La cuarentena con mi sobrino (Parte III)

nteriormente: Pasamos los primeros días con mi sobrino que está en casa por la cuarentena, mi esposo sigue en Europa sin fecha de regreso. La última jornada pasa normalmente hasta que decido ir a tomar un segundo vaso de agua y observo en la oscuridad como mi sobrino de 18 años recién cumplidos se masturba en el sofá donde duerme.
Él no me vio, yo lo vi en la oscuridad con la escasa luz que proveía la luna, pude ver como se masturbaba y acababa largando chorros de semen sobre su pecho y su panza marcada de abdominales.
Vi cómo se limpió con una prenda que tenía en la mano con la que se masturbo. Luego con mucho cuidado me volví a mi cuarto.
En cama me puse a buscar videos íntimos que tenía con mi esposo para poder autosatisfacerme.
Una noche más termino acabando dejando mojada las sabanas, mi tanga y mis dedos.
Comienza el quinto día, Me levanto con lo justo, me visto y voy a desayunar. La mesa esta lista y el café esta calentándose. Mi sobrino evidentemente escucho que ya estaba por levantarme y puso a calentarlo.
Ya había terminado sus ejercicios y estaba con su ropa y toalla al hombro listo para pasar al baño de mi cuarto para darse su tradicional ducha pos ejercicio.
Lo saludo tímidamente, pensando que estaba hecha un desastre, sin peinarme ni maquillarme.
Mientras él se va a bañar, me voy directo al sofá a revisar si encontraba la prenda con la que se estuvo masturbando. No encuentro nada. El café se está enfriando en la mesa, yo me aventuro a entrar al cuarto donde guardaba sus cosas.
Tenía la excusa de que es mi casa y necesito buscar otras cosas, pero si no me veía mejor. Reviso rápidamente su bolso y en un bolsillo encuentro una diminuta tanga, manchada, con restos de su semen.
Me pareció un asco. Pero la curiosidad me había llevado hasta ahí.
En eso siento el sonido de una notificación. El celular de mi sobrino estaba cargándose en el cuarto.
Me asomo a ver y era un whatsapp de una tal Paula.
El mensaje parcial decía: "me encanto que uses mi tanga para desahogarte..."
Luego seguía el texto pero era lo único que pude leer sin tener que violar la privacidad de sus mensajes.
Deje guardado todo y me fui a la mesa, pongo el café en el microondas, cuando veo que estaba entrando otra vez tarde a mi trabajo virtual.
Agarro algo para comer, corro a la oficina, enciendo la computadora, mientras espero que termine de calentarse el café.
Busco mis cosas, mi celular y suena el microondas avisándome que ya está el café.
Comienzo a trabajar, mi jefe me pregunta si otra vez se me corto la luz socarronamente. Pero no pasa más que del chiste.
Mientras hago mi trabajo me pongo a abrir mis redes sociales, a usar mi celular. A buscar a mi sobrino, a ver sus fotos, a ver sus amigas.
Encuentro a una "Pauli", en sus fotos tiene muchos likes y reacciones de mi sobrino. No le comenta pero evidentemente le hace saber que le gusta lo que ve.
Esa Pauli es una chica de 25 años, muy grande para mi sobrino. Es una modelo, o por lo menos parece serlo porque en todas las fotos está posando. Es perfecta, tiene unas piernas larguísimas, unas tetas paradas más grandes que las mías, una cintura de avispa. La cola es proporcional a su cuerpo, no es la gran cosa pero sabe cómo sacarle provecho en sus poses.
La muy puta encuentra excusas en sus tik toks para mostrar el orto, está llena de comentarios. En Instagram siempre aparece como riéndose mientras muestra sus tetas o sus piernas.
La caradura pide canjes o vende publicidad por tener tantos seguidores.
Veo mis redes y veo que solo me siguen un puñado de familiares y amigos, algunos corazones a las fotos de mi pareja o de mis viajes, pero evidentemente no destaco.
Mi sobrino en cambio tiene miles de seguidores, está lleno de chicas reaccionando y comentándole todas las fotos, donde se lo ve haciendo ejercicio, o posando también.
Evidentemente la brecha generacional se nota entre estos chicos de 18 y una vieja como yo de 35.
Así y todo esa Pauli ya está grande para andar haciéndose la pendeja.
Y como carajo mi sobrino tiene su tanga? Acaso estuvieron juntos? Mi sobrino hace poco llego a buenos aires, hace poco es mayor de edad. Es una pervertida esa Paula.
Llega la hora de almorzar, casi no le hablo a mi sobrino, estuve toda la mañana masticando bronca por esa tal paula, como puede ser que no haya un poco de moral, un poco de recato, que no se dé cuenta que mi sobrino todavía es muy chico.
Por la tarde al fin puedo hablar con mi esposo, le digo cuanto lo extraño, que quiero que dejemos de pelearnos. Él me dice lo mismo, me confirma que no tiene novedades y que se quedara hasta que cierre el negocio en Europa, le pido que se cuide.
Le digo que anoche me masturbe mirando nuestros videos, él me dice que tenemos que grabar otros porque ya se cansó de usarlos en Europa.
Le propongo poder hacer una videollamada hot.
Me pongo el mejor conjunto de ropa interior.
Pongo música ambiental, solo para justificar un baile sensual.
Le muestro todo mi cuerpo, como me queda ese conjunto de ropa interior cara y fina, le hago un baile que muestra mis caderas, mis pechos, mis piernas.
Mi esposo comienza a mostrarme como se toca mirándome.
Me da risa y vergüenza lo que hacemos, pero es lo que hay que hacer para mantener viva la llama de la pasión en estas épocas.
En cámara comienza a mostrarme su pija, esa pija que en más de 15 años estuvo dándome placer. Una buena pija de 18 cm, ancha de unos 5 cm. La extraño dentro de mí.
Me saco la ropa interior, le muestro mis pechos erectos, le muestro mi cola, se la abro para que se deleite.
Me doy una palmada en la cola bien sonora.
"tía estas bien?" se escucha detrás de la puerta
La cara de mi marido se transforma y se tienta de risa, yo me muero de vergüenza y comienzo a tartamudear tratando de pensar alguna excusa. Quiero bajar el volumen de la música y termino subiéndola mas, luego la apago como puedo y le digo a mi sobrino hablándole a la puerta, que estaba todo bien, que había matado una mosca...
Estaba toda colorada, mi esposo se moría de la risa y dijo que eso cortó la calentura pero estuvo bueno.
Nos despedimos y lo dejamos para otro momento.
Unos minutos más tarde me llega una captura de video de mi esposo, mostrándome a mi dándole el culo, desnuda pegada a la puerta diciéndole a mi sobrino que había matado a una mosca.
Me tente sola, al menos todo estaba bien con mi esposo.
Pasado un rato, decido hacer frente a mi vergüenza y salir a hacer algo de ejercicio.
Me puse una calza y una musculosa para poder estar más cómoda.
Salgo al jardín, porque mi sobrino estaba en el living mirando televisión.
Estoy haciendo mis rutinas tratando de imaginarme que estoy modelando mi cuerpo.
Estaba haciendo unas flexiones de brazos cuando escucho de fondo
"tía, lo estás haciendo mal"
Era mi sobrino que me estaba observando. Me dice amablemente que debería cambiar la forma en que hacia el ejercicio para no lastimarme.
Se pone a la par mía y me muestra como debía hacerlo. No digo mucho solo le sonrió amablemente y trato de imitarlo.
Me pide permiso para tocarme, sin decir nada, solo asiento con mi cabeza.
Me toma de las caderas para ubicar mi cola un poco más arriba. Sus dedos gruesos y calientes tocan mi piel. Claramente tiene mi culo a unos 50 centímetros de sus ojos.
Pasa su mano por mi espalda para corregir mi postura, diciéndome que no debo hacer fuerza con la columna.
Me dice que luego de cada ejercicio hay que elongar un poco.
Me hace poner de pie, y me hace usarlo para estirar los brazos, me apoyo en sus hombros para elongar.
Me recomienda el las rutinas, y yo solo obedezco. Hago las sentadillas dándole la espalda, no es algo que haya buscado, él está desde atrás mirando y dándome las indicaciones.
Mi cola no sería como la de Pauli, pero es la que tenía a mano y después de todo no estaba tan mal.
Termino los ejercicios súper transpirada, evidentemente me hizo bien los consejos para poder hacerlo como debía.
Las gotas de sudor caían entre mis pechos, lo note porque cada tanto vi cómo se le escapaban los ojos a mi sobrino. Esas gotas sexys que toda chica sabe que calienta en el escote.
Caminamos juntos a la casa, mientras tomamos agua. Le agradezco. Le digo que me voy a ir a bañar, el me pide bañarse después, porque transpiro también.
Le digo que se bañe primero, yo tardaría mas como toda mujer.
Así que lo veo ir al baño con sus cosas, yo espero mientras en el living.
Tengo el celular casi sin batería, así que voy a buscar el cargador a mi cuarto, al entrar veo que la puerta del baño esta entreabierta, no la había cerrado bien mi sobrino.
Debía pasar cerca de ahí para llegar al cargador del celular, paso sin mirar, rápido, tomo el cargador y emprendo la salida.
Cuando estoy pasando por la puerta del baño me detengo.
Una fuerza parece que me poseyese, porque no me puedo mover, así que solo atino a mover mi cabeza dirigiendo mi mirada hacia el interior del baño.
Teníamos una mampara de vidrio, así que solo la condensación cubría lo que se veía del otro lado.
Hay vapor en el baño, hay condensación en la mampara. Hay un sobrino bañándose, dándose una ducha. Veo su silueta, se le nota el porte, se nota la espalda ancha, los brazos fuertes, unas piernas marcadas.
Se puede ver de costado el relieve de su culo y cada tanto el relieve de su pija que se bambolea.
Se enjuaga bastante por todo el cuerpo, se pone shampoo y se lava bien el cabello exponiendo sus musculosos brazos.
Parece haber terminado, entonces estoy por irme cuando veo que dirige su mano a sus bolas y su pija. Se está lavando, y de repente comienza a lavarse de más, comienza a masturbarse.
Se apoya en la pared del baño mientras el agua de la ducha le da en la espalda. Con la otra mano está realizando su empresa de sacar leche.
En pocos minutos explota sobre la pared el semen joven de mi sobrino.
Se escucha el sonido gutural de haber acabado, como un león.
Es tiempo de retirarme, me voy dando pequeños pasos para no hacer ruido.
Ya en el living con mi celular cargándose, no puedo sacar las imágenes recientes de mi cabeza, cuando sale radiante mi sobrino.
"es mi turno" le digo sonriéndole a mi sobrino.
Apenas desato la ducha, mis dedos comienzan a tocar mis pezones y van directo a mi conchita.
Me toco de manera perversa, ya no pienso en mi esposo, ni en su pija, ni en los recuerdos de novios. Ya es solo la imagen de la pija borrosa de mi sobrino, esa pija que no conozco, que solo pude ver en una noche de luna, y detrás de la condensación de la mampara.
Estoy metiéndome los dedos frenéticamente, no me puse jabón, no me puse shampoo, es solo el agua cayendo sobre mí y mis manos jugando dentro de mí.
Me viene como un loop la imagen del escultural cuerpo de mi sobrino apoyado en la pared, me doy vuelta para ver donde se apoyó y donde podría haber caído semen.
Parece que limpio casi todo, pero hay algunas gotas que no se percató.
Allí están un par de gotas blancas, que llaman la atención en los azulejos azules.
Mientras tengo dos dedos entrando y saliendo de mi concha uso mi otra mano para recoger el semen de mi sobrino.
Mientras lo tomo y me lo acerco a la boca, mis dedos comienzan a temblar. El morbo me está matando.
Me lo meto a la boca, siento el sabor salado de la leche adolescente de mi sobrino. Cierro los ojos mientras lo degusto, y tengo un orgasmo como nunca antes, las piernas me tiemblan y no puedo sostenerme de pie. Se me doblan las rodillas y me dejo caer en el suelo, mientras se me escapa un grito sordo de placer.
Estoy sentada apoyada en la pared mientras el agua de la ducha cae sobre mi cara y mi cuerpo. Saco mis dedos de mi conchita y veo como el agua comienza a limpiar todos mis pecados, para que nadie vea o huela nada.
Estoy agitada, mi pecho sube y baja, todavía tiemblo, estoy sin fuerzas.
Sigo extasiada cuando siento que algo se cae en mi cuarto.
Enfoco mi vista más allá de la mampara, limpiando la condensación y puedo ver que la puerta está entreabierta.
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