Reencuentro con Belén, después de ocho meses de pandemia.

Hace un montón de tiempo que no escribo, el tiempo que tengo libre es poco y Belén se sigue llevando una parte importante de ese tiempo. Lo nuestro ya lleva más de seis años. Seguimos trabajando en la misma empresa (aunque en sedes distintas) y hasta que llegó el puto corona virus nos seguíamos juntando dos veces por semana. El trabajo desde la casa nos mató. Yo sigo yendo bastante seguido a la empresa (no se puede trabajar en temas de seguridad desde la casa), pero desde hace ocho meses que Belu trabaja desde su casa.

Hace un par de semanas me llamó a mi oficina para preguntarme si tenía alguna inspección de seguridad pendiente en Mendoza y San Juan. Al toque me tiró que tenía que ir a supervisar un pozo de Mendoza y dos de San Juan, por problemas técnicos. La inspección en esos pozos la habíamos hecho hace poco tiempo y todo había estado bien, como de costumbre.

Por suerte, el pibe que labura conmigo hizo mal los reportes y si bien la inspección fue exhaustiva, el informe estaba bastante incompleto (por lo menos para mi gusto). Iba a tener que justificarlo muy bien, pero me podía ir para allá a revisar un par de cosas.

A mi gerente no le gustó mucho la idea, pero me autorizó a viajar. Belu iba en avión y yo me llevaba una camioneta. Como ya habíamos hecho lo de irnos juntos en tres oportunidades, no queríamos darle de comer a los chismosos. Lo mejor era juntarnos allá.

Me tuve que hacer el hisopado de rigor y con el resultado negativo, me fui un día antes que Belu se tomará el avión. Llegué a Mendoza en el mismo día y me fui al hotel que tenía reservado. Esa noche fue eterna. Estaba mega caliente por la expectativa, me hubiera matado a pajas esa noche, pero quería guardarme toda la leche para Belén. De todas formas, me venció el cansancio del viaje y me fui a dormir.
Al otro día Belu llegó a horario, me pidió que no la vaya a buscar, porque gente de la empresa iba a estar en el aeropuerto, esperándola. Así que esperé en el hotel.

Alrededor del mediodía me suena el teléfono. Telegram de Belén diciéndome que había aterrizado y que antes de aterrizar había pensado en mi. Junto con ese mensaje me mandó una foto sacada en el baño del avión. Ella estaba inclinada hacia adelante, con los pantalones bajos. En la foto se veía claramente un plug bien enterrado en el culo. La foto venía con un epígrafe “ya me estoy preparando”.

La hora y media que pasó hasta que Belu me avisó que estaba haciendo el check in en el hotel se me hizo larguísima. Ya estaba caminando por las paredes cuando tocaron la puerta de la habitación.
Pegué un salto desde la cama y abrí la puerta, Belu estaba hermosa e impecable, como siempre. Entró rápido, cerré la puerta y nos dimos un beso largo. Pura lengua. La levanté de la cintura y la llevé para la cama, nos tiramos uno al lado del otro y seguimos besándonos. Mis manos estaban en su nuca y en su culo, ella me abrazaba con fuerza.

En el primer momento en que nos soltamos, nos miramos sin decir nada. Nos quedamos así unos segundos hasta que ella me dijo solo dos palabras. “cojeme ya”.

Belu se puso boca arriba, le saqué los zapatos e inmediatamente después el pantalón. La guacha tenía una tanga roja muy chiquita, que apenas le cubría la conchita y transformándose, pocos centímetros después, en un hilito dental que se deslizaba entre los cachetes más lindos del mundo.

Ella se sacó la camisa, el sostén le hacía juego con la tanga, estaba hermosa.

Le separé las piernas y empecé a besarla en los muslos, acercándome de a poco a la concha. Le corrí la tanguita y le dejé al descubierto esos labios jugosos. La lengua se me fue directamente, no aguantaba más. Empecé por los costados y después de un par de pasadas arriba y abajo, me fui directo al clítoris. Estaba super acelerado, hacía un montón de tiempo que no saboreaba ese manjar, pero tenía que controlarme. Le bajé la intensidad a la chupada, concentrándose más en ella. Estuve un par de minutos dándole, hasta que me acordé del plug. ¡me había olvidado!. La dí vuelta, dejándola boca abajo y separándose las piernas. Le saqué la tanga y mientras seguía pajeándola con los dedos, me sumergí a buscar ese regalito, que se asomaba del lugar que más me gusta de su anatomía.

El plug era de silicona, me imagino los inconvenientes de llevar un plug metálico en un avión y que salte en un control.

La puse en cuatro y seguí pajeándola y mordiéndose suavemente los cachetes, mientras con la otra mano le acariciaba la raya del culito, orillándole el plug. Mientras le hacía esto, Blu tuvo su primer orgasmo y después que se repuso, se dio vuelta y me empezó a desvestir a mí.

No se como hizo, pero me bajó los pantalones en un solo movimiento, me empujó sobre la cama y se sacó el corpiño. Ella ya estaba totalmente desnuda.

Se abalanzó sobre mí, me besó y empezó a bajar, mordiendo y besando, hasta que llegó a la pija. Cuando me la agarró con la mano, me fui momentáneamente al cielo, pero me trajo de vuelta en tres segundos, cuando sus labios me la envolvieron completamente.  

No les puedo describir el placer que me daba su boca caliente, Belu iba engulliendo más y más de mi pija con cada segundo. Muy de a poco se metió la mitad y recién ahí empezó a usar su lengua y sus labios. Subía y bajaba con ritmo y me estaba volviendo loco. Las chupada eran acompañadas por masajitos muy suaves en los testículos, me los sujetaba con la palma de la mano y apretaba suavemente.

Aunque podía haberme quedado ahí por años, no quería acabar. Miré hacía abajo y Belu estaba chupando con ganas y con los ojos cerrados. Me quedé mirándola y en un momento ella abrió los ojos y me sostuvo la mirada mientras aceleraba sus movimientos. Si la dejaba, me hacía explotar en menos de 30 segundos.

La hice detenerse y nos paramos, nos volvimos a besar con fuerza. La dí vuelta y quedó de espaldas a mí. Nos movimos hacia una pared y ella se apoyó con ambas manos, mientras se paraba en puntas de pie, preparándose para lo que ya sabía que venía.

Nos acomodamos un poco, me paré detrás y Belu agarró mi pija con su mano derecha y la colocó en la entrada de su conchita. De a poco empecé a penetrarla. Belu estaba mojadísima y lista. Hice un poco de fuerza, hasta que la cabeza de la pija estuvo dentro de ella, después seguimos despacio, hasta que estuve casi todo dentro de ella. Nos empezamos a mover despacio, saboreando y sintiendo cada centímetro del roce entre mi pija y su concha.

Le agarré las lolas y le pellizqué suavemente los pezones, empezábamos a movernos más rápido. Belu me pidió ir a la cama.

Se la saqué y ella me le agarró con la mano, nos fuimos caminando los dos metros que nos separaban de la cama, mientras ella me pajeaba muy despacio.

Belén se acostó de espaldas y abrió bien las piernas, le dí un par de chupaditas y me volví a deslizar dentro de ella. Esta vez empezamos con más ritmo. No podíamos dejar de besarnos mientras nos garchábamos con ganas. Solo dejé de besarla para chuparle un poco las tetas y seguir luego con su cuello. 

Ella me arañaba la espalda y me decía cosas al oído. Esto no iba a durar mucho, así que al minuto de darnos asi, la di vuelta y la puse en cuatro patas. Me metí despacio en su concha y empecé a darle despacio nuevamente, para durar un poquito mas. Mientras le daba con la pija, empecé a tironear suavemente del plug, hasta que se salió la parte gruesa. Empecé a movérselo en el culito, pero sin llegar a sacárselo. Después de un par de movimiento de esos, se lo volví a poner hasta el fondo y Belu acabó por segunda vez.

Yo seguía dándole despacio por la concha y mientras ella acababa, le saqué el plug y lo tiré por ahí. Estaba decidido a acabar dentro de su culo. Le puse un poco de saliva en el culo con los dedos y saqué la pija de la concha y le apunté al culito. Se la apoyé en el ano, que a esta altura estaba bien dilatado y entró con un poco de presión.  Desde acá fue cuesta abajo, ya no habrá retorno. Empecé a moverme despacio, pero en poco tiempo ya estaba dándole con fuerza. Belu gemía fuerte y e dí cuenta que estaba por acabar una tercera vez. Eso me excitó demasiado y entre sus gemidos y el roce con el culito apretado no aguanté más.

Exploté dentro de su culo, llenándolo todos de leche. No sé cuánto le debo haber echado, pero después me hizo el comentario que el culito le estuvo goteando un rato largo.

Nos dimos una ducha los dos juntos, nos besamos por un largo rato y nos fuimos a la cama. Ninguno de los dos tenía actividad ese mismo día, con lo que podíamos seguir garchando todo el día…

Así que decidimos seguir garchando.

2 comentarios - Reencuentro con Belén, después de ocho meses de pandemia.

solsport +1
Muy buen relato 👏👏