Javier nos ayuda (Capítulo 15)

Capítulo 15
 
-¿Como estás? -le preguntó él cogiendo su mano para darle un beso en el dorso.
 
-Bien, estoy bien aunque un poco avergonzada por lo que hemos hecho.
 
-Lo siento cariño, no lo he podido evitar, queréis que me vaya, ¿No?
 
-Que esté avergonzada no quiere decir que no lo haya disfrutado. Quizás no esté preparada aún para otras cosas Javier, quizás más adelante, pero ahora no quiero que te vayas así, deja que te ayude a desahogarte y te haga una paja.
 
-No hace falta, de verdad, además no se qué piensa Diego de todo esto -me dijo.
 
-Ana tiene toda la libertad para proceder como quiera. Mira Javier yo no me voy a oponer, es más Ana sabe que deseo que tenga sexo contigo y yo verlo, no me preguntes porqué lo consiento porque ni yo mismo lo sé, así que no te vayas y deja que ella te haga una paja para que te relajes.
 
Él no hizo más comentarios y se quitó el bóxer.
 
-Desnúdate tú también cariño, -me dijo ella y eso hice sin saber porqué me lo pedía-, poneros los dos de pie frente a mí y tú quítate la camiseta.
 
Se sentó en el borde de la cama y los dos nos pusimos delante de Ana totalmente desnudos, y con las pollas erectas.
 
Ana nos las cogió a mi con la mano izquierda y a él con la derecha y comenzó a pajearnos muy despacio. Luego acercó su boca a mi polla y me hizo una mamada en toda regla. Al poco la cambió por la de Javier no dejando ya de chupárnosla un rato a cada uno.
 
-¿Tú donde te quieres correr? -me dijo a mí.
 
-¿Yo? Dentro de ti, me gustaría follarte ahora mismo.
 
-¿Y tú? -le preguntó a él.
 
-Yo si no puede ser dentro, en tu boca.
 
-¿Tantas ganas tienes de hacerlo...? ¿De follarme?
 
-Muchas, pero sé que hoy no toca, no te preocupes que yo soy muy feliz con lo que me estás haciendo.
 
-¿Te gusta como te la chupo?
 
-Me encanta y si queréis, folla con Diego mientras me la chupas a mí.
 
-Vale así os dejo contento a los dos.
 
Se echó en la cama boca arriba, entonces se quitó el tanga dejándonos ver su hermoso coño y aquel clítoris que parecía un micro pene. Yo me coloqué encima de ella para restregarle mi glande varias veces en su raja, hasta que lo coloqué en su entrada y se la metí poco a poco hasta el final, ante la mirada de lujuria de Javier que se pajeaba muy suavemente.
 
Él se echó a su lado y estuvo un buen rato amasando y chupando sus hermosas tetas, luego bajó su mano a aquel clítoris y lo estuvo acariciando algo extrañado por la forma que tenía. De vez en cuando arreciaba en sus caricias, después bajó algo más y ante mi incredulidad metió un dedo en su coño junto con mi polla.
 
Los gemidos de Ana eran muy fuertes y él acercó su cara a la de ella para besarle la mejilla, el cuello y por fin le dio un pico en la boca. Luego miró a ella que no decía nada, a continuación levantó la cara para mirarme a mí y asentí con una leve sonrisa.
 
Al comprobar que no había ninguna oposición por nuestra parte, volvió a acercar sus labios a los de mi novia y se dieron un beso muy largo con las lenguas entrelazadas. Por último, se incorporó acercándole la polla a su boca, que ella no dudó en volver a chupar como si le fuera la vida en ello.
 
Yo me incliné algo más, quería ver aquella mamada de cerca, entonces ella me agarró de la nuca para darme un beso y a partir de ahí fue alternando la mamada con los besos. La polla de Javier estaba a centímetros de mi cara, tanto, que en una de esas Ana me la refregó por ella sin dejar de pajearle. Al final la puso entre nuestras bocas para que la chupáramos los dos a la vez. Yo hice un intento de cobra, pero me apretó más fuerte y me dije que para qué me iba a oponer, en realidad aquello me atraía y aumentaba mi grado de lujuria. Al final me dejé hacer y colaboré con mi novia en chuparle la polla a aquel amigo que tanto placer nos estaba dando a los dos.
 
Él comenzó a mover las caderas haciendo que unas veces su polla se colara en la boca de ella y otras en la mía. Los tres estábamos anunciando nuestra liberación, aquello no iba a durar ni un minuto más y la primera en correrse fue Ana, luego Javier, que repartió su leche entre los dos y por último yo, que no pude aguantar las contracciones que sentía en mi polla, provocándome que soltara la lechada más abundante de mi vida. El morbo que me producía aquella situación no la cambiaría por nada en el mundo en esos momentos, que ojalá fueran eternos.
 
Cuando Javier se echó al lado de Ana, descubrí la gran cantidad de lefa que había al otro lado de la cama, justo encima de la toalla que aún seguía allí, además de toda la que nos echó en la boca y en los hombros a mi novia y a mí.
 
Quité la toalla y me tendí en ese lado de la cama quedando los tres boca arriba recuperando la respiración. Luego ella se giró para darme un beso, después le dio otro a él.
 
-Quiero compartir lo que me ha echado mi novio contigo -le dijo con una sonrisa-, ¿te atreves?
 
-¿Donde tienes un vaso de chupito? -le respondió y ella le dio una palmetada en el hombro. Su mano se quedó pegada allí haciendo una suave presión para que se dejara de tonterías y se bajara a su chochito.
 
Él se acercó al sexo de mi novia para recoger todo lo que de allí salía, que era mucho, se volvió a subir y se dieron un gran beso mientras jugaban con mi semen hasta que al final se lo repartieron y se lo tragaron.
 
-Os he dejado más secos que una pasa -nos dijo ella con una risita.
 
-Oye que yo me recupero en un par de minutos, ¡Eh! -le respondió Javier.
 
-Ya será menos exagerado, que después de lo que habéis echado no creo que vuestra fábrica de semen reponga el combustible tan pronto.
 
Aquello era una provocación y un claro tonteo entre los dos.
 
-¿Ésta es una buena cama eh? Aquí pueden dormir cuatro personas bastante bien y tres no te digo -dijo él.
 
-¿Te estás invitando a dormir con nosotros? -le dijo ella, siguiendo con el flirteo entre los dos.
 
-Si me deja Diego esta noche duermo con vosotros. Porque tú quieres, ¿No?
 
-¿Y para qué te quieres quedar a dormir con nosotros? -le pregunté.
 
-Hombre Diego, así tengo un uno por ciento de posibilidades de... hacer eso y si estoy en mi cama, el cero.
 
-¿Hacer eso es follar? -le pregunté.
 
-No seas guarro hablando -me dijo ella dándome un apretón en mi polla, que estaba morcillona al igual que la de Javier-, aprende de él que es mucho más fino que tú para decir las cosas.
 
-Como me vuelvas a regañar así me la vas a poner más dura que un bate de béisbol -le repliqué.
 
-¿Pero qué le has hecho? -dijo Javier.
 
-Nada, solo ésto, -y pegó otro apretón algo más duradero en la polla de él.
 
-Ah, llevas razón Diego, Ana porqué no nos regaña un poco más a los dos, sabes que nos hemos portado muy mal.
 
Mi novia nos agarró las pollas y comenzó a pajearnos muy suavemente haciéndolas crecer en un instante hasta que la máxima erección se hizo evidente. Después se pegó a mí quedando los dos de costado mirando hacia Javier. Entonces ella cogió mi polla, levantó su pierna derecha y se la puso en la entrada para que yo hiciera el resto. Pero solo le metí el glande para sacarlo al instante, repitiendo esa forma de follarla un buen rato. El alargó la mano y le frotó el clítoris muy despacio.
 
-Ponte de costado frente a nosotros pero cabeza abajo -le pidió ella, obedeciendo él de inmediato.
 
Su polla quedó a la altura de la boca de Ana, que la cogió con su mano derecha, y se la llevó a la boca para comenzar a chuparla.
 
-Puaaggg, que mal sabe, ¿Te puedes poner un condón? -le preguntó poniendo cara de asco.
 
Él se retiró de inmediato y fue a por el condón, regresando en un pispás. Los tres sabíamos que el condón se lo pidió por si ella misma se animaba a follar con él, pero sin decirlo claramente porque seguía sin tenerlo claro.
 
Traía dos en las manos, dejó uno en la mesita de noche y rasgando el envoltorio se puso el otro, entonces se tendió delante de nosotros, pero al derecho, acercando su cara a la de mi novia dándose los dos un gran morreo a menos de veinte centímetros de mi cara. Con su mano izquierda cogió su polla por la base para acercarla a su sexo donde ya se encontraba la mía.
 
Decidí ayudarle a dar el paso que tanto le costaba. Puse mi mano en el hombro de ella para llamar su atención. Ana dejó de besarlo y se giró para mirarme con una cara llena de lujuria.
 
-¿Me salgo? -fue lo más breve que le pude decir, para lo mucho que podría suceder en ese momento.
 
Lo pensó un buen rato, se volvió hacia él otro momento para mirarlo a la cara, bajó su mano para hacerse cargo de su polla, volvió a girarse hacia mí y asintió con un leve movimiento de cabeza, autorizándome a salirme de su agujero.
 
Eso hice pero dejé mi polla a la entrada, luego noté el glande de él empujando el mío, y aquello entró en el interior de mi novia, que dio un gemido bajito y muy largo.
 
-Ahhhhhhhh... despacio, muy despacio... ahhhhhh...
 
Estaba claro que quería sentir aquel pollón recreándose en él, era un momento que luego iba a recordar toda su vida, y no quería prisas. Una vez conseguido su propósito, su mano se fue a la nuca de él para atraerlo a su boca. Así estuvieron un gran rato entrelazando sus lenguas.
 
Él bajó su mano izquierda al culo de ella para acariciarlo, sin poder evitar darme un repaso en mi polla, que se encontraba allí mismo. No le importó nada y siguió apretándoselo, mientras sus penetraciones iban incrementando el ritmo poco a poco. Me despegué de mi novia y fui a ver cómo se la metía. Tenía mucha necesidad de verlo y no me lo iba a perder por una falsa indiferencia.
 
Me despegué de Ana poniéndome de rodillas para asomar mi cabeza entre sus cuerpos. Javier al observar mi maniobra, dejó de besarla y separó su torso del de ella para darme la oportunidad de poder observar la tremenda follada que le estaba metiendo. Aquella tranca salía entera de su coño para volver a entrar inmediatamente hasta que chocaban sus pelvis. El condón quizás tuvo la culpa que no me corriera allí mismo sin siquiera tocármela. Cuánto me hubiera gustado verlo entrar a pelo en aquella maravillosa vagina, pero aquellas primeras penetraciones las grabé expresamente en mi memoria. Mi novia me agarró del cuello y me aproximó a su boca para darme un besaso de lo más intenso y guarro, además sus jadeos penetraban en mi interior e iban directamente a calentar mi miembro que estaba a reventar.
 
 
-Ponte a cuatro patas que quiero darte desde atrás, -le dijo él, evitando sin darse cuenta que yo eyaculara.
 
Nos movimos los tres para buscar la nueva posición solicitada. Al momento la ensartó y comenzó a penetrarla con más ímpetu que antes.
 
-Diego métete ahí y chúpame el clítoris, -me dijo ella entre jadeos, sabiendo que aquello era lo que yo querría hacer en esos momentos, pero de ésta manera era mi novia la que asumía la culpa.
 
Me metí entre sus piernas en la posición del 69, y comencé a comerle el clítoris, aunque cada vez que le daba con la lengua no podía evitar darle a él en la polla, además en cada penetración me restregaba sus huevos por la frente y la nariz, llegando casi a mi boca. Mi novia no paraba con la mamada que me estaba haciendo. Lo que más morbo me daba era ver como aquel pollón entraba y salía del coño de Ana, y el ímpetu con lo que lo hacía.
 
Entre la tremenda follada que le estaba metiendo Javier y la chupada de clítoris que le daba yo, sabía que Ana estaría a punto de correrse. Los gemidos de ella se convirtieron en gritos, dejando mi polla huérfana de aquella boca, que ya no podía dedicarle más tiempo pues su orgasmo era inminente.
 
-Ahhhhh... cabrones... no puedo mássss... aggggg... me corroooo... agggg...
 
Me quedé quieto con las manos cogiendo sus tetas, como llevaba haciendo durante todo aquel polvo, su cuerpo se convulsionó y sus piernas temblaron, parecía toda ella una posesa en su máxima expresión. Javier no pudo aguantar más y se quedó muy tenso con toda la polla dentro de mi novia,  mientras iba soltando numerosos lechazos en su interior.
 
Yo me salí hacia un lado de ellos, cayendo al momento Ana sobre la cama con la respiración entrecortada por el orgasmo que todavía la convulsionaba. Él se desplomó sobre ella apoyando sus codos en el colchón para no aplastarla, terminando también su eyaculación.

2 comentarios - Javier nos ayuda (Capítulo 15)

Eduardo629 +1
Así quiero que sea cuando por fin se cojan a mi mujer!!
PerversoA +1
Que rico