijeron nada en todo el camino.
Lleguemos y dándome un fuerte beso me dijo:
-Hablare con mi madre y la próxima vez lo sabrá.
-Si, porque si no, no puedes quedarte, ya sabes que follón me buscas. - le conteste.
Me dio otro beso y asintió alejándose.
Lleguemos a casa y Claudia seguía en su habitación, no me importaba, pero me sabia mal que estuviera enclaustrada. Se saludaron fríamente las primas, se preguntaron por las familias y mi sobrina se vino al salón, tirándose en el sofá.
-Ponte en mi mesa si quieres, estarás más espaciosa y en compañía -le dije a Claudia.
-Vale, ahora me cambio. Es que ese escritorio es pequeño, me dijo.
Me asome y era verdad, solo cabía el portátil y un libro.
-Ahora te pido uno más grande, es qué esta habitación venia con el piso- le explique.
Fui por el metro y medí como podía ser de ancho y profundo y me senté en mi mesa para pedirlo. Ella ya se acomodaba frente a mí, y claro, mi sobrina dijo:
- ¿Y yo donde me pongo ahora?
La mire, mire a un lado, mire al otro y le hice entender que aún había sitio de sobras. Me sonrió y volvió a lo suyo.
- ¿Y cuando te vas a poner? -le pregunte con sorna.
-Ya estoy, me estoy enviando los deberes al portátil “profe”- me respondió.
Vino a la mesa mi sobrina, y repartió sus cosas alrededor de su portátil, me paso el cable y lo enchufe, y me gire mirando la entrepierna de Claudia y sus muslos. Tiene para agarrarla y que no se escape, pensé.
Claudia se había dado cuenta de que mi sobrina no llevaba sujetador bajo la camiseta y de cómo le bamboleaban las tetas al moverse. Se debió escandalizar por verla así delante mío. Pero se iría escandalizando más a lo largo de los días.
Mi sobrina acababa un tema, lo imprimía y se sentaba en mi pierna recostada en mi pecho con su espalda, mientras lo repasaba y me repasaba las piernas sin tocarme el rabo, porque estaba castigada. Yo su culo y su espalda los acariciaba y apretaba a placer. Claudia se asombraba del cariño que me tenía su prima. Pero sabía que la había criado yo prácticamente. La segunda vez mi sobrina se dio cuenta de cómo nos miraba disimulada, y le dijo:
-Cuidado con tus amigas, no le vayan a zorrear a mi tito que está casado.
Yo me aguante la risa apretando su culo y Claudia contesto:
-No, tranquila primita, que solo vendrá mi amiga Esther. Y es muy responsable.
-A si, la mosquita muerta. - dijo mi sobrina sabiendo de quien hablaba.
Aprete más el culo de mi sobrina y Claudia la ignoro. Mi sobrina apretó mi pierna, haciéndome saber que me había entendido el aviso. Se levanto pasando la mano por mi polla y volvió a su asiento sonriendo picara.
Así paso la tarde, ya cada una en su lugar y yo con la polla ya rabiosa por pillar los agujeros de mi sobrina, que no paraba de rozarla cada vez que se levantaba. Me estire con los brazos en alto, gire la cintura y dije:
-Por hoy ya está bien- y fui cerrando los ordenadores.
Claudia se había vuelto a quedar, como en pausa mirándome, y salió de ella cuando me levante y vio el bulto de mi polla morcillona por culpa de su prima. La vio, abrió los ojos y aparto la mirada rápidamente. Yo no me di ni cuenta, pero mi sobrina si, y se empezó a reír disimulando con su pantalla. Le revolví los pelos a mi sobrina y le dije:
-Acabalo.
-Si “profe” me dijo dándome un cachete en el culo, que hizo saltar mi polla bajo el pantalón, y que Claudia no se perdió con los ojos como platos.
Me fui a la cocina y me fumé un cigarro.
Al rato apareció mi sobrina sonriendo maliciosa y metiéndose entre mis piernas me dijo:
-Pobrecita, tapate que le va a dar algo. - me dijo dándole un golpecito a mi polla.
-Que mala eres, pues de estas también se han dado cuenta- le conteste cogiéndole las tetas.
-Estas están deseando tener a esta en medio- me dijo dándole otro golpecito a mi polla con los ojos encendidos.
A mi polla con ella tan cerca, solo le hacía falta que la tocara. Y empezó a reaccionar mientras le explicaba que le había dicho que dormía en el sofá, y se reía. Al final sucumbí y la deje hacer son su juego de golpecitos, que pasaron a apretones, y al final me la empezó a pajear con cariño. Yo le acariciaba los pezones y subia por sus tetas hasta su boca. Se metía dos dedos y me los empezaba a chupar mirándome viciosa. Podía venir su prima, pero iba muy necesitada y al final me bajo el pantalón y asomo la punta de mi polla que se llevó a la boca apartándose y sacándola toda. La empezó tragar hasta más de la mitad y me arañaba la espalda con rabia. Yo le pellizcaba los pezones y ella aumento el ritmo.
- ¡Mmmh! ¡capulla! Al final te has salido con la tuya ¡Mmmh! ¡sigue así! ¡Mmmh! ¡que pollazo te voy a pegar puta! ¡Mmmh! ¡Sigue, sigue! - le decía gozando con su boca ya experta.
Podía hacer que me corriera, ella ya sabía cómo hacerlo. Pero quería mi leche primero en su coñito, y luego en los demás agujeros. Así que aminoro el ritmo chupando con rabia y al final se la saco y me tapo. Me miro y dijo:
-Puedo esperar.
Y se fue al salón dejándome con la polla protestando.
De repente apareció Claudia y yo estaba girado buscando mi tabaco. Vio mi empalme debajo del pantalón, y se paró en seco sin decir lo que me iba a decir. Cogí el tabaco y al volverme la vi, me la puse para un lado con ella mirandola asombrada y le dije:
- ¿Comes de todo? - Lo preguntaba para pedir la cena, pero en ese momento no quedaba bien. Me aguanté la risa y le dije:
-Voy a pedir la cena, ¿comes de todo? ¿te apetece algo en especial?
Salió de su trance y me dijo:
-Si, me da igual, pide lo que quieras.
-Menuda tele tienes, no me había dado cuenta. Es gigante- añadió.
Ya no sabía de qué me estaba hablando, pero apelé por su inocencia, y le dije:
-Ahora pondremos una peli. O elígela tú, ya verás que es como un móvil.
-Vale, sí. Me encanta el cine- me dijo volviendo al salón con su coñito empezando a despertar.
Llego la cena y mi sobrina se rio del repartidor, como siempre, y cenemos pizza en el sofá. Claudia miraba la tele asombrada y mi sobrina la miraba con odio por haberse sentado en medio de los dos. Yo le sacaba la lengua y ella me tiraba trozos de masa de Pizza, sin que Claudia se diera cuenta de nada. Era extraño, lo fácil que se quedaba en éxtasis con las cosas nuevas. O igual tenía algún tipo de autismo.
- ¿Ya sabes que peli quieres ver? -le pregunte a Claudia.
-Si, tengo esta- me mostro hábilmente con el mando.
Mi sobrina dio un salto al ver cuál era y cogiendo un cojín se me hecho encima.
-Está claro que sois la familia de las pelis de miedo- dije riendo.
-Esta no la he visto, calla tito- me dijo contenta mi sobrina.
-No, yo tampoco -le dije con mi mano ya debajo de su pantalón y su cachete bien cogido.
-Yo tampoco, tiene muy buena critica- añadió Claudia inocente.
-Lo vas a asfixiar de calor, pobrecito- le dijo Claudia a su prima al verla encima de mi pierna apoyada a mi pecho y con el cojín tapada.
-Yo tengo mucho miedo, y siempre las vemos así. - le explico como la niña consentida que es.
-Coje un cojín si pasas miedo Claudia, no tengas vergüenza- le dije de coña.
Pero lo cogió y se echó para atrás encogiendo las piernas.
Mi sobrina me acariciaba la polla otra vez, y yo cada vez estaba más cerca del agujero de su culito. Me lo tomaba con calma. Ella tenía más prisa, y cuando noté como tiraba de mi pantalón para abajo con disimulo dije:
-Voy al baño, que luego te quejas si voy a media peli.
Me libero echándose a un lado y me dijo:
-No te pongas la mascarilla ni la redecilla que tardas mucho.
Y rieron las dos.
Claudia vio mi polla dar saltos libre bajo el pantalón mientras pasaba delante de ella y volvió a abrir los ojos. Mi sobrina se dio cuenta y cuando cerré la puerta del baño le dijo:
- ¿Esta bueno eh?
Ella la miro sorprendida y le dijo:
-Oye que es tu tío, estas loca.
-Si, sí, pero no le quitas ojo a su cacho de rabo ¿eh? guarrilla- y se echó a reír.
Avergonzada al ser descubierta le dijo:
-Es que no lleva calzoncillos, y le va botando. – contesto turbada.
-Pues normal, está en su casa. ¿y tu porque llevas sujetador? Si no vas a salir- le pregunto.
-Bueno, esta él. Hay que tener respeto- le respondió digna.
-Que va tía, estas en Barcelona, ya verás que ya pocas chicas lo llevan- y gritando “libertad” movió sus pechos libres riendo.
-Bueno déjame, yo haré lo que quiera- le dijo enfadada por el descaro de su prima.
-No tienes coño, de ir sin sujetador. ¿Qué te crees, que te va a violar o algo? - le dijo retándola.
-Pues no. Tengo vergüenza, eso es todo- le respondió.
-kiki kiki kiki -se empezó a burlar.
Volví y les pregunté:
- ¿Que os pasa chicas?
-Esta que quiere un camisón victoriano, que si tienes alguno- dijo mi sobrina.
-Tengo un toldo de lona, te vale- le pregunte a Claudia y reímos todos.
-Dile que se quite el sujetador, que la veo y me da pena la pobre pueblerina.
-Déjala que vaya como quiera, ya se adaptara a la moda, o no. ¿Qué más da? Va, pon la peli, que se me sequé la mascarilla- dije de coña para calmar los ánimos.
Reímos todos y Claudia le dio al Play.
Mi sobrina se volvió a poner cómoda y volvimos a lo nuestro, debajo del cojín. Claudia tapada se quitó el sujetador y se lo tiro a su prima, pero me dio a mí. Volvimos a reír y mi sobrina volvió a gritar “libertad” y a volver a mover sus pechos libres. Ya estaba deseando ver esas tetas libres bajo la camiseta.
A la media hora de película ya me tenía la polla y los huevos fuera, y se las ingeniaba para salivármela y pajearme suavemente, con cariño. Yo le había bajado el pantalón lo suficiente para pajearla también suavemente con mi mano por detrás. Estábamos encendidos, pero también se disfruta de esta manera. Claudia, tan metida en la película, no se daba ni cuenta, y tampoco nos delataba nada, salvo las caras de goce. Se giro a nosotros y nos dijo:
-La paro un momento que voy al baño.
-Claro, no te preocupes- le dije.
Giro la esquina del pasillo y nos besemos con pasión aumentando el ritmo de nuestras pajas. Mi sobrina se bajó el pantalón más, se giró dándome su culito y se froto con rabia mi polla por sus agujeros. Yo le sobaba una teta, le solté el coñito apartando su pelo, besándole el cuello, mordiéndole y lamiéndola. Al final se decidió por el coñito y se metió media polla mordiéndome el brazo en su teta para no gemir. Resoplo, se puso cómoda y tapándose con el cojín se empezó a follar lentamente moviendo sus caderas. Me fije y no se movía el cojín, ni se notaba nada. Pero ella se movía como una lagartija metiéndose media polla, sacándola casi toda y volviendo a empezar. Estábamos en la gloria. Ya tenía ganas de sentir el coñito de mi sobrina, que ardía y me atrapaba la polla con cariño.
Volvió Claudia y se sentó dándole al pley. Y pregunto:
- ¿A que huele?
Fui rápido y dije:
-A palomitas, es la hora de las palomitas en este bloque.
Y siguió viendo la película.
Olía a sexo, ya hacia un rato que olía. Mi sobrina me agarraba el culo y se seguía follando lentamente. Me acerqué a su oído y le dije:
-Vaya forma más original de desvirgarte.
Abrió un poco más los ojos y me dijo:
Me desvirgo Sonia con tu máquina del pelo. Me la metió hasta el fondo mientras me comía el culo. Pensé que me desangraba. Y volvió a entrecerrar los ojos a lo suyo gozando.
Esa visión me puso a mil, y soltándole el pecho que tenía en la mano, le agarre de su brazo y empujaba más, metiéndole más polla. Mi sobrina soltó un pequeño gemido, que hubiera sido un grito. Y Claudia se giró a ver que le pasaba. Bostezo apretando su coñito para que parara de empujar y le dijo:
-Me estoy quedando dormida.
-Ya casi acaba- le contesto expectante de la película.
-Si, tranquila. Aun aguanto- dijo moviéndose un poco más rápido.
Ahora si se podía ver el cojín moverse sospechoso, pero no le quitaba ojo de encima mientras me follaba ahora más rápido. Me apretaba el cachete del culo con rabia y empezaba a brillar del sudor.
-Aminora loca, que se va a dar cuenta- le dije al oído mordiendo su lóbulo de la oreja.
Me hizo caso y volvió al ritmo discreto. Pero con tres cuartos de polla ya entrando y saliendo, que la tenían con los ojos en blanco, gozando como nunca, vio venir el orgasmo. Paro en seco y me mordió el brazo mientras se corría sin poder evitarlo. Notaba sus espasmos en mi polla, y su coñito intentando expulsarme, resoplaba con cuidado por la nariz y me mordía con rabia intentando no moverse. Pero no podía parar de follarse hasta que se corriera del todo, y no se podía mover lo rápido que necesitaba. Prefirió dejar que pasara gozando conmigo dentro y acariciándome el culo y la pierna. Yo le acariciaba los pechos y le lamia el cuello. Le costó no girarse a besarme, pero no podía tampoco despegar la boca de mi brazo.
La verdad es que se estuvo corriendo un buen rato, o tuvo varios orgasmos. Yo disfrutaba de sus pechos duros y sus pezones de punta, acariciándolos con suavidad y apretándolos con cariño. Ella seguía mordiéndome y moviéndose lentamente. Yo notaba aun sus espasmos en mi polla, pero eran menos. Al fin soltó mi brazo y lamio los mordiscos disculpándose. Se la empezó a sacar y a subirse el pantalón lentamente, cuando lo logro, sin levantar sospechas. Se incorporo dejándome con la polla tapada por el cojín, se fue al baño. Mi cara debía ser un poema, cachondo perdido y sudando como un pollo. Me guardé la polla con disimulo, y me fui a la cocina a fumar dándole la espalda, por suerte para ella, ya que a mí en ese momento me daban ganas de hacerme una cubana y ver por fin sus también grandes tetazas.
Mi sobrina fue lista y no vino a la cocina, me hubiera vaciado en su culo haciéndola gritar, y ella lo sabía. Ya me conocía, y sabía que en este momento me daba igual que estuviera su prima. Se sentó en el sofá y se puso cómoda, con su coñito follado y refrescado en el baño. Tenía cara de diosa triunfante, después de lo que debieron ser tres orgasmos seguidos. Jamás le había pasado, ni con los dedos mágicos de Sonia. Debió ser la circunstancia tan excitante de no ser pillados.
Volví al salón y Claudia estaba en el filo de sofá, viendo el final de la película muy atenta. Mi sobrina me miro medio dormida y me sonrió picara. Sabía que era como un toro de miura muy cachondo. Cogió el cojín y me indico que me sentara a su lado. Yo con las manitas me pondría peor y me las follaría a las dos. Me senté separado de ella y esperé que acabara la película.
Miraba a Claudia al borde del sofá, con los codos en las rodillas, y le vi las tetas definidas bajo la camiseta con dos pezones gruesos empujando la tela. Me di cuenta de que prometían esas dos brevas gordas. Alargué la mano que no podía ver y cogí el brazo de mi sobrina, llevándolo a mi polla. La cogió y apretándola, me busco la goma del pantalón y la bajo sacándola tras el cojín. Me empezó a pajear otra vez lentamente. Sabía que era peligroso, y con mucha traza, se acercó más y se tumbó con su cabeza ya tras el cojín. Su prima debió pensar que quería dormir, y le dijo:
-Ya acaba prima, perdona.
Mi sobrina ni caso, estaba lamiéndome la polla por un lado como podía y amasaba mis pelotas llenas. Me la mordisqueaba y besaba entre lametones. Separo un poco la cabeza y logro torcérmela hasta tenerla lista para metérsela en la boca golosa y con ganas. Su prima inocente, pensaba que se tapaba con el cojín por el resplandor de la tele y que intentaba dormir. Y volvió a decir:
-Ya está casi prima.
Mi sobrina sorbia y lamia sin hacerle ni caso. Se metía ya media polla en la boca y se la follaba sola sin compasión. Yo gozaba de su boca caliente, y su mano en mis pelotas masajeándolas.
Por fin acabo la puta película, creo que duro más de dos horas y llevaba un rato mirándole las tetas a Claudia que tenía unos buenos pezones gruesos, empujando su camiseta, deseando ser mordidos. Estaba a mil.
-Bueno chicos, me voy a la cama-dijo despidiéndose.
Mi sobrina la ignoro y yo le dije:
-Vale guapa, me alegro de tenerte aquí, ya te he dejado unas llaves en tu mesa y mañana te traen la nueva.
-Gracias tío Pender, buenas noches. Tapa a Vero, que va a coger frio.
Mi sobrina sorbia con rabia mi polla deseando que se fuera ya y la follara. Y yo también, claro.
-Si, ahora la pongo mejor y le saco sus sabanas- le dije.
Doblo la esquina, pero se metió en el baño. Mi sobrina refunfuño, pero se incorporó y me la empezó a chupar con muchas ganas, sabía que me tenía que vaciar los huevos, ya que llevaba mucho rato aguantando. Me cogió la mano y me la llevo a su cabeza, indicando que se la follara a mi gusto. Y así hice. Le empecé a follar la boca sobándole las tetas, ahora colgantes por su postura. Se empezó a poner cachonda, y no creía que volviera a aparecer su prima. Pensaba que se iría a la cama después del baño. Se incorporo y me dijo:
- ¿Me follas el coñito otra vez mi amo?
Y le respondí:
-No voy a aguatar mucho, follate tú a tú gusto, que yo sigo con tus tetazas.
Sonrió maliciosa y se subió encima, metiéndose mi polla en su conejo, poco a poco, mientras le cogía sus pechos a placer y se los comía sintiendo su conejo tragón con mi polla, poco a poco más adentro.
Claudia había ido al baño, y no había cerrado la puerta porque llevaba casi una hora meandose, y claro, al salir no la oímos. Lo primero que vio fue a su prima desnuda, se paró en seco extrañada y avanzo un poco más. La vio subirse encima de mí, y coger mi polla, para empezar a bajar y metérsela. Y al fin comprendió el cariño que nos teníamos. Se empezó a acalora al ver a su prima con semejante polla casi toda dentro, me vio a mi cogido a sus tetas y comiéndoselas, y su chochito empezó a protestar. Sabía que no la veíamos, y se empezó a sobar sus pechos, ya acostumbrados a sus propios achuchones y a frotarse el coñito.
No se atrevió nunca a meterse un dedo, no se fuera a desvirgar, pensaba ella. Tenía un novio con tierras y ganado, esperando el visto bueno de sus padres para casarse cuando acabara la carrera. Se lo frotaba con más rabia de la habitual, y se sobaba sus tetas y sus pezones con mucha más rabia. Le jodia que su prima disfrutara antes que ella de una polla, y una polla gigante. Porque la de su novio, la había pajeado y era como la de su perro pastor.
Mi sobrina me cabalgaba volviendo a gozar mirándome con los ojos entrecerrados y sonriéndome. Me besaba o me mordía el cuello, según le daba placer, o dolor. Yo le mordía sus pechos viendo venir ya mi orgasmo. Mi sobrina también notaba que le faltaba poco, tenía el conejo muy dilatado y algo dolorido, y eso la ponía más cachonda. Nos costaba no hacer ruido a estas alturas, y eso también influía en la falta de oxígeno y sentir más placer.
Claudia no sabía que la veía por el reflejo de la televisión, cada vez que mi sobrina bajaba y tenía casi toda mi polla metida. La vi apoyada en la pared, agarrada a uno de sus pechos y apretándose el conejo con cara de enfado.
-Ya viene cariño- le dije al oído a mi sobrina.
Se la saco y se la empezó a follar con la boca mientras yo le buscaba su conejo y la follaba rápido con tres dedos.
- ¡Mmmh! ¡Ya viene! ¡Mmmmh! ¡Aaaj! ¡sí, así cariño! ¡Traga, traga puta! ¡Mmmmh! ¡Joder! ¡Cada vez lo haces mejor cabrona! ¡Aaaaaj! ¡Mmmh! ¡Siiii! - le decía susurrando mientras la violaba con los tres dedos en su conejo ya ardiendo.
Tiro el brazo atrás, me agarro la mano y se empezó a correr sorbiendo, mordiendo y tragando mi polla con rabia. Nos marcábamos el ritmo mutuamente y al final le levante la cabeza y subió aun corriéndose a besarme, aplastando sus pechos contra el mío. Nos comíamos nuestras lenguas con rabia y pasión, y mi sobrina iba bajando el ritmo de mi mano, hasta que la saco y la puso entre nuestras bocas. Lamimos y sorbimos sus jugos de mi mano mirándonos a los ojos.
Claudia había metido la mano en su pantalón y había roto las bragas sin darse cuenta, de tanto apretar con su dedo, se corría con medio dedo en su conejito virgen, apretando con más rabia sus pechos. No asimilaba tal espectáculo, y ella también quería, iba a violar a su novio y le iba a hacer lo que me hacia mi sobrina. Nunca había estado tan caliente, ni en la intimidad de los prados de su pueblo, con su novio comiéndole las tetas torpemente. Vio cómo se las comía yo a mi sobrina, y creyó sentir el mismo placer al sobárselas ella misma.
Mi sobrina me servía sus pechos a su gusto, le encantaba que se las comiera después de correrse, se frotaba mi polla en su conejo y vigilaba que no me volviera a empalmar. El próximo lo quería en mi cama, y así dormir como un bebe.
Claudia cuando acabo de correrse, ya tenía casi todo el dedo dentro de su coñito, lo noto al sacar la mano y sintió mucho placer, lo volvió a meter y le encantaba. Ya no le importaba si se había desvirgado, quería follar, y no pensaba esperar a la noche de bodas. Alzo la vista y me vio mirandola por el reflejo de la televisión. Soltó su pecho, saco su mano y se fue corriendo a su habitación, cerrando la puerta y roja como un tomate.
Continuará.


Autor: CacharroLoco 

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