Domi, 100 rostros.

Primer capítulo: “El Bendito”
Mi nombre es Dominga Santander, pero me dicen “Domi”, o algunas minas me dicen “Ahí viene la puta”, “La que la tiro a la chuñea”. En fin, me gusta que me digan “Domi”.

Aún sigo siendo “Joven y hermosa”. Tengo 26 años, estudie en un colegio más o menos católico, porque, bueno, tenía religión. Hartos “Muy mal”. Era la rebelde de la clase de religión. Siempre me mandaban donde el director, porque le decía al profe: “Si Dios Existe. ¿Entonces también existen los Aliens? ¿Usted cree en los fantasmas? No podía entender que creyera en un “Algo” sin cara, y que todo lo demás fuera mentira.

Era un mal profesor, y muy fácil de enfadar.

Debe ser triste que no te tomen en cuenta, y seas la asignatura del recreo, más que la del enseñar “El Buen camino”, y que te pongan atención.

Ahí me hice amiga, no se porque, de la Tamarita “La muy bendita y purita”, que su sueño era ser pastora o como se diga de una iglesia”.

La Tamarita era la favorita del profesor de religión. Incluso iba con un grupo de otras compañeras a tomar una clase extra de catecismo los sábados en la mañana.

Yo pensaba: “Que era bien, huevona, la Tamarita”. Sin embargo, su afán por evangelizarme, y ser a la primera oveja perdida que llevaba a ver la luz, le hizo ser mi amiga toda la enseñanza media.

Les puedo contar respecto a mí. Que soy muy popular en las redes sociales, porque me encanta tomarme fotos con grandes escotes, o sin sostén, y le pongo dos estrellitas en los pezones para que no me bajen la foto.

Soy anónima, aunque quizás después de los 30 tipos que me comí de las redes, ya no lo sea tanto, pero como siempre estoy “Dispuesta y sin compromiso”, tal vez han mantenido el secreto.
No soy puritana, tampoco vegana. Me encanta la carne, esa que no se come, la que se lame, porque cuando chica pegue un mordisco pensando que podía ser “Sexy y Salvaje” y termino muy mal eso, mejor no entrar en detalles.

No soy prostituta, a pesar de que una vez mi amiga, la Tamarita, que es entero “Jesuschrist” me dijo después que le confesé todo mi prontuario, que no era mucho.

Detrás de un separador de ambientes estábamos ambas sentadas cada una en una silla. La Tamarita abrió la cortina y me dijo:

- ¡Oye, Domi! Eres bien prostituta.

Yo me la quede mirando, solo salió un sonoro:

-Ahá.

Mientras en mi mente imaginaba que agarraba a la huevona desde su vello púbico, y hacía el helicóptero con la desgraciada.

En mi cabeza ella daba gritos de dolor, y la muy atrevida, me despierta de mi fantasía y dice sonriendo:

-Sí, reconoce que eres “Un poquito putita”. Me señalo el diminutivo con su dedo índice pegado al pulgar a la altura de su ojo derecho, mientras cerraba el izquierdo.

Yo a esto pensaba “Que le había hecho el más satánico full brazilian”.

Entrecerré mis ojos, y esbocé una sonrisa, y continué con mis pensamientos.:

“Si esta huevona supiera que no cobro”. Esa era la huevada que más me molestaba. Que lo hacía gratis, y tenía que aguantar que la hermana evangelizada me dijera “Que era puta”, y ya el cuerpo lo había donado a la caridad hace rato. Era el puto diezmo para los pobres giles.

Ella continuo:

-Bueno, sino quieres reconocerlo aún, no hay problema. Es un camino largo, y doloroso, pero el dolor es perdón, perdón contigo, y con Dios, sin embargo, considero que en tu caso sería necesario hacerte un exorcismo.

Me saco de mi ensimismamiento,

Yo la miré con cara de “Pero huevona…” y le dije:

- ¿En serio?

-Sí, creo que es necesario hacerlo. Es que no solo con hombres has estado, también con mujeres. Y ¿Orgías? ¿Qué es una orgía?

Yo la mire con cara de “¿Me estas hueveando?”

-No, no se que es una orgía, pero me imagino que debe ser algo tan anormal como tu conducta.
¡El señor esta triste, Domi! Has hecho llorar al señor.

-Pero si yo soy un alma caritativa, me compadezco de los desamparados, y faltos de sexo.
- ¡Dominga Santander, eso es Herejía! Me miro con furia.

-Bueno, no que tu Dios no juzga, y cualquiera es “Bienvenido al reino de los cielos” ¿No acabo de confesarte todos mis pecados? ¿Debería estar perdonada, ya?

-No, es que no funciona así, debes hacer penitencia.

- ¿Penitencia? Y me imagine: “En el sexo sado que a veces me gusta tener. Que me daban latigazos en las nalgas hasta dejarme el culo al rojo vivo”.

- ¡Hola, Alo! Llamando a Dominga al planeta tierra. Me chispeo los dedos en la cara.

-No me chispees los dedos, que me pongo satánica. Gruñí.

- ¿Más aun?

- ¿Cuál es la penitencia? ¿Y si hacemos el exorcismo no mah? ¿Me van a tirar agua bendita y gritaran en conjunto “The power of christ compels you”? ¿Lo podemos grabar para subirlo a mi canal de youtube? ¡Oh! Ya me imagino titulado “El exorcismo de Dominga Santander”. Le puedo pedir a un amigo que lo edite, y puede hacer como si el mal saliera de mí. Incluso puedo comer palta molida y vomitarla por todos lados.

¿Qué te parece?

Ella me miro triste y dijo:

-¡Lo siento, tu eres una oveja perdida! Dios, no te quiere en su reino. Me lo acaba de decir en mi cabeza.

- ¡Oye, si Dios te habla! Le podi decir que quite las ETS, y así puedo follar a fierro pelao. Reí a carcajadas.

Lo último que recuerdo, es que me dijo “Que rezara 1000 ave marías, 1000 padre nuestro, hasta el ángel de la guarda, si es que tenía, y que me bañara en agua bendita. Que mi caso era tan grave, que ojala me fuera a vivir al Vaticano, para siempre, para purificar mi alma”.

Yo le pregunte nuevamente: “Por el exorcismo”, y solo dijo:

- ¡Dios está llorando en mi cabeza! Escucho su llanto, y tengo una pena enorme por ti, Dominga.
Le dije:

-Pregúntale al pulento, si tan solo extirpa del planeta una pura ETS. Y me cerro la puerta en la cara.
Así no más con las religiosas, “Dios acepta a todos”, y ella que supuestamente hablaba con el mismísimo “Dios”, me rechazo. ¡Qué mujer más loca!

A pesar de todo me hacía sentir tan pura cuando salía de mis confesiones. Era tan fácil, unos cuántos rezos, y estas limpia, y yo me volvía a ensuciar.

Así como una madre, te cambia los pañales, y te volvías a cagar, y ella feliz te cambiaba de nuevo.

A la semana escribí en el grupo de whatsapp que la “Pastora” me había creado con su séquito,
llamado “Salvemos a la Dominga”.

Envié:

-¡Estoy arrepentida! Necesito mi confesión.

Me respondió:

¡Dios perdona, pero no a ti hermana! Y las otras 20 “Evangelizadoras” escribieron: ¡Amén, amén, amén!

La linda Tamarita, le había contado todo a las 20 que la seguían, y se supone que las confesiones son privadas.

Me sentí estafada, y traicionada, y dije: ¡Basta! Nada más de Jebus, y el pulento. “Me gusta mas el que mueve la cola, y está onfire 24/7”.

A la semana después de pura mala, me junte con el novio de la Tamarita. Un huevón que predicaba la palabra del señor, y veía más porno que la chucha. Tenía el escritorio del pc lleno de papeles de confort. Y se que veía porno, porque cuando me llevo a su pieza, escuché como 10 veces “Tienes una alerta potencial de virus”.

Le conté en breve sobre el “Exorcismo y la penitencia” los 1000 ave marías, y los 1000 blablabla. Y estaba segura de que tenía ángel de la guarda, quién más podría haberme salvado de no quedar embarazada unas tantas veces.

Su habitación era pequeña, y tenía una luz tenue.

Se encontraba solo en su casa, porque sus padres asistían a misa, y me dijo:

-Tenemos como unas dos horas para el exorcismo, y la penitencia.

- ¡Excelente! Con dos horas voy a quedar más que pura ¿Cómo funciona el exorcismo? Le dije picara.

-Tu te acuestas en mi cama, te sacas la ropa, y yo te baño en agua bendita.

- ¡Aleluya! Grite jocosa.

- ¡Sí, aleluya! Te quiero escuchar decir.

- ¿Dónde tienes el agua bendita? Pregunte coqueta.

-Esta en mi cuerpo. Yo estoy bendecido.

- ¿Y me vas echar el agua bendita en el cuerpo o adentro?

-Creo que deberíamos optar por las dos.

-Avísame si es en la cara para cerrar los ojos. Sonreí.

- ¡Claro!

Me quite la ropa de forma obediente, puse todo ordenado en una silla que el me acerco, me acosté en la cama, y mire en su pared. Tenía una cruz, y un poster que decía “Dios es mi pastor”.

Él se quitó la ropa en forma ceremonial, y muy serio, la dejo ordenada en la silla, y no pude dejar de pensar ¡Aleluya! Y le dije:

-Si que Dios te ha bendecido. Te ha dado tremenda herramienta para purificar. Le sonreí.
- ¡Y está llena de agua bendita! Me devolvió la sonrisa.

Lo miré detenidamente, sin su indumentaria ñoña, y con pedazo de “Falo Celestial”, hasta sentí que la luz del señor entraba en mi cuerpo.

¡Sí, me sentía bendecida! Afortunada, y hasta estaba volviendo mi fe en “Jebus y el pulento”.

Se acostó arriba mío, y me dijo:

-Cuando entre en ti, deberás rezar. No es necesaria la penitencia que te dieron, sino solo un padre nuestro.

Comenzó a darme de una manera brutal, que yo no pude contener los “Aleluya”, y cada vez se me hizo más difícil terminar el padre nuestro.

El hombre hablaba un montón, y cada vez entraba más fuerte, y vociferaba.

- ¡Perdona a la hermana, Dominga!

Yo no pude evitar unirme a su súplica, y pedir perdón.

Me perdono a lo perrito, arriba, en misionero, la paraguaya, en el piso, en la silla, y una infinidad de posiciones. El socio no solo se había leído la biblia, sino que el Kama Sutra entero.

Me hizo la señal de la cruz un par de veces. Fue tan freaky, pero follaba como los dioses, que no pude dejar de afirmar entre gemidos:

- ¡Estas bendito! Estas bendecido…Eres el mismísimo…Y se vino.

Se fue adentro, en mis tetas, en mi culo, en mi cara, era “Un grifo bendito”.

Nuestros cuerpos sudaban pureza, y yo me sentía más iluminada que nunca.

Se recostó a mi lado, y me dijo:

-Ya estas bendecida, y todos tus pecados han sido perdonados. ¡Amen, hermana!

- ¡Amen hermano! Respondí exhausta.

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