Mi timidez y las mujeres de mi familia 20

Mi timidez y las mujeres de mi familia 20




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Mi  timidez y las mujeres de mi familia 19







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Mi timidez y mi responsabilidad guiaron mi juventud, hasta que mis tías, mi madre y mi prima y más, me hicieron despertar, pero las circunstancias me abrieron los horizontes.





Mi profesora Tere ya no sacó el tema de la tarde pasada juntos, me sonreía cuando pasaba a mi lado simplemente, por eso me extrañó que un día sin más explicación me invitó a comer, me lo dijo escuetamente cuando nos cruzamos en el pasillo, casi sin volverse ni detenerse.


La esperé en la entrada, salió y pasó por mi lado, disimuladamente me dijo…


-        Nos encontramos en el bus,


Mientras estuvimos esperando no hablamos, habían michos estudiantes, ya en el autobús estando un poco separados, se fue acercando hasta pegarse literalmente frente a mí, no me dijo nada, solo su mano ya sin disimulo me cogió la polla, los pasajeros nos cubrían y los vaivenes del bus nos empujaban uno contra el otro, la sujeté por la cintura, así nuestros cuerpos se movían al unísono, sus tetas rozaban mi pecho, solo me dijo…


-        No podía aguantar más, necesito follar contigo.


-        Me alagas, pero creo que ya tenemos confianza, sabes que me tienes cuando quieras.


-        No quería que pensaras mal de mí, pero necesito tu polla dentro de mí.


Ya no hablamos más en todo el trayecto, cuando bajamos del bus la seguí discretamente, abrió la puerta del patio y la dejó abierta, en el ascensor coincidimos con un vecino y bajé en el piso anterior, cuando subí andando me encontré la puerta del piso entreabierta, entré y me preguntó…


-        Te importe que comamos después?


Sin decir nada me llevó a su dormitorio, me desnudó, ella prácticamente se arrancó la ropa, la blusa por la cabeza, la falda por los pies y el sujetador y las bragas desaparecieron como por ensalmo, me empujo a la cama y se abalanzó sobre mi polla, la trago ávidamente, le fue creciendo poco a poco dentro de la boca, cuando la tuvo llenándosela tuvo que ir dejándola salir con pena, al fin se quedó con la mitad dentro, pero su lengua no estaba inactiva, lamía el frenillo y presionaba el glande contra el paladar, apenas respiraba me absorbía haciéndola casi desaparecer, yo mientras amasaba sus tetas, duras colgando y balanceándose sobre mi cara, me disponía a meter mi cabeza entre sus piernas cuando dijo…


-        Esta no se puede desperdiciar.


Se sentó sobre mí con una pierna de rodillas y la otra elevada, metió al glande en su coño mojado ya y se dejó caer, la lubricación estaba asegurada por las dos partes, apenas se notó el roce al entrar, cuando su pubis estaba sobre el mío, miré y no se veía nada de mi polla, se inclinó sobre mi acercándome las tetas a mi boca, casi se le salió la polla del coño pero volvió a dejarse caer y la enterró en su vagina, saltaba frenéticamente, las tetas saltaban sin ningún orden , cada una iba por su lado, ella gemía o suspiraba según le entraba o le salía, solo se le oía murmurar…


-        Siii! Siii, quiero más de tu polla, la quiero toda.


Yo disfrutaba solo viéndola saltar delante de mí, gozaba como nunca había visto a una mujer tan caliente, cuando gritó que se iba  acorrer, quise decir algo, pero ella me puso el índice en mis labios indicándome que me callara, que me estuviera quieto, yo solo hacía por tenerla lo más dura posible levantando mi culo hacia ella, ella era la que se metía más o menos carne según el momento, Tere era la que me estaba follando a mí, cuando le iba a llegar el orgasmo se apoyo con las manos en mis tobillos, se movió hasta que un estremecimiento la paralizó, se quedó inmóvil, pero en su interior yo notaba las sacudidas que recorrían su cuerpo, cuando se calmó se inclinó otra vez sobre mí, me besó y me dijo al oído…


-        Te has portado como un hombre, ahora sigue a si, voy a follarte otra vez, no he tenido bastante, me quiero correr más.


No hubo objeción por mi parte, aunque me habría haber participado más, pero hoy era su día y me concentré en poder aguantar el férreo castigo que daba a mi polla.


Esta vez se dio la vuelta, quedo cabalgándome de espaldas, ahora le cogía de las caderas y la acompañaba, se apoyó otra vez sobre mis tobillos y siguió cabalgándome, la visión que ahora disfrutaba era de lo más excitante, ver como mi polla entraba en su coño hundiendo sus labios o saliendo y arrastrándolos con ella, también admiraba las blancas nalgas, brillaban con el sudor y contrastaban con la oscuridad de la piel que rodeaba al agujero rugoso, más abajo la mata de pelo bien recortada se enredaba con los míos cuando se sentaba del todo.


Cogí con los dedos el tronco de mi polla, la acompañe en su viaje al centro de la gloria, cuando la retire estaba blanca de flujo de la profesora, me dio la idean de aprovecharlos y cuando bajaba los puse en el camino de su ano, ella me dijo al notarlos…


-        Mmm, ya te estaba echando de menos mi culo, el otro día tuve temor ante lo desconocido, pero fuiste tan considerado y cariñoso que ahora te estaba añorando, mete los dedos que quieras, te lo dejo a tu elección, pero piensa que luego me tienes que meter la polla y cuando esté bien follada quiero sentir tu leche caliente en mis entrañas.


El ritmo que marcaban sus caderas se podía medir, echaba la cabeza hacia atrás y se concentraba sintiéndome, mi dedo corazón fue el primero, luego lo acompañó el índice, cuando el anular se unió al grupo los esfínteres no ofrecían ninguna resistencia, se levantó y se volvió a mí, me preguntó…


-        Cambiamos?


Fue sacar los dedos y ella con mi polla en su mano se la dirigió entre las nalgas, la humedad de sus jugos la dirigieron directamente al agujero ya dilatado, una leve presión un gemido y el glande estaba dentro, un empujón y un suspiro y estaba a mitad y una sentada y un gruñido y mi polla desapareció totalmente.


Se recostó sobre mí, en un principio estuvo quieta notando como mi glande palpitaba en su intestino sedoso, mis manos por detrás abarcaban sus tetas separadas, duras, suaves y con los pezones provocadores, le besaba la nuca y el pelo se le erizaba, cuando bajé la mano y separando los labios dejé al descubierto el clítoris, lo acaricié, nunca creí que fuera tan fulminante, una descarga eléctrica recorrió todo su cuerpo, sus brazos querían abrazar al aire, se pellizcaba los pezones sacándolos y amasando sus tetas sin consideración, yo no pude resistir más, desde la nuca hasta los huevos recibí la señal, un torrente de leche salió despedido, varios chorros, que me hacían saltar metiéndosela cada vez más, nos quedamos inertes los dos, hasta que noté como por mi polla ya fláccida descendía un reguero de liquido seminal, yo me despejé lo suficiente para darle el último beso en el cuello, ella se volvió y me dijo…


-        Si tu quieres seguimos, pero por mí estoy satisfecha.


Cuando nos levantamos fuimos a la ducha tambaleándonos, el sudor nos hacía parecer aceitados.


Nos sentamos a la mesa desnudos, ella había preparado una comida especial, estaba segura de que hoy iba a comer mucho y bien, estuvimos un buen rato de sobremesa, después del café nos sentamos en el sofá, apoyó su cabeza en mi hombro y me dijo…


-        Da gusto tener alumnos tan aventajados como tú, en el próximo examen tendrás muy buena nota.


Se escurrió sobre mi pecho y su cabeza quedó en mi regazo sobre mi polla, antes de un minuto estaba totalmente dormida.


CONTINUARA....

1 comentario - Mi timidez y las mujeres de mi familia 20

pito527
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