Mi joven vecino

Mi joven vecino
Hace 20 años que estamos casados con mi marido, vivimos en el cuarto piso de un departamento en la capital de Buenos Aires, mi esposo se va temprano en la mañana a trabajar y no vuelve en todo el día, a mis 48 he engordado un poco y tengo un culo que suele llamar la atención y que siempre me ocupo que este bien insinuado, la vida sexual con mi marido se ha vuelto monótona y me encanta sentir que los hombres me miran con deseo, aunque no espere nada más, el sentirme deseada me da una profunda sensación de bienestar que me permite enfrentar la rutinaria vida que llevo, no tuvimos hijos, paso mucho tiempo sola en mi casa, hablando con vecinas o con los empleados de los mercados a los que voy.
Hace un mes, se mudó al piso en que vivimos un joven de unos veintipocos, todo el tiempo desfilan chicas por su departamento y muchas tardes escucho los encuentros que suele tener con ellas, suelo masturbarme al escucharlo. Cada vez que me lo cruzo en el ascensor tiendo a pararme un poco más en puntas de pie, en tratar que el note mi culo, creo que no le pasa desapercibido.
Unos pocos días atrás cuando bajaba con mi marido en el ascensor nos cruzamos con él, mi marido un poco adelante, yo más atrás y el chico detrás de mi, en un momento sentí su mano a pleno apoyarse en mi culo y empezar a sobarlo descaradamente, creo que mi cara se puso colorada, pero no hice ni un solo gesto ni movimiento. Lo despedí a mi marido en la puerta, vi al vecino que se alejaba, sin siquiera darse vuelta a mirar y volví a subir a mi departamento, caliente y molesta con la situación, porque delante de mi marido, no tenía muy claro que estaba sintiendo, y por otro lado me planteaba que debía sentir con todo esto.
Cerca de las tres de la tarde, tocaron el timbre del piso, fui a abrir y era el vecino que volvía de la calle, nos miramos fijamente e instintivamente le descargue un sonoro cachetazo, cuando bajé mi mano el la llevó a apretar su miembro que estaba bien duro, bajo la ropa, ninguno de los dos dijo nada durante un momento que parecía no tener fin, me empujo hacia adentro y cerró la puerta, se desnudo del todo, su miembro era realmente imponente, no podía dejar de mirarlo y sentía mi respiración agitada, cuando termino de desnudarse me empujó contra la mesa, de espaldas a él levantó mi vestido y me arrancó la ropa interior rompiéndola en pedazos, enseguida estaba detrás de mi taladrándome en silencio, solo se escuchaba su respiración agitada y el sonido de mis gemidos cada vez más fuertes. No paraba ni un segundo, un mete saca constante, todo el largo de su miembro hasta el fondo y luego casi hasta fuera, y su fuerte pelvis chocando fuerte contra mi, sacudiendo mis glúteos, cada vez más fuerte, más rápido, más violento, siempre en silencio y mis gemidos cada vez más fuertes. En un momento la sacó y golpeo con su herramienta mis genitales por fuera, se quedó esperando unos momentos y yo separe mis nalgas, mostrando mi anhelo, mi deseo, mi total consentimiento con todo lo que pasaba, ninguno de los dos hablaba, es más nunca lo había escuchado hablar, no conocía su voz.
Ay nene… le dije en un momento y él tomó mis glúteos separándolos ahora, y empezando otra vez una cogida fuerte, poderosa, a un ritmo que me hacía no parar de gemir, separe yo mis glúteos para que entre más afondo todavía, está en puntas de pie, como si quisiera meterse cada vez más adentro, siento que acelera su ritmo y su respiración es más agitada, me paró sacando más el culo hacia él, tratando de quebrar mi cintura, me agarra fuerte de la cintura y su bombeo es cada vez más fuerte, su respiración sigue cada vez más acelerada, me doy cuenta que a los dos nos encanta como se sacuden mis glúteos con cada una de sus embestidas
-Te vas a venir así… no tenes preservativo… -le digo y sigo en posición ofreciéndome bien abierta. El sigue bombeando su respiración agitada, no emite palabra y siento como se está vaciando, cuanto hacía que no sentía una explosión así, se le escapa como un grito gutural, pienso que nunca lo había escuchado gritar así con ninguna de las pendejas que se coje y me alegra, me hace sentir especial, y aunque ni siquiera conozca su voz, se queda agarrado fuerte de mi cintura apretándome contra él, está terminando de vaciarse, su herramienta sigue dura, está un rato más sin hablar, moviéndose suave, hasta que siento que la saca, me bajo el vestido, giro para verlo y se está vistiendo, enseguida sale del departamento, me mira con una sonrisa, lo miro como no entendiendo demasiado, me da un beso en la boca, me come la boca mientras me apreta fuerte el culo, y sale de mi departamento, todavía no conozco su voz, un rato más tarde lo escuché con otra de sus amiguitas, pero estoy seguro que vamos a vernos muy seguido por casa.
La tarde siguiente estoy nerviosa, estuve averiguando y se que es del interior, que va a la facultad a la mañana y vuelve a las tardes a estudiar,
A las tres puntualmente suena el timbre siento que el corazón me va a explotar, otra vez no dice nada, se desnuda y me vuelve a girar contra la mesa, está vez, escucho su voz
-Que rico culo tenes vieja puta… -solo gimo y no le contesto y siento dos potentes cachetazos en mis glúteos que me calientan todavía más. –Así te voy a venir a coger seguido… que vieja puta sos… como te gusta mostrar ese culazo eh…? –no le contesto, solo gimo cada vez más. Está vez, me saca los pechos sobre el sujetador y empieza a sobarlos con descaro, demasiado violentamente, pero estoy demasiado caliente, todo me gusta, pienso que si fuera mi marido la situación hubiera terminado, pero con este pendejo todo me calienta.
-Que culazo te cargás… y como te gusta moverlo… estabas buscando esto… eh… perra… necesitabas verga eh… puta…?
-Que decis… sos un degenerado… te metiste a mi casa y me cogiste… -me descarga un sonoro cachetazo en los glúteos y acelera la cogida.
–Querés que pare y me vaya… eh… culona puta… y esos melones que tenes… no te los había visto… como llamás tanto la atención con este culazo…
-Cogeme degenerado…
-Vamos a la cama… -vamos al cuarto, me hace desnudar y tirarme culo arriba sobre la cama, por un rato solo se dedica a observar mi culo, camina alrededor de la cama de a ratos le da un suave toque a su herramienta. Después se acomoda, sus rodillas por fuera de mis piernas y sus piernas cruzadas sobre las mías, como atrapándome, eso me calienta más, y siento como vuelve a meter semejante herramienta bien dura y no puedo parar de gemir, le encanta quedarse semincorporado viendo como se sacuden mis glúteos, me hace que yo lo coja a él y se deleita con el movimiento de mi culo.
No se cuanto tiempo pasa, pero otra vez acelera su ritmo, siento su respiración cada vez más agitada, siento que me muerde el cuello, casi violentamente, está cada vez más caliente… y otra vez siento su profunda descarga mezclada con una especie de quejido casi animal, cae acostado en la cama, por primera vez creo que nos miramos.
-Vas a salir corriendo otra vez…
-Le dije a mi compañera que no venga a estudiar hoy… te voy a saborear toda la tarde… putona…
Me lo dice con la pija re dura y no puedo dejar de sonreir.
Y ahora ya está chupándome el culo, parece un desesperado, los dos sabemos lo que va a pasar, aunque con mi marido no me gusta, me muero por sentirlo al pendejo por atrás
-Me va a doler… -le digo como confirmándole lo que va a pasar…
-Te va a encantar… y cada vez que te vea moviéndolo por ahí voy a saber que yo me como ese culazo… eh putona…
-Hacelo suave por favor… -y siento que ya la está metiendo despacio, va ganando terreno de a poco hasta que la tiene toda adentro, me ayuda a ponerme de perrito en la cama y me empieza a taladrar bien duro, me agarra del pelo y me levanta la cabeza, cuando giro a mirarlo con la boca abierta por el goce, me escupe violentamente en la boca y me pone al borde de la locura de caliente, ahora se deja caer de costado, los dos caemos de costado, su miembro no se sale ni un segundo, con su brazo izquierdo por debajo de mi me aprieta las tetas, giro la cabeza y nos comemos las bocas, está un montón de tiempo manoseándome las tetas, de a ratos me aprieta el cuello, pero siempre taladrándome el culo bien fuerte, hasta que otra vez siento que llega, me encanta, hacía tiempo que no disfrutaba así. Su pija sigue dura, tarda un montón en ponerse morcillona. Quiere que nos bañemos juntos, me encanta, por primera vez le pego una chupada como me gustan, me vuelve loca chupar una buena herramienta, arrodillada delante de él, la chupo con deleite, lo miro fijamente a los ojos, cuando esta por llegar, amaga con sacarla, lo agarro fuerte de la cola no dejándolo escapar y siento como me llena la boca de leche que voy tragando, después me ayuda a incorporarme y nos besamos.
Hace bastante tiempo que no vienen chicas a estudiar a la tarde

9 comentarios - Mi joven vecino

Pervberto +1
Cuando el cuerpo decide es porque sabe más.
muyypa +2
Gracias por volver!
Shiwwo1 +1
Buenisimo relato como todos los tuyos!!! Muy caliente!!