Primera vez con un poringuero...

Hola! Primero gracias por bancar los relatos anteriores y calentarse leyéndolos, vuelvo al ruedo de escribirlos después de que varios me pidieran seguir contando historias. No se si estaré todavía tan afilado como en aquel momento, pero vamos a intentarlo y ojala lo disfruten.

Este relato es de mi primera vez con un poringuero, un extraño, alguien que no conocía en absoluto pero con el que empezamos a charlar por inbox. A él le había calentado mucho uno de mis primeros relatos y cuando publique un tema buscando gente para conocer y hacer algo me escribió. No era gay, era más bien bi, tapado, buscaba ser muy discreto. Y yo también. Con lo cual coincidimos, nos llevamos bien y pasamos a escribirnos por chat al celu. Con mucha carpa porque de ambos lados eramos tapados y queríamos seguir resguardando eso. 

Un día decidimos encontrarnos, él sólo quería que le chuparan la pija (al menos en principio). Yo no tenía bien en claro que quería, pero la idea de volver a chupar una pija me daban muchas ganas. El poringuero era morocho, tendría unos 20 años (yo también), tenía un buen físico, trabajado y una muy buena pija... Las fotos que me había mandado me habían hecho fantasear a full: quería conocerlo.

Resulta que el poringuero venía  a un gimnasio relativamente cerca de mi casa, cuando saliera del gym nos pareció el momento más propicio para poder encontrarnos. Pero había un problema: ninguno de los dos tenía lugar para hacer algo y ninguno se animaba a ir a un telo por temor a ser descubierto (yo tenía más ganas, debo confesar, pero él estaba rotundamente negado). Estabamos entre el otoño y el invierno, como ahora. Hacía frío y oscurecía temprano, lo cual era bueno porque tipo 18.30h/19hs ya estaba lo suficientemente oscuro para encontrarse. Decidimos encontrarnos en una esquina, cerca de un campo de golf. Me prestaron un auto y salí al encuentro. Me describió como estaba vestido y había algo clave: estaba en bicicleta. Cuando llegue, no lo vi y decidí dar una vuelta. En eso veo, por el espejo retrovisor, que una bici blanca con un pibe joven arriba estaba en las inmediaciones y me pregunte si era posible que fuese él. Di la vuelta manzana, estaba a una cuadra, el corazón me latía a mil no estaba seguro de lo que estaba haciendo, ni con quien me iba a encontrar. Si bien habíamos hablado bastante él seguía siendo un completo desconocido para mi y eso me generaba más curiosidad y alimentaba la calentura de encontrarlo. 

Estaba a una cuadra y veo al chico en bicicleta que había divisado antes frenado en una parada de colectivo, mirando distraído a los costados. Tenía que ser él pero me pareció muy fachero, lindo, no podía creer que un pibe así me diera bola y que fuésemos a hacer lo que estábamos por hacer...
Lo vi. Me vio. Nos reconocimos. Se acerco. 
- Hola
- Hola ¿Cómo va?
le pregunte timidamente, no sabía que hacer.
- "Bien..." luego un silencio incomodo, pero él lo rompio en seguida. " ¿A donde vamos?"
- "No se." Le respondí entre las dudas, el miedo, las pseudo inocencia y las ganas de comerlo ahí mismo. "Conoces algún lugar por acá?"
- No, nada. 
- Bueno, demos una vuelta y donde veamos algún lado frenamos.
- No tengo cadena para la bici, te sigo.


En ese momento no sabía que iba a pasar, arranque el auto y empezamos a dar vueltas por calles que, nunca pensé que estarían tan iluminadas. Era un barrio residencial, de casas lindas y algunas garitas de seguridad. Él me seguía, estaba tranquilo, yo una bola de nervios.

 Encontramos un lugar. Frene.  "¿Te parece bien acá?" Ni me respondió, pero cuando dio vuelta su bici y la estaciono pegada al auto supe que la respuesta era bien concreta. Se acerco tímido a la puerta, le abrí y subió. Nos miramos un instante como tratando de reconocer los rostros de aquellas fotos. El aire se lleno de calentura de los dos. Podía ver su bulto fuertemente marcado por la situación y él dijo las palabras claves "¿Queres verla?"

Ni bien dijo eso mi mano se apoyo automáticamente sobre su pierna, sentía su calor tan intenso, tan hermoso, tan dispuestos a cualquier cosa. Él, al mismo tiempo, puso su mano en la punta de su pantalón y se lo bajo arrastrando también un poco su bóxer. Era una pija perfecta, hermosa, morocha y casi dura, lo único que faltaba se lo di cuando le acerque mi mano y empecé a pajearlo suave. En ese momento largo un suave gemido, se relajo en el asiento y yo ahí mismo baje para metermela en la boca. Empecé a chuparsela suave, primero el glande, bien cabezona y mientras se lo ensalivaba él gemía y daba suspiros de placer. En eso escuchamos un ruido, nos quedamos quietos, helados y excitados. Paso un auto de largo y me percate que ninguno estaba atento a lo que pasaba afuera y como una conexión mental me dijo "Yo me quedo atento".

Eso me tranquilizo y mi boca volvió a su pija. A todo esto mi mano nunca se había ido de ese lugar. Seguí chupándosela, la cabeza estaba bien mojada y seguí por el tronco, pase mi lengua por todo su choto hasta llegar a sus bolas. Pero antes de jugar con ellas, continue el recorrido del tronco desde la base hasta su cabeza y ahí intente tragarme toda la pija entera mientras mis manos masajeaban sus huevos. En el primer intento me dio una arcada y él respondió con un leve gemido, al segundo intento logre comerla completa y él soltó un gemido de placer absoluto. Se relajo y puso su mano en mi cabeza, sabía que lo próximo que vendría sería un gran sacudón (y en el fondo lo esperaba...). Continué chupándosela, agarrando cada vez más ritmo, comiendola completa y luego bajando hasta sus bolas hasta que con sus dos manos en mi cabeza empezó a cogerme la boca salvajemente. Su pija entraba completa y él quería meterla aún más adentro. Mientras él me iba diciendo cosas, yo más me calentaba y más me la comía hasta que me dice "Guarda que estoy por acabar..." y le dije las palabras claves: "dame toda la lechita..." suspiro, estaba muy caliente 
-No seas así ¿Queres que te acabe a vos?
- llename la boca

y como una bestia salvaje, absolutamente caliente volvió a poner sus dos manos en mi cabeza y dejo largar un chorrazo de leche adentro que me paso directo hasta el fondo de la garganta. Cuando saque mi boca su pija había quedado absolutamente limpia. Nos miramos, sonreímos y dijo:
- Sos muy bueno chupando pija...
Y sin pensarlo le dije:
- ¿Podemos ver en que más somos buenos no?
- Me encantaría, pero me tengo que ir. Me están esperando.


Y así fue como se acomodo la ropa de nuevo, bajo y se subió a su bicicleta. Se fue y no pudimos volver a encontrarnos. Ojala las ganas, el buen recuerdo y este nuevo relato sean el trampolín para que ese encuentro pendiente se concrete. 

Si te gusto, lo disfrutaste puntúa y ayudame a compartirlo!

6 comentarios - Primera vez con un poringuero...

salvfe +1
Q rico relato
rafacas1435 +2
qué dificil es encontrar relatos bien redactados! Puntos para vos! abrazo!
ElGazton +2
Genial, discreto,y preciso muy bueno
Santuu02
Me alegra, especialmente, que te haya gustado.. ; )
Lj1234 +1
Uff q rico me encanto