Amigos son los amigos: Víspera de nochebuena

Amigos son los amigos: víspera de noche buena

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CAPITULO 1
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CAPITULO 2
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CAPITULO 3
http://www.poringa.net/posts/relatos/3895595/Erica-mi-hermanastra-V-YAPA-ASA-3.html
CAPITULO 4
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CAPITULO 5
http://www.poringa.net/posts/relatos/3926520/Erica-mi-hermanastra-VIII---Amigos-V-Final.html

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SPOILER

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Si sigue solo la mitad de los que tengo acá, es una banda 😁

Atento la inminente salida de “Mi prima, Mara III” cuyo título aún es provisional, vengo a proponer una breve historia, que subiré solo a mi sitio, más bien corta, pero relacionada a la segunda parte de la saga. Es una idea que manejé, de la que apenas hice anotaciones (no llegué a escribirla) pero que me parecería interesante escribir dado lo morbosa y repugnante que puede ser para el personaje de Jonás. Claramente no se trata de contenido canónico. Lo aclaro. Pero cómo todo lo que escribo en cierta forma “pasa” creo estaría bueno hacerlo.
Se trata de Mara y Franco. Lo más desquiciante para Jonás, por excelencia. La forma en que él se la coge, lo que le hace, lo que ella le hace a él.
La premisa es sobre ellos, fuera de la órbita de lo de Fernanda, ese fin de semana.
Piensen qué les parece y comenten. La subiría en estos días.

Ahora sí, la historia titular de hoy. Felices fiestas…



Víspera de noche buena

Era 24 de diciembre de 2021, víspera de navidad.
Ya por la mañana, Lucas se había levantado temprano para poner en condiciones su casa, ya que su novia Natalia, venía con su familia a pasar las fiestas con él.
Se preparó un buen mate y quedó a la espera que llegara su amigo Fernando, al que le había prestado la podadora un tiempo atrás y que ahora necesitaba para cortar el pasto de su terreno.
En el último tiempo las cosas entre él y su novia Natalia, habían ido bastante bien. Unos cuantos meses atrás se habían reconciliado y, la chispa entre los dos, parecía volver.
Mientras acomodaba algunas cosas en el fondo, se dio cuenta de que su amigo aún no llegaba.
Le pareció extraño, ya que días antes, Fernando se había comprometido a llevarle la máquina desde su “nueva quinta” en Nordelta.
A media mañana y sin noticias de Fernando, decidió llamarlo.
Lucas: ¡Hola! ¿Dónde andas, boludo?.- Le preguntó cariñosamente a su mejor amigo.
Fernando: En el aeropuerto, haciendo la fila ¿por?
Lucas: ¿Aeropuerto? ¿A dónde vas?
Fernando: Tengo que ir a resolver un tema urgente a Mendoza… Voy y vengo en el día ¿qué pasó?
Lucas: ¿Posta? Te estoy esperando desde temprano hijo de mil, me traías la podadora hoy…
Fernando: Uuhhhhh… Tenes razón… ¡Se me re pasó, boludo!
Lucas: ¿Me estás jodiendo, culo roto? Te dije la necesitaba hoy… Tengo un quilombo de pasto en el fondo y hoy viene la familia de Naty…
Fernando: Tenes toda la razón del mundo… Estuve a mil estos días… Haciendo buena letra por el ascenso… La puta madre…. ¿Y no hay forma de que consigas otra?
Lucas: No sé… No me llevo mucho con los vecinos de acá… ¡Te dije, boludo, eh jaja!
Fernando: Hacé una cosa… Si tenes tiempo, andate una escapada para Nordel, no estás muy lejos… Mariel está allá, yo ahora le mando mensaje para que te la preprare.
Lucas: ¡Qué chabón hijo de puta que sos! jajaja
Fernando: Mal… Igual, pensá que te lo voy a compensar jaja
Lucas: Jajaja, dale, avisale que voy para allá.
Fernando: Dale, dale… Che, felices fiestas… Tenemos motivos para festejar este año, ascendimos de puesto… Tamos felices jaja
Lucas: Jajaja hacete el boludo para que me olvide…
Fernando: Jaja te quiero, puto… Te dejo que estoy por abordar… A la noche te escribo. Besito en la cola…
Lucas: ¡Dale!
Cortó la comunicación con su amigo y si bien quería matarlo, decidió no darle demasiada importancia.
Se cambió para salir a buscar la maquina.
Natalia: ¿Dónde vas amor?
Lucas: A buscar la máquina de cortar pasto
Natalia: ¿No te la iba a traer Fernando?
Lucas: Sí pero se olvidó el boludo y ahora está camino a Mendoza…
Natalia: Uhh… Vos y tu amigo…- Le dijo revoleando los ojos.
Lucas: Voy y vuelvo… Muack.- Le dio un beso en la boca.
Natalia: Ok… ¿pero qué, tenes llaves de su casa?
Lucas: No, no… Ya le avisó a Mariel para que me la prepare.
Su novia puso una cara extraña.
Natalia: Ahh…
Lucas: ¿Qué?
Natalia: No, nada… No tardes mucho…
Ella no sabía nada de lo que había ocurrido con la mujer de su amigo. Pero había conocido a Mariel en alguna que otra juntada y no le caía para nada bien.
Vivía diciéndole a Lucas “qué cara de puta que tiene la mujer de tu amigo”.
Él no sabía cómo hacer para desentenderse de todos esos comentarios sin llegar a regalarse frente a ella y que comenzara a sospechar algo.
Pero lo que más le molestaba, sin dudas, era su actitud extremadamente extrovertida, respecto a los amigos hombres de Fernando, su forma de vestir tan provocativa en las reuniones y la buena onda con la que se manifestaba siempre ante todos.
Cabe destacar que no había vuelto a pasar nada entre Mariel y Lucas, más que unas cuántas miradas ratoneras entre ellos.
Lucas se había mantenido muy respetuoso de su relación, aunque en el fondo, disfrutaba un poco de esos encuentros y el morbo que le generaba.
Pero aún así, no había querido que otra cosa como la que hicieron en Nordelta meses atrás, volviera a pasar.
De esa forma, emprendió el camino hacia la casa de su amigo en busca de su artefacto.
Le metió pata ya que para el mediodía quería estar de regreso en su casa.
Entró en el barrio privado y cruzó el sendero de tierra hasta la vivienda de Fernando. Un Nissan 370 z de color azul, estaba estacionado en la puerta. Era nada más y nada menos que su nuevo chiche. El de Mariel, claro.
Estacionó junto al mismo y bajó.
Estaba vestido de entrecasa. Un shorcito corto de color rosa, una remera cuello V, de color blanca al cuerpo y ojotas.
Bastante simple, pero estilizado.
Tocó el timbre de la casa y aguardó que lo atendieran.
Conforme se acercaban a la puerta, se dio cuenta de que era Mariel quien venía a abrir.
Se escuchaba como si estuviera hablando por teléfono.
Al abrirse el acceso al domicilio, comprobó que así era.
Mariel le hizo la seña de que entrara, con una leve mueca, mientras hablaba con alguien por su celular.
Pero lo que más sorprendió a Lucas, no fue la normalidad con la que lo invitó a pasar a la casa, sino la forma en que se encontraba vestida. Una bata de lencería, abierta, que dejaba ver su tremendo cuerpo, apenas recubierto por un conjunta de encaje negro.
Su cabello estaba recogido con un rodete en la cabeza y Lucas se quedó parado, estático ante semejante secuencia.
Ella caminó de espaldas a él, dejandole libre la entrada a la vez que continuaba su conversación.
Por supuesto que posteriormente a tragar un bolo de saliva, Lucas observó cómo la tela de la bata se le levantaba, conforme caminaba y movía el culo.
Sí, ese culo que había tenido a su disposición muchos meses antes…
Grande, redondo… Apetecible…
Se le hizo agua la boca, pero enseguida lo reconsideró.
“No, no puedo pensar en eso” se repitió a sí mismo y trató de pensar en otra cosa.
Creyó que no necesitaba en ese momento fantasear otra vez.
Tomó asiento en la sala principal mientras Mariel terminaba con lo suyo.
Ella había desaparecido un momento.
Allí se quedó, sentado, mirando la decoración navideña de la posada.
No fue sino que hasta unos minutos después, Mariel se hizo presente nuevamente.
Mariel: ¡Hola! ¿Cómo estás?.- Le dijo desde detrás de él.
Lucas, al darse vuelta, se sorprendió nuevamente, ya que comprobó que Mariel, seguía vestida como hacía instantes. No se cambió.
Lucas: Ho… hola…- Le contestó asombrado y algo intimidado.
“Chuiik” lo saludó con un fraternal beso en la mejilla.
Al agacharse para hacerlo, la bata se le abrió completamente, dejando a la vista toda la carne de exportación de la que era dueña.
La tela de encaje de su ropa interior, le provocó una sonrojada enorme a Lucas.
Además, casi que le puso las tetas en la cara.
Mariel: Hace tiempo no te veía… ¿queres tomar algo fresco?.- Le preguntó con onda.
Lucas: No, no… Te agradezco, Mari… Me están esperando en casa, tengo un día largo por delante jaja.- Le respondió algo colorado.
Mariel: ¿Ah sí?
Lucas: See… Tengo que cortar todo el fondo, preparar la parrilla, ir a comprar… ¡Las fiestas! jaja
Mariel: Uh, qué pena…- Le dijo como lamentándose.
Lucas solo sonrió, nervioso.
Estaba bien con su novia y tener semejante minón en frente, no era para nada bueno.
Mariel: Bueno, dame un minuto que me pongo algo encima y vamos buscar la podadora. No sé qué tan accesible estará.
Aún no la había preparado.
Lucas: Sí, lo voy a matar a Fernando… ¡Me dijo que te iba a avisar!
Mariel: Sí, sí me avisó… Pero pensé que quizá te quedabas un rato. Además, estaba hablando por trabajo con un compañero y colgué jeje
Todos actuaban demasiado relajados aparentemente.
Lucas: ¡No pasa nada, dale!
Mariel: ¡Ya vengo!
Como toda una diosa, se fue caminando otra vez.
La tentación era tan grande que no pudo contenerse en mirarla. Para colmo, ella se dio vuelta antes de salir de su vista y lo vio.
De nervioso, solo le hizo “jmm” con una mueca que Mariel respondió de la misma manera.
“No puedo ser tan boludo” pensó.
¿Quién me manda a mí? jaja, se repetía a sí mismo.
Se acercó al árbol de navidad que estaba allí armado.
No fue su intención, pero notó que algunos adornos de igual color estaban muy cerca entre sí y se dispuso a cambiarlos.
Sin darse cuenta, le redecoró todo el árbol.
“Ahh pero ahí que está mejor” escuchó que Mariel le dijo entre risas.
Lucas: Jaja perdón que…- Se detuvo conforme miraba en su dirección.
Mariel venía con ropa en la mano pero aún sin cambiarse.
La situación de “sufrimiento” para seguir alargándose.
Mariel: No, no pasa nada… Queda mejor así. Fernando no le puso demasiada onda, jeje.-
Se paró a junto a él y producto de presionar la ropa contra su cuerpo, hacía que sus tetas se abultaran terriblemente hacia fuera.
Se le iban solos los ojos.
Lucas: Jaja… Es un pancho aquel…
Mariel: See… Ahora salió de raje a Mendoza así que tengo que cargar con todo yo.- Expresó con ironía pero en broma.
Lucas: Sí, me dijo… Pobre, lindo viaje para hacer en un día…
Mariel: Si, obvio… Claro. No sé cómo voy a hacer para traer la carne del freezer a la heladera, porque se olvidó de bajarla.
Lucas: ¿Sigue en el freezer? No se te va a descongelar
Mariel: ¿Vos decís?
Con cada movimiento que hacía, sus tetas emergían hacia adelante, al punto de querer salirseles del corpiño.
De la calentura que estaba levantando, ya no tenía cuidado de Mariel lo pesque mirándola.
Lucas: Mmmm… Yo te la bajo, pero dejala afuera, a temperatura ambiente. Si no no la van a poder hacer…
Mariel: Se pasa tu amigo jaja ¿me haría ese favor? Lo intenté pero es una bolsa enorme y está toda pegada.
Lucas: Jeje…
Caminó un par de metros hasta la cocina.
El freezer grande era el protagonista en un recinto no muy grande.
Mariel: Ahí está… Si me haces el favor te lo voy a agradecer.- Le dijo en tono amistoso.
Lucas abrió el freezer y comprobó, en efecto, que era totalmente cierto lo que la morocha infernal le decía.
Era una gran bolsa de carne que, producto del hielo, se había pegado con las otras cosas.
Estaba muy pesada.
Con algo de dificultad, la sacó y la dejó por encima del mármol de la mesada.
Lucas: Mmm jaja.- Le dijo en alusión a lo congelada que estaba la carne.
Mariel: ¿No me digas que no se descongela?.- Expresó, dejando el manojo de ropa arriba de la mesa y mostrando a Lucas, otra vez, toda la piel de su cuerpo que no era cubierta por los paños.
Lucas: Ya prendé el horno… Si tenes una fuente, ponemos la carne arriba, con el horno prendido… Se va descongelando…- Exclamó casi mirándola a las tetas.
Mariel: ¡Dale! ¡Genio!
Acto seguido, se agachó a su costado, para agarrar una del bajo mesada.
Ocurrió lo que era de esperarse.
La bata se levantó descubriendola toda.
Lucas observó en primer plano, la manzana hermosa que tenía como atributo y como la delgada tela de la tanga se le perdía por entre medio de los voluptuosos cachetes de su cola.
Su erección fue inmediata.
¡No podía tener ese culo!
Liso, perfecto…
Se lo puso a centímetros de su short, que viene al caso mencionar, traicionaba a su dueño, ya que no había forma de que ocultara el tamaño en que le había puesto la verga.
Mariel: ¿Ésta sirve?.- Le dijo esperando su respuesta, a sabiendas de que le estaba exhibiendo el culo.
Por un momento, pudo observar el anillito de cuero de Mariel. Cosa que lo desestabilizó totalmente.
Lucas: Sí, sí…- Le contestó mirando para otro lado. No quería cagarla y la tentación estaba siendo demasiado fuerte.
Como si nada, ella se levantó y le pasó la fuente para que Lucas pusiera la carne encima.
Ya estaba azul de la calentura…
Mariel: Esperemos que se descongele, sino te quedas sin amigo…
Lucas: ¿Viene mucha gente?.- Le dijo para pensar en otra cosa, cambiar de tema.
Mariel: Mis viejos y los de él…
Lucas: Ah mirá… Bien…
Mariel: Pero bueno, en fin, gracias por darme una mano.- Le dijo apenas apoyandole la mano en la espalda.
Ella iba a darse vuelta para tomar su ropa, aparentemente, cuando se percató del terrible bulto que Lucas tenía en el short.
Le miró el tobul, lo miró a él. Esos cruces lo encendían.
Ya no sabía qué hacer Lucas. Quería volar de ahí.
Que Mariel lo mirara así al notar su calentura, lo incomodó bastante.
Pero ella, lejos de ofenderse, se rió de costado y fue hacia la mesa.
Él, por su parte, comenzaba a sudar lentamente y para salir del embrollo en el que se había sumergido, le manifestó:
Lucas: Si tenes una estufa eléctrica o caloventor, ponéselo acá al lado… Así es más rápido.-
No podía sacarle la vista de encima. Demasiado provocativa estaba. Y los gestos de ella, no lo ayudaban.
Mariel: ¡Es buena esa!
Lucas: Olvidate…
Mariel: ¿No te queres quedar a pasar vos las fiestas conmigo? jajaja
Lucas: Jajaja.- Se sonrió colorado.
La verdad es que tenían muy buena química entre ambos. Se llevaban naturalmente bien.
Se notaba.
Mariel: Bueno, vamos a buscar lo tuyo antes de que se me ocurra pedirte otra cosa…
Lucas: Jeje… No hay problema.
Mariel: Dame un toque que me ponga esto, porque está lleno de mugre el galpón…
Lucas: ¡Dale!
Lucas se disponía a girarse, para mover un poco la bolsa de carne e intentar despegarla, cuando Mariel agarró la ropa de la mesa.
Había una pollera, una remera, unas sandalias y un par de cosas más…
Cuando de repente, Mariel, se quitó la bata, ahí, a su lado.
Abrió los ojos como un sapo, tragando saliva con dificultad.
Ella lo hizo como si de sacarse una campera se tratara.
Quedó de espaldas a él, completamente entangada.
La imagen lo estupidizó totalmente.
Las curvas que tenía en la zona de las piernas, camino hacia el culo, era una cosa de ensueño.
Inmóvil, contempló cada detalle de ese culito lindo que tenía enfrente.
Mariel: Otra cosa que tu amigo no limpia… ¡El galpón! jaja.- Le dijo mirándolo normalmente.
Lucas: Se pasa…- Atinó a decir, mirando al suelo.
Ella se puso casi de frente a él, involuntariamente, mientras miraba la pollera que iba a ponerse.
Era antinatural si no dirigía su vista hacia el bello cuerpo de Mariel. Como la parte de adelante de la tanga le calaba el caminito hacia su parte íntima…
Uff…
El corazón le latía rápido.
Mariel: Uhh… Se me jodió el botón…- Se lamentó con voz fingida, como haciendo puchero.
Lucas levantó la mirada. No pudo hacer otra cosa.
Cada segundo que pasaba, era un ladrillo que se caía, del muro que había decidido interponer entre ambos.
Bajó la mano en forma brusca, como si se fastidiara por la situación.
Eso hizo que sus tetas rebotaran salvajemente frente a los ojos de Lucas.
Mariel: A ver si tengo algo en el secarropa…- Soltó intentando dejar de lado la pequeña frustración.
Lucas era un espectador de lujo, que contempló como camino de espaldas a él, con la tanga metiendosele dentro de la cola.
Pero claro, eso no era todo.
¡Tenía que agacharse!
Y la manera en que lo hizo…
Todo su papo quedó a la vista de él, que con la pija a punto de salir de su lugar de origen, observó atónito.
Ahora sí le vió todo…
Ni un solo pelo se le veía. Una vagina hermosa, apenas cubierta por la tela de la bombacha.
“¿Cómo me hace esto?” pensó.
No quería mirar, pero no podía dejar de hacerlo. Era muy rica esa mina para él.
Luego, cambió de posición, flexionando sus rodillas, como sentándose en el aire.
Fue el punto límite.
La tanga se le corrió por completo y pudo observar entero, el agujerito de su ano.
Uff…
Lucas comenzaba a agitarse.
Muchas ganas de ir a chuparselo le dio. Estaba cerradito, lindo…
La forma en que estaba siendo seducido por Mariel, era absurda ya.
Mariel: Me voy a tener que arreglar con esto…- Exclamó haciendo referencia a un pareo.
Mientras Mariel se reincorporaba, Lucas intentó llevar su atención a otro sitio y fue entonces que notó la montaña de ropa en la mesa con más detalle.
Corpiño, tanga, una musculosa… Como para elegir había.
Mariel se acercó para tomar las prendas.
Mariel: ¿Qué decís, ésta?.- Le preguntó respecto a una remera sin mangas verde.
Lucas: Sí, sí…- Le respondió él de manera poco convincente. Ya estaba inquieto por la situación.
Mariel: Oka…- Expresó.
Apoyó la remera en el respaldo de la silla.
Mariel: ¿Solo la máquina es?.- Le cuestionó como continuando la conversación.
Lucas: Sí…- Dijo mirando al suelo.
Mariel: Menos mal jaja… Porque revolver ese galpón…- Exclamó mientras llevaba sus manos por detrás de su cuerpo.
Lucas la miró.
Fue un reflejo.
Mariel se desabrochó el corpiño y liberó completamente sus tetas delante de él.
Lucas sintió una explosión de esperma dentro suyo.
Mariel: Encima debe estar todo desordenado…- Dijo como si nada.
La deliciosa piel de sus gomas era un manjar demasiado apetecible como para no mirarlo. Él se quedó perplejo por la actitud de Mariel.
Ella se cambiaba delante de él, sin ningún tipo de reparo.
Al notar los pezones de sus pechos, redonditos, rosaditos y suaves, pegó un suspiro tremendo.
Para colmo, apuntaban ligeramente hacia arriba, motivo por el cual, Lucas segregaba saliva como nunca.
Además, el rostro de Mariel era normal, como si en verdad no le importara estar desnuda frente a él.
No emitió palabra alguna. Ni siquiera cuando se terminó de poner la remera, que demás está decir, no le cubría nada.
Por los costados se le podrían escapar en cualquier momento.
“Qué perra” pensó.
Tampoco podía negar las ganas que tenía de degustarlos. No, claro.
Sentía ganas de meterlos en su boca y chuparlos sin parar.
Mariel: Bueno, ahora sí, vamos…- Dijo como si nada hubiera pasado y caminó por delante de él, mostrándole el camino.
Por inercia y sin responder, Lucas siguió el sendero que le dejaba la perra infernal de la mujer de su amigo.
Claro, aún podía contemplar su culito entangado, moverse cachondamente conforme caminaba.
Por dentro pensaba ¿cómo es posible que Fernando viviera tan tranquilo? ¿Sin perseguirse? ¿acaso era un desquiciado como ella?
Probablemente así era… Al menos en lo que concierne a Lucas.
Mariel: Ahí dentro está, te lo dejo a vos jeje
Ella le abrió la puerta del galpón, que de galpón no tenía nada, ya que parecía un quincho con todas las letras.
Aún estupefacto por la escena anterior, él ingresó a buscar su artefacto.
Mariel: ¡Qué calorcito! Uff…- Exclamó dándose aire con las manos.
Lucas: Sí…- Expresó desde adentro, moviendo algunas cosas para poder retirar la podadora de allí.
Mariel: Te la regalo cortar el pasto con este sol…
Lucas: No queda otra…
Mariel: Y… Un solcito así, para estar todo el día en la pileta, disfrutando…
Lucas pudo sacar la máquina, al fin.
Lucas: Sí, ojalá así fuera jaja…
Mariel: Si te queres quedar un rato conmigo en la pile no hay drama… Te refrescas y te vas…
Él puso cara de “no seas hija de puta”.
Mariel: De verdad te digo… ¡Mirá, ya estás todo sudado!
Era verdad que estaba transpirado como un chivo, pero no era solo por el clima…
Lucas: Mari… No puedo, lo sabes…
Mariel lo miraba agarrandose sus manos por sobre la pancita y apretando sus tetas hacia fuera con los brazos.
Mariel: Un ratito… Te vas nuevo a tu casa…- Y le puso una sonrisa divina, con mucho brillo.
Él no lo podía creer.
Los rayos del sol iluminaban su rostro de una manera fílmica.
Lucas se moría por quedarse, pero sabía que no estaba bien.
Lucas: Sabes que me encantaría…- Le respondió y se dispuso a ir para la casa nuevamente, a fin de salir por la puerta de entrada.
Intentó no mirarla más. Estaba a punto de ceder.
Esos ojos verdes se había apoderado de sus pensamientos.
¿Cómo podía ser tan bella?
Otro detalle curioso, no es que solamente él estaba en pareja, sino que ella también y con su mejor amigo.
Quizá, eran los condimentos perfectos para un vínculo tan imposible como caliente.
Mariel: Ufa… Voy a estar toda la tarde solita…- Repetía por detrás de él.
El corazón le latía fuerte a Lucas. Estaba luchando con todas sus fuerzas contra la tentación.
Le vinieron a la mente ese delicioso par de tetas que le había exhibido hacía solo unos instantes.
Redondos, grandes… Esos timbres puntiagudos…
Quería llegar a la salida lo más rápido posible.
Era como si el diablo lo siguiera, con su lindo y deseable rostro.
Trató de olvidar esos pensamientos dañinos durante el trayecto que le quedaba hasta la puerta.
Allí se veía el color negro de la misma, tan cerca pero tan lejos.
Como si nunca llegara a ella.
Mariel: ¿Algo fresco antes de salir?.- Le susurró cerca del oído.
El sonido resonó como las campanadas del infierno.
Lucas: No, gracias her… Mari…- Le dijo como si le saliera del alma. Por poco…
Ella lo miró.
Ya estaba en la puerta de acceso a la vivienda.
Mariel: Umm… Ahora hasta que te vea de nuevo…
El sufrimiento que estaba viviendo Lucas era inhumano. No era solo una minita más con la que había estado en su vida.
Tenía con Mariel alguna especie de conexión más allá del garche.
Eso podía sentir con cada mirada, con cada gesto…
Lucas: Gracias por recibirme… Que pases unas lindas fiestas…- Le dijo con cara muy tierna. Claro, eso no lo pudo ocultar. Simplemente, le salió.
Mariel: Bueno, vos igual, Lu…- Le dijo sonriendo y se acercó a darle un beso en la mejilla.
“Muuack” se escuchó cuando lenta y amorosamente le besó el cachete.
El perfume de la piel de Mariel se impregnó en la humanidad de Lucas, que pareció embriagarse por un momento con él.
Cerró sus ojos y disfrutó ese aroma divino que tanto extrañaba.
Ambos se miraron.
Fijaron su vista el uno al otro. Ella estaba decidida, quería que él se quedase. Lucas, por otro lado, lo deseaba pero no quería. O más bien, no debía.
Le miraba los labios, luego al rostro. Un fuego comenzaba a hervirlo por dentro.
Mariel sabía lo que le provocaba.
Tanto así que apoyó sus brazos de repente en los hombros de Lucas.
Mariel: Dale, quedate… 20 minutos…
Sus palabras fueron como puñaladas al pecho de Lucas, que no podía emitir dictamen.
El mar de dudas en el que se encontraba inmerso, era demasiado profundo.
Mariel: Hacemos el amor un ratito y después te vas…- Expresó con voz muy dulce.
Lucas: Eh… Yo…-
Mariel: Unas ganas de que me beses tengo…- Expresó sonriendo diabólicamente y acercando su divina silueta a la suya.
Lucas: Mari…- Expresó hipnotizado.
Mariel: No pasa nada… Lo sabes…- Le dijo bajando una de sus manos por el pecho de él, tocándolo alevosamente.
Lucas suspiraba muy agitado.
Lucas: No puedo, hermosa… Dale…- Exclamó lamentándose.
Ella continuaba bajando su mano mirándolo a los ojos muy provocativamente. Sus ojos verdes eran como dos faroles demasiado atractivos como para ignorarlos.
Y así llegó hasta su zona más baja.
Mariel: Me gustas, Lu… Quiero que me hagas el amor… ¿queres?.- Le dijo frunciendo los labios como estrella porno.
Pero eso no fue todo, sino que además, le agarró la pija por fuera del short.
Lucas sintió una explosión dentro de sí mismo. Algo poco común.
Gimió zarpado frente a ella.
Lucas: Mariel, por favor… No…-
Mariel: Amor, tu verga no piensa lo mismo…- Respondió apretando más y mordiéndose.
La tenía enormemente parada.
Lucas: Aahhh…- Gozó.
Y Mariel fue más allá.
Introdujo su mano de repente, por dentro del short, friccionando la piel de su mano, con la piel de la verga erecta de Lucas.
Mariel: Jmmm… Qué calentita, bebé…- Le dijo sonriendo…
Lucas: Mari…. Oohh…- Gozaba mientras la palma de Mariel hacía estragos en toda su verga.
Mariel: Qué ganas de arrodillarme y chuparla toda…-
Al oír esas palabras, Lucas perdió el poco control sobre sí mismo que poseía.
Totalmente transformado en un ser irracional, agarró del pelo a Mariel y le estrelló un beso en la boca como pocas veces había recibido.
Incluso, ambos sintieron un poco de dolor al hacerlo. Aunque no importaba.
Mariel: See… Lindo… Aaahh… Mmmm…- Le decía mientras se comían la boca.
Era burdo.
Parecían perros lamiendose el uno al otro. Se chupaban más que besarse.
Le abrazó fuertemente contra sí mismo y la chapó muy heavy.
Suspiraba cada vez que sus lenguas chocaban entre ellas, intercambiando saliva como si de cambio se tratara.
Ella lo tocaba por debajo del short. Tomaba fuertemente su verga con la mano.
Lucas: Dios… Qué estoy haciendo… Ahhh…
Mariel: Me encantas, nene…- Expresó excitada y dejó de besarlo.
Lo miró con una calentura bárbara y antes que Lucas pudiese decir algo, sonrió y se agachó a su pies.
Le bajó bruscamente el short y el boxer.
Su pija dura como una tabla quedó rebotando ante ella.
Y no le dio un segundo más de libertad…
Así como estaba, puso sus manos en las piernas de Lucas y se la metió en la boca.
Mariel: Aaoommm..-Hizo, provocando la locura en él.
Unas vez más, la novia de su amigo se ponía a degustar su verga.
Gimió como un loco al sentir la lengua y el interior de la cavidad bucal de Mariel.
Era donde su miembro debía estar.
Un placer único, inigualable.
“Umm mm mm oomm mmm” se escuchaba conforme Mariel lo peteaba.
El miraba desde arriba, su bella cara como devoraba su carne entera.
No podía ser tan hermosa.
La tomó de la cabeza y sacando más pene que nunca, empezó a cogersela por la boca. Estaba ido…
Mariel: Ay, sí, amor…- Expresó como con la boca llena.
Lucas: Aaahh… Oohhh… Qué rica que sos Mariel…
Mariel: Tu pija es rica, nene…- Le dijo y sin manos durante un instante, le cabeceó en el vientre.
Lucas: Ooohh no…. Ahh…
Mariel, rápidamente se sacó la remera.
Sus gomas quedaron rebotando otra vez ante sus ojos.
Ya no había vuelta atrás, se la iba a coger…
Mariel: ¿Puedo ponerlas en tu pija, amor?.- Le dijo agarrando sus grandes pechos.
¿Amor, le decía ahora?
Lucas: Ajam…- Le respondió en trance total.
Automáticamente, ella colocó sus pechos en su verga.
El calor divino que sintió Lucas no se comparaba con nada. Con ninguna mujer con la que haya estado.
Mariel: ¿Te gusta así?.- Le dijo mirándolo con cara de puta mientras lo pajeaba con las cada vez más lubricadas tetas.
Lucas: Cómo te voy a coger, Mariel… Oohh…-
Mariel: ¿Sí? ¿Me vas a coger, lindo?.- Le contestó mordiéndose los labios y refregando sus ubres en el tronco de la pija de él.
Lucas: Toda… Bombón, toda… Ohh…
Aún con las tetas alrededor la pija de Lucas, Mariel, volvió a metersela en la boca…
Mariel: Ummm, diosss… ¡Qué rica pija! Mi regalo de navidad…
Lucas gritó y cayó con la mano contra el marco de la puerta.
De esa manera, Mariel quedó aún más debajo de él, que tenía sus piernas a los constados de ella.
Pero era tanta la calentura que sentía que con una mano en la pared y otra sujetando la cabeza de ella, se la cogió por la boca durante unos segundos.
Lucas: Aahh.. ahh.. ahh…a hh.- Gozó rápido.
Mariel: Mmmmmm.. mmm.- Hacía ella con la voz muy forzada.
Tenía tanta pija en la boca que comenzaba a atragantarse.
Él, al ver el rostro de Mariel perdido por toda la carne que le mandaba hasta la garganta y como esa mirada le pedía más y más, no resistió.
Le retiró la pija de la boca, dejando colgar de ésta, un gran hilo de fluidos.
Mariel pudo respirar.
La levantó y besó en la boca.
“Mmmmmchpp” se escuchó como efecto sopapa.
Luego, la dio vuelta e hizo inclinar un poco.
Mariel: ¿Me vas a coger?
Sin contestarle, le corrió la tanga a un lado y tomó su verga bien desde la base.
Con mucha calentura, se la pasó por la vulva y siguió por el medio de la cola hasta el agujerito del ano.
Mariel: Aaaahh, Lu… Ponemelá, amor…- Exclamó mordiendo su labio inferior y cerrando los ojos.
Lucas le dejaba por cada centímetro que tocaba, hilitos de líquido preseminal.
Observó su culito divino. Una manzanita hermosa.
Todo para él…
Bajó un poco más su miembro y lo depositó entre sus labios vaginales.
Mariel: Ay, sí… ¿Me coges? Oohh…- Le dijo con voz de putita.
Lucas le besó la espalda y el cuello. Estaba fascinado con ella.
Ya era tarde para arrepentirse.
Mariel se movía hacia atrás para metersela ella misma, pero Lucas se hacía desear.
Suspiraba al oler el perfume de su cabello.
Mariel: Metemelá, por fa…-
No hubo tiempo para que terminara la frase.
De forma brusca y totalmente intempestiva, se la metió por la vagina hasta donde le dió.
“Aaaaaaaahhhhh” fue el alarido pegó Mariel, que se oyó por toda la casa y alrededores.
Se la había puesto…
Por más que estaba muy lubricada producto de la excitación, su vagina estaba bastante estrecha, lo que hizo volar la cabeza de Lucas.
Apretadita y caliente.
La agarró de la cintura y ella puso sus brazos contra la pared.
Mariel: Aaaoomm… Papi, sí… Ahh..- Gemía como película, sonriendo.
Lucas, prácticamente en piloto automático, le daba por detrás observando su cuerpo exuberante moverse por la fuerza que le propinaba.
Se la estaba cogiendo y, además, sin protección.
¡Qué locura!
Ya no pensaba en Natalia ni en Fernando. La situación había superado todos sus límites.
Lucas: Ahhh… Qué rica estás, Mari… Dios…
Mariel: Ay, qué dura la tenes… Mirá de lo que me iba a perder… Umm.- Mariel no paraba de gemir y lo hacía cada vez peor. Ya era como una música de fondo, que estupidizaba a cada segundo a Lucas.
Esa clase de gemidos que te hacen acabar de solo escucharlos “aaahh… ummm,... oooohh..” Dulces, lentos y seguidos unos del otro.
La vista que tenía de su pija entrando en su conchita era privilegiada. No podía creer que otra vez, estaba cogiendo con Mariel.
Como no podía aguantar ver su rostro tan caliente y sonriente por la empalmada, la tomó de la cara y la besó de costado, llevando ambas manos hacia adelante y sujetando ambos pechos.
Mariel: Uy, sí… ¿sabías que me encanta de parada? aaa…
Lucas: ¿Sabes que te voy a acabar adentro, no?
Mariel: Ooohh… ¡Nene!... Acabame donde quieras, pero no pares… aaahah…- Le contestó y comenzó a menear la cola para atrás, haciendo que cada vez le quedara menos tiempo a Lucas.
Lucas: No, no seas mala… Aaahhh…
Mariel: Jeje… Ahhh…- Soltó malévola y se soltó el divino pelo, todo para un costado.
Mientras miraba la deliciosa piel de Mariel sudar, observó que la luz de su teléfono, dentro del short, lo comenzaba a iluminar.
De seguro era su novia, Natalia.
El sonido de vibración, alertó a Mariel.
Mariel: Umm… Qué no te molesten justo ahora…- Expresó y sacó la pija, gimiendo, de su vagina para dar un giro de 180º.
Lo miró y levantó su pierna para que Lucas la tomara a un costado. Luego, apoyó dramáticamente sus brazos en sus hombros y levantó su otra pierna, yéndose lentamente hacia atrás. Finalmente, quedaron contra la pared.
Mariel: Ahora quiero de frente…- Le dijo enardecida.
El celular seguía vibrando.
“vvvvnn vvvvnn” hacía en el suelo, mientras Mariel se disponía a introducirse la verga de Lucas, otra vez en su vulva.
Se miraron fijo, con un deseo que iba más allá del sexo.
La manera en que frunció las cejas al empezar a enterrarse la mojada y dura pija de Lucas, no tiene nombre.
Mariel: Auu…- Exclamó en forma de aullido.
Era increíble como se oían los fluidos chocar.
Sin más vueltas que dar y cuando llevaba dentro media pija, comenzó a cogerla de nuevo, pero, salvajemente.
Ahora sí, el silencio de la casa permitió que en cada rincón de la morada se escucharan los gemidos de ambos.
Mariel: Ahhh.. ahh… ahh…- Decía sin parar mientras se miraban.
Era un placer majestuoso. Para ambos.
Mariel sentía en carne propio como el tronco de Lucas se abría paso dentro de ella.
No pudo contenerse más y comenzó a besarlo.
“Mmmm ooofff mmmm muacchh…” se oía cuando lo hacía.
Con ganas, sedienta.
Lucas: ¿Esto querías?.- Le dijo como pudo, sin separarse de sus labios.
Mariel: Aahhh… Sí, bombón… Me encantas coger con vos…
Lucas: Ohhh… Fernando me va a matar, je… Oohh…
Mariel: Si no se entera, mejor ¿no? Ummmm…- Gimió antes de terminar la frase.
La tomó de una de sus tetas.
Observó lo rígido que estaba la punta de su pezón.
Se tentó.
Dejó de besarla un instante y le dio una gran lamida a su teta, pasando lentamente la lengua por toda la aureola.
Mariel: Ay, no puedo más, no puedo más…- Expresó haciendo fuerza.
Lucas empezó a darle más fuerte.
Los topetazos se hacían oír. “Plaf plaf plaf”.
Mariel lo tomó del rostro y llevó nuevamente su boca hacia la de él.
Con pasión le estampó un chape asombroso.
Lucas: Oihhhh…. Hermosa… aahhh…
Mariel: Uuuummmm noo…. Noo… diosss…- Gritó haciendo fuerza, al punto de morder los labios de él.
Frunció el seño de una manera que hizo venir como loco al amigo de su marido.
Ella lo abrazó fuertemente mientras se doblaba toda. Estaba acabando y como la mejor, gritando sin importarle nada.
Mariel: Aaahahh sí… aaaahh…- Gozó retorciéndose y provocando en Lucas un polvo incontenible.
Lucas: Oooohhhhh….- Gritó con sus piernas temblando, mientras toda la leche salía expulsada de su cuerpo e ingresaba en el de Mariel.
Mariel: Uff. Cómo se siente eso… Nene, como late…- Expresó con dificultad, suspirando.
Ambos continuaban abrazados el uno al otro.
Mariel, contra la pared, sonreía extasiada por el momento vivido, mientras el esperma que tenía dentro, comenzaba a gotear al suelo.
Lucas lo sintió tan “íntimo”...
No quería despegarse de su piel.
Se la habían mandado. Ambos.
Aún agitado levantó la cabeza.
Mariel, enseguida lo besó, contenta.
Mariel: Me encantó…- Le repetía con ese brillo en la mirada.
Lucas, aunque con culpa, también lo hizo.
Casi que mordiéndose, la bajó al suelo lentamente.
Mariel: Ooohh…- Suspiró cuando retiró su verga de su conchita.
La tenía toda roja y lubricada.
Aún tenía fuerzas para estar apuntando hacia arriba.
Él le sonrió.
Mariel: Cómo me gustaría que te quedaras un rato más…- Le comentó aún con sus brazos alrededor de su cuello.
Lucas: Sabes que no puedo, hermosa… Ya hice demasiado, je…
Mariel: Lo sé… Aunque si fuera por Fercho, olvidate eh… Ese degenerado no se hace problema por nada…
Lucas: No es solo él…
Ella pareció comprender. Además estaba muy feliz y satisfecha por haber estado con él.
Mariel: Hermoso… Sabes que te quiero…- Le dijo para su sorpresa, provocando un gesto de asombro en él.
¿Lo quería?
Eso era nuevo.
Le sacó una mueca.
Lucas: Yo igual…- Le dijo.
Un pequeño silencio se hizo entre ambos, que se miraban como adolescentes.
Lucas: No me puedo ir así jaja
Mariel: Jajaja ¡No! Vení que nos manguereamos un poco.
Ella lo tomó de la mano con total naturalidad para ir al fondo a manguerearse.
Lucas agarró el short y, por ende, el teléfono.
3 llamadas perdidas y 5 mensajes habían entrado.
“ya marinee la carne 😉”
“Dónde andas, amor?”
“Te falta mucho?”
“Estoy preocupada que no atendes”
“Euu”.
Era Natalia, obvio.
Se sintió el peor. Sí.
Pero tampoco pudo dejar pasar esa chance de volver a estar con ella. Porque más allá de que quería a Natalia y que la había perdonado, en el fondo, seguía deseando a Mariel.
Tenía una conexión muy fuerte con ella.
“Yendo” se limitó a contestarle.
Pensativo, observó cómo Mariel se desnudó por completo. En realidad, solo la tanga le quedaba. Y se manguereó toda.
Era una imagen tremenda. Una bomba total que hasta el día de la fecha no comprendía que había estado con él.
Luego, siguió él. Iba a ser difícil sacarse el aroma de Mariel de encima.
Así que también se desnudó y se lavó bien. Pero claro, no podía aparecerse bañado, por lo que solo hizo hincapié en su verga, que se encontraba totalmente impregnada con el olor de ella.
Mariel: Yo ahora te abro y así como estoy, directo a la pileta…
Lucas: ¿En bolas?.- Le dijo observando que no tenía marcas recientes de sol por ropa de baño.
Mariel: Obvio…
Lucas: Pero hay casas cerca…
Mariel ¿y? jaja.- Le expresó como la perra que era.
El solo sonrió mientras se ponía nuevamente la ropa.
Jamás iba a borrar esa imagen de ella, atándose el pelo. Una diosa como pocas. Hermosa, inteligente y diabla. La mezcla perfecta para él.
Le había encantado ese pequeño rato con ella.
Mariel: Si en algún momento tenes un tiempito para mí… Mandá mensaje…- Le dijo sonriendo.
Uff…
¿Cómo hacer con eso?
Lucas: ¿Sí?
Mariel: Me encantaría…
Lucas: Dale…- Le dijo complacido.
Claramente no había sido un polvo más en su vida.
Muy dentro suyo sabía que algo más pasaba.
Sí, peligroso. ¡Muy! Pero pasaba.
Lo acompañó desnuda hasta la puerta y antes de abrirla, lo agarró de la cabeza como si fuera su novio y lo besó como loca.
Mariel: Si tuvieramos un rato más…
Lucas: Nooo jeje… No me la hagas más difícil…
Mariel: Jaja bueno, por hoy te largo…
Lucas: Hermosa…- Le dio otro pico.
Mariel: Vos, pasala lindo…
Lucas: ¡Dale! Vos también… Y respecto a Fer…
Mariel: Naa, no te preocupes, si no te dice nada, no le digas… Tampoco sería la primera vez que pase…- Le dijo entre risas.
Lucas: ¿Ah sí?
Mariel: ¿No era que te ibas? jajaja
Lucas: Jaja sí…
Mariel: Ya te voy a contar las que se mandó el depravado ese conmigo… Tiene suerte…
Un interruptor pareció encenderse en Lucas. Un chip respecto a un sentimiento nunca antes percibido de esa manera.
Lucas: Me encantaría…- Le dijo con cara morbosa.
Mariel: Bueno, espero te haya gustado mi regalito de navidad… Nos vemos…- Exclamó toda colorada y dándole un último beso en la boca.
Este fue distinto.
Lento, espaciado y ambos respirandose el uno al otro.
Mariel: Te voy a extrañar… Andá antes de que cierre la puerta con vos adentro…
Lucas: Jajaja Yo también… Bueno, ahora sí, chau… Chuuiik.- Se escuchó.
Ella, complacida, abrió la puerta para que Lucas saliera.
Mariel: Nos vemos, bombón…- Le dijo sonriente antes de cerrar.
Él le guiñó el ojo y observó cómo su cuerpo desnudo desaparecía en la escena.
Respiró profundo.
No podía creer lo que había pasado.
No solamente por el sexo, sino por la actitud de Mariel. Tan “amorosa”.
No había dudas de que él estaba loco por ella. Pero la situación no era ordinaria.
Se trataba nada más y nada menos que la mujer de su mejor amigo. Amigo liberal, sí. Pero su amigo al fin.
De camino a su casa intentó bajar la erección que tenía pero le era imposible.
No dejaba de pensar en ella.
Su celular vibró nuevamente.
“Me va a matar, Nati” pensó.
Pero cuando lo agarró, no era ella. Era un número sin agendar.
Había una foto cómo mensaje.
Casi le explota la cabeza.
Era Mariel.
“Para que pienses en mí con papá noel” recitaba al pie.
Estaba ella desnuda, tomando sol en la pileta. Exhibía toda su carne en modo selfie.
Sus deliciosas tetas aparecían en primer plano, ligeramente salpicadas de agua.
Una de sus manos estaba apoyada en su conchita. Sí, esa que hacía instantes acababa de llenar de su esperma.
Se alienó por completo.
Si Nati ve esto… Dios, pensó y maniobró para borrarla enseguida.
“Besito, hermoso”
“Borrá todo”
“❤😊” continuó escribiéndole.
Se detuvo un instante.
Estaba a punto de borrarla, cuando de repente pensó.
La foto era una bomba, hasta la pequeña línea de pelos camino a la conchita se le veía. “La francesita”.
No podía borrarla…
No esa divina postal al placer.
Le escribió.
“Dale, pero ésta me la guardo”
“Chau, bombón 😍” le respondió rápidamente y ocultó la foto quién sabe dónde.
Antes de borrar todo recibió un último mensaje de Mariel.
“❤❤❤❤❤”
¡Qué locura!
Había algo que era muy cierto y que quizá, de algún modo, explicaría la actitud de él con Mariel. Desde que la había conocido, él no era el mismo, pero para bien.
Había recuperado la autoestima, el valor propio, la confianza…
La gran responsable de ese cambio había sido ella.
Hacía tiempo que Lucas había dejado atrás sus inseguridades y durante el trayecto hasta su casa, comprobó que la impulsora de ese cambio, no fue su mujer Natalia, sino que por el contrario, había sido la mujer de su amigo.
Una cosa de no creer.
Al llegar gambeteó el cuestionario de su novia como el mejor y se preparó para la noche. La buena vibra en él se hacía sentir.
Claro que su mujer sospechó, pero dado que las familias se juntaban ese día, no quiso indagar más y generar un mal ambiente.
Pero era claro, iba hurgar por allí en cuánto pudiera.
Más cerca de la noche, Fernando le envió un mensaje.
Al ver que el remitente era él, se le aceleró el corazón.
Fue un reflejo.
“Che, pudiste cortar el pasto al final?”
“Me dijo Mari que te dio la máquina”
Fuu…
Alivio…
Lucas: Sí, amigo…
Lucas: Gracias!!
Fernando: No, de nada. Espero te haya tratado bien esta bruja jaja
“Si supiera” pensó.
Había algo en el morbo que comenzaba a gustarle.
Lucas: Jajaja olvidate 😉
Fernando: Bueno, felíz navidad amigo… Mari te manda un beso también… Dice gracias por acompañarla un rato
Ufff…
Se mordía leyendo.
Demasiada perversa era la situación.
Lucas: Gracias…
Lucas: Igualmente para ustedes!!
Fernando: Nos estamos viendo…
El morbo lo estaba matando.
Fernando: Ahh
Fernando: Después te tengo que comentar algo…
Lucas se quedó.
¿Qué será?
Lucas: Qué??
Fernando: Después te digo jaja
Lucas: Decime, no seas puto jaja
Fernando: Después hablamos bien pero… Estaba pensando. Da para que nos vayamos los 4 a algún lado este verano???

6 comentarios - Amigos son los amigos: Víspera de nochebuena

Fercho3512
Muy bueno!!!hay continuación...
criselkpo
Ya esas vacaciones ... Dale no seas turro... Ufff terrible me enamore de esta trolita ...
criselkpo
👍💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦💦
garcheskikpo +1
Vine con intenciones de leer como Mara recibía su regalo de navidad por parte de franco y me encontré con otra locura jaja
ruso201784
esta muyyyyy bueno genioooo... como todo lo que escribis !!! te pasas sos un kapo