una noche llena de sexo

 mi marido cumplía años y le quise hacer el mejor regalo, ofrecerle lo que él anhelaba, una visita a un boliche swinger.
El sostenía que era solamente para mirar, mientras en mi interior deseaba no menos de un trío HMH, pero no lo expresé.
Me produje como una Escort VIP, aros redondos muy amplios, vestida con una pollera  negra, muy translúcida, como prenda interior una mini tanga blanca hilo dental (Que sabía que con la luz negra, iba a resaltar), sin brasier, ya que mis lolas se sostienen paraditas sin el.
Una camperita, que tapara mi casi desnudez a la vista de los peatones/vecinos en la calle 


Llegamos al boliche, dejé mi campera en el guardarropas e ingresamos  al local propiamente dicho, la luz negra develó lo que yo había previsto, la mini biquini resaltaba notoriamente y hasta oí un murmullo de los asistentes. Sin darle importancia al mismo, nos dirigimos a la barra a solicitar las bebidas y nos instalamos, mientras curioseábamos el lugar y hacíamos acotaciones. Ya agotadas las bebidas nos fuimos a la pista de baile, allí música tropical nos hacía bailar separados, mientras estábamos en esa, varias veces manos anónimas me toquetearon las nalgas. Al ser tan fina la tela y ser la ropita interior solo un hilo, sentí que las manos apretaban y se deslizaban por mi zanja, como si estuviera completamente desnuda. Mi entrepierna cada vez estaba más húmeda, en algunos casos, exageradamente me separaba de mi marido forzando un roce para seguir gozando esas caricias.
Pusieron luego, una música más lenta, por lo cual optamos por volver a la barra a beber otra copa 
Volvimos a nuestros asientos, charlando un tanto de lo bien que estaba puesto el boliche, cuando anunciaron el espectáculo en vivo, que se desarrollaría en la pista de baile. Nos agrupamos como pudimos entre tantas parejas, hembras y machos. Era una pareja, que luego de acariciarse, iniciaron un contacto sexual con penetración, a todos los presentes nos cachondeó, en el amontonamiento y con la calentura que generaban “los actores”, varias manos me acariciaron bien profundamente la cola, sin ninguna reacción aparente de mi parte, ya que la procesión calenturienta iba por dentro mio. Mi marido entretenido con la actuación, no daba señales de enterarse que su mujer era tocada por todos los machos cercanos.
Terminada la actuación, volvimos a nuestro lugar, pero ya mucho mas calentitos. Mi marido comenzó a toquetearme y me propuso ir a alguno de los “privados” para continuar a profundizar lo que estábamos haciendo. Vaciamos las copas y nos fuimos a un privado, son lugares habilitados con una especie de lecho sumamente amplio, más de 150 cm de ancho.con lugar como para varias parejas, relativamente oscuro y sin puertas. Cada persona que pasaba por el pasillo, tenía vista de lo que hacían los que estaban dentro. El único sitio más o menos desocupado que nos pareció potable, era uno, donde dos muchachos hacían un trío con una chica HMH, nos acomodamos en una punta de la cama, donde mi marido se bajó a mi entrepierna y me comenzó a lamer desde mi avagina  hasta mi cola arrancándome varios orgasmos, teniendo en cuenta que soy multiorgásmica y que estaba super cachonda por todo lo sucedido hasta ese momento. Luego me bajé yo y le lamí el tronco del pene, desde el glande hasta los testículos, terminando de meter en mi boca su mediana cabeza.   En un momento me frenó, me dijo que si continuaba en ese metié iba a acabar y que lo quería era acabar dentro de mi vagina. Me subió la pollera  hasta  me chupó tremendamente la tetas y me penetró vaginalmente de un solo envión, ayudado de que yo estaba totalmente lubricada. Mis piernas abrazaban a mi esposo por la espalda, cuando ingresó un macho, bastante agradable y dirigiéndose a mi, mi marido no había advertido su presencia al estar totalmente de espaldas, me preguntó si aceptaba que participase. Ante tamaña pregunta, no le respondí, pero le dije a mi cónyuge, que el señor quería hablar con él, mi marido sin dejar de penetrarme giró el torso y esperó la pregunta, el potrillo este le volvió a reiterar a mi marido la pregunta, ante mi sorpresa, mi esposo respondió, que él no tenía inconveniente en acceder a lo requerido, pero que esa pregunta la debía responder yo. Anonadada no supe responder, mi marido tomó mi mano, estirándola hacia el joven, que la ver mi mano a la altura de su entrepierna, abrió el cierre de su bragueta y sacó una poronga, como hacía rato no gozaba, me la puso en la mano y me ayudó a que lo masturbase. Al sentir la tersura de ese miembro, mientras mi marido me seguí serruchando, mis orgasmos se sucedieron sin solución de continuidad, cuando sentí la lechita tibia de mi marido inundando mi concha, yo ya estaba mamando aquel choto, que llenaba mi boca. Exploté en un super orgasmo. Mi marido se retiró de adentro mío, he invitó al muchacho a ocupar su lugar, eso si le exigió el uso de profiláctico. El muchacho se situó entre mis piernas y me enterró lentamente su fierro. Al tener ya dilatada la vagina, poco le costó llegar a tope, pero yo sentí como llenaba totalmente mi vagina, arrancándome gemidos de placer. Era realmente un polvo con todas las de la ley, mientras mi marido trataba por todos los medios despertar a su flácido pene, haciendo que se lo chupara. El “invitado” me estuvo, para mi satisfacción y goce”, cogiéndome cerca de 20 minutos, en los cuales seguí teniendo múltiples orgasmos. Cuando acabó me saludó agradeciéndome el servicio, dejándome su tarjeta con todos sus datos, por si yo quería volver a coger con él.Mientras que yo cogía con este chico, la mujer del trío, me empezó a chupar una teta. Yo estaba super cachonda, con la cogida que estaba siendo recibida, la poronga de mi marido en la boca y la chica chupando mi teta, que al acabar el “invitado”, yo quería seguir la fiestita, uno de los chicos del trio me pidió permiso y me insertó su pene en mi vagina, yo quería seguir cogiendo con cualquiera que se presentara y toda la noche. Mi marido con la pija ya morcillona, empezó a manosearle la vagina a la chica, cuando el chico que estaba sin actividad nos propuso seguirla en su departamento, que estaba a menos de 15 cuadras del lugar. Con la calentura que teníamos mi marido y yo accedimos de inmediato, pasé por el guardarropas, retiré la caperay fuimos hasta un estacionamiento cercano (Con mi marido habíamos llegado en taxi). Uno de los chicos, preguntó a mi marido si sabía manejar, ante la respuesta afirmativa, le dio las llaves del coche, para que manejara siendo copiloto la chica, subió en la parte de atrás uno delos chicos, yo en el medio y el otro chico al otro lado. El franeleo que me hicieron asiéndome sentar sobre la pija de uno, que me ingresó totalmente vaginalmente, mientras el otro me sobaba y me chupabas las tetas al tener la vestimenta arrollada a mi garganta, fue impresionante. La chica, mientras le chupaba la verga a mi marido.
Llegamos al estacionamiento del edificio, con la llave electrónica abrieron la puerta y descendimos hasta un primer subsuelo. Bajamos del auto ya estacionado, parecían pulpos por las manos y dedos que ingresaban tanto a mi concha como a mi orto, dilatándome el esfinter como para recibir una buena penetración sin mayores esfuerzos. No iba a ser mi primera penetración anal ni tampoco la última. Llegó el ascensor, habilitado solamente para tres personas, subimos los dos chicos y yo al 9 piso, mi marido se quedó con la chica en el subsuelo, luego me comento que la chica le dijo que le diéramos un tiempo prudencial al trío, como para que yo gozara un poquitín de intimidad y pudiera soltarme sexualmente, mientras ella le prodigaba un pete de locura, ya que no quería estar desnuda por si arribara algún vecino.
Ya dentro del departamento, me quite toda la ropa, lo mismo que los chicos, me tomó uno de la mano y me condujo a uno de los dormitorios, allí se tendió y me pidió me insertara la pija en mi concha, luego hizo que me recostara sobre él y el otro chico, sin mayor dificultad, al estar ya dilatado mi orto, me penetró analmente.
hacía un tiempo que no recibía ese tratamiento, que sumado a una o varias pijas en la boca, es algo que ninguna mujer debía de dejar de probar. Es el sumun del acto sexual para una hembra, se goza exquisitamente, te sentís en el Edén de las cogidas. Todavía no puedo creer los orgasmos que tuve. Y mi libido quería más, pero  mucho más
Así llegó mi marido, cuando tenía doble penetración. No se que miró ni como lo tomó, poco me preocupaba, se tiró con la chica en la cama y en posición de perrito, advertí que la sodomizaba.
Luego de innumerables penetraciones, resolvimos tomarnos un respiro, todos desnudos fuimos al living a tomar alguna bebida. Allí cada uno contó de sus fantasías, mi marido confesó que su fantasía era compartir a su mujer, pero que nunca creyó que se daría y menos de la forma en que se dio. Yo por mi parte me sincere y dije que me encantaba la doble penetración, y más si participaban morenos bien dotados. Mi marido ya sabía que yo de soltera había tenido varios hombres. seguimos cogiendo hasta muy tarde realmente goze como una perra




Al otro día al atardecer fuimos a buscar a los chicos

una noche llena de sexo

 casa de los abuelos.

2 comentarios - una noche llena de sexo

GrimmjoVV
Esas sandias me tienen loco !!! que putita hermosa !!!! y no me imagino el orto ! jeje
mdqpablo
hermosa.noche muy buen relato . ahora queremos ir nosotros al boliche sw tambien y si están ustedes mejor