En el principio - 2 de 2

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EN EL PRINCIPIO - PARTE 2 DE 2




Cuando terminamos nos reímos cómplices, mis piernas, el piso, el mantel, su pantalón, las sillas, había leche por todos lados y yo me lamía los dedos para limpiar mi mano, una locura total.

Discretamente nos aseamos con el mantel, sacó su billetera, dejó dinero de sobra sobre la mesa y casi nos escapamos riendo como tontos adolescentes, para nunca más volver, sin mirar atrás.

Fuimos hasta el coche, nuevamente me propuso llevarme a su departamento, pero nuevamente me negaría, como mujer con más corazón que cerebro, luchaba con mis ángeles y mis demonios porque no podía sacarme de la cabeza lo que le hacía a mi amiga del alma, a la pobre Laura, y él siendo hombre, con más cerebro que corazón, parecía no molestarle el hecho de jugar a dos puntas y podía conciliar el sueño sin remordimientos.





Se daría una situación que no estaba en mis planes, Laura y yo estábamos un tanto distanciadas, ella ya no me contaba de sus intimidades con Marco, se mostraba molesta e irritable conmigo, como si su sexto sentido la tuviera en alerta, como si sospechara algo, como si intuyera que le estaba jugando sucio a sus espaldas, y esa situación que podía haberme acobardado, solo sacó lo peor de mí. Tampoco la relación iba bien entre ellos, no era por mi culpa, pero era evidente a los ojos de todo el mundo que esa pareja era incompatible, no terminarían en nada y yo me sentí con alas como para clavarme como cuña en medio de ambos, así que cuando Marco me invitó nuevamente a su departamento me hice rogar un poco, pero le dije que sí



Fui a su lugar un sábado al mediodía, el mismo preparaba el almuerzo cuando llegué y un aroma que abría el apetito se respiraba en cada rincón. Me dijo que me pusiera cómoda y mientras él estaba atento en la cocina, yo me perdí recorriendo su amplio y lujoso lugar, observando los finos detalles, los adornos, las terminaciones, y lo envidié un poco, ese muchacho estaba varios escalones más arriba en la escala social y económica, alguien que nunca había sufrido ni necesitado nada, todo lo que deseaba todo lo tenía.

A veces la vida es un tanto injusta, como Marco no iba a ser egocéntrico y engreído? tenía facha de sobra, tenía dinero de sobra, autos, propiedades, una verga impresionante, que le faltaba? podía cogerse a quien quisiera cogerse y ahí estaba yo, esperando por mi primera vez.



Almorzamos, el maldito también era buen cocinero, debí asumirlo y por más que intentara disimularlo, los nervios me mantenían en alerta, no podía evitarlo.

Después del postre, él vino directo hacia mí, era obvio que iba a cogerme, pero yo volví a rechazarlo, no podía, aun el pensamiento de que fuera el novio de mi mejor amiga y que yo tuviera miedo por mi virginidad solo me bloqueaban.

Y Marco pareció perder la paciencia con mis histeriqueos y tuvimos nuestra primera discusión, fue directo, por mis vueltas, por mis evasivas, me dijo que ya tenía veintidós años cumplidos, que dejara de actuar como una monja de convento y que no estábamos en la edad media, y si bien eran ciertas esas y otras palabras que me dijo, lo real fue que me dolieron sus golpes tan duros como realistas.



Luego de descargar su ira, las cosas se tranquilizaron, la calma luego de la tormenta, me pidió disculpas, le dije que no, que yo era quien tenía que pedir disculpas y todo se había complicado entre nosotros, me dijo de llevarme a mi casa nuevamente, si no estaba cómoda, pero yo le dije que no, sabía que si cerraba esa puerta en ese momento probablemente jamás se abriría nuevamente para mí.

Respiramos, me propuso un juego para distendernos, claro si es que me gustaban los juegos.

Le pregunté de que se trataba y respondió



Fácil, te cubro los ojos y dejo caer un alimento en tu boca, tú tienes que adivinar de que se trata, si aciertas cinco veces, tienes derecho a pedirme algo, y si erras cinco veces, seré yo quien tenga el derecho de pedirte algo como prenda



Pareció tan tonto como inocente, y realmente me sacó del pensamiento de discusión que habíamos tenido recientemente, sonreí, intrigada, y tomé la apuesta muy en serio

Me dijo que no tardaba, fue hasta su cuarto y trajo una máscara negra de esas para dormir, me dijo que tenía varias y las usaba asiduamente en sus vuelos, que eran muy buenas, me sentó convenientemente en una silla al lado de la mesa y me pidió que cerrara los ojos, luego puso la máscara cubriendo los mismos y se aseguró que no viera nada, de todas formas, no pensaba jugarle sucio

Marco me dijo que no me impacientara, tenía que preparar el menú de alternativas para tener todo a mano sobre la mesa

Pasaron unos minutos, en los cuales mi agudeza auditiva me dejaba adivinar que caminaba de un lado a otro, abría y cerraba el refrigerador, cortaba cosas sobre una tabla de madera y la intriga me podía.



Al fin, arrimó más la mesa a mi lado y me dijo que empezaríamos a jugar



Abrí la boca, más, más



Pidió



Sacá la lengua, levanta un poco la cabeza, así, así, la lengua más afuera por favor, ahí va la primera muestra...



Primero recibí un líquido un tanto espeso sobre mi lengua, no pude evitar que escurriera por mi pera, pero fue un regalo, el sabor a chocolate es inconfundible y muy agrandada de mi parte le enrostré que estaba adelante

Abrí la boca nuevamente para recibir y saqué la lengua todo lo que pude, esta vez el maldito dejó caer mayonesa y si bien adiviné y saqué más ventaja, a él no le molestó, por el contrario, empezó a reírse por mi cara de disgusto y la forma que escupía puesto que aún tenía el dulzor en la boca de chocolate.



Me acomodé, entonces dejó caer algún condimento picante, no podía distinguir ningún tipo de esos condimentos aceitosos y solo empecé a patalear como una chiquilla, gritando



Pica! pica! pica!



Pero mis gritos se cruzaban con sus risotonas que retumbaban en la habitación



Le dije que así no podía seguir, me ardía toda la boca y no podía distinguir una cosa de otra, me arrimó un vaso de agua para que bebiera un poco mientras aún se escuchaban sus risas de fondo, maldito, solo jugaba conmigo, entonces me dijo



Para que veas mi buena fe, ahora te haré un regalo, abrí la boca y saca la lengua



Empezó a jugar con algo sólido que evidentemente estaba en algún líquido, un almíbar dulzón y empalagoso me llegó a la garganta y cuando me permitió morder, el sabor inconfundible de una sabrosa frutilla me llenó de placer, él fue bueno conmigo puesto que me dejó comer dos o tres como para aliviar mi paladar.

Así las cosas, fue hora de seguir el juego, y lo loco era que solo pensaba en lo que estábamos haciendo, en ganar un desafío, lejos de un juego sexual.

Tuve que abrir la boca, volví a sacar la lengua, entonces apoyó una banana, lo distinguí de inmediato, y también supe que a él en esta oportunidad no le molestaba desperdiciar una oportunidad, solo jugaba con ella en mi boca, deslizándola hasta mi garganta, metiendo, sacando, con el juego lógico de una pija y solo me tenté a reírme, pero dadas las circunstancias, en mi cabeza sume chocolate, mayonesa, frutilla y ahora banana, estaba a punto de ganar el juego



Cuando Marco se cansó, me pidió que nuevamente me acomodara, abriera los labios y sacara la lengua, entonces dejó caer un jugo ácido que lo sentí chorrear por mi pera y más abajo también, obviamente se trataba de limón y así se lo hice saber, pero el riendo me respondió



Perdiste! es pomelo!!!!



Seguí saboreando, tratando de comprobar, tal vez el solo jugaba conmigo, tal vez si yo hubiera dicho pomelo, él hubiera dicho que era limón, pero también era cierto que tenía una mezcla de sabores en mi boca que ya no podía distinguir nada de nada, y todo empezaba a repugnarme, él dijo entonces



Seguimos? estamos cuatro a dos, y tengo muchas ideas aun! pienso ganarte la partida



Y yo nunca fui buena perdedora, me gustaban los desafíos así que volví a abrir la boca y sacar la lengua, entonces Marco sacaría su as de la manga



Llegaría la próxima sorpresa para degustar, y un certero chorro de semen llenó mi boca, y otro y otro, el líquido espeso se depositó sobre mi lengua, y solo empecé a tragar, y más y más, como esa noche en el coche, maldito perverso, me desarmó con esa jugada, empecé a sonreír saboreando ese manjar y me limité a decir



Semen, es tu semen



El ya me había arrimado su pija a la boca para que se la chupara un rato y mientras yo me llenaba de placer, me dijo



Bien Berenice, llegaste a cinco, ganaste el juego, que quieres pedir?



A lo que yo respondí



Quiero que me cojas todo el día, quiero que me hagas de todo, que no me tengas piedad, quiero que sea una primera vez inolvidable y quiero cumplir cada una de las fantasías que tengo marcadas contigo



Marco entonces pasó sus fuertes antebrazos bajos mis piernas, llevando sus manos a mis nalgas, me levantó y me sentó de un golpe sobre la mesa y él se sentó en la silla que yo ocupaba, me recostó hacia atrás, levantó mis piernas y la falda naturalmente ya se había subido, estaba toda mojada, entonces él empezó a besarme el frente de la tanga, buscando saciar su sed con mi humedad, recorriendo los elásticos con la punta de la lengua, presionando con ella donde se ocultaba mi clítoris, sus manos inquietas ya habían buceado bajo mis ropas, mi sostén y de divertían jugando sobre mis pechos, acariciando mis duros pezones, aún tenía mis ojos ocultos y me sabía sexi, estaba al borde del mismo abismo


Arrancame la tanga! - le dije un poco implorando, un poco ordenando



El fue a un lado de mi cadera, tomó el elástico entre sus manos y lo hizo crujir hasta romperlo, Dios!, solo la dejó ahí, a mitad camino, pero fue suficiente para que llegara desde ese lado hasta mi sexo y sentí por primera vez el contacto directo de los labios de un hombre sobre mi intimidad, tuve uno de los orgasmos más hermosos que recordara, al menos hasta ese momento



Cogeme, cogeme toda! te deseo!



Marco entonces, mientras me sacaba los restos de tanga, me preguntó acerca de cuidarnos, le dije que no importaba, no estaba en mis días fértiles y soy un reloj suizo con esos días femeninos.

El me abrió nuevamente las piernas sobre la mesa, ya podía ver nuevamente y tomé su verga entre mis manos, Dios! estaba enorme, me asusté y cuando avanzó para penetrarme puse mi mano en su bajo vientre para impedirlo, le dije



Despacio, es mi primera vez! y con eso me vas a romper toda



El agradeció el halago hacia su mayúscula hombría y respondió



Tranquila, iré despacio, se tratar a una mujer y no te haré doler



Entonces lo sentí entrar lentamente, fue tocar el cielo con las manos y solo empezó a moverse muy rico en mi interior, que rico sabía! adentro afuera, más y más

Sentí un dulce dolor punzante en lo profundo, realmente la tenía grande, muy grande, habían pasado los primeros minutos de tensión y solo me entregué al gozo, naufragué en sus embestidas, él me miraba, me decía que era muy bonita, me pedía que me acariciara los pechos, yo le pedía que me los besara, que besara mis labios, que me comiera a besos y que me le metiera más, más, más adentro, que la quería más adentro! toda adentro! que no dejara de moverse tan rico como se estaba moviendo y mientras me acariciaba los pezones y el clítoris solo lo sentí venir



Marco sacó su verga y empezó a escupirme, su semen caliente saltó por mi vientre llegando a mis pechos, una vez, dos, tres, dejó sus jugos por mi pubis, incluso refregó su glande aun chorreando en mi clítoris, mierda, eso era lo que se sentía? y volvió a metérmela, mientras mis dedos jugaban con su leche solo volvió a cogerme con fuerzas, como una locomotora, y en menos de treinta segundos volvía a hacerlo, ahora sí, todo dentro, todo en lo profundo, grité como una cerda, y supe que era un camino de ida



El se retiró extenuado, tratando de recuperar la respiración, empezó a reírse



De que te ries? - pregunté con inocencia



Berenice, Berenice, al principio tenías miedo de que te lastimara, y al final, tenías más de veinticinco centímetros dentro y solo querías más? vaya mujer!



Me dio un poco de pudor, me sentí puta, su verga era tan grande y rica que ni cuenta me había dado del tamaño de mi conchita excitada

Me tomó de la mano, fuimos por una ducha, donde volvimos a hacerlo, y así seguimos durante toda la tarde, probando todas las posiciones, él fue mi guía, y me gustó cabalgarlo, que me lo hiciera en cuatro, de parados, de sentados, sobre la mesa, en el baño, en la cama, todo, todo era perfecto



Al anochecer, solo paramos para cenar algunas cosas improvisadas, Marco estaba casi desnudo, apenas un slip negro le daba un toque muy masculino, con su porte atrapante a contraluz, con esos ojos verdes que me hipnotizaban y esa sonrisa compradora que me deshacía

Por mi parte, solo le había robado una camisa blanca de las tantas que tenía, solo eso, es que ya no tenía tanga, pero no me incomodaba en ese momento, su ropa me daba un toque sexi y me encantaba mostrarme semidesnuda para él



Le pregunté si le había gustado, si había estado bien, es más, cuantos puntos me ponía comparándome con las otras chicas con la que él se había acostado, incluso Laura, mi amiga.

Me dijo que él estaba feliz por mí, porque era mi primera vez, y si yo estaba bien, pues él estaba bien.

Y que yo estuviera bien podía sonar ambivalente, porque esteba plena, pero después de sus ocho orgasmos a lo largo de la tarde, lo cierto es que me dolía demasiado toda mi sexualidad, y a dura penas podía mantenerme sentada.

Pero yo iba decidida a jugarme el todo por el todo, y Marco ya parecía satisfecho, entonces, como de postre a la cena le dijo



Marco, sabés que quiero? que me la des por el culo!


En el principio - 2 de 2


El me miró tan incrédulo como excitado, lo había sorprendido, por la forma tan directa de pedirlo, con un lenguaje poco femenino pero que enloquece a los hombres, entonces le dije



Es que siempre tuve una fantasía muy marcada con eso, y a lo largo de la tarde, cuando me lo acariciaste con tus dedos...Ahhhh!



Marco no se haría rogar, me llevó al dormitorio, me acomodó en cuatro y empezó a lamérmelo y besármelo muy rico, a meter su lengüita, la puntita, y solo me gustaba y quería más, siguió ensalivando, metió un dedito, luego dos y empecé a dudar si había pedido lo correcto, me dolía un poquito

Entonces trajo lubricante artificial para untar toda su enorme pija para intentar penetrarme, guau! esto sí que dolía, lo hizo una vez, y luego otra, y le pedí que se detuviera un poco, tomé aire y lo dejé seguir.

Después de unos minutos de luchar, Marco me desvirgaba por detrás entraba y salía una y otra vez y yo sentía un dolor tan grande como excitante.

Gemía, gritaba, dolía, gustaba, me mordía los labios, lo insultaba, hasta que solo sacó su verga y como una manguera de bomberos empezó a llenar todo de leche, mis glúteos, mi concha, mi espalda, mis cabellos, me la volvió a meter y caímos rendidos por su propio peso, mientras aun me acariciaba mi adolorido clítoris, en una jornada me había regalado más orgasmos de los que había tenido en toda mi vida



Sobre el sexo anal tendría esa misma sensación que había tenido con mi primer oral en el coche, no era lo que había imaginado, pero sin dudas, tendría un largo camino de aprendizaje por delante, además, al ver los ojos llenos de placer de Marco, observando cómo me dejaba todo mi esfínter dilatado, bueno, eso era impagable para una mujer que deseaba satisfacer a su hombre



Era noche, quería quedarme a dormir a su lado, pero él me dijo que en mi casa estarían preocupados por mí, le dije que ya era una mujer mayor, y me dijo que él debería levantarse temprano para trabajar, me sonaron a pretextos, pero no quise forzar la situación.



A partir de esa noche empezaría a transitar mi camino de espinas, mi auténtico calvario, porque me cegué y me enamoré de ese hombre como de nadie, lo puse en un pedestal y fue una mierda porque siempre me sentía poca cosa para él, por su belleza, por su estatus, por su dinero, porque todo lo hacía bien, y solo no podía conformarme con una parte de él. Lo buscaba para coger donde fuera, y hacía lo que él quería que hiciera, le decía que lo amaba, el solo me respondía con sonrisa, me decía que necesitaba tiempo, que no lo ahogara, que no olvidara su relación con Laura.



Y si, estaba mi amiga, a la que ya no podía mirar a los ojos, y solo me sentía una mierda con ella, porque estaba robándole a su chico, y cada vez que yo sabía que ellos estaban juntos solo lloraba y los odiaba a ambos, no podía tolerarlo, solo no podía.

Pero el tiempo va acomodando las cosas en su lugar, y la misma Laura cortó con él, me sorprendió saber por sus labios que ya sabía de nuestra relación secreta a su espalda, y que no le molestara.

Laura me dijo que Marco era un bastardo, una mala persona, jamás amaría a nadie y para él las mujeres eran parte de su colección, que tarde o temprano me defraudaría, y que tanto ella como yo, éramos parte del juego, porque por si no lo había notado aún, había más mujeres en su órbita.



Fui una tonta, no le creí, preferí ignorarla, incluso enemistándome con ella en ese momento, supuse que era envidia, supuse que Marco me había elegido y hablaba por despecho, pero en lo profundo de mi ser sabía que decía la verdad.

Me tomó las manos y me dio



Te lo puedes quedar, es todo tuyo, pero recuerda mi consejo de amiga, estás tomando veneno.



Corría el mes de mayo, el día tres en el almanaque, con cara de preocupación y la intimidad necesaria le dije a Marco una noticia no esperada, saqué la prueba de embarazo y le dejé notar el positivo bien marcado, el frunció el rostro y me clavó una puñalada con sus palabras



Guau! y quien es el padre?



Sentí morirme, eso es todo lo que tenía por decir? quien era el padre? si sabía que solo me acostaba con él, él era mi único hombre y estaba tan enamorada, tan perdida que hacía cualquier cosa por él, pero estaba claro que para Marco yo solo era uno de los tantos agujeros disponibles para saciar su masculinidad, para marcar su hombría, una de su colección, y con lágrimas en los ojos tragué mis palabras y ya no quise hablar.



Marco me buscaría al día siguiente, después del enojo marcado que tenía, pero sería solo para complicar las cosas.

Todo empezaría bien, me dijo que lo disculpara, que había sido un tonto y no había medido las consecuencias de sus palabras, pero, no tardaría en arruinarlo nuevamente, cuando me dijo que iríamos a un buen médico, no era la primera vez y no sería la última, obviamente los gastos correrían por su cuenta

No entendía, no entendía que abortar no era una opción, no lo habíamos buscado pero el embarazo para mí era el resultado del amor que yo le tenía, pero solo ahí abrí los ojos a la realidad para notar que mi amor no era correspondido



Me gasté todas las lágrimas de esta vida, tenía el alma desgarrada y mi mundo estaba de cabezas, pero tenía que levantar la frente y seguir adelante, Marco fue pasado, y mi amiga Laura fue presente, necesitábamos hablar, hablar de tantas cosas, la llamé, nos encontramos en un parque y caminamos sin rumbo fijo, llegamos a un bar, se llamaba 'La esquina de Luca', lindo nombre, por cierto, y yo estaba buscando nombre para él bebe que estaba en camino.



Conocería a Mirko tiempo después, un clavo para sacar otro clavo, y me enamoré de él, un hombre que vale la pena y no un bastardo sin corazón.

Soy muy feliz, por cierto, mi marido, mi hijo, no tengo nada por que quejarme, aunque en alguna noche de soledad, cuando hablo con mi conciencia, tengo que tragar saliva para no extrañar las preciosas cogidas que el me pegaba, aunque me destrozaba, aun me muerdo los labios recordando su terrible verga



FIN



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