Mi timidez y las mujeres de mi familia 21

Mi timidez y las mujeres de mi familia 21




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Mi  timidez y las mujeres de mi familia 20


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Mi timidez y mi responsabilidad guiaron mi juventud, hasta que mis tías, mi madre y mi prima y más, me hicieron despertar, pero las circunstancias me abrieron los horizontes.


Cuando llegué a casa todavía me temblaban las piernas.

En casa de mis tíos reinaba un ambiente triste, algo flotaba en el ambiente, la vida seguía como siempre, pero se notaba la falta de alegría habitual, ya habían pasado unos días cuando después de cenar mi tía que estaba sentada entre los dos nos cogió las manos y dijo con la mirada baja…

-        Chicos, dentro de dos días empezaré a ovular.

Pareció como cuando se echa aceite a un candil, mi tío salió del letargo en que estaba sumido y me miro con cara esperanzada.

Para la noche siguiente se organizó la segunda prueba, Jorge ya había disipado todos sus prejuicios y abiertamente me dijo…

-        Manu, esta noche vamos a follar a Ana y la vamos a preñar, ya lo veras.

Le abracé, no sé aún porque, pero estaba decidido a colaborar.

La velada la prepararon minuciosamente, mi tía se vistió elegantemente y se puso la lencería más sexi que tenía, esta vez mi tío me hizo el honor de dejarme desnudar a Ana a mí, mientras él estaba sentado a mi lado en la cama.

Me dio la impresión de que a mi tía también le gustó la idea, desde un principio me cogió de la nuca y me estampó un beso en la boca que duró una eternidad, nunca había sentido la intensidad de su lengua buscando la mía, me mordía los labios para luego chuparlos, mis manos buscaban los cierres de su vestido, las cremalleras bajaron y cuando el vestido cayó entre las piernas de Ana mi tío lo recogió, el sujetador de tul que llevaba se le acoplaba perfectamente a la piel, en verdad no tenía ninguna necesidad de usarlo pero realzaba su figura y la hacía mucho más sexi, cuando tuvo libres las tetas se las cogí y se las besé, ella se dio la vuelta y se agacho para que le bajara las braguitas, cuando vio a Jorge mirándonos sentado en la cama lo tumbó sobre ella y cogiéndole la polla se la metió en la boca, lo hizo impulsivamente, yo no tuve tiempo de bajarle las bragas y se me ocurrió ladearle la prenda y meterle la polla en el coño ya húmedo, hasta mi tío notó el empujón pues su polla se metió al fondo de la garganta de Ana, ella le dio varias mamadas más, yo ya le pude bajar las bragas y se la seguí metiendo, al momento mi tía notó como le palpitaba peligrosamente el capullo a Jorge y se la sacó de la boca, con un reflejo cogí un vaso que había en la mesita y lo puse frente a la polla de mi tío, los chorros de leche cayeron dentro, era blanca y espesa, pero mi tío bajo la cabeza humillado, yo le dije parara animarlo…

-        Jorge me has dado una idea fantástica, hazme caso.

Rápidamente Ana se acostó boca arriba, le puse un almohadón bajo las caderas elevándole el culo y me metí entre sus piernas mi cabeza no se veía entre sus muslos, le lamí el coño, el clítoris mordido le subió al cielo, cuando estuvo cerca del orgasmo me lo hizo saber, cogí a mi tío del brazo y le dije…

-        Ahora Jorge, fóllala ahora!

Él sin mucha convicción se levantó y se colocó entre las piernas de Ana, le ayude a que ella las levantara sobre su cabeza, el coño de la chica estaba abierto de par en par, la polla de Jorge se animó lo suficiente para meterla empujada por la mano, pero una vez dentro recobro la vida, poco a poco se fue endureciendo hasta ponerse como una estaca, sin darse cuenta fue ganado velocidad, mi tía gemía de placer mientras yo a su lado le acariciaba los pezones, ella me correspondía haciéndome una paja, mi tío alucinaba, de ver a su mujer pajearme a mí mientras yo le comía las tetas, el morbo le mantenía caliente pero aguantaba sin correrse, el mismo se dio cuenta de que ya estaba más de diez minutos follando sin parar y no se había corrido por segunda vez, mi tía había tenido un orgasmo y preveía otro inmediato, Jorge nos anunció que por fin se iba a correr, como quien llega a la meta de un maratón, pero le interrumpí.

-        Un momento Jorge no te corras aún, aguanta.

Me miró sorprendido, aún podía aguantar, sacó la polla, yo sobre el coño elevado de mi tía todavía abierto escancié el vaso con el semen de Jorge, prácticamente se llenó, entonces le dije…

-        Ahora Jorge métela otra vez y córrete dentro, está llena de leche.

Me hizo caso ciegamente, la enterró, algo se salió por el borde de la vagina pero no tardo en reponerlo con su segunda corrida, había aguantado más de diez minutos follando a todo ritmo, era un record, digno de enmarcar.

Cuando la sacó mi tía presionó sus músculos vaginales y prácticamente no dejó escapar nada de dentro, a la vez apretándome el glande hacía correrme sobre sus tetas, luego bajó las piernas para descansar pero se mantuvo con el culo elevado, nosotros dos estuvimos expectantes mirando entre los muslos de Ana para ver cuánto salía, apenas lo hizo, debió tragárselo como un aspirador.

Mi tío me abrazó, no sé si por la cantidad de leche que le habíamos metido o por el tiempo que había follado, de ahora en adelante ya sabía el truco, follaría dos veces, una rápido y la segunda, a placer.

Esa noche dormimos los tres en la cama de matrimonio abrazados, Ana en el medio, nosotros dos vueltos hacia Ana pasando una mano sobre ella, en la oscuridad de la noche más de una vez noté como la mano de Ana me cogía la polla y me bajaba el prepucio hasta ponérmela dura.

Después de aquella noche desde mi habitación oí varios días como mi tío practicaba la técnica aprendida, mi tía gemía de placer realmente y Jorge se corría por duplicado, la estaba saturando de esperma, sería raro que no se quedara embarazada, pensé yo.

A las dos semanas después de cenar nos sentamos como de costumbre en el sofá viendo la tele aburridos, ella se levantó al baño, al momento se oyó un grito, nos asustamos, nos miramos sin comprender, pero la respuesta ya venía corriendo con los brazos en alto, en una mano traía el test de embarazo, se sentó de golpe entre los dos y nos lo enseñó entre gritos de alegría, había dado positivo.

Nos abrazamos los tres, ellos estaban emocionados ante la idea de ser padres, yo contento de mi modesta aportación.

1 comentario - Mi timidez y las mujeres de mi familia 21

pito527
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