Nueva vida con mi hijo 8

A la mañana siguiente me desperté notando el contacto de una manita acariciendo mis tetas. Abrí los ojos sonriendo, feliz de que el fin de semana no hubiera acabado. Miré hacia mi ángel para descubrir como mi hijo acariciaba su coño mientras chupaba una de sus deliciosas tetas. Me uní a ellos lamiendo el cuerpo de Mónica. Ella gemía sin parar mientras mi hijo y yo nos dábamos un festín con su cuerpo. Al poco, Raúl cogió a Mónica en brazos y se la llevó, ordenándome que los siguiera. La llevó a mi antigua habitación y la encadenó a la pered, igual que a mi al principio de aquel fin de semana maravilloso, pero a ella la colocó de espaldas, de cara a la pared.
- Puta, ponte de rodillas y acércate aquí.- Ordenó mi amo mientras introducía sus dedos en el coño de Mónica.
Cuando me acerqué, aproximó su polla a mi boca, la cual engullí de inmediato. Empecé el movimiento procurando que su cipote llegara a mi garganta mientras miraba como pajeaba a Mónica, que no paraba de jadear mientras intentaba girar la cabeza todo lo que podía para mirarnos. Poco después me ordenó que me colocara entre ella y la pared y abriera su culito con mis manos. Hice lo que me dijo mientras besaba a Mónica, Raúl se escupió en la mano y acarició con su saliva el culito de Mónica y, echándola un poco para atrás para que quedara un poco más inclinada, empezó a follar aquel precioso agujero. Mi ángel no paraba de gemir en mi boca y yo aprovechaba para escupir en su boquita de puta. Al rato, mi hijo me sujetó del brazo y me puso de rodillas al lado suya. Me quedé allí de rodillas, observando como mi amo se follaba analmente a su nueva putita. Mi coño ya estaba encharcado, deseando recibir las atenciones de aquella polla que amaba. Mi hijo se giró hacia mi y empecé a recibir su corrida en mis tetas. Miraba maravillada cómo los chorros de semen iban cubriendo mis pechos.
- Vuelve a ponerte en tu sitio, puta.-Me ordenó mi amo.- Putita, deja esas tetas limpias.- Le dijo a Mónica mientras agarraba su pelo, echándole su cabeza hacia atrás y escupiéndole en la cara.
Volví a ocupar mi puesto y mi ángel empezó a lamer y a mamar mis tetas con un deseo increible, mientras mi hijo ocupaba su silla y se masajeaba la polla observándonos. Cuando mis tetas, estuvieron relucientes, me acerqué a mi amo a la espera de nuevas instrucciones. Mi hijo me dió la fusta negra sin decir nada más.
Me acerqué a Mónica y le solté un trallazo en el culo. Pobrecita, aún tenía alguna marca del día anterior. Rápidamente, la zona donde le azoté se le había puesto roja, creando un efecto increible sobre su piel tan blanquita. 
- Ohh, joder. Sigue azotándome, guarra. Castiga a esta putita.
La golpeé repetidamente entre sus gritos y gemidos hasta dejarle todo su culo rojo y dolorido. Me volví a mirar a mi amo, y vi como se masturbaba con la polla totamente erecta de nuevo.
- Ahora es tu puta sumisa. Disfrútala.
Le sonreí y me aproximé a mi puta colocandome pegada a su espalda y pellizcando sus pezones.
- ¿Has oido eso, ángel?. Eres mi puta. Preparate para disfrutar.
Empecé a desencadenarla y la tumbé en el suelo boca arriba, con su cabeza a los pies de mi hijo.
- Ahora no te muevas, perra.- Le dije mientras empezaba a colocarle las pinzas negras en su coñito rosado. La muy puta, gemía sin parar. Cuando los tuvo puestos, empecé a darle ligeros golpecitos con los dedos a las pinzas mientras Mónica temblaba de placer tratando de mantener la postura.
- Parece que esto ya está.- Le dije sonriendole.-  Saca la lengua que vas a recibir una buena ración de coño.
- Si, ama. Me encanta el sabor de tu coño maduro.
Me subí a horcajadas sobre su cara, mirando hacia mi hijo, y empecé a mover las caderas follándome la lengua de mi esclava. 
- ¿y tú qué, cabrón?¿ Vas a cumplir mis deseos? Acerca esa polla y dame de mamar.
Mi hijo se puso de pie y metió su polla en mi boca mientras me agarraba el pelo para dirigir el ritmo de la mamada. Joder, tenía el coño encharcado y no podía aguantar mucho más. Saqué la polla de mi hijo de mi boca mientras gritaba corriéndome y Mónica se iba tragando todos mis flujos.
Mi hijo volvió a ocupar su puesto de amo. Le quitó a Mónica las pinzas, la levantó sujetándola contra la pared y empezó a darle unos tortazos bestiales en sus tetas mientras Mónica no paraba de gemir. La levantó con sus fuertes brazos, apoyándolaen la pared y le clavó la polla en su coñito rosado, mientras mi ángel le rodeaba la cintura con sus piernas. La estaba follando a un ritmo salvaje, mientras le comía la boca con pasión. Después de un rato, la soltó en el suelo y empezó a correrse por sus tetas y su cara y nos ordenó que nos quedaramos completamente quietas mientras salía de la habitación. Volvió con la ropa de Mónica  y la levantó cogiendola de un brazo. El aspecto de Mónica era una pasada, con sus tetas y su culo rojísimos y llenos de marcas y su carita y tetas con restos de semen resbalando por su cuerpo. Mi hijo me ordenó seguirlo y fue arrastrando a Mónica hasta la puerta de casa. Abrió la puerta y la empujó fuera, haciéndola caer en el rellano del portal.
- Has estado genial, putita.- Le dijo mi hijo, completamente desnudo en la puerta de casa.- Estate pendiente del móvil para estar atenta a las órdenes de tu amo.- Le lanzó la ropa y la dejó allí desnuda y llena de semen, mientras Mónica se recuperaba para vestirse.
Durante los meses siguientes no volví a ver a Mónica. Echaba mucho de menos besar sus labios, lamer sus deliciosos pezones y el sabor de su coñito rosado en mi boca. La llamaba casi a diario, necesitaba saber de ella. Me alegré mucho cunado me contó que había conseguido trabajo en un salón de tatuajes. Me contaba que mi hijo le iba dando órdenes que ella debía cumplir enviándole un video como prueba, pero que le había prohibido que me dijera en que consistían aquellas órdenes. Tampoco le permitía venir a verme o quedar conmigo hasta que él quisiera. Y ella era una buena putita y cumplía las órdenes de su amo. Yo empezaba asentirme un poco frustrada. Aunque mi hijo seguía follándome prácticamente a diario, aquella niña había despertado un inmenso deseo en mi. Algo había cambiado y empecé a pensar en cambiar aquella situación.
Aquel día escuché a mi hijo apuntar en una agenda las citas de mis cllientes de aquella noche, desde el increible fin de semana con Mónica yo le había pedido a mi amo que me permitiera ejercer como puta dos veces al mes. Mis ingresos se habían incrementado desde que mis clientes follaban mi culo y me estaba acostumbrando a cierto nivel de vida.
- Te confirmo en unos minutos, pero no creo que haya problema. Ahora te llamo y te confirmo la hora.- Le decía mi hijo a aquella persona misteriosa.
Por la noche llegué al hotel cerca de las once. Raúl ya estaba trabajando y me dio la llave de mi habitación. Cuando entré las cámaras estaban puestas y la lencería que debía usar aquella noche estaba sobre la cama. Sobre las doce sonó el teléfono.
- Esteban está subiendo.- escuché decir a mi hijo.
Sonreí un poco nerviosa. Esteban era mi cliente favorito y desde que le dijo a mi hijo que quería probarme por el culo dos meses atrás, no había podido venir a disfrutarme. Fui hasta la puerta para esperarlo. Cuando entró, me saludo y se lanzó a besarme. Una de las cosas que más me gustaba de él era su forma de besarme. Me encantaba el sabor de su lengua en mi boca y aspiraba el olor de su colonia mientras sus manos me acariciaban las nalgas.
- Te he echado mucho de menos.- Me dijo mientras tocaba mis tetas por encima del sujetador.
- Yo también a ti, amor. Te llevo esperando desde que supe que querías probar mi culo.- Le respondí mientras posaba mi mano en su entrepierna, notando como su polla iba creciendo.
Me fue desnudando poco a poco mientras pasaba sus fuertes manos por todo mi cuerpo y deslizaba sus labios por mis pechos desnudos. Yo gemía pausadamente y, aunque esto lo hacía con mis clientes, con Esteban eran gemidos reales y muy disfrutados. Cuando estuve completamente desnuda, comencé a desnudarlo yo a él, me encantaba lamerle sus pectorales tras quitarle la camisa y caí de rodillas mientras le desabrochaba el cinturón del traje para sacar su polla y empezar a darle una mamada extraordinaria. Al principio, Esteban era un poco cortado conmigo, me confesó que fui su primera puta, pero yo empecé a enseñarle a tratarme como me gustaba y ya era un maestro.
- Joder, puta.- Me dijo entre resoplidos.- Como echaba de menos esa boca de zorra alrededor de mi polla.
Aceleré el ritmo, tragando su polla hasta la garganta mientras él acariciaba mi pelo.
- Quiero tu primera corrida en mi boca, amor.- Le dije mientras le pajeaba.- Por favor, déjame probar tu leche.
Seguí mamando aquella enorme polla y pronto noté como mi boca se iba llenando de semen caliente. Empecé a tragarlo asombrada de la cantidad que Esteban estaba expulsando dentro de mi. Cuando terminó, me relamí y limpié su polla como una puta experta.
Esteban nos sirvió una copa del minibar y pasamos un rato hablando de nuestras cosas. Mientras lo hacía, pasaba su mano por mi pierna rozando lentamente la parte interior de mi muslo, casi rozando mi coñito. Pronto empecé a soltar pequeños suspiros, mientras besaba y lamía su cuello para ponerlo a tono. Vi como su polla volvía a endurecerse y le dije que se tumbara en la cama. Volví a mamarle la polla para terminar de ponerla como una roca y dejarla bien lubricada. Me subí encima, agarré su polla y la apunté a mi culo.
- Preparate para disfrutar de tu deseo, amor.
Empecé a bajar, clavándome aquel enorme aparato en mi culito mientras Esteban acariciaba mis tetas. Joder, menudo placer me daba ver su cara de satisfacción mientras tenía su polla totalmente insertada en el culo. Empecé a cabalgarlo amorosamente, mientras él se incorporaba mamando mis tetas.
- Amor, ya estoy lista para que me trates como sabes que me gusta.
Me puso a cuatro patas en la cama y me ensartó su polla de un golpe en el culo. Solté un pequeño gruñido, mezcla de placer y dolor, mientras Esteban me follaba vigorosamente.
- Joder zorra, menudo culo tienes.- Me decía azotándome.- Te lo voy a reventar. Me tienes totalmente enganchado. Sólo puedo pensar en follarte durante todo el día.
- Oooh siii, cabrón. Fóllate a tu puta. Desmuestrame quien manda. Destrozame.
Empezó a embestirme y a azotarme con más fuerza. Yo me tocaba el coño buscando correrme mientras sentía sus huevos chocando contra mis nalgas. Empecé a gritar cuando el orgasmo me alcanzó y él sacó su polla y empezó a correrse sobre mi culo y mi espalda. Me dejé caer rendida sobre la cama mientras Esteban me limpiaba amorosamente su corrida. Se echó al lado mía y me besaba mientras sus manos recorrían mi cuerpo.
- Joder, ha sido genial, Elena.
- Gracias, amor. Para mi también ha sido estupendo.
- ¿No hay forma de que podamos quedar más a menudo?- me dijo besando mis manos.- Ya ni siquera vengo por trabajo, vengo por ti y me gustaría poder disfrutarte más.
La que llevaba tiempo pensando empezó a tomar forma. Le llevé a la entrada de la habitación, ya que allí las cámaras de mi hijo no llegaban, y le dije que me diera su número de teléfono y que pronto tendría noticias mias. Nos despedimos con un beso y volví a mi cama a esperar a los siguientes.
Tras Esteban llegaron por turnos dos más, eran clientes nuevos y me follaron de forma torpe con corridas rápidas, demasiado excitados por un cuerpo como el mío.
Estaba en la cama pensando en si dormirme un poco, ya que tal vez mi noche de trabajo había terminado y si no era así me despertaría con el sonido del teléfono, cuando escuché abrirse la puerta. Pensaba que era mi hijo, cuando vi aparecer a mi ángel. Sonreí muy feliz y me levanté corriendo a por ella y la abracé mientras nos besábamos apasionadamente. Lamí y mordí aquellos labios que tanto había echado de menos y le pregunté que hacía allí.
- Mi amo me ha ordenado que viniera.- Me dijo.- Que tenía que ayudarte con un servicio especial.
Abrió una bolsa que llevaba, enseñándome mi arnés. Sonó el teléfono y mi hijo me informó de que subía el último cliente de la noche y que era muy importante que se fuera satisfecho.
- Ponte al lado mia.- Me dijo Mónica mientras se desnudaba.- Y no te preocupes y haz todo lo que diga el cliente. Yo ya sé lo que quiere y estoy de acuerdo.
Cuando se abrió la puerta entró un tipo bastante mayor, aunque bastante atractivo, de pelo cano y trajeado. Pasó al lado nuestra casi sin mirarnos y empezó a desnudarse. Después abrió el minibar,se  sentó en una silla y se sirvió una copa de Whiskey y encendió un puro.
- ¿A que estais esperando?- dijo con una voz ronca.
Aquel tipo me asustaba un poco, pero mi ángel toqueteó su móvil poniendo una música muy sensual, me agarró del culo y empezó a moverse de manera muy sensual mientras se frotaba con mi cuerpo. Yo enseguida imité lo que hacía y empecé a bailar muy lento, comiéndole la boca y frotando mi cuerpo con el suyo.
- Muy bien, putas.- Nos dijo aquel cerdo.- Elena ponte detrás de Mónica y pellizca suavemente sus pezones haciendo que mire hacia mi.
Hice lo que le decía, recordando las palabras de mi ángel. Cuando empecé a tocar aquellos pezones deliciosos, Mónica empezó a gemir sin parar de bailar, mientras miraba al viejo que empezaba a masajear una polla de buen tamaño por aquel entonces. 
- Joder, menudo servicio. Recuesta a Mónica en el borde de la cama con su culito mirando hacia mi.- La coloqué como me dijo mientras miraba aquel culito que tanto deseaba yo.- Dios, menudo coñito bien rosadito que tienes, Mónica. Elena empieza azotar su culito blanco.
Empecé a azotar su culo juguetonamente, alternando mis golpes en ambos cachetes.
- ¿Qué puta mierda es esto? Azótala como a la puta que es.
Mónica me miró haciendo un leve gesto en señal de aprovación. Empecé a golpear a mi ángel en el culo con fuerza, observando como las marcas de mi mano aparecían en su nalgas. Ella gemía con cada golpe y después de un rato, mordía las sábanas de la cama para no gritar.
- Mucho mejor Elena.- Me dijo el viejo haciendome parar. Cogió su silla y la puso al lado de la cama.- Ahora ponte el arnés y fóllate su culito adolescente.
Mientras me colocaba el arnés el tipo indicó a Mónica que se pusiera boca arriba para ver como se meneaban nustras tetas con la follada. Su polla ya estaba en todo su esplendor y aquel puto salido se la machacaba sin piedad.
Me puse de rodillas encima de la cama, mientras dejaba caer saliva en mi polla y la extendía. Acomodé el culo de Mónica sobre mis rodillas y empecé a introducirle aquella polla en su culito experto.
- Joder, menudo espectáculo. Vaya culo tragón tiene la niña, quién lo iba a decir. Pídele que te reviente el culo, me gusta que mis putas digan guarradas.
- Vamos puta madura, destrózame el culo, eso es. Soy muy puta, necesito una buena polla dentro de mi.
- Oh joder, putita. Mi coño está mojadísimo de verte ser tan puta.- Aquel cerdo me hacía sentir incómoda y mis palabras me sonaban absurdas pero a aquel desgraciado debía de darle igual porque no paraba de pajearse y mirarnos.
- Azótale las tetas, Mónica. Hazla correrse con tu polla en su culo y sus tetas doloridas.
Comencé a azotar las tetas de mi ángel, mientras ella no paraba de gritar y gemir. Al poco empezó a temblar y a correrse gritando sin parar.
- Muy bien putas, arrodillaos delante de mi.
Cuando le obedecimos, aquel viejo de mierda empezó a correrse sobre nuestras caras y nos obligó a lamernos la una a la otra. Luego, sin decir nada más, se vistió, apuró su copa ya salió de la habitación. Yo estaba acostumbrada a la sumisión, pero aquel no era mi amo y ser usada en manos de un hombre tan torpe no me había gustado nada. Fui al baño a limpiarme los restos de semen de mi cara y volví con una toalla para Mónica. Nos acostamos juntas, besándonos y tocándonos. Yo estaba feliz de saber que ya no vendrían más clientes y tendría a mi pequeña para mi sola unas horas más.
- Ahora tu y y vamos a hacer el amor de verdad, Elena.- Me dijo Mónica mientras yo me derretía.
Echamos un polvo fabuloso y muy erótico y después nos quedamos dormidas. 
Unas horas más tarde mi hijo nos despertaba y empezó a darnos nuestro sueldo.
- Ese puto viejo me ha dado 1000 euros sólo por miraros y correrse encima vuestra. No hay quien entienda a la gente rica.- Iba diciendo mientras quitaba las cámaras.- Venga id vistiendoos que es hora de dejar la habitación.
Me levanté y fui hacia el y le puse unos billetes en la mano.
- Esto es por el pago de la habitación. Voy a quedarme a pasar el día con mi ángel.- Le dije muy seria.
Mi hijo me miró con el ceño fruncido, se ve que no le gustaba ceder su autoridad.
- De acuerdo, pero esta noche cuando llegue a trabajar, tenéis que salir, asi yo coloco la habitación a otra persona y me quedo el dinero.- Nos besó a las dos y se fue.
Volví a la cama más contenta que en mucho tiempo, besando a mi ángel por todo su cuerpo. Pasamos la mañana follando, gozando enormemente de nuestros cuerpos y buena parte de la tarde hablando, contándonos intimidades, conociéndonos mejor. Seguimos haciendo el amor y después de recibir de nuevo sus flujos en mi boca tras una gran chupada que le dí, decidí ceder a mis sentimientos.
Subí por su cuerpo y empecé a besarla con dulzura.
- Mónica, fúgate conmigo. Estoy locamente enamorada de ti y quiero contarte la verdad. Yo estaba casada con un cerdo infiel, lo abandoné y me vine aquí a vivir con mi hijo.- Mi ángel abrió los ojos de sorpresa.- Si, Raúl es mi hijo.-Le confesé.- Todo esto empecé de forma casual, pero lo disfrutábamos mucho y me hice adicta a él. Mi hijo dio un giro a mi vida, pero tú le has dado la vuelta completamente. Ya sólo quiero pasar mi vida contigo, sin nadie más que se interponga. Fúgate conmigo, amor.- Y volví a besarla.
- Yo también te amo, Elena.- Mis ojos se inundaron de lágrimas al escucharla.- ¿Pero a donde podemos ir?¿ De qué vamos a vivir?
- ¿Olvidas que soy una puta profesional, pequeña? Esta noche ya me he asegurado un cliente fijo, y controlando yo mi trabajo, evitaré cerdos asquerosos como el viejo de esta noche. Cuando consiga unos pocos clientes más, podremos vivir cómodamente, además he estado investigando para hacernos webcamers, los tios fliparán con nuestro shows y sacaremos un buen extra.- Empecé a acariciar su coñito y Mónica se estremeció. Lo tenía muy mojado.
- ¿Pero y cómo lo haremos para empezar? Yo acabo de empezar en el salón de tatuajes y apenas tengo dinero ahorrado.
- No te preocupes, yo tengo mucho dinero ahorrado de mi sueldo como puta. Y si aguantamos un par de meses más tendremos para vivir perfectamente mientras nuestro negocio va creciendo. No te preocupes, mi vida. Yo cuidaré de ti.
- Te quiero, Elena. Quiero estar contigo.
Más feliz que nunca, besé a mi ángel e hicimos el amor. Seguimos hablando de dónde viviríamos y que le iba a decir a mi hijo. Eso me preocupaba un poco, no sabía como se tomaría mi amo la noticia. Supongo, que tendríamos que huir sin decir nada y sin mirar atrás.
Continuará...

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