Me la bajé a Sandrita sucia en la cocina

Pero la garchada del cumple 21 de Sandrita no fue lo único de este día. Hoy sábado la quise seguir, y es más, apenas termine estas líneas la voy a seguir inseminando. Cómo es mi calentura que fíjense lo de este mediodía.

Ya habíamos tomado la leche con tostadas tras la supergarchada cumpleañera, y nos levantamos a las 12 y media más o menos, ambos en bata. Sandrita fue a la cocina y me avisó que iba a hacer hamburguesas caseritas, y yo le dije que quería ayudarla pero ella dulce dijo no y que me quedara sentadito cerca suyo. Sacó nomás los ingredientes, harina, huevos, pan rallado y la carne picada, y tras echar todo en una especie de bol se puso a amasar la mezcla, con lo que imaginarán que estaba toda sucia. De pronto me pidió si le podía ayudar con la ensalada, lo cual hice chocho y mandé lechuga, tomate y huevo ahí al ladito suyo. Ella estaba aún perfumada de la noche, pero despeinada, con mal aliento igual que yo, y no paraba de dar largos bostezos.

Sin embargo, no pude con mi genio. "Amor, tenemos que seguir la fiesta", le dije. "Sí, cuando me reponga de todo lo que hicimos, sí", replicó con su vocecita mientras no sacaba la vista de la preparación de la carne. Y guacho enloquecido, al sentir su cuerpo perfecto al lado mío no me importó nada ni la esperé, y yo se la repuse. Justo cuando amasaba y batía, la sujeté, ella quiso zafarse diciendo que estaba haciendo eso, no me importó igual, la agarré toda sucia y sin que me importara enchastrarme, la aplasté contra la heladera, le manoseé bien el culo y ella se volvió entonces a excitar, y por respuesta me ensució mi bata con sus manos, me bajó el calzón y con las manos enchastradas me amasó la pija y los huevos cual hamburguesa. Y la mandé al horno: le abrí la bata, la volví a aplastar y tras bajarle la bombacha, se la enchufé bien por el orto haciéndola gritar de placer. "Ay Diegui, dame, dame, haceme al horno amor", resoplaba. Nomás la cociné a fuego fuerte, primero contra la heladera, luego arriba de la cocina y luego contra la pared de la cocina. Sandrita largó su flujo y llegamos al orgasmo cuando le eyaculé semen a torrentes en su preciosa cola. Me pidió en la boca, lo saqué y se lo di, ella lamió y tragó chocha, y quiso más. Y loca, agarró un poco de la masa de las hamburguesas y me volvió a ensuciar el pene, como si fuera crema íntima. No sé pero se me paró fuerte, la aplasté de nuevo pero de frente y tras penetración violenta, le di violada buena que la hizo gritar y agitarse hasta que los dos volvimos a acabar tremendo, semen y flujo. Luego sí, nos lavamos, ella volvió a hacer la comida y almorzamos riquísimas hamburguesas con ensalada. Vieron chicas, otra receta para la cuarentena. Cocinar con bastante leche y jugo, secreto de una buena comida, bien completa.

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