Lo que pasa por ir a hacerse masajes 6/7

Disfruté como nunca dar un masaje. Aunque pagué para hacer masajes en este caso. Ese cuerpo aceitado era una maravilla mundial. Tratando de recordar, no ví ninguna marca de bronceado, tenía todo el cuerpo en un dorado perfecto. Otra cosa que recuerdo, es que ese cuerpo era chiquitito, caderas no muy anchas, aunque la cola fuera redonda, la pancita era miniatura, los pechos sí que llenaban dos manos, lo que hacía que resalten de ese cuerpito, pero el resto, era un cuerpo fibroso, pero delgado. Las muñecas y los tobillos los podía rodear con los dedos pulgar e índice sin ningún problema. Sentí en muchas ocasiones los huesos a través de la piel.
Durante toda la semana, me venía a la mente ese masaje y mil imágenes. Solo esperaba llegar al miércoles siguiente para volver a verla. Por suerte, pasó rápido el tiempo.
Esta vez, al entrar al consultorio, ella ya estaba ahí, esperándome.
S: Hola! Como estás?! – me saludó exultante – pasá al baño y cambiate tranquilo, ya vengo…. – me dijo, y desapareció por la puerta. 
En ese momento, comprendí que nada más pasaría ese día, por lo que me metí en el baño y cambié. Cambié es una forma de decir, me desvestí y salí con la bata puesta y toallón en mano, para recostarme en la camilla y taparme con la toalla. La escuché entrar.
S: Mmmm bueno… vamos a empezar…. Relajate, respirá profundo…..ya estoy con vos….
Escuché que cerró la puerta con llave y mi corazón aumentó los latidos. Me empezó a masajear. Estaba rara, no me estaba haciendo los masajes descontracturantes de siempre. Más bien, eran masajes muy suaves, casi caricias. A los pocos minutos, luego de haber recorrido toda la parte de atrás de mi cuerpo, me pidió que me de vuelta. Lo hice y otra vez puso manos a la obra. De nuevo me dio la sensación que los masajes eran caricias. Yo, con los ojos cerrados, intentaba abstraerme de mi mente e imaginarme como si estuviera viendo la escena desde una cámara puesta en el techo. Acarició cada parte de mi pecho y mi abdomen, siguiendo por los brazos. Me masajeó el cuello y la cara. Luego, fue hacia mis pies. Desde los tobillos comenzó a acariciar mis dos piernas al mismo tiempo. Me quitó la toalla, dejándome completamente desnudo. Calculo que habrá visto la tremenda erección que tenía, ya que sentía que la poronga me iba a explotar, aún sin verla, la sentía latir. Desde las piernas siguió subiendo, acariciando mis huevos muy suavemente, hasta tomar con ambas manos la pija desde la base. Empezó a acariciarla y menearla, muy suave, pajeándome. En ese momento, me di cuenta que no tenía puesto los guantes de látex que solía usar cuando me masturbaba, si no que me estaba tocando con las manos directamente. Me llamó la atención, pero claro, no iba a decir nada, la estaba pasando más que bien. De a poquito fue aumentando la intensidad de los movimiento, como así también la presión a lo largo del tronco. Con una mano, me presionaba la base, dejando esa mano quieta ahí, mientras que con la otra subía y bajaba desde el glande hasta la base, descabezándolo por completo. La soltó por unos segundos y me hizo abrir las piernas un poco. Sentí que la camilla se movió apenas, por lo que me incorporé súbitamente. Y ahí fue cuando la vi. Estaba subida a la camilla entre mis piernas, arrodillada, con el delantal puesto y me estaba tomando de nuevo la verga para masajeármela. 
Y: APA!! No me esperaba esto…… - le dije con cierto tono de asombro….. – lo que me va a salir!!!
S: SHHH no te preocupes, este servicio va por cuenta de la casa…. – me dijo mirándome a los ojos firmemente, y con una sonrisita perversa entre labios.
Acto seguido, sin dejar de mirarme, acercó su boca a la cabeza de mi pija y la hizo desaparecer entre esos labios carnosos, pintados a fuego. Con las dos manos comenzó a pajearme nuevamente, suavecito, a la vez que succionaba la cabeza de la chota, sin sacarla de la boca, y mirándome fijo. Un par de segundos después, la tenía intentando tragarse la poronga entera. No le entraba, la cabeza le rozaba contra los dientes del fondo y además le daban arcadas. Pero siguió intentándolo, haciendo que mi verga entre y salga de su boca, acompañando ese ritmo con las manos también. Cada tanto paraba, respiraba, salivaba y seguía chupándomela, así, bien babosa. Con las manos me la exprimía todo a lo largo del tronco. Se la sacó de la boca, con una de sus manos me agarró los huevos y empezó a chuparlos también, mientras con la otra mano me pajeaba suavecito. Volvía cada tanto a meterse la pija en la boca, y salía para darle atención a las bolas. Después de un rato así, se bajó de la camilla, y yo hice lo mismo. Mirándome fijo, se sacó el guardapolvo, y toda la ropa que tenía, quedando en lencería y con los zapatos de taco puestos. Esta vez, se ve que lo había planeado. Tenía un corpiño semi transparente, de encaje, rojo, y una tanguita que hacía juego. Era toda una pornstar!!!! Yo me había parado al lado de la camilla, y me apoyándome sobre esta me sobaba despacito la poronga, estaba durísima y muy lubricada por la saliva de la masajista. Ella se agachó, y poniéndose en cuclillas delante de mí, me volvió a agarrar la pija con las dos manos y se la llevó de nuevo a la boca. Desde abajo, me miraba como pidiendo más y más pija. Ella llevaba el ritmo, pero yo la tomé de la nuca y la empuje hacia mí, tratando que se la coma entera. Tampoco pude lograrlo. La solté cuando vi que ya no podía respirar. Ella se alejó jadeando, y con la boca babeando, volvió a engullir la verga dura que tenía frente a su cara. 
En cierto momento, se levantó, se paró delante de mí y se giró dándome la espalda. Mirándome por arriba del hombro, se desabrochó el corpiño, y se lo quitó. Hizo lo mismo con la tanguita, que se le enredó en los zapatos cuando se la estaba terminando de sacar. Solo se quedó en tacos. Sonriéndome de nuevo, se dirigió al baño, haciendo resonar los tacos por toda la habitación. Me llamó con el dedo, para que la siga. Pija en mano la seguí. Abrió la ducha, controló la temperatura del agua, se quitó los zapatos y me invitó a la ducha con ella. El agua la sentía hervir, pero creo que era más por mi calentura que por la temperatura del agua. Tomé uno de los jabones, y recorrí todo su cuerpo con este. Esa piel dorada, siendo recorrida por el agua, y semitapada por la espuma del jabón, me volvió loco. Ella se masajeaba también todo el cuerpo enjabonado. Yo era el más caliente espectador de ese show. Se giró y apoyando sus manos contra la pared, sacó cola. Me acerqué, la enjaboné más, y recorrí todo ese culito con mis manos. Recordé lo firme que era esa cola. Un infierno. Aproveché también para tocarle los pechos. Me encanta sentir esa sensación resbalosa del agua y jabón sobre la piel de una mujer. Me acerqué tanto que mi pija tocó su cuerpo. La acomodé de tal forma que se metiera en todo su largo, entre las nalgas de Serena. Ella arqueó más la espalda, provocando que la apoye más profundo. La verga resbalaba perfectamente dentro de esos cachetes. Me acerqué a su nuca, corrí el pelo, y la besé. Tiró su cabeza hacia atrás y apoyó su pecho contra la pared. Empujó más fuerte contra mí. Quería sentir la dureza de mi poronga chocar contra su culito. 
“Cogeme” dijo. No lo dudé un segundo. Así como estábamos, me agarré la pija y la apunté a su conchita. La refregué un poco de adelante hacia atrás. “Dale! Metémela!!!!” me ordenó. No daba más de la calentura y yo tampoco. En cuanto encontré con la punta de la chota, su agujerito, empecé a hacer fuerza. A pesar del agua que corría, costó bastante entrar. Estaba muy mojada, pero la tenía muy apretada. 
“Ay si! Asi! Dale! Cogeme!” – me pedía casi a los gritos.
Yo empujé hasta que mi pelvis chocó contra su cola y entonces la saqué despacito pero sin que se salga. Otra vez empujé hacia adentro, y esta vez entró más fácil. Así empezamos a movernos, más yo que ella, ya que tenía la cara contra la pared. Me empujó un poco hacia atrás, por lo que tuve que dar dos pasos. Se separó de la pared, pero manteniendo las manos apoyadas ahí, se agachó más, dejando la cola en pompa. Pude ver el agujerito de su culito. Chiquito, rosadito, hermoso. También pude ver mi pija entrando y saliendo de esa conchita. Ya la lubricación era óptima y lo que al principio fue incómodo porque no entraba fácil, ahora era de lo más placentero. El ruido del chasquido de su cola contra mi pelvis, debido a la lluvia de agua caliente que nos bañaba, ocupaba todo el cuarto de baño. La tomé de las caderas y la empecé a coger más fuerte. Sentía como mi pija pegaba contra el fondo de su concha. Ella dejó de suspirar de placer, y empezó a dar grito ahogados, controlados, para que nadie nos escuche. Me empujó con una mano, y me sacó. Se dio vuelta y me agarró de la cara para besarme. Me hizo dar vuelta. Chocando mi espalda contra la pared, me agarró de los hombros y me empujó hacia abajo.
“Sentate” – me ordenó
Me senté en el piso de la ducha, contra la pared. Su conchita quedó a la altura de mira. Me agarró de los pelos y me llevó la cara contra su pelvis. Entendí enseguida. Agarrándola de la cola la empujé hacia mí y me comí ese manjar que me ofrecía. Me la sacó un par de veces, haciéndome entender que era ella la que mandaba. Cuando ya no quiso más, se agachó y con sus rodillas a cada lado de mi cuerpo, me pidió que se la meta de nuevo. Está de más decir que así lo hice. Ella ahora regulaba el ritmo, aunque la agarré de la cola y logré penetrarla profundamente. Me resultó un poco incómodo, le llegaba tan adentro que sentía que algo me chocaba contra la cabeza de la pija, por lo que aflojé la presión sin soltar esa cola…. No iba a desaprovechar la oportunidad de manosearla…..
Sus pechos quedaban justo a la altura de mi cara, por lo que pude comérselos perfectamente. Pasó sus brazos detrás de mi cabeza, me apretujó fuertemente la cara entre esas tetas. No me dejaba respirar, pero era por una buena causa. Apresuró el ritmo de la cabalgata, para llegar a su orgasmo. Ahora sí, los gemidos inundaron el baño, y no pareció importarle si alguien nos escuchaba coger de la forma que lo estábamos haciendo.
Cuando me soltó, pude volver a respirar. Ella estaba agitada. Podía notar su respiración. La agarré de la cintura y la hice moverse de arriba abajo, saltándome encima.
“Donde me vas a acabar” – me preguntó.
“Te quiero llenar las tetas de leche” – le dije medio entrecortado debido al agotamiento que me estaba provocando hacerla subir y bajar.
“Cuando quieras bebé…..” – me beboteó, quemándome la cabeza
La hice salir y me paré en menos de un minuto. Se arrodilló delante de mí, y juntándose los pechos me miró fijo.
S: me vas a dar la lechita bebé? Quiero tu lechita en mis pechos…… - siempre en ese tono de bebota que me hacía explotar. 
Sin decir nada, me pajeé fuerte hasta acabar. El primer lechazo le pasó por arriba de la cara, cayendo detrás suyo por algún lado. El segundo le pegó en el cuello a la altura de la garganta, los demás, ya casi sin fuerzas, cayeron entre sus pechos.
S: mmmmm si bebé…. Cuanta lechita que tenías guardada? Era toda para mi? – me seguía beboteando.
Y: si bebé….. toda para vos….. –dije agitado casi sin aliento.
Mi pija latía todavía, cuando la agarró y se la comió. La chupó y succionó con fuerza, haciendo que mis piernas temblequeen y se aflojen. Se la tuve que sacar a la fuerza de la boca. Ella se reía. Le dio un par de besos más y se paró. 
S: lindo polvito nos echamos…..
Y: si….. hermoso…… sos un fuego…..
Se metió nuevamente debajo de la ducha, y se lavó bien. Yo la ayudé, y luego me ayudó ella a mi.
Cuando cerramos la ducha, mientras nos secamos cada uno por su lado, yo no podía dejar de mirarla y manosearme la verga al mismo tiempo, que estaba medio morcillona todavía. 
S: quería despedirme así de vos….. esta va a ser la última vez que nos veamos…. – me dijo mirando para otro lado mientras se terminaba de secar.
Eso fue un martillazo en la cabeza para mí.
Y: p….pero…. por que???? Hice algo mal? Te jodí con algo? – pregunté estupefacto con la noticia que me tiró así con tanta frialdad.
S: no no, jajaja para nada….. no es por vos…. – me dijo mirándome de costado al tiempo que se secaba las piernas.
S: pasa que con Maxi nos vamos a vivir a un Country en Pilar, y no voy a trabajar más acá. En sí, no voy a trabajar más. Con lo que laburo de modelo, más que él tiene la concesionaria, no necesito laburar. Al menos no por ahora. Después más adelante veré…..
No entendía nada. O en realidad sí entendía, pero no quería…… hacía un tiempo se había metido en mi cabeza y mis fantasías, y no quería sacarla de ahí….
Y: ah bueno, me parece perfecto – atiné a decir.
S: bueno, me voy, esperá un ratito para salir, que nadie sospeche nada – la vi salir del baño, y la escuché vestirse en la habitación.
Cuando escuché la puerta, esperé un rato más dentro del baño antes de salir. Me quedé mirando un punto fijo durante un largo rato, pensando en la noticia que acababa de recibir. Obnubilado por mis pensamientos, sin entender nada, reaccioné recién cuando llegué a la recepción y fui a pagar en la caja.
Yo: bueno, ahora sí, cuanto es? – traté de sonar relajado, como si hubiera recibido esa sesión de masajes que no fue…..
Recepcionista: ehhhmmm no…. Pero si Serena me vino a traer la plata….. me dijo que te habías confundido y le habías dado la plata a ella…. Ya me abonó ella…..
Y: ah….. – no entendía nada yo – claro, que pavo! Pasa que estoy en cualquiera…. Perdón….. – traté de sonar convincente…..
R: no pasa nada, no te preocupes, te esperamos la semana que viene entonces?
Y: ehhmmm si si, por supuesto! – dije medio desorientado…..
R: bueno, ya te agendo entonces, listo, hasta la semana que viene, nos vemos! – me despidió la recepcionista.
Y: chau chau!
Evidentemente no había avisado en el trabajo que ya no vendría a trabajar…. Aunque lo que me dejó pensando fue que no me cobraron la sesión….. bah, en realidad, la sesión de masajes la pagó Serena…. Porque yo no le di la plata a ella……
Me fui caminando despacito, silbando bajito.

2 comentarios - Lo que pasa por ir a hacerse masajes 6/7

gust7387
Muy buen relatyo yu que sorpresa te dio ya sea por el polvo y que se va. Como sera el fina??
tigre_2012 +1
Muy buen relato, buen finl de este , espero el proximo !!!